𝖵𝖾𝗂𝗇𝗍𝗂𝗌𝖾𝗂𝗌
SooBin estaba sentada junto a la camilla de su padre, la chica comenzó a temblar y su padre notó que contenía los sollozos. Para algunos la castaña podía estar exagerando, pero nadie podía imaginarse el temor que tenía de perder a su padre también, la chica se recostó al lado del hombre abrazándolo con fuerza.
— No me dejes, por favor—suplicó entre llantos. El señor Hwang contuvo las lágrimas teniendo un nudo en la garganta—No te vayas, por favor.
— Shh—acarició su espalda intentando calmarla. SooBin estaba muy alterada, estaba siendo casi imposible calmarla—Estarás bien, tranquila.
— No, quiero que tú estés bien—escondió su rostro en su pecho.
— Puedes seguir sin mí...
— No, no, no—sus temblores aumentaron. Sentía sus nervios alterarse—No te vayas, por favor, viviré contigo si es necesario, pero no me dejes papá, por favor—suplicó lastimando el corazón del hombre.
No sabía que pensar ni sentir.
...
Había pasado una semana desde que todos se enteraron sobre la enfermedad del señor Hwang, era más tiempo el que pasaba SooBin en casa de su padre que en el departamento, desde hace una semana Soo se enfocaba sólo en su padre sin poder tener cabeza para sus historias. Los demás solían ir a visitar, pero Jiwon había estado notando que su amiga estaba sirviéndose grandes porciones de comida, como si la antigua Soo hubiera regresado.
— ¿Has podido dormir algo? —Jiwon la ayudaba secando los platos.
— He estado pendiente de papá.
— Eso no fue lo que pregunté—la rubia la miró. SooBin parecía un robot haciendo las cosas—Oye—buscó su mirada—Estamos contigo, ¿Lo sabes?
— Tengo hambre.
— Acabamos de comer, SooBin.
— Comí poco.
— No es cierto, comiste mucho—tomó su muñeca—No quiero que tu ansiedad sea comer.
— Estoy bien, sólo necesito comer algo, es todo—se soltó.
...
— ¿Estás segura de eso? —TaeHyung miró a su novia.
— SooBin solía tener ansiedad por la comida en la secundaria, cuando se deprimía, estresaba o frustraba comía a montón, muchas veces debía echarle a la basura la comida chatarra que compraba.
TaeHyung miró a JungKook quien intentaba hacer un plan, entendía que SooBin estuviera encerrándose consigo misma pero tampoco podía dejar que se aislara por completo de todos.
— ¿Cuándo fue la última vez que fuiste a verla? —preguntó Tae.
— Antes de ayer, tuve trabajo esta mañana—tomó una bocanada de aire. Los tres estaban en la calle—Le escribiré al llegar al departamento, iré a verla mañana por la mañana.
— ¿Podrías hablar con ella? —se sorprendió por eso—Sé que somos mejores amigas, pero tú eres el chico que le gusta, en estos momentos te escuchará más a ti que a mí.
— Tengo una idea—Tae miró a Jiwon—¿Por qué no nos quedamos con el señor Hwang mañana y JungKook puede salir con Soo? Así ambos hablarán mejor.
Jiwon asintió. Luego de aquel viaje habían sido despedidos de la empresa, Jiwon trabajaba en una boutique mientras que TaeHyung estaba en una empresa pequeña de perfumes, recién iniciaba la empresa, no era muy conocida, pero tenía trabajo por hacer.
— ¿Creen que acepte?
— Aceptará, tranquilo.
Al día siguiente cuando JungKook llegó saludó al señor Hwang en la sala, Tae y Jiwon habían llegado antes viendo una película con él. SooBin había aceptado salir con JungKook prometiendo no tardar demasiado. Soo tenía ojos cansados.
— ¿Vamos? —le ofreció su mano.
SooBin la miró por unos minutos, jugó con sus dedos sin ver el rostro del chico.
— Quiero ir a un lugar primero.
— Claro, iré contigo.
— Es...necesito...ir al...cementerio—JungKook no comprendía—Quiero visitar a mi madre.
...
En el camino habían comprado algunas flores, SooBin se agachó al llegar a la lápida de su madre, JungKook por respeto se mantuvo de pie con sus manos juntas, Soo cambió las flores por las nuevas, al hablar era evidente que contenía las lágrimas.
— Hola, mamá—sonrió un poco estando de rodillas—Vine acompañada—miró a JungKook invitándole a acercarse, el pelinegro se colocó en la misma posición a su lado—Mamá, él es Jeon JungKook, es...un seguidor de mis historias, un espectador de la secundaria y...el chico que me gusta en este momento.
JungKook tomó su mano dando un suave apretón.
— Gusto conocerla, señora Hwang—asintió con la cabeza mirando la lápida, la madre de Soo se llamaba Yoona—Su hija es una mujer valiente, fuerte y encantadora—sonrió ladinamente—Es evidente que la vida no deja de colocarle obstáculos probando de que es capaz.
— Mamá...—hizo una pausa—Papá está enfermo. Tiene leucemia y...—sus ojos se llenaron de lágrimas, JungKook acarició el dorso de su mano mirándola—Su leucemia es avanzada, él...no quiere tomar tratamiento y...no quiero quedarme sola, mamá.
— No estarás sola—la abrazó. SooBin se acurrucó en su pecho—No estás sola, tu padre es un hombre fuerte, no sería capaz de dejarte.
— Él quiere verla, JungKook, quiere reunirse con ella—sollozó, las lágrimas no dejaban de caer por sus mejillas—Quiere dejarme, está cansado de vivir y yo estaré cansada de vivir si lo pierdo.
— Oye, mírame, escucha—tomó su rostro entre sus manos, limpió aquellas mejillas viendo sus ojos—No lo perderás, tu padre...no morirá, lo convenceremos de tomar ese tratamiento, le daremos una razón de vivir y esa razón eres tú.
— No lo entiendes, cuando perdí a mamá fue un duro golpe, cuando se suicidó me sentí molesta, sola, desatendida, frustrada...—JungKook no sabía ese detalle. Nunca supo que la madre de Soo se había suicidado, ella no había dado detalles hasta ese momento—Si papá se muere...acabaré como mamá.
— No digas eso—la voz seria de JungKook le hizo saber que no bromeaba—No morirás, vivirás, respirarás y seguirás adelante como siempre, no te derrumbarás, ¿Entiendes, Soo? Estaré contigo en todo esto.
La chica asintió escuchando con atención, JungKook depositó un corto beso en sus labios mientras que Soo alargó el beso por unos minutos más.
...
— ¿Tu madre se suicidó cuando tenías siete años? —susurró JungKook. Habían ido al parque, se encontraban tumbados en el césped viendo las nubes.
— Nunca la vi en esa bañera—sus ojos veían las nubes recordando cuando su madre las veía con ella—Papá no me lo permitió, no quería que esa fuera la última imagen que tuviera de ella.
— Lo siento mucho—se apoyó en su codo mirándola. Soo posó sus ojos en él acariciando su mejilla—¿Crees que ella quiere encontrarse con tu padre?
— No lo sé, intento entenderlo, pero también quisiera que me entendiera a mí.
— No estás sola, ¿De acuerdo? —toma su mano de su mejilla acariciándola—Todos estamos contigo y queremos ayudarte—entonces decidió contarle—Jiwon dice que estás comiendo de más, no permitas que la ansiedad te haga eso, SooBin.
La castaña ni siquiera se había fijado en eso, sólo quería comer y era todo. Asintió abrazando al chico agradeciendo por un momento no sentirse del todo, si sólo fuera ella con su padre estaría peor.
— Tengo miedo, JungKook.
— Lo sé, sé que lo tienes—susurró cerca de su oído.
Y lamentablemente no podía hacer nada para alejar ese sentimiento de ella, sólo apoyarla.
Vamos dando paso al final :)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro