𝖵𝖾𝗂𝗇𝗍𝗂𝖼𝗂𝗇𝖼𝗈
Todo tiene un final y como era de esperar, el viaje había terminado regresándolos a la realidad junto a la rutina. El peso era menos sobre sus hombros, parecía que habían dejado sus preocupaciones en ese viaje, SooBin pudo escribir cinco capítulos esa noche al volver a su departamento, cumplió su palabra permitiendo que JungKook los leyera antes de publicarlos en Internet, incluso al publicarlos el pelinegro le dejó comentarios queriendo saber las respuestas a sus teorías, TaeHyung y Jiwon no estaban tan distanciados como antes, parecía que se estaban tolerando más, seguían sin dar su brazo a torcer pero siempre que podían compartían algún beso en sus salidas, porque sí, comenzaron a salir.
Dos meses después, SooBin se encontraba sentada frente a su computador, la pantalla de éste dejaba ver su manuscrito, había creado una historia completamente nueva en tiempo récord, una historia inspirada en algo real, no sabía cómo no había pasado por su cabeza antes. Su celular vibró en el escritorio, al ver el nombre respiró profundo antes de responder.
— Estaba a punto de enviarlo, señora Jeon.
Se supone que la chica enviaría cualquier manuscrito que tuviera listo pero la madre de JungKook le permitió armar algo nuevo, sólo quería que estuviera segura de lo que enviaría a la editorial.
— ¿Nerviosa?
— Mucho—respiró profundo—¿Y si no les gusta mi trabajo?
— Les gustará, para que mi hijo se haya enganchado tanto en tus tramas es porque realmente vale la pena—la animó como siempre—Debes perder el miedo y la duda, SooBin, si quieres ser una escritora publicada oficialmente debes arriesgarte, ¿Entiendes eso?
— Lo sé, sólo que...siempre está la duda, ¿Sabe?
— Te preguntaré algo, ¿Estás satisfecha con tu trabajo?
— Lo estoy—respondió sin dudar.
— ¿Quieres cambiar algo de él?
— Nada.
— Entonces envíalo, no hay nada de qué hablar.
SooBin tocó una de las teclas del teclado y una pequeña ventana apareció en la pantalla diciendo "correo enviado"
— Ya está.
— Felicitaciones, mi niña.
...
JungKook despertó en medio de la oscuridad de su cuarto, el chico restregó sus ojos bostezando, su teléfono estaba vibrando a un lado de su almohada, ¿Quién demonios llamaba a esa hora? Estiró su brazo extrañándose de ver el nombre en la pantalla, respondió acercando el celular a su oreja.
— ¿SooBin?
— Jung...—la escuchó sollozar. Se incorporó en la cama dejando el sueño de lado.
— ¿Soo? ¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras?
— Mi...papá...—siguió llorando.
Miró alrededor, se levantó encendiendo la luz de la habitación, abrió el armario sacando lo primero que vio sin despegar el teléfono de su oreja.
— Tranquila, Soo, dime, ¿Dónde estás?
Escuchó sus sollozos, suponía que intentaba calmarse. Comenzó a vestirse colocando el altavoz de la llamada.
— En el...hospital, mi...papá está enfermo.
— ¿Ya lo atendieron? —JungKook tomó unas zapatillas deportivas, se sentó en la cama colocándoselas—¿Qué te dijeron los doctores?
De nuevo los sollozos, JungKook tenía otra llamada entrante de su madre, la llamada con Soo se cayó, el chico maldijo respondiendo a su madre.
— Mamá...
— Pasaré a buscarte.
Y así lo hizo, JungKook subió al auto de su madre teniendo el teléfono en la mano.
— ¿Qué fue lo que pasó? SooBin dijo que su padre estaba enfermo, pero luego la llamada se cayó...
— Soo me llamó apenas pudo, estaba muy alterada y tampoco pude entender mucho—indicó—Esperemos a llegar en el hospital.
— ¿Te dijo cuál era?
— Sí, me envió un mensaje.
...
Soo se encontraba en la sala de espera, su padre estaba recibiendo oxígeno, cuando lo llevó al hospital apenas podía respirar, en el viaje había notado algunos hematomas por su cuerpo, si había notado que su padre estaba más delgado desde el viaje, pero no esperaba que le dijeran algo así.
— ¿SooBin?
Levantó la cabeza apenas escuchó su nombre, Jiwon fue corriendo a ella abrazándola con fuerza, TaeHyung había llegado con ella, cuando divisó a JungKook con su madre las lágrimas salieron sin evitarlo, el pelinegro la abrazó permitiéndole sollozar.
El señor Hwang había sido diagnosticado con leucemia hace un mes.
...
— Me había despertado cuando lo escuché quejarse—explicó la castaña con los chicos en la cafetería, la madre de JungKook cuidaría de su padre por un rato, de todas maneras, el hombre se había quedado dormido—Si no me hubiera quedado a pasar la noche con él...—su voz se quebró, JungKook rodeó sus hombros atrayéndola a él.
— Se pondrá bien, SooBin—Tae le sonrió un poco al menos para calmarla.
— Sí, Tae tiene razón, la leucemia tiene tratamiento, ¿Ya lo ha iniciado? —Jiwon la miró.
— Los doctores dicen que no quiere tomarlo—Soo tenía sus ojos hinchados por llorar. Apartó las lágrimas de sus mejillas, estaba asustada y preocupada, tenía miedo de sentir el dolor de perder a alguien otra vez—Su leucemia está avanzada—sollozó. JungKook acarició su espalda, odiaba verla así—Necesita quimioterapia, transfusiones de sangre...—negó con la cabeza—No quiero perderlo también.
JungKook la abrazó, SooBin estaba destruida, Jiwon se levantó de su silla abrazándola también. TaeHyung acarició su brazo haciéndole saber que estarían para ayudarla.
En la habitación del hospital el señor Hwang despertaba con mucho dolor en su cuerpo, sus articulaciones dolían, no quería moverse, sus huesos estaban matándolo. Junto a él estaba una mujer familiar, sonrió dulcemente con sus manos juntas.
— Ha preocupado mucho a todos.
— ¿Dónde está Soo? —su voz fue lenta y ronca.
— En la cafetería con los muchachos, la pobre está muy asustada por usted—tomó asiento en la orilla de la camilla—¿Por qué no dijo nada sobre su enfermedad?
— ¿Va a regañarme, ahjumma?
— Tal vez, ahjussi—sonrió no mucho—Su leucemia está avanzada y necesita tratamiento.
— No quiero el tratamiento.
— ¿Quiere morir dolorosamente? —levantó una de sus cejas sin reprocharle—¿No le parece cruel?
— ¿Podría llamar a SooBin?
— La llamaré en un momento.
El señor Hwang respiró profundo sabiendo que esa mujer quería escuchar razones y motivos.
— Quiero reunirme con mi esposa, ¿Es suficiente para usted?
Aquello la tomó desprevenida. Su rostro cambió.
— ¿Qué?
— Extraño a mi esposa, extraño a Yoona, quiero reunirme con ella, estoy...cansado de seguir respirando—suspiró—Sé que SooBin...estará bien con ese muchacho.
— No puede decirle eso a la niña.
— Ella no es una niña...
— Los hijos siguen siendo niños para todo padre—ahora si sonaba molesta mientras su mirada era triste—Esa chica no soportará perderlo a usted, entiendo que extrañe a su esposa, pero piense en su hija, esa muchacha está aterrada de perderlo.
— Lo sé, por eso quiero hablar con ella.
— Señor Hwang...
— No quiero ser grosero pero esta conversación nos incumbe a mi hija y a mí—indicó—Por favor, señora Jeon, dígale a SooBin que quiero verla.
Sin spoilers para las que ya saben.
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