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𝖣𝗂𝖾𝗓

Canción del capítulo Sam Fischer ft. Demi Lovato - What Other People Say

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Las bodas siempre eran señal de alegría y unión (al menos en la mayoría de los casos), JungKook había estado presente en muchas bodas, sabía que no todos mantenían ese matrimonio por mucho tiempo, sabía que en la actualidad eran más quienes se divorcian, específicamente jóvenes, pero también eran ellos quienes más se casaban. JungKook sabía que su madre quería verlo con una buena mujer, nunca intentó interferir en eso, a veces prefería que su hijo no se casara, pero también tocaba en ocasiones el tema de nietos, a JungKook le incomodaba un poco. En el futuro no se veía teniendo hijos, deseaba conocer una buena mujer, claro está, pero... ¿Era realmente necesario casarse?

En la secundaria JungKook había sido un rompecorazones, era consciente que las chicas lo buscaban por su físico y no porque quisieran saber sobre él, todo era una falsa imagen, sólo interés. YuGyeom y TaeHyung habían salido con muchas chicas, ninguna iba enserio, buscaban algo de diversión, JungKook no era un santo tampoco, sus padres lo sabían, el chico había estado con algunas chicas de su interés, para algunos tenía una pésima reputación, para otros era envidiado a tan corta edad.

Se había reunido con TaeHyung y YuGyeom para beber algo en el bar por la noche, Tae no lucía tan frustrado por su despido temporal, YuGyeom estaba inquieto, algo sucedía con él. JungKook divisó un grupo de tres chicas desde una de las mesas, murmuraban sobre ellos, eran muy evidentes.

— ¿Tomaste muchas fotos? —preguntó YuGyeom sirviéndose otro trago. Llevaba su traje y corbata del trabajo, su saco estaba en el respaldar de la silla, ya no tenía su corbata teniendo algunos botones sueltos.

— Debo revisarlas al llegar a casa—asintió.

— ¿Ustedes se imaginan casados en el futuro? —el pelinegro miró a su primo—¿Qué me dices tú?

— ¿Debo responder?

— ¿Sigues molesto por haberle seguido el juego a Jiwon?

JungKook sonrió ladinamente bebiendo de su pequeño vaso. El líquido quemó un poco su garganta relajándolo.

— No le seguí el juego—aclaró.

— Te gusta, Tae, no lo niegues.

— No me gusta—insistió siendo terco.

— Creo que esas chicas están hablando de nosotros—señaló YuGyeom. Los tres miraron al mismo tiempo obteniendo unas sonrisas coquetas de parte de ellas.

— Desde que llegamos lo están haciendo—JungKook tomó otra botella sirviéndose.

— Son atractivas.

— No son mi tipo.

— Tu tipo es que sea escritora anónima—bromeó YuGyeom.

— La verdad es que creo que su tipo es Hwang SooBin—ante eso, JungKook lo miró sin ninguna expresión, hace horas que no hablaba con ella—Los vi llegar juntos al edificio.

— Jiwon también le había pedido que fuera a verla...

— Pero también la viste en el gimnasio—TaeHyung levantó una de sus cejas como si estuviera atrapándolo en algo.

— Ya, entre ella y yo no pasa nada.

— ¿Por qué te pones nervioso? —YuGyeom le siguió el juego a su primo con una sonrisita picarona—¿Te gusta SooBin? No te culpo, está mucho mejor ahora.

Aquel comentario no le gustó a JungKook.

— ¿Qué?

— Sabes que antes era obesa, daba algo de lástima verla tan sola y siendo humillada...

— Pudiste intervenir en esas humillaciones entonces.

— Vamos, JungKook—ah, tú tampoco hacías nada por ella.

El chico no pudo decir nada sobre eso, era cierto, nunca hizo nada por SooBin, pero tampoco siguió el juego de los demás. TaeHyung notó que su amigo estaba muy molesto, estaba empujando la parte interna de su mejilla con su lengua. El JungKook del pasado habría callado simplemente o ignorado el tema.

Se levantó de la mesa sacando algunos billetes colocándolos entre las botellas.

— ¿A dónde vas? —YuGyeom también había notado su cambio repentino—Ya, dime que no te enojaste por esa tontería—el chico no respondió. TaeHyung observaba atentamente cada movimiento—JungKook-ah—tomó su muñeca, pero éste se soltó.

— Me da lástima tu manera de pensar, YuGyeom—lo fulminó con la mirada—Si nos reuniremos para hablar de tonterías entonces no me llamen.

El chico salió del bar sintiendo la brisa nocturna, las personas iban o venían por la calle, caminó con paso firme y seguro, estaba molesto, pero no sabía porque exactamente. ¿Por qué YuGyeom tenía razón o por la manera de YuGyeom de expresarse? Cuando su enojo fue desapareciendo tomó su teléfono, eran las nueve de la noche, tenía algo de hambre, una idea pasó por su mente.

JungKook:
Hola, Soo. ¿Estás ocupada? ¿Te parece si comemos algo?

Chasqueó la lengua al enviarlo, era muy atrevido de su parte, esperó unos cinco minutos teniendo respuesta.

SooBin:

Claro. Te envío la dirección de mi departamento.

...

— ¡¿Qué hiciste Jiwon?!—SooBin le arrojó un cojín del mueble—¿Por qué lo invitaste?

— En primer lugar, se dice gracias por ayudarme, en segundo lugar, este chico es jodidamente atractivo y en tercer lugar...—hizo una cara pervertida a lo que Soo le arrojó otro cojín a la cara—¡Ya! —le devolvió el golpe—No me parece malo que venga a cenar, pediremos a domicilio y diremos que lo preparaste tú.

— No—extendió su mano—Dame mi teléfono.

— Te gusta JungKook.

— No es así, dámelo.

— SooBin, te conozco desde hace años y sé cuándo me mientes, tus ojitos son muy sinceros...

SooBin se abalanzó sobre ella forcejeando por su teléfono, ambas cayeron sobre el sofá terminando con Jiwon en el suelo y Soo con el aparato en sus manos. JungKook había respondido.

JungKook:
Estaré allí en cinco minutos, llevaré la cena.

La chica dejó salir un grito de desesperación, comenzó a golpear a su amiga con el cojín repetidas veces deseando asesinarla, a veces quería matarla, pero otras veces la amaba. Jiwon logró incorporarse manteniendo distancia.

— Estará aquí en unos minutos—SooBin casi lloriqueó—Y traerá la cena, ¿Contenta?

— Mucho.

La castaña levantó su brazo como si fuera a golpearla, se tumbó en el sofá llevando sus manos a su cabeza, podía decirle a JungKook que no era necesario, que lo dejarían para otro momento o mejor aún, que se reunirían en otro lugar, pero Jiwon al ver sus intenciones le quitó el móvil.

— Te odio.

— Yo te amo, en fin, ¿Qué tienes para ponerte?

...

SooBin intentó arreglar lo más que podía el departamento, Jiwon se había ido hace poco luego de que Soo tomara un baño y se cambiara, la chica se había puesto unos Jeans con una blusa suelta además de fresca totalmente blanca, se había puesto sus Converse del mismo color llevando su cabello recogido en una coleta alta. Su celular vibró con un mensaje.

JungKook:
Estoy en la entrada del edificio.

SooBin:

Ahora mismo bajo.

— Mantén la calma, Soo—se dijo así misma. Recogió sus llaves verificando una última vez que el departamento estaba en orden, salió de éste dirigiéndose al ascensor. Esperó a que sus puertas se abrieran, una vez dentro presionó planta baja, JungKook la esperaba en la pequeña sala de estar del edificio.

La chica se dedicó a mirarlo allí de pie recostado de la pared, tenía unas bolsas en su mano porque con la otra revisaba su teléfono, su ceño estaba ligeramente fruncido, a Soo seguía gustándole el piercing en su ceja. Sacudió la cabeza acomodando su blusa, se acercó con una pequeña sonrisa.

— Hola.

JungKook al verla sonrió guardando su teléfono, el chico vestía con botas de color café, pantalones que se ajustaban a sus muslos y un suéter negro que hacía ver más ancha su espalda.

— Hola—saludó.

— ¿Fue complicado llegar?

— No, le di la dirección al taxista y él hizo lo suyo—recordó las bolsas en su mano—Traje...algo de pollo frito, Bibimbap, Kimchi, Soju...

— El pollo frito y el Soju quedan bien—lo ayudó con las bolsas.

...

— Al menos ya está más tranquilo—dijo Soo cuando JungKook le había comentado que el enojo de Tae había disminuido. Ambos estaban en el suelo de la sala con la televisión encendida y los envases de comida en la pequeña mesa, SooBin disfrutaba cada bocado que tomaba con sus palillos, JungKook no había conocido a alguien que disfrutara tanto la comida como ella.

— ¿Tu amiga está mejor?

— Aparentemente—tomó algo de kimchi antes de llevarlo a su boca. Masticó saboreando todo sintiendo un peso extra, JungKook estaba mirándola con una pequeña sonrisa—Lo siento, ¿Tengo la boca sucia? —cubrió su boca con su mano. Tomó una servilleta creyendo que ese era el problema.

— No, no, sólo...—hizo una pausa—Se nota que disfrutas la comida.

SooBin no supo cómo tomarlo, no parecía ser una ofensa.

— Lo siento.

— No, está bien, eres la primera chica que conozco que la disfruta realmente—sonrió apenas. SooBin lo vio ladeando su cabeza, algo le pasaba.

— ¿Ocurrió algo? —preguntó—Sé que no tenemos mucha confianza, pero...siempre es bueno hablar o eso dicen.

JungKook bebió de un trago el vaso pequeño de Soju, tomó algo de Bibimbap y mientras lo masticó pensaba como contarle.

— ¿Siempre estuviste sola en la secundaria?

La castaña frunció el ceño sin entender su pregunta.

— Jiwon estuvo conmigo en todo ese tiempo, ha sido mi mejor amiga desde entonces.

— ¿Ella estuvo en tus malos momentos?

Ambas miradas se encontraron, por unos minutos el tiempo se detuvo para ambos, SooBin no sabía a donde quería llegar.

— Sí, hasta ahora sí.

— Antes de venir estuve con TaeHyung y YuGyeom—explicó—Me enojé por...la forma de pensar de YuGyeom.

— ¿Estaba hablando de mí?

— Sí—respondió—Ahora que lo pienso debí ayudarte en ese entonces.

— ¿Por qué?

— Cuando te humillaban o se burlaban de ti debí defenderte o al menos ayudarte, hacer algo y no ser un inútil—bufó—Lo siento, SooBin.

Para la chica era extraño que estuviera disculpándose. De hecho, era el único en hacer eso.

— ¿Entonces...viniste para disculparte por algo que pasó hace seis años? —buscó su mirada—¿Te haría sentir mejor si acepto las disculpas?

— No.

Por unos minutos estuvieron en silencio, SooBin dejó sus palillos en la mesa sin entender porque de repente ese chico se sentía mal por el pasado, no le encontraba sentido.

— Nunca puedes cambiar la manera de pensar de las personas—indicó—He aprendido eso de la peor manera, no tienes que disculparte, no tengo rencor hacia ti—él volteó a verla—Pero si hace seis años me hubieran dicho que estaríamos conversando ahora no lo hubiera creído.

— No era la gran cosa.

— Eras la gran cosa para las chicas de la escuela—comentó—Muchas suspiraban por ti, eras el típico personaje de las películas, ese que todas aman y que los chicos envidian por ser la adoración de muchas.

JungKook arrugó la nariz ante esa comparación.

— ¿Qué personaje sería ahora?

— Mmm...—lo analizó mejor—El personaje que intenta hacer lo correcto porque en el pasado no pudo hacerlo—sonrió un poco—No tienes que disculparte conmigo, si bien no hiciste nada en ese entonces tampoco me causaste daño.

— Sólo te veía cantar o leer en esa biblioteca.

SooBin se sonrojó por la vergüenza, JungKook en cambio sonrió divertido.

— Siempre creí que te burlabas de mí por eso.

— Nunca me burlé de ti por nada—aclaró—Me gustaba cuando te olvidabas del resto, por un momento parecía que no te importaba el mundo—algo dudoso preguntó—¿Cómo...fue tu cambio? Ya sabes.

— Comencé a hacer ejercicio y dieta.

— ¿Por tu cuenta?

— Estuve con una nutricionista, me hizo una lista de alimentos que podía comer, podía comer de todo en proporciones adecuadas para mi cuerpo—SooBin miró el televisor—Jiwon me acompañaba cuando iba al gimnasio, fue difícil, me agotaba muy rápido y me acomplejaba de cómo era.

— Pero valió la pena, ¿No?

— Eso creo—respiró profundo—Me siento bien ahora mismo, a veces quiero perder el control con la comida, pero he logrado resistirlo.

— Felicitaciones—SooBin lo miró—Lo has hecho muy bien, SooBin.

Ambos sonrieron mutuamente, SooBin no entendía porque eso se sentía tan bien y JungKook no entendía porque se sentía bien a su lado. Como si de alguna manera encajaran mejor juntos.

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