𝖢𝗎𝖺𝗍𝗋𝗈
Canción del capítulo: Meghan Trainor - Babygirl.
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La mañana estaba libre para Jeon JungKook, el pelinegro había decidido visitar a su madre quien también estaría en clase, al acabar la secundaria los padres del chico se habían divorciado por constantes discusiones, según lo que JungKook escuchaba, su madre y su padre estaban teniendo una aventura con alguien más, JungKook se había quedado con su madre ya que nunca había sido tan cercano a su padre, los quería a ambos pero una vez acabó un curso intensivo de fotografía se fue a vivir solo y había sido la mejor decisión que había tomado en sus veinticuatro años.
—¿Mucho trabajo esta semana?
—Un poco, fui a tres bodas exactamente—el chico apoyó sus brazos del mesón de la cocina mientras su madre se servía un vaso con limonada. Siempre fueron una familia de lujos, el dinero nunca había sido problema para ellos, cuando estaba en primaria JungKook solía presumir de sus gustos convirtiéndose en un niño mimado para muchos en la escuela, al llegar a la secundaria su actitud cambió mucho siendo positiva.
—Es increíble como a pesar de que muchas parejas se divorcian hoy en día hay otras que quieren casarse y arriesgarse—tomó otro vaso sirviéndole a su hijo. Era una mujer que se conservaba muy bien con cremas para la piel y ejercicio, JungKook había sacado eso de su madre, le gustaba mucho el deporte— ¿Cuándo será tu boda?
—Mamá.
—¿Dije algo malo? —le dejó el vaso lleno frente a él. JungKook sonrió divertido dando un sorbo a aquel líquido—Sabes que me gustaría verte casado, pero al mismo tiempo deseo que ese momento no ocurra.
—¿Crees que no soportaría un divorcio? —bromeó.
La señora Jeon llevaba su cabello castaño recogido en una coleta, vestía deportivamente ya que en unas horas pensaba ir al gimnasio.
—Honestamente no—acomodó el cabello de su hijo junto a su chaqueta—A simple vista sé que serás muy romántico con la chica indicada, esos ojos no mienten—pellizcó su barbilla, la mujer tenía los mismos ojos grandes del chico, pero en físico JungKook era parecido a su padre—Sé que tuviste algunas novias durante la secundaria...
—Pero nunca te presenté a ninguna.
—Pero escuchaba sus nombres.
Aquello le trajo un recuerdo, JungKook bebió algo de limonada dirigiéndose a la sala con su madre.
—¿Recuerdas a una Nancy McDonnie?
—La verdad no, ¿Debería?
—YuGyeom dijo que se encontró con ella, se supone que estudiamos juntos y que estaba interesada en mí—tomó asiento en el sillón. Su madre echó un vistazo a su teléfono dejando el vaso en la mesa de café.
—No la recuerdo.
Otro nombre llegó a su cabeza.
—¿Qué me dices de Hwang SooBin?
Su madre lo miró de inmediato.
—Ella me agradaba.
—¿La recuerdas? Solían burlarse por su peso.
—La recuerdo, cuando había reuniones de padres en la escuela solía hablar con su padre, es un buen hombre y ella era una buena chica, me caía bien—sonrió un poco—Pero nunca me hablaste de ella, me preocupaba que tú también estuvieras metido en esos abusos.
—No, nunca lo estuve—JungKook se inclinó hacia adelante mirando su vaso en sus manos—La veía en ocasiones por los pasillos, me parecía...simpática—recordó su imagen luego de seis años—Es muy diferente a como la recuerdo.
—¿Dónde la viste?
—En la cafetería que hay frente al trabajo de los chicos—respondió—Ella me reconoció y la reconocí, su rostro no ha cambiado mucho—miró a su madre— ¿Por qué me ves así?
—Nada, pienso cosas.
—Mamá—rodeó los ojos—Si fuera por ti me hubiera casado con cualquier chica o quizás... —encogió los hombros dejando el suspenso al aire.
—Si vuelves a verla invítala a casa, me gustaría verla de nuevo.
—Lo haré, no te preocupes.
...
SooBin acomodaba las flores blancas en la lápida que tenía el nombre de su madre, había cambiado las anteriores que ya estaban marchitas y había traído unas nuevas que lucían hermosas además de fuertes. Apartó algunas hojas o ramas de la lápida limpiando el pequeño espacio, tomó asiento frente a ella respirando profundo. Su padre o ella solían turnarse para ir a verla y contarle un poco de todo.
—Han sido unos días ocupados, mamá—comenzó a contar tomando una pequeña hoja—Fui a ver a papá para contarle sobre mi reciente rechazo con otra editorial, le conté mi inseguridad sobre la escritura, bebí con Jiwon, escribí un poco... —resumió e hizo una pausa teniendo el flash de un recuerdo—Y descubrí que dos chicos de la secundaria trabajan con Jiwon—sonrió ladinamente—Jeon JungKook estaba allí, la última vez que lo vi estábamos en la graduación...
Hace seis años
Los padres se encontraban al fondo del auditorio, los estudiantes en cambio estaban de la mitad hacia adelante, se escuchaban los aplausos con cada nombre que pronunciaba el director, ese día todos estaban contentos de acabar con la secundaria para dar inicio a la universidad. SooBin no estaba cerca de Jiwon ya que debían sentarse por orden alfabético. Soo ya había recogido su diploma haciendo una reverencia a los profesores y el director, su atención estuvo puesta en el chico que nombraron a continuación.
Jeon JungKook era un nombre que se escuchó mucho durante el año escolar, las chicas estaban sobre él por tener dinero y ser apuesto, SooBin todavía recordaba la vez que la vio tararear una canción en la biblioteca, en ocasiones sentía que se burlaba de ella con esa sonrisita tonta pero nunca pasó de allí.
Soo tampoco hablaba con muchos, sólo Jiwon quien nunca la rechazó por sólo ser obesa.
Presente
—Tiene un piercing ahora, no le queda mal—una suave brisa revolvió su cabello castaño—Jiwon quiere emparejarme con él, no creo que papá lo recuerde, el pobre tenía la cabeza en otra cosa cuando estudiaba—suspiró recostándose a un lado sobre el césped. Miró hacia el cielo azul notando como las nubes se movían lentamente— ¿Recuerdas cuando de niña solíamos colocarles formas a las nubes? —el silencio la acompañaba, a veces necesitaba escuchar algo de su madre, no era fácil superar la muerte de un familiar, mucho menos de una madre, SooBin recibió mucho amor de su padre, pero hay cosas que sólo una madre puede llenar—Para mí todas eran igual, pero para ti eran diferentes.
Soo sonrió tristemente, en ocasiones deseaba no recordarlo, al mismo tiempo era la única manera de sentirla cerca.
—A veces no sé qué hago, mamá—confesó un tanto pensativa—Esta semana me he sentido así, podrías pensar que quizás estoy buscando refugio en la comida—negó con la cabeza—He buscado refugio en las historias, a veces siento que funciona y otras veces no—suspiró—Me siento un poco sola en ocasiones, sé que debes decir que debería hablar con papá, pero él tiene sus cosas, no quiero preocuparlo.
Cerró sus ojos imaginando a aquella mujer acostada a su lado diciéndole lo bonito que el cielo se veía, las formas misteriosas que formaban las nubes y lo mucho que la amaba por ser su hija.
Sí, a veces deseaba compartir ese tipo de pensamientos o emociones con alguien más.
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