Habían pasado algunos días desde lo sucedido con Horror, pero todavía no quería ir a la escuela. Afortunadamente, era fin de semana, lo que significaba que podía estar sin preocupación alguna por el momento, sin embargo, era domingo, y su licencia por el "accidente de la escalera" terminaba el viernes, eso significaba que debía volver al día siguiente.

—Pero realmente no quiero volver todavía...—Se decía a sí mismo, jugando con su comida, aprovechando que nadie estaba cerca para hablar en voz alta.

—No vayas. —Bueno, no estaba del todo solo. —Dile a mamá que te golpearon, porque lo hicieron, ¿no?

—Cállate, Fresh. No te metas donde no te incumbe. —Le arrojó un trozo de la ensalada que estaba comiendo, mirándolo furioso. Sabía que no tenía por qué enojarse con su hermano, pero no podía evitar envidiarlo, era el único que, físicamente, se veía normal.

—¿Mamá no sabe que te pegaron? —Cuestionó, obteniendo un gruñido por parte del mayor. —Ya veo. No le diré a mamá que te pegaron si tú no dices que traje un ratón.

—¿Para qué un ratón? Tienes muchos ratones, los va a encontrar tarde o temprano.

—Sólo me quedan tres. A los demás ya les di una linda casita en el jardín del vecino... si quieres puedo poner babosas en la casa del niño que te pegó.

El azabache no respondió, simplemente siguió jugando con su comida, fingiendo que el menor no estaba presente. Fresh entendió lo que quiso decir, pero de todos modos se sentó a su lado, esperando a que su hermano termine de comer para llevarle las sobras a sus mascotas. Error sabía muy bien que no estaba bien lo que hacía, Fresh había sido el responsable de llenar muchas casas con distintos tipos de plagas sin que nadie más que él lo supiera, pero no tenía un motivo real para acusarlo, ocultaban sus travesuras entre sí, era un pacto silencioso que tenían.

—Si quieres faltar mañana, puedes comerte unos bichos, quizá te enfermas del estómago... pero no te comas a mis larvas, cómete los del jardín.

—Hm, sí. Es una buena idea...—Se dijo a sí mismo, pensativo en cómo llevaría a cabo su plan.

—¿En serio vas a comerte un bicho del jardín? No comas abejas, te pueden picar.

—No, tonto. No voy a comer nada. Fingiré que estoy enfermo del estómago.

El resto de la tarde transcurrió con normalidad para los hermanos. Fresh decidió ayudarle a elaborar su plan, a cambio, Error le ayudaría a alimentar a sus mascotas, acción que decía odiar pero, en secreto, le divertía muchísimo. No obstante, la diversión terminaba cuando Fresh comenzaba a decir sus nombres uno por uno.

Geno y Peggie no solían estar disponibles un domingo por la tarde, su hermano estudiando para los exámenes universitarios y su madre normalmente utilizaba ese tiempo para descansar y relajarse. Era el día en el que los menores hacían más travesuras, pues no había mucha atención puesta en ellos.

Un día en el que podían ser niños inocentes sin preocupaciones.

No obstante, ese domingo no fue genial para todos los niños; a unas cuadras de su casa, Ink ingresaba a su casa, totalmente deprimido. Físicamente parecía estar bien, razón por la cual le dieron el alta, aunque su estado psicológico no era el mejor, por lo que debía asistir a consultas tres veces por semana. Posiblemente no volvería a la escuela ese año, y los doctores coincidían en que sería lo mejor quitar la carga escolar, su estado mental era su prioridad.

Myebi había preparado unos colchones en la planta baja en lo que pensaban en una solución al tema de las habitaciones, las cuales se encontraban en un segundo piso. Le había dicho a su hijo los cambios que hizo en la casa para que él se sintiera más cómodo y no ejerciera tanta fuerza, pero él no parecía escucharla, no paraba de mirar hacia abajo, una zona donde antes habían piernas, ahora había un vacío inexplicable.

Ink se había negado a hablar del tema de prótesis de piernas, hacía un escándalo con cualquiera que lo mencionaba, él estaba consciente de cómo cambiaría su vida por llevar una. Su psicólogo había hablado con Myebi, explicándole que había que darle tiempo para pensarlo mejor y que, de todos modos, debía recuperarse, físicamente, totalmente de la amputación antes de pensar en poner una prótesis. Era una probabilidad de la cual hablaban anticipadamente, pero nada era seguro.

La madre del chico le miraba preocupada desde la cocina. En la televisión estaban dando el programa favorito del menor, pero él no ponía atención a lo que ocurría, sólo miraba el suelo, presionando el agarre en esa silla de ruedas que traía.

"—¿Una prótesis podría hacerme bailar?" —Se preguntaba, imaginándose a sí mismo danzando con dos piernas metálicas. Entonces, una idea que jamás se le cruzó por la cabeza en todos esos años, llegó a él: "—¿Se reirán de mí?". No, nadie se reiría de él por lo ocurrido. Fue un accidente, no fue su culpa, no deberían molestarlo por eso, ¿por qué estaba tan preocupado? Nunca le importaron las risas que obtenía por bailar, ¿por qué ahora sí? Quizá no debería volver a bailar, al menos no en el centro... pero si no lo hacía, ¿cómo verían las personas de la escuela de danza que él era un gran bailarín?

—Ink...—Llamó su madre, sonriéndole dulcemente, esperando que él la escuche. —Llamaré a Geno para que venga a verte, ¿recuerdas a Geno? Él a veces te cuidaba, tú lo quieres mucho, ¿no es así?

El menor no respondió. Claro que recordaba a Geno, no sólo lo cuidó en ocasiones específicas, también llamaba a su madre para avisarle que estaba en el centro, ya que él olvidaba hacerlo y siempre la preocupaba.

"—¿Habrá visto lo ocurrido?" —Él no sabía bien cómo pasó. Tenía vagos recuerdos del evento, pero sabía que no era su culpa. ¿A quién culpar por esto? ¿Al conductor por lo que hizo? ¿A la clase de danza por hacer que no esté atento a su alrededor? ¿A Geno por no salvarlo a tiempo? Necesitaba culpar a alguien. Tenía que hacerlo, quizá eso le haría sentir mejor, tener a alguien a quien culpar.

Él sólo quería volver a ser un niño otra vez.

Comió con su madre, más bien, le obligó a comer. No tenía hambre, pero ella insistió en que lo hiciera, diciéndole que no podía dejar de hacer algo tan importante. Trató de dormir a su lado, pero no pudo cerrar los ojos sin pensar en sí mismo, en lo ocurrido últimamente.

Aproximadamente a las tres de la mañana, se separó de los brazos de su madre para poder abrazarse a sí mismo, tocándose con lentitud hasta llegar a su zona inferior, donde algo faltaba. Lloró en silencio, mordiendo su pijama para no emitir sollozos que pudieran alertar a la mujer. Este era un problema suyo y de nadie más, no tenía que involucrar a su madre. No era necesario. Ella ya había sufrido demasiado, sentía que debía sufrir por su cuenta, que nadie debía hacerlo por él.

Los días siguientes a ese no fueron distintos. Sufrió en silencio cada noche y divagó en su mente por el día, pensando en cómo sentirse mejor consigo mismo, cómo dejar de tener un peso tan grande acompañando ese terrible dolor.

Y así fue hasta el jueves de esa misma semana, después de su visita al psicólogo. Un día que, sin saberlo, terminaría por cambiarlo todo. Ese era el día que esperó con tanto anhelo.

En la puerta de su casa, Geno le sonreía con un regalo en sus brazos, seguramente le quería intentar animar, pero eso no fue lo más llamativo. Junto al albino, el mismo chico de piel algo tostada que lo sorprendió en el hospital estaba de pie, sosteniendo en sus manos unas flores y cubriendo sus ojos con lentes de sol.

Ese sería el día en el que cambiaría su vida, sin saber que arrastraría a alguien con él.

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Finalmente estamos terminando la primera parte de la historia, pronto vamos a ver a los personajes más grandes, porque la historia verdadera se desarrolla unos años más adelante, no ahora. /ojitos.

Este capítulo estuvo bien feito, pero era necesario poner un poco la mentalidad de Ink respecto a lo ocurrido. Claro que se siente horrible, pero sus pensamientos siguen dispersos, no puede pensar claramente, está mezclando mucho su mentalidad del niño que es con la mentalidad que quiere tener, estos son los primeros pasos para el desarrollo que tendrá como personaje en el futuro.

Honestamente planeaba hacer este capítulo más largo y mezclar lo que pasaría en el siguiente, brevemente, aquí. Pero eso haría que las cosas se vieran muy pegadas entre sí y tampoco quería eso, así que decidí separar lo que pasaría ese día en dos partes. (:

Gracias por la paciencia uu, cuídense del coronavirus y no salgan a menos que sea necesario.

Creo que no tengo aclaraciones para este capítulo, je.

✐Capítulo sin editar✐

『✿-Cxnni-❀』