El frío de invierno se hacía presente en las calles de Hasetsu, Japón. Una chica baja, de unos 15 años de edad caminaba a paso lento en dirección a una cafeteria.

Su nombre es ______ Katsuki. Una chica de secundaria amante y experta en la pintura y el dibujo, capaz de retratar detalles precisos con solo una pluma y un papel.

De emociones fuertes, a veces suave, a veces indiferente, otras veces no tan frecuentes... grosera, pero siempre sincera y firme.

Como todos los días ella llegaba a su cefeteria preferida, dónde siempre se relajaba y la pasaba en silencio bebiendo té negro. La tranquilidad era algo preciado y muy típico de ella.

Había sido un día largo, sumamente cansado para ella, 15 años era una edad muy corta y ella tenía que cargar con muchas más responsabilidades que las que acostumbran las adolescentes de su edad.

Seung-Gil Lee era el nombre de su pareja, se habían conocido durante el Grand Prix Final en Rusia, dónde ______ acompañó y apoyó a Yuuri Katsuki, su hermano mayor. El había hecho varios intentos fallidos por captar la atención de la chica de cabellos negros, a pesar de su duro caracter, sin planearlo, ella había quedado conmovida con el.

Ellos habían quedado para verse hoy, en esa misma cafetería dónde ella adoraba estar, ella estaba feliz por eso, por tener a su amado en brazos.

Pasaron 45 minutos, eran las 10:15 p.m. su chico debió haber llegado hace una hora y ella se comenzaba a preocupar.

Se puso de pié llevando sus cosas en la mano, pagó el té que había consumido y dejó que el mesero se quedara con el cambio.

Salió a prisa de aquella cafeteria, caminando de vuelta a casa, mientras llamaba a su pareja sin obtener respuesta.

Caminó sin parar observando a todos lados con nervios, ella no sabía que era lo que podría pensar, no quería confundir las cosas, ni mucho menos.

Un mensaje de un numero desconocido llegó a su celular.

"Hola, bonita.
Estoy en el hotel del centro, dónde siempre, lamento no haber ido, pero me siento muy mal y no tengo mi telefono en manos, te veré luego.

—Seung-Gil."

Ella se preocupó todavía más por su chico, tanto que decidió ir a visitarlo y llevarle algo para que pudiera comer.

Compró ramen para ambos, Seung lo amaba.
Se dirigió a paso rápido al hotel dónde se encontraba él con una sonrisa en su rostro, ella ansiaba verlo.

La recepcionista del hotel no dudó en darle información sobre la habitación, ya que la conocía, e incluso le entregó una llave para que pudiera entrar.

Llegó emocionada y entró sin tener señales de Seung. Comenzó a escuchar ruidos de algo que se azotaba y caminó hasta el jacuzzi.

Al entrar se encontró con una escena bastante repugnante, Seung estaba teniendo relaciones con otra mujer, y al parecer lo estaba disfrutando bastante.

Los ojos azules de la chica brillaban, brillaban por las lagrimas que estaba tratando de contener, pero era en vano.

El chico se percató de su precencia y lanzó a otra chica lejos de el, haciendo que ella se sumergiera en el agua.

—¡______! Yo... puedo explicar esto, en serio...

—Enfermo, vaya, sí claro— exclamó ______ con sarcasmo. Le lanzó la comida en cima y se dió la vuelta para después comenzar a correr velozmente en dirección a la salida.

Tomó un taxi.

—Yu-topia Katsuki— dijo sin más.

El taxi la llevó hasta su hogar, pagó y entró corriendo directo a su habitación. Hiroko, su madre la miró angustiada, pero sabía que ______ odiaba que la molestaran cuándo estaba en esas condiciones.

Su telefono vibraba repetidas veces, Seung estaba llamandola, ella respondió. Sabía que si no lo hacía el la buscaría, ella no quería eso.

—Bien Seung, dime, ¿cuál es tu excusa?— habló antes de que el chico pudiera hacerlo.

—¡Por favor ______ no seas así! Los hombres también tenemos necesidades, ¿sabes? ¡No debería pedir disculpas por eso cuando eres tú la que jamás se acostó conmigo!— gritó.

—¿Estás hablando en serio? Qué patetico, solo, olvida lo que pasó, ¿quieres?

—¡¿En serio?!— dijo el con un tono de sorpresa.

—Claro, y por favor, en tu desagradable vida te atrevas a buscarme— ella colgó.

Es totalmente cierto lo que mi madre me decía cuándo era pequeña, a veces las personas en las que más confías son las que terminan tricionandote o dándote la espalda. Pensaba la chica entre lagrimas.

Seung no sabía que hacer, había cometido un error muy grande y el estaba conciente de eso, lo que el ya sabía, es que ella jamás volvería.