xvi
Visuales:
Jimin:
Jungkook:
Yoongi:
Taehyung:
Sun:
Jin:
Namjoon:
Hobi:
Rey:
Reina:
Hyo (ex de kook)
Iglesia:
Camina de un lado al otro en su habitación, piensa seriamente en saltar por alguna de las grandes ventanas, no le importa cual, en este momento todas les sirven por igual y es entonces que sucede...
...esa fatidica campana que marca las 12 del mediodía resuena en todo el palacio haciéndose escuchar en cada rincon del Reino de Von.
Casi al instante Jimin escucha como la puerta de su habitación es golpeada, eso hasta le hace pensar que los guardias reales probablemente estas hace tiempo detrás de su maldita puerta para tocarla exactamente a las 12 en punto.
Toma un profundo respiro, camina hacía la puertany finalmente la abre encontrándose con el chico había estado reemplazando a Seokjin desde que este se había roto un brazo por culpa de su mejor amiga.
-Es un honor escoltarlo a su carruaje.
Es lo único que dice el joven haciendo una reverencia hacía Jimin siendo seguido del resto de los nueve guardias que habían sido seleccionados sólo para escoltar al futuro Rey Consorte al carruaje que lo llevaría al lugar donde contraera matrimonio.
Ah...Jimin sabe que pusieron tantos para que ni siquiera sueñe con escapar.
Así es como camina en dirección donde saber perfectamrnte que el carruaje espera por el, varios pasillos y escaleras despues finalmente llega a la puerta principal y ahí esta, el bendito carruaje de mierda.
Jimin odia esos carruajes por dos motivos, en primer lugar el esta totalmente en contra del maltrato animal y no puede evitar querer correr hacía esos pobres caballos, y soltarlos mientras canta Libre soy de Frozen, y en segundo lugar ¿Medio de transporte más lento y anticuado no existía?
Decide no seguir renegando porque se conoce y sabe que es capaz de entrar a cagar a puteadas a todo ahí nomas y empezar a cagarse en las leyes de Von y en los putos ancestros de todos los presentes.
-¡Estas di-vi-no!
Exclama su mejor amiga vistiendo un traje enteramente color celeste pastel de tres piezas.
-Lo se, Suni.
Afirma Jimin y es que por favor, ese traje blanco con detalles dorados y la enorme insignia del Reino de Von en el hecha de oro le quedaba pintado, como todo lo que usa para ser honestos.
-No puedo creer que te vas a casar.
Taehyung sigue en shock.
-Todo gracias a un traidor.
A Hoseok simplemente le encanta cagarle la vida a las personas.
-¡YO NO SOY UN TRAIDOR!
Grita el abuelo Son con enojo.
-Nadie te nombro a vos, te entro el saco.
Vuelve a afirmar Jimin con acidez, se esperaba esto de cualquiera menos de su abuelo.
Es este:
Finalmente la caravana empieza a moverse, Jimin sabe que mucho más adelante va a Jungkook y no es por nada pero estaría deseando que justo ahora caiga un meteorito sobre el carruaje del príncipe, no es como sí le deseara la muerte o algo así pero sabe que un suceso de esa magnitud lo libraría de este problema de dimensiones REALES (literalemente) en el que se metió.
Ahí esta Jungkook, con la expresión más amarga que alguien pudiera llegar a poner en su vida.
-Cuando salgamos del palacio te conviene cambiar esa cara, no querras que tus subditos se piensen que esto no es lo que queres, Jungkook.
Advierte el Rey observando a su hijo, lo ama, es su único hijo, pero tiene que entender que su posición conlleva responsabilidades a las que, por más que lo desee, no puede negarse.
-Si, su Majestad.
Es lo único responde Jungkook casi como sí fuese por inercia, como sí supiera perfectamente que esas son las únicas palabras que le puede decir a su padre cuando le ordena algo.
Desearía revelarse aunque sea una vez en su vida, comportarse con un adolescente encaprichado y desobedecer a sus padres aunque sea una sola vez.
-Jungkook, entiendo que esto no es lo que querías, pero este es el primer día del resto de tu vida, trata de verle el lado más positivo que puedas.
Es lo único que dice su Alteza la Reina a su único hijo que parece tan miserable ahora mismo, pero es que sí por ella fuera este matrimonio ya estaría anulado, pero incapaz de hacerlo por que los ritos sagrados van más allá de los poderes que tiene, incluso el mismisimo Rey, son absolutos y nadie puede desafiarlos.
No pasa mucho cuando salen del palacio e inmediatamente una multitud recibe el primer carruaje, en el que van Jungkook, el Rey y la Reina. Casi de inmediato el rostro de Jungkook cambia por completo, una sonrisa se dibuja en sus labios mientras saluda a todos sus subditos con elegancia.
Y varios metros atras viene el carruaje de Jimin, el cruzado de brazos mirando a todo el mundo que lo aplaude y los festeja. A ver, en otras circunstancias el estaria feliz y contento tirándole besos a todo el mundo y gritando gracias, gracias de todo corazón llegue acá por ustedes, sin ustedes no soy nada bueno si magnifico pero no importa. Pero no, esta ahí amargado y con ganas de tirarse de cabeza contra el asfalto a ver si con un poco de suerte se caga muriendo.
Fuerza una sonrisa y saluda como le habían enseñado, mueve laa mano delicadamente y se siente un idiota haciéndolo, y por ese motivo manda la etiqueta a la mierda y empieza a saludar como lo haría...ya saben, un ser humano normal.
Finalmente el maldito carruaje se detiene, primero bajan sus acompañantes que son escoltados dentro la Iglesia y por último bajan él y su abuelo que lo va a llevar al altar.
-Jimin, sos como un hijo para mi, la luz de mis ojo-
-No te atrevas porque te pateo la cabeza.
Amenaza Jimin en el momento en que su abuelo amenaza con ponerse sentimental.
Sí prestan atención pueden ver la lágrima que se desliza por la mejilla del traidor, digo, señor.
Ambos son escoltados dentro de la Iglesia, un gran puerta se encuentra cerrada frente a ellos, Jimin toma el brazo de su abuelo, esa música horrible típica de bodas empieza a sonar y entonces las puertas se abren.
Bien, Jimin esta impresionado, hay toda una orquesta tocando justo ahora, candelabros hermosos de cristales que parecen diamantes cuelgan del techo, el camino al altar parece estar hecho vidrio, todo decorado por hermosas flores blancas tipicas del Reino de Von y al final del pasillo ahí esta, Jeon Jungkook.
En ese momento todos lo saben, mientras ven al futuro Rey consorte caminar hacía el futuro Rey, no podrían ser mas diferentes, uno vestido de negro y el otro de blanco, uno porta magnificiencia y el otro elegancia, pero al mismo tiempo es como sí fueran la otra cara de la misma moneda.
Y Jungkook se sorprende, porque antes de que entrara Jimin tuvo que hacer un esfuerzo inhumano para no clavar sus ojos en la mujer que considera el amor de su vida y esta ahí, sentada a tan solo unas bancas de distancia con un vestido negro que le queda perfecto, y sus rizos dorados ahora alisados lo cual le queda aún más hermoso. Pero entonces entro Jimin, y ahí esta, sin poder apartar los ojos de él, no puede evitar mirar esos ojos avellanas que parecen atravesarlo como dagas.
No puede evitar escuchar un suspiro que parece escapar de los labios de todos los presentes, incluso...tal vez de él.
Porque Park Jimin no mintió cuando dijo que no le importaban las circunstancias el iba a ser el centro de atención, ahí esta, caminando hacía donde quiere, estando en un lugar del cual quiere huir corriendo en este instante y aún así viéndose más precioso que cualquier persona presente en ese lugar.
Por ese motivo es que a pesar de todo Jimin camina con una seguridad absoluta, porque sabe quien es, sabe como luce y sabe perfectamente que nadie es capaz de apartar sus ojos de él, ni siquiera el chico que jura odiarlo y lo espera al final del pasillo completamente paralizado.
Finalmente llega a él, su abuelo deja un beso en su mejilla y Jimin aprovecha esa oportunidad para susurrarle un "puto traidor de mierda" que por pura casualidad llega a oídos de Jungkook y lo obliga a retener una risa que quiere escapar de sus labios.
-Cuidalo mucho, es mi tesoro.
Le pide el abuelo Song al príncipe quien toma la mano de Jimin, asintiendo en dirección al señor.
-Tesoro que vendio a cambios de contratos exclusivos.
Susurra Jungkook solo para Jimin logrando que el chico asienta completamente de acuerdo.
-No me lo recuerde porque lo puteo aca y ahora.
Pide Jimin logrando una vez más que Jungkook tenga que retener una risa.
Y entonces el despampanante modelo se toma el tiempo de mirar a quien esta a punto de convertirse en su marido, Jeon Jungkook no es para nada su tipo, pero en ese momento no le da tanto asco.
-Te ves bien.
Admite Jimin en un susurro mientras ambos tomados de la mano suben las escaleres al altar donde los espera el padre.
-Que eso venga de alguien que luce tan bien como vos...me hace sentir un poco mejor.
Pronuncia Jungkook logrando que Jimin lo mire con una leve sonrisa.
Finalmente llegan al altar, se paran uno frente a otro y toman sus manos en el medio para dar inicio a la santa ceremonio.
El padre empieza con su tipico discurso aburridisimo, explicándoles a todos porque motivo están todo ahí reunidos como sí hubiese alguno confundido en el público pensando "¿Cómo que acá no dan helados gratis?" O algo por el estilo.
Entonces sucede, ambos lo escuchan, el principio del fin.
-Jeon Jungkook, tus votos porfavor.
Jungkook suspira, y mira los ojos de Jimin que lo miran con curiosidad.
-Jimin, todos en este lugar saben que no nos conocemos lo suficiente como para escribirnos una carta de amor de veinte páginas, pero puedo decirte que voy a respetarte hasta el último de mis días, voy a apreciarte y acompañarte en cada paso que des, voy a apoyarte y voy a ser el marido que mereces. No importa lo que suceda, prometo siempre confiar en vos, ser tu compañero, te confió el resto de mi vida, lo dejo todo en tus manos, mi felicidad, mi tristeza, mi amargura, mi emoción, mi deber, te entrego todo lo que soy.
Pronuncia Jungkook diciendo de memoria las palabras que había escrito solo para Jimin, lo dice en serio, porque es la verdad, a partir de ese momento...todo depende de sí depende de las acciones de Park Jimin. Desliza el anillo de matrimonio por el dedo anular izquierdo del modelo y el padre prosigue.
-Park Jimin, tus votos porfavor.
-Honestamente no se que más decir porque siento que acabas de sacarme las palabras de ls boca, pero si puedo agregar algo...prometo estar siempre de tu lado, Jungkook, estamos juntos en esto.
Pronuncia Jimin logrando que los ojos de Jungkook se llenen de lágrimas mientras desliza el anillo de matrimonio por su dedo anular, ninguno de los dos es feliz, pero estan satisfechos con las palabras del contrario y saben que si todo lo que se están diciendo es verdad...entonces, hay un pequeña posibilidad de que todo esto llegue a buen puerto.
-Jeon Jungkook, princípe del Reino de Von y legítimo heredero al trono ¿Acepta como esposo y Príncipe consorte a Park Jimin, para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermadad, el la miseria y la fortuna hasta que la muerte los separe?
Jungkook observa a Jimin sabiendo que a tan solo algunos metros esta la mujer que ama y aún así pronuncia esas palabras que jamás hubiese querido pronunciar sí no era con ella.
-Acepto.
-Park Jimin ¿Acepta como esposo al Principe heredero al trono de Von, Jeon Jungkook, para amarlo y respetarlo, en la salud y en la enfermedad, en la miseria y en la fortuna, hasta que la muerte los separe?
Y entonces Jimin lo mira a Jungkook fijamente, buscando en sus ojos una señal que le diga que hacer, sí salir corriendo o resignarse, sí hacer un gran escándalo o simplemente apaciguarse, y en cuanto el Príncipe asiente derrotado, finalmente entiende que realmente no hay escapatoria alguna.
-Acepto.
-Jeon Jungkook, Príncipe de Von y legitimo heredero al trono, puede besar a su novio.
Y finalmente llega ese momento que ambos habían nombrado ayer, se miran como sí el contrario les quemara pero no se alejan, se acercan, se atraen como si una marea los empujara a hacerlo a la fuerza.
Es Jungkook quien toma el rostro de Jimin con delicadeza buscando en sus ojos la aprobación para besarlo, y es que jamás haría algo que el chico no quisiera.
Todo lo que Jungkook ve en esos ojos color almendra que parecen absorberlo es determinación y es por ese motivo que finalmente cierra sus ojos y captura los labios del modelo con los suyos.
Como sí algo hubiese sido liberado, como sí algo hubiese desaparecido y como sí ese momento lo significsra absolutamente todo.
Ese disgusto que ambos afirmaron que iban a sentir nunca llega, sus labios se prueban con delicadeza, como quien se adentra en la selva sin saber donde se esta metiendo.
Es un sentimiento desconocido y ahí están, incapaces de soltar al contrario a pesar de creer repudiarlo.
Finalmente se alejan unos centímetros sin poder creer lo que acaba de suceder, preguntándose sí el contrario acaba de sentir lo mismo, o sí fue solamente uno solo, pero encuentran las respuestas en un cruce de miradas que les asegura que eso fue de a dos, nadi sintio de más ni de menos, ambos lo sintieron todo.
-Los declaro, esposo y esposo, felicidades, este es el primer día del resto de sus vidas.
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Buenooo hasta aca por hoy tkm 💛💛
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