
𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝟶𝟷
𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟶𝟷
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Después de dos noches cabalgando, con pocos descansos y poco más de comida.
Poneys llenos de equipajes, bultos y paquetes cruzaban por el camino, con el pueblo de Bree dándoles la bienvenida.
Lo más sorprendente no eran los enanos que montaban en ellos, ni tampoco lo era que uno de ellos no era un enano realmente, sino un hobbit el que los acompañaba.
Bien es sabido que los hobbits nunca dejan sus pequeños agujeros-hobbits.
Demasiado acostumbrados a las comodidades de sus casas y su pueblo.
En fin.
Lo más sorprendente de todos ellos era el espléndido caballo blanco que cabalgaba delante de todos, con Gandalf guiándolos.
Si.
Gandalf, Gandalf el gris.
El mago que donde quiera que pasara cuentos y aventuras brotaban, de la forma más extraordinaria.
Y todos saben que cuando se vea al viejo mago gris, una gran aventura vendría con él, o una gran tormenta.
En cuyo caso, solo parecían estar de pasada.
El extraño grupo, compuesto por 13 enanos, un hobbit y el mago; hizo una parada frente a la posada: El Póney Pisador.
Decidiendo descansar una noche ahí, a petición de este último, antes de seguir con su camino.
-No seas terco, Thorin. Necesitan descansar y reponer sus provisiones antes de partir a caminos más lejanos, donde no habrá tantos pueblos, o ninguno -
Gandalf señalo hacia los enanos y el hobbit, que portaban aspectos cansados y hambrientos, antes de dar media vuelta y dirigirse hacia la posada sin volverse a mirar si lo seguían.
-Solo una noche, y luego retomaremos nuestro camino a primera hora de la mañana -a regañadientes acepto, no iba admitirlo, pero él también se sentía cansado
El lugar estaba lleno de gente bulliciosa que iba y venía, lo suficiente oscuro para que solo unos pocos notaran la llegada de los enanos.
Hicieron un trabajo rápido en juntar unas cuantas mesas y sillas, y pronto estaban disfrutando de una comida caliente y una gran jarra de cerveza.
-Entonces, Gandalf, ¿qué era eso tan importante que tenías que mostrarnos? Lo suficientemente importante como para retrasarnos en nuestro viaje -
Desde luego Thorin no tardaba en mencionar otra vez el retraso que les traería pasar la noche en la posada, aun cuando se hallaba con el estómago lleno y satisfecho.
¡Enanos! Tercos y orgullosos.
- ¿Mostrarles? sí, esa sería una forma de decirlo -tarareo de acuerdo-. Yo diría que más que mostrar seria... presentarles a alguien -les sonrió enigmáticamente, típico del mago
Si antes no estaban atentos a la conversación, ahora lo estaban con esa nueva información.
- ¿Presentarnos a quién? -el ceño fruncido de Thorin parecía no relajarse nunca, al igual que él
- ¿Como que, a quién? pues al último integrante de la compañía -se rio, pero el hobbit podía jurar que parecía algo nervioso
Antes de que el enano pudiera decir algo, la misteriosa y sombría figura de un encapuchado se acercó a la mesa.
Sin hablar ni esperar la orden de nadie, retiro la capucha que protegía su rostro y desabrocho su capa dejándola en una silla detrás de ella, alejada de la mesa en la que se encontraban.
-Únete a nosotros querida -Gandalf se movió dejando sitio suficiente para que pueda acercarse
-Es una mujer -
-Oh, olvide mencionar eso -Gandalf sonrió mientras probaba el vino de su copa
-Has olvidado mencionar varias cosas... -apretó los dientes, antes de reparar en las ropas y armas afiladas de la mujer-. No quiero tener ningún trato con vikingos -Thorin miro con evidente desagrado hacia la mujer, cosa que no pasó desapercibido para nadie
-Sabes... los vikingos no somos tan diferentes de ustedes, los enanos -le sonrió con burla, divertida por sus reacciones
Cuando acepto la oferta del mago, luego de meditarlo con los dioses, había ansiado durante todo el viaje a la posada ver la reacción del futuro rey de Erebor.
Había sido mejor de lo esperado.
-NUNCA podríamos parecernos a ustedes. Son bestias, barbaros viles y sanguinarios -
-Pues no lo parece -Bofur miro embelesado a la recién llegada
Sin duda una guerrera, siendo evidente por las armas que portaba.
Casi del tamaño de su brazo, una espada se hallaba atada a la cadera por un grueso cinturón de cuero y plata. Portando dos hachas en su espalda, entrecruzadas, que parecían ser de fácil acceso y mortales. Y unas cuantas dagas que eran visibles, aunque no dudaban de que tuviera más trucos escondidos bajo la ropa.
Otra cosa que la delataba, su ropa.
Parecía simple, pero lista para pelear. Tenía una túnica azul pegada a su cuerpo y sobre esta algo parecido a un corsé hecho de algún tipo de cuero, con algunos detalles bordados, definitivamente de su pueblo. Pantalones marrones, hechos del mismo cuero, apretados y flexibles para moverse. Y unas viejas botas hasta las rodillas, algo desgastadas y embarradas.
Sin embargo, todo eso no era lo que la hacía peligrosa, sino su cara.
No era fea, de hecho, era muy hermosa para no tener barba.
Con el cabello del color del sol, reflejos dorados se mostraban cada vez que la luz de una vela se movía.
Había varias trenzas intrincadas en su cabello, sin ninguna cuenta que las adornara, solo trenzas.
Y del lado izquierdo de su cabeza tenía recortado casi al ras, mostrando unas líneas de tinta en su piel formando un tatuaje que bajaba hasta su cuello y se perdía debajo de su ropa.
Pero sus ojos... sus ojos eran lo peligroso.
Había algo letal en esos ojos de color azules como el mar tormentoso.
Una promesa... una promesa de matar a quien se pusiera en su camino.
-Pero lo es -la brusca respuesta de Dwalin lo saco de su ensoñación
Y tenía tanta razón.
¡Holaa!
El primer capítulo está subido, solo pido que le den una oportunidad a esta historia y la disfruten.
¡voten y comenten sin vergüenza!
L.P♡
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