C A P I T U L O 9.
La semana que mi familia pasó conmigo en Rumania, la atesoraría por completo. Volver a sentir las caricias y el amor de mi madre fue reconfortante al igual que las ocurrencias divertidas de papá. Ginny ya es toda una mujer, es la mejor cazadora de las Arpías de Holyhead y estoy sumamente orgulloso de ella, además Harry siempre me cayó bien.
Papá estuvo encima de Yusuf todo el tiempo y para mi sorpresa, el viejo estaba encantado de su compañía, Mamá y Isaac se empezaron a llevar muy bien, sobre todo cuando le insinuó que gracias a él yo estaba saliendo más. Evanna no se despegó de Harry en ningún momento, algo que a mí hermana no le hacía mayor gracia, pero después comprendió la insaciable curiosidad de Eva. Por otra parte mi madre quedó encantada de ella, y también de su tarta de frambuesas así que de cierta forma se ganó el cariño de mi familia tan rápido como se ganó el cariño de los trabajadores acá en la Reserva.
— Cariño, debes ser más cortés con Evanna, ella es una dulce muchacha — esa era la frase que mi madre me decía todos los días cuando yo le decía algo desagradable a Eva, aunque sólo fuera en bromas.
— Así se tratan ellos — argumento Isaac con una sonrisa de medio lado — Aunque ahora claramente se llevan mejor — me acusó con tono insinuativo.
—¡Charlie! Siempre te enseñé que tienes que ser un caballero con las damas! — me regañó mamá.
— No la trato mal, sólo hago bromas ¿Qué acaso los gemelos son los únicos que pueden hacer bromas en esta familia? — comenté algo molesto, mientras ponía el mantel en la mesa, ese era el último día que estarían en Rumania, papá tenía que volver al trabajo, así que se irían mañana temprano.
Mi madre me miró mal al responder eso y siguió pendiente de las cacerolas que hervían, ella había insistido en que quería cocinar para mí.
— ¿Charlie has hablado con George y Fred? — me preguntó Ginny.
— He escrito a George, que suele responder, la verdad es que Fred casi nunca lo hace así que ahora le escribo a George y ahí aprovecho de saber de ambos ¿Cómo está Cassiopea? — Cassie era la hija de Fred.
— ¡Está enorme y muy bella, es igual a Nina!
— Menos mal que es igual a ella, imagina hubiera salido horrenda como Fred — bromeé y mi madre me dió esta vez en la cabeza con el paño de cocina.
Terminé de poner la mesa y en eso papá y Yusuf entraron en la residencia.
— Huele delicioso, asumo que cocinó Molly.
— Sí papá, Charlie no es muy diestro en la cocina — me molestó Ginny.
La gente estalló en risas, la verdad es que mis padres habían congeniado muy bien con todos allí, bueno, los Weasley solíamos congeniar bien con todos, y mis padres de por sí son demasiado amables.
Mamá empezó a servir la cena y Ginny se apuró a terminar la ensalada.
— Mira como estás revolviendo eso —la molesté — ¿Cómo cocinarás para Harry cuando te cases?
— ¡Ese comentario es sumamente machista! — me respondió enojada.
— No me salgas con eso — reí — no sabes tomar ni la cuchara.
En eso Harry y Evanna entraron, ella estaba bombardeandolo en preguntas como había hecho toda la semana, a Ginny ya no le incomodaba porque sabía que no le quitarían a su futuro marido.
— Tomen asiento — les indicó mi madre y Harry rápidamente se sentó al lado de Ginny.
Eva se había mantenido un poco alejada del ambiente familiar estos días, sé que le hacía sentir mal el hecho de ver a un núcleo familiar unido, y la verdad es que yo no la había presionado en ese sentido, porque sabía cuando las personas querían espacio. Ví que se quedó haciendo tiempo en las escaleras, pero después trataría de escabullirse hacia su habitación.
Fui discretamente a donde estaba bebiendo agua en la cocina y me acerqué.
— Eva ¿Quieres cenar con nosotros? —le ofrecí.
Ella se volvió aún con el vaso en la boca y tragó con expresión sorprendida.
— Charlie, yo no quiero molestar ni interrumpir la última cena con tu familia, yo cenaré después no te preocupes.
— Anda no seas tonta, no molestas. Además mi madre también te invitó. Siéntate con nosotros — insistí y le dediqué una sonrisa para que supiera que yo estaba hablando en serio.
Rápidamente ella también sintió la sinceridad de mis palabras y sonrió.
— Iré a cambiarme y bajo.
— No te tardes, no conoces como es mi madre.
Su risa burbujeante sonó en la habitación.
— ¡Hasta que hora platican!¡ Charlie deja de distraer a Evanna y dile que baje pronto a cenar!
— Ya se lo dije mamá ¡Deja de regañarme! Ya no soy un niño, eso dejalo para Ronnie.
— A veces te comportas como uno — me observó ceñuda.
Me senté y Isaac dejó una silla vacía en medio de nosotros, sabía lo que estaba haciendo. Ya me las cobraría. Eva bajó y se sentó en la silla vacía que quedó en medio. Observó a todos con una gran sonrisa y me miró de reojo.
— Hemos disfrutado mucho en este lugar — le comentó papá a Yusuf.
— Todos quedan maravillados, después no quieren irse, ya ven a su hijo — respondió y todos rieron.
Mamá intervino y se dirigió a Eva.
— ¿Querida hace cuánto trabajas aquí?
— Hace unos meses, señora Weasley.
— Linda, puedes decirme Molly — comentó mamá y Ginny y Harry intercambiaron una mirada risueña, no era secreto que cuando mamá hacía ese comentario era porque la persona le había caído bien.
— Gracias, pero aún así me sentiré cómoda diciéndole señora Weasley — respondió algo sonrojada.
— Supongo que Charlie te ha tratado bien, asumo que todos esos comentarios antipáticos son una especie de broma entre ustedes — preguntó con claras intenciones de hacerme irritar.
Eva me miró por unos momentos y yo la miré también, hasta que se sonrió, provocando que sintiera una especie de calor en las mejillas que claramente no pasó desapercibido para mi madre.
— Charlie es un buen chico — comentó con naturalidad — algo introvertido al principio pero después es muy agradable. Se nota que usted le inculcó valores como el respeto, la tolerancia y el buen juicio — claramente eran dardos en mi contra.
Isaac tuvo que reprimir unas risas que estaban por salir de su interior y prefirió mascar el pastel que había hecho Eva, que estaba delicioso por cierto.
— Me alegro mucho que se estén llevando bien — respondió mi madre con orgullo.
La cena siguió siendo divertida, sobre todo cuando Eva le empezó a preguntar a Harry sobre su compromiso con Ginny. Pude ver a mi casi cuñado enrojecer y a mi hermana poner ojos brillantes ante la mención de "hijos"
Cuando todos se fueron a dormir me quedé lavando los trastos con magia, estaba cansado y no quería tardar mucho. Eva iba subiendo las escaleras luego de poner hechizos de protección en la entrada.
— Eva... — le llamé.
— ¿Mhm? — me contestó volviéndose.
— ¿Por qué no le contaste a mi madre las veces en las que discutimos cuando llegaste aquí?
Me miró divertida.
— Puede que sea una entrometida como sueles decirme pero no soy una chismosa— aclaró.
Ese comentario me hizo reír.
— No te estoy diciendo eso, es sólo que pudiste contestar.
— Sí, pude hacerlo. Pero ya no lo eres ¿O sí? ¿Ya no pasamos discutiendo todo el tiempo?
— No, pero es porque no eres una entrometida — reiteré riéndome.
— Y tú tampoco eres un amargado, te ríes más — rebatió.
Eso me dejó pensando ¿Realmente era tan antipático como me decían que era?
— Supongo que gracias— asumí asintiendo con la cabeza.
— Descansa — susurró y ese tono me hizo sentir como si esperara algo.
— Tu también, me iré en un momento.
— Buenas noches — se despidió subiendo las escaleras.
— Buenas noches.
A la mañana siguiente cuando el traslador que llevaría a mi familia a la estación de trenes estaba a punto de activarse, yo estaba despidiendome de todos ellos, mandé cosas para mis sobrinos y también para mis hermanos.
— Querido mío, te cuidas mucho ¿si?
— No tienes de qué preocuparte mamá, enserio.
— Sabes, me cayó muy bien tu compañera, deberías invitarla a casa un día.
Rodé los ojos.
— ¿Y eso para qué si tú ya lo has hecho? — le sonreí y la abracé.
— Pues porque debes ser cortés, sé que te ayudo a cocinar el día en que llegamos.
— Ya mamá...
— Cariño..
— Deben irse ya, el traslador se activó — le corté el tema antes de que comenzara.
— Cualquier cosa nos escribes — me miró resignada.
— Por supuesto, no tarden en avisar que llegaron bien, acá hay teléfono, sé que a papá le gusta llamar.
Abracé a los cuatro y ví como desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Sonreí, de verdad estar con ellos estos días me había hecho muy bien y tenía las energías renovadas para trabajar otra vez.
Pero antes de que pudiera dar un paso para ir a mis labores, sentí el sonido de la aparición. Me volví.
Era Kingsley Shakeltbolt, el ministro inglés.
¿ Qué estaba sucediendo? No tenía idea que vendría.
— ¡Muchacho cómo estás!
— Señor ministro, que placer. No sabía que vendría.
— Esa era la idea Charlie, nadie sabe que vine.
Fruncí el ceño.
— ¿Sucede algo?
— Necesito hablar con Steinner primero si eres tan amable.
— ¿Sucede algo con Evanna? —pregunté preocupado.
— He venido por dos cosas, una la convoca a ella, y la otra.. — hizo una pausa — en la otra tienes que ver tú y sé que no va a agradarte.
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