Estar en esta especie de tregua con Evanna era algo extraño, si bien ella no era desagradable yo no estaba acostumbrado a tener mayor contacto. El hecho de haberme enterado de algo tan personal acerca de ella me hacía querer saber cómo era posible que alguien tomará la decisión de abandonarte, no imaginaba a mamá o a papá dejando a ninguno de nosotros, ni siquiera a Percy que era un imbécil la mayor parte del tiempo, y tampoco a Ronald que era fastidioso.

Creo que entablar amistad con ella sería algo paulatino, no lo presionaría, ni apresuraría por lo que estábamos en terrenos nuevos.
Solía conversar conmigo luego de la jornada de trabajo, tomábamos café juntos, con Isaac y con Yusuf, quien pasó de ser huraño a ser amable con Eva.
Si no podía ser todo tan fantástico, odiaba los sabores que ella siempre intentaba poner en el café.

-¡Quita de aquí ese olor!

- Es sólo canela Charlie.

- Es asquerosa -rebatí, eso le bastó a ella para acercar su tasa y ponerla prácticamente encima de mi nariz - No se cómo puedes tomar eso, huele mal.

-En cosas de gustos no hay nada escrito -anunció - a mí me gusta desde que era pequeña.

Ví como su cara cambió y se puso más seria. Estábamos conversando en la residencial.

- ¿Tienes buenos recuerdos de tu infancia Eva?

- Sí - contestó - jamás me trataron mal en el orfanato, Susan era la mujer que estaba a cargo de mí y de siete niñas más. Algunas eran malas conmigo porque...

Se puso en silencio un momento reprimiendo una risa.

-... Porque ellas no querían decirme lo que hacían, entonces yo iba con Susan y las acusaba.

Reí, eso era algo muy propio de ella también lo hacía en Hogwarts.
- Osea eres igual desde niña -dije sin poder evitar reír.

-Sí, siempre quise tener amigas. A veces ellas me ignoraban, yo sólo quería tener alguien cerca.

- Alguien con quien hablar - asumí.

-Susan fue como mi madre, me dió amor y todo el cariño, hasta que un día el profesor Dumbledore llegó, ahí supe que yo era una bruja y no era un fenómeno como pensaba, no sé si mis padres eran muggles o magos, pero honestamente ya no importa. A los 11 me fui y volvía los veranos.

Asentí, la verdad es que no sabía que decirle.

— Cuéntame de tu gran familia — se apuró a decir.

— Cuando era pequeño mamá siempre nos contaba los cuentos de Beedle & Bardo, me encantaba la fábula de los tres hermanos, nunca pensé que fuera a ser real — sonreí — Cuando nació Percy yo estaba muy contento, no pensé que iba a colocarse tan idiota cuando creciera, después vinieron los gemelos que le causaban dolores de cabeza a mamá desde que nacieron. Ron y Ginny llegaron seguidos, siempre me llevé bien con Bill, era mi hermano favorito.

— Me hubiera gustado tener hermanos — comentó.

— Es genial tener una familia grande, pero yo siempre fui introvertido, no me gustaba que todos se enteraran de lo que ocurría y cuando tienes una familia tan grande eso es imposible.

— ¿Cuando decidiste venir a Rumania?

— Siempre me gustaron las criaturas mágicas, a finales de sexto año lo decidí y de inmediato se lo dije a mamá, obviamente no le pareció — reí al recordarlo — Pero no podría impedirlo, desde hace años había averiguado de esta reserva y siempre fue mi sueño venir.

— ¿Los extrañas? — me preguntó con duda.

— Si, que no hable de ellos no quiere decir que no los extrañe, solamente que sabes que no soy de hablar mucho.

De pronto se me quedó viendo con intenciones de hacer más preguntas, pero no eran acerca de mi familia, lo presentí por como cambió su cara.
Me puse de pie.

— Ya es tarde Eva ¿Por cierto por que no te gusta que te digan así? — cuestioné cambiando drásticamente el tema, no estaba preparado para hablar sobre Tonks con ella.

Ella me miró con una mueca, la había descubierto.
— En el orfanato me molestaban diciéndome que yo era la Eva de la biblia y que era una sumisa que no sabía hacer nada igual a ella.

Solté una carcajada, era la explicación más estúpida, jamás podría haber imaginado algo como eso ni en un millón de años.
—¿Es en serio?

— No te burles — contestó echandome una mirada reprobatoria.

— Está bien, está bien — comenté para que se calmara — mañana tengo ir al ministerio rumano a regular las cosas de aquí, se hace todos los meses — le expliqué y me observó con atención — estaré aquí a eso de las tres de la tarde, mientras no estoy quedarás a a cargo del pequeño que está enfermo.

Su cara se iluminó de inmediato, era la primera responsabilidad de mayor envergadura que le dejaba y saltó del sillón.

—¡Claro, no tienes nada de que preocuparte! Lo cuidare bien.

— No tengo dudas de eso, yo le daré la poción de la mañana, así que no tendrás que levantarte tan temprano — comenté.

— Igual lo haré, no quiero que los escarbatos vayan a desordenarse, además los pollocks ya están en la fase fiel, tengo que seguirles demostrando calidez para que confíen de verdad en mí.

— He visto que has trabajado muy duro y has avanzado, te felicito por eso, mientras les des amor a las criaturas no tendrás jamás un problema. Descansa Eva.

— Gracias Charlie, que descanses y que mañana vaya todo bien en el ministerio.

— Seguro — sonreí. Salí de la residencial camino a mi cabaña que estaba a un costado.
Me saqué la camisa y me tendí en la cama, observé la foto que tenía en mi mesa de noche, estaba toda mi familia, mis hermanos, mamá, papá. Los extrañaba y jamás se los decía, haber conversado con Evanna me dejó algo nostálgico, no era una mentira de que no aprovechaba a mi familia, y que de cierta forma me había desligado de ellos y de toda la vida en Londres.
Me paré y busqué unas hojas de pergamino, comencé a escribirle a mamá, me había invadido la culpa.

Mamá :
Siento el no haber escrito antes, no tengo ninguna excusa, lo siento.
Te he extrañado, a tí más que nadie, también a papá.
Acá las cosas están muy bien, me encantaría verte, a todos en realidad ¿Cómo está Bill, Fleur y los pequeños? Victoire ya aprendió a montar la escoba? ¿Qué hay de Percy? ¿Audrey aún lo soporta? Es broma.
¿Qué hay de George? Hasta acá llegan de sus sortilegios, siempre los recuerdo, ojalá que ya le pida matrimonio a Jessi, eso estaría bien. ¿Fred y Nina están bien? ¿Cómo está Cassie? Espero que siga teniendo los genes de Nina.
Se que Ron empezó a ser auror hace poco, ojalá que todo vaya bien, Ginny me escribió el otro día, aún así dale cariños.
Hablaré con el ministro, quizás arregle un viaje y puedan venir todos, acá hay mucho espacio y sé que a los pequeños les encantara.
Te quiero mucho, besos para ti y papá.
Con cariño Charlie.

Suspiré, mañana llevaría la carta al ministerio, si la enviaba desde allá llegaría a Londres a más tardar en dos días, aunque mandara a un Fénix demoraría más y no me gustaba arriesgarlos a distancias tan largas.
Cerré los ojos para conciliar el sueño, y sin duda alguna haberle escrito a mamá me hacía sentir mejor.