Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C A P I T U L O 23.

Todos estaban preocupados por Evanna, habían pasado ya unos días desde su accidente pero aún no estaba seguro de que se encontrara por completo en óptimas condiciones. Casi siempre Yusuf o Isaac la estaban observando de cerca cuando yo tenía otras cosas que hacer, claramente tenía que ser con disimulo, a ella le ponía de mal humor que la trataran con atenciones que según ella no necesitaba, más el medimago había dicho que podía sufrir de estrés postraumático y me preocupaba que algo pudiera sucederle al estar entre los dragones.

Aún estaba preocupado por la conversación que habíamos tenido antes del ataque del dementor, también me preocupaba lo que le había contado a Yusuf, más él no había vuelto a tocar el tema, yo sabía lo que él pensaba.

El sol había salido y pegaba fuerte el día de hoy. Los Dragones estaban más inquietos que de costumbre y habían llegado unas especies desconocidas que supuestamente eran originarias de Rusia. Había bastante trabajo por delante.

Ví a Isaac acercarse hacia donde yo me encontraba.
—¡Hey, no sé cómo lo haces! Pero hay una chica guapísima afuera que viene a hablar contigo.

—¿Otra chica a ayudar en la reserva? —bromeó.

— No bromees tanto, está hablando con Evanna y la rubia no está muy contenta con su presencia.

—¿Qué?

— Lo único que te digo es que si viene para quedarse, voy a ir ahí, ya sabes a lo que me refiero. Tu ya te quedaste con Eva.

Negué con la cabeza, era realmente idiota cuando se lo proponía.

— Voy de inmediato — reí y me limpié las manos.

Caminé junto a mi amigo por la pradera que separaba la entrada con el lugar donde manteníamos a los Dragones. En ese momento divisé a un grupo de cuatro personas que eran lideradas por una chica, una joven que reconocí de inmediato.

Ella al percatarse que venía caminando, vino a mi encuentro y yo  sonreí.

— Miren a quién tenemos aquí — reí y corrí a su encuentro. — Tenemos a la serpiente en casa.

Chico come dragones — me molestó y me abrazó.

— ¡Nina! ¿Cómo estás? Tanto tiempo sin verte — la rodeé con mis brazos para corresponder a su abrazo.

— Charlie ¡Sí! Demasiado, me dijeron que estuviste en Londres. — me sonrió. — Estaba fuera.

— Sí, necesitaba de tu ayuda en un asunto.

— Pues aquí me tienes. — me contestó con su característico humor negro. — Creo que ya se ha hecho tradición que los Slytherin le salvemos el culo a los Gryffindor — me molestó — aunque quieran negarlo.

— Ven aquí, voy a presentarte a los demás. — le invité a acercarse. Ella le hizo un gesto a los chicos que estaban junto a ella para que la siguieran.

— Viniste rápido — le molesté — y ese milagro ¿A qué se debe?

— Pues lo que está sucediendo aquí es grave, Kingsley habló conmigo y lo arreglamos todo con el departamento de seguridad mágica.

Me reuní con Isaac, Evanna y Yusuf que eran los que estaban cerca y no nos quitaban los ojos de encima.

— Chicos, acérquese por favor. — anuncié. Los demás trabajadores comenzaron a llegar de a poco sin saber que pasaba.

— Compañeros, saben que hemos pasado una situación bastante ilegal e irregular con Evanna — hablé — Hace tiempo había estado tratando de buscar ayuda, más ahora ¡Gracias a Merlín! Llegó — me volví hacia Nina. — Kingsley nos la ha enviado a ella para resolver, realmente, qué es lo que se trae Rossi en estas tierras. Ella es Nina.

Le dí la palabra.

— Buenas tardes caballeros — saludó — Como Charlie ya lo dijo, soy Nina Illich, Jefa del departamento de aurores del Ministerio de magia Inglés.

Ante esa mención Evanna entornó los ojos e intercambiamos una mirada, le sonreí para tranquilizarla, pero sus ojos volaron de inmediato a su antebrazo izquierdo, claramente no estaba cómoda en presencia de ella.

— Ellos son mi equipo, Seamus Finnigan — se sonrió.— No se acerquen mucho, pues todo lo que toca lo incendia. — con ese sarcasmo ya se había ganado a los trabajadores  ya que todos se estaban riendo. — Theodore Nott y Miles Shafiq, nuestra intención es rastrear el lugar y encontrar pruebas que demuestren que el ataque que sufrió su compañera no fue un mero accidente, además que trataremos de interrumpir los menos posible sus labores.

— Les ruego que si los aurores que Kingsley envió les consultan cualquier cosa, ustedes la respondan para facilitar la investigación. — agregué.

Nina se dirigió directamente a Eva.

— Evanna ¿No es así? — Eva la observó algo desconfiada — ¿Cómo te sientes? Tu ataque no fue algo que pueda tomarse a la ligera  ¿Te sientes bien para trabajar?

— S si, — balbuceó Eva, si bien le sacaba una cabeza de altura, estar cerca de Nina resultaba intimidante la mayoría de las veces. — Me encuentro bien — afirmó.

— Perfecto, porque Seamus te hará algunas preguntas que nos ayudarán a entender mejor todo lo que sucedió — hizo una pausa — sé que puede resultar incómodo pero es necesario lamentablemente.

— Está bien — respondió cortante.

— Anda Charlie, presentame a la chica, se vé que se conocen. — me susurró Isaac.

Reí, en este momento me pagaría todas las que me había hecho.

— Voy a hacer una aclaración — me aclaré la garganta. — Para cualquiera que quiera que le presente a Nina de otra manera, osea de una manera personal, aprovecharé de dar una información — reí — Isaac debes saber que si conozco a Nina, es porque es la esposa de mi hermano Fred, por lo que es mi cuñada.

Pude ver cómo Nina rodaba los ojos al igual que Evanna, Isaac se colocaba colorado y todos los demás estallaban en carcajadas.

— Eres un maldito, Weasley me las pagarás — me dijo avergonzado.

— Bueno, no hay nada más que hablar, todos al trabajo de nuevo. — me volví a Nina — todos pueden instalarse en la residencial, hay muchas habitaciones disponibles.

— Gracias ¿Vas a darme algún recorrido por el sitio? Hace mucho que no vengo y me gustaría hacerlo antes de ponerme a trabajar.

— Por supuesto que sí — sonreí. — ¿Cómo está mi hermano?

— También vino — contestó — pero ya sabes cómo es, intentó meter de contrabando Sortilegios y se quedó varado en la aduana rumana. — comentó con fastidio.

—¿Enserio está acá? — eso si que era evidente, Fred no dejaba a Nina ni un segundo — ¿Cassie con quien está entonces?

— Se ha quedado con Molly, y con respecto a tu hermano espero que esté aquí a eso de la cena o tendré que ir a abogar por él — rió.

— Pues vamos a recorrer — le invité.

— Dame un segundo — se dirigió hacia los chicos que la acompañaban, les dió algunas indicaciones que ellos apuntaron en unas libretas con el logo del ministerio.

En ese momento Eva se acercó.

— Charlie ¿Volverás a trabajar?

— Voy a dar una vuelta con Nina y después seguiré con lo que estaba. — comenté.

— Oh, entiendo.

La atrapé entre mis brazos y le besé la sien.
—¿Por qué tan arisca? ¿Estás celosa?

— No seas ridículo — contestó enojada. — ¿Cenarás con ella a la noche?

— De hecho llegará mi hermano, podríamos cenar los cuatro e invitar a Yusuf. ¿Te parece?

Su expresión se suavizó al mencionar a mi hermano, al parecer había olvidado por completo la platica que habíamos tenido sobre ella cuando me había escrito una carta.

— Me parece bien. Quiero ver si tu hermano trajo algún sortilegio. — dicho esto dió media vuelta y se marchó a trabajar.

Esperé a que Nina terminara su mini reunión y partimos por el sendero hacia los Dragones, ella ya había estado aquí otras veces por lo que podía ahorrarme toda la explicación de las preocupaciones.

— Sí que es brava — comentó refiriéndose a Eva.

—¿Por qué lo dices?

— No te olvides que soy legeremante Weasley. Estaban cobrandote sentimientos — se burló.

— Ella tiene un carácter especial — sonreí.

— Te veo feliz, lo que importa es que te haga sentir así.

— Sí — suspiré.

Nos acercamos al lugar donde estaban los Ridgebacks jóvenes y nos sentamos en las rocas cerca de la cascada.

— ¿Desde hace cuanto que son novios?

— Estamos saliendo. — contesté.

—¡Hey! Qué feo que hagas ese tipo de aclaraciones ¿Hace cuanto salen?

— Hace varios meses.

— Entonces ya son novios, no es necesario decirle idiota. — me regañó. — No puedo creer que aún no le pidas que sean novios.

— No todos somos melosos como tu esposo.

— Hey, no te vas a comparar con mi Fred, pero creo que no deberías hacer ese tipo de aclaraciones, son de mal gusto. ¿La quieres verdad?

Lo pensé por sólo un segundo. Hace años habíamos hecho un trato que no leería mi mente, espero que no lo rompiera.

— Claro que lo hago, o no saldría con ella.

— Pues entonces que más te da Weasley. ¿No quieres involucrarte tanto o tan pronto?

— Sí, creo que es eso, siento que quiero disfrutar del presente y no agobiarme con el futuro.

— Pues ya la llevaste a casa y Molly la aprueba ¿Qué te preocupa tanto? Creo que ya has hecho bastantes cosas comprometedoras.

— No quiero que ella se decepcione o se ilusione muy pronto, quiero que esté segura de sí misma, no que dependa de mí.

—¿Por qué lo dices?

— Eva tiene una historia de vida complicada — fue lo único que agregué.

— Comprendo, pero creo que es parte de una relación darle seguridad a la otra persona ¿No crees?

Maldita sea, odiaba que tuviera razón.

— Si, si si, ya dejemos de hablar de mí ¿Qué hay de ti? ¿Aún Johnson trata de ser como tú?

Ella estalló en risas.

— Oh, la verdad es que no lo sé. Ya no sé absolutamente nada de ella y espero que así sea para siempre.

—¿Qué más puedo preguntarte? ¡Ahh! ¿Oliver Wood superó su obsesión por tí?

Frunció el ceño algo molesta, tenía que aprovechar de molestarla ahora, mi hermano se colocaba de mal humor cuando le hacía ese tipo de bromas.

— Con Wood siempre nos hemos llevado bien, no hay ningún problema entre nosotros.

Intenté reprimir mis risas.

—¿Lo invitas a tu casa a cenar y vas a sus partidos?

— Él está feliz, se casó con una compañera de generación de Fred, así que ya deja el asunto. — se cruzó de brazos.

Caminamos conversando de la vida en Londres, le conté cosas sobre Evanna, y de un montón de ocurrencias. Eramos muy cercanos desde que había entrado en la familia, eso había provocado que mi hermano se molestara un poco al parecer, él jamás lo había manifestado directamente, pero yo no era ningún idiota y podía darme cuenta perfectamente de que yo estaba en lo correcto.

Después de unas horas de mostrarle todas las criaturas, llevarla por los senderos del bosque y llegar hasta el borde de las montañas decidimos volver, teníamos que preparar la cena, gracias a Merlín la magia existía de lo contrario hubiéramos tenido que comer bayas y frutos.
Una figura alta estaba observandonos cuando aparecimos en la parte cercana de la residencia, se acercó a nosotros y tomó a Nina de la mano.

— Hermanito querido — saludé — te soltó la aduana.

— Charlie, veo que no has cambiado en nada tu humor horrible y aburrido.

—¿No me darás un abrazo hermanito?

Me observó algo fastidiado al darse cuenta que yo sabía de su inconveniente al llegar a Rumania, más se acercó y me dió un abrazo.

— Me alegro de verte, veo que estás más viejo. — me molestó.

— Veo que sigues siendo un crío, veo que mi cuñada cría a dos bebés.

Resopló y Nina me acompañó en las risas.

— No diré nada, llegará a acusarme con mamá y después me enviará un vociferador para regañarme por molestarte Freddie. — seguí.

Entramos en la residencia y Nina de inmediato se puso a platicar con Yusuf. Tenía un encanto natural.

— Que alegría que estés aquí hermano — le sonreí.

—¿ De verdad te alegras?

— Claro, o te hubiera negado la entrada.

— Hablando en serio, también es bueno verte.

—¿Viniste a Rumania para cuidar a Nina de sus compañeros no es así? Me ofendería demasiado que dudaras de mí.

— Sólo vine porque no me gusta que viaje sola.

Él había quedado muy afectado luego de todo lo que pasó tras la guerra, Nina había estado en Azkaban, se habían separado y después había pasado demasiada agua bajo el puente.

Eva entró en ese momento. Fred se puso de pie de inmediato.

— Veo que tu eres quien domó al dragoncito de la familia ¿Cómo que no ha venido Rita Skeeter a entrevistarlos?

— Tu debes ser Frederick — saludó Eva.

— Claro, el más hermoso de todos los Weasley, lastima que ya tengo dueña.

Nina cerró los ojos desde su asiento con Yusuf.

Me agradaba la sensación de estar con ellos otra vez. Tenía que admitirlo.

— Ya cállense y vengan a cenar — los llamé luego de unos minutos.
Estos días serían más que intensos.

De eso podía estar seguro.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro