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C A P I T U L O 22.

— Que vergüenza estar así, sólo los he hecho perder su tiempo. — comentó Eva luego de que el medimago la examinara y comentara que estaría de alta hasta el anochecer.

— Si estamos con Yusuf aquí es porque queremos cuidar de tí. — le comenté para que se quedara quieta en la camilla.

— Quiero ir a casa —rebatió de manera infantil.

— Cuando lleguemos a la reserva solamente estarás haciendo el reposo que se te indicó. — le contradije, podía llegar a ser muy testaruda cuando quería. — No hablaremos más del tema, harás lo que dijo el médico.

— Charlie...

— No discutiremos más.

— No, sólo quería agradecerte el que estés aquí.

— Honestamente me ofende que lo digas de esa forma.

— No es tu obligación estar aquí, tienes trabajo y ya te había distraído con el viaje a Londres.

— Eva...

No pude decir nada más porque en ese momento entró Yusuf con unas flores para ella y le sonrió.

— Nos diste un gran susto muchacha — le saludó Yusuf y le dió un beso en la frente.

— Lo siento.

— No te disculpes ¿Recuerdas que fue lo que te pasó? — le preguntó en tono paternal.

Ella se mantuvo en silencio por unos momentos y nos observó con algo de inquietud.

— Si no quieres hablar lo entenderemos... — dije con calma.

— Sólo recuerdo que iba hacia la residencial y de pronto comencé a sentir mucho frío, todo se oscureció —hizo una pausa — No tenía mi varita conmigo, antes de que pudiera reaccionar el dementor estaba sobre mí.

— ¿Viste alguna cosa que te inquietara? — cuestioné despacio.

Ella bajó la vista y luego miró a Yusuf. Eso me hizo darme cuenta que prefería contárselo a él antes que a mí, ella veía en él a un padre o a un abuelo. Pero me sentía un poco extraño por el hecho de que estuviera algo esquiva conmigo. Quizás se había sentido mal por nuestra conversación antes del ataque, no podía entender su cambio, de ser cariñosa a pasar a esquivarme en ciertas cosas.

— Creo que iré a buscar un café — comenté al momento de pararme de la cama donde estaba ella y me retiré durante unos momentos.

¿Qué le pasaba en realidad?

¿Querría que nuestra relación fuera más seria?

Honestamente yo estaba feliz con ella, pero siempre ponía en duda todo. Quizás eso a ella le generaba inseguridades, pero yo necesitaba sentirme más seguro antes de hacer cualquier cosa.
Entendía que ella sintiera que la abandonarían en cualquier momento debido a su pasado, pero también tenía que aprender a esperar los tiempos de los demás.

Talvez yo no le estaba haciendo bien a ella, con mi carácter y todos mis líos internos.

Pensé durante unos momentos mientras me serví un café que compré en el piso inferior. Yo sabía la respuesta, ella sólo me pedía ser más abierto, expresivo, menos hermético, que compartiera con ella más cosas de mi vida.

Aunque habían cosas que no podía dejar ir tan rápido y de las cuales no las podía hacer parte.
No quería alejarla, ni yo alejarme tampoco ya que me hacía bien, me hacía sentir muy bien para ser honesto, en paz, me gustaba querer a alguien de nuevo. Me gustaba querer a alguien que no fuera a causar estragos en mi vida.

Sentí que la silla junto a mí se separó, yo estaba en una cafetería atestada de personas.

—¿Cómo está? —pregunté.

— Está preparándose, le darán el alta para que podamos volver a casa, el medimago comentó que ya se encuentra estable y que se mantendrá bien.

— Me parece bien. — comenté.

— ¿Ustedes están peleados? — preguntó Yusuf.

— ¿Te dijo algo? Honestamente no sé si está molesta. No me dice nada.

— Ella cree que no tomas la su relación en serio. — dijo suavemente — No lo dijo directamente, pero creo que es lo que intentó decir.

—¿Por qué? ¿Es enserio?

— Comentó que eres demasiado cerrado, que no le compartes nada y que no sabe qué es lo que quieres realmente.

Analicé esas palabras.

— No sé qué decir.

— Charlie, tú sabes que yo te quiero como si fueras mi hijo, conozco a Arthur hace mucho, a tu familia, realmente estoy feliz de que estés con Evanna.

— Pero...

— Sólo quiero saber si estás seguro de la relación que tienen, a veces te veo un poco desconectado. No digo que no la quieras o que estés jugando con ella. — me observó — ¿Pasa algo contigo? ¿Tienes algo o quieres a alguien más?

El corazón me latió fuerte.

— Yusuf...

— Charlie, yo soy demasiado viejo, no estoy juzgandote, solamente que he vivido y tengo la experiencia suficiente como para saber que cuando las cosas están bien y no avanzan... Es porque hay alguien más involucrado.

— No la estoy engañando..

— ¿Pero hay alguien más en tu mente? ¿Quizás en tu corazón? ¿Alguien del pasado?

Era increíble ver cómo el viejo se daba cuenta de todo. Percibía todas las situaciones de una manera exacta. Respiré hondo y lo miré directo a los ojos.

— Yusuf, hice algo que no debí hacer, me siento mal hasta el día de hoy, porque hace un tiempo me enamoré de alguien que no debía y no sabes lo culpable que me siento de eso.

El me observó con extrañeza.

— Jamás me perdonaré lo que hice.

— No creo que hayas hecho algo malo.

Negué con la cabeza y empecé a contarle todo, jamás le había contado a alguien lo que hacía sucedido. Y después de decir todo me sentía un poco más liviano pero me sentía sumamente avergonzado.

— Charlie... creo que lo único que puedo decirte es que debes ser tú quien le cuente esto a Evanna, si ella se entera por alguien más podría tomarlo a mal. Ella es una chica muy recta y claramente no será agradable para ella.

—¿Cómo puedo contar algo así Yusuf?

— Con valentía, eres un Gryffindor según sé.

Asentí.

— Pues entonces debes aceptar tu pasado para poder abrazar el futuro sin ataduras. Sabes que eso no te traerá bien alguno ¿Verdad?

— Lo sé.

— Mientras aquella chica siga siendo importante para ti, o mientras tú le sigas dando aquella importancia no podrás estar completo para otra relación.

Una enfermera llegó a buscarnos para avisarnos que Eva estaba lista.
Subimos hasta su piso y ahí estaba con su cabello rubio perfectamente cepillado.

Fui hacia ella y la besé en la frente.
— Que bueno que estés bien, no podía soportar que algo te sucediera.

— No fue nada, estoy bien — sonrió.

— No sigas tan distante, intentaré hacer lo que quieres.

Ví una chispa alegre en sus ojos.

— Sé que quieres estar tranquila y vivir un amor sincero y sin secretos. Prometo intentar ser más comunicativo. Jamás pienses que no te quiero. No estoy jugando contigo.

— Gracias Charlie, enserio. A veces soy infantil...

— No, eres demasiado honesta como para fingir. Gracias por eso. Por ser una Eva tan sincera.

Tomé su mano y salimos de la habitación, Yusuf me dió una sonrisa y una mirada atenta.
Yo le dí una sonrisa suave, que el supiera mi secreto me hacía recapacitar de cierta forma.

— Vamos a casa preciosa. — comenté — No quiero dejarte sola.

—No lo hagas por favor, no desaparezcas así como así.

— No lo haré — susurré en su oído.

Yusuf llegó hasta nosotros que esperábamos los papeles que había que firmar.

— Ya dejen de estar tan acaramelados, ya tendrán su tiempo.

Reímos,

Evanna rió. Yo reí.

Yusuf sólo nos observó mientras dejábamos el hospital.

Yo no quería decepcionar a nadie, ni a ella, ni a él, menos a mí.

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