8| Gracias y lo siento
-Gracias otra vez Hamish -habló Aster mientras el castaño le ayudaba a la platinada a bajar del auto.
-Por milésima vez, de nada -sonrió ayudándole a ponerse de pie.
Ya pasaban de las 10 de la noche, Hamish llevó a Elsa y Aster a casa en el coche de su padre, mientras Jack iba tras ellos en la motocicleta llevando a Astrid con él, pues la rubia se quedaría en la casa Frost esa noche.
-Mañana te traigo las muletas, para que veas si te sirven -comentó suavemente dejando que Jack se acercara a ayudarle.
-Te aviso cuando salga Jeremy -habló ella en bajo con una sonrisa cansada, Jack se colocó a su lado y la cargó avanzaron hasta su casa despidiéndose de los Berserker y Hamish. Aster abrió la puerta y se adentró a la casa primero viendo en el sofá de la sala a su madre, probablemente esperándolos mientras veía una revista-
-Qué bueno que llegan -habló la mujer levantando la vista hacia la puerta y viendo principalmente al mayor.
-Hola má -sonrió y abrió sus brazos para recibirla, Elena se levantó de su lugar para abrazarlo con alegría
-Mi niño -susurró entre lágrimas, Jack avanzó tras Aster hasta el sofá para dejar con cuidado a Elsa, Astrid entró al último y cerró la puerta tras ella para después acercarse a su novio -Te he extrañado tanto-
-Y yo a ti mamá, muchísimo -soltó su abrazo y la vio de frente con una sonrisa -Por eso en cuanto supe que tendría un lunes libre de clases decidí venir a pasar tiempo con ustedes, así que, ¡sorpresa!-
-Ya que estamos con sorpresas... -habló Elsa al ver a su madre feliz por tener al mayor en casa -Ocurrió algo y...-
-¿Qué te pasó? -exclamó sorprendida al ver la pierna de su hija, se acercó a ella preocupada.
-Cayó de un árbol -contestó Jack abrazando a Astrid.
-Sólo es un esguince, no tengo nada roto -le trató de tranquilizar la platinada.
-Ay mi niña, ¿y ahora cómo irás a la escuela?-
-La madre de Hamish tiene unas muletas que ya no usa, él dijo que podría traerlas para ver si me sirven.- La mayor le sonrió con ternura al ver la manera en que se expresaba de Hamish, asintió levemente con la cabeza, les ofreció de cenar y solamente Aster dijo tener hambre, Jack y Astrid ayudaron a Elsa a subir las escaleras para llegar a su habitación -¿Necesitas algo más? -preguntó Jack mientras la platinada se sentaba en su cama.
-Si, pero es algo incómodo. -se sonrojó al ver a la pareja.
-¿Qué necesitas? -Astrid se acercó.
-Que me ayudes a ponerme mi pijama -pidió en bajo, la rubia sonrió y asintió, el peliblanco salió de la habitación mientras Astrid le ayudaba a cambiarse.
-Ya regresamos -avisó Heather entrando a su casa seguida por Dagur mientras Hamish terminaba de estacionar el coche y hablaba con su padre.
-¿Que bueno que ya están aquí, quieren algo de cenar? -habló Valka con calma
-Gracias Val, pero pasó -sonrió el pelirrojo -iré a mi habitación.
-Yo igual iré arriba, gracias de todas maneras mamá, buenas noches -la pelinegra se acercó a besar la mejilla de su madre y subió a su habitación. Valka suspiro y se acercó a la puerta para ver por la ventana a Hipo hablando con Estoico.
Abrió la puerta al ver que caminaban a la casa, el chico se notaba triste, pero aun así le sonrió a su madre, el mayor estaba serio y avanzó hacia dentro de la casa después de dejar un beso en la frente de su esposa, haciéndole saber que todo estaba tranquilo entre él y su hijo.
-Hola má -saludó él castaño abrazándola después de cerrar la puerta.
-¿Qué te pasa mi niño? -le devolvió el abrazo.
El castaño no sabía cómo sentirse con exactitud, se sentía extraño, en ese día había experimentado tantas emociones juntas que no sabía a cuál debía hacerle caso.
-Elsa se cayó -se separó del abrazo y vio a su madre, quien tenía un semblante de sorpresa -Tiene un esguince en el tobillo y la tuvimos que llevar a la clínica.-
-¿Eso es lo que te tiene tan decaído?-
-Si -suspiró -Sólo es eso-
No, no era sólo eso, si se sentía preocupado por Elsa y por cómo reaccionarían sus padres ante ese esguince, pero también lo estaba por Gogo, quien le había mandado mensajes en el transcurso de la tarde contándole él problema en el que creía haberse metido, se sentía mal por no poder ayudarle a su mejor amiga y no podía decirle a su madre eso porque era algo que involucraba a su primo, no quería alterar a sus tíos por algo así, no podría decirle a Elsa, se sentía culpable por su esguince, si no hubiera mencionado que su risa era bonita ella no se habría apresurado y no habría caído, se sentía cómo un maldito lago de aguas turbias que sólo lleva caos.
-Bien -habló su madre con suavidad sabiendo que algo le ocultaba pero no insistió con el tema -¿Quieres cenar algo?-
-No mamá, no tengo hambre, pero gracias -sonrió a medias y dejó un beso en la mejilla de su madre para dirigirse a su habitación diciendo por último "buenas noches".
-Bebe... -Astrid entró a la habitación del peliblanco, viéndolo mientras éste se quitaba la playera.
-¿Que pasa Amor? -el chico volteó a verla, ella entró por completo a la habitación y cerró la puerta
-Alguna vez -hizo una pausa mientras se sentaba en la cama del chico, quien la veía intrigado -¿Alguna vez has visto a Elsa con atención?-
-¿A qué te refieres exactamente? -se sentó junto a ella - Es mi hermana, la veo todos los días y la conozco de siempre.-
-¿Habías notado antes la cicatriz que tiene en la espalda? -hizo comillas con los dedos para enfatizar "cicatriz"
-Si... La ha tenido siempre.-
-Parece una marca... -susurró viéndolo
-Lo sé... -soltó con un suspiro -Eso explicaría algunas cosas -habló hacia sí mismo
La platinada veía su celular con duda, quería hablar con Hamish pero a la vez no quería hacerlo, se sentía mal por haber arruinado su noche de esa manera, debió tener cuidado al bajar, hubieran pasado más tiempo junto a sus amigos, suspiró y dejó el celular de lado resignada a no mandarle mensaje.
Por otro lado el castaño veía su celular pensando si sería buena idea o no mandar ese mensaje que había escrito recién, donde se disculpaba por haberla hecho bajar tan de prisa y ocasionarle ese esguince, suspiró y bajó el celular a su lado, tal vez no era el momento adecuado para mandarlo.
Se levantó de la cama y avanzó a su baño para darse una ducha antes de dormir, no se había dado cuenta que sin querer había presionado enviar antes de bloquear el celular.
Elsa sintió su celular vibrar, pero no hizo mucho caso, solamente veía el techo y escuchaba un poco de la conversación que Jack y Astrid tenían en la habitación de al lado. ¿Tendrían razón? ¿Esa aparente marca de nacimiento podría ser una marca de Alfa?
Cuando Hipo salió de la ducha y después de poner su pijama vio la hora en su celular y se dispuso a dormir, simplemente viendo al techo y pasando por su cabeza las palabras que Elsa le dijo por la mañana
•••
"-Un Delta puede volver a ser Alfa. -habló en bajo hacia él al ver su acción.
-No puedo... -de pronto sintió que sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Yo sé que puedes volver a serlo -se levantó de su lugar y rodeó la barra para abrazar al chico -Solo necesitas algo de ayuda.
-Nadie querría ayudar a un Delta, Elsa... -la abrazó escondiendo su rostro en cuello de la chica mientras ella apretó su abrazo.
-Yo sí, te ayudaré y voy a estar contigo hasta que lo logres.-
-¿Y si no puedo volver a ser un Alfa?-
-Aun así no me iré, se lo que se siente ser diferente, tal vez no es lo mismo pero quiero ayudarte a que vuelvas a ser tú."
•••
Volver a ser él, sonrió ante esa idea.
•••
"-¿Quién eres, Hipo Abadejo?
-No lo sé... -soltó una risa desganada -dejé de hacerme esa pregunta hace tiempo -tocó su marca
-Entonces ¿Quién era Hipo Abadejo antes de esto? -colocó su mano sobre la mano del chico, la cual seguía sobre la marca.
-Un chico intelectual, atlético, aficionado a la ciencia, con gran sentido del humor, un chico popular, tenía muchos amigos aunque también uno que otro enemigo -hizo una pausa -era un Alfa reconocido...-
-¿Y por qué crees que ya no lo eres?"
•••
Tenía razón, lo seguía siendo, lo único diferente era que ya no era un Alfa, eso lo hacía sentir mal consigo mismo, sentía que ya no era el mismo por esa maldita marca.
•••
"-Hay marcas que no se van, aunque pase el tiempo... Algunas quedan más marcadas que otras y se llegan a convertir en recuerdos permanentes de un mal día o una mala persona, pero no podemos dejar que nos definan"
•••
Acarició su marca con suavidad y sin pensarlo una sonrisa se instaló en su rostro, Elsa soltó un suspiro y finalmente decidió revisar su celular, encontrando así el mensaje del castaño
•El motivo de tú sonrisa•
"Hey, gracias por mostrarme ese bellísimo lugar donde pudimos pasar tiempo juntos, de nueva cuenta fuiste mi razón para sonreír el día de hoy, muchas gracias y lamento mucho haberte incomodado con mi comentario, no quería hacerlo, lamento mucho que cayeras del árbol y que ahora tengas que estar en cama por un esguince... (。>ㅅ<。) Sorry..."
Sonrió ante el mensaje, ¿Cómo explicarle que él se había convertido en su razón de sonreír de todos los días? Pero lo más importante, ¿cómo decirle sin que se torne incómoda la situación?
"Gracias a ti por abrir un poco más tu corazón conmigo y por permitirme abrir el mío contigo <3 Y perdóname tú a mí por no dejar que disfrutaras la noche con los chicos ='("
Envió el mensaje, en cuanto Hipo sintió que su celular vibró pensó que Gogo al fin había contestado su mensaje, pero se llevó una sorpresa al ver el mensaje de Elsa y aún más al ver que ése mensaje que había dudado en mandar, si se había enviado.
-Carajo -susurró al ver su mensaje enviado y después leyó la contestación de la rubia volviendo a sonreír
(Disfruté pasar la noche contigo <3)
🚫 Eliminaste éste mensaje
-No puedo enviarle eso... -se regañó en un susurro mientras borraba el mensaje
"Gracias por escucharme y hacerme sentir mejor y lamento que pienses que no la pasé bien hoy, me divertí"
(Estando contigo siempre la paso bien)
🚫 Eliminaste éste mensaje
Elsa vio los mensajes, extrañándose de ver que había eliminado dos mensajes
"(•°•)??
"¿Todo en orden?"
-Carajo -soltó aire con frustración -Eres un idiota Hamish -se susurró a él mismo viendo su celular
"Si, lo siento :)"
"¿Okey?
"Descansa Hamish, buenas noches :)"
"Buenas noches Elsa, descansa :3"
La rubia apagó su celular sintiéndose confundida, y se acomodó para poder dormir ¿Por qué eliminó un mensaje donde decía que siempre la pasaba bien con ella? ¿No la pasaba bien estando con ella?
Hipo soltó aire con frustración, de nuevo, para después acomodarse para poder dormir ¿Habría visto el último mensaje? Ni quería que lo malinterpretara si la pasaba bien con ella, pero no sabía cómo lo iba a tomar, no quería volver a incomodarla, aunque tal vez lo había hecho.
La mañana había llegado.
En la casa Frost por primera vez en días estaban desayunando de manera tranquila, Jeremy prefería no sacar su lado Alfa frente a Astrid, pues sabía que ella si era capaz de enfrentarlo a pesar de ser menor que él, Elsa lo agradecía mucho, no se sentía con ánimos de tolerar a Jeremy y sus comentarios de siempre.
-¿Estás bien Elsa? -preguntó Aster al ver a su hermana algo triste.
-Sí, sólo, me duele mi tobillo, es todo -contestó dudosa y de manera apagada.
-¿Ya tomaste tú medicina? -le cuestionó Astrid a su lado.
-Si, ya la tomé -susurró tratando de sonreírle a su cuñada, pero salió más una mueca.
-Debiste ir al hospital, la medicina y la curación debieron salir caros -habló Jeremy de manera seria viendo a la rubia.
-La clínica estaba más cerca y... -un segundo, no recordaba haber pagado nada, los hermanos se vieron entre ellos confundidos y ambos giraron a ver a Elsa -¿Ustedes pagaron? -los vio confundida.
-Creí que tú lo harías -habló Jack hacia Aster.
-Cuando pregunté me dijeron que ya habías pagado -Aster vio a su hermana.
-Crees que Hamish... -habló Astrid en bajo hacia la platinada, quien suspiró bajando la mirada.
Hipo desayunaba mientras pensaba que le diría a Elsa cuando la viera por la tarde o la mañana siguiente en la escuela, la conversión de la noche anterior había sido rara, todo porque él no quería que fuera raro.
-¿Todo en orden Hipo? -preguntó Heather al ver al castaño distraído.
-Sí, sí, todo bien Elsa -contestó sin prestar mucha atención, hasta que se dio cuenta de lo que había dicho, volteó a ver a la pelinegra y notó que todos lo veían extraño -Lo siento... todo bien, Heather-
-¿Seguro? -preguntó Dagur ésta vez.
-Sí, sí, seguro -terminó su desayuno de manera rápida y se levantó para ir a su habitación.
-Desde anoche está raro -comentó Dagur en bajo viéndolo subir las escaleras.
-Se siente mal por lo que le pasó a Elsa, se siente culpable -habló Heather con suavidad.
-Pobre de mi niño -susurró Valka -Debe sentirse realmente mal por no poder ayudarle.-
-Pagó la curación, las medicinas y los estudios que le hayan hecho -comentó Estoico en bajo -Si la ayudó.-
-Pero no es lo mismo pagar eso a estar con ella y apoyarla -se quejó Valka levantándose de su lugar.
Las horas pasaron, ninguno de los dos había mandado ningún mensaje al otro, Hipo se mantenía en contacto con Gogo para saber cómo estaba la situación y saber si podría ayudarle en algo, por fortuna todo estaba bien y solamente había sido un susto.
Elsa había pasado toda la mañana pasando tiempo con Aster, Jack y Astrid, hasta que llegó el momento en que el mayor de los hermanos Frost debía partir.
-Cuídate pequeña -abrazó a su hermana con cariño -Por favor ya no caigas de árboles.-
-No lo haré, tranquilo -se separó de él dejando un suave beso en su mejilla -¿Nos vemos en dos semanas?-
-Nos vemos en dos semanas -besó su frente y se acercó a despedirse de Jack y su cuñada.
-Lo acompañaremos al aeropuerto -habló su madre al ver salir a Jeremy -No tardamos.-
-Descuida má, no hay problema...
Los mayores salieron de la casa, Elsa se encontraba en el sofá de la sala, Jack y Astrid se sentaron junto a ella y hablaron unos minutos, hasta que el celular de la rubia los interrumpió, era su madre, preguntando donde estaba, lo cual extrañó a Astrid, pues se suponía que su madre y hermano llegaban por la noche a casa.
-Me tengo que ir bebe, perdón -se levantó y beso al peliblanco para acercarse a la puerta.
-Astrid, deja que Jack te lleve en la moto -habló Elsa con suavidad
-Pero...-
-Voy a estar bien -rodó los ojos interrumpiendo a su hermano -Sólo serán unos minutos ¿Qué podría pasar?-
Hamish se encontraba viendo el techo de su habitación, sin nada que hacer, hasta que entró Dagur. -Hey, hermano... ¿Te sientes bien?-
-Si, todo está bien -contestó de manera tranquila sin despegar su mirada del techo, el mayor pasó y se sentó junto al él viéndolo.
-¿No has hablado hoy con Elsa?-
-No hay mucho de qué hablar en realidad –susurró.
-¿Discutieron o algo así? -el castaño resopló.
-Algo así... -se quejó y vio hacia el pelirrojo -Soy un idiota.-
-¿Qué hiciste? -preguntó con una ceja alzada viéndolo con curiosidad.
-Hice que se sintiera incómoda la conversación, ahora no sé cómo arreglarlo.-
-Ver el techo como si fuera lo más interesante en el mundo no te ayudará a resolver nada -comentó con cierta gracia el mayor.
-Lo sé -volvió a ver el techo -Quisiera disculparme, pero no sé cómo.-
-Habla con ella Abadejo, son buenos amigos -le animó levantándose de la cama, el castaño lo vio y sonrió a medias.
-¿Crees que sea buena idea ir a disculparme con ella? -se levantó apoyado en sus codos.
-Supongo que sí, pero no creo que sea buena idea si su padre está ahí -hizo una mueca de disgusto
-Sí, tienes razón, tal vez debería...
No pudo continuar debido al sonido de su celular, lo tomó y vio que precisamente era la platinada quien le llamaba, se le hizo extraño, contestó
-¿Hola? -hubo silencio un momento -¿Elsa?-
-Hamish... -habló apenas, esto alertó al castaño -Lamento molestar... -jadeó y soltó un quejido.
-Elsa, ¿qué pasa? ¿Estás bien? -se levantó de la cama de golpe.
-Necesito un poco de ayuda... Me... Me caí... -volvió a quejarse -Estoy sola en casa y solamente pude pensar en ti...-
En cierto modo mentía, si se había caído y estaba sola, pero el primero en quien pensó fue en Jack, sin embargo si le llamaba a él sabía que vendría rápido en la moto y no quería que se accidentara por su culpa, Hamish vivía más cerca que Astrid y fácilmente podía llegar caminando, era menos riesgoso.
Por su lado Hamish se desconcertó por el hecho de que la dejaron sola y salió de la habitación seguido por Dagur quien lo seguía de cerca con confusión -¿Por qué te dejaron sola? -bajó las escaleras de prisa.
-Mis padres fueron... a dejar a Aster al aeropuerto y Jack fue a dejar a Astrid a casa -suspiró tratando de calmarse.
-Voy para allá, ¿está bien? -tomó sus llaves y sin permiso alguno tomó también las llaves del auto, salió de la casa ante la mirada curiosa de sus padres -¿De dónde te caíste?-
-Ah... Bueno... -soltó una risa nerviosa mientras el chico subía al auto y la ponía en altavoz para poder manejar -Trataba de subir a mi habitación y...-
-¡¿Trataste de subir las escaleras?! -preguntó angustiado avanzando con el carro.
-No estaba siendo tan difícil -se quejó otra vez alejando su celular de ella y soltando un par de maldiciones al aire.
-Ya voy a llegar... ¿Hay alguna forma de entrar? Porque dudo que puedas pararte a abrir la puerta -comentó con cierta burla pero angustiado a la vez.
-Eres tan gracioso Hamish -habló con enojo volviendo a quejarse y vio la puerta de entrada -la puerta no tiene seguro, puedes entrar por... -hizo una pausa al sentir dolor y cerró los ojos con fuerza.
-Ya estoy aquí, tranquila-
Colgó y bajo del auto hacia la casa, efectivamente la puerta no tenía seguro así que pudo entrar fácilmente, una vez abrió la puerta vio en las escaleras a la platinada, prácticamente boca abajo y con los ojos cerrados tratando de sobar su pierna.
-Sólo a ti se te ocurre mujer... -susurró acercándose a ella.
-Cállate y ayúdame -soltó un quejido y trató de enderezarse siendo ayudada por el castaño a sentarse bien en la escalera.
-¿Qué te duele más? -la examinó simplemente con la vista dándose cuenta que traía un short corto que dejaba ver la blanca piel de sus piernas y notó que tenía una herida en su pierna que previamente ya se había lastimado la noche anterior.
-La pierna... -susurró y vio hacia la parte afectada -Si ya me dolía antes ahora siento que quiero arrancármela -vio al chico con un puchero tratando de no ponerse a llorar.
-¿Te llevo a tu habitación? -la vio y sintió ganas de abrazarla, pero de nuevo no quería poner el ambiente incómodo entre ellos, Elsa asintió y estiró sus brazos para que le ayudara a ponerse de pie, le ayudó y con cuidado avanzaron hasta la planta de arriba.
-Es aquella -señaló su habitación y volvió a quejarse deteniéndose en el pasillo.
-Okey... -cargó a Elsa con cuidado y avanzó hasta la habitación, la chica se aferró a él sintiendo el dolor en su pierna, la dejó al fin en la cama con suavidad y le ayudó a acomodarse.
-Gracias -susurró volviendo a cerrar sus ojos con fuerza
-¿Te duele algo más que la pierna? -se sentó junto a ella y la observó abrir los ojos lentamente.
-Me duele un hombro, caí mal... -soltó una risa desganada -Pero bueno, al menos no me golpee la cara directamente
-Sí, eso es bueno -sonrió a medias y volvió su mirada a esa herida en su pierna -¿Tienes un botiquín? -la chica abrió los ojos y notó que él veía su pierna
-Sí, está en el baño... -le señaló el lugar.
-¿Puedo? -el castaño se levantó para acercarse al baño, ella simplemente asintió. Una vez en el baño buscó el botiquín, siendo guiado por Elsa desde su cama pudo encontrarlo y regresar con ella, quien ésta vez sí estaba llorando.
-¿Quieres que te lleve a la clínica? -se sentó junto a ella y la observó un momento.
-No, descuida... -limpió sus lágrimas y vio al castaño -por cierto, gracias.-
Hipo sacó algodón y agua oxigenada de la pequeña cajita para poder limpiar su herida. -¿Ahora por qué? -preguntó con media sonrisa mientras mojaba el algodón.
-Por haber pagado ayer... -le sonrió a medias -No tenías por qué hacerlo.-
-Caíste del árbol por mi culpa, era lo menos que podía hacer... -pasó el algodón con cuidado por la pierna de Elsa haciendo que ésta cerrará sus ojos con fuerza otra vez -Lo siento -se disculpó al escucharla quejarse.
-No... No fue tu culpa -respiró pesado tratando de calmarse y abrió los ojos para verlo -La rama se rompió, no es como si tú me hubieras empujado o algo así.-
-Te apresuraste a bajar por mi culpa, pudiste darte cuenta de que la rama no estaba bien si hubieses bajado con calma -terminó de limpiar la zona y vio que la herida no era tan grande en realidad.
-¿Qué? -susurró sin entender -no fue tu culpa... Yo... -sintió un sonrojo al sentir que el chico acarició su pierna con cuidado mientras colocaba una gasa sobre su pequeña herida y la sujetaba con una cinta especial, el chico la vio para que continuara y ella tapó su rostro con una de sus almohadas para evitar que la viera, aunque claramente la vio
-Lo... Lo siento... -tartamudeo alejando sus manos de la pierna de ella, rascó su nuca nervioso y soltó una risa suave.
-Descuida, es sólo que... No estoy acostumbrada... -suspiró tratando de bajar el calor en sus mejillas -Ni a ese tipo de comentarios ni a éste tipo de situaciones... -sonrió a medias viéndolo por fin -no me incomoda, sólo es algo extraño.-
-Está bien -sonrió a medias y sólo se quedaron viendo un momento
-Entonces... -habló ella de manera tranquila -¿Cuánto te debo de ayer?-
-Nada -soltó una risa suave -No me debes nada Elsa.-
-Eso me parece injusto -hizo un puchero mientras se cruzaba de brazos, eso hizo reír al chico de nuevo cuenta
-Descuida, de verdad no es nada
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Quiero agradecer al equipo de EditorialHistorias por ayudarme con la corrección de los primeros ocho capítulos de esta historia.
Les invito a revisar su perfil para que puedan ver los trabajos que realizan y puedan pedir alguno de los servicios otorgados cuando las tandas estén abiertas. O bien, participar en algunos de los concursos que se realizan tanto en esta plataforma como en sus redes sociales.
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