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2| Sentirse aceptad@

Justamente a las 6:32 pm una motocicleta se estacionó frente a la casa Abadejo, Elsa retiró su casco y observó la casa un momento con una sonrisa. Tomó su celular de su chaqueta y buscó entre sus contactos el número del castaño "Abadejo H.", marcó el número y esperó a que contestaran

-¿Si?-

-Estoy afuera de tu casa, ¿quieres que me acerque a tocar la puerta y pregunte por ti? -dijo con cierta gracia haciendo reír al chico del otro lado.

-No creo que sea buena idea Frost, ahora salgo -colgó la llamada mientras ella reía.

Pocos segundos después salió el castaño seguido por Valka, quien lo detuvo en la puerta acomodando la sudadera del chico, Elsa vio ese acto con ternura, pero él no lo veía así.

-Mamá, estaremos bien.

-Está bien, solo... -puso su mano sobre los hombros del menor acariciando sutilmente donde estaba su marca -Cuídate mucho-

-Claro má -le dio un beso en la mejilla y se acercó a la rubia, quien le saludó con la mano y después saludó a la mujer en la puerta.

-Linda noche, le prometo regresarlo temprano a casa -comentó con una sonrisa, Valka asintió entre risas y entró a la casa mientras él llegaba a Elsa con calma -¿Tu madre?-

-Si, mi madre -ella le dio un casco -¿Me dirás a dónde vamos?-

-Sólo sube y deja que te sorprenda -ambos colocaron sus cascos y él subió tras ella.

-Bien, lo que diga la señorita-

-Me gusta esa actitud-

Arrancó la motocicleta y el castaño la tomó por la cintura en cuanto avanzaron con velocidad, esto la hizo sentir extraña, la única que hacia eso era por lo regular Astrid, ni siquiera Jack lo hacía, minutos después llegaron al Museo, Elsa se estacionó y bajaron de la motocicleta retirando sus cascos.

-¿El Museo? Creí que cerraban temprano aquí. -

-Así es. Pero hoy hay un evento especial -avanzaron a la entrada.

-¿Nombre? -preguntó con voz apagada el guardia en la entrada.

-Frost, Elena Frost -el castaño frunció el ceño levemente viéndola, pero no dijo nada.

-Adelante -les dejó pasar, Elsa tomó la mano del castaño con suavidad y caminaron por los pasillos.

-¿Elena? -cuestionó en bajo una vez estaban alejados considerablemente de la entrada.

-Mi madre -contestó simplemente con voz apagada -Se supone que ella vendría hoy con papá, pero... No pudieron venir, así que para no desperdiciar las entradas me las dio a mí.

-Oh... ¿Y qué evento habrá? -llegaron al área de historia.

-¿Te gustan las historias de dragones? -preguntó sonriendo sabiendo que la respuesta sería si, en clase de historia se había dado cuenta de su fascinación por ese tema

-Claro que sí, me fascinan -entraron a la sala y el chico se sorprendió al ver todo el lugar.

-Bienvenido a la inauguración de la nueva exhibición -estiró sus brazos mientras observaban todo con asombro.

Había esculturas, pinturas, recreaciones de tamaño real e incluso escamas, colmillos o garras de dragones, no le prestaron mucha atención al grupo de personas que había en la sala por la inauguración, se concentraron en ver una por una las obras y antigüedades

-Esto es asombroso... -susurró viendo las esculturas a escala de diferentes dragones.

-Sabía que te gustaría -comentó ella con una sonrisa viendo una de las pinturas.

-Me encanta, gracias por traerme... -le sonrió también.

-Bueno, tienes que conocer la ciudad... Además, sé que nadie de mis amigos se interesaría tanto por esto cómo tú –dijo mientras lo miraba -Tu entusiasmo en clase de historia con el tema de los dragones me... Me cautivó, nadie además de mí había hecho tantas preguntas o comentarios respecto al tema -comento mientras reía.

-Fue bueno que sacara mi lado nerd entonces -contestó sonriendo a medias.

-Muy buenas noches, sean todos bienvenidos a esta nueva sala de exhibición -una mujer rubia apareció llamando la atención de todos, Elsa tomó la mano del chico para acercarse -Primero que nada, les agradezco su presencia aquí esta bella noche, espero que disfruten la velada y las exhibiciones presentadas aquí.

-Ella es la subdirectora del Museo -susurró Elsa hacia él, quien solamente asintió.

-Por favor, acompáñenme por aquí, después de la presentación inicial podrán seguir disfrutando de las exhibiciones -las personas comenzaron a avanzar a una pequeña sala.

-Vamos, debemos tener buenos lugares -jaló al castaño avanzando de manera rápida entre la gente, fue entonces que el chico notó que eran al parecer los más jóvenes en esa exhibición.

-Pareces muy entusiasmada por esto -se sentaron juntos en una de las primeras filas

-En cuanto mi madre me dijo que pondrían esta exposición estuve contando los días para que llegara-

-¿Tu madre trabaja en el Museo?-

-Si, es una de las encargadas del Observatorio, por eso le dieron la entrada a la inauguración- Las luces de la sala se apagaron, dejando ver solamente a la subdirectora sobre un pequeño escenario.

-Esta noche recién empieza y estará llena de magia, espero que puedan disfrutar esta velada y sobre todo espero que les gusten las historias y relatos mágicos...

Se encendió una pantalla dando la bienvenida a la nueva exposición y después apareció una chica de cabello rojo y ojos azules en el video

"Cuando era niño.. Había dragones.."

-Esa era la frase que los abuelos de mis abuelos decían antes de contar esas historias magníficas sobre criaturas poderosas y misteriosas que habitaban la tierra mucho antes que nosotros..
Al igual que muchos en esta sala mi curiosidad por esas criaturas despertó.. Aún más por las leyendas, por esos relatos místicos donde comenzó el linaje de todos nosotros.. -se mostraron imágenes de diversos dragones y personas -¿Dónde comenzó éste linaje? Se sabe que gracias a una tribu hace miles de años humanos y dragones comenzaron a convivir de manera armoniosa.. Después de haberse odiado por siglos..

-Los Hooligans -susurraron ambos al ver la imagen del sello de la tribu en cuestión y voltearon a verse con una sonrisa

-Nadie sabe a ciencia cierta cómo fue que comenzamos a adoptar la forma de esas míticas criaturas.. O cómo ellos se asemejaron a nosotros.. -se mostró una animación de cómo una persona se transformó en un dragón -Pero según leyendas se debe a los actos del líder de dicha tribu, protegía a los dragones inclusive con su vida.. -pasaron más imágenes de pinturas y objetos de esa tribu -Se decía que poseía el alma de un dragón.. Él era tan afín a ellos que los dioses le otorgaron la posibilidad de ser uno de ellos..

El volteó su vista a Elsa con curiosidad al sentir que ella tomó su mano de nueva cuenta y la vio emocionada con la historia, con un brillo en los ojos y una sonrisa radiante, esto lo hizo sentir, extrañamente ternura.

-Después de eso las futuras generaciones comenzaron a manifestar las formas y habilidades de los dragones.. Todo parecía perfecto, hasta que un día de pronto dejó de serlo.

Algunos comenzaron a abusar de su poder, hacían cosas malas con el regalo que los dioses nos habían otorgado -se veía dragones peleando y causando terror a otros dragones más pequeños -Se desató el caos por todas partes hasta que una pareja fue elegida para arreglar las cosas.. -se mostró la imagen de una pareja

-Eran los encargados de mantener la paz entre los cambiantes que aún habían.. Hasta que poco a poco la capacidad de transformarnos se fue.. Dividiendo así la población por sus diversas características en las tres castas que hoy en día conocemos bien.. Alfas, Betas y Omegas.. Los únicos que aún tenían esa habilidad eran ellos..

-Según se cuenta en el transcurso de su vida escondieron reliquias al rededor del mundo.. -se vieron imágenes de artículos antiguos -Esperando a los nuevos elegidos que sean capaces de demostrar que son dignos para volver a traer ese linaje a nosotros..

-Esta pintura es mi favorita -comentó Elsa al ver la pintura frente a ellos, este comentario hizo reír al chico de manera suave

-Dijiste lo mismo hace tres pinturas. -ella se sonrojó levemente

-Bueno, es que son hermosas, cada una tiene algo que me gusta.-

-En eso tienes razón, todas son hermosas a su manera...-

Terminando la presentación volvieron a la sala de exhibición para poder apreciar las obras de arte con calma, Elsa tomaba la mano del chico o su brazo cuando se emocionaba de más al ver algo y el chico la tomaba de la cintura o de la mano cuando también se emocionaba o quería mostrar su conocimiento sobre algunas de las cosas. Ambos parecían niños pequeños, viendo todo con emoción y sorpresa, hablando sobre lo que sabían o creían que significaban las obras. -¿Para ti cual es mejor?-

-Hasta ahora esa es mi favorita -señaló una pintura a su lado, un paisaje de un bello atardecer con un dragón solitario volando al centro de manera majestuosa

-Es preciosa ¿No? -se acercó a ellos la subdirectora del Museo -Mucho gusto, soy Verónica -estiró su mano hacia el castaño

-Hamish Abadejo, un gusto también –contesto mientras tomaba su mano.

-¿Disfrutan la exposición?-

-Es increíble Vero, es mejor de lo que había imaginado -contestó Elsa con entusiasmo haciendo reír suavemente a la mayor -Me alegro que vinieras, debo admitir que me pareció mejor elección que disfrutaras tú de la inauguración... No es nada contra tus padres, es sólo que se ve que lo disfrutas más de lo que ellos lo hubieran disfrutado

-En eso tienes razón -soltó una risa y sintió de pronto que el castaño se sentía algo incómodo -Por cierto, él es un nuevo compañero en el Instituto y al igual que yo... Probablemente más... Le fascinan éste tipo de cosas -entrelazó sus manos y lo tomó del brazo con entusiasmo.

El chico la vio y sonrió a medias, Elsa parecía tener mucha energía. Y parecía ser fanática de tomar las manos de los demás, cosa que a él no le agradaba del todo, pero no decía ni diría nada al respecto. Elsa tenía el carácter dulce de una Omega y él no quería hacerla sentir mal ni quitarle su entusiasmo.

-Eso es maravilloso, tal vez en un par de meses puedan venir a la inauguración de los simuladores de vuelo-

-¿Simuladores de vuelo? -preguntaron ambos, él con entusiasmo y ella como algo de miedo.

-Sí, es como una experiencia de lo que se sentía volar por uno mismo, al menos eso se quiere dar a entender ¿Les gustaría?

-Claro que sí -contestó el chico con entusiasmo y después vio a Elsa, quien se tensó al escucharlo. -de no ser porque todos decían que ella era una Beta, él estaba seguro que podría ser una Omega. Eso explicaría su olor.

-Estaría bien, pero tengo que pensarlo... -rio de manera nerviosa

-Está bien, les apartaré un lugar y después me confirman si vendrán o no -ambos asistieron y se despidió de ellos, en cuanto ella se retiró Elsa comenzó a avanzar hacia el otro lado de manera rápida entre la gente como si quisiera esconderse, el castaño la siguió con confusión -¿Te encuentras bien? -preguntó en bajo una vez la alcanzó.

-Si... Descuida... -contestó nerviosa y respiró hondo tratando de calmarse -Sólo sentí un poco de mareo por su... perfume -dijo en bajo para seguir viendo las demás obras con un poco menos de entusiasmo.

Al verla decaída el trató de animarla un poco, sorprendiéndose por la facilidad con la que ella cambiaba de ánimo pasando de incómoda a feliz en cuestión de segundos. ¿Cómo hacía eso? Era como si sacará energía extra de algún lugar.
Elsa, por su parte, notaba que el chico de pronto se ponía serio, por lo cual trataba de sacar algo de plática y animarlo un poco. Había notado en el transcurso del día, por accidente, cierta marca que la había dejado pensando en que probablemente esa era la razón de su seriedad. Así que se puso como meta ayudarle y animarlo un poco. No importaba si ella se sentía incómoda por el aroma que había sentido en Verónica, debía hacer la noche más amena para el castaño. Dando las nueve y media de la noche la pareja salía del Museo con una sonrisa.

-Eso estuvo increíble, de nuevo muchas gracias por traerme- expreso el castaño.

-No es nada, fue bastante divertido -se acercaron a donde estaba estacionada la motocicleta -¿Tienes hambre? -preguntó de pronto viendo al chico mientras tomaba los cascos -Conozco un lugar grandioso para ir a cenar... Bueno, si gustas y aceptas mi invitación.-

-Ah, seguro que si -se colocó el casco y subieron a la moto. Condujo unas cuantas calles y llegaron a una cafetería

-"Encantia" -leyó el chico bajando de la moto

-Así es... Aquí preparan el mejor café y los pasteles más deliciosos que he probado -tomó su brazo de nueva cuenta y entraron, una vez dentro sintieron el delicioso aroma a café y chocolate -Huele delicioso -admitió

-Sí, me encanta el aroma a chocolate -se sentaron en una mesa cercana -Es así como mi aroma favorito-

-Vaya... Creo que mi aroma favorito hasta ahora y que recuerde es la vainilla -vieron el menú para saber que ordenar-

-Buenas noches, bienvenidos a Encantia ¿Puedo tomar su orden? -se acercó a ellos una mujer castaña

-Una orden de panqueques y un chocolate caliente por favor -pidió ella.

-Una orden de panqueques también y un capuchino, por favor.-

-Enseguida -se retiró para ir por sus pedidos.-

-¿Te gustaría contarme sobre ti? -dijo Elsa viendo al castaño con curiosidad.-

-¿Qué quieres saber?-

-No lo sé... Temo preguntar algo incómodo y hacer tenso el ambiente-

-Bueno... Pues... Comencemos con hechos simples, me llamo Hamish Abadejo, tengo 18 años y soy de una pequeña ciudad llamada Berk.-

-Bueno pues yo soy Elizabeth Frost, tengo 17 años y nací en Noruega -contestó ella con una sonrisa.

-¿Naciste en Noruega?-

-Sip, de hecho... Soy adoptada -se encogió de hombros mientras el chico le veía con sorpresa -¿Qué?-

-¿Hablas enserio?-

-Si, los Frost me adoptaron cuando era pequeña, al igual que a mi hermano mayor, y no, no me refiero a Jack-

-¿Tienes otro hermano? -preguntó con curiosidad y ella asintió.

-Se llama Aster, actualmente está en San Fransokyo estudiando la Universidad.-

-Vaya... Pues, mis padres adoptaron a Dagur y Heather cuando yo era pequeño, su padre era un buen amigo de mi padre y cuando éste falleció, mi padre decidió adoptarlos-

-Aquí tienen, provecho -llegó la mujer castaña con sus pedidos.

-Gracias -dijeron ambos.

-Escuché que te llamaban Hipo, ¿por qué ese apodo? -esta pregunta lo hizo reír suavemente.

-Soy Hamish tercero, al primer Hamish en mi familia le decían Hipo, principalmente por su complexión delgada y su aparente fama de no hacer las cosas bien... -volvió a reír

-Oh... ¿Por qué utilizar ese nombre de nuevo sabiendo el significado? -preguntó curiosa mientras degustaba sus panqueques.

-Porque aunque no quiera soy jodidamente idéntico a él -comentó con burla para después meter un bocado de panqueque en su boca.

-Entonces... ¿Puedo llamarte Hipo?

-Seguro, estoy más acostumbrado a ese nombre en realidad -volvió a sonreír -De hecho hasta mi madre me dice así-

-Bien... Hipo -sonrió ampliamente -¿Practicas algún deporte?-

-En el Instituto anterior estaba en el equipo de soccer, ¿Y tú?-

-Yo practico natación desde hace unos años -soltó una risa.

-Eso es genial, tal vez puedas enseñarme a nadar -contestó él con gracia.

-¿No sabes nadar? -preguntó con sorpresa para después soltar una risa suave y hablar con gracia -estás jugando.-

-Lo digo enserio, soy pésimo para nadar -soltó una risa suave haciendo reír a la chica también.

Con ella era tan fácil hablar. Lo escuchaba con atención, sonreía y lo trataba como una persona normal. Se sentía aceptado completamente por ella.

Con él era tan fácil reír. La escuchaba con atención, hablaban sin problema alguno y sentía que las horas eran tan ligeras.

-Me alegro de poder conocerte, sinceramente no creía que nos fuéramos a llevar tan bien -mantuvo su mirar en su comida sintiendo un leve sonrojo en sus mejillas y sonriendo ampliamente.

-Yo creí lo mismo. -se sinceró él -eras bastante callada en las primeras clases, evitabas verme y se sentía un ambiente muy incómodo.-

-Bueno, no estoy acostumbrada a hacer amigos ya lo había dicho... -seguía con su mirar en el plato, disminuyendo su sonrisa de a poco -Y... respecto a no hablar en clase, dejé de hacerlo tanto después de... Unos problemas con un grupo de compañeros -se encogió de hombros restándole importancia pero sin levantar la vista.

-¿El grupo que se sienta adelante? -ella levantó su mirar un momento asintiendo levemente con la cabeza.

-¿Cómo es que...?

-No dejaban de verme mal cada que contestaba u opinaba sobre algún tema las últimas clases... -se encogió de hombros para seguir comiendo y notó que ella simplemente comía en silencio -¿Te molestan?

-Lo hacen de repente... Ya es menos gracias a Astrid -levantó su mirar a él -Espero que no te molesten a ti también.

-Descuida, no pasará y si pasa podría defenderme -tomó su mano sobre la mesa dándole una pequeña sonrisa, ella sonrió a medias -Después de todo son sólo Betas.-

-Igual que tú genio -le dijo en bajo con burla tomando su mano con algo de fuerza.

-Si bueno... Me refiero a que no son Alfas... -contestó nervioso.

-Sí, les dejaremos esos a Astrid y Tooth -soltó una risa sin muchas ganas y siguieron comiendo.

Ahí estaba de nuevo el cambio de ánimo. Hipo quería decir algo, pero las palabras no salían. Antes que dijera más nada ella volvió a hablar, cambiando de tema y sonriendo a medias. ¿Cómo demonios hacía eso?, unos segundos antes estaba incómoda y ahora sonreía tranquila cómo si eso no hubiera pasado, no le quedó más que guardarse sus preguntas y seguir la conversación.

-Bien, sano y salvo en casa joven Abadejo -estacionó su motocicleta frente la casa del castaño levantando el visor de su casco para girar levemente a él.

-Gracias por traerme y... Bueno... Por todo, Elsa. -bajó de la moto quitándose el casco y dándoselo a la rubia.

-Gracias a ti por acompañarme Hipo -contestó con una sonrisa -Ahora ve a casa, te están esperando -señaló con la mirada la ventana de la casa, el castaño volteó para ver a su madre y Heather viéndolos con una sonrisa, al notar la mirada del castaño cerraron la cortina y se escucharon suaves risas que fueron seguidas por Elsa -Te veo mañana en el Instituto-

-Nos vemos en el Instituto -se despidió de ella con un saludo de manos chocando el puño -Maneja con cuidado Frost-

-Siempre -le guiño un ojo para después bajar el visor del casco y arrancar mientras el castaño caminaba a su casa.

Sacó sus llaves para abrir la puerta y antes de que acercara la llave a la perilla la puerta se abrió dejando ver a su hermana bastante entusiasmada

-¡Saliste con alguien! -festejó abrazándolo por la cintura.

-Ah... Si -entró a su casa casi cargando a la pelinegra -Elsa me invitó a la inauguración de...

-¿Era Elsa? -cuestionó con una sonrisa radiante mientras él cerraba la puerta.

-A veces me das algo de miedo Heather... -se sinceró para después escuchar la suave risa de su madre.

-Hace mucho no salías con alguien... Mucho menos con una chica... Aparte de mí... -Heather lo soltó.

-Sólo fuimos al Museo y a cenar -se encogió de hombros -Hoy se inauguraba una nueva exhibición y me invitó, es todo.-

-¿Y de todos sus amigos solamente pensó en ti? -preguntó Dagur viéndolo desde el sofá -¿Por qué? -su tono era curioso y lo veía entre cerrando los ojos, el castaño solamente soltó una risa suave 

-Iré a darme un baño y a dormir. -avanzó hacia las escaleras de manera rápida

-¿Por qué te invitó a ti? -preguntó de nuevo con burla al verlo casi correr a su habitación

-Esa chica... ¿Qué es? -preguntó Valka a Heather en bajo

-Es una Beta, mamá -le contestó igual en bajo, la mayor asintió levemente suspirando con alivio, al menos no era una Alfa.

Elsa estacionó la motocicleta al llegar a su casa y vio que ya estaba ahí el auto de su padre, bajó retirando su casco y se acercó a la puerta. La abrió con cuidado y lo primero que escuchó fueron unos gritos de su madre, estaba enojada. Cerró la puerta con cuidado y se acercó a la cocina despacio tratando de escuchar que pasaba.

-¡No está a discusión Elena! -escuchó la voz de su padre.

-¡No podemos hacerle eso! ¡Es nuestra hija! -su corazón comenzó a latir con fuerza, peleaban otra vez por ella.

-¡Entre más rápido arreglemos la situación será mejor para nosotros!-

-¿Y qué hay de ella? -escuchó la voz de Jack tratando de sonar calmado -¿Te has puesto a pensar en qué será de ella?-

-Ya no sería nuestro problema... Sería problema de alguien más. -sintió un dolor profundo al escuchar la frialdad en la voz de su supuesto "padre".

-¿Como puedes decir algo así? ¡Lo dices como si no te importara! -Jack alzó la voz y se escuchó un golpe en la mesa

-¡Tengo que ver por el bienestar de MI familia Jackson!

-Ella es familia -dijo entre dientes -Es mi hermana y no pienso dejar que la mandes lejos para después dejarla a su suerte-

-No está a discusión. -su padre salió de la cocina y la vio, manteniendo su seriedad caminó hacia su habitación

Elsa sintió lágrimas acumularse en sus ojos, escuchó que Jack soltó un bufido con enojo y salió de la cocina llamando a su padre pero al ver a su hermana frente a él y con lágrimas en los ojos su semblante cambió completamente a uno preocupado.

-Elsa... -se acercó a abrazarla con rapidez sintiendo que se caería en cualquier momento, ella recibió su abrazo y liberó algunas lágrimas aferrándose al pecho de su hermano.

-Mi niña... -su madre se acercó para abrazarla también -No pasará nada pequeña... No tienes nada que temer... No irás a ningún lado...

Sentía que su pecho dolía, toda su infancia había sido diferente al resto, no encajaba bien en ningún lugar donde estaba. Era una Beta con la habilidad de detectar los aromas de Alfas y Omegas, ningún otro Beta podía hacerlo. No tenía su período de menstruación como todas las Betas y no tenía tampoco periodos de celo como un Alfa o un Omega. No sabía con exactitud por qué era así. Lo que tenía seguro era que no encajaba, no era normal, no era más que un estorbo para sus padres después de la muerte de Emma.

Ojalá hubiera muerto ella y no su hermanita, la Alfa de la familia, ella encajaría perfecto donde fuera, siempre lo hacía, ella tenía un lugar en el mundo, en cambio Elsa sentía que nunca lo encontraría.

Detestaba ser diferente, quería ser normal, quería poder encajar con algún grupo, quería simplemente poder sentirse aceptada por quien era en realidad y no sólo por ser la hermana de Jack.

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