—¿Dragones?— pregunto Aster

—¡Si!— dijo Hiccan muy emocionada pero Aster le pone su mano en la frente— ¿Qué haces?—

—No tienes fiebre— se hizo lo mismo— Ni yo tampoco, así que esto es un sueño—

—Aster hablo enserio—

—Es que Hiccan todo esto es imposible—

—Nada es imposible—

—Bien supongamos que esto es real y seguimos el juego—

—¿Cuál juego? Esto es real— miro nuevamente al paisaje— Un mundo donde los dragones habitan—

—Un mundo dentro de otro mundo—

—Exacto, se creo para protegerse de los vikingos que los cazan sin piedad, pero con el tiempo se volvió su prisión— susurro lo ultimo y volteó a verlo— Aster... tu yo los liberaremos y los protegeremos—

—¿Y cómo piensas que lo haremos?—

—No tengo la menor idea pero juntos lo lograremos— le dijo e Hiccan miro a su alrededor y luego sonrió— No se escondan, se que nos tienen miedo pero no le haremos daño— al decir eso, de entre los arbustos salieron varios dragones

—Hiccan—

—Déjenme hacerles una promesa, no importa quien quiera lastimarlos, Aster y yo haremos todo lo posible para mantenerlos a salvo— expreso y en eso detrás de ellos sintieron una briza, ambos volearon y vieron a un gigantesco dragón

—Hiccan— Aster la volvió a llamar pero ella estaba enfocada con el dragón

—¿Es cierto lo que dijeron?— 

—E-el drag-gón ¿acaba de hablar?— dijo Aster sorprendido

—Si, lo dije en serio—

—Ambos son especiales—

—Bueno no tanto— dijo Aster— No quiero sonar grosero pero ¿Quién es usted?—

—Yo soy el Dragón omega, también conocido como Salvajibestia legendario o el Rey de los dragones—

—El... el... el...— dijeron ambos en shock 

—Ya tranquilos— dijo y se calmaron para luego arrodillarse— Levántense—

—Pero es un Rey—

—Jajaja lo se pero a ustedes se los dejare pasar— luego ambos se levantaron— Como había dicho ustedes son especiales pues no dejo que cualquier humano este aquí—

—¿Por qué?— pregunto Hiccan

—Fue algo que había predicho hace miles de años, sabia que mi reinado no seria eterno y se que algunos dragones codician mi puesto así que necesitaría ayuda de los humanos así que cree un portal que solo permitieran entrar a unos jóvenes de  buen corazón—

—Entonces la leyenda es cierta—

—Si, y como agradecimiento por ofrecernos su ayuda les doy parte de mi poder—dijo y luego exhalo para luego cubrirlos de nieve

—Wow me siento raro— dijo Aster

—Me pasa lo mismo—

—Será normal—

—¿Pero qué tipo de poder nos dio?—

—Lo descubrirán a su tiempo—

—No se si eso me deba alegrar o ¿asustarme?— 

—No te preocupes Aster no hay que temer—

—¿Cómo sabes mi nombre?—

—Pues con los gritos y los quejidos, los gritos y más gritos— se burlo 

—Bueno bueno ya entendimos— dijeron ambos

—Pero ¿puedes mostrarnos la salida?—

—Aster—

—¿Qué? Solo quiero salir de aquí porque no se por cuanto tiempo podre seguir consciente— luego se desmayo

Algunas horas después

—Esta despertando—

—Hiccan—

—Tranquilo Aster, tómatelo con calma—

—Tuve un sueño raro sobre dragones y que eran reales jaja raro ¿no?—

—Bueno...— dudo ella

—Me volví loco—

—Solo exageras—

—¿Exagero? Hiccan acabo de ver un gigantesco dragón y me dices que exagero—

—Es bueno ver que no olvidaste lo que viste— dijo ella y lo ayudo a levantarse— Y espero que recuerdes lo que acabamos de decir—

—Lo de protegerlos si—

—Genial, entonces hay que volver a casa— dijo ella pero Aster la detuvo

—¿Estas segura? Digo es realmente lindo que quieras ayudar pero... creo que es demasiado para nosotros—

—Tal vez pero yo creo que podemos— ella le sujeto ambas manos— Porque ya no solo es un simple mundo... ya es nuestro mundo—