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Capítulo 6: ¡Que comience el torneo de las artes marciales!

Los días pasaron y el dominio de la chica sobre el ki aumentó drásticamente. Durante ese periodo de tiempo ambos compartieron cientos de emociones: risas, tristezas, enojos y desesperaciones, eran el pan de cada día. Pero al verla volar con total libertad a tan solo horas de que comenzara el torneo de artes marciales, le hacía saber que todo valió la pena.

Las nuevas experiencia y recuerdos que Gohan había obtenido no se podían comparar con nada, verla desesperarse al no conseguir nada, verla furiosa mientras le reclamaba sobre sus escuetas explicaciones, verla confundida cuando le mencionó que estaba ahí por el torneo de artes marciales, verla preocuparse al no poder controlar el vuelo mientras subía más y más, pero sobretodo verla sonreír al liberarse del suelo.

—Muy bien ya pasaste la prueba, ahora sí, ya no tengo nada que enseñarte —le informó al verla aterrizar junto a él.

—Muchas gracias por todo Gohan. —Sonrió—. Pero te advierto que eso no evitará que luche con todas mis fuerzas en el torneo.

—Serás una oponente muy fuerte —respondió intentando devolverle el gesto, aunque su sonrisa era un poco apagada.

Sin embargo, el chico no era el único que tenía nuevas experiencias, Videl también había aprendido muchas cosas sobre él, aun cuando Gohan seguía ocultándole mucha información respecto a su identidad. Pero tal como le había prometido, ella no preguntaría nada hasta que el reloj marcara la media noche, momento donde el plazo de los nueve días finalizaría, y podría dar comienzo a su interrogatorio.

Aun así, no pudo evitarlo, y por preocupación lanzó una pregunta:

—¿Sucede algo?

El chico suspiró, tenía que hablar con ella de algo importante, y por más que lo había intentado postergar, el momento había llegado.

—Videl supongo que recuerdas la promesa que te hice.

Ella asintió, le parecía increíble que él no fuera capaz de notar lo tanto que le impacientaba y molestaba verlo con aquella aura de misterio envolviendo, dicha aura que ella se moría por quebrantar en miles de pedazos de una vez por todas.

Necesito que me prometas otra cosa. —Videl le miraba intrigada —. Durante el torneo ocurrirán cosas que parecerán inexplicables, sucesos que creerás que son sacados de un cuento de fantasías, pero por favor, te pido que no intervengas pase lo que pase.

Como esperaba Gohan, el silencio se apoderó de ella, la joven le miraba indecisa y desconcertada por el significado de sus palabras. Videl se había dado cuenta que él era una persona diferente, su habilidad de vuelo, su fuerza, pero principalmente su forma de ser, se lo habían demostrado, sin embargo, esas palabras eran mucho más de lo que ella podía asimilar en tan poco tiempo.

—¿A qué te refieres?

—Por favor, prométemelo.

Inconforme, pero derrotada por su mirada, cedió con facilidad.

—Está bien, lo prometo —musitó.

Suspiró con una pizca de molestia, sabiendo que fue nuevamente vencida por él.

—Por cierto, también cambiaré mi nombre para el torneo —dijo intentando relajar la tensión que se había interpuesto entre ellos, en tanto que se alejaba un poco de ella —. Ahora llámame, ¡el Gran Saiyaman! —gritó haciendo unas poses muy extrañas.

—¿Y por qué diablos tengo que llamarte así? —preguntó incrédula, además de algo avergonzada de haberlo visto hacer aquellos gestos.

—Como ya te he dicho, no puedo revelarte nada hasta media noche —le recordó —. Por el momento será un secreto.

—Tú y tus secretos ya me tienen harta.

Videl dejándose llevar, actuó como su instinto se lo pedía. Lanzó una patada al chico, que aunque no esperaba dicho ataque, lo esquivó, mirándola con duda, más sin embargo, al recibir la siguiente arremetida supo que aquello iba enserio.

Gohan sonrió uniéndose al juego, atacándola con un puñetazo al rostro que ella cubrió con facilidad.

Lucharon durante unos cuantos minutos, elevándose instantes después a los cielos, donde los puñetazos y las patadas salían a altas velocidades. Satisfecho, el semisaiyajin veía como habían mejorado los ataques de la joven, sin ella saberlo, ahora usaba su ki en cada ataque que daba.

Aun así, ella no era totalmente experta cuando se trataba de usar su poder, siendo el notorio cansancio que sentía una prueba de ello. Su respiración se entrecortaba y la pesadez de sus brazos y piernas era casi insoportable. Más sin embargo, continúo esquivando los ataques de su compañero con las palmas de las manos, mientras descendían poco a poco, hasta estar nuevamente a centímetros del suelo.

Aprovechando un supuesto descuido del chico, lanzó un puñetazo directo al rostro de Gohan, quien ya lo esperaba, eludiéndolo con audacia, haciendo que tropezara con la fuente del jardín e irremediablemente cayera en ella.

Videl de inmediato escupió el agua que había tragado en la caída, para posteriormente levantar su mirada, y ver una mano que le ofrecía su apoyo.

—Necesitas ayuda —bromeó Gohan acercando un poco más su mano hacia ella.

—No —dijo secamente, levantándose por su cuenta.

Gohan no pudo evitar sonreír al verla tan molesta, pero al mismo tiempo, según él, tan hermosa.

»Por tu tontería ahora llegaremos tarde al torneo de artes marciales —le recriminó.

—¿Por mi tontería? tú me atacaste primero —le recordó —. Además te ves muy bonita con el pelo mojado.

Al escuchar eso la joven se sonrojó, seguido momentos después por el chico al darse cuenta de lo que había dicho, paralizándose al instante.

Perdona yo no quise...

—Sabes qué, mejor olvídalo —contestó bastante apenada —. Será mejor que nos cambiemos.

—Sí, creo que tienes razón.

—Pero antes quisiera que me esperaras aquí.

Gohan le miró extrañado sin entender a lo que se refería, sin embargo, aceptó su petición. Observó como la joven aprovechando su nueva habilidad de vuelo, levitó, dirigiéndose hacia su ventana, por donde posteriormente ingresó a su dormitorio.

Minutos después la misma chica de coletas que había entrado a su habitación, reapareció en el balcón de su hogar, vistiendo una camiseta blanca de tirantes con una camiseta rosa por debajo, pantalones cortos de licra color negro, guantes del mismo color y botas doradas.

Sin embargo, además del repentino cambio de ropa de Videl, otra cosa llamó la atención del joven. Una pequeña bolsa color café que sostenía entre sus dedos.

La chica con rapidez descendió hacia donde Gohan la esperaba, sin poder el chico evitar sentir una gran intriga por el objeto que ella cargaba.

—Toma.

—¿Qué es esto? —preguntó Gohan con un notorio tono de curiosidad en su voz.

—Ábrelo.

Obedeciendo sus palabras, Gohan hizo lo que ella le indicó. Abrió la bolsa, llevándose una gran sorpresa al ver su contenido. Tomándolo con cuidado, sacó el objeto, hasta tenerlo a unos centímetros de su rostro.

Un gi de color morado doblado a la perfección con una banda roja.

Con una notoria felicidad, una sonrisa se apoderó del rostro de Gohan al verlo con más detalles, cambiando posteriormente su vista hacia Videl que lo miraba un poco apenada.

—Es muy hermoso Videl.

—Pensé que necesitarías un traje con el cual no te vieras de una manera tan ridícula.

—Muchas gracias Videl —agradeció feliz —. Sin embargo, me surge la duda de dónde lo conseguiste.

Sonriendo, ella decidió pagarle con la misma moneda.

—Es un secreto —le comunicó cruzándose de brazos.

El semisaiyajin no hiló palabra, ahora sabía lo que se sentía morirse de la curiosidad por no saber algo.

Las horas transcurrieron y el inicio del torneo finalmente llegó.

El sol brillaba a su máximo esplendor, siendo acompañado de una pequeña brisa veraniega que refrescaba significativamente el ambiente, mientras una gran cantidad de gente se reunía en una pequeña isla a muchos kilómetros de las grandes capitales.

Algunas personas se aglomeraban para conseguir los mejores puestos para las peleas, otros compraban comida y bebidas para disfrutar con mayor comodidad los encuentros, pero la parte más importante se desarrollaba en la entrada del estadio, donde los participantes comenzaban a reunirse para dar inicio a las preliminares.

Entre la gran multitud de personas, un sujeto de sonrisa ingenua y bondad inigualable, platicaba con su amigo de baja estatura y de atuendo idéntico, mientras eran seguidos por sus dos compañeros.

—Esto será como en los viejos tiempo —dijo nostálgico Krillin al ver a la gran cantidad de gente —. Aunque ahora tenemos a un demonio y a un príncipe de nuestro lado.

De inmediato tanto Piccolo como Vegeta fulminaron al ex-calvo con la mirada, quien asustado se escondió detrás de su amigo.

»Por cierto Goku, supongo que Milk está ya en las gradas con Bulma y los demás.

—Sí —asintió Goku, aunque por su mirada Krillin dedujo que estaba algo distraído.

—¿Sucede algo?, te veo algo ido —comentó —. Aunque no sé por qué razón, si no hay nadie aquí que valga la pena.

—Te equivocas Krillin —se involucró Piccolo —. Aquí hay alguien con un gran ki.

Krillin sorprendido al oír la respuesta, buscó por medio del ki a dicho sujeto, sin embargo, no fue capaz de encontrarlo.

—¿Estás seguro Piccolo?

Pero fue esta vez Goku quien le respondió.

—Es verdad Krillin. —Sonrió—. Aquí hay tres sujetos con poderes fuera de lo común.

La mirada de Goku se desvió hacia una de las esquinas, siendo esta captada por el ex-calvo, quien también centró su atención hacia el mismo lugar, donde dos tipos platicaban con normalidad.

El primero era una persona de apariencia joven de piel púrpura, con una estatura baja; por su parte su compañero, tenía una estatura mucho mayor además de piel rojiza.

Los observó durante unos segundos, intentando captar ese poder que mantenía tan concentrado a Goku, pero no pudo hacerlo antes de que la voz del saiyajin lo interrumpiese.

—Sin embargo, existe un luchador que llama mucho más mi atención —Goku volvió a cambiar su mirada —. Algo en él es muy familiar, aunque no sé el qué.

Piccolo, Vegeta y Krillin, posaron sus ojos en aquel individuo con un gran interés.

—Su atención por favor. —Una voz proveniente de las bocinas del recinto llamó su atención—. A todos los participantes, la etapa preliminar esta por empezar, por favor reúnanse en la plataforma del torneo.

Tras haber escuchado el mensaje, los cuatro guerreros tomaron rumbo hacia el lugar indicado, mientras eran testigos de ridículas muestras de poder de otros participantes, los cuales queriendo presumir o llamar la atención, lanzaban golpes y patadas al aire en tanto que se mofaban de sus rivales. Inclusive, dos sujetos quedaron noqueados cuando lanzaron un comentario poco agradable al príncipe, quien molesto, los mando a volar con su ki.

Al llegar fueron recibidos por la visión de decenas de participantes esperando su turno, para golpear una máquina de aspecto circular que arrojaba un número al recibir el puñetazo.

—¡Qué! ¿realmente toda esta gente participara en el torneo de artes marciales? —vociferó el ex-calvo al ver a tanta gente.

—En realidad sólo participaran los que obtengan mayor puntaje golpeando la máquina —comentó una voz extraña.

Todos voltearon, buscando al dueño de esa voz, sonriendo instantáneamente Goku, Krillin, inclusive Piccolo, al ver al presentador de las artes marciales. Aquel hombre que había estado narrando los duelos desde hace tantos años.

—Hola —saludó Goku.

—Nunca pensé que volvería a verlos —dijo el hombre con una sonrisa entre labios.

Con una notoria sorpresa, el comentarista volteó a ver al namek, recordando sin querer los tiempos donde el malvado Piccolo Daimaku quiso destruir la tierra. Sin embargo, parecía que su hijo no tenía ni una pizca de aquella maldad.

Por cierto, espero que no destruyan la plataforma como la última vez —bromeó mirando a Goku y Piccolo.

—Lo intentaremos —contestó Piccolo.

Cuando en esos instantes, nuevamente los altavoces del lugar se hicieron presentes, pidiendo la presencia del comentarista. Sin poder hacer otra cosa, el alegre sujeto se despidió, deseándoles buena suerte a todos.

Los minutos pasaron y la fila de la cual ya eran parte los guerreros z fue avanzando, llegando el momento donde aquel tercer sujeto que había llamado la atención de Goku llegó a la máquina.

Todos esperaban un puntaje promedio de él, excepto por los defensores de la tierra que sabían de lo que era capaz.

Mirando con atención, se dieron cuenta de cómo disminuía su poder para intentar golpear con la mayor suavidad posible. La máquina comenzó a procesar el resultado, arrojando unas cantidades alarmantes para todos, menos para los guerreros z.

—No...novecientos cincuenta y seis puntos —murmuró el encargado al ver la cifra final.

«Este será un torneo muy interesante» pensó Goku.




CapituloBeteado por: NatsumiNiikura

Notas del autor.

Otro capítulo más, espero les siga gustando.

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