Capítulo 30: Luchar hasta el final.
Los finos últimos rayos del atardecer daban la pauta al inicio del que sería un duelo decisivo para los terrícolas. Arriba de un frondoso valle lleno de un colorido pasto verde, Goku y Vegeta se mantenían en posición de combate, mirando con seriedad a sus dos rivales.
Del lado opuesto solo la creación del hijo del mago Bibidi se encontraba dispuesto a responder. Como era común Babidi únicamente se había alejado, listo para observar el enfrentamiento.
—No tienen oportunidad —Una ronca e imponente voz se escuchó cuando Cade abrió la boca.
—Por fin te dignas a hablar —respondió con cierta pisca de sarcasmo el príncipe saiyajin.
El majin frunció el ceño evitando responder a la provocación, dando el príncipe inicio al combate.
—¡Vegeta! —gritó Goku intentado alcanzarlo para luchar a la par.
Demostrando su clara superioridad la creación del mago bloqueó los dos primeros golpes, desencadenando una lluvia de arremetidas de parte de ambos saiyajin, sin conseguir nada.
Mientras atacaban las energías de los dos comenzaron a aumentar, el aura dorada los envolvió de repente, seguido de una serie de rayos, mostrando la presencia del súpersaiyajin dos.
Intentando sorprender Goku utilizó la tele trasportación colocándose detrás de su rival, mientras Vegeta dirigía un puñetazo al estómago, sin embargo su contrincante era hábil. Detuvo el golpe del guerrero orgulloso, tomándolo de la muñeca para posteriormente comenzar a girarlo en círculos, arrojándolo contra Goku.
Reincorporándose con rapidez ambos defensores contraatacaron. El esposo de Milk por la derecha, el de Bulma por la izquierda, las arremetidas provocaban sonoros estallidos por todo el lugar.
Cade harto de mantenerse a la defensiva comenzó a moverse, aprovechando la primera abertura existente golpeó con fuerza al príncipe saiyajin, quien expulsó una gran cantidad de sangre, al tiempo que era enviado directo al duro suelo.
Goku al ver caer a su amigo desencadenó más poder alcanzando finalmente su máxima transformación. Con su nueva e imponente presencia reanudó su acometida, logrando conectar por primera vez un ataque.
Su pierna derecha se clavó con fuerza en el estómago de la creación del mago, quien reaccionó con una clara molestia. Un aura negra cubrió a Cade al mismo tiempo que impartía una seria de patadas y puñetazos por el cuerpo del saiyajin, estrellándolo al final contra el suelo.
La creación del mago se elevó unos cuantos metros del hoyo donde había sepultado a Son Goku, haciendo una esfera para terminar con él. Cuando un rayo dorado impactó en la bola destruyéndola. Amo como creación voltearon encontrándose con Vegeta sumamente enojado.
—Son unas molestias —murmuró Babidi.
—¿Qué planeas hacer? —preguntó Cade encarándolo, en tanto su aura oscura desaparecía—. Tan solo es cuestión de tiempo para que termines en el mismo estado que tu compañero.
Los dos centraron su atención en el cráter donde el mayor de los Son intentaba reincorporarse, cayendo en repetidas ocasiones de rodillas.
—No importa que seas más fuerte que nosotros —La voz de Vegeta provocó que el majin lo volviese a encarar —. Nunca cederé sin luchar ¡Mi orgullo es más fuerte que todo tu poder!
Decidido el príncipe sufrió otro incremento de fuerza, consiguiendo llenar de sorpresa los rostros de Goku y Babidi:
—Es impresionante Vegeta —musitó Goku desde la tierra.
—Tan solo es un berrinche más —Se jactó el mago —. Hagan lo que hagan nunca podrán derrotarnos.
Serio y aplicado, siendo su cuerpo rodeado de un alto nivel de energía, Vegeta atacó. Su primer puñetazo impactó directamente en el rostro rosado de Cade, llenando a los dos espectadores de un asombro mucho mayor.
Pero el príncipe no se detuvo ahí, una oleada de golpes precisos machacaron el cuerpo de su contrincante, enviándolo directo hacia la tierra tal como él lo había hecho.
—Descubre quien es el más fuerte del universo —gritó Vegeta desde el cielo apuntando al orificio donde estaba su rival —¡Resplandor final!
La gran ráfaga de energía dorada viajó en cuestión de segundos provocando una cortina de humo.
—¡Cade! —exclamó Babidi nervioso.
Seguro de su victoria el príncipe soltó una pequeña risotada que pronto se convirtió en un gemido de dolor, cuando un fino rayo rojo atravesó el humo, cruzando también el estómago del saiyajin, haciéndolo perder su trasformación y enviándolo al suelo.
—¡Vegeta!
Babidi y Goku regresaron su mirada al hoyo, descubriendo al majin de pie con únicamente unos cuantos rasguños en el rostro, siendo una vez más rodeado por aquella aura negra.
—Se los dije, se los dije. Hagan lo que hagan no pueden ganar —Se carcajeó Babidi contento al ver el resultado.
La bestia de apariencia metálica cambió su atención hacia su otro adversario, al sentir como este nuevamente incrementaba su poder listo para continuar.
—No puedo permitir que se salgan con la suya ¡No se los permitiré! —exclamó Goku irguiéndose al completo, dirigiéndose hacia él.
Esta vez la creación de Babidi no lo esperó, imitó la acción del saiyajin chocando puños a medio camino. La mirada seria de Goku demostraba su claro enfado de haber visto caer a su amigo de aquella forma. En definitiva el padre de Goten no sabía si Vegeta aún estaba con vida, pero como fuese su enojo era gigantesco.
El saiyajin demostrando su talento se adelantó a cualquier movimiento de esa bestia, tomando él la iniciativa.
Durante los primeros instantes el dominio del combate fue claro, Goku tenía contra las cuerdas a su adversario, aun cuando Cade estaba rodeado por aquella temible aura negra.
No obstante la excesiva energía usada en aquel ataque de cólera empezó a cobrarle factura al paso de unos minutos. Su cuerpo se tornó muy pesado y sus movimientos se alentaron. El desgaste del súpersaiyajin tres se hacía presente.
Aprovechando la oportunidad su adversario colocó las cosas a su favor, impactó dos potentes patadas a las costillas y abdomen de Goku, arrojándolo contra una pared de roca de donde ya no pudo moverse.
—Se los advertí —dijo serio Cade mirando a Goku —. No tenían oportunidad.
Y dicho eso un fuerte resplandor rojo cubrió la zona.
En el templo de kamisama todos los presentes dirigieron su mirada hacia el dios de la tierra al verlo dar un pequeño sobresalto.
—¿Qué sucede Dende? —preguntó Krillin desde su espalda.
El pequeño hombrecillo de piel verdusca dio media vuelta con una notoria cara de espanto, impresionando a todos.
—El ki del señor Goku y del señor Vegeta, no puedo sentirlos.
—¡Que! —exclamaron todos al unísono.
Krillin y Dieciocho fueron los primeros en concentrarse intentando percibir las energías vitales de alguno de los dos. Cerraron los ojos, pero pronto se dieron cuenta de la veracidad de las palabras de Dende.
—Es cierto —pronunció Dieciocho.
—¡No! Eso no puede ser —La voz quebrada de Milk tomó la atención de todos.
—Milk tiene razón. ¡Goku y Vegeta no pudieron perder! —apoyó Bulma al borde del llanto.
Los presentes únicamente fueron capaces de dedicarles miradas de apoyó, cuando la voz de Shin los regresó a la cruda situación.
—Y eso no es todo. Ambos vienen hacia acá.
La noticia en definitiva fue un balde de agua fría para todos. De un momento a otro se habían colocado en una situación crítica. ¡No existía nadie que lo detuviera! Dieciocho miró de soslayo el interior del templo, tomando una decisión fundamental.
—Tan solo han pasado seis horas, es imposible que Piccolo y el hijo de Milk terminen toda su estadía dentro de la habitación del tiempo antes de que lleguen —habló la mujer mirando a Krillin, quien lo escuchaba atentamente —. Sin embargo podemos darles algo más de tiempo.
La mujer de cabello dorado soltó un pequeño grito quedando rodeada por un aura blanca.
—Entiendo —pronunció con una pequeña sonrisa su esposo bajando a su pequeña hija, elevando su ki.
Asombrados nadie decía nada. Marron asustada se aferró a los pies de su madre llorando desconsoladamente, preocupada por la vida de sus padres.
La mujer se arrodilló mostrándole una sonrisa maternal a su pequeña, cargándola entre sus brazos, dirigiendo posteriormente su atención hacia una persona en particular. Videl soltó un pequeño respingo al sentir aquella mirada de hielo.
—Te agradezco que hayas salvado a mi hija cuando me poseyeron —El tono de Dieciocho era mucho más serio y cada paso que daba hacia ella demostraba una seguridad increíble —¿Puedo confiarte a mi hija?
La primogénita Mr Satan tardó en digerir la información, mas logró contestar con seguridad:
—Sí. La cuidare con mi vida.
Lazuli sonrió bajando a la niña, dejándola al encargo de la justiciera.
—Regresaremos pronto —dijo Dieciocho revolviendo el cabello de Marron. La infante solo asintió.
—Yo también iré —Una nueva voz hizo voltear a todos.
—¿Yamcha? ¿Estás seguro de lo que dices? —preguntó atónito Krillin.
—Si. Quizá no sea de mucha ayuda, pero puedo servir en algo —contestó animado.
—Muy bien, si estás seguro, será mejor irnos —dijo Krillin, mirando segundos después al dios de la tierra —. Dende será mejor que encuentres una forma de avisarles a Piccolo y Gohan sobre el cambio de planes.
—Hare todo lo que pueda —respondió un poco nervioso el pequeño hombre verde.
—Nosotros también iremos —gritaron dos débiles voces desde el fondo.
El joven niño de cabello lavanda vestido con su gi de combate verde acompañado de su inseparable amigo Goten regresaban.
Ellos dos habían sido enviados a comer y descansar dentro del templo una vez Gohan entró a la habitación del tiempo, pero cuando el ki de sus padres incrementó la curiosidad de los chiquillos regresó.
—¡Eso ni pensarlo! —gritó Bulma al descubrir a los dos pequeños individuos.
—Déjalos ir Bulma —La susodicha volteó hacia Milk incrédula por esas palabras.
—A mí tampoco me gusta la idea —continuó la esposa de Goku al ver las caras de los demás—No obstante nuestros hijos son grandes guerreros que pueden darle una esperanza al mundo.
Siendo víctima de todas las miradas a la gran científica no le quedó de otra que aceptar tan arriesgada petición. Observó únicamente como ambos niños se fusionaban gracias a la técnica enseñada por Goku después que regresase del espacio.
En aquel tiempo después de la derrota de Freezer y la cruda verdad de la supuesta muerte de Gohan. Goku viajó una vez más al espacio donde según sus escuetos relatos mencionaba que conoció a una extraña raza, los cuales le enseñaron dos magníficas habilidades. La tele trasportación y la fusión.
No obstante debido al orgullo de los saiyajin puros y de las negación de parte de Vegeta, la fusión fue casi olvidada por completo por ellos. A pesar de eso para los niños fue una técnica fantástica que adoptaron y perfeccionaron.
—Dieciocho —La susodicha volteó —Por favor dale una paliza de mi parte a ese tipo.
—Lo hare Milk —La esposa de Goku sonrió.
—Les deseo mucha suerte —comentó Videl a Krillin.
—Gracias, intentaremos darle todo el tiempo que podamos a tu novio —La justiciera se sonrojó al escucharle.
—Nosotros... —calló al recordar el pasado.
—Tranquila era una broma —La chica asintió apenada.
Ahora una nueva línea defensiva se formaba para defender el planeta. Krillin, Dieciocho, Yamcha y Gotenks se elevaron recibiendo una serie de gritos de ánimo, dirigiéndose al encuentro del enemigo.
En el camino un quinto y último aliado se les unió. Ten Shin Han tras sentir las grandes energías también se encontraba en dirección al lugar, y después de decirle su plan. El gran monje apoyó la causa.
Mientras tanto el hijo de Son Goku, Gohan, mantenía una meditación prolongada. Sudoroso y agotado el hibrido intentaba despejar su mente, sentado en posición de loto blanco, siendo abrumado por el excesivo calor que invadía la dimensión blancuzca.
Desde la entrada de la habitación Piccolo lo observaba supervisando su progreso. Cuando una voz comenzó a resonar en su cabeza:
—¿Piccolo puedes escucharme? —oyó el namek dentro de su cabeza
—¿Dende? —respondió dudosos dentro de sus pensamientos.
—¡Que bien! parece que funcionó.
—¿Qué ocurre?—preguntó Piccolo intuyendo posibles malas noticias.
—Hay problemas. Cade se dirige hacia el templo. Krillin, Dieciocho, Yamcha y los niños fueron a detenerlo, pero no creo que puedan soportar mucho.
—¿Qué pasó con Goku y Vegeta? —cuestionó sorprendido.
—No lo sabemos —hizo una pausa —Pensamos que quizá ellos hayan muerto.
Asombrado por la noticia al guerrero namek no le quedó de otra que acomodarse a la actual situación.
—Dende, necesitamos solo una hora —Su mirada se trasladó al joven —Confió que con ese tiempo seamos capaces de ganarle.
—Entendido. Les avisare a los demás.
La tenue voz del dios de la tierra desapareció de la cabeza de Piccolo dejándolo pensativo. Conocía el gran avance que podía lograr Gohan, no obstante en tan poco tiempo dudaba mucho que lograse una hazaña tan grande.
Entra tanto cerca de una pequeña sección montañosa. Los cinco defensores se escondían detrás de grandes rocas, esperando para iniciar su estrategia.
El plan era sencillo, una emboscada por cinco diferentes puntos. Una vez ambos sujetos pasaran por aquel lugar, y quedasen en medio de la zona montañosa, los cinco aparecerían lanzando sus mejores técnicas intentando derribarlos.
Los minutos pasaron y el momento finalmente llegó. Cade manteniendo su clásico silencio seguido de Babidi comenzaron a sobrevolar el lugar sin prestarle mucha atención. Cuando de improviso cinco potentes rayos dorados avanzaron a una alta velocidad hacia la bestia.
Sin realizar acción alguna todos los ataques impactaron en él provocando una nube grisácea. El mago soltó un gritó asustado, volteando en todas direcciones, descubriendo a los defensores que salían de sus escondites preparando una segunda arremetida.
Dos Kienzan de Krillin, el famoso Kikoho de Ten Shin Han, una serie de ráfagas de ki de Dieciocho, el Kame Hame Ha de Yamcha y los famosos fantasmas kamikaze de Gotenks. Todo ese segundo conjunto de ataques se dirigieron hacia Cade, pero esta vez el resultado fue diferente.
Todavía rodeado por el humo del primer ataque. El Majin elevó su ki lo suficiente para convertirlo en una barrera que detuvo eficazmente todas las técnicas. Paralizados al darse cuenta que su idea falló al completo, ninguno de los defensores fue capaz de reaccionar con rapidez cuando su rival pasó a la ofensiva.
—¡Cuidado! —gritó la mujer de cabello dorado al ver como su enemigo se aproximaba a Ten Shin Han.
La bestia en segundos se colocó enfrente del guerrero de tres ojos, comenzándolo a atacar. Yamcha intentando apoyarlo se lanzó hacia el Majin, lamentablemente más que ayudarlo solo sufrió el mismo destino. Ambos terminaron noqueados tras unos simples golpes, cayendo directo al suelo.
Krillin y Gotenks fueron los siguientes en presentar combate. Atacaron mutuamente logrando mantener una recia defensa. El esposo de Lazuli desde lejos disparaba múltiples ráfagas de energía, mientras la fusión de los niños se enfrascaba en un duelo cuerpo a cuerpo.
Liberándose de los golpes de los infantes, la creación de Babidi creó una esfera de energía en cada mano, juntando ambas para lanzar un fino rayo de color negro. El dúo contraatacó con sus propias técnicas de luz, chocando las dos energías.
En ese momento Dieciocho intentó tomar ventaja. Apareciendo detrás de su rival pretendió conectar alguna patada, pero de improviso quedó inmovilizada.
La mujer movió su cabeza en todas direcciones queriendo entender el motivo, dando con la respuesta al observar al pequeño hombrecillo que acompañaba a Cade.
El mago mantenía sus manos levantadas deteniéndola. Furiosa intentó zafarse, fallando en repetidas ocasiones, hasta que después de unos minutos lo consiguió. Se dirigió hacia él decidida a terminar con su vida, mientras los dos chicos continuaban soportando el ataque del majin.
Babidi emprendió la huida en el acto, pero no fue lo suficientemente rápido para escapar de la mujer. Dieciocho lo alcanzó y sin pensarlo lo pateó con fuerza enviándolo al suelo.
Lazuli descendió con soltura, colocándose en cuestión de segundos enfrente del hijo de Bibidi, elaborando con suma rapidez una esfera de energía con la suficiente fuerza para eliminarlo, arrojándola al momento.
El pequeño ser fue envuelto en la brillante luz dorada, derivando en una gran explosión, pudiendo escuchar la mujer sus gritos de desesperación.
Al regresar la visibilidad a la zona el lugar había quedado devastado y el pequeño mago ya no existía. Dieciocho hubiese sonreído por su éxito sino fuese porque otro grito la hizo reaccionar.
Krillin y Gotenks perdieron el intercambio de poderes recibiendo ambos el duro ataque, cayendo con serias heridas a la dura zona rocosa, inconscientes. Cade descendió quedando a espaldas de la madre de Marron, la cual sin voltear comenzó a hablar:
—Podías haberlo evitado ¿Verdad? —preguntó la mujer.
—¿A qué te refieres? —cuestionó el ser con una pequeña sonrisa macabra en su cara.
—Sabes muy bien a lo que me refiero —Dio media vuelta encarándolo —. Podrías haber salvado a ese enano.
—Estas en lo correcto —Le dio la razón —. Pero sinceramente no me caía muy bien. Te daré las gracias por eliminarlo, matándote con rapidez, tranquila no sufrirás —La creación aumentó su sonrisa haciendo una esfera oscura, preparado para terminar con el ultimo defensor del equipo. Dieciocho gruño.
Sin conciencia Cade disparó, cerrando los ojos la rubia reasignada su muerte, pero al cabo de los segundos ningún dolor invadió su cuerpo. Ella abrió los parpados descubriendo una barreara verde delante de su persona, escuchando una voz a lo lejos:
—Está realmente fatal atacar a una mujer.
Varios metros encima de tierra firme un hombre de pelo negro, largo hasta los hombros y ojos azules, vestido con una camiseta larga gris de mangas color verde olivo y unos vaqueros azules, veía con cierta molestia al Majin. El individuo avanzó con tranquilidad, quedando a la par de Dieciocho.
Girando un poco su vista la esposa de Krillin mostró una pequeña sonrisa a su hermano menor, correspondiendo el aludido al gesto.
—¿Planeas enfrentarme? —comentó Cade.
—Supongo que no tengo otra opción —dijo sereno Diecisiete encogiéndose de hombros.
—¡Vengan! —dijo el majin serio.
La pareja de hermanos soltando un gruñido se arrojaron al ataque, su coordinación era ejemplar, iniciando el combate más parejo desde la derrota de Goku y Vegeta.
Se elevaron a los cielos apareciendo y esfumándose en cuestión de segundos, creando grandes explosiones debido a los fuertes choques. Los escudos de Diecisiete y las estrategias de Dieciocho mantuvieron al dúo en combate mucho más de lo esperado.
A pesar de ello no consiguieron superarlo. Tras varios asaltos Lapis tuvo que verse en la penosa necesidad de esconderse entre las rocas cargando entre sus brazos a su hermana inconsciente.
Cade habiendo superado a todas las defensas se despegó de tierra firme continuando su trayecto. El recordaba perfectamente a todos los contrincantes que enfrentaba, y sabía con precisión que aun existían dos más.
El majin estaba interesado en un último combate antes de destruir el planeta entero, comenzando así su búsqueda de otros guerreros que le diesen momentos de diversión y gloria.
En el templo de kamisama. Todos estaban nerviosos mirando en más de una ocasión el interior del complejo. Dende había notificado a todos sobre las palabras de Piccolo y el tiempo que tardarían en salir. Ahora solo era cuestión de esperar.
Pero la pacifica espera se extinguió en el momento que visualizaron al gran ser rosado por el horizonte. Los presentes asustados retrocedieron unos cuantos pasos. Videl colocó a la hija de Krillin y Dieciocho a sus espaldas en un pobre afán de protegerla.
—¡¿Dónde están?! —vociferó el ser rosado al llegar, aterrizando en la orilla del templo.
No recibió respuesta lo que lo hizo enfurecer, caminó hacia ellos creando una pequeñísima esfera de energía en uno de sus dedos.
—Les daré una última oportunidad —Les apuntó, amenazándolos —. Díganme donde se encuentran.
Pero el silencio siguió reinando entre los otros individuos ahí presentes, demostrando únicamente todos caras de miedo o furia.
—Está bien, supongo que no tengo alternativa —Aumentó la energía, sin embargo se detuvo al escuchar un grito a sus espaldas:
—¡Alto!
El majin deshizo el ataque dando media vuelta, frunciendo ligeramente el ceño.
El guerrero que había protegido la tierra durante mucho tiempo continuaba en pie, aunque con muy serias heridas por todo el cuerpo, y su gi de combate casi destrozado al completo.
—¡Goku! —gritó Milk ilusionada.
—Son Goku —dijo Cade serio.
Moviéndose a una grandísima velocidad la bestia se posicionó delante de él, siendo Goku animado desde el exterior del templo.
—No pensé que siguieses vivo, mucho menos que fueses capaz de ponerte en pie—comentó serio Cade.
—A decir verdad se me dificulta mucho mover cada parte de mi cuerpo —Su rostro se hizo serio —. Pero no puedo permitir que te salgas con la tuya.
Goku transformándose con muchas dificultades se enfrascó una vez más en un combate que duró poco.
La diferencia de poderes era ahora mucho más que notoria. El saiyajin fue solamente un saco de boxear al momento que iniciaron. Los ataques sin compasión de su contrincante acabaron con él rápidamente.
Lo tomó de su uniforme preparándose para matarlo de una vez por todas. Presionó con fuerza su cuello comenzando a asfixiarlo. Milk desde la plataforma chillaba desesperada al ver a su esposo a punto de morir, Videl estaba dispuesta a arremeter contra Cade. Cuando en ese momento un fino rayo liberó a Son del agarre.
Dende, Shin, Videl y Milk dieron media vuelta dando con una impresionante imagen. Parados en las escaleras del templo, Piccolo mantenía su brazo estirado tras haber lanzado su mejor habilidad conocida como el Makankosappo, acompañado de Gohan, quien veía con una neutralidad impresionante el cielo, donde su padre caía derrotado.
«Es la hora» pensó el hibrido elevándose al cielo junto al namek.
La chica de ojos azules fue la más sorprendida y alegre de ver de nuevo al joven moreno.
Gohan había cambiado desde la última vez que lo vio. La musculatura del chico era más marcada que antes, además que sus prendas ahora eran distintas. Poseía un atuendo idéntico a la del guerrero que lo ayudó. Un gi de color morado junto a una capa a sus espaldas, acompañado de unos curiosos zapatos al estilo de un duende color marrón.
—Puedes intentarlo, pero el resultado siempre será el mismo —dijo el ser rosado.
—Eso yo no lo creo —contestó Gohan.
Entre tanto dicha conversación se llevaba a cabo. Piccolo salvó al padre del chico llevándolo con rapidez con Dende:
—Sera mejor que lo cures —mencionó el namek al dejarlo en el suelo.
—Señor Piccolo crees que él pueda... —Fue interrumpido por el guerrero.
—No puedo saberlo Dende. La reducción del tiempo fue un grave problema, no estoy seguro si Gohan conseguirá ganarle.
Asintiendo, el dios de la tierra se dispuso a curar a Goku, mientras Piccolo levantaba su vista al cielo al igual que todos los demás, dispuestos a ver el enfrentamiento del chico. El antiguo enemigo de Goku ni siquiera había intentado ayudarlo, sabía que no afectaría en lo absoluto su intervención, quizá solo estorbase al verdadero duelo, solo podía confiar en el que ahora era su discípulo.
En el cielo Gohan incrementó su ki, envolviéndose en el aura nívea que tanto lo caracterizaba, expandiéndose su energía a varios metros de él.
—Es impresionante —dijo Shin.
—No esperaba menos de mi hijo —comentó orgullosa Milk.
—¡Tú puedes Gohan! —exclamó Videl.
Y así fue como por primera vez sería el atacante quien iniciase el duelo.
Usando su desbordante velocidad se posicionó detrás del chico intentando golpearlo, siendo detenido con un rápido movimiento de brazo. Ambos se enfrascaron en un intercambio de golpes y patadas, logrando Gohan mantenerle el ritmo a la bestia.
El hibrido en un hábil movimiento dirigió una potente ráfaga de energía al estómago de su contrincante, tirándolo al suelo, descendiendo posteriormente en picada. No obstante la bestia lo detuvo de golpe, tras aumentar su ki, quedando rodeado por aquella temible aura negra.
Reanudaron la contienda, aunque esta vez la balanza se había movido hacia el retador. Cade mantenía aprisionado con serios ataques al hijo de Son Goku, derribándolo en repetidas ocasiones.
El joven en un momento desesperado incrementó al completo su poder, provocando un brillo tan fuerte que segó a más de uno, pretendiendo tomar la ventaja.
—¡Es imposible! Aun con su máximo poder Gohan no logra igualarlo —gruño Piccolo desde el templo.
—No hay otra opción, tendremos que intervenir —contestó Goku ya recuperado.
—Sabes que posiblemente no sirva de nada ¿Verdad? —volteó ligeramente el namek encarándolo.
—Si —Asintió con una sonrisa.
Ambos se elevaron a la velocidad de dos proyectiles interviniendo en el combate de Gohan y Cade. Los mencionados se separaron al verlos llegar siendo el moreno el primero en hablar:
—¡Padre!
—Esta vez lo haremos juntos Gohan —dijo Goku transformándose en súpersaiyajin tres.
—Entendido —dijo mostrando una leve sonrisa, preparándose para continuar.
Piccolo y Goku también tomaron sus respectivas posees de lucha, intercambiando los cuatro miradas, esperando a que alguien diese el primer movimiento.
La batalla final inicio con el avance de Cade hacia Piccolo, siendo defendido por ambos guerreros de sangre saiyajin. Una combinación de auras se formó en el cielo cuando el intenso dorado y el brillante blanco se cruzaron al dar los primero golpes padre e hijo.
Gohan y Goku en conjunto impactaron varios puñetazos al estómago del majin, seguido de una serie de patadas a la cabeza, queriendo rematarlo con un ataque unido de energía, el cual Cade consiguió esquivar desvaneciéndose, colocándose detrás de ellos, por suerte Piccolo estaba preparado con su mejor ataque.
— ¡Makankosappo!
El potente haz de energía dio directo en la espalda de la creación de Babidi, derribándolo hasta la superficie de la tierra, siendo perseguido por Gohan, Goku Y Piccolo.
Ya en el suelo, en una pequeña zona desértica rodeada de montañas, los tres se dirigieron al cráter donde estaba Cade, siendo obligados a retroceder en el momento que su enemigo se volvió a levantar.
—Son fuertes pero... ¡Nadie se me compara! —Apareciendo de pie soltó un fuerte grito, dando como resultado un incremento de poder masivo, provocando sismos por todo el mundo y fuertes oleajes en los diferentes mares del planeta.
El majin saltó hacia una roca elevando sus manos al cielo, creando entre ambas, una gigantesca bola de energía oscura.
—¡Demuéstrenme su poder defensores del planeta!
Los tres sabían que fallar no era opción, si la energía tocaba la tierra terminaría con cualquier ser viviente ¡Contratacarían con todo!
—Kame-hame-ha— Goku respondía.
—Makankosapoo —Piccolo respondía.
—Masenko —Gohan respondía.
En el cielo, Milk, Videl, Marron, Dende y Shin eran testigos de la brillante choque de fuerzas.
«Gohan mucha suerte por favor regresa a salvo para poder tener una cita contigo» pensó Videl
«Goku cuídate mucho, confió en que lo conseguirán» Pensó Milk.
En la parte inferior los tres guerrero z comenzaban a perder terreno, sus energías los abandonaban, y las esperanzas disminuían.
De improviso el rayo de Piccolo empezó a desaparecer, sus pies temblaban, y su respiración se entrecortaba, cayendo al suelo, desmayado.
Gohan y Goku al verlo derrotado tuvieron que incrementar más su fuerza para compensar la caída del namek, pero el cansancio también los estaba mermando.
—Maldición —gritó Gohan al ver su inevitable derrota.
—No te rindas Gohan —dijo serio Goku.
—Se terminó—pronuncio desde las alturas Cade.
—Eso yo no lo creo.
Por un segundo el tiempo pareció detenerse, aquella voz todos la conocían. Goku, Gohan y el mismo Cade dirigieron su atención al mismo punto, donde parado con dificultades un guerrero se alzaba.
—Escúchame bien Cade ¡Nadie derrota a un saiyajin —dijo Vegeta transformándose—¡Resplandor final!
El brillante rayo del príncipe se unió al de sus compañeros provocando cierta molestia en el majin.
—¡Vamos! Un último esfuerzo —pronuncio el padre de Gohan.
Los tres guerreros de sangre saiyajin gritaban con fuerza dándolo todo en ese último momento.
Goku estaba cediendo, el esfuerzo era demasiado y la energía utilizada en el súpersaiyajin tres lo estaba por dejar exhausto, pero en ese momento de desesperación, los recuerdos de su familia lo mantuvieron de pie.
Para el padre de Gohan todo eso nunca habría existido, sino hubiese sido derrotado en aquella ocasión por Raditz. Hubiese convivido con su hijo y nunca tendría que haber visto a Milk derramar ni una lágrima.
Ahora que estaba junto a él no podía permitirse perder. Arriesgaría su vida para redimirse.
«Gracias Kaiosama» pensó Goku preparando la idea de su cabeza.
—¡Kaioken! — El guerrero fue rodeado por un aura roja que en poco tiempo se fusionó con la dorada del súpersaiyajin.
—¡Ahora chicos! —exclamó Goku.
—¡Ha! —pronunciaron los tres guerreros finalizando esta gran historia.
Las tres fuentes de energía superaron a la de su rival, carbonizándolo en el acto. Terminando con esta amenaza.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro