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Capítulo 29: ¡El final se acerca! La situación se complica.

Habían pasado tres horas desde que Piccolo y Gohan entraron en la habitación del tiempo, con la consigna de mejorar sus habilidades lo suficiente para hacerle frente a la más reciente amenaza.

Desde entonces la mayoría de los presentes se había dividido en pequeños grupos.

Los dos niños se habían puesto a entrenar entre ellos una vez se enteraron de aquella bestia, con la ilusión de participar en el combate que se aproximaba. Vegeta recargado sobre uno de los pilares los observaba de reojo, mientras escuchaba en silencio a su esposa, quien le preguntaba de lo ocurrido además del futuro incierto que vivían. Él no respondía a ninguna de las cuestiones, se mantenía pensativo, digiriendo las palabras de Kakarotto sobre el plan que tenía en mente.

Otro grupo era Yamcha Dieciocho y Krillin, este último cargando entre sus brazos a Marron. Ellos escuchaban atentamente tanto a Dende como a Shin, quienes les ponían al tanto de la situación.

Ambos luchadores provenientes de la escuela tortuga se notaban nerviosos pero notoriamente esperanzados en su victoria. En cambio Lazuli no lo estaba tanto. La idea de un enemigo capaz de hacer que Goku cediera la oportunidad de mejorar a otra persona, decía mucho de la complejidad de la situación.

Finalmente otro pequeño dúo era la matriarca de la familia Son con su esposo. La mujer madre de dos grandes luchadores, intentaba mantener la calma en tan aterradora situación. En un pasado nunca hubiese permitido la idea de que Gohan se sometiese a un entrenamiento así, y más para terminar moliéndose a golpes con una entidad que podría matarlo sin piedad, pero el tiempo y las circunstancias la habían obligado a ceder, aun cuando cada parte de su cuerpo le pedía que no lo hiciese.

Ahora el único confort que le quedaba a la mujer era su esposo. Goku llevaba un tiempo intentando animarla a su modo, comentándole la infinita cantidad de cosas que podrían hacer una vez todo terminara, y aunque para él casi todas tuviesen que ver con comida, lograban sacar más de una pequeña sonrisa a Milk.

Para todos el ambiente que vivían contrastaba totalmente con la situación. La tranquilidad que brindaba el templo alejado de todo rastro de la humanidad, en un silencio profundo que solo era roto por las voces de los presentes o por los sonidos que presentaban los niños en su combate, ponían nervioso a la mayoría. Era solo la paz antes de la tormenta.

No obstante la tormenta ya había llegado para alguien. Videl se había alejado de todos, antes de que tan siquiera llegaran. Necesitaba pensar y la parte trasera del templo era un excelente lugar para hacerlo. Tenía mucha información que procesar y la gran cantidad de sentimientos que se apoderaban de su cuerpo tampoco ayudaban mucho.

Hace solo unas horas estuvo a punto de llevar acabo el acto de amor más grande que existía, debido al desbordamiento de sus emociones, que por más que intentó ocultar terminaron explotando, haciéndola perder el control, besando a Gohan, quien sin negarse colaboró a que las cosas continuasen.

Sin embargo al final la situación no llegó a más. El padre del chico había interrumpido, logrando que los dos recobrasen el juicio sobre sus actos. Después de vestirse en un horrible silencio, ella presenció como el ser de alta estatura y piel verdosa acompañado de Goku le hablaban a Gohan sobre la habitación del tiempo. Nuevamente curiosa ella no pudo evitar escuchar parte de la conversación.

Sino fuese porque en un mes había visto todo, la idea de lo que ocurría dentro de ese cuarto la hubiese tachado como todo lo demás, imposible, una locura, una farsa, entre otras cosas. Entrar ahí significaba vivir un año en un día.

Si Gohan ingresaba tal como era el plan de ambos hombres, para ella solo pasarían veinticuatro horas, no obstante para el joven sería un largo año ¿Cambiaría mucho? ¿La recordaría con tanta nitidez como ella lo hacía? Y aún más importante ¿Conservaría esos mismos sentimientos hacia ella? Esos mismos que lo habían impulsado a seguir el beso que se había atrevido a darle.

Sentada detrás del templo viendo al horizonte, la idea de pensar en lo que estaría haciendo Gohan la mantenía ocupada. Estaba totalmente decidida, cuando todo terminara le pediría una cita.

Entre tanto. En un lugar de apariencia totalmente blanca, donde no existía nada en lo absoluto, una serie de explosiones se distinguían en el cielo.

Dos siluetas aparecían y se esfumaban en cuestión de milésimas de segundo. Uno de los individuos rodeó su cuerpo de un aura blanca atacando con más potencia a su rival, quien simplemente alcanzaba a cubrir algunos golpes, siendo abrumado en poco tiempo, enviado directo al suelo de donde logró levantarse a duras penas.

—¿Qué sucede? No me digas que ya te cansaste —El individuo descendió, quedando unos cuantos metros por encima de él —. Recuerda, aunque tu poder sea increíble en tu estado místico de nada te servirá ahora. Necesitas volverte más fuerte en tu forma normal, solo así tu potencial será mayor, y lograras tener una oportunidad.

El otro sujeto totalmente reincorporado, ascendiendo lo suficiente para quedar a la par de su actual mentor.

—Entiendo —Se colocó en posición defensiva —. Sigamos el combate, por favor.

—No. —El joven se sorprendió —. Admito que te has ganado mi confianza hijo de Goku. Te enseñare una de mis mejores técnicas. El Masenko te dará un poco más de ventaja en el combate, espero sepas aprovecharlo como es debido.

—Gracias señor Piccolo —dijo Gohan, notando él mismo momentos después la emoción con la que lo había dicho.

—De nada. Gohan —sonrió ligeramente el namek.

Durante horas continuas el antiguo rival de Goku se mantuvo enseñando la técnica a su aprendiz sin parar en ningún momento. Piccolo reconocía para sus adentros las excelentes capacidades del chico, era muy hábil e inteligente en sus decisiones.

Su forma de combatir le dejaba en claro porque había sido elegido para esa grandísima encomienda. Envidiablemente poseía la fuerza de la raza más poderosa del universo además de los grandes conocimientos de un terrícola.

Tras varias horas el chico había realizado un avance excepcional. Piccolo sin quererlo comenzó a recordar sus primeros días de estancia con él. En definitiva al principio no se había llevado nada bien. Durante el primer día de entrenamiento, el joven había estado bastante distraído. Todavía recordaba el fuerte intercambio de palabras que tuvieron, llegando incluso a un combate, donde descubrió algo de gran importancia.

La furia. Aquel joven de apariencia dócil y amable, liberaba un poder aterrador cuando era consumido por el enojo, él mismo podía dar testimonio al verlo elevar su ki a niveles que creyó imposibles.

Aun así al paso del tiempo sus diferencias comenzaron a esfumarse. Gohan estaba más centrado, y para sorpresa suya le obedecía sin rechistar. No podía negar que sentía una cierta conexión con él. El chico no vivió una infancia normal, enfocado todo el tiempo en cumplir un propósito, tal como él lo estuvo cuando se preparaba para enfrentar a Goku, y vengar a su padre.

Ahora incluso para sorpresa suya le había enseñado una de sus propias técnicas. Tal como cualquier maestro lo haría con su discípulo, y es que para ese punto Gohan era ya exactamente eso.

—¡Suficiente! —exclamó Piccolo interrumpiendo a Gohan. El chico volteó a verlo —. Sera mejor que descanses. Tu ki ha disminuido bastante, no servirá de nada si continúas ahora.

El chico sencillamente asintió, obedeciendo.

Mientras eso ocurría dentro de la habitación, fuera de ella las cosas habían empeorado de un momento a otro. La energía de Cade y Babidi comenzó a acercarse. Hasta entonces el dúo de malvados no habían hecho ningún destrozo, parecía que únicamente estaban obstinados en encontrarlos.

—¿Qué sucede Goku? —preguntó temerosa Milk al verlo centrar repentinamente su atención en la parte sur del templo.

—Ya vienen —contestó.

—¿Quiénes vienen? —cuestionó sin entender, lamentablemente para ese momento el saiyajin ya se había alejado de ella.

La científica Bulma Briefs también se sorprendió al ver a Goku caminar rumbo a una de las esquinas del lugar, pero su asombro aumentó más, al sentir una ventisca junto a ella. La mujer volteó encontrándose con su esposo trasformado en el legendario súpersaiyajin.

—Maldito —El saiyajin apretó los dos puños —Esta vez ese insecto me las pagara ¡Nadie se burla del príncipe Vegeta!

El príncipe sin dar explicaciones salió volando del lugar, ganándose las miradas de todos. Su idea era obvia, Vegeta quería su revancha.

Goku lleno de emoción debido a su genética de luchador, miró por un momento la puerta del templo, cambiando posteriormente su atención a su antiguo compañero y gran amigo.

—Krillin —El susodicho le observó —Manténganse aquí. Pase lo que pase no se acerquen a la pelea, podría ser muy peligroso, esperen a Piccolo y Gohan.

Sin esperar respuesta del mencionado. El padre de Goten soltó un pequeño grito transformándose, emprendiendo vuelo, intentando alcanzar a su compañero.

Los ahí presentes quedaron en una pieza después de verlos irse. La situación se estaba complicando más y más. Milk había lanzado un grito desesperado intentando llamar a su esposo cuando lo vio marcharse, lamentablemente él no regresó. Provocando inevitablemente que la mujer terminase sollozando cerca de las escaleras de la entrada, preocupada por el bienestar de su marido.

Yamcha, Dende y Shin siguieron mirando el horizonte, en tanto Krillin y Dieciocho intercambiaban miradas, y Bulma se dirigía hacia la esposa de Goku para darle un poco de ánimos.

Ajena a la situación, Videl había decidido emprender la caminata de regreso al escuchar un chillido.

Al llegar a la parte delantera la visión regalada por sus ojos fue sorprendente. Y no solo por encontrar a la madre de Gohan sollozando, sentada en la escalera acompañada de Bulma, sino también por la cantidad de gente que se encontraba ahora ahí, eso sin mencionar sus rostros y miradas preocupadas junto a un singular nerviosismo.

Llevada por la intriga avanzó rumbo a las dos mujeres, esposas de los dos únicos saiyajin sobrevivientes, deteniéndose a unos cuantos pasos de ambas. Abrió la boca intentando decir algo, mas ninguna palabra salió de ella.

Bulma fue la primera en detectar la presencia de la joven, esto debido a que aunque no mantenía la mirada baja como Milk, si se encontraba distraída, al estar hablando con ella.

—¡Videl! —exclamó la susodicha.

—¿Qué sucedió? —Fue lo único que atinó a decir la joven de ojos azules.

—Es una larga historia —pronunció antes de sufrir un pequeño sobresalto, cuando la esposa de Goku levantó el rostro de improviso.

La hija de Ox Satan corroboró las palabras de la científica mostrando una cara de verdadera sorpresa, secando sus pequeñas lágrimas con su mano izquierda.

—¿Videl? —dijo manteniendo su notoria sorpresa —¿Desde cuándo estas aquí?

—En realidad llevo desde alrededor de medio día —suspiró con un deje de tristeza —Cuando todo esto empezó.

—¿Entonces tú ya estas al tanto de todo lo que está ocurriendo? —intervino Bulma.

—Si.

—Es curioso. No te vimos cuando Gohan entró en la habitación del tiempo ¿Dónde estuviste todo este tiempo? —cuestionó intrigada la científica.

—Lo que sucede es que me despedí de él unos minutos antes que los demás —admitió haciendo una pequeña pausa —.Lamento no haberme acercado antes, pero necesitaba pensar a solas.

—Bueno eso ya no importa —expresó la esposa de Goku —. Dime Videl ¿Te encuentras bien?

La joven asintió, iniciando una conversación con la madre del hibrido. Bulma no pudo evitar darse cuenta del increíble cambio que había sufrido su amiga. No solo había recobrado el control y la templanza de ver partir a su esposo, sino que parecía haber tomado una actitud maternal con la joven.

Recordaba la primera conversación entablada con Milk sobre la chica, y por sus palabras, la esposa de Vegeta podía afirmar que no se le escuchaba muy contenta. Bulma la había comprendido, su primogénito que por jugada del destino desapareció de su vida, regresaba. Era más que claro que para Milk había sido una noticia gigantesca, pero no lo hacía solo, una joven lo acompañaba.

La hija de Ox Satan tuvo que mentalizarse rápidamente que el niño que le fue arrebatado hace tanto tiempo ya no existía. Gracias a eso Milk pareció ver de otra forma a la hija de Mr Satan llegando incluso a formar un vínculo con ella. Considerándola como la hija que nunca tuvo.

Bulma salió de su nube de pensamientos mostrando una pequeñísima sonrisa, perdiéndola segundos después al dirigir su mirada hacia el horizonte.

Mientras tanto. Contrariamente a la gran platica que se llevaba en el templo, muy alejado de ahí, a mitad de un pequeño valle el silencio reinaba y las miradas cortaban. Goku y Vegeta estaban listos para hacerle frente a esta nueva amenaza.






Notas del autor:

¡Hola!

Antes que nada lamento no haber subido capitulo la semana pasada, pero a los que hayan leído mi libro "Blog" sabrán que se debe sencillamente a la universidad. En definitiva no tuve el tiempo que hubiese querido para escribir y no logre acabar el capítulo para el anterior sábado.

Ahora esta semana al ser la última antes de las pequeñas vacaciones de semana santa, estaré muy posiblemente hasta el tope de tareas y examenes. El ultimo capitulo ya lo llevo avanzado y confío terminarlo en esta semana, pero si no llegase a ser así, nuevamente habrá un fin de semana sin capitulo. Todo esto es con la finalidad de subir un último episodio cuanto menos decente, ya que al ser el último requiere de más tiempo.

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