Capítulo 28: ¿Amigos? ¡Una realidad que confrontar!
La práctica y la paciencia de años tirada a la basura en un momento. Todos sus esfuerzos destruidos en milésimas de segundos. Shin se sentía abatido sin esperanzas de un buen futuro.
El creyó que la paz reinaría mientras su aprendiz Gohan combatiera. El chico era la llave de la paz del universo, su confianza en el joven era tanta que incluso tenía la idea de hacerlo ocupar el puesto de Gran Kaiosama al terminar esto.
Pero ahora pensar en el futuro sería una pérdida de tiempo. Lo importante radicaba en el presente, donde una bestia Majin llamada Cade amenazaba con terminar la vida como la conocían.
Saliendo de sus pensamientos de tristeza y preocupación observó la actual situación. Su discípulo había sido llevado al interior del templo al igual que el guerrero Vegeta, tras decidir que lo mejor para todos seria guardar las semillas del ermitaño para una situación desesperada. Por ahora podían permitirse que Dende los curase y posteriormente descansasen durante un tiempo.
Mientras esas ideas inundaban la mente del ser supremo, Goku se encontraba platicando con Piccolo sobre la opción idónea para esos momentos. El Namek había ocupado los primeros minutos de la conversación en explicarle a grandes rasgos lo que había ocurrido en el lapso de tiempo donde él no estuvo presente.
—Ya veo. Con que eso fue lo que pasó. Si ustedes tres no fueron capaces de hacerle nada, significa que estamos ante un enemigo increíble —Piccolo asintió.
—Quien sabe cuánto tiempo tarde en encontrar este lugar —suspiró el namek viendo hacia el horizonte —. Pero te aseguro que no será mucho.
Al contrario de cualquier gesto negativo que sería lo esperado, el guerrero saiyajin sonrió colocando ambas manos en la cadera.
—Pues que se le va hacer, yo quería dejarlo para otra ocasión, sin embargo creo que no se va a poder.
—¡¿Pero de qué diablos hablas Goku?! —cuestionó atónito.
—Piccoro, sabes que solo hay una solución en momentos como estos —El Namek seguía sin comprender —. ¡La habitación del tiempo! Ahí podremos entrenar todo lo necesario para hacerle frente a este tal Cade.
—Vaya Goku se nota que eres un genio cuando te conviene —Ambos guerreros soltaron una pequeña carcajada, llevándose Goku la mano detrás de la cabeza en su clásico gesto.
—Lamentablemente solo dos personas pueden entrar. Pensaba convencer a Gohan de entrenar conmigo una vez esto terminara —admitió caminando hacia a la orilla del lugar seguido de su acompañante —. Aunque ahora será mejor que tú entres con él una vez despierte.
—¡Que! ¿Por qué quieres que entre yo?
—Algo me dice que tú serías un mejor maestro. Además si Cade aparece alguien tendrá que ocuparse.
—Entiendo tu punto, está bien yo lo hare.
—Te lo encargo Piccolo, posiblemente el destino del universo dependa de ustedes —dijo mirando directamente a su antiguo enemigo.
Las últimas palabras provocaron en Piccolo una sonrisa que mostraba un poco de ironía. Nunca imaginó que el destino lo pondría a cuidar y entrenar al hijo del que fue su más grande enemigo.
—Bueno, será mejor que me vaya, tengo que traer a todos aquí antes de que ese par haga algo malo—comentó Goku colocando dos de sus dedos en la frente.
El Namek solamente se quedó quieto observando como desaparecía el saiyajin, regresando cada cierto tiempo acompañado de alguien. Bulma, Trunks, Milk, Goten, Yamcha, Krillin, Dieciocho y Marron llegaron al pasar del tiempo.
Concentrados en el porvenir, nadie se percató de la situación de la joven justiciera que defendió alguna vez ciudad Satan. La chica al no recibir respuestas se hizo de ellas, espió a ambos guerreros en su conversación, percatándose de lo sucedido. Lo que había contado Piccolo encajaba perfectamente en la parte que su cerebro no lograba recordar.
Había peleado con Gohan, lo cual no la hubiese sorprendido, sino fuese por dos hechos. Lo había hecho para matarlo, y segundo, el moreno había utilizado su máxima trasformación.
Impresionada, Videl no sabía qué hacer. ¿Debía hablar con él sobre ello? Existía la posibilidad de que Gohan no quisiera conversar del tema por el poco tiempo que tenían, o peor aún, porque se hubiese enfado por aquello.
No obstante la chica estaba decidida en confrontar los hechos. Ayudada por el ki, y asegurándose de que nadie la viera entró al templo, comenzó a recorrer los pasillos en busca de Gohan.
El tanto tiempo compartido con el hibrido hacia que su energía fuese muy fácil de rastrear, encontrándose en cuestión de minutos delante de la puerta de la que estaba segura el chico estaba.
Tras una gran bocanada de aire, la chica se armó de valor, tocando la puerta. Pasaron segundos de agonía hasta que la voz del joven se escuchó:
—Adelante.
Con un nerviosismo que no se lograba explicar, Videl tomó el picaporte dándole media vuelta, abriendo. Entró sin esperar, encontrándose con Gohan sentado en una cama idéntica a donde ella despertó.
—¡Videl! —El chico se sobresaltó —. Pensé que eras mi padre o Shin.
—Perdona Gohan, no quería molestarte —dijo con un deje de tristeza al ver su reacción.
—No, no es eso —dijo negando con las manos —. Es solo que bueno, no estoy muy presentable que digamos.
La joven prestó un poco más de atención en las ropas del chico tras esas palabras, admitiendo para sí misma que efectivamente no estaba vestido de la mejor manera. Su vestimenta cubría a duras penas la zona intima del chico además de una parte mínima del pecho y de las piernas.
—Si-si quiere me voy —tartamudeó la chica con un serio tono carmesí en las mejillas.
—¡No! —Gohan se dio cuenta de lo que acababa de decir —. Digo, si tú quieres quedarte puedes hacerlo.
Ambos se miraron durante unos segundos, inseguros de que hacer. Para los dos la situación era un poco bochornosa, pero ninguno quería separarse.
Finalmente la chica accedió a quedarse. Se acercó hacia la cama de Gohan, donde el susodicho se hizo a un lado dejándole un hueco donde pudiese sentarse. Videl así lo hizo, permaneciendo una vez más en un pequeño silencio insoportable, que por suerte el hibrido rompió:
—Me alegra que estés bien —comentó encarándola con una pequeña sonrisa entre labios.
—Gracias —mustió recargando su cabeza en el hombro del chico.
Gohan se tensó ligeramente por el contacto, sonrojándose un poco, aun así no dijo palabra alguna sobre eso.
Videl por su parte intentaba digerir lo que acababa de hacer. Se encontraba sentada al lado de su mejor amigo que por los pelos no estaba desnudo, mientras sus emociones se amontonaban en su interior.
—Gohan —El nombre del chico salió de su boca sin querer.
—¿Si?
—Lamento haber sido un estorbo.
Gohan se sorprendió al oírla hablar de esa forma, volteó hacia su hombro donde estaba la chica, tomando con su mano libre el rostro de Videl, levantándolo para que lo viese a la cara.
—¿Por qué dices esas palabras? Nunca fuiste un estorbo —declaró serio.
—¡Eso es mentira! —gritó la joven —. Escuche todo Gohan. Sé que peleamos, y gracias a mi ese monstro esta libre.
—¡Te equivocas Videl! Gracias a ti continúo combatiendo —La joven no dijo nada, intentó desviar el rostro pero Gohan no se lo permitió —. O es que no lo recuerdas, tú me ayudaste en la pelea contra Freezer.
»Más que eso, me liberaste del control que Babidi impuso en mí y todo gracias a que... —El joven se calló.
El chico rápidamente intentó terminar la oración, su mente buscó cientos de palabras que sustituyesen a la verdadera, no obstante ninguna apareció antes de que Videl actuara.
Dejando guiarse por sus instintos como siempre había sido ella, se acercó de golpe al chico, acortando la distancia entre ellos, besándolo. Los pensamientos de Gohan se nublaron, moviéndose al compás de la chica.
La tomó de la cintura acercándola más a él, mientras la joven enrollaba sus brazos detrás de la nuca del chico. Al cabo de unos instantes ambos se separaron durante un momento, tomando un poco de aire, con las mejillas completamente rojas, reanudando su acción enseguida.
Pero la situación no acabó ahí. Envalentonado el chico recostó a Videl en el colchón, admirándola por unos cuantos segundos. Las ropas empezaron a sobrarles al paso del tiempo. Videl deshizo a Gohan de los supuestos trapos que poseía, realizando la misma acción el chico.
En cuestión de minutos una situación de silencios incomodos y momentos bochornosos, había terminado con Videl encima de Gohan, ambos conservando únicamente sus respectivas ropas interiores.
La chica sin demora se inclinó hacia Gohan para continuar despojando al chico de sus pocas prendas, pero ambos quedaron helados en el acto, al escuchar que llamaban a la puerta:
—¿Gohan? —La voz de Goku se escuchó—. ¿Estás ahí?
Cómplices de sus acciones, los dos jóvenes solo pudieron voltear a verse, pensando rápidamente que hacer.
—Contesta —murmuró lo más bajo que pudo Videl a Gohan. El chico asintió.
—Si padre —contestó intentando quitar cualquier pisca de excitación de su voz.
—Sabes, tenemos la idea de que uses la habitación del tiempo con Piccolo, sé que no lo conoces bien, pero creemos los dos que es la mejor idea, además... —El saiyajin dejó de hablar—. A todo esto ¿Puedo entrar?
—¡No! —gritó en el acto Gohan, mirando hacia la puerta.
—Entiendo, no tienes por qué gritar así —tomó aire —. Por cierto siento otro ki contigo.
Videl y Gohan padecieron.
—¡Claro es el de tu amiga! ¡Hola Videl! —saludó Goku con su singular alegría.
Dentro de la habitación ambos intercambiaron miradas, dudosos nuevamente sobre qué hacer.
—¡Buenas tardes señor Goku! —contestó un poco desconcertada todavía encima de Gohan.
—Bueno, cuando te sientas mejor te espero afuera.
—Si —respondió Gohan intentando acabar lo más rápido posible esa extraña conversación. Aunque antes de que se marchara su padre, otro asunto ocupó la idea del hibrido —. Papá, podrías, no mencionarle nada de esto a mamá, quizá podría mal entender las cosas.
—Claro, no te preocupes.
Después de esa peculiar visita, a los dos justicieros no les quedó otra opción que vestirse y salir del cuarto, listo para seguir. Lamentablemente cuando el destino por fin los unía, los separaba minutos después.
Gohan al caer la noche se encontraba parado frente a la entrada de la habitación del templo junto a Piccolo, listo para comenzar su entrenamiento. Las despedidas habían terminado hace unos cuantos minutos, y aunque para todos seria solo un día donde nos los verían, para ellos trascurriría un largo tiempo.
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