Capítulo 24: Celos.
Gohan al terminar el incremento de fuerza, se lanzó hacia su rival. Comenzó a acosarlo con una serie de puñetazos a la parte superior del cuerpo, siendo estos nuevamente fallidos.
El chico se mantuvo atacando sin cesar, de un momento a otro sus ojos se empezaron a volver oscuros y la tan famosa letra que todos los enemigos tenían, inclusive Freezer, empezó a relampaguear en la frente del hibrido.
Sin ser consiente de tal situación, Gohan continúo con sus arremetidas. Logró impactar un preciso puñetazo en el estómago de su rival, seguido de una patada al rostro, que mandó al suelo al emperador del mal.
—¡Maldito, terminare contigo! —dijo Gohan desapareciendo en ese momento el aura amarilla, quedando únicamente rodeado por la oscura.
Las pocas personas que se encontraban observando el duelo, sintieron una sensación de felicidad y temor, una mescla casi imposible. Bienestar al saber que el monstruo estaba siendo derrotado, pero miedo al oírlo hablar de esa forma.
—¿Qué le sucede a Gohan? —escuchó Videl a sus espaldas.
La joven volteó encontrándose con la pelirroja que veía atónita la situación. Videl aunque nunca concordaba con ella, ahora lo hacía por primera vez ¿Qué le pasaba a Gohan?
El chico con el que se encontraba viviendo tantas experiencias, no era ese sujeto que se hallaba combatiendo con una furia tan desesperada. Aun teniendo su cuerpo, sabía que no era él, del que celosamente estaba enamorada en el fondo.
Sus movimientos denotaban que su único objetivo era saciar su incontrolable sed de venganza, todo el peso de su pasado estaba siendo liberado en ese momento, lamentablemente no de la mejor forma.
Para Freezer dicha situación no le importaba, más que perjudicarlo, esa actitud del semisaiyajin estaba ayudándolo bastante. Ese enojo ciego solo hacía más fácil las cosas para él, provocando que poco a poco comenzara a tomar la ventaja en el combate.
Después de una arremetida de su contrincante, Gohan salió volando directo a las ventanas del instituto, logrando detenerse a centímetro de las mismas. Los alumnos fueron capaces de visualizar por una milésima de segundo el rostro del hijo de Goku.
Sus ojos eran totalmente negros y la letra sobre su cabeza era ya más que visible. El chico se preparó para seguir el combate, pero antes de partir otra vez al duelo se detuvo.
—¡Gohan! —La voz de Videl lo frenó.
El hibrido no habló, ni tan siquiera volteó, solo se quedó quieto, esperando que ella continuara:
—Gohan por favor —Se notaba que ella hacia un esfuerzo para que su voz no se quebrase —. Tú no eres así, derrota a ese tipo, pero hazlo siendo tú, no lo hagas dominado por la furia.
No hubo respuesta de parte de él, ni un solo movimiento que afirmara que si había escuchado sus palabras.
—Escúchame por favor —Por primera y única vez en su vida, ella cedió a sus emociones frente a los demás. Pequeñas lágrimas recorrieron su rostro al pensar que podía perderlo —. ¡Gohan!
Algo dentro del chico pareció hacer clic al oírla gritar de esa forma su nombre. Su enfado cesó y la cordura regresó hacia él durante unos segundos, instantes que su mente aprovechó para recordarle todo lo que había vivido. Desde su llegada a la tierra, la aparición repentina de la joven en su vida, sus enfados e insistencias para que le enseñase a volar, sus combates, el rencuentro con su familia, y su enamoramiento hacia Videl.
Todo eso pasó como si de una película se tratase, los momentos más memorables eran representados como pequeñas escenas que cambiaban al paso de milésimas de segundo.
Y como si fuese un espectáculo de luces, un fuerte brillo dorado comenzó a cubrir el aura negra del joven hasta el punto de superarla con creces, derivando finalmente en un brillante destello que cegó durante unos momentos a todos.
Cuando la luz disminuyó un poco, la joven justiciera presencio desde el interior del edificio, el regreso de su amigo. Gohan en su segunda fase del supersaiyajin se presentaba una vez más.
Videl aunque ya había visto tal trasformación, seguía dejándola estupefacta, pero no solo a ella, también los demás individuos apostados ahí, compartían esa misma sensación. Nadie le quitaba la mirada al hibrido.
Gohan, capaz de por fin tomar el control total de sus emociones, se preparó para continuar su duelo. La marca y el aura oscura ya no estaban. Ahora el brillo dorado era el que acompañaba su cuerpo.
Sin esperar ni un segundo, dirigió su atención a Freezer quien desafortunadamente no había desaprovechado el tiempo. El emperador del mal había juntado suficiente ki en uno de sus dedos, creando una esfera capaz de destruir el planeta entero, si esta tocaba la superficie.
El chico apretó los puños mientras se preparaba para responder a esa amenaza, que no se hizo esperar. Su enemigo arrojó el ataque contra él, interceptándolo el hibrido con un KameHameHa.
Ambas energías chocaron a medio camino, manteniendo los dos el ritmo durante unos minutos.
La finalización de ese intercambio de poder parecía no llegar, ninguno cedía, lo daban todo llegando a sus límites. Dentro de la escuela, los ánimos y ovaciones no se hicieron esperar apoyando a Gohan, al fin y al cabo, del resultado de aquello dependían sus vidas.
Cuando sin previo aviso un tercer rayo apareció apoyando al hijo de Goku. El joven miró de soslayo al recién aparecido, distinguiendo solamente que era un hombre alto, calvo y musculoso.
Sin dejar de usar su mejor técnica, el individuo se acercó, quedando a la par del chico.
—No sé quién seas, pero si combates a Freezer tienes que ser un aliado —declaró el hombre al estar junto a él.
El chico asintió regresando su atención al combate.
—No me importa cuántas basuras me ataquen, jamás me ganaran —exclamó Freezer.
—Tenemos que darlo todo en un solo ataque —dijo Gohan a su compañero.
—Entendido.
Teniendo los dos guerreros una amplia experiencia, sabían que tenían que esperar una oportunidad, su enemigo tendría que usar más energía al ser ahora dos.
Freezer comenzaba a notar el cansancio, sus brazos temblaban y el rayo era cada vez más débil. Circunstancia que Gohan detectó, era esa la pequeña abertura que había estado esperando.
—¡Ahora!
—¡Ha! —exclamaron los dos al mismo tiempo, dándolo todo.
La gran masa de energía comenzó a moverse en dirección de Freezer, el rojo intenso de la bola lo tocó, haciéndolo gritar, terminando finalmente el duelo. El emperador del mar había sido carbonizado y derrotado.
Gohan exhausto, regresó a su estado base, descendiendo al igual que su nuevo aliado. Ya en el suelo, el semisaiyajin pudo observar bien a su compañero. Llevaba un traje de combate muy llamativo, sin embargo lo que tomó toda su atención fue el tercer ojo que tenía.
—Debo decir que me sorprende saber que existe otro saiyajin además de Goku y Vegeta.
—¿Cómo es que conoces a mi padre? —preguntó enarcando una ceja el chico.
—¡No me digas que eres hijo de Vegeta!
El chico soltó una sonora carcajada, negando con la cabeza.
—No. En realidad el guerrero Goku es mi padre.
—¡Que! —exclamó el otro guerrero—. Eso quiere decir que tu-tú debes ser Son Gohan.
—Así es —sonrió extendiendo una mano —. Mucho gusto.
—Es un honor conocer al hijo de Son Goku, mi nombre es Ten Shin Han.
El nombre le era familiar, probablemente sería algún amigo antiguo de su padre, no obstante se le había hecho extraño recordar que no lo había visto en el torneo de las artes marciales, donde por primera vez se encontró con los amigos de su padre.
El chico abrió la boca para seguir hablando, pero enmudeció al escuchar otras voces a la distancia.
—¡Gohan!
Son Gohan volteó encontrándose a varios alumnos que animados por la curiosidad habían abandonado el instituto, entre ellos la joven justiciera que le veía con una gran sonrisa.
—Sera mejor que me retire, en otra ocasión nos conoceremos. —oyó el joven a sus espaldas.
—Si. Muchas gracias por todo Ten Shin Han —Se despidió de él.
El guerrero de tres ojos abandonó el lugar, dejando al chico a merced de todos los estudiantes que asombrados no tardaron en acercarse a él, haciéndole un millón de preguntas. Videl por su parte decidió ser prudente, caminó con lentitud hacia él, mientras observaba los pocos daños que sufrió la escuela.
Parecía increíble pensar que tras un enfrentamiento tan mortal, la pista de combate quedara casi intacta, pero exactamente fue eso lo que sucedió. La mayoría del duelo fue en el cielo, y los únicos daños visibles eran boquetes donde ellos cayeron durante la pelea. Inclusive para más sorpresa, las ventanas estaban intactas.
La joven de preciosos ojos azules, redirigió su atención a Gohan que intentaba calmar a los energéticos alumnos. Sin embargo su sonrisa se desvaneció cuando observó cómo Ángela burlando a la mayoría de los estudiantes, se colocó frente a él, dándole un apasionado beso en la boca.
No solo Videl se paralizó por lo que vio, Gohan al sentir el contacto en su boca, quedó en shock. La justiciera sintió como su corazón se destrozaba y aún más al ver que Gohan no hacía nada.
—¡Mi héroe! —exclamó la chica separándose de él, dándole un abrazo.
Superada Videl por la situación, hizo algo que creyó nunca haría en su vida. Huyó. Salió volando del lugar con toda la velocidad que su cuerpo le permitía. No deseaba seguir estando ahí, quería solamente estar sola.
Al ver el destello de la joven, el chico reaccionó, logro apartarse de Angela y con un rostro molesto creó una pequeña ventisca, alejando a las personas que tenía junto a él, elevándose inmediatamente después, decidido a encontrar a Videl.
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