Capítulo 21: Respuestas.
Habían pasado tres días de la batalla contra los androides, y siete de la plática con Mr Satan. Hoy finalmente Shin se presentaría en la tierra para aclarar dudas e informarles de la situación actual que vivía el planeta.
No obstante antes de esa reunión, Gohan enfrentaría un nuevo reto, el primer día de clases. El campeón había cumplido su promesa, inscribió al chico en la preparatoria Estrella Naranja, donde también estudiaba Videl, además de colocarlo en la misma clase que ella.
Al aparecer el sol por el horizonte, ambos jóvenes se levantaron, colocándose los trapos idóneos para la escuela. Gohan también había sido proveído de la ropa de los estudiantes varones. Le daba un poco de pesar saber que Mr Satan le estuviese ofreciendo tantas cosas, pero a como diese lugar algún día se lo recompensaría.
Videl asimismo vestía el uniforme de las chicas. Curiosamente era el mismo con el que se encontró con Gohan por primera vez. En esa ocasión había sido su último día de clases, cuando fue comunicada por la policía gracias a su reloj, que estaban asaltando el banco de la ciudad. Desde entonces su vida no había sido la misma, a pesar de ello no se arrepentía de nada.
Los dos chicos se encontraron en la planta baja de la mansión del campeón del mundo, y tras saludarse emprendieron rumbo. Habían decidido caminar, la atención de los medio seguía fijada en Gohan, y aunque ya de por si para ellos fuese suficiente noticia ver al chico con Videl, no imaginaban lo que pasaría si los veían volando.
Cuando entraron al instituto otro tipo de atención cayó sobre ellos. Todos los alumnos sé les quedaban viendo, algunos de manera discreta, otros no tanto, pero ver entrar al discípulo número uno del campeón del mundo llamaba el interes de cualquiera.
Dicha atención fue captada rápidamente por la justiciera, quien simplemente la ignoró. En el caso del joven no fue así, ni siquiera era consiente que tenía la mayoría de los ojos que se encontraban encima de él. Gohan no sabía de la magnitud que tenía llevar consigo ese título, literalmente había pasado de ser un desconocido a una de las personas más famosas, sin embargo debido a su poca relación con otros humanos no era capaz de darse cuenta de ese hecho.
Mientras la chica guiaba al moreno al salón de clases, ambos fueron interceptados por los dos jóvenes que se habían presentado en el torneo de artes marciales para apoyar a Videl.
—Videl, Gohan —habló Iresa, quedando un poco sorprendida al ver al chico —. No esperaba verte aquí Gohan.
—Lo que sucede fue que generosamente el padre de Videl consiguió inscribirme en la escuela, mientras permanezca en la ciudad.
Videl se quedó helada durante un segundo al escuchar sus últimas palabras. Era cierto, estaba ahí para detener al mago, pero ¿Qué sucedería cuando eso terminara? ¿Se iría?
Lamentablemente no tuvo mucho tiempo de pensar, cuando la voz de Sharpner la trajo a la realidad.
—Siendo sincero no pareces un guerrero muy fuerte para ser el discípulo número uno del padre de Videl —comentó el chico refiriéndose a Gohan.
La justiciera entendió sus palabras, era consciente que la actual apariencia de Gohan le hacía parecer muchísimo más débil de lo que en realidad es. Los lentes sobre su cara y la ropa de estudiante le hacían asemejarse más a un nerd que a un luchador. Sin embargo pese a su forma de ser tan aguerrida, la actual apariencia del chico era muy del agrado de Videl. No lo admitiría, pero incluso durante el recorrido a la escuela, había fantaseado con quitarle los lentes de una forma un tanto seductora, no obstante siempre se recriminaba a si misma segundos después, diciéndose que eran puras tonterías.
—Pues, en realidad es incluso mejor luchador que yo —sentenció con firmeza.
—Esas son palabras muy halagadoras viniendo de ti, Videl —dijo la chica de cabello rubio, sorprendida. Nunca creyó que diría algo así.
—Solo digo la verdad —contestó quitándole importancia.
Iresa se encogió de hombros, cuando en esos instantes la campana del lugar sonó, marcando el inicio de las clases.
—Algún día tendrás que decirme que trucos usas para transformarte—dijo la rubia, volteando a ver a Gohan —. Pero ahora será mejor que nos apresuremos o llegaremos tarde. Y solo por ser el novio de mi amiga, te dejare mi lugar a un lado de ella ¿Qué te parece?
Gohan se sobresaltó, sonrojándose, mientras que Videl dio un paso adelante fingiendo un rostro molesto.
—Nosotros solo somos amigos.
—Ya claro —respondió Iresa rodando los ojos, sonriendo. Le encantaba molestar a su amiga, sobre todo con cosas que sabía que eran ciertas—. Aun así te dejare mi lugar, Gohan.
Videl no intentó protestar, sabía perfectamente las razones por las que Iresa hacia eso, no conseguiría hacerla cambiar de opinión, igualmente no le molestaba en lo absoluto tener a un lado al semisaiyajin.
Caminaron al aula de clases siendo otra vez el centro de atención, principalmente de las chicas, o al menos eso era lo que pensaba la joven justiciera. Le daba asco ver cómo le hacían gestos provocativos a Gohan, que por suerte era totalmente ajeno a ellos debido a su inocencia, creyendo que solamente le saludaban con naturalidad.
Al llegar al salón tomaron sus respectivos asientos, dejándole Iresa, tal como había dicho, el lugar a Gohan. Tras pasar un rato las clases empezaron, las miradas de los demás habían cesado un poco y por primera vez la justiciera podía vivir algo que fuese relativamente normal.
No obstante poco duró su momento de simpleza cuando fue nuevamente impresionada por otra cualidad del joven. La maestra de matemáticas dictó varias ecuaciones a los alumnos, asombrándose Videl al ver a Gohan separarse de la libreta al cabo de unos minutos.
Al darse cuenta la profesora de tal hecho decidió intervenir:
—Joven Son Gohan, espero que esa tranquilidad suya sea porque ya termino todos los ejercicios.
—Así es profesora —afirmó el chico.
—Pase al frente para revisarlos por favor —pidió la instructora bastante asombrada.
El chico obedeció, siendo el punto de mira de todos los presentes. La profesora tomó el cuaderno, checando minuciosamente cada ejercicio, quedando atónita al darse cuenta que todos estaban correctos.
—Muy bien Son Gohan, veo con felicidad que no solo es un muchacho dedicado a dar golpes y patadas, puede pasar a su lugar, todos los ejercicios están bien.
—Muchas gracias.
Cuando retomó su asiento, un pequeño codazo llamó su atención. Volteó, encontrándose con la joven de ojos azules que le veía con impaciencia.
—¿Cómo hiciste eso?
—No creas que toda mi infancia me la pasé entrenando el cuerpo, también estudié bastante —hablaba en susurro, manteniendo la mirada al frente para evitar que los detectaran—. En realidad las matemáticas de la tierra son de las más sencillas, las del planeta Namek son mucho más difíciles.
Videl solo escuchó, observando los problemas que para ella no tenían nada de fáciles, en realidad le parecían ser solamente un montón de jeroglíficos puestos al azar.
—Si quieres te puedo ayudar —propuso tímidamente el joven, al observar las dificultades que tenía la chica.
Ella asintió, mostrándole una sonrisa que sonrojó al joven.
Durante el resto de las clases sucedieron situaciones similares. Profesores encargando trabajos o preguntando de la clase, siendo siempre el joven Son el primero en terminar o responder. Para el final del día, más de la mitad del grupo deseaba la ayuda del chico, principalmente las jovencitas, situación que hacia hervir la sangre de la hija de Mr Satan.
Por suerte, logró sacarlo de ahí al recordarle que tenían que ir todavía al templo de Kamisama para reunirse con los demás.
En el momento que el atardecer aparecía, ellos llegaron al lugar donde Dende vivía, encontrándose con Shin, Piccolo, Krillin, Dieciocho, la pequeña Marron, Goku y para sorpresa de los dos, Vegeta.
Precisamente el príncipe saiyajin había decidido ir, buscando la respuesta del aumento de poder del androide Diecinueve y Veinte. Quizá si sabía cómo incrementaron tanto sus poderes unas sabandijas con ellos, por fin él podría superar definitivamente a Kakarotto.
—Lamentamos la tardanza —Se disculpó Gohan por ambos.
—Sera mejor empezar —dijo Piccolo. Asintiendo Shin.
Todos se reunieron en un medio círculo, siendo el antiguo tutor de Gohan quien decidiera tomar primero la palabra:
—Soy consciente del ataque de Babidi, al parecer conoce perfectamente a todos los individuos poderosos de este planeta y sus debilidades —dijo el supremo kaio —. El poder que consiguió fue bastante significativo, a este paso lograra su proposito.
»Les pido por favor que no se confíen, no sabemos de lo que Babidi es capaz.
—A mí nadie me da órdenes insecto —gruñó Vegeta molesto.
Shin no respondió nada, en su lugar dirigió su atención al padre de Gohan al escucharlo hablar:
—¿Y realmente ese individuo es tan fuerte? —preguntó Goku emocionado.
—De eso no estoy seguro, pero si Babidi está poniendo tanto empeño en él, debe ser así.
—¡Eso no ayuda en nada! —dijo Vegeta perdiendo la poca paciencia que tenía—. Lo que realmente importa es ¿Cómo demonios salieron esos dos tipos del infierno? y ¿Cómo diablos tenían esos poderes?
Shin dirigió su atención al príncipe, descubriendo que estaba a punto de estallar, tendría que responder a sus cuestiones o se arriesgaba a perder un aliado.
—La aparición de esos dos androides se debe a las habilidades de Babidi, mientras estén bajo su control es capaz de hacer cosas increíbles, como sacarlos del otro mundo. —tomó aire —. En cuanto a sus poderes, se debe a la energía que ha logrado acumular, todas las fuerzas extras que tiene, es capaz de transferírselas a los sujetos que están bajo su control.
Vegeta no respondió, solo se dedicó a pensar en aquellas palabras.
—¿Y porque pudo poseerme a mi sino estaba triste ni enojada? —intervino Dieciocho.
El supremo kaiosama resopló, aun siendo un ser con tantas habilidades, la respuesta a esa cuestión era totalmente desconocida para él.
—De eso no estoy seguro, si no mal recuerdo su hermano sí que fue poseído por sentimientos negativos —La rubia asintió —. Tal vez su relación familiar afectó de alguna forma.
Las preguntas y respuesta siguieron apareciendo. Sin embargo lo importante para todos era detener la aparición de aquella entidad.
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