Capítulo 16: Rencuentro.
Era difícil describir lo que sentía, su cuerpo había experimentado cientos de emociones en unos cuantos minutos, desde el terror hasta la sorpresa, desde el enojo hasta la tristeza. Mr Satan vivió sensaciones increíbles en unos cuantos minutos y todo gracias a lo que vio nuevamente.
Ese brillo dorado que resplandecía como el mismo sol, esa aura que imponía miedo y respeto a cualquiera que la viese. El campeón del mundo suspiró pensativo, acomodándose a un más en su sillón mientras recordaba con asombro como se trasformó el chico, y si no fuese suficiente, el fantasioso plan que tenía que cumplir.
Intentándose olvidar de eso, el héroe del mundo se levantó, mirando posteriormente por la ventana de su habitación, divisando como su hija se sentaba junto al joven en el jardín de su hogar. Lo admitia, no le agradaba la idea de tener a un ser tan poderoso cerca de él y mucho menos de su hija. A pesar de ello Videl confiaba en ese individuo de nombre Gohan, así que muy a su pesar estaba decidido en cambiar su actitud y por primera vez apoyar realmente a su hija. Le daría hospedaje, comida y cualquier bien material que el joven necesitara para completar su encomienda.
Por primera vez el campeón del mundo intentaría ganar una nueva condecoración, que no tuviese que ver con dar puñetazos o patadas, está la conseguiría mediante acciones. El título de "Buen padre"
En el jardín, la sensación de nerviosismo pretendía apoderarse del chico de cabello negro. Había llegado el momento de responder, no mentiría y no callaría ningún dato que Videl pudiese pedirle, seria honesto en cada respuesta que daría.
—Sabes Gohan desde que hice esa promesa, desee con toda mi alma que este día llegara, pero —hizo una pausa sonriendo —. Ahora comprendo que conocer el pasado no es lo más importante.
»Así que dejare que tú me reveles lo que tú quieras. ¿Quién eres?
El joven quedó impresionado por las palabras de Videl. Claramente esa pregunta dejaba mucho a la consideración del otro. Gohan podía expandirse o callar tanto como quisiera y no estaría fallando a su promesa.
—Mi nombre es Son Gohan, soy hijo de una terrícola llamada Milk y de un saiyajin llamado Goku, lo que me convirtió en el primer hibrido entre ambas razas. Es por eso que poseo habilidades fuera de lo común. Como lo es el supersaiyajin, lo cual es simplemente un cambio físico que sufren los de nuestra raza al alcanzar un cierto nivel de poder —suspiró —. Cuando era niño mi tío, otro saiyajin, me raptó con la idea de convertirme en un guerrero que conquistara planetas, sin embargo las cosas no salieron bien y termine bajo la tutela de Shin, un dios supremo de la creación que me enseño las artes marciales.
»Durante toda mi vida me entrene, física y mentalmente, consiguiendo dominar un poder hecho para los dioses llamado estado místico.
Gohan después de revelarle esa información, se mantuvo callado con la mirada baja, instantes que fueron muy bien utilizados por su compañera para unir las piezas de aquel gigantesco rompecabezas. Consiguiendo darle algo de coherencia a todos los hechos que había vivido y que posiblemente le faltarían por vivir.
—Te agradezco Gohan por contestar mi pregunta—se acercó a él—. Se lo duro que debe ser para ti hablar de tu pasado.
La joven le dio un abrazo, seguido de un beso en la mejilla que sonrojó al chico, levantándose mientras le ofrecía su mano para que le imitara. No obstante el chico no se movió, todavía no había terminado. Levantando la vista, clavó su mirada en los ojos azules de la chica.
—Videl hay algo más que debes saber.
En tanto en la montaña Paos, el guerrero más poderoso seguía paralizado al ver que su mujer venía a recibirlo, teniendo una sonrisa amigable en su boca pero que pronto pediría respuestas.
—Hola Mamá —saludó Goten.
—Goten, Goku, estaba muy preocupada por ustedes ¿Dónde se habían metido?
—Bueno Milk —río nerviosamente Goku colocando su mano detrás de su cabeza en el clásico gesto de los Son —. Creo que necesitamos hablar.
Sorprendida ella asintió, dirigiéndose todos hacia su hogar, mientras Goku rezaba a Dende para que su esposa lograra tomárselo con calma.
Al llegar el saiyajin buscó una silla, haciendo que su esposa se sentara en ella, la cual le veía con intriga y sorpresa al verlo tan asustado. «Que habrá pasado" Pensó en tanto observaba como entre padre e hijo se susurraban instrucciones.
—Por favor Milk necesito que pase lo que pase mantengas la calma ¿Recuerdas mi último combate? —dijo entre tartamudeos.
Ella asintió sin saber lo que se avecinaba.
—Era Gohan.
Lo siguiente que ocurrió fue sencillamente el carácter explosivo de Milk a su máximo esplendor. La susodicha propinó un grito capaz de escucharse a cientos de metros a la redonda, rompiendo inevitablemente las ventanas de la casa.
Goku y Goten retrocedieron de la fuerza del chillido, asustados de lo que pudiese suceder a continuación.
—¿Qué? ¿Pero de que hablas Goku? ¿Cómo es posible? ¿Por qué diablos no lo trajiste aquí? —No dejaba de hacer preguntas totalmente alterada al mismo que arrinconaba a su esposo en una esquina.
Goku tragó saliva, observando los ojos negros de Milk que parecían emanar fuego.
—Goku, por favor tráelo aquí. —pidió después de un gran suspiro.
—Si —respondió con rapidez, colocando dos de sus dedos en la frente.
En tanto, en la casa de Mr Satan. La justiciera al escuchar las palabras de Gohan, retomó su antigua posición esperando a que su compañero hilara palabra.
Cuando de improviso, el chico abrió completamente los ojos, levantándose de un salto, lanzando una patada al aire precisamente en el momento que su padre aparecía de la nada, cayendo Goku al suelo al recibir el impacto directo en su rostro.
—Papá —musitó el chico.
El susodicho se incorporó lentamente, llevándose ambas manos a la cara donde la figura de una bota se marcaba con intensidad en uno de sus cachetes, girándose hacia los jóvenes que le veían con sorpresa.
—¿Cómo llegaste aqui? —preguntó su hijo.
—Utilice la tele transportación, pero eso no importa ahora —Mostrando una sonrisa temerosa, Goku junto sus manos en forma de súplica mientras se acercaba a su hijo —. Por favor Gohan acompáñame, tu madre ya se enteró que estas aquí, y está en estos momentos histérica.
»Si no te llevo pronto con ella, es capaz de destruir la casa o peor aún, me dejara sin cenar.
Sin terminar de escuchar las palabras de su progenitor, la mente de Gohan se trasladó a una serie de recuerdos sobre su madre. La mayoría eran difusos y extremadamente cortos, no obstante provocaron una sonrisa en el chico.
—Qué me dices hijo —Esas últimas palabras fueron capaces de sacarlo de sus recuerdos, observando el rostro de su padre que se veía muy asustado.
Al no recibir una respuesta rápida de su hijo, el saiyajin temió lo peor, provocando que decidiera hacerle una propuesta.
—Por favor Gohan —sonrió picaronamente —. Si quieres puedes traer a tu novia contigo.
Las mejillas de ambos jóvenes se encendieron en un rojo escarlata.
—¡Papá! —gritó con cierto enojo —. Nosotros solo somos amigos.
Goku retrocedió un poco, temeroso, era claro que había heredado ciertos toques del carácter de su madre.
—Lo lamento Gohan ¿Pero si vendrás?
El chico asintió un poco más calmado, volteando a ver a la joven, quien todavía poseía un cierto rubor en sus mejillas. Sonrió colocando una mano en su hombro, llamando su atención.
—Videl ¿Quieres venir?
La joven iba a contestar cuando el sonido de las puertas del jardín abriéndose llamó el interés de los presentes. En el portón Mr Satan apuntaba con asombro al padre de Gohan, teniendo la boca abierta de la impresión. Goku al reconocerlo imitó el gesto, acercándose el campeón hacia ellos.
—Usted es Mr Satan —exclamó sorprendido.
—Tú —Hizo una pausa, tragando un cumulo de saliva que se había atorado en su garganta —. Tú estuviste en el torneo de Cell.
—Si —Soltó una risilla —. Mi nombre es Goku.
Atónito el campeón del mundo ofreció su mano en modo de saludo, siendo correspondido.
Los chicos solo veían el extraño momento, no sabían cómo podía terminar esa plática, sin embargo todo parecía marchar bien.
—Disculpe mi atrevimiento Mr Satan, lo que sucede es que venía invitar a los muchachos a cenar conmigo y mi esposa.
El padre de Videl volteó a ver a su hija, la cual al sentir su mirada, colocó su atención en él.
—Videl quieres ir —dijo en un susurro casi inaudible.
La chica asintió apenada, mirando de reojo a Gohan. Dándose cuenta que no tenía forma de convérsela de quedarse, Mr Satan sonrió, dándole con un simple movimiento de cabeza permiso de ir a su primogénita.
—Bueno es mejor irnos —comunicó Goku —. Toquen mi espalada, nos tele trasportaremos a la montaña Paos.
Devolviéndole la sonrisa a su padre, Videl se acercó junto a Gohan a la espalda del saiyajin, colocando sus manos sobre el kanji que poseía el traje del aludido. Desaparecieron en cuestión de milésimas de segundo, dejando solo una pequeña ventisca de aire como recuerdo.
En el momento que aparecieron se toparon con una serie de gritos que salían de una casa que tenían enfrente de ellos. Goku rápidamente se tensó, mientras tanto Gohan suspiró nervioso pensando en la reacción que tendría su madre al verlo.
La chica al verlo así, decidió darle ese empujón que necesitaba. Tomó el brazo del chico entrelazándolo con el suyo, comenzando a caminar hacia el lugar. No es para menos imaginar que nuevamente las mejillas del semisayaijin se coloraron al sentir dicho contacto, especulando que a ese paso terminaría con toda la sangre en su cabeza.
Dándole un gesto de apoyó a su hijo, Goku abrió la puerta de su hogar, encontrando a su esposa murmurando cientos de cosas por toda la sala bastante alterada, pero al voltear y ver a su esposo acompañado de un chico y una chica, enmudeció totalmente.
Milk miró detenidamente al joven, esas facciones no podía olvidarlas ni en cien años, su cuerpo y rostro habían cambiado mucho, no obstante esa esencia del pequeño niño que ella crio seguía ahí.
Avanzó a paso lento en tanto sus ojos se inundaban de lágrimas que pronto comenzaron a brotar rumbo a sus mejillas, abrasando al joven, escondiendo el rostro en su pecho, llorando como nunca lo había hecho.
—Mamá —Su voz denotaba ternura.
La aludida levantó el rostro, teniendo su cara bañada en lágrimas. Acercó las manos a la cara del chico, mirando con detalle cada parte de él, creyendo ver a un lado de este, la imagen de Gohan cuando era solo un infante.
El moreno mostró una sonrisa contagiando a su madre con tal gesto. Ella después de eso, cambio su atención a la joven que estaba aún lado de ellos. Una dama de físico esbelto, ojos azules y el cabello de color negro, que parecía enternecida por lo ocurrido.
Limpiándose las lágrimas, Milk recuperó la compostura, hilando palabra:
—Gohan quien es la joven que te acompaña.
—Su nombre es Videl, la conocí cuando llegue a la tierra.
Era difícil de explicar lo que ella sintió cuando observó el brillo que tenía los ojos de su hijo al presentársela. Quizá era molestia o celos, en realidad ella sabía que no era aquello, era miedo. Miedo a que ese pequeño lugar que ocupaba en el corazón de su hijo fuese ocupado por la joven, miedo de ser nuevamente olvidada por él, miedo de perderlo una vez más y esta vez para siempre.
No le agradaba la situación, sin embargo no estaba dispuesta a cometer nuevamente un error que lo alejara de él.
—Mucho gusto Videl.
—Mucho gusto señora.
« Esta vez lo hare bien» pensó ella feliz.
Después de ese gran rencuentro, la parte favorita de Goku llegó "La hora de la cena" Milk sirvió el más grande banquete que pudo. Goku, Gohan, Goten —que había salido de su escondite después de darse cuenta que su madre se había calmado—, Milk y Videl se sentaron a la mesa a disfrutar de tan sabrosos manjares.
Pero a media cena la terrícola madre de dos saiyajin hizo una pregunta que dejó helado a su hijo:
—¿Gohan que sucedió después de que te llevaron?
El silencio se propagó con rapidez.
—Perdona Gohan yo no quise... —enmudeció pensando que había tocado un tema muy sensible.
—No te preocupes mamá —Su mirada se volvió dura —. Es hora de terminar con esto.
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