2._Soluciones simples.
El camino de la serpiente era realmente tan largo como alguna vez se lo describió su padre. Aunque él no mencionó nada del hermoso juego de colores que lo rodeaba. Morir nunca estuvo en los planes de Gohan, pero una vez llegó al otro mundo decidió poner en práctica una idea que tuvo alguna vez. Por supuesto aquello nació en base a la especulación, pero cabía la posibilidad de que pudiera funcionar, aunque posiblemente tendrían que sortear uno o dos problemas.
Los androides eran sin lugar a dudas los enemigos más poderosos que él y los demás había enfrentado y ni siquiera estaba seguro de que su padre los hubiera podido derrotar, pero había algo de lo que si tenía certeza: donde su padre estuviera debía estar entrenando. Pese a lo urgente de la situación, Gohan no avanzó con prisa por aquella serpenteada senda, hasta el tramo final donde corrió a toda velocidad. Pensó que al morir recuperaría su brazo, pero seguía manco. No le importa. Había cosas más relevantes que solucionar. Le fue bastante difícil convencer a Enma de dejarle ir con el Kaiosama del norte y contaba con que él no se mostrará demasiado intransigente con lo que tenía pensado hacer.
En aquel pequeño planeta Gohan esperaba encontrar a su padre, Vegeta, Piccolo y los demás; pero para su sorpresa salvo por sus regulares habitantes estaba vacío. Él nunca había visto al Kaiosama de norte así que su primera impresión fue algo confusa. Esperaba otro tipo de individuo, sin embargo, su anfitrión se mostró bastante afable y contento de tenerle allí preguntándole si tenía intenciones de entrenar con él a lo que Gohan respondió que no.
-En realidad he venido aquí con una intención muy diferente- le contestó el muchacho- Le suplico que me escuche atentamente. Es muy importante.
-Te escucho- exclamó el Kaiosama mostrándose bastante intrigado. A medida que fue oyendo las palabras de Gohan su expresión fue cambiando no precisamente para bien- Es una idea muy inteligente, muy bien pensada, pero hay a lo menos dos grandes problemas con ella.
-Creo saber cuáles son- admitió Gohan con un tono humilde.
-El primero de ellos es la nueva ubicación del planeta Namekusei. Cuando fue restaurado se pidió fuera en un sitio diferente y no está del lado norte del universo. Tendrás que ir con los otros Kaiosama para averiguar donde se encuentra.
-No hay problema. Solo dígame donde los encuentro y hablaré con ellos- exclamó Gohan con bastante entusiasmo.
-El problema es que ellos no son para nada amistosos y tienen una actitud bastante caprichosa. Es posible que ni siquiera quiera quieran escucharte. También hay algo que debes tener en cuenta. El otro mundo no interfiere con el mundo de los vivos.
-Sí, pero está es una situación excepcional.
-Me temo que para nada lo es. Cosas como las que suceden en la Tierra no son para nada algo extraño y muchos planetas sucumben a eventos como ese- le dijo Kaiosama con gravedad- Sin embargo...hay algo que se podría hacer si ellos se niegan- agregó riendo como si tuviera una maliciosa idea en mente.
Kaiosama no se equivocó. Los otros no estaban dispuestos a ayudar a Gohan a encontrar el planeta Namekusei, sin embargo, su postura se doblo un poco cuando el muchacho, apoyado por el Kaiosama del norte, les propuso celebrar un torneo para obtener su colaboración. Después de un pequeño debate el evento se acordó con una participación de cuatro guerreros por cada Kaiosama. Esto hizo a Gohan y su patrocinador ir por Piccolo y Vegeta que estaban el infierno. El primero porque se sentía más agusto ahí y habiendo perdido la esperanza de regresar a la vida prefería permanecer en ese lugar. El segundo no tuvo opción. No podía ir a otro sitio, pero no se molestó. Podía fastidiar a Freezer todo lo que quería cuando estaba aburrido. En cuanto a Gokú.... él fue más difícil de ubicar. Terminó en un pequeño mundo esperando a ser entrenado por el Gran Kaiosama. Algo que nunca pasó.
Para Gohan fue emocionante volver a ver su padre, pero fue más emocionante volver a ver Piccolo quien se mostró un tanto distante debido a que en el fondo se sentía un tanto responsable de algunas cosas. La muerte de kamisama y la desaparición de las esferas del dragón eran una de ellas. Pero la idea de un torneo en el que si obtenían la victoria podrían ubicar al planeta Namekusei sonaba lo suficientemente atractiva para animarlo a participar por más de un motivo.
-Lo que quieres es pedirle a esa gente pidan un par de deseos para ti ¿no es así?- manifestó Piccolo tras oír el interés de Gohan en ese planeta.
-Sí, así es- admitió Gohan- No creo que se nieguen a hacernos ese favor. Después de todos nos deben un par de esos- agregó y su maestro se sonrió.
-Lo que quieres es que esos sujetos nos revivan usando sus esferas del dragón- exclamó Vegeta.
-Es correcto- dijo Gohan.
-Hmm, pero eso solo servirá en el caso de ustedes- hablo Goku rascándose la cabeza como si estuviera consideran una idea muy importante- Yo morí debido a una enfermedad del corazón ¿Eso se puede considerar muerte natural? En ese caso yo no...
-No te preocupes por eso- le dijo Gohan- Creo saber como hacer que vuelvas a la Tierra sin la ayuda de las esferas del dragón. Aunque nada de esto tiene sentido si no podemos comunicarnos con el planeta Namekusei y hablar con el patriarca así que debemos concentrarnos en conseguir la victoria antes que todo.
Una buena pelea sería un buen entrenamiento. No tenía sentido volver a la Tierra tal y como estaban al morir y salvo por Gokú que gracias a ciertas circunstancias había tenido la oportunidad de entrenar un poco peleando con guerreros de otros mundos, los demás no habían progresado mucho. Krilin y los otros terminaron descansando en el paraíso.
El torneo se celebró sin demora. Era por eliminación simple. Aquello ocasionó que se produjera un encuentro entre compañeros. Gohan y Goku se enfrentaron en la antepenúltima batalla. Fue un encuentro bastante largo y desde luego una extraordinaria demostración de poder, pero al final el padre se impuso sobre el hijo y fue él quien combatió en la última pelea obteniendo la victoria. Vegeta había perdido ante ese sujeto. Obligados a cumplir con su palabra los Kaiosama buscaron el planeta Namekusei encontrandolo en el sector sur del universo.
Tal como esperaban los Namekusei no prestaron ninguna resistencia a ayudarles. Estaban muy agradecidos por toda la ayuda que Gohan y los demás les dieron en su momento y estaban dispuestos a concederles sus deseos en ese mismo momento, pero Gohan les pidió que lo hicieran en un lapso de un año.
-¿Un año?- repitió el patriarca un poco confundido.
-De nada nos serviría volver ahora. Entrenaremos en el otro mundo por el lapso de un año para derrotar a los androides- le respondió Gohan.
-Entiendo. Entonces será hasta dentro de un año.
-Sí, por favor. Ahora me gustaría hacerle una pregunta muy importante patriarca- continúo Gohan y cuando todos oyeron la interrogante lucieron bastante sorprendidos, en especial Piccolo.
Un año podía parecer mucho tiempo, pero no lo era ni en el mundo de los vivos ni en el de los muertos. En la Tierra Trunks quedó completamente solo para defender lo que quedaba de lo que alguna vez fue un mundo próspero. Sin embargo, todo cuanto podia hacer era frustrar los ataques de los androides y rescatar a tantas personas como le era posible trasladandolas a sitios seguros. Bulma en vista de que su hijo era el único guerrero que quedaba decidió construir una máquina del tiempo. Desgraciadamente los materiales para tan magno proyecto eran difíciles de conseguir por lo que finiquitar aquella máquina le tomaría unos cuantos años. Eso sí sobrevivía el tiempo suficiente.
Una mañana en que la mujer estaba trabajando en su taller, súbitamente una luz cubrió el mundo en lo que dura un abrir y cerrar de ojos. Cuando esa luz desapareció todo el lugar que hasta ese momento estaba en ruinas recobró el aspecto que tenía antes de la aparición de los androides. Antes de digerir lo que estaba pasando Trunks llegó al taller más estupefacto de lo que ella estaba.
-Madre- exclamó- ¿Qué es lo que pasó?
Bulma se quedó callada un momento y luego su rostro adquirió una expresión de alegría que Trunks no apreció, pues sintió el ki de alguien en la distancia.
-Gohan- murmuró sorprendido y sin darle tiempo a su madre de explicarle que estaba pasando, Trunks salió volando hacia el templo de Kamisama.
Bulma salió a la calle para verle alejarse. Toda la ciudad estaba restaurada. Las calles estaban repletas de personas que no parecían haberse enterado de nada de lo que estuvo sucediendo esos últimos años. Eso solo podía ser obra de las esferas del dragón. Y como las de la Tierra no existían más fue fácil para ella asumir obra de cuales sí e idea de quien era todo lo que estaba pasando.
-Estan de vuelta- dijo amparándose los ojos con la mano para ver la estela que dejaba Trunks en su vuelo.
Cuando el chico llegó al templo de Kamisama al primero que vio fue a Gohan. No estaba solo, pero fue su maestro el único que obtuvo su atención. No podía creer que él estuviera otra vez ahí después de verlo morir. No pudo evitar que lo inundara la emoción y acabó por correr hacia él para abrazarle como un hijo a un padre. Y es que para el joven Trunks Gohan era demasiadas cosas a la vez. El chico se quedó pegado a su maestro un rato bajo una mirada que no advertío hasta varios minutos después, cuando se separó de él y una mano pesada le cayó sobre la cabeza. Al ver al costado se encontró con un tipo sonriente que le froto el cabello.
-Tú eres Trunks ¿no es así?- le dijo Goku- Te pareces más a tu mamá que a tu papá ¿no lo crees Vegeta?
Esas palabras hicieron al chico ver al tipo detrás de ese que le acaricio la cabeza y que sobre la suya tenis una aureola. El sujeto de cabello negro como una flama clavo en él una mirada un instante, después la apartó como si nada.
-Ya deja de estar perdiendo el tiempo, Kakaroto. No olvides que solo tienes un día para estar aquí en la Tierra.
-Él tiene razón. Sera mejor que se den prisa- hablo una pequeña mujer que flotaba sobre una esfera de cristal. La misma en que un momento después les enseño la ubicación de los androides.
-Quedate aquí Trunks. Si algo malo pasa protege al nuevo Kamisama- le pidió Gohan antes de tomar la mano del hombre llamado Goku y desaparecer.
No hubo tiempo para explicaciones en ese momento, pero si las hubo después. Al fin que en esa oportunidad lograron derrotar a los androides. Vegeta, Piccolo que se había vuelto uno con el viejo Kamisama, Yamaha, Krilin, Ten Shinhan, Gohan y Goku, todos estaban de vuelta. El plan era simple. Con ayuda de la teletransportación llevarían a esas máquinas a una isla apartada para tener allí su batalla definitiva que fue dura, pero no tanto como las que libraron antes. De los androides no quedo ni una huella después de ser alcanzados por el golpe más fuerte de Goku y Vegeta. Algo que ayudo a su total aniquilación fueron las bombas que tenían en su interior y que provocaron la destrucción de la isla y unos daños menores a ciudades portuarias. Al final del día la Tierra recuperaba su paz y tenía un nuevo y joven dios que hizo una pequeña mejora a las esferas del dragón.
Gokú tuvo que volver al otro mundo pudiendo despedirse de su hijo y Milk que había regresado a la vida y a su hogar. Vegeta volvió al suyo reencontrándose con Bulma quien se sintió un poco avergonzada de su aspecto. Su rostro no era el que esa saiyajin recordaba, pero él no le dio importancia. Para Trunks ver a sus padres juntos era extraño y tardo bastante en digerir que ese sujeto era su progenitor.
En el taller de la científica el proyecto de la máquina del tiempo quedó almacenado, pero no olvidado. Y en la Tierra otra vez vivían sus más fuertes guerrero, pero con uno más sabio a la cabeza que decidió no recuperar su brazo para no olvidar que el poder sin decisiones sabias no sirve de nada.
Nota: bueno está es una de las dos formas en que se me ocurrió esa saga podría tener un poco más de lógica. Tal vez en el futuro les cuente la otra.
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