Capítulo 6
Al otro día me levante a primera hora y salí a hurtadillas para dirigirme al castillo, el sol ya iluminaba todo el lugar por lo que supuse que Drako ya estaría en el castillo luego de su caminata nocturna por las montañas, toqué la puerta trasera por donde él siempre salía con los nudillos y espere deseando que abriera pronto, la mañana estaba extrañamente fría y yo no tenía ropa adecuada para ello encima, me abrace por los hombros intentando mantener el poco calor corporal mientras veía impaciente la puerta, cuando me disponía a tocar de nuevo esta se abrió y lo primero que vi asomarse fueron esos ojos azules que tanto me llamaban la atención, un segundo después ya traía encima un abrigo algo grande y Drako estaba acomodándolo para que no se me cayera de los hombros, agaché la cabeza ocultando mi evidente sonrojo por tenerlo tan cerca y lo seguí hacía donde nos sentábamos siempre justo frente al lago seco dándole la espalda al castillo.
- No me habías visitado, estaba algo preocupado – Drako miraba el lago que alguna vez estuvo lleno de agua cristalina mientras movía las manos en un claro gesto de ansiedad.
- Lo siento... he estado ayudando a Tiara con algunas cosas y debía decirles a mis amigos que cierto dragón me quería en su castillo la noche de luna llena – me voltee para mirarlo y note su agitación, me pareció tierno de alguna forma.
- ¡Ah! Es cierto... falta poco para eso. ¿Tiara te dijo algo más? Supongo que te confirmó que yo soy el dragón que sale todas las noches, no pretendía ocultártelo... es solo que tuve miedo, supe que te desmayaste la primera vez que me viste como dragón y temía que huyeras o te lastimaras intentándolo, cuando dejaste de venir pensé que quizás te habías ido, pero te juro que no pretendo hacerte daño yo solo... solo quiero conocerte un poco más – sus dedos se movían frenéticamente sobre su regazo trazando círculos en la tela de su pantalón, yo ahogue una risa al notar su ansiedad.
- Oye calma, se que no quieres hacerme daño, no estaría aquí si te tuviera miedo y además esa noche cuando te vi por primera vez como dragón, solo me desmayé porque estaba algo cansada no por verte de esa forma - omití deliberadamente los recuerdos que realmente provocaron mi desmayo porque sentí que no era momento de decirlo – Admito que fue un poco extraño y difícil de creer en ese instante, pero creo que fue más extraño confirmar que ese dragón también eras tu Drako – era la primera vez que pronunciaba su nombre en voz alta y note como él se ponía alerta inconscientemente.
Drako soltó una carcajada que resonó en mi mente sacando a flote el recuerdo brumoso que tuve la noche que lo vi como dragón por primera vez y trayendo uno nuevo a mi mente, esta vez estaba sentada a lado de la cascada con él mientras reíamos y veíamos la aldea bañada por la luz del amanecer, sacudí la cabeza intentando dejar de lado esos recuerdos.
- ¿De qué te ríes? – pregunté sin poder evitar que se me contagiase su risa-
- De... de nada, es solo que me preocupé demasiado para nada al parecer, imagine que intentarías irte de la aldea o esconderte, pero incluso has venido a verme y yo juraba que no te abriría la puerta si venias antes de la noche de luna llena y aquí estamos – se notaba que le estaba costando dejar de reír mientras explicaba todo eso y me pareció mucho más tierno que antes.
- Así que ibas a intentar evitarme si venía, pero deseabas que lo hiciera porque estabas preocupado – reí ligeramente antes de lograr evitarlo – sí que eres complicado – inevitablemente mi mano ya estaba sobre su cabello antes de detenerme a pensar si estaba bien lo que estaba haciendo, deje mi mano allí un momento y luego le alboroté el cabello juguetonamente.
- Si probablemente lo sea, aún así tengo el presentimiento de que viniste no solo para verme y charlar un rato – estaba por quitar mi mano, pero él alcanzó mi muñeca y rodeo mi mano con las suyas mientras la bajaba hasta ponerla sobre su regazo, ese gesto fue más que suficiente para que me sonrojara y apartara la mirada.
- ¡Es cierto casi lo olvido! Bueno yo... vine porque mis amigos insisten en acompañarme cuando venga al castillo, dicen que si no vienen harán de todo para sacarme, realmente no creo que confíen en ti aún cuando yo lo hago – mire abajo mientras sentía como Drako acariciaba a palma de mi mano con los dedos.
- Imagino que quieres pedirme permiso para traerlos contigo al castillo antes de que decidan tirar la puerta abajo para "salvarte" – hizo énfasis en la última palabra simulando unas comillas con las manos soltando la mía que deje allí sobre su regazo, no quería quitarla por algún motivo.
- Yo se que es mucho pedir y lo entenderé si dices que no, sobre todo porque solo me convocaste a mi para entrar al castillo y es imprudente e irrespetuoso traer a más personas aún si son mis amigos, puedo intentar convencerlos de dejarme venir sin ellos – ahora la que trazaba círculos invisibles en el pantalón de Drako con los dedos era yo.
- ¡Hey! Espera no estoy diciendo que no, tráelos si así lo deseas, además no quiero tener un agujero en la puerta o algo parecido, no te estoy secuestrando y tampoco estas obligada a permanecer en el castillo siempre luego de la noche de luna llena, puedes salir mientras sea de día y andar por la aldea si te apetece, solo quiero que estes más cómoda y tener más tiempo para platicar contigo, por eso le pedí a Tiara que te trajera aquí, ella siempre me manda ayuda cuando la necesito o cuando ve que alguien desea irse de la aldea – tomó mi mano de nuevo y levante la vista esta vez sorprendiéndome al ver sus ojos azules clavados en mi llenos de ansiedad y preocupación.
- Me imagino que necesitas mucha ayuda viviendo en un castillo tan grande, Tiara me contó algo sobre eso de enviarte gente al castillo, gracias por aceptar que mis amigos vengan, quizás si te conocen se darán cuenta que no eres como piensan, ellos se están dejando llevar por las leyendas que se cuentan sobre los dragones allá afuera – era incapaz de apartar mi mirada de la suya que había pasado a la calma, sus ojos que parecían tormentosos ahora eran como un mar en calma, sentí las mejillas arder cuando tuve el impulso de acortar aún más la distancia que nos separaba, apenas lo conocía ¿Qué rayos me ocurría?.
- Deberías ir a avisarles... para que se preparen y demás, la luna llena aparecerá pasado mañana – soltó mi mano y se levantó rápidamente ocultando deliberadamente la cara, mientras me ofrecía ayuda para levantarme.
Me despedí de Drako antes de que cerrara la puerta del castillo tras de sí, olvide devolverle el abrigo que aún tenía sobre los hombros, pero cuando lo recordé ya estaba cerca de la puerta del sótano y mis amigos estaban esperándome recargados en la única pared que seguía en pie entre los escombros de lo que era una casa antiguamente, me sobresalté al verlos a todos allí observándome inquisitivamente, sus miradas se posaron en el abrigo sobre mis hombros que claramente era de otra época y me quedaba dos tallas grande, no sentía necesidad de explicar dónde había estado ni porque tardé tanto, mi tiempo con Drako era solo mío, si les decía que había estado con él tendría que contarles todo y francamente había aún cosas que prefería mantener en secreto como su sonrisa y lo que me provocaba estar a su lado.
- Hola, ¿Qué hacen afuera? Hace algo de frio deberíamos entrar – sonreí lo más naturalmente posible mientras continuaba mi camino para abrir la puerta del sótano.
- Alto ahí señorita, ¿de quien es ese abrigo y porque desapareció tan temprano en la mañana? – Me sonrojé inevitablemente y bajé la mirada evitando que Ray lo notase.
- No es uhm... no es nada, solo fui a pasear por el pueblo y me encontré con el dragón, pero solo un momento, me dijo que nos veríamos en poco tiempo de cualquier forma – me encogí de hombros para restarle importancia al asunto.
- No parece que sea nada Dria... te noto nerviosa – se cruzó de brazos y levantó una ceja.
- Fui a ver al dragón para pedirle que los dejara acompañarme al castillo, ha dicho que si, así que será mejor que empecemos a prepararnos para ir ¿no creen? – me encamine a la entrada del sótano, pero Cane me tomó del brazo.
- Presiento que aún no nos has dicho todo Dría, pareces tener mucha confianza con ese dragón – cada que decía "dragón" su tono se ensombrecía.
- Cane no empieces, ¿de verdad estas celoso de él? En primera tu y yo ya no somos más que amigos desde hace mucho y aparte a ti que te importa si confío o no en un dragón – me solté de su agarre ignorando las miradas de preocupación de los demás y baje al sótano.
Después de la cena Tiara nos llevó unas maletas pequeñas para guardar nuestras cosas y llevarlas al castillo en cuanto el momento llegara, luego de guardar unas cuantas cosas volvimos a subir para ver a Drako irse como siempre volando hacia algún lugar desconocido, me intrigaba demasiado, pero de alguna manera sentía que sabía a donde se dirigía cada noche.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro