La leyenda resultaba diferente a las versiones que había leído anteriormente, en las versiones que se encontraban en internet normalmente el dragón destruía la aldea por sí mismo cegado por la oscura magia de la bruja hasta que también la destruyó a ella, se dice también que luego desapareció infectado de oscuridad, nunca había leído o escuchado una leyenda que pusiese al dragón como la victima de la historia, era extraño, pero me producía una especie de deja-vú aunque no lograba entender porque.

-       Es hora de mostrarles al dragón, levántense y vayamos, normalmente se va a las montañas a esta hora – Tiara se levantó de un salto mientras yo me preguntaba como sabía que ya estaba anocheciendo si evidentemente nadie tenía un reloj.

-       Quizás solo veamos una nube en forma de dragón o algo así, no creo para nada en tu leyenda antigua – Sonia parecía segura de sus palabras en ese momento, pero yo no estaba tan segura luego de lo que vi en la ventana del castillo.

Mis amigos se reían detrás mío mientras contaban chistes sobre el dragón supuestamente imaginario de Tiara y las demás personas que iban detrás nuestro los miraban con cierto odio y burla, yo fui la única que no habló en absoluto, me limite a seguir a Tiara hasta la calle, desde allí había una vista perfecta de todo el frente del castillo, la luna estaba apareciendo justo detrás y le confería un aspecto espectacular. Pasaron los minutos y cuando la luna alcanzó un punto más alto algo blanco y enorme emergió de la parte de atrás del castillo, al principio no lo creí, pero entonces esa figura enorme abrió sus alas y se elevó, antes de desaparecer tras las montañas que se elevaban detrás de la aldea dio media vuelta, inclinó la cabeza y Tiara le devolvió el gesto, el dragón entonces me miro a mí y yo incapaz de apartar la vista le sostuve la mirada, por un momento un recuerdo neblinoso y confuso inundo mi mente, me vi a mí en un valle hermoso frente a un lago, charlaba con alguien cuyo rostro no podía ver y luego la imagen cambiaba, el lugar completamente destruido, gritos de fondo inundando mis oídos y una voz lejana pidiéndome algo inentendible, cuando volví a la realidad el dragón ya no estaba y Tiara me miraba confundida.

Me costó trabajo recomponerme para poder caminar, mis piernas no parecían cooperar mientras mi mente estaba dándome vueltas intentando averiguar que era ese recuerdo, parecía mío, pero yo jamás había visto ese valle, jamás había escuchado una voz así, sonaba como alguien triste incluso cuando un segundo antes le había escuchado reír en la charla frente al lago, no recordaba de que era la charla solo recordaba el sonido de su risa y el de su sufrimiento y sentía un dolor intenso en el pecho como si alguien me atravesara con una espada desde dentro, no me di cuenta de las lágrimas que corrían por mis mejillas hasta que Ray las limpió mientras me ayudaba a apoyarme en ella para caminar, Trevor se puso del otro lado y me ayudó también, Tiara no decía nada solo nos seguía sin quitarme los ojos de encima, podía escuchar susurros y pedazos de conversaciones entre los aldeanos como se hacían llamar a sí mismos, la mayoría caían en la misma conclusión "será la siguiente" los escuchaba decir entre sus cuchicheos sin entender que significaba eso, pero haciéndome a la idea de que no era algo bueno, no llegue a preguntar pues en cuanto llegamos a la seguridad del sótano me desmayé.

No supe cuánto tiempo pase inconsciente pero cuando desperté todos estaban comiendo animadamente en la mesa, desde donde estaba podía verlos, note que tenía una frazada encima y la aparte.

-       Has despertado, buenos días, señorita Andria – Tiara estaba sentada en otra cama ubicada frente a mí, allí caí en cuenta de que estábamos en un dormitorio enorme con camas algo rudimentarias apostadas a la pared en cada lado separadas solo por un pequeño buró.

-       ¿Qué ha pasado?, ¿Cuánto llevo aquí acostada? – me sentía aun algo confusa y mi cabeza me seguía dando vueltas.

-       Te desmayaste, te trajimos aquí y dormiste toda la noche, amaneció hace un rato ya, eres muy curiosa, jamás había visto al dragón mirar así a alguna persona, como sea hablaremos de eso luego, por ahora levántate, si quieres ponte ese vestido que está en el buró y ven a desayunar – dicho esto Tiara se levantó y se fue dejándome sola.

Al ver mi ropa note que estaba manchada de barro, por lo que decidí ponerme el vestido que Tiara me dejó, era un vestido sencillo de color vino con un pequeño escote en la parte de enfrente muy adecuado para el clima de la zona, me pregunté para mis adentros de donde podría haberlo sacado Tiara, cuando estuve lista fui a desayunar, mis amigos se alegraron de verme bien y me ofrecieron un plato, contrario a lo que imaginé había mucha comida en la mesa, muchas manzanas y uvas estaban repartidas en cuencos a lo largo de ella, también había carne asada y tres jarras de jugo de naranja, me serví un pedazo de carne y algo de jugo mientras pensaba si preguntarle o no a Tiara de donde provenía todo eso, se me vino a la cabeza que quizás el dragón de verdad les ayudaba a sobrellevar su vida en la aldea, pero eso no respondía donde conseguía todo y que le daba Tiara a cambio.

Al terminar todos de desayunar vimos como los aldeanos se repartían entre ellos las tareas de limpiar y arreglar cosas, yo quería hablar con Tiara pues tenía muchas preguntas pero ella estaba siempre ocupada, por ello decidí salir a dar un paseo, supuestamente era seguro salir antes de las seis de la tarde, después de esa hora aparecían las criaturas oscuras como la que nos atacó el día anterior, los demás se quedaron solo vagabundeando cerca de la entrada a lo que ahora le empezaban a llamar bunker por lo enorme que era y lo bien equipado que estaba, yo por mi parte fui directamente al castillo, buscaba cualquier hueco donde poder colarme y entrar pero no había ninguno, cansada de buscar me senté en el suelo frente a un profundo hoyo que imagine había sido un lago pequeño, alce la vista para observar lo que alguna vez fue una magnifica cascada y saque uno de los dibujos que traía conmigo, compare el dibujo con lo que veía ahora, era nostálgico ver como algo tan bello se deterioró a tal punto que ya no era ni la sombra de lo que alguna vez fue, una lagrima rodo por mi mejilla inadvertidamente, me preguntaba porque sentía tanta tristeza al ver aquel lugar, una voz interrumpió mis pensamientos, sonaba igual a la que había escuchado en ese recuerdo extraño de la noche anterior.