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34.

Así es como me imagino que luce Lari en la fiesta :)

No coloquen esa canción, esa se las nombro más abajo. Le da una emoción distinta a esa escena, créanme.

-

Larissa había estado viendo como Astoria lanzaba varios vestidos en la cama de Tracey, mientras la otra chica sacaba y buscaba todo el maquillaje posible.

Las tres estaban duchadas, su cuerpo desnudo solo estaba cubierto por una bata color rosa, mientras su cabellos mojados caían por sus espaldas.

-¿Qué color debería usar? - preguntó Astoria molesta.

Tracey sacó un vestido color azul cielo. -¿Les gusta? - les preguntó, mientras lo estiraba frente a ellas.

El vestido azul bajo, con flores como estampado, era sencillo y corto. Bonito.

Astoria sonrió. -A ver póntelo. - animó a su amiga, quien asintió y colocó el vestido.

Ambas miraron con atención a Tracey, mientras ella se terminaba de alizar el vestido con las manos. Sin duda se apretaba a su figura, se veía bastante hermosa.

Entonces Astoria silbó. -Se ve increíble.

Tracey se vio unos minutos en el espejo, pero luego sonrió satisfecha con su aspecto.

Entonces Astoria sacó un vestido rojo de terciopelo y sonrió. -¿Qué tal? 

-Es bastante bonito. - le señaló Larissa.

Astoria sonrió y asintió. -Tienes razón, pero Tracey, saca tu vestido, primero hay que maquillarnos. - le dijo, dejando su vestido a un lado.

Larissa no tenía la menor idea de que hacer, pues no sabía maquillarse. 

Astoria colocó su base, una sombra oscura y un labial rojo oscuro, que haría juego con el vestido, mientras que Tracey optó por algo más claro, sus ojos del mismo color claro que su vestido, sus labios rojos y un poco de delineador.

Cuando terminaron y notaron que Larissa miraba vestidos se acercaron con una sonrisa cómplice. -Lari... - murmuró Astoria sonriente y obtuvo la atención de ella. -¿Nos dejarías arreglarte? 

Larissa asintió con una sonrisa y Tracey aplaudió emocionada, llevando con ella una montaña de vestidos.

Y si, eran demasiados, pero hicieron que Larissa se probara todos y cada uno de ellos.

Primero se puso uno con olanes blancos, pero lo descartaron al notar que le quedaba muy suelto, entonces tomaron uno color verde oscuro. 

Ella se lo probó, pero al verse en el espejo se dieron cuenta de que se perdería con las luces de la fiesta.

Y así, consecutivamente, hasta terminar con la montaña de vestidos.

-Necesita algo oscuro... - murmuró Astoria, tocando su barbilla.

Entonces Tracey corrió a su armario y sacó tres vestidos negros. -Tengo estos. 

Astoria aplaudió emocionada y comenzaron a probar más vestidos.

El primero tenía tirantes y era muy corto para el gusto de Larissa, por lo que lo descartaron de inmediato.

El segundo no parecía convencerle, pues tenía manga larga, era muy corto y tenía una abertura en la pierna derecha.

-Dale una oportunidad, nunca me lo puse porque no me cierra. - señaló Tracey.

Larissa miró dudosa el vestido, pero aceptó, colocando el pedazo de tela.

Cuando estuvo sobre su cuerpo, caminó al espejo a ver su reflejo. El vestido era una tela de terciopelo, bastante cómoda, las mangas del vestido negro eran un poco apretadas, pero no incomodaban, el alto del vestido terminó por rematar todo. Le encantaba la forma en que se veía ese vestido, la hacían ver sexy, bonita... ella se sentía bonita. 

Nunca se había sentido así, al menos no en mucho tiempo.

Astoria y Tracey la veían con grandes sonrisas, pues Larissa realmente se veía preciosa.

Ella se sentía hermosa en especial.

-Entonces... es hora de que nos dejes maquillarte. - dijo Tracey emocionada.

Larissa asintió, estando de acuerdo, y esas dos chicas comenzaron a maquillarla.

-

La castaña no podía ver que le estaban haciendo, solo veía las caras sonrientes de Tracey y Astoria.

No tardaron mucho en hacer su maquillaje, además de que eran cuatro manos, el maquillaje era algo sencillo, pero muy bonito.

-No te muevas tanto. - le susurró Astoria a Larissa, mientras se divertían.

Una de las muchas cosas que amaba Astoria, era el maquillaje, mientras que Tracey amaba las flores... así que, ambas planeaban tener trabajos muggles.

Larissa siempre pensó que le gustaría la medicina, pero ahora era algo tarde, tenía que haber enviado solicitudes hace tiempo, estudiar desde años anteriores, ahorrar, hablar con sus padres... pero Seamus apenas la dejaba respirar, nunca tuvo tiempo de enfocarse en si misma... nunca realmente.

Luna sabía que le gustaría ser magizoologa, pero Larissa no tenía la menor idea de alguna profesión mágica o muggle que le apasionara.

Astoria le dijo un par de veces que le gustaría abrir su propio local, donde maquillaría personas, arreglar su cabello, pintarlo de colores, recortarlo, darles consejos sobre como cuidar su imagen.

Tracey habló sobre que tendría un lugar pequeño donde vendería flores, daría consejos sobre como cuidarlas, las haría crecer hasta la punta de un edificio gigante.

Larissa se comenzó a preocupar en el momento que notó que no sabía lo que debería estudiar, no tenía la menor idea de lo que le gustaría ser más adelante. 

¿De dónde sacaría dinero?

Sus ojos vagaban por las caras de las chicas que arreglaban su cabello y su maquillaje. 

-Puedes usar mis tacones. - murmuró Astoria, sacando zapatos de una de sus maletas. -No suelo usarlos, soy algo torpe. - dijo sonriendo, mientras estiraba los tacones a Larissa.

-No me los voy a poner. - le murmuró Larissa, mientras Tracey peinaba su cabello. -Son tuyos. - aclaró.

Astoria rodó los ojos. -¿Y? No me digas que te vas a poner tenis, Lari... - dijo señalando al piso. -Es una fiesta, y sé que no tienes zapatos así, entonces... usa los míos. - dijo mientras se agachaba a los pies de Larissa, para colocarle uno de los tacones negros.

Larissa negó con la cabeza, moviendo ligeramente su pie. -Astoria, no me gusta que me tengas lastima. - se quejó avergonzada la castaña.

Astoria levantó los ojos y negó con la cabeza. -Si tuviera lastima, entonces solo te estaría mirando desde lejos, pero estoy aquí... una cosa es ayudarte, otra es prestarte mis cosas y otra es tener lastima. No confundas. - dijo negando con la cabeza, mientras su cabello lacio le caía por los hombros, para luego colocar de forma correcta ambos zapatos.

Tracey la miró. -¿No quieres que te prestemos nada o no sabes usar tacones? - dijo divertida, intentando calmar el ambiente.

Larissa se encogió de hombros. -Me los puse algunas veces... en el yule ball, en el cumple años pasado de Ginny, pero... me los prestó Mione. - murmuró como si le diera vergüenza aceptar que no tenía ni un solo par de tacones, porque su ex novio se los había roto todos.

Astoria asintió. -Bueno, yo tampoco tenía hasta que conocí a Tracey. - se encogió de hombros, amarrando la correa de los zapatos de Larissa.

Tracey asintió. -Ahora me tienes, Lari... eso significa que tendrás miles y miles. - dijo con una sonrisa la chica detrás de Larissa.

La Gryffindor sonrió. -Gracias por tratarme bien. - murmuró.

Astoria negó con la cabeza, mientras se ponía de pie, pues los tacones ya estaban listos. -No agradezcas, no veo motivos para tratarte mal. - admitió.

Larissa sonrió y entonces Tracey aplaudió detrás de ella. -¡Ve a verte! - la animó.

Larissa se levantó dudosa y acomodó un poco el vestido, caminó lentamente hasta el espejo de cuerpo completo que Astoria y Tracey tenían entre sus camas, mientras el click de los tacones sonaba en el piso.

Se quedó mirando su reflejo...

El maquillaje era simplemente hermoso, la base apenas y se notaba, pero lograba esconder las ojeras de alguna forma, sus pestañas se veían más gruesas de lo normal, el lápiz labial en sus labios le daba un aspecto un poco más regordete, en sus parpados tenía una sombra del mismo color de su piel y algunos brillos que daban algún toque bonito en sus ojos. Porque Astoria lograba ponerse creativa. El iluminador fue su parte favorita, mientras notaba como sus mejillas tenían color artificial.

Sonrió para si misma cuando se sintió bonita, una sensación tan nueva, pero agradable.

Pasó sus ojos a su cabello, del que Tracey se había encargado de arreglar. La Slytherin se había encargado de dejarlo al natural, pero armando una ligera corona con su mismo cabello castaño, acomodando algunos brillos, como los que Astoria puso en sus ojos, solo que estos eran más grandes, haciendo resaltar el peinado que Tracey hizo. 

Le gustó.

Sus ojos entonces pasaron a su cuerpo. Al vestido en especifico.

El color negro le hacía resaltar la bonita figura que ya tenía, las mangas del vestido le gustaban bastante, la forma en que su cintura se veía un poco más pequeña que con cualquier otra ropa, como su cadera se marcaba, sin dejar nada de ella a la imaginación. El vestido ya de por si era corto, sumando que tenía un corte en la pierna derecha, haciendo que a tan solo unos pocos centímetros se pudiera ver su ropa interior.

Y para rematar, los tacones la hacían ver más alta, más estilizada. Más bonita.

Le gustaba la forma en que se veía y no se cansaría de decirlo.

Astoria la despertó de sus pensamientos y colocó sus manos sobre los hombros de la chica. -¿Te gustó? - le preguntó y Larissa asintió sin vacilar. -Bueno, entonces hay que bajar. - dijo, para luego mirar su reloj de muñeca. -Ya son las nueve, eso debe estar comenzando. 

Larissa abrió la boca sorprendida. -¿Tardamos tanto? - preguntó en voz alta y ambas chicas asintieron en respuesta. 

Entonces Astoria caminó a su tocador y sacó una pequeña caja color azul. -Ponte estos, te vas a ver bien. - le dijo Astoria a Larissa, mientras sacaba algunos anillos, para luego tomar la mano de Larissa y ponérselos en los dedos de ambas manos. -Me gusta... siempre pensé que tus manos se verían bonitas adornadas con anillos. - dijo mientras sonreía y veía a Larissa admirar cada uno de los anillos. 

Cuando Tracey colocó un poco de perfume en su cuello se acercó a Astoria y le colocó más, para luego caminar a Larissa y ponerle un poco. -Es para que nos vaya bien esta noche. - aclaró.

Larissa frunció las cejas, pero asintió. Astoria caminó un poco a ella y susurró. -Es porque quiere sexo.

Y Larissa tapó su boca divertida.

Cuando las tres comenzaron a caminar a la puerta, algo ocurrió.

Sin detenerse, comenzaron a bajar los escalones y los nervios la golpearon cuando la música a todo volumen se comenzó a escuchar, el olor a alcohol y el humo de cigarros. Se quedó estática mientras veía a Tracey salir de ahí, con las ondas que se había hecho hace unas horas rebotando en su espalda.

Astoria iba detrás de ella, pero entonces sus ojos fueron detrás, cuando no vio a Larissa y regresó al pasillo, donde la encontró. -¿Qué pasa? ¿No te sientes bien? - le preguntó preocupada.

Larissa negó con la cabeza. Le dolía el estomago, sentía cosquillas por todos lados, podía escuchar y darse cuenta de como respiraba y no dejaba sus manos con anillos en paz, jugando con ellos mientras los giraba en sus dedos.

-Estoy nerviosa, no sé porqué. - admitió mientras miraba a Astoria.

La Slytherin sonrió y ladeó su cabeza. -Tranquila, cuando veas a Draco te vas a sentir mejor. - le aseguró.

Larissa negó. -El problema es que me siento nerviosa de verlo. - dijo en voz baja.

Y era así. Lo había visto muchas veces, ha pasado demasiado tiempo junto a Draco y... lo había besado, incluso lo había tocado, solo que ahora estaba muy nerviosa.

Astoria le sonrió. -Un poco de alcohol, eso te hará seducirlo. - dijo guiñando un ojo. -Ni creas que olvide nuestro plan. - y con eso tomó a Larissa por la mano para llevarla con ella a la fiesta.

En el momento que entraron pudieron percibir el olor a alcohol, el humo y tabaco por toda la habitación. Todos estaban tan felices por haber ganado. La música hacía que su cuerpo vibrara, mientras las luces verdes y rojas parpadeaban en la habitación. 

Eso ni siquiera parecía la sala común de Slytherin.

Larissa podía sentir como Astoria la llevaba por toda la habitación, hasta algún lugar; pero Larissa estaba buscando a Draco con la miraba, alzando un poco su cabeza, intentando buscar una cabellera rubia.

¿Y si estaba bailando o bebiendo con otra chica? ¿Alguna que no fuera aburrida como ella?

Su corazón empezó a acelerarse, mientras ese feo sentimiento de inseguridad la atrapaba; estaba cayendo en las terribles garras del monstruo que toda persona tiene: la inseguridad.

Cuando sintió que se detuvieron y dejaron de chocar con los cuerpos sudorosos, los cuales bailaban en el centro de la pista, se dio cuenta que habían llegado a algún lugar con los amigos de Montague.

-¡Hola! - los saludó Astoria, para luego sentarse junto a su novio. Dejó un pequeño beso en su mejilla y jaló un poco la mano de Larissa para que se sentara con ella.

Larissa miró arriba y pudo distinguir como los muchachos del equipo la estaban mirando con pequeñas sonrisas coquetas, como el tipo de sonrisa que Draco solía darle cuando coqueteaba con ella en su habitación. 

Les regaló una amable sonrisa, al sentir una pequeña incomodidad, tocó el brazo de Astoria y la Slytherin se acercó a ella, para escucharla hablar. -¿Dónde esta Draco, Astoria? 

La chica junto a ella comenzó a buscarlo con la mirada y se dio cuenta de que Draco no estaba ahí, su cara de preocupación se hizo presente cuando notó a los Slytherin sonriendo a Larissa. Se acercó al oído de la Gryffindor. -Se supone que debería estar aquí. - frunció el ceño.

Larissa se sintió algo incomoda e intentó bajar el vestido que se subía cada vez que ella se movía incomoda. 

Astoria entrelazó sus dedos con Larissa y le regaló una mirada amistosa. -Le voy a preguntar a Monty. - le avisó.

Pasaron solo segundos antes de que Montague asintiera a lo que Astoria le decía en el oído y ambos se pusieron de pie.

¿La iban a dejar ahí? ¿Sola?

-Vamos, Lari. - dijo Astoria, haciendo una seña con su cabeza.

La castaña asintió y se puso de pie.

Iba detrás de Astoria, mientras volvía a chocar con los cuerpos sudorosos.

Estaban caminando a la mesa donde habían muchas bebidas y personas sirviendo alcohol en sus vasos.

Al llegar un poco más cerca, ella lo pudo ver y sonrió para si misma, mientras veía a Draco, quien se estaba sirviendo algo que parecía ser whisky de fuego, en un vaso rojo. Larissa sonrió aún más, al notar como Draco iba vestido con una camisa blanca, con los dos botones superiores abiertos y su pantalón negro, donde estaba metida la camisa, sus zapatos siempre limpios color negro y su cabello rubio platinado algo despeinado. 

Montague le gritó a Draco, para llamar su atención y entonces el rubio lo miró con el ceño fruncido, como si estuviera molesto, pero luego sus ojos grises se movieron a la chica que iba caminando a corta distancia de Montague y Astoria.

La chica que llevaba un precioso vestido de terciopelo, resaltando las curvas del cuerpo que estaba ansioso por tocar, besar y acariciar; aquella que tenía anillos en sus manos y labios tentadoramente brillantes, ahora mismo deseaba correr a tomarla en sus manos y besarla, hasta que el lápiz labial que ella tenía le quedara manchado por toda la cara; su deseo se hizo más fuerte cuando notó los tacones que tenía puestos, haciéndola ver más alta. Notando el vestido corto que tenía en ese momento, con cada movimiento que daba, movía su caderas y sin darse cuenta, el vestido subía un poco más, tanto que si se le ocurría agacharse dejaría al aire libre sus bragas.

Nunca pensó que podría pasar, pero estaba seguro de que si ella simplemente se quedara ahí dando esa pequeña sonrisa, se correría dentro de sus pantalones. 

Cuando ella estuvo lo suficiente cerca, justo frente a él. Montague habló, sacándolo de su trance. -No te conviene dejarla con los otros. - le dijo, para luego dar un par de golpecitos en su hombro.

Antes de que los dos Slytherin se fueran, Astoria se acercó a Larissa y le susurró. -Suerte. - para luego guiñarle el ojo.

Larissa sonrió nerviosa y los vio irse, para luego regresar sus ojos a Draco, quien había vuelto a servir otro vaso rojo con más alcohol.

-Hola. - le dijo ella de repente, con aparente nerviosismo.

¿Se había molestado por vestirse así? ¿Era el maquillaje?

Draco levantó sus ojos como si estuviera sorprendido y la escaneó de arriba a abajo sin ser discreto. -¿Has venido a la fiesta de Slytherin? ¿Sabías que ganamos? - le preguntó de repente.

Larissa frunció el ceño y sonrió. -Si... ya sé. - respondió vacilante.

Draco tomó un trago de su vaso y asintió. -¿Tienes novio? - la señaló con el vaso.

Larissa no entendía muy bien que le pasaba a Draco, pero se le hizo divertido y siguió el juego. -No... - negó con la cabeza para luego acercarse a Draco un poco más y hacerle una seña con la mano, para que se acercara. -Pero te voy a contar un secreto. - dijo mirando a los lados, como si cuidara que nadie escuchara. Draco se agachó un poco, dejando que los labios de ella rozaran su oído. 

-Dime, no le voy a decir a nadie. - le susurró, animándola a decirle.

Larissa asintió, a pesar de que él no la estaba mirando, sino que estaba inhalando su olor exquisito. -Por las tardes me veo con un rubio... y nos besamos todo el día en su habitación. - susurró divertida.

Draco se separó y la miró a los ojos, haciendo que sus cejas casi se juntaran. -¿Y a ese rubio le molestara si me bailas un rato? - le sonrió coqueto, para beber otro trago del vaso.

Larissa se sonrojó y su estomago comenzó a cosquillear. -¿Bailar? - preguntó desconcertada, pero divertida. 

Draco asintió. -Eso dije. 

Larissa se encogió de hombros. -Yo creo que si se molestaría. Pero no es mi novio... - dijo mientras sonreía, regresando el coqueteo a Draco.

Malfoy sonrió y levantó ambas cejas, como si estuviera sorprendido. -Entonces te veo. - dijo apuntando a un lado, donde estaba la pista de baile.

Ella sonrió y negó con la cabeza. -¿Cómo voy a hacer eso, Draco? - dijo mientras reía.

Draco se encogió de hombros. -Pues te mueves y ya. - dijo como si fuera lo más obvio.

Pudo ver el nerviosismo de Larissa, como si debatiera consigo misma en hacerlo o no, jugando con sus manos nerviosas, su sonrisa cada vez más forzada. No sabía si Draco hablaba en serio o no. Su pie comenzó a moverse un poco en movimientos rápidos y cortos, mientras miraba la pista de baile. 

-¿Te da pena? - le preguntó como si se estuviera burlando de ella. -¿Y no te dio pena contarme lo mucho que calientas al tipo rubio? - dijo enarcando una ceja.

Larissa se encogió de hombros. -Me da un poco de pena hacer eso. - admitió.

Draco tomó el vaso entre sus manos y se acercó a ella. -¿Y si te digo que un poco de alcohol ayuda con eso?.. te haces más valiente, diría yo. - dijo en un tono muy bajo y ronco, cerca de ella. -Además, nadie te conoce... ¿Qué pueden decir? ¿Qué te vez caliente? - le dijo elevando ambas cejas.

Larissa suspiró y sonrió imaginando que lo podría hacer. -¿Y si me das un poco de alcohol? - Draco levantó ambas cejas a sus palabras. -Para ser más... valiente.

El rubio asintió y terminó de beber el contenido de su vaso, para luego tomarla por la barbilla y hacer que abriera la boca; Draco escupió el whisky en la boca de Larissa, mientras la veía desde arriba, abrir la boca, con sus cuerpos presionados.

Larissa sintió como el sabor del whisky mojaba su lengua, mezclado con el mentolado sabor de la boca de Draco. Cerró los ojos tragando el líquido que quemó un poco su garganta y los apretó por el sabor. Un nuevo sabor.

Abrió los ojos y se le quedó viendo a Draco. -¿Por qué hiciste eso? - le preguntó sorprendida.

Draco se encogió de hombros. -¿Te gustó? - le devolvió la pregunta y Larissa asintió. -Bueno, eso es lo único que importa. - sonrió y limpió una pequeña gota que escapaba por la comisura de los labios de Larissa. La castaña lo observó mientras metía su dedo en su boca, rodando su lengua, observándola intensamente con la mirada. -Ve y haz lo tuyo, ¿quieres? - le dijo después de sacar su dedo, señalando la pista.

Las mariposas comenzaron a volar en su estomago, mientras lo veía a los ojos. Él nunca se había portado así con ella, solía ser muy suave, no es que se quejara, la ponía caliente verlo así. Dominante. 

Ella asintió, pero lo sintió pasar por su lado, mientras él iba caminando a uno de los sillones vacíos, junto a Montague y Astoria, quienes parecían entretenidos hablando.

Astoria miró molesta a Draco, pero luego Draco le dijo algo y ella volteó a ver la mesa donde estaba Larissa y de alguna forma, la Gryffindor sacó su valentía una vez más y comenzó a caminar a la pista. 

Estuvo mezclada entre las personas, pero estaba justo donde Draco y sus amigos podrían tener su propios show gratis.

Draco sonrió como si estuviera divertido, para luego dejar caer su espalda en el respaldo del sillón. 

Larissa tomó un poco de aire y cerró los ojos, intentando ignorar la mirada intensa de Draco Malfoy. 

Sus movimientos comenzaron muy lentos, mientras buscaba el ritmo de la música, moviendo sus caderas al ritmo de esta misma. 

Se dejó llevar por la emoción y la adrenalina que la recorrían, buscando sacudir los nervios y la vergüenza que le causaba pensar si se veía ridícula o no.

Entonces pensó en como se veía hace unas horas frente al espejo, sonrió mientras sus manos comenzaban a moverse por su cuerpo, desde el dobladillo del vestido, dejando que se elevara con sus movimientos, haciendo un charco de ropa cerca de su cadera.

Sonrió para ella misma, mientras pasaba sus manos lentamente por su cintura, subiendo hasta su pecho y llevándolas abajo de nuevo.

Unos segundos más y la pena se había ido.

Ella estaba moviendo sus caderas con libertad, mientras recibía miradas de los chicos que bailaban a su alrededor, mientras las muchachas la animaban; sus manos fueron desde sus caderas, volviendo a tocar su propio cuerpo, mordiendo su labio inferior, para luego levantar su cabello con sus manos y dejarlo caer por sus hombros y su espalda.

Se agachó un poco más, abriendo los ojos, para encontrarse con Draco y dedicarle una sonrisita traviesa; sabía que ahora cualquier que se agachara un poco podría ver sus bragas, entonces se dio media vuelta y volvió a agacharse, sabía perfectamente que él la estaba viendo. Viendo sus bragas.

Cuando volvió a girar para burlarse de Draco, no lo vio por ningún lado. Sus ojos se movieron por el sofá, pero solo veía a Astoria, quien le dedicaba una sonrisa, animándola a seguir. 

Entonces sintió un par de manos en su cadera, atrayendo su cuerpo hacía atrás, jadeó cuando sintió el duro bulto en su trasero. Pudo percibir el olor mentolado de Draco y se encontró con su pecho subiendo y bajando velozmente. 

Malfoy acercó sus labios a su oreja. -¿Te gustó burlarte de mi? 

Larissa asintió y le respondió con palabras. -Si. Pero tú me lo pediste. 

Draco se rió entre dientes y comenzó a dejar que la punta de su nariz se deslizara desde su oído hasta su cuello. -Te pedí que bailaras para mi, no que le mostraras tus bragas a los imbéciles que hay aquí. - respondió en un bajo susurró.

Antes de que ella pudiera responder, Draco ya estaba apretando sus caderas con sus manos, incitándola a seguir bailando con él. Larissa cerró los ojos, casi se sentía como si estuviera drogada, pero el único alcohol que probó fue el que Draco le dio.

-Si te hace sentir mejor, te las estaba mostrando a ti. - le dijo ella de repente.

Draco le dio media vuelta, sin soltarla de la cadera, manteniendo sus cuerpos presionados. Ella pasó sus brazos alrededor del cuello de Draco, mientras seguía moviendo sus caderas sensualmente contra Draco. -¿Y por qué no mejor me las muestras en mi habitación? - le susurró sobre los labios de Larissa.

La chica se burló entre dientes. -¿Y privar a todos de ver mis bonitas bragas? - preguntó como si eso fuera algo muy malo. -No, gracias. No podría castigarlos así. 

Malfoy sonrió divertido y se abstuvo de besarla en ese momento. -Y ese rubio del que me hablaste, ¿Crees que le guste que me muestres las bragas? - la cuestionó, dejando que sus narices estuvieran a milímetros de distancia.

Larissa se encogió de hombros y jadeó de nuevo, cuando Malfoy bajó sus manos a su trasero y le dio un apretón. -No es mi novio, no me preocuparía por él. - admitió.

Draco sonrió, mientras rodaba su lengua dentro de su boca. -¿Entonces no te molestaría ser la mía? - le preguntó en un tono bajo y ronco.

Ella sintió como el aliento mentolado de Draco la golpeaba ligeramente en los labios y se separó de él, dejando de bailar. 

Abrió los ojos sorprendida y Draco la miró como si estuviera preocupado. 

¿Y si le decía que no? ¿Debió esperar a un momento más intimo? ¿Fue demasiado directo o demasiado indirecto? ¿Tenía que comprar flores? ¿Y si no estaba lista para una relación ahora?

Las preguntas invadieron la cabeza de Draco Malfoy, mientras veía a la castaña que parecía realmente sorprendida frente a él.

Ella lamió sus labios. -¿Es en serio o aún seguimos jugando a que eres un baboso? - le preguntó perpleja.

El rubio asintió. -Es en serio. - aseguró.

Larissa parpadeó un par de veces, creyendo que estaba soñando.

Sus labios estaban ligeramente separados, mientras veía a Draco frente a ella.

¿En serio eso estaba pasando? ¿Draco Malfoy le pidió ser su novia? ¿No estaba soñando? ¿Era real? 

Por Merlín, si eso era un sueño, Larissa no deseaba despertar nunca.

Larissa asintió rápidamente, mientras veía a Draco. -Si. Si, Draco, quiero ser tu novia. - dijo con emoción, mientras una sonrisa se formaba en su rostro.

Draco sonrió, de una forma en la que ella nunca lo había visto sonreír, entonces Larissa se lanzó a sus brazos y lo abrazo. -Pensé que nunca me lo ibas a preguntar. - le susurró Larissa en el oído, mientras lo abraza y Draco pasaba sus manos por su cintura. 

Draco movió su cabeza para luego estampar sus labios con los de ella, era un beso lleno de pasión y desesperación. Ella pasó sus brazos de nuevo al rededor de su cuello, mientras le regresaba el beso. 

Al fin, eran novios. Algo oficial.

-

Cuando Larissa se cansó de bailar, fueron al sillón donde estaba Astoria. Parecía como si nadie en el mundo pudiera quitarle esa sonrisa a Draco Malfoy o a Larissa Smirnov, sin saber, que esa noche apenas estaba comenzando.

De pronto Larissa sintió como se hundía el lugar junto a ella y volteó a mirar a Astoria, quien sonreía emocionada. -¿Entonces lo hizo? ¿Te preguntó? 

Larissa asintió felizmente, mientras veía a Astoria. -Si, me preguntó, Tori. - dijo, intentando que Draco no escuchara, pero se veía ocupado conversando con Montague.

Astoria chilló emocionada. -¡Dios, esa es mi amiga! 

Larissa sonrió feliz.

¿Por qué no se había sentido así hace unos años, cuando Seamus le preguntó lo mismo?

¿Qué era el sentimiento que la llenaba cada vez que veía a Draco?

Si le hubieran dicho a la Larissa que tenía quince años, que estaría junto a Draco Malfoy en una fiesta de Slytherin, como su novia. Ella se hubiera asustado y dicho que te lavaras la boca con jabón. 

Astoria no duró mucho ahí, cuando Montague la llamó y ella se despidió de Larissa. Larissa se sentó y miró junto a ella, Draco estaba mirando directamente a sus piernas desnudas, para luego subir sus ojos a los de ella y sonreír como si estuviera tramando algo. 

-¿Quieres seguir jugando a que soy un chico desconocido que te seduce? - le preguntó divertido.

Larissa negó con la cabeza y Draco frunció el ceño. -Nop, ahora tengo un novio y pienso ser muy fiel. - dijo sonriendo ampliamente.

Draco puso los ojos en blanco. -No me voy a enojar, es como cuando juegas a los roles en el sexo. - dijo, pero rápidamente recordó que ella no había tenido sexo. 

Larissa estaba por echarse a reír, cuando asintió. -¿Entonces no te enojas si le digo que si al chico que me va a coquetear? - le preguntó, moviendo sus manos por el pecho desnudo de Draco, tomando la pequeña cadena de plata que adornaba la piel pálida y desnuda. 

Draco negó con la cabeza. -Pero quiero ser el chico que coqueteaba... finjamos que tengo la misma personalidad que en quinto año. - la señaló, entonces Larissa frunció el ceño. -Era más coqueto en ese tiempo. - le aclaró.

Larissa entrecerró los ojos y asintió. -Solo coquetea conmigo, Draco. - dijo y se burló, por lo extraños que sonaban hablando de eso.

Draco se acomodó, girando un poco su cuerpo para verla de frente. -Eso es fácil. - murmuró mientras sonreía. -Ahora, entra en personaje. - la señaló.

Ella asintió y se sentó recta, mirando al frente. Draco comenzó a pasar una mano por sus piernas, mientras ella cerraba los ojos lentamente, pero los abrió cuando recordó que los demás podrían estarla viendo. 

El rubio sumergió sus manos entre sus piernas y gimió sin razón al ver como separaba sus piernas. Ella lo volteó a ver. -Draco, no hagas nada estúpido. - le advirtió.

El rubio la miró y frunció el ceño. -¿Cómo sabes mi nombre, chica guapa, cuyo nombre desconozco, pero deseo tenerla en mis manos? - preguntó ladeando la cabeza.

Larissa comenzó a reír y lo empujó por el pecho. -No seas payaso, hablo en serio. 

Draco asintió. -Igual, no dejaría que nadie viera a mi novia mientras se corre en mis dedos. - admitió, las mejillas de Larissa se tornaron de color rojo y agradeció a la oscuridad, que no podrían distinguirla. 

Draco volvió a acercar su cara a ella, mientras dejaba que su respiración golpeara su mejilla. -Ahora mismo, te voy a besar. - le dijo y ella asintió, entonces Draco la tomó por el mentón y la hizo mirarlo, juntando sus labios.

Era un beso suave, hasta que Draco chupó su labio inferior, pidiendo permiso para entrar en su boca y ella gustosa lo dejó entrar. La lengua de Draco explorando su boca, para luego convertir todo en una lucha de lengua, buscando el dominio del beso caluroso, pero Larissa le cedió el dominio a Draco; el rubio no tardó mucho en pasar su lengua por su paladar, provocando que ella gimiera.

El beso ardiendo de deseo y placer al mismo tiempo.

Draco rompió el beso unos segundos, sin separar sus rostros, disfrutando del como la respiración de Larissa chocaba contra la suave piel de sus labios. -¿Por qué no te dije lo caliente que me pones, vestida así? - le preguntó mientras su respiración era irregular.

Larissa lo tomó por la mejilla y negó con la cabeza. -No sé, Draco. A veces eres un baboso. - murmuró sobre sus labios, obteniendo a cambio una risa entre dientes por parte Draco, quien volvió a juntar sus labios en un fuerte beso. 

Ella pasó su lengua por su labio inferior y Draco gimió, acercando aún más el cuerpo de la castaña y sin importar si alguien miraba o no, la tomó de la cintura y la hizo subir a su regazo, mientras ella colocaba una rodilla a cada lado de su cadera. 

Nunca se habían sentidos tan llenos de deseo.

En el calor de la situación, Larissa pensó que sería buena idea decirlo ahora. -Draco... - jadeó entre besos, el rubio tarareó en respuesta, mientras enviaba una vibración por el cuerpo de la Gryffindor. -Creo que estoy lista... para hacerlo contigo. - le dijo entre besos. 

Draco detuvo sus besos y la miró intensamente a los ojos. -¿Estas segura? - le preguntó y ella asintió en respuesta. -¿Mi novia va a dejar que la folle? - le volvió a preguntar, acercando su rostro al de ella, para aplastar sus labios y pasar sus manos por sus piernas, hasta llegar a su cintura y presionarla contra su bulto, provocando que gimiera en voz baja sobre sus labios. 

Draco sonrió y la miró. -Debes estar bien segura de lo que dices. - le recordó un poco más serio.

Larissa lo miró unos segundos y asintió. -Estoy muy segura, Draco. Lo llevo pensando... desde la primera vez que nos besamos. - admitió.

Draco asintió. -¿Y por qué desde esa vez?

La castaña se encogió de hombros. -Me dio curiosidad pensar si estaría contigo de esa forma. - dijo ella, mientras sus manos se deslizaban por su pecho.

Draco volvió a asentir y pensó en algo divertido. -¿Quieres bailar más? - le preguntó y Larissa asintió, ella bajó de su regazo y estiró su mano para que Draco se levantara y eso hizo.

Ambos caminaron a la pista, donde los otros estudiantes bailaban. Draco la tomó de la mano y la hizo girar en su lugar, mientras ella reía. 

¿Por qué no la había conocido antes?.. Ella era simplemente perfecta ante sus ojos, mientras la veía bailar animadamente, moviendo sus caderas de un lado a otro, sus brazos revolviendo su cabello.

Todo era como si estar lejos de las personas que Larissa consideraba amigos, fuera lo mejor que se les ocurrió ese día, estaban felices. 

Después de mucho tiempo, Draco se dio cuenta de que se sentía feliz siempre que pasaba tiempo con Larissa.

Se acercó a ella, tomando su mano, para jalarla a él, así provocando que sus cuerpos quedaran presionados. 

Ella sonrió mientras enredaba sus manos detrás de su cuello y de repente, soltó a Draco para dar una vuelta, dejar caer atrás su cabeza mientras reía, bailando como si no hubiera un mañana, hasta que sus pies dolieran.

Draco bailó con ella, como si de eso dependieran sus vidas. Como si nadie más estuviera en esa habitación, como si solo fueran ellos dos, disfrutando de la música, sus cuerpos, sus caricias y las risas del otro.

Larissa tuvo un impulso de besarlo, cuando tuvo su cara demasiado cerca, ella estampó sus labios con los de él, tirando del labio inferior, mientras Draco gemía sobre sus labios.

Ese fue el filo de Draco, él la miró a los ojos y estampó sus labios una vez más contra los de ella y sin importarle nada más que ella, sacó la varita de su pantalón y se aparecieron en su habitación.

Los pies de Larissa tropezaron un poco, pero Draco la tomó con fuerza por la cintura, para así poder seguir besando sus labios.

La miró unos segundos, mientras ambos respiraban de forma inestable. -Dime que estas segura. - le pidió.

Larissa se acercó a él y besó sus labios de forma corta, pero con mucha pasión. -Draco, estoy segura. - le susurró sobre sus labios. -Quiero esto... contigo. - afirmó.

Y eso fue suficiente para Draco.

-

James Arthur - Say You Won't Let Go

(La canción que puse en la parte superior)

*Si se les termina, pues repitan, porque ESTA CANCIÓN ES DE ELLOS JODER* si no la repiten me mato.

-

Draco asintió y esta vez se acercó, pero con cuidado. Quería que esto fuera algo especial para ella, movió su varita entre sus dedos e hizo que algunas velas aparecieran en la habitación. Larissa miró alrededor y sonrió.

Draco la tomó de la cintura y los hizo caminar hasta el colchón, ahora la parte de atrás de Larissa tocaba el borde del colchón. 

-Te va a gustar, lo prometo. - le dijo Draco con dulzura. -Y si no sabes que hacer... pues, solo tienes que disfrutar, ¿de acuerdo? - le dijo en voz baja, para verla asentir. -Si te lastimo dilo. 

-Si, Draco. - ella exhaló.

Besó su cuello con mucho amor, con delicadeza, mientras bajaba las manos a la cadera de Larissa. Ella cerró los ojos, mientras Draco deslizaba ahora sus manos desde su cadera hasta el dobladillo del vestido, entonces el rubio lo comenzó a subir lentamente. Ella levantó los brazos, para ayudarlo y lo sacó por su cabeza. 

Draco se tomó unos segundos para apreciar el cuerpo de Larissa, el cual estaba ahora cubierto por su sostén y sus bragas. 

-Siéntate. - dijo Draco, mientras la veía sentarse en la cama, el rubio se agachó a sus pies y comenzó a desabrochar la correa de ambos tacones, para luego sacarlos y dejarlos a un lado, junto con el charco de la tela del vestido.

Ella sacó las pequeñas piedras de su peinado y se las dio a Draco, para que las pusiera junto a su vestido, que estaba tirado en el piso.

Sonrió cuando Draco tomó una de sus piernas y comenzó a besar la piel de estas, haciendo un camino hasta su muslo interno.

Jadeó cuando Draco estuvo cerca de su intimidad. El rubio sonrió, jurando que podría escuchar esos sonidos por el resto de su vida.

Cuando Draco soltó su pierna se puso de pie y ella se puso de rodillas sobre el colchón, para juntar sus labios de nuevo en un suave beso; mientras lo besaba, comenzó a desabrochar con paciencia su camisa, para luego deslizarla por sus hombros y acariciar la piel pálida de él. 

Sus labios bajaron desde los labios de Draco hasta su mandíbula, sin dejar de besar, hasta llegar a su cuello, dejando besos y mordiscos de amor, provocando que Draco jadeara y cerrara los ojos lleno de placer. 

Cuando ella se separó, Draco la tomó por la suave piel, ambos se miraron a los ojos, como si pudieran quedarse hipnotizados. 

Los ojos grises, que siempre estaban llenos de frío, ahora solo estaban llenos de puro cariño y calor. 

Los ojos cafés, que siempre estaban llenos de miedo, ahora solo estaban llenos de pura felicidad y cariño. 

Larissa estaba dejando que Draco la tomara con cuidado y la recostara en el colchón, dejando que su cabello se regara a sus costados, el chico se cernió sobre ella y dejó un corto beso en sus labios, para comenzar a bajar a su pecho y dejar marcas, chupando donde había raspado con los dientes.

El color rojo nunca fue el favorito de Larissa, pero siempre lo sería si ese era el color que Draco dejaría en su cuerpo, luego de besarla lleno de amor.

Ella pudo sentir como Draco serpenteaba a su espalda y ella arqueó su espalda, dejando que Draco desatara su sostén, uso sus dos dedos pálidos y largos, para bajarlos, tocando la piel caliente de Larissa.

Ella y él se estaban mirando, mientras Draco deslizaba lentamente el sostén y lo lanzaba a algún lugar de la habitación. 

Sin pensarlo dos veces, Draco envolvió su lengua alrededor de uno de los pezones de Larissa, provocando que ella gimiera en voz alta. Tapó su boca avergonzada y Draco levantó sus ojos, mientras seguía rodando su lengua ahí. Levantó su brazo y quitó la mano que estaba tapando la boca de ella; cuando se levantó la miró fijamente. -Puedes gemir todo lo que quieras. - le murmuró y ella asintió.

Los besos de Draco bajaron desde sus labios, deslizándose por su cuello, sus clavículas, su estomago, hasta que se enganchó al elástico de las bragas de Larissa.

Ella lo estaba mirando, paciente, para ver como luego los dedos de Draco se enganchaban a sus bragas. Jadeó al sentir el frío de la habitación. 

Draco lanzó las bragas a algún lugar de su piso y volvió a ella, besando sus labios con cuidado. 

-Dime que me das tu consentimiento. - le pidió de nuevo. 

Ella asintió, mientras lo miraba. -Si, Draco. Tienes eso y más. 

En la cara de Draco se dibujó una sonrisa tonta, para luego recargar su peso en uno de sus brazos y bajar el otro a la intimidad de Larissa, ella jadeó cuando lo sintió tocar suavemente, pero luego comenzó a masajear su clítoris. Ella abrió la boca, llena de placer, mientras lo miraba. 

Draco sonrió al verla de esa forma. Una en la que jamás la creyó tener.

Sus dedos bajaron hasta su entrada y la miró a los ojos, sumergió uno de sus dedos en su interior y se abstuvo de jadear, al sentir su espacio tan cálido, apretado y mojado. 

Larissa levantó su espalda cuando lo sintió mover su dedo, adentro y afuera de ella. -Más rápido, por favor. - exhaló en voz baja.

El rubio se acercó a sus labios, mientras la besaba con ternura, moviendo su dedo más rápido dentro de ella, curveando un poco antes de salir, tocando su punto sensible. Los gemidos quedando atrapados entre sus labios.

Draco la sintió mojarse más y más, conforme se movía más rápido y agregó un segundo dedo. Debía estar así, debía preparar su cuerpo para cuando entrara él.

La sintió apretarse con fuerza alrededor de sus dedos y supo que era momento de parar, antes de que ella pudiera correrse. Ella abrió los ojos confundida y Draco besó su nariz. -Paciencia, amor. - susurró.

El pecho de Larissa subía y bajaba, por el placer que la había consumido hace unos segundos.

Draco se levantó de la cama y desabrochó su cinturón, para luego pasar a el botón de su pantalón y el cierre. Bajó sus pantalones, quedando en boxer. 

Entonces Larissa notó lo duró que él estaba, se podía notar en su ropa interior negra.

Draco se metió entre sus piernas, luego de bajar sus boxers y ver la cara sorprendida de Larissa. Ella lo había visto esa misma mañana, pero juraría que no dejaría de sorprenderse por el tamaño; Draco se quedo recargando su peso sobre sus codos, mientras veía la cara de Larissa debajo de él, de muy cerca. Quería escuchar todo lo que saliera de esa linda boquita mientras entraba en ella, quería ver sus expresiones de cerca, sin perder ni un detalle.

Beso uno de los lunares que ella tenía en su clavícula y regreso sus ojos a los de ella.

Como si le preguntara con la mirada si estaba lista, ella asintió. 

Draco comenzó a hundirse en ella lentamente, mientras sentía sus paredes estirarse para él; Larissa cerró los ojos con fuerza, mientras jadeaba, le estaba doliendo un poco, sentía una extraña presión mientras Draco se sumergía en su cuerpo.

Draco soltó un gemido grave cuando entró por completo en ella y la sintió apretarse a su alrededor. 

Se quedaron así unos segundos, mientras esperaba un momento a que ella se acostumbrara a su tamaño, por la forma en que estiraba su coño.

Comenzó a moverse cuando Larissa abrió los ojos y dejó de hacer esa mueca de dolor, entonces el dolor comenzó a ser sustituido por el mero placer, mientras Draco se mecía dentro y fuera de ella. Era lenta la forma en que se movía, cuidando de no hacerle daño. 

Ella comenzó a jadear en voz baja, mientras lo sentía tocar su punto dulce de forma suave. Sentía sus caderas chocando, mientras ella abría sus piernas para él y pasaba sus brazos alrededor de su cuello, deseando poder sentirlo muy cerca de ella.

Draco la estaba mirando lleno de cariño, mientras la veía disfrutar cada segundo, mientras la penetraba. Ella gimió y volvió a apretarse alrededor de su polla y Draco pensó en ir más rápido y más duro. 

Ella se sentía en las nubes, cuando Draco dejó caer su cabeza en el hueco de su cuello y comenzó a moverse lento pero muy duro. 

Sus ojos rodaban a la parte posterior de su cabeza, cada vez que Draco golpeaba sus caderas con las de ella. 

Podía sentir como su cuerpo subía y bajaba en la cama. No sabía que hacer aquello sería la cosa más placentera en su vida.

Sus ojos vagaron en la habitación, a las velas... mientras estas iluminaban tenuemente la habitación. 

A este punto, ni siquiera le importaba si estaba haciendo ruidos absurdos o muy fuertes; estaba completamente hundida en el placer que Draco le estaba dando.

-Draco... - ella jadeó en su oído, mientras sentía como Draco sacaba su cabeza del hueco de su cuello y la miraba, sin detener sus movimientos. -Hazlo- hazlo más duro por favor. - le rogó, mientras lo sentía golpear dentro de ella una vez más.

Draco asintió y besó sus labios, mientras tiraba de su labio inferior con fuerza. La embistió de forma dura, pero lenta. 

No era follar. No, eso no era follar. Draco le estaba demostrando su amor con cada golpe que daba dentro de ella, mientras la sentía acercarse a su orgasmo. Le estaba expresando su amor a ella, por llegar en la oscuridad. Le estaba haciendo el amor.

Y ambos sabían eso.

La sintió apretarse con fuerza alrededor de su polla, una vez más; supo que ella estaba cerca y él también, a decir verdad.

Besó su cuello y sus labios como si fueran la cosa más frágil del mundo, mordiendo cualquier parte de su cuerpo, cada vez que tenía la posibilidad. 

Larissa sintió un extraño nudo en su estomago, a la vez que sintió a Draco ir más rápido; los gemidos de ambos llenaban la habitación, al mismo tiempo que sus pieles chocaban y hacían ruidos eróticos.

Draco la estaba mirando a los ojos y ella a él. Ni una palabra. Como si sus miradas y sus cuerpos dijeran poemas llenos de amor, el uno al otro. 

Y no pasó mucho tiempo, cuando Draco rodó sus caderas, mientras se encontraba dentro de ella, provocando que ella se corriera, mojando la polla de Draco. Sus ojos se cerraron por un breve momento, mientras gemidos con el nombre de Draco abandonaban su boca.

Draco la observó con atención, mientras la veía jadear y gemir su nombre, mientras su ojos se iban a la parte posterior de su cabeza.

Draco no duró tampoco, cuando sintió los fluidos tibios de ella mojarlo; un gemido atravesó su boca, llevando el nombre de Larissa consigo, manchando las paredes de la chica de hilos blancos, pintando la estrecha cavidad. 

Larissa lo miró mientras intentaba recomponerse de su orgasmo; lo observó con atención, mientras lo veía cerrar los ojos con fuerza y fruncir sus cejas, gimiendo su nombre.

Draco rodó fuera de ella y se dejó caer a su lado, volteó su cabeza y la miró. Ella estaba mirando el techo. La tela verde que adornaba la parte superior de la cama de Draco.

Draco tomó la mano de Larissa entre la suya y besó el torso de esta, obteniendo la atención de ella. Ahora ella lo estaba mirando, con sus mejillas sonrojadas, el rímel un poco corrido, el labial era inexistente en sus labios, porque ahora estaba por la cara de Draco.

Ella se burló cuando vio la cara de Draco manchada de labial y se acercó a limpiarlo con su otra mano, girando su cuerpo para quedar frente a frente con Draco. Mientras lo limpiaba con cuidado con su propia mano sonrió. -No sabía que así se sentía follar, Draco. - admitió, mientras adquiría un leve color carmesí.

Todavía la ponía nerviosa hablar de eso.

Draco negó con la cabeza. -Eso no es follar. - murmuró. 

Larissa lo miró confundida y bostezó. -¿Entonces que fue? - preguntó.

El rubio se acercó más a ella y besó su nariz con dulzura. -A eso... yo le llamaría hacer el amor. - susurró con una pequeña sonrisa.

La castaña sonrió y se acercó más a él, pasando uno de sus brazos por el torso desnudo de Draco. -¿Por qué? - le preguntó cerrando los ojos. Se encontraba un poco cansada por los actos anteriores.

Draco la tomó entre sus brazos, dejando que ella escondiera su cara en su pecho, mientras él escondía su nariz en su cabello castaño. -Porque lo hice con amor... - le explicó. Eso era suficiente para que ella entendiera lo que quería decir la frase.

Pero es que ella apenas sentía que entendía el amor, pues nunca lo había sentido de esta forma... ¿se estaba enamorando?

Draco se movió un poco, antes de que ella quedara dormida por completo. -¿Vamos a tomar un baño? - le susurró sobre su cabeza.

Larissa asintió y la ayudó a ponerse de pie.

-

Ambos entraron en el baño, mientras Draco la dejaba en el mostrador, dejando que la bañera se llenara de agua caliente.

Cuando esta lo hizo, ambos entraron ahí. Listos para darse un pequeño baño.

Draco ayudó a Larissa en la bañera, pues le estaban fallando las piernas. La dejó que se sentara ahí, para luego entrar él, detrás de ella. Larissa se empujó un poco adelante para dejarle espacio, cuando Draco estuvo por completo dentro con ella, dejó caer su cuerpo sobre el pecho de Draco.

Los minutos pasaron, mientras Draco solo acariciaba la piel de sus brazos y ella cerraba los ojos, deseando estar así por el resto de su vida.

Draco estiró su mano y tomó un poco de jabón, colocando en la palma de su mano. Larissa se sobresaltó cuando sintió un par de manos masajear su cabeza, pero se relajó cuando notó que era Draco, quien la bañaba con su jabón, olor a menta. 

Draco besó su hombro con amor, mientras limpiaba el cabello de Larissa. 

¿Por qué de repente todo se había vuelto tan cómodo? 

Draco dejó pequeños besos en los hombros desnudos de Larissa y en su cuello, mientras ella exhalaba con tranquilidad, cerrando sus ojos por el contacto que la volvía loca. 

Cuando Draco tomó el jabón para ponerlo él en su cabeza, ella lo detuvo. Larissa sonrió traviesa y le dijo: -Yo lo hago, Draco. Es mi turno de enjabonarte. 

Draco se burló y asintió, mientras ella se daba la vuelta se sentaba sobre sus piernas, el agua se movió un poco entre ellos, mientras ella colocaba una pierna a cada lado de la cadera de Draco. 

Tomó el pomo de jabón en sus manos y colocó un poco del contenido en la palma de su mano, lo pasó por el cabello rubio de Draco, masajeando con cuidado mientras él cerraba los ojos, dejando que la tranquilidad lo llenara.

Larissa no quitó las manos del cabello de Draco, cuando se agachó y picoteó sus labios, mientras él cerraba los ojos. En la cara de Draco se dibujó una sonrisa, al sentir los suaves labios de Larissa sobre los de él.

Draco abrió los ojos y el corazón de Larissa se aceleró cuando lo miró. -Gracias, Draco. - murmuró de repente.

Draco frunció el ceño. -¿Gracias, por qué? 

Larissa ladeó su cabeza. -Porque me hiciste sentir bien, nunca me había sentido bien... al menos no de esa forma. - le explicó con su suave voz.

Draco sonrió y sacó su mano del agua, para luego estirarla a su mejilla y acariciarla. -Eso es porque no me conocías. - dijo con el tono arrogante de siempre.

Larissa le dio un golpecito en el pecho. -Estoy hablando en serio... - dijo con una pequeña sonrisa. -¿Cómo sabes cuándo estas enamorado, Draco? - suspiró sobre los labios de su ahora novio.

Malfoy sonrió y selló sus labios en un beso. -Te sientes como yo cuando te veo. - admitió.

Larissa sonrió. -¿Estas enamorado de mi?

Malfoy asintió. -Creo que si. - dijo en voz baja, provocando que las mejillas de Larissa se sonrojaran y ella sonriera. -¿Tú estas enamorada de mi? - le preguntó.

Larissa no respondió, solo miró al pecho desnudo de su cuerpo, quería evitarlo, pero no sabía si se sentía incomoda, nerviosa o... no sé. 

-No sé. - susurró. -Nunca había sentido amor, Draco... - admitió como si sintiera pena de eso.

El rubio la tomó por la barbilla y la hizo mirarlo. -Si no te sientes así, esta bien. - le dijo Draco, mientras sentía como ella jugaba con su cabello lleno de jabón.

Larissa tarareó en respuesta. -Quisiera saber si me siento enamorada de ti. - admitió.

Luego de unos segundos, mientras Draco pasaba sus manos por la curva de la cintura de Larissa, disfrutando mientras ella hacía quien sabe qué, con su cabello. La escuchó reírse y soltar fuerte carcajadas mientras se separaba de su cabello y Draco frunció el ceño. -¿Qué te pasa? ¿Qué es tan gracioso? - la cuestionó.

Las risas de Larissa se hicieron más fuertes, mientras lo veía y echaba la cabeza hacía atrás. Le había hecho a Draco un par de cuernos con su cabello rubio lleno de jabón. 

Ella trató de respirar, mientras lo veía, pero pensaba que eso era demasiado gracioso. -Tienes unos cuernos en la cabeza. - murmuró apretando sus labios, intentando no explotar en risas de nuevo.

Draco subió su mano a su cabeza, mientras la veía sonreír divertida. Efectivamente, tenía dos cultos de cabello platinado arriba y se burló mientras los deshacía. -Vamos, antes de que entre jabón en mis ojos. - le dijo Draco, mientras la ayudaba a ponerse de pie y él hacía lo mismo.

Abrió la llave de la regadera y dejó que su cabello se limpiara del jabón que había el la bañera, y el que Larissa le había puesto hace unos minutos.

La tomó por los hombros y la hizo entrar en el chorro de agua. Ella cerró los ojos, mientras sentía el jabón deslizarse por su cuerpo y las manos de Draco ayudarla a sacarlo por completo de su cabeza. -¿Por qué yo no puedo hacerte esos cuernos? - le dijo jugando con su cabello.

Ella se burló y abrió los ojos, saliendo un poco del chorro de agua. -Porque mi pelo es largo, Draco. Mira. -le dijo, para luego darse la vuelta y mostrarle el largo de su cabello, que llegaba un poco más arriba de su cintura.

Draco asintió cuando ella se dio la vuelta de nuevo y lo miró. -Me gusta tu pelo largo. - admitió, mientras la tomaba por los brazos y la hacía pasarlos alrededor de su cuello.

Ella frunció la nariz y negó con la cabeza. -No me digas eso, ahora lo tendré que cortar. - dijo dramáticamente, mientras Draco abría la boca como si estuviera ofendido. -Es broma, pero a veces lo quiero cortar... aquí. - dijo señalando sus hombros.

Draco asintió. -Seguirías viéndote bonita. - se encogió de hombros.

Larissa asintió estando de acuerdo. -A veces no lo quiero cortar, porque Luna nunca lo hacía. - dijo mientras se encogía de hombros.

Draco quitó el cabello que se estaba pegando en las mejillas de Larissa con cuidado. -¿La extrañas? - preguntó y Larissa asintió. -Goyle también se murió. - dijo como sin nada.

Larissa lo miró frunciendo el ceño y le dio un golpecito en el hombro. -No lo digas así... tan insensible. 

Draco miró al techo y luego a ella. -Era mi amigo, aunque haya tratado de matarnos a todos, ya sabes... cuando mi familia perdió el poder y eso. - murmuró.

Larissa asintió comenzó a sentir el agua fría en su espalda, por lo que se sobresaltó. -Cierra eso. Cierra eso. Esta fría. Esta muy fría. - dijo empujándose contra Draco, para evitar que el agua cayera en ella.

Draco comenzó a reír, para luego estirar su mano y cerrar la llave, se separó del cuerpo de Larissa, sin despegar su mano de la curva de su cintura y tomó en su mano una toalla, para cubrir el cuerpo desnudo y mojado de Larissa. 

Draco tomó otra y la pasó alrededor de su cintura, para luego tomarla en brazos, como si fuera una princesa de cuentos de hadas y la llevó fuera del baño. 

Al llegar, Draco notó una pequeña mancha de sangre y la dejó en el escritorio. -¿Qué haces? - le preguntó ella, mientras lo veía caminar a la cama y cambiar las sabanas blancas, por unas de un color azul cielo. No combinarían para nada con las almohadas o las cobijas, pero eran las únicas que tenía limpias en ese momento.

-Quería cambiar eso, para que duermas bien. - murmuró, mientras colocaba las cobijas sobre las sabanas. 

Fue por ella de nuevo y la terminó dejando sentada en su cama. -¿Me prestas tu ropa? - dijo ella, haciendo una sonrisa que mostraba sus dientes. 

Draco se burló y se acercó a ella, besando sus labios por un corto momento y asentir. 

Caminó a su armario y buscó una de sus camisas de quidditch limpias. Entonces encontró una, para luego tomar un par de pantalones de chándal y ropa interior para él. 

Se dio media vuelta y caminó directo a ella, Larissa recibió la camisa que Draco le estaba estirando en su mano y lo vio bajar a sus pies, de nuevo. 

-¿Me vas a tocar con amor de nuevo? - dijo ella mientras sonreía, al verlo tomar su pierna. 

Draco la miró divertido. -¿Eso quieres? - le preguntó, pero Larissa negó con la cabeza. -¿Por qué?

Larissa lo miró mientras secaba su cuerpo. -Porque me duelen las piernas. - admitió. -Tiemblan... poquito. - susurró. 

Draco sonrió. -Le voy a dar cariño a tus piernitas, entonces. - susurró divertido. Besando sus piernas desde su tobillo hasta su rodilla. Ella se dejó caer de espaldas en la cama, después de poner la camisa de Draco. Cuando el rubio llegó a su muslo interno sonrió. -¿Te vas a dormir así? ¿Sin bragas? 

Larissa asintió, a pesar de que él no la veía. -No es como que este cargando calzones extra todo el tiempo, Draco. - no pasó mucho tiempo antes de que ella empezara a reírse con fuerza, haciendo un eco en la habitación.

Draco se levantó, colocando sus boxers blancos. -¿De qué te ríes ahora? - le preguntó con una sonrisa, para luego poner sus pantalones de chándal grises.

Larissa suspiró divertida, mirando al techo. -Es que dije calzones. - dijo ella, como si fuera el mejor chiste de todos. 

Draco se burló y se arrastró hasta su almohada, ella hizo lo mismo y se acurrucó junto a Draco, con una pequeña sonrisa. Entonces Draco habló. -No me había dormido con ninguna chica que no fuera mi mamá, al principio se sentía raro pero cómodo...  - susurró mientras la veía.

Larissa ladeó su cabeza. -Yo si he dormido con chicas, Draco... con Luna, ella a veces se volvía loca y roncaba. - admitió entre risas. Draco sonrió divertido mientras la veía hablar. -Y una vez con Hermione... ella metía sus pies fríos entre mis piernas, porque quería que los calentara. - dijo con fuertes carcajadas, mientras lo recodaba. -Y con Ginny... oh, esa mujer golpea mientras duerme. - negó con la cabeza divertida, pero su sonrisa flaqueó de repente. -Ahora ella... tiene pesadillas, quisiera preguntarle si podemos tomar pociones para el sueño y no tenerlas, pero siempre se niega. Espero Harry noté eso. - admitió con un tono de preocupación.

Draco suspiró y asintió. -¿Te gustaría tomar terapía luego de esto? - preguntó un poco más serio. Ella miró sus manos. -Después de Hogwarts. - aclaró.

Larissa lo miró con preocupación. -No quiero olvidar a Luna. - dijo con tristeza.

El rubio acarició su mejilla con sus nudillos y notó su miedo. -La terapía nos va a ayudar... vamos a vivir con esas horribles cosas, pero van a doler menos, porque nos van a asesorar, para que podamos lidiar con eso... - le explicó, para añadir. -Si lo hacemos, podríamos tener una relación estable y duraría mucho tiempo. Algunas veces podrías tomarla sola, yo solo y otras juntos, ¿Te gustaría eso? 

Larissa lo miró unos segundos y asintió estando de acuerdo. -Me gustaría eso... no quiero que me duelan tantas cosas. - admitió en voz baja.

Draco acarició con suavidad su cabello y enredó sus dedos en el revoltijo castaño. -Te vas a sentir mejor con eso, no será en un día.. quizás nos lleve años superar muchas cosas. - murmuró a ella.

Larissa asintió estando de acuerdo y cerró los ojos. -Me gustaría eso, Draco. - murmuró.

El rubio bajó sus manos a las cobijas, para taparlos a ambos y cerrar los ojos, dejando que ella subiera una de sus piernas a las suyas, como siempre.

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¿Les gustó este capítulo de un poco más de 10k palabras? 

Porque yo me cansé, después de tres días de escribir a lo loco.

Pasaron un montón de cosas aquí, una fiesta, besos, ESO que todas esperábamos que pasara con ansias.

Mi nuevo capítulo fav?

Att: —F💖

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