06.
Ella lo había hecho.
Caminó hasta la biblioteca con esperanza de encontrar a aquel chico. Preguntó a Ginny si sabría donde estaría escondido, escribió una carta a Hermione, quien seguro lo conocía mejor, pues convivió un año más que la propia Larissa con Draco Malfoy. Pero no pudieron dar ninguna respuesta.
Entonces ella misma se encargó de buscarlo en cada escondite de Hogwarts. Desde la Torre de Astronomía hasta el campo de quidditch... pero no había rastro alguno, así que lo buscó en el lugar más vació del fin de semana. La biblioteca.
Ya nadie la usaba. No después de la guerra.
Al parecer copiar tareas e inventar cosas en sus tareas parecía más fácil que ir a la biblioteca y buscar un poco de información.
Ella empujó las grandes puertas de la biblioteca y comenzó a caminar de forma lenta por los pasillos, sus zapatos hacían un ruido mínimo y el Sol estaba entrando por las ventanas, dando un aspecto dorado a la biblioteca enorme de Hogwarts.
Era casi de noche, entonces el Sol daba aquellos rayos que hacían ver la tarde preciosa.
Asomó su cabeza en cada esquina, buscando entre las mesas alguna cabellera rubia o un indicio de su existencia. Pero ella no encontraba nada.
Lo buscó en cada esquina, hasta que finalmente se rindió.
Ella dio media vuelta y cuando estaba a punto de caminar de regreso por el pasillo, directo a su sala común a descansar un poco, escuchó como un montón de libros cayeron al suelo, dando un golpe en seco; seguido por un montón de maldiciones a ellos. -Malditos libros de mierda. - escuchó susurrar.
Ella reconoció la voz tranquila pero ronca, llena de emociones de odio.
Caminó siguiendo el sonido de los libros y los susurros maldiciendo a la torpeza, hasta que dobló un estante y lo encontró.
Sus ojos avellanas echaron pura felicidad y alivió al verlo ahí, acomodando los libros en el estante. Era extraño.
Ella nunca habría estado más fácil de haberlo visto.
El rubio ni siquiera notó la presencia de Larissa, mientras seguía acomodando libros, o tal vez si la notó y no quiso reconocerlo. Imposible de redactar. Su cara derramaba pura frialdad y molestia, acomodando los libros en el estante color cafe.
Cuando Draco terminó de colocar el ultimo libro pudo encontrarse con los ojos de Larissa, quien estaba sonriendo ampliamente, luego de horas de buscar al chico, había dado con el blanco; los ojos grises con neblina la vieron sorprendido, al notar su rara presencia, pero rápidamente la observó con su cara habitual de desprecio a ella y todo aquello que le recordara a la horrible guerra, aquella donde la oscuridad perdió, llevando consigo a su credibilidad y respeto a su familia en el mundo mágico.
La felicidad de ella estaba creada a base del dolor de su familia, por eso él la odiaba tanto. Cada risa que escapaba de su boca era un sollozo extra a la boca de su madre Narcissa Malfoy. -¿Qué quieres? ¿Acaso no vez que estoy ocupado? - chasqueó la lengua molesto.
Ella levantó ambas cejas y asintió. -¿Estas haciendo tarea?.. te puedo ayudar y luego podremos comenzar con el proyecto que ha encargado el profesor Slughorn. - dijo ella mientras caminaba junto a él para tomar algunos libros, pero los libros donde estaban eran de la sección de constelaciones, estrellas, astros y demás. -¿Estabas haciendo tarea de la profesora de astronomía? - preguntó ella al ver los titulares de los diferentes libros en los estantes.
Draco ni siquiera le contesto y comenzó a caminar lejos de ella, pero eso no le impidió seguirlo por la biblioteca como un pequeño perro callejero buscando un poco de comida y afecto, con al diferencia de que ella no era un perro y no buscaba comida ni afecto, estaba buscando que aquel chico que huía de ella comenzara a hacer su parte del trabajo. -Pensé que podríamos hacer amortentia... o quizás podemos hacer filtro de muertos en vida... o como se diga, aunque seguro muchos ya escogieron esos. - gritaba ella detrás de él, tratando de igualar su paso. -A mi en lo personal me gustaría hacer alguna poción rara y difícil, así quizá nos aumentarían puntos-
Su voz se detuvo cuando él dejo de caminar y ella chocó con su espalda, cayendo al piso de la biblioteca. Él apenas se movió cuando ella estuvo chocando en el piso de forma brusca, casi bruta.
Ella comenzó a aullar de dolor en voz baja cuando la adrenalina de la caída bajo sus efectos, casi unos segundos luego de que ella estuviera tocando el suelo de la biblioteca.
Draco se dio media vuelta, la miró como si ni siquiera le importara si se había dañado. -Deja de molestar. - dijo en voz baja, viéndola desde su posición recta, los rayos de sol golpeando su cara de forma eterea, perfecta.
Ella sintió la vergüenza llenar tan rápido cada gota de su sangre y las lágrimas de la humillación se aparecieron. Ni siquiera había alguien mirando, pero el hecho de que él simplemente la alejara, a pesar de que ella solo buscaba hacer el proyecto, no la tarea.
Entonces ella lo vio irse, caminando con las manos en los bolsillos de su pantalón del uniforme; ella reprimió sus lágrimas y apretó sus labios en una firme línea mientras estaba en el piso, sus palmas tocando la fríaldad de aquel.
Sorbió su nariz y se puso de pie, acomodando su falda y su túnica, lista para caminar al despacho de Slughorn. Ella nunca creyó que tendría que hacerlo. Siempre detesto a todo aquel que iba a hacer acusaciones con profesores, creyendo que no tendrían el suficiente caracter para arreglar sus asuntos con otros alumnos, pero esta vez.. esta vez su problema tenía nombre y apellido, además de una pesima mala educación. Para venir de una familia con supremacía de sangre, mansiones y dinero infinito, era demasiado molesto tener que convivir con él.
Caminó por el largo pasillo de la biblioteca, aquel que la llevaría directo a la salida, ella empujó la puerta de la biblioteca y salió caminando de forma furiosa, sus zapatos negros del colegio golpeando el mismo suelo de los pasillos solos y fríos mientras sus túnica volaba por el viento en su cara, esta vez el viento la golpeaba, no acariciaba sus mejillas como de costumbre.
Cuando estuvo cerca de la puerta de Slughorn ni siquiera se lo preguntó dos veces antes de golpear con sus nudillos la madera color cafe claro del despacho, abierto por el profesor sonriente. -¡Ah! ¡Señorita Smirnov! - dijo muy alegre mientras abría su puerta y la dejaba pasar.
¿Ella debía hacerlo? Probablemente no. ¿Le afectaría a Malfoy en algo? Probablemente si. ¿Por qué lo estaba haciendo? Porque Malfoy era incapaz de trabajar en equipo al menos unos segundos.
-Vamos, tome asiento. - dijo señalando el asiento frente al escritorio lleno de pergaminos. -Cuentame... ¿Qué te trae por aquí?
Larissa sonrió y asintió mientras se sentaba. -Es sobre mi trabajo, señor. - dijo ella jugando con sus dedos debajo del escritorio.
Slughorn sonrió levantando ambas cejas, regresando a revisar trabajos de lo que parecían ser primer año. -Estoy seguro que lo hará bien, seguro debe tener una poción muy buena y original. - dijo con entusiamo.
Larissa ladeó la cabeza dudando en si debía hablar y romper sus expectativas o quedarse callada y romper sus expectativas más tarde.
Ella habló, tomando la elección de romper las expectativas en ese momento a solas y no frente a un salón lleno de clases. -Realmente tengo un problema con mi compañero, señor... esperaba que pudiera cambiarme, con Ginevra Weasley quizá, o alguien que estuviera dispuesto a trabajar. - dijo ella con su voz flaqueando.
Slughorn dejó los trabajos. -¿Algún problema con el señor Malfoy? - dijo con un poco de preocupación en su voz.
Larissa asintió. -No ha trabajado, leí el libro de pociones intentando buscar alguna poción que fuera original y creativa, pero él ni siquiera ha hecho un esfuerzo por trabajar. - contestó a la pregunta.
Slughorn apretó sus labios. -Bueno, el señor Malfoy ha pasado por varias cosas esta semana... ha estado intentando integrarse, no sé si debería decir... - comenzó a balbucear el profesor, pero cerró sus ojos y negó con la cabeza. -Hablare con él, señorita Smirnov y verá que él arreglara sus problemas de equipo... - dijo con una cálida sonrisa.
Larissa se puso de pie, alisando su falda y asintió. -Muchas gracias, profesor. - Slughorn asintió y con un movimiento de varita la puerta se abrió.
Por ella salió una dudosa y confundida Larissa pero había valido la pena ¿no? al menos, ahora trabajaría el mocoso Slytherin mimado, suponiendo que Malfoy no la matara antes, por supuesto.
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Aprovecho para decir que tengo traducciones de Draco en mi perfil, están muy lindas y quizás les gusten.
Att: -F.
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