𝖙𝖍𝖊𝖗𝖆𝖕𝖞
Después de haber hecho esa promesa de amor, en aquel lugar muggle. Ambos asistieron a su primer cita con el psicólogo, por separado.
Larissa estaba bastante nerviosa, pues nunca lo había hecho, no sabía como actuar. Solo estaba esperando a su psicóloga, mientras se sentaba en un sillón y jugaba con sus dedos.
-Disculpa la demora. - dijo la amable mujer, de alrededor de unos treinta años. Su cabello corto y rubio, regalando esa sonrisa amistosa. -Mi nombre es Susan Laurence, soy tu psicóloga y... te voy a acompañar en esta nueva etapa.
Larissa le devolvió la sonrisa nerviosa. -Yo me llamo Larissa Sminorv.
Susan le sonrió y abrió su carpeta, revisando el historial que Larissa tenía, pues le habían hecho preguntas antes de tener su primera cita. -Hay muchas cosas de las que hablaremos, Larissa. - dijo asintiendo la mujer, señalando con su dedo cada cosa, por la cual Larissa justifico que necesitaba un psicólogo. -Abuso en tu pasada relación, me gustaría comenzar por ahí... - le dijo la mujer un tono un poco serio. -¿Te gustaría contarme esa historia?
Larissa mordió sus labios y asintió. -Todo comenzó cuando asistí al baile de navidad en 1994, yo tenía trece años...
Y sin saberlo, Larissa, Susan y Draco, se estaban sumergiendo en una nueva etapa, una nueva vida, donde iban a sanar y aprender a vivir con los errores de su pasado, aprendiendo que muchas cosas, por las cuales pasaron, no era su culpa.
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Dos años después...
Larissa y Draco estuvieron asistiendo a terapía por dos años, tanto juntos como separados. Susan notaba grandes cambios, estaba casi dispuesta a dejarlos ir... con la condición de volver si volvían a recaer volvieran.
Pero ella no se iría de sus vidas, no sin antes hacerle saber a Larissa, que podían denunciar a Seamus.
Y eso hicieron. Ella habló por separado con Larissa y le habló junto a Draco.
Ambos aceptaron, pero lo más importante. Larissa aceptó denunciar a Seamus, porque la violento de mil formas. Formas horribles y dolorosas, por las que ninguna mujer, debería pasar por culpa de un hombre.
Porque si Larissa no se hubiera alejado aquella vez de Seamus... quizás Larissa no hubiera estado aquí, para contar su historia.
Tal vez Larissa hubiera aparecido en algún baño o en su misma habitación, muerta, violada y golpeada brutalmente, por quien ella creía amar.
Ella estaba atada a ese hombre violento, de alguna forma ella se sentía como si cayera al vacío, como si con cada golpiza, cada uno de sus gritos, cada toque pecaminoso que le daba a su pura piel, le hiciera desear morir.
Como si cada vez que él estrellaba su cabeza contra el suelo, ella deseara que fuera el ultimo golpe. El ultimo, para por fin cerrar los ojos y quedar en paz.
Terminar con la violenta tortura de una vez por todas, lo más antes posible.
Su cabeza siempre viviría con esos recuerdos dolorosos, pero al menos su corazón había dejado de doler, luego de entender, que lo que aquellas almas malignas le hicieron a su cuerpo y a mente, no era en absoluto su culpa.
Nunca lo fue, nunca lo será.
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Y así fue, como un problema menos desapareció de su vida. Mientras Larissa veía desde las gradas del juzgado, como se llevaban a Seamus a Azkaban. Ella cerró los ojos con fuerza, dejando que el dolor desapareciera de su cuerpo, estando en paz, sintiendo un peso menos en su espalda.
Ahora podía respirar.
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Flash back
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Larissa estaba sentada en el césped, recargando su espalda en el pecho de Draco, mientras él se recargaba en el árbol.
Llevaban ahí toda la tarde, necesitaban estar lejos de todo y de todos. Les gustaba estar juntos y en tranquilidad.
Entonces Draco acercó sus labios a la concha de la oreja de Larissa. -¿En qué piensas, Lari? - le preguntó con suavidad.
Ella apretó los ojos con fuerza, como cada vez que le dolía algo en el pecho. -En mi dolor, Draco. - respondió en un suspiró.
Draco serpenteó su mano, desde la cintura de Larissa, hasta una de sus manos, la cual estaba tronando los huesos de su propia mano. -¿Qué es exactamente? Me gustaría saber de ti, así como yo te he hablado de mi. - le dijo en voz baja, en su oído.
Larissa no abrió los ojos, mientras buscaba las palabras para poder hablar. -Mi dolor, Draco. - repitió. -Me preguntaba... ¿Por qué yo? ¿Qué hice mal? ¿Qué hice para merecer ser torturada por tantos años?... pensaba en mi, en mi dolor y en quienes lo causaron. Pensaba en si algún día podre sanar mi cuerpo, mi corazón... mi mente.
Draco la miró atento, mientras ella seguía hablando. -Me pregunto... ¿por qué a mi? jamás los lastime, nunca lastime a mis agresores... pero si lo hice, me encantaría saber que fue. Nunca hubieron motivos para lastimarme por años... haciendo que me odie, que odie mi cuerpo, mi cara, mi forma de ser. - su voz se escuchaba apretada, como si le costara hablar sobre ella. -¿Qué hice para merecerlo?... es lo que me gustaría preguntarles, Draco. - susurró, para añadir. -Yo era una niña, una niña que quería aprender a amar, y me lastimaron de formas horribles. - su corazón dolía.
La palma de Draco estaba firmemente puesta, acariciando su piel, mientras ella se obligaba a no llorar. -¿Qué hice para merecer la traición? ¿Para ser engañada? ¿Para ser violentada?.. no hice nada, Draco... te lo prometo. No soy una mala persona que merezca sufrir. No merecía sufrir, porque era una niña, que solo quería un poco de atención, compañía y amor.
Draco le besó la mejilla. -Yo te puedo dar el amor, la atención y la compañía. - dijo con su suave voz.
Larissa negó con la cabeza. -Me haces feliz por eso, Draco. - dijo mientras tragaba sus sollozos. -Pero, ¿quién le va a dar amor, compañía y atención, a la niña que Seamus golpeó? ¿Quién le va a decir a esa niña de quince años que eso no es normal? ¿Quién le dirá a la de catorce, que el hecho de que su novio rompa su ropa solo porque los demás miran, no es normal?...
A Draco le dolía escuchar las cosas por las que ella había pasado, por las que ahora pasaba y las cosas que pasaban en sus pesadillas.
-¿Por qué he sido la elegida para pasar por eso?.. a veces, me siento como si todo lo que paso me lo merezco o es mi culpa, no sé qué hice para merecerlo o por qué es mi culpa, simplemente así lo siento... y me duele. - dijo ella.
Draco la tomó del mentón y besó su mejilla, haciendo que ella lo mire. -Nada de esto es tu culpa. Nunca será tu culpa. Nada de lo que hicieron es tu culpa, entiende eso. No tienes la culpa, de que esas personas sean malas y se hayan atrevido a dañar a una persona tan bonita como tú. ¡No es tu culpa! - le dijo como si se sintiera lleno de rencor, al pensar la forma en que ella misma se culpaba de cosas que terceros hicieron.
Nada es tu culpa... jamás será tu culpa que otros te lastimen.
Nada, ¿oíste?
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Quiero admitir que lloré mucho escribiendo esto, me dolió mucho la verdad. Porque no puedo dejar de pensar en las veces que dije "es mi culpa" y no lo era. Las veces en que me insulté mientras me veía al espejo, las veces en las que pedí perdón, cuando la violentada fui yo, la persona que merecía una disculpa era yo.
Y solo quiero decir, que muchas veces, no es su culpa. Si están viviendo algo similar, deben hablarlo sin tener miedo. Yo sé que da mucho miedo, pero si no hablamos, ¿qué nos va a pasar? ¿a qué nos esperamos? ¿a aparecer sin vida en quién sabe dónde? ¿te esperas a que cambie? porque él o ella, nunca van a cambiar.
Quien te golpea una vez lo hace una. Y otra. Y otra vez. Hasta dejarte muerta.
Disculpen si tal vez no he sabido abordar el tema, si fui muy cruda con mis descripciones en varias ocasiones... es mi manera de ver las cosas justo ahora. La historia no habla al 100% del maltrato de Larissa, porque ella recibió ayuda muy rápido, en el momento que notaron (en este caso Draco y Astoria) que ella estaba pasando por eso.
Si ellos no se hubieran dado cuenta, Larissa no hubiera estado aquí, para contarnos de su historia.
Att: —F. 💖 -No estas sola <3
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