Escrito por mi — 225 palabras

Corrió con sus pies descalzos a abrir la puerta con una enorme sonrisa pintada en sus finos labios.

—¡Mihaaaaa! —Chilló emocionada al ver al rubio que apenas pudo la tomó entre sus brazos.

—Hola Linda, ¿cómo has estado? —Desordenó sus cabellos castaños haciéndola reír.

—¡Muy bien! —Sus mejillas se tiñeron de rojo al ver cómo el mayor le dedicaba una sonrisa.

—¿Está Mail? —Preguntó Mihael adentrándose a la casa que fácilmente podría considerar su hogar de tantas veces que ha estado allí.

—Está en su cuarto.

Mihael hizo el amago de bajarla, sin embargo, la pequeña se sostuvo con fuerza a su cuello negándose a dejar sus brazos.

—Quiero estar con ustedes. —Soltó con un pequeño puchero.

El rubio no hizo más que reír y caminar a la habitación de su mejor amigo con la niña entre sus brazos.

—Hey hermano, ¿la piojosa otra vez te está molestando? —Preguntó Matt al ver a su mejor amigo entrando a su habitación con su hermana aferrada a él.

Normalmente Linda se habría quejado ante el comentario de su hermano mayor, sin embargo, estaba demasiado concentrada escuchando la risa de Mihael como para darle importancia a cualquier otra cosa.

Esperaba con todas sus ansias ya ser mayor como su hermano y Mihael para que este último por fin le hiciera caso y dejara de verla como una niña.