Sus ojos
Shadow Link siempre se cuestiona como había terminado en el equipo de esos tres idiotas de cabellos rubios. Específicamente a cada hora del día se lo preguntaba. No era un héroe, tampoco le caía bien Hyrule, amaba el caos, ¿por qué estaba ahí entonces?
Casualmente cuando se lo preguntaba veía al responsable de su estado actual. Vio Link.
Era cierto que ambos eran los más iguales de los cinco Link, pero eso no significaba que estaría dispuesto a tolerar a los idiotas por su amistad.
¿A quién engañaba?
Él mismo sabía que por el rubio soportaría hasta una estampida de Hinox obesos. Incluso moriría por él, pero eso era algo más que claro. Debía de volver a considerar sus definiciones de amar y sus implicaciones. Dudaba de que fuera normal aceptar y socializar con los idiotas de su equipo.
A todo esto, ¿cómo había terminado enamorado de él? Odiaba a los rubios y a los seres de la luz, ¿cómo termino detrás de uno?
—"Sus ojos" —Pensó Shadow soltando un suspiro y cerrando sus ojos por unos segundos— "Esos malditos ojos"
Aunque los cuatro rubios venían de la misma persona, del héroe de la leyenda, los ojos de su Vio eran drásticamente diferentes. No importaba que la princesa le tachara de loco, él podía apreciar cada detalle de estos.
Los ojos azules de su Vio eran una gema preciosa y digna de admirar toda la vida. Sus orbes de tres tonalidades de azul luchando por el dominio. El contorno de un azul oscuro casi marino, el arco que rodeaba la pupila de un azul puro y en el centro un azul casi aguamarina con violeta que resaltaba el brillo de su pureza. Incluso juraría que la luz formaba pequeños corazones y estrellas en sus orbes cuando daba en el ángulo correcto.
Cada vez que los veía detenidamente podía ver su alma en ellos. Su corazón se detenía, sus manos sudaban, la voz desaparecía y su cerebro dejaba de pensar para poder apreciar cada detalle. Incluso una vez se había dedicado a contar cada una de las fibras que conformaban sus orbes.
¿Seria adecuado confesar que cuando estaba al servicio de Ganon pensaba en arrancarle los ojos y usarlos como un collar cuando lo asesinara?
Por supuesto, al final desecho esa idea cuando se dio cuenta que sus ojos solo formaban una pequeña parte de la gran obra divina que era el rubio de ropas violetas.
Los ojos de Vio eran los únicos que producían paz en su corazón cuando era atormentado por las pesadillas de la luz.
Sus ojos le amenazaban en silencio cuando quería hacer alguna travesura.
Sus ojos le hablaban sin necesidad de mover sus labios.
Sus ojos le provocaban ternura y también miedo.
Debería de ser injusto que Vio tuviera tanto poder en los ojos.
—Por al menos Vio ya me hace caso —Se consoló a si mismo el peli morado cerrando sus ojos para recostarse por completo en aquella rama.
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Me inspiro el remake (¿Se pude decir asi?) De un dibujo Vaatio realizado por Vaatimage. Lo dije y lo sostengo. Esos ojos de Vio enamoran *-*
Hasta la próxima
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