Es complicado aceptar cuando uno esta enamorado, más es fácil averiguarlo. La conducta de una persona enamorada cambia repentinamente. Algunas veces para agradarle a su platónico y otras para pasar más tiempo con él o ella. En mi caso fueron los dos. Mi comportamiento cambio casi de la noche a la mañana llamando la atención de mi familia. No soy un tipo que disfrute de salir a caminar o comer fuera de casa. Adoro estar encerrado en mi habitación o en una biblioteca leyendo. Así que cuando empecé a salir todas las tardes hacia la misma cafetería mi familia intuyo que me había llegado el amor. Odio admitirlo, pero ellos fueron los primeros en enterarse que me gustaba alguien.

Fue incomodo tener la charla con mi padre acerca de las responsabilidades del noviazgo y el esperar hasta el casamiento para tener relaciones íntimas. Mi familia siempre se ha basado en viejas tradiciones familiares, de lo cual estoy feliz y orgulloso. Eso ha evitado que mis hermanos hagan tonterías y se alejen de las personas equivocadas

Realmente fue incomodo decirle a mi padre que no se preocupara de eso ya que era muy difícil que mi platónico me notara, y eso sucedida, lo cual seria un milagro, seria imposible que tuviéramos hijos después del matrimonio. No comprendió que me refería a que mi platónico era un chico al igual que yo. De todas formas, no importaba, nunca intentaría algo para que él me notara.

En este momento me encontraba en mi habitación revisando mi vestimenta frente al espejo. Escogí usar una camiseta de vestir blanca de mangas largas, un chaleco sin mangas color violeta, jeans de mezclilla color azul claro algo suelto de abajo y mis zapatillas violetas. Acomode mis lentes de armazón grueso transparente y suspire. Mi cabello se había puesto rebelde ese día, así que algunos mechones sobre salían un poco cubriendo mis ojos. De nuevo no podría ir totalmente presentable.

-Te ves ridículo -Escuche la voz de mi hermano mayor Azul desde la puerta. Solo lo ignore mientras tomaba mi mochila- ¿Vas a salir así?

-Deja de molesta a Vio -Habló Verde caminando por el pasillo comiendo una manzana. Apenas escucho la voz de su hermano vino a revisar que estaba sucediendo- Ya es difícil para él.

-Yo solo digo que debería de vestirse mejor, así no llamara la atención de nadie -Dijo Azul viendo a Verde. Los quiero, pero a veces quisiera mandarlos bajo tierra.

Bufe molesto para alejarme del espejo y buscar mi perfume. Abrí mis cajones, revise en mi escritorio e incluso en el closet. No estaba. Mis hermanos no tardaron en notar mi preocupación al verme levantar el colchón para revisar a bajo de este.

-¿Qué buscas Vio? -Pregunto Verde viéndome preocupado.

-Mi perfume Royal no está -Conteste sin dejar mi búsqueda. ¿Dónde lo había dejado?- No puedo salir sin él.

-Vio -Me habló Verde haciendo que lo volteara a ver. Observe como apuntaba a mi mano derecha. No me había dado cuenta que lo tenía desde el principio.

-Gracias -Fue lo único que dije antes de rociarlo sobre mí con ayuda de su atomizador.

Azul no tardo en burlase de mi, Verde intento hacerlo callar y yo solo deseaba no haber hecho tan notorio mi enamoramiento. Ahora sufría de sus burlas. Deje el perfume en su lugar y camine hacia la puerta para salir de mi habitación. Debía de darme prisa para alcanzar el autobús.

-Suerte Vio -Grito Rojo al verme ya en la puerta. Solo volteé a verlo en la sala y asentí para salir de mi hogar. Ahora debía correr.

Tuve suerte, al llegar a la parada el autobús apenas estaba dando vuelta en la otra calle. Respiré hondo y sonreí. El autobús se detuvo delante de mí abriendo sus puertas y entre pagando el pasaje. Tome el primer asiento de la fila de la izquierda para estar cerca de la puerta. De nuevo estaba esa sensación en mi vientre. Abrace mi mochila contra mi pecho pensando en lo que pediría, aunque no se porque pierdo tiempo si siempre que me ve me pregunta "¿Lo de siempre?" me sonríe con esa condenada sonrisa traviesa y solo asiento como idiota para después pagar. Estuve tan inmerso en mis pensamientos que apenas me di cuenta cuando llegue a mi parada cuando la puerta del autobús se abrió. Baje con cuidado y me dirigí a esa cafetería rustica que se había vuelto en mi segundo lugar favorito. Me detuve en la puerta doble del local y respire hondo. Mis manos ya estaban sudadas. Suspire antes de abrir la puerta y entrar. El sonido de la campanillas anunciando mi llegada.

-Bienvenido al café Letras -Saludó el joven de cabellos purpura detrás de la barra sonriéndome. Su cabello purpura desordenado, sus colmillos asomándose de forma suave en su sonrisa y su piel bronceada, la cual era cubierta por una camiseta de vestir roja, corbata y pantalones negros- ¿Puedo tomar su orden?

-Lo de siempre por favor -En ese momento me quise golpear a mí mismo. Ha de pensar que no salgo de la rutina.

-Lo siento, pero el moka de galletas se nos acabó -Habló el peli morado viéndome atentamente a los ojos. De seguro ya estoy rojo de nuevo- ¿Le puedo ofrecer un café americano o un capuchino de vainilla?

-Café americano -Mencione viéndolo atentamente. Él me sonrió y solo empezó a teclear en la computadora- Serán veinte rupias por favor.

Sonreí sacando mi cartera para pagar. Ahí se iban de nuevo mis posibilidades de comprar un nuevo libro. Además de pedirle a mi padre dinero extra para la próxima semana de clases.

-En un momento se lo llevó a la mesa -Habló entregándome mi recibo. Yo solo asentí y caminé a mi mesa de siempre para tomar asiento.

Era una mesa normal cerca de la ventana para ver lo que sucedía en el exterior, pero que me daba un gran ángulo a la caja para ver al peli morado trabajar. Ese chico, el cual había conseguido entrar a mi mente, corazón y rutina diaria, se llamaba Shadow. No se como llegue a quererlo para ser honesto. Solo sé que cuando le vi sonreírme algo cambio dentro de mí y una especie de calor apareció en mi pecho. Era como si ya lo hubiera conocido antes y mi espíritu estuviera feliz de volverlo a ver. Realmente es raro de explicar.

Deje mi mochila en una de las sillas a mi lado para estar más cómodo. Saque mi celular para revisar mis mensajes. Tenia mensajes del idiota impulsivo que tenia por hermano y mensajes de ánimos de Rojo. Aun me impresionaba lo diferentes que somos nosotros cuatro.

-Aquí esta su café -Escuche la voz de Shadow a mi lado haciendo que levantara mi vista para verlo. Era raro que él fuera quien trajera mi café. Él solo me sonreía de una forma divertida y algo ¿coqueta?, creo que ya mucho café en mi sistema me hace ver cosas- Por cierto, si solo venia a verme podría haberme pedido salir.

Abrí mis ojos ante lo que dijo antes de bajar mi vista a la mesa. ¿Era tan obvio? Quería decir algo para contradecirlo, pero las palabras no salían. Lleve mi vista al café dándome cuenta que tenía escrito el nombre de Shadow y un número de celular. Ay Din, Farore y Nayru, que esto no sea un sueño.

-Esperó tu llamada Vio -Fue lo último que me dijo antes de volver hacia su zona de trabajo. Ya había dos personas esperando a ser atendidas.

Lleve mi mano hacia mi pecho, podía sentir como latía mi corazón con fuerza contra mi pecho. Tome mi celular para grabar el número en mis contactos. Hasta que algo hizo clic en mi mente.

¿Cómo sabia Shadow mi nombre?

Yo sabia su nombre gracias a su identificador que estaba colgando de su cuello, ¿pero él como averiguo el mío si nunca lo he dicho?

Lleve mi vista al mostrado para verle de nuevo. Su mirada también estaba sobre mi y me dedicaba una sonrisa. Esa muestra de atención especial duro algunos segundos antes de atender a su siguiente cliente. Parpadee varias veces ante lo que había visto. Sus ojos habían cambiado de un rojo sangre a su azul profundo de siempre. Trague grueso antes de tomar mi café y mi mochila para salir de ahí. Eso no había sido una ilusión o un efecto de la luz.

___________________________________

Esperó les allá gustado :3 Tratare de subir la siguiente parte pronto.

Hasta la próxima