Vio no era celoso y mucho menos posesivo. Solo le gustaba establecer limites para dejar claro lo que le pertenecía a cada uno.

—Vio-koi, ¿me dejas salir? —Se escucho la voz del peli morado algo opacada a causa de las paredes que le rodeaban.

—No —Contesto el rubio bajando su vista al clásico baúl de madera en donde estaba sentado. Fuertes cadenas doradas rodeaban este para evitar que su contenido escapara— Me dejaste ahí encerrado por dos horas. Te toca a ti.

—Por favor Vi, le prometí a Zelda que le enseñaría a usar la luz para materializar cosas —Pidió el peli morado ya algo desesperado golpeando de forma suave la tapa del baúl con sus nudillos.

—Que pena —Fue lo único que contesto Vio abriendo su libro de historia. Esto tomaría su tiempo.

Rojo solo les observó en silencio desde el otro extremo de la habitación. Había subido al ártico para buscar un juego de mesa, pero nunca se imagino con toparse con una escena semejante. Con cuidado volvió sobre sus pasos para abrir la puerta y empezar a bajar por las escaleras.

La relación de ellos dos no era normal. Ambos tenían una forma de demostrarse cariño algo única y curiosa. Pero Rojo sabia que algo estaba mal con Vio. No necesitaba ser un gran observador para saber que la conducta del rubio hacia su sombra había dado un giro de ciento ochenta grados.

El rubio positivo le resto importancia y siguió con sus actividades diarias. Seguramente era algo que solo sucedería una vez. Tal vez Vio quiso tomar venganza de la actitud sobreprotectora de Shadow y todo volvería a la normalidad mañana.

Que equivocado estaba.

La actitud rara del rubio no acabo ahí. Al día siguiente el pobre Shadow ni siquiera podía jugar en su consola portátil porque el rubio insistía en sujetarle de la mano. Incluso Vio le había prohibido salir de la casa. Era demasiado raro. Ni siquiera los celos de Shadow habían llegado a ese nivel. Verde y Azul pensaron que los celos de Shadow se pasaron a Vio, pero Rojo empezaba a ver un patrón en esto. Vio se volvía más posesivo y mandón después de que Shadow convivía con Zelda.

¿Acaso Vio estaría celoso de Zelda?

—Rojo —El nombrado alzo su vista para ver a su homologo de ropas violetas en la entrada de la sala— ¿Has visto a mi Shadow?

—Nopi —Contesto Rojo negando con su cabeza. De acuerdo, no iba a negarlo, se había extrañado al escuchar el "mi" antes de Shadow.

—Si lo ves dile que lo estoy buscando por favor —Pidió Vio antes de seguir la búsqueda de su sombra por la casa.

Rojo solo bajo su vista al tejido de sus dedos para seguir. Quería hacer un bufanda para su padre. Este próximo invierno seria peor que los anteriores por lo que decían las ancianas en el pueblo.

—¿Vio ya paso por aquí? —Pregunto Shadow entrando a la sala para ver al rojizo. Su rostro mostraba preocupación.

—Si, te esta buscando —Contesto Rojo viendo como su sombra se sentó a su lado para descansar.

—Lo amo, pero en este punto de nuestra relación considero seriamente cortar por el bien de mi libertad, por algo traicione a Ganon —Dijo Shadow volteando a ver a Rojo en busca de ayuda— Necesito un consejo antes de que decida por los dos usar esposas. Tu pareces ser él más indicado. Ayúdame.

—Bueno, creo que Vio esta celoso —Hablo Rojo dejando su tejido de lado para ver a su sombra atento— Y eso le ha provocado miedo.

—¿Celoso? —Preguntó Shadow alzando una ceja confundido— Se supone que yo soy el celoso y posesivo de la relación. Además, ¿de qué podría estar celoso si solo tengo ojos para él?

—Puede ser porque no le quitas los ojos de encima a Zelda siempre que la vemos —La voz molesta del rubio tranquilo los obligo a voltearse al umbral. Vio estaba de pie y cruzado de brazos. Sus ojos transmitían cierto brillo.

—Hola Vio-Koi —Saludo Shadow formando una sonrisa algo chueca. Estaba nervioso y tenia miedo de su rubio. Su mente analizando de sus palabras— Espera... ¿estas celoso de Zelda? —Alzo su ceja izquierda confundido antes de ponerse de pie para acercarse al rubio— Si quiero a Zelda, pero como amiga.

—¿Entonces por qué la observas tanto cuando vamos de visita?, ¿por qué te escapas de noche para ir al castillo? —Exclamo el rubio con visible odio apuntando al pecho del peli morado— No creas que soy idiota Shadow Link. Se de cada una de tus escapas.

—Esto me aterra, pero a la vez lo considero sexy de tu parte mantenerme vigilado —Admitió Shadow antes de abrir sus ojos al sentir la mirada fulminante de su pareja—Esta bien, hablare. Quería que fuera una sorpresa.

—¿Qué ahora serás novio de Zelda? —Gruño el rubio de túnica violeta bajando su mano. Sus ojos ya amenazaban con soltar lagrimas.

—¡No, ¿quieres dejar de insinuarlo?! —Pidió el purplette antes de suspirar y llevar su mano a su propio pecho— Me da asco de imaginarlo. No es nada de eso Vio. Zelda me pidió clases para manejar mejor su magia y aplicarla a otras áreas es por eso que a veces voy de noche al castillo, de día sus guardias me hostigan y ella no me deja incendiarlos.

—¿Seis veces a la semana? —Pregunto Vio llevando sus manos a su cintura viéndole.

—Es que le pedí un pequeño favor a cambio de darle clases —Murmuró Shadow jugando un poco con la punta de sus dedos. La mirada del rubio le indicaba que hablara rápido sino quería ser atravesado por una espada— Le pedí que me enseñara a tocar el piano y violín.

—¿Piano y violín? —Pregunto Vio viéndole extrañado. Su enojo cambiado a curiosidad.

—Tu me dijiste una vez que seria lindo leer mientras escuchabas una dulce melodía en piano —Declaro Shadow viendo a su pareja atentamente sin dejar de jugar con sus dedos— Quería hacerlo realidad.

—¿Y la mirada fija en Zelda? —Preguntó Vio al ser lo único que necesitaba una explicación.

—Ese es otro favor que le pedí —Menciono Shadow con sus mejillas rosadas. No dudo en acercarse a Rojo para cubrir sus oídos, era muy pequeño para escuchar— Le pedí uno de sus vestidos para ti, así que cada día de visita los cambia para que seleccione cual me gusta para ti. Tienen casi el mismo tono de piel.

—¿Por qué un vestido? —Preguntó Vio extrañado viendo a su novio. El rostro de este y su mirada coqueta indicaban sus intensiones oscuras— Olvídalo.

Rojo solo sonreía viendo a ambos adolescentes, al parecer ya todo estaba arreglado. Suspiró feliz. Lo único que necesitaban era hablar. Era incluso difícil describir lo feliz que estaba cuando a la mañana siguiente vio a ambos en el sofá de tres plazas. Vio sentado en la orilla leyendo mientras Shadow usaba sus piernas de almohada.

Todo había vuelto a la normalidad. A excepción de los trozos de ropa rosa que estaban en el cesto de la basura.

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Me gusta esto de cambiar comportamientos dentro de la relación qwq

Hasta la próxima