(Tsuyu 20 años
Manami 27 años)

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Una joven con rasgos anfibios se hallaba bajo la lluvia, observando el cielo nublado y las gotas caer, con la lluvia cayendo a cántaros y los truenos sonando a cada momento, a Tsuyu Asui se le había imposibilitado totalmente entrar a la cafetería, a la qué horas antes había decidido acudir junto a su pareja; le extrañó no encontrarla delante de la puerta, pues, casi siempre que tenían sus citas y salidas la joven de cabellos cobrizos era incluso más puntual que la Acuario más seria de la pareja conformada por ellas dos; cuando trató de entrar al lugar de la quedada, fue echada del local por encontrarse mojada de los pies a la cabeza, algo avergonzada, salió un poco pillada del lugar, bastante azorada, por lo que no le quedó otro remedio que permanecer allí, a la intemperie, con lo frío y húmedo del ambiente, haciéndola sentir muy en casa, y mucho más a gusto de lo que lo estaría en un sitio tan cálido como aquel, en el que no hubiese podido permanecer por un largo tiempo debido a sus características físicas; después de todo dicha llovizna era algo muy ella; acabó creyendo que ni siquiera acabaría por encontrársela por la zona debido al temporal y lo poco que a la de mirada rojiza le gustaba salir en esos momentos del día, en los que solo llovía y llovía; calada hasta los huesos y bastante enfurruñada por el sorpresivo ataque recibido por parte de esa agua que caía sin descanso y sin piedad alguna, fue donde Tsuyu acabó por ver, sorprendida, a su Manami, una grata sorpresa para la joven anfibia, habiendo tomado una muy buena decisión, eso lo supo en cuanto sus ojos la avistaron en un rincón, totalmente empapada, con el maquillaje hecho un completo desastre, una expresión furibunda y de melancolía, por algún motivo, parecía estar pensando en algo que la hacía poner una mueca de desagrado.
Se apresuró a acercarse, deseosa de ver la preciosa sonrisa de su amada, abrazándola, gesto que pilló por sorpresa a la pelirroja, la cual lanzó un grito, sobresaltada, al ser consciente de quién se trataba, se sonrojó hasta las orejas y la apartó avergonzada y tímida de repente.
Aiba no solía ser de esas chicas que se pasaban el rato abrazando y mimando a su pareja cada vez que la veía o simplemente se cruzasen por casualidad; si bien había estado a punto de no ir, debido al clima, finalmente decidió que estaba deseando verla, después de todo era a quien más amaba en el mundo,se inclinó por ir definitivamente, a pesar de la baja temperatura; salió de sus recuerdos para recibir los labios de su chica con anhelo, haciendo que la recién nombrada olvidase todas sus dudas y miedos,con la pasión desbordante que les nubló la vista, desde que sus miradas chocaron por casualidad, fue cuando aquel loco sentimiento dio comienzo, con el latir de sus corazones hasta mucho más allá, las estrellas serían testigos de la piel con la piel, de la pasión que emanaban con tan solo el primer roce.
Pero, en ese preciso instante, las aguas serían las que contemplarían el crecimiento de su amor, de sus besos con sabor a fresa y menta, de la felicidad en aumento en el pecho de esa joven de cabellos largos y llamativos que creyó jamás poder encontrar el verdadero amor; allí estaba su princesa, su bellísima ranita, tan inteligente, tan especial, tan radiante y tan adorable...

La Brava solo podía agradecer una y otra vez a esas misteriosas fuerzas divinas por llevarlas por el mismo sendero, el mismo en el que por primera se dieron su tan esperado beso.
Solo rogaba por pasar el resto de sus días a su lado.
Junto a su mayor ser amado.
Riendo, se levantaron, y bajo la lluvia, la bella pareja bailó al son de esa canción que solo ellas podrían oír, esa que sus corazones habían creado al unirse.
♥️Esa melodía única e irresponsable.♥️

(Me he pasado por 179 palabras de más XDDDD
aún así, 679 palabras tampoco es mucho XD
quería compartir mi amor por esta parejita, que creo que he inventado yo/?
😅😅😅😅
espero que os haya gustado :3
he tratado de hacer algo corto y mono, no sé si me habrá salido ^^'')