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El juego de ajedrez.

Hacía mucho tiempo que no jugaba una buena partida con Ninguang, pues recuerdo perfectamente cómo fue la primera de ellas. Desde siempre hemos tenido una especie de rivalidad no declarada, aunque bueno...somos como el agua y el aceite en muchos sentidos, muchos incluso me consideran como su perra guardián. Nada más lejos de la realidad.

Había sido una situación en donde había estado bebiendo un poco, oh, sí, ella me llamó a la camara de jade, y se dio cuenta de que no estaba sobria, por lo mismo es que se metió una enojada de aquellas, y no era para extrañarse, al final de cuentas, siempre que bebo, ella se molesta conmigo.

-¡Maldita sea, Beidou! ¡Eres una alcohólica de mierda, no puedo hacerte ningún encargo si no te pago con botellas o que uses el dinero que te doy para irte al bar, me tienes harta!

-Oye... -Dije, entre risas.

-¿Qué demonios quieres? -Peguntó, tallándose las cienes.

-Me gustas. -Me seguí riendo, ella pareció molestarse más.

-Por un carajo, y siempre haces lo mismo. Vienes aquí y me dices estupidez y media, que si soy hermosa, que te gusto...pero nunca lo haces sin estar bebida, ¿de verdad puedo confiar en lo que me dices?

Saqué mi botella, le di un buen sorbo, la regresé a su lugar y me acerqué a ella, claro que Ninguang se hizo para atrás conforme rompí esa distancia entre ambas.

La miré por unos segundos, la noté nerviosa a la vez que simplemente le alzaba una ceja de forma coqueta. Volteó a ver otro lado, sonrojada.

-No vayas a cometer una estupidez, argumentando mañana que estabas muy borracha y que no sabías que hacías.

-Estoy lo suficientemente sobria para saber que dos y dos son cuatro, así que...hagamos un trato.

-¿Cuál? -Preguntó, exasperada. -No me vayas a salir con boberías.

-Oh, no, no. ¿Te gusta mucho jugar ajedrez?

-Sí, soy muy buena...¿quieres que juguemos una partida? -Se rió. -Por Rex Lapiz, Beidou, te haré pedazos.

-¿Segura? Bueno...si yo gano, me darás un besito y si tú ganas...yo dejaré de beber por un mes, ¿bien?

-Sigh...si así dejas de molestarme. -Ella rodó los ojos, yo sonreí, pues, curiosamente, soy mejor jugando ajedrez estando ebria que sobría, oh sí. (Eso se suele decir, que algunos cuando están ebrios piensan con más claridad, nunca lo he hecho jsjsjs)

Yo siempre seré su dolor eterno, yo tan caliente y ella tan invierno, total libre y ahora yo vivo en sus horas, hay algo en ella de mí que la azora, que sus sueños controla y la descontrola. Siempre indiferente a mí, casi mirándome por debajo del hombro...pero haré lo que sea por llamar su atención, y cuando digo eso, no bromeo.

Una vez me pidió que, solo por dejarme besarle el cuello, le trajera un minera sumamente raro que seguramente podría estar en las profundidades del océano y que podía valer millones. Era nada más y nada menos que plaustrita (era así? Me refiero al mineral verde del evento de las linternas, creo que así era el nombre).

Cuando regresé, ella me sonreía altaneramente, segura de que no lo había traído. Tenía una caja en mis manos, la dejé caer a sus pies. Ella hizo una mueca de incredulidad, así que al abrirlo...lo vio, era un trozo enorme de esa roca, casi casi vi que le dio una hiperventilación, yo me crucé de brazos, victoriosa.

-Espero mi premio, niña consentida... -Sonreí.

-T-tú... ¡tiene que ser falso, seguramente es hierro blanco pintado con laca!

-Despíntalo...

Ella llamó a un especialista en minerales llamado Chon-Lee...¿o era Zhongli? No sé, estaba ebria para acordarme. Él simplemente analizó la roca, asentando con la cabeza, dando su visto bueno.

-Es autentico, y de muy buena calidad, no creo que tenga agua o gas atrapado en su interior...20 mil moras, por favor.

Ninguang solamente se llevó las manos a la cabeza, desesperada y derrotada. Yo volví a sonreír, ella pagó lo acordado y nuestro experto se fue muy feliz, pero ahora me tocaba reclamar mi muy merecido premio.

Me senté en su escritorio, descubriéndome una pierna y estirando mi escote, como si me estuviera echando aire al mismo.

-Diablos, hace calor o soy yo...

-¡No, así que fuera de aquí!

-Hicimos un trato...¿o quieres que la ira de Rex Lapis caiga sobre tus negocios? -Di una risita.

-Tch. Que sea rápido.

Me acerqué a ella, haciéndole una coleta para dejar su cuello al descubierto, recargándola contra la pared a la vez que yo ponía una mano en la misma, mirándola directamente.

La tenía a mi merced...tan vulnerable, tan indefensa, y ahí sucedió algo que ni yo me esperaba. Ella estaba sonrojada, miraba al suelo, casi con los ojos llorosos, deseando que todo fuera rápido y no la torturara mucho.

-Po-por favor...no seas muy brusca. Y no me dejes chupetones, se vería mal en una mujer como yo.

No dije nada, simplemente me quedé atónita, desconocía eso de ella, tanto así como si tuviera a otra mujer frente a mí. Quedé sin coraje para hacerlo, pero si no cumplía yo mi parte del trato, Rex Lapis me castigaría a mí. Le di un pequeño beso, el que apenas mis labios rosaron su cuello, haciéndola gemir, lo que me sorprendió más todavía.

-Fu-fui grosera contigo...perdón.

Me fui casi que corriendo de su oficina, sintiéndome como basura, ¿me aproveché de ella de esa manera? Bueno, ella hubiera hecho lo mismo pero...no de esa manera.

Esa carita...esos ojitos, diablos, no pude resistirme, y aunque al comienzo simplemente la deseaba, besarle el cuerpo, manosearla, ser una pervertida con ella, pasó a un amor sincero y puro.

Adelantando un poco más el reloj, y retornando al tema del ajedrez, es innecesario decir que quien ganó la partida fui yo, y por un error muy terrible que ella cometió. Fue el mejor jaque mate que alguna vez he hecho en mi vida.

Durante el comienzo y la mitad de la partida fui perdiendo, ella comía piezas con facilidad, pero mantenía viva a una reina, un alfil, una torre y un caballo, que era lo suficiente para dar batalla. Y ahí...es cuando Ninguang cayó en mi trampa.

Acorralé a su rey con las piezas poderosas que tenía, y dejando a los peones como carnada para bobos, y mientras ella pensaba en una jugada, yo hacía en mi mente todos los resultados posibles, dejando una provocación muy sensible. Su caballo protegía al rey, y por lo mismo es que moví un peón para que fuera presa fácil, si movía ese caballo...era cuestión de mover a mi torre y le daría la vuelta a una partida que parecía perdida.

-¿De verdad eres tan tonta? -Sonrió, orgullosa, comiéndose a mí peón. Yo sonreí...

-Jaque mate. -Moví mi torre como tenía previsto, sus ojos saltaron, comenzando a decir "no, no, no". Figuramos bien todas las piezas...y sí, era una maravillosa jugada. (En la facultad solemos jugar ajedrez, y me pasó lo mismo que Beidou, yo soy malísimo para las entradas, pero eso hace que mis rivales se confíen y PUM, ese fue un jaque mate limpio, hermoso, magistral, me sentí tan orgulloso de mí mismo por lo maravilloso que me salió)

Ella daba excusas, diciendo que yo había hecho trampa o que había cambiado piezas del tablero...nada creíble, en realidad.

-Si yo hubiera perdido, estarías buena para cobrar. -Me reí. -Vamos, es solo un beso, no es la gran cosa.

-No, me niego a hacerlo, pídeme cualquier otra cosa, pero no quiero ser tu función de circo.

Yo no dije nada, solo torcí la boca, arrinconándola en la pared, al golpear mi mano en la misma, ella se sorprendió, sonrojándose. Yo la veía con una cara seria.

-¿Piensas faltar a tu contrato? Chica...eso es bastante, bastante malo...¿no temes a la ira de la roca?

-Eres una extorsionadora, ¡no puedo creer que haya perdido!

-Je, je...tú misma aceptaste y te diste por vencedora...pero, ni modo, que mal por ti. -La tomé del rostro, haciéndole ojitos para que se quedara quieta, ella deseaba mirar a otro lado, pero no podía evitar mi mirada. -Vamos...sí quieres, no te hagas del rogar.

-N-no...no quiero. -Me fui acercando a ella, tratando de darle un beso en los labios, pero ella puso la mejilla. Diablos, eso me volverá completamente loca, pero mantuve la compostura, mordiéndome el labio inferior para tratar de besarla una vez más.

La respuesta fue la misma, la tomé de la cadera, pegándola a mí, sacándole un pequeño gemido, así como también besando dos veces más su mejilla, la que ponía para que no le besara los labios.

Finalmente, y tras una mirada de deseo que ambas nos dimos, cerramos los ojos para besarnos como los arcontes mandan. Fue un beso delicado, lento y contento, acompañado de que la pegué a mi cuerpo, pues incluso sentí que los pocos ruidos que había en la cámara se silenciaban.

Era el primer beso que le daba a Ninguang, me resultó de lo más mágico, tanto así que incluso me puso la piel de gallina, causando que mi corazón se detuviera por un segundo para luego estrujarse y acelerar. Nunca había sentido algo tan hermoso.

Ella rompió beso, tomando mis brazos para hacerme hacía atrás. Negó con la cabeza, notoriamente triste y sonrojada.

-Ya tienes tu beso, ahora puedes irte.

-No... -La abracé fuerte, cerrando mis ojos, posteriormente traté de darle otro beso, el que Ninguang admitió de forma tibia, pues lo rompió al poco rato.

-Vete ya...si no encuentras motivo, para seguir conmigo. (Ok, no :v)

-Vete ya...o llamo a los guardias. Tienes lo que querías, déjame tranquila, por favor. -Lo decía muy enserio, y sus ojos lagrimeantes eran más evidentes.

No puse pero, salí y bajé a tierra, sintiéndome mal. La ventaja de que no soy hombre, es que entiendo perfectamente que le pasa a Ninguang...piensa que estoy jugando con ella, pero no es así. (Odio decir que sí...los onvrez no captamos indirectas, 3 chicas a las que les gustaba me han dicho "pero sí he sido bien obvia" y yo "nambre', seguro solo quiere que seamos amigos" :v)

Esa misma noche fui caminando por las oficinas de tierra de Liyue, así que pues bueno, no siendo tonta ni perezosa, fui recogiendo lirios de cristal bajo la luz de la luna, lo que era particularmente lindo, pues se dice que gracias a la luz de la luna, toman un color blanco más precioso que cuando ésta no se encuentra en el cielo.

Al tener 8, pues fue un mes de agosto cuando la conocí, los llevé al barco, que estaba en el puerto y no en las lejanías de la costa, así que apenas llegué a mi camarote, las puse en un jarrón con agua dulce, por claras razones, je.

Entre tanto, me puse a escribir una carta, en la misma daba una explicación de mis caprichos, de mis malos tratos hacía Ninguang, y por qué siempre que quería molestarla le decía que me gustaba o algo relacionado con algún amor que le tuviera. Fui sincera, y con muchísima razón, le dije que al comienzo solo deseaba su cuerpo, pero que conforme la fui tratando...no hubo vuelta atrás.

Tenía todo listo para el día siguiente, y me presenté temprano, y cuando las secretarias me vieron con los lirios, ni siquiera preguntaron, me dejaron pasar entre murmullos de emoción y sonrojos, casi sacando corazones de la cabeza.

-Lady Ninguang, tiene visitas.

-¿Sí? No esperaba a nad... -Al verme, yo solamente sonreí, saludando con mi mano, ella enchinó la mirada, llevándose una mano a la frente, pidiéndole a su secretaria que se fuera cerrando la puerta. -¿Qué quieres?

-Pues...pedirte perdón. Ayer se me pasó la mano.

-¿De verdad? Wow, hiciste el descubrimiento del siglo, alcohólica.

-Vamos, no seas así. Estoy arrepentida, de verdad. Sé lo mucho que te gustan los lirios de cristal y...

-Y los robaste de mis jardines ayer en la noche. -Ella se cruzó de brazos, yo quedé en blanco.

-O-ok...no diría robar, sino regresar a su dueña. Mira, me porte mal, ¿vale? Te pido perdón, sé que estas flores no bastan, pero no es lo único. -Le extendí la carta que tenía guardada. Ninguang la tomó y la rompió, eso fue bastante cruel.

-Fuera de aquí, si quieres te doy para que te pegues la borrachera tu mísera vida, pero no quiero verte.

-Ninguang, por favor, escúchame...te amo.

-No, no, no. ¡Lo que amas es jugar conmigo! Y yo sí me amo como para no caer en tus juegos.

-Estoy lo más sobria posible, y me recriminas de que solo te digo estas cosas cuando me emborracho. Descubrí eso hace un tiempo, pero si no me crees, lee la carta. No tengo motivos para mentirte.

-Déjame sola, Beidou...no me lastimes por hoy, ¿de acuerdo?

No dije nada, solamente me fui hasta la puerta de la oficina, y ahí mismo sostuve firmemente las palabras que sentía en ese momento.

-De verdad te amo...

Hice lo que ella me pidió, aunque de cualquier manera me sentía un poco insatisfecha con el resultado que obtuve, pues no pude exponerle mis sentimientos, y aunque hubiera podido...ella no los cree de verdad.

Supongo que eso me gano por ser una idiota insensible. Parecía que siempre me lo tomaba a juego cuando la verdad es que...nada que ver.

Pasado el rato, yo seguía en la ciudad, y noté casi de inmediato que alguien me estaba siguiendo, se notaba que era una mujer vestida de azul, de atributos...considerables, al igual que muy bella de rostro, y aunque trataba de ser sigilosa, esta loba de mar no es para andarse con juegos.

Fui hasta un callejón, en el mismo invoqué mi mandoble, pegándome a la pared para que la persona que me seguía no tuviera tiempo de reaccionar, y así fue, la tomé del brazo, estampándola contra la pared, apuntándole con mi mandoble.

-Vaya, con calma, cariño.

-¡¿Por qué me sigues?!

-Nada personal...son solo negocios. Pero una pregunta, ¿a ti te gusta Ninguang? Escuché que ese rumor se corrió como la pólvora, incluso entre tus enemigos.

-Eso no es de tu incumbencia.

-Mejor sé honesta contigo misma y habla...porque de eso depende tu vida.

-¿Mi vida?

-Secreto de estado, cariño.

Apreté el puño, acercando más mi mandoble al rostro de esa mujer desconocida, así que simplemente la miré con enojo.

-¡Sí, sí me gusta, ¿qué tiene de malo?! La amo, estoy loca por Ninguang, así que ahora dime para qué querías saberlo.

-Ya te lo dije...secreto de estado. -Sonrió ella, explotando una bomba de humo en sus manos, así que al salir del callejón para poder respirar bien mientras tosía, me di cuenta que la mujer misteriosa no se encontraba.

Debía decirle a Ninguang que seguramente su vida peligraba, así que apresuré a la cámara, en donde me dejaron pasar, pero al llegar a su oficina, pe retuvieron.

-Lady Ninguang tiene una reunión importante, así que por favor espere.

-¡Su vida peligra, alguien la quiere muerta!

-Ese asunto es riesgoso pero ella está bien protegida, puede saberlo cuando salga de esa reunión. -La puerta se abrió por sí sola, sorprendiendo al guardia. -Creo que...ya terminó.

Cuando entré, me hice más preguntas que responder a las que ya tenía, pues esa mujer estaba parada cruzada de brazos mientras se recargaba en una pared, Ninguang estaba sentada en su escritorio, yo pensé que ya era tarde.

-Puedes irte, Yelan. Gracias el informe.

-De nada, mi lady. -Ella puso la mano, Ninguang le lanzó un saco con dinero y la mujer se retiró, sonriéndome de forma divertida.

-¿Mandas a tu gente a espiarme?

-Solo esta vez, era necesario. -Ella me mostró la carta que había roto, estaba pegada. -La curiosidad le ganó a mi enojo y...no pude evitar leer lo que me escribiste. Necesitaba confirmar que decías la verdad, así que mandé a mi mejor agente para descubrirlo. Ni siquiera porque mi vida podía correr peligro negaste lo que sentías.

-Sabes...pudiste confirmar en mí en vez de armar este escándalo.

-Podrás cuestionar mis métodos...pero no mis resultados, Beidou.

-¿Qué quieres con esto, Ninguang?

-Yo también estoy enamorada de ti. Lo he estado desde hace un tiempo pero...por la forma en la que te portabas, el hecho de que parecía que solo jugabas conmigo o que solo me querías en tu cama una noche y luego arrojarme al carajo. Estoy enamorada, pero estúpida no soy.

-Aunque ya te respondiste, ¿no es así?

-Correcto...y discúlpame por haber sido grosera, me alteré bastante.

-Te perdono...a cambio de un beso.

-Nunca cambias. -Rió...

Y así fue la manera en que nos hicimos pareja, y hay que mencionar que no había sido nada fácil, pues después de eso comenzó la verdadera aventura. Algunas se modificaron, claro, en parte fue esa rivalidad que teníamos, la cambiamos por una más pacífica y que no nos trajera problemas. Lo que sí es que...no puedo negar que solemos tener algunas diferencias.

Se acercaba el festival de las linternas, ella me había dicho que tenía un regalo muy particular para mí, lo que no terminaba de entender. Había ido a Inazuma hacía no mucho tiempo, por lo mismo es que yo llevaba un ramo de drendrobio, una flor para los guerreros de aquella tierra. Y bueno, no es necesario decir por qué a Ninguang le queda como anillo al dedo.

Eran flores exóticas, así que valía la pena como regalo, pues no era cualquier cosa. Cuando llegué a la cámara, la vista desde ahí era increíble, pues toda la ciudad estaba iluminaba muy bellamente, aunque lo que me esperaba no se le podía ni comparar.

-Beidou... -Dijo su coqueta voz. Yo volteé...diablos, quedé tan atónita que di varios pasos para atrás, y sin darme cuenta, ya me había caído. -¡Beidou! -Abrí mis alas a tiempo, así que al regresar a la cámara, solo pude sonreír de manera tonta, incrédula pues...maldita sea, se ve preciosa así vestida.

-T-te ves maravillosa...hacía mucho tiempo que no te veía con un vestido de noche. Seguramente rompiste muchos corazones mientras venías para acá.

-¿Lo hice con el tuyo?

-No puedes romper lo que ya está hecho polvo. Hace tiempo que me rompiste el corazón de la manera más linda posible. -Fui y le di un beso, el que ella recibió gustosa. -Pero sigo pensando que te ves más hermosa sin ropa. -Reí, ella solo se sonrojó mientras negaba con la cabeza.

-Te has portado bien. -Me olió. -Y no hueles a alcohol así que...esta noche tendrás un premio, aparte las flores que me diste son preciosas. Valen su peso en mora.

-O-oh...¿ta-tan así?

-Sí, sabes a qué me refiero.

Y justamente como me lo dijo, ambas nos divertimos en el festival, así como vimos a todos en ese ambiente tan festivo y bohemio, pero claro que yo estaba ansiosa porque todo terminara y dieran las 11 de la noche, era la hora que teníamos pensada, así que al final de cuentas, debía ser más que paciente para no perder la cordura.

La espera fue más que eterna, pero sí que pude, así que no lo dudé ni un segundo y fuimos directamente a su casa, yo pregunté bien para no llevarme una decepción.

-Entonces...¿es lo que yo pienso?

-No sé qué pienses, Beidou. -Se rió Ninguang.

-De que hoy la noche será especialmente caliente, ¿no? -Me sonrojé un poquito.

-Sí, así es. -Sonrió ella.

Apenas cerré la puerta del cuarto, me abalancé sobre Ninguang como una animal, pues la envolví en un abrazo mientras la besaba, bajando mis manos a su trasero, y claro, ella respondió con no menos vehemencia. Cuando caímos en la cama, nos miramos con lujuria.

-¿La loba hambrienta se quiere comer a la tierna e inocente corderita?

-Diablos, Ninguang, siempre que dices eso me excita un montón.

-Lo sé mejor que nadie. -Comencé a besarle el cuello con desesperación, bajando mis labios rápidamente hasta sus senos, los que besé y mordí con suavidad pero no con ello menos rudeza, pues estaba desesperada por hacerle el amor, sin saber por qué me surgió esa necesidad.

Manoseaba sus senos con delicadeza, apretando en las zonas donde yo sé que le gusta más, preparando el terreno para lo que estaba por venir. Me puse de espaldas a ella, besaba su espalda, pasando mi lengua por sus hombros, jalando suavemente su cabello, acomodándolo para besar su cuello, así como también recorría sus senos y su abdomen, que sé que es una zona sensible para ella, especialmente en el vientre, siendo el lugar idóneo donde pasaba mis caricias.

Esperaría a que ella me lo pidiera, yo solo sé que es cosa de paciencia, pues aunque ya empezamos, es particularmente importante calentar motores, de ahí mismo que, una vez recibí su orden, no vi razones para negarme.

Inserte mis dedos índice y corazón en su ναgiηα que era justamente lo que comenzaba la faena. Escuché sus gemidos, los que me encendieron más. La analogía quizá no sea la mejor, pero pasé mi mano por su espalda como si fuera el lomo de un caballo al que trato de amansar, por lo mismo es que fue varias veces y de manera lenta, dejando que toda mi mano hiciera contacto con su piel.

Yo estaba detrás de ella, así que la pegué a mi cuerpo, lo necesario para igual apretarle un pezón, con el que jugaba a mi modo, siendo lenta y cariñosa, más ahora que besaba su cuello, que me vuelve loca con su olor corporal.

Estando en esa posición, la dominante era yo, y si bien no niego que quiero mi tajada del pastel, por ahora me conformaría con darle placer a mi amada, que en realidad es lo más importante de todo, así que continuaba.

-¿Te gusta, Ninguang? -Susurré en su oído, soplando aire caliente en su oreja a la vez que besaba su mejilla.

-S-sí... -Me susurró igual.

-No te escuché bien, mi niña consentida, ¿qué fue lo que dijiste?

-Me gusta. -Alzó un poco la voz.

-Sigo sin escucharte. -Sonreí para mí misma.

-¡M-me gusta!

-Así está bien. -Le besé nuevamente la mejilla, insertando otro dedo con particular cuidado, pues ahora tenía que mover muy bien mis dedos, metí dos de ellos en su cavidad ναgiηαl y el otro lo dejé para que jugara con su ςlιτοris lo que vaya que causaba ruido en ella, pues sus gemidos no paraban.

Vi su tatuaje en la espalda, me fascinaba siempre besárselo o pasar mi lengua por él, pues es un detalle tan sexy que...ufff, y más su tatuaje en la pierna, el cual suelo besarle siempre que me paseo por ahí, lo que seguramente ya no tardaría. Comenzábamos a sudar, lo que le daba un ambiente diferente a la situación, pero no en el mal sentido de la palabra, al contrario. Lo hacía más sensual en varios sentidos diferentes.

La volteé para que ella me mirara, ambos nos besamos mientras cerrábamos los ojos, cayendo en la cama, solamente la miré, sonriéndole. Hacía un tiempo que no podía ni imaginar que algo así pasaría, pero ahora pasaba y estaba delante de mis ojos el bello rostro sonrojado de mi amada Ninguang frente a mí.

Le di un beso en la mejilla, quería admirarla, así que le hice a un lado su cabello, para poder verla sin su fleco que le suele cubrir la frente.

-Te ves muy linda...quizá por eso te amo. -Le dije de manera sincera.

-Por lo que haya sido, pero tengo por seguro de que me amas, y eso es lo que más me alegra de todo.

Comencé a lamerle los pezones con suavidad, aunque no por ello con menos prisa, siendo de hecho bastante veloz en ese aspecto, de ahí mismo que no tuviera problema alguno. De igual manera paseaba mi mano por su νυlνα para que continuara la diversión, lo que me sorprende enormemente es que una mujer tan fuerte e imponente como Ninguang pueda caer rendida ante mí en cuanto a los asuntos de la cama. Supongo que cada quien tiene su debilidad.

En fin, ella me tomó del mentón para subirme hasta su boca, robándome un beso que no me esperaba y que la verdad me conmovió, haciéndome sonreír internamente.

-Creo que ahora me toca a mí... -Susurró ella, levantándose de la cama para arrodillarse en la misma, tomándome de un brazo para ponérmelo en la espalda, sorprendiéndome.

-¿Ninguang?

-Shhh. -Dio una pequeña risita malévola que me encantó, pues lo que sea que esté planeando...seguramente me gustará.

Ella aprovechó que me tenía en esa posición para tomarme el trasero, así como masajearme los senos, pues los tengo más grandes que ella, así que supongo que lo disfrutará mucho. Me besaba el cuello así como yo lo hice con ella, pero mientras lo hacía, me tumbó cuidadosamente en la cama, dejándome con mi trasero a su disposición.

La niña consentida en realidad resultó ser también muy traviesa, pues me dio unos azotes que sí que sentí, pero que me hicieron sonreír, aparte de sacar unos gemidos cuando lo hacía. Usó dos de sus dedos para ingresarlos en mi ναgiηα parecía que en realidad quería someterme, y yo no podía hacer mucho para defenderme estando así, pues vaya que ella sabe cómo hacerme sentir placer.

-Te mentí, Beidou. Has sido insubordina, te has portado terriblemente mal, así que te voy a corregir por eso.

-¿Y cómo lo harás? ¿Dándome de nalgadas como si fuera una niña pequeña? -Como no respondió, mi rostro de reto desapareció. Lo siguiente que sentí fue un azote bastante fuerte en mi trasero, así que supuse que no era en broma.

-Acertaste.

-Oh, vamos mujer, ¿quieres corregirme? Te hace falta más que... -Me dio otra un poco más fuerte, por lo que un gemido de considerable audición me salió por sí solo. -Pégame más fuerte.

Y como ella lo pidió, sus azotes fueron subiendo de tono por a poco, por lo que sumado a que sus dedos seguían haciendo de las suyas, mis gemidos se elevaran hasta los cielos, así como el placer que me daba.

-¿Quieres más fuerte?

-S-sí, más fuerte. -Me dio que ufff, sentía que me derretía con azote que me daba, y conforme iba pasando el tiempo, yo no podía controlarme. -M-me voy a venir...

-Eso, así está muy bien, piratita mala. -Al darme un último azote, yo no me pude controlar y se me salió un gemido que, sin lugar a dudas, a ella le encantó particularmente.

-S-sí, soy mala, muy mala. Quiero seguir portándome mal, castígame con más severidad para que aprenda, me lo merezco.

-Tan tierna. -Me dio un beso en la espalda, tomando el cuerpo para que las dos nos sentáramos en la cama. Pasó sus dedos a mi ναgiηα y con su mano libre, me manoseaba los senos por igual, vaya que a esta mujer se le da bien torturarme, un día de estos me va a convencer de amarrarme y golpearme con un fuete...lo peor es que no niego que sí que me puede gustar.

Sus besos en mi cuello y mejilla me ayudaban a mejorar esa situación. Estaba deseosa de hacerle el amor...pero no, más bien era de que ella me lo hiciera a mí. Pues ahora ella con esto controla mi cuerpo y me descontrola totalmente en los momentos pico, más precisamente cuando conjunta todas sus acciones para ayudarme a llegar a mis límites.

Sus labios rozando de forma suave mi cuello es algo que me pone la piel de gallina, así como sus suaves y lentas caricias en todo mi cuerpo, prácticamente se degustaba con el mismo, acariciando mis muslos de vez en cuando, pues en el tronco de mi cuerpo es en donde más se centraba.

Yo solamente tenía mi cabeza casi que tirada para atrás por el placer que sentía, siendo ella la que me tenía a su merced, los papeles se habían invertido, lo que no dudo en lo absoluto que le guste, pues de que es una mujer imponente eso ni Rex Lapis se lo quitará.

Entre tanto, ella tomó mi mentón para que nos volviéramos a besar como ella sabía y le gustaba, por lo mismo es que era algo que se disfrutaba por sí solo. Estuvimos así un par de minutos, hasta que caímos una vez más en la cama, después de que yo recibiera sus caricias en mi entre pierna y sus besos.

Pero ahora yo la besaría tanto en sus labios que su boca sentiría envidia...

Por lo mismo es que, teniendo eso en cuenta, fui bajando y bajando mis labios en forma de besos en su piel hasta que llegué a su υαgiηα la que abrí de forma cuidadosa y delicada, para hacer lo que tenía en mente. Apenas lamí como era indicado, ella comenzó a retorcerse, formando un arco con su espalda mientras tenía pequeños orgasmos por la forma en la que trabajaba, que parecía no cansarme, y claro, de solo escuchar lo bien que se le pasaba, no quería ni detenerme, pues tengo bastante resistencia en la lengua todavía, así que ese no será problema.

-¡Be-Beidou...! -Exclamó ella, yo solamente sonreí para mis adentros al estar llena de satisfacción.

Cuando todo llegó a un punto máximo, y de solo escuchar la forma en que lo dijo, así como también sentir su cuerpo, paré, dejando que ella se viniera sola, ayudando ahora mejor con mis dedos para que la sensación no se cortara.

Mientras todavía acababa, yo aproveché, para levantar su pierna, moviendo mi cuerpo haciendo que nuestras ... coincidieran.

-Oh, ya empezó el momento donde dos "v" se cruzan. -Sonrió ella, estirando su espalda de una manera en que se le remarcaban de forma muy sexy los senos y un poco las costillas, a las que les di un besito.

-Sí, tú sabes que es lo mejor.

Comencé a mecer mi cadera de atrás para adelante, y como ambas estamos bastante bien lubricadas, la tarea fue bien sencilla, así que por lo mismo es que yo solamente me centré en apoyarme en sus manos, pues nos tomábamos de las mismas para esa acción, y también en complacerla, que para mí faltaba cerrar con broche de oro.

Eso sí, en un punto, Ninguang bajó sus manos hasta mi trasero, apretándolo con fuerza, lo que me sacó un sonrojo de mi rostro. Ella parece ser seria a todas horas del día...pero en la cama, ni hablar, no diré que es otra persona, pero es un lado de su personalidad que pocos tienen el privilegio de conocer...sino es que solo yo.

También estaba disfrutando sexualmente de ese meneo, pues al final de cuentas es una posición donde ambas nos podemos complacer, de ahí que fuera particularmente bueno. Yo le susurraba algunas cosas, lo que le parece bastante bueno ya que a ella le encanta mi acento, así que bueno...si con eso le ayudo a sentir más placer, pues lo haré sin quejarme, que no me molesta para nada.

Veía sus senos rebotar, me daban ganas de tomarle uno, pero malamente no podía debido a la posición en la que estábamos. Irónicamente, y completamente en favor a ella, me tomó uno, soltando una pequeña risita debido a que mis pechos son más grandes que los suyos.

Yo la sujetaba de una rodilla y de uno de sus muslos, más precisamente cerca de su tatuaje, y mientras me movía más rápido, más comenzábamos a gemir mutuamente, que ahí estaba lo lindo, pues el que lo sintiéramos como algo nuestro y para nosotras era de lo más bello. Después de todo...era por amor.

Cuando fue imposible censurar esos gemidos por parte de ambas, nos dimos cuenta que las cosas se pondrían muy bien, eso quiere decir que llegaba la hora de terminar, y justamente al hacerlo, fuimos ruidosas al comienzo, pero posteriormente nos silenciamos. Mis piernas estaban débiles por eso, de ahí que me costara hasta trabajo regresar a la cama para recostarme, solamente dimos un pesado suspiro, riéndonos un poco para darnos un beso.

Nos abrazamos, estábamos cubiertas de sudor y de nuestros fluidos, pero eso no nos dio asco, pues solamente queríamos estar juntas, escuchando nuestras respiraciones y el latido de nuestros corazones.

-Te amo, alcohólica insoportable.

-Y yo a ti, niña de manitas delicadas. -Justamente nos tomamos de la mano, era como el agua del aceite, pues las mías están llenas de cayos y son duras, mientras que las de ellas son suaves y tersas, pero los contrarios siempre se terminarán complementando.

Lo que quedaba para el resto de la noche...era dormir abrazadas como si fuera nuestra última noche juntas.

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Diablos, me volvió a pasar lo mismo :'v me alargué demasiado, pero creo que el lemmon quedó bien aunque no fue taaan largo en proporción al capítulo uwu

Pues bueno, el dos semanas más habrá, ¿otro lemmon? No lo sé, tengo muchas ideas pero no sé cuál elegir jsjs

Tenía en mente que hubiera un ShenhexYelan o un BárbaraxRosaria, aunque bueno...ellas dos son monjas, será particularmente raro, especialmente por Bárbarita, pero creo que tiene su fanbase, así que jeje, veamos qué sale uwu

OIGAN!!! :0 no sé si alguien vio my dress up darling...oh, pues tengo excelentes noticias 7u7

Así es, haré mi versión del capítulo 11, y bueno, aquí tienen una prueba de cómo me gusta hacer las cosas, y este lemmon lo haré como a mí me gusta...y mi manera es la manera de los dioses jsjs

Espérenlo esta semana, honestamente no tengo una idea concreta de cuándo comenzaré, espero que mañana u hoy, pero la verdad es que no sé. En fin, nos veremos esta semana o en dos, depende de si quieren leer ese pequeño one-shot uwu

Siempre tuyo:

-Arturo.

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