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Baño en las aguas termales.

Había pasado ya un intenso día de estrés, algunas explosiones y, naturalmente, de jugar con los niños, por lo mismo es que mi olor corporal era sudor y pólvora, algo no muy agradable que digamos.

Curiosamente me había encontrado a Ayaka en mi camino, así que le propuse que fuéramos a darnos un buen baño a las aguas termales, al final de cuentas, es algo que a ella le encanta. Y sí, fue lo que me respondió...pero no quería ir a sus baños termales privados...no me siento cómoda entre las mujeres de la alta sociedad, a veces siento que se me quedan viendo como un bicho raro...

Por lo mismo es que le propuse que fuéramos a las aguas que se encontraban en la avenida principal, ella se notaba un poco necia a aceptar mi oferta.

-Oh vamos, no es que te vayan a contagiar algo...bueno, existe la posibilidad, pero no es del 100 % tal vez un...20%...30%, ten por seguro que están muy limpios.

-Pero es que...habrán más chicas...y ya sabes que prefiero tomar mis baños sola.

-Debes experimentar, chica. Quizá hasta te guste. Además, no me gusta sentir las miradas de desprecio de la burguesía, no tiene nada de malo que la princesa baje de su pedestal un rato.

-Pe-pero...

-¡Vamos! -La llevé jalándola de la mano, casi a rastras, pero todo sea en nombre de la experiencia.

Además, podemos arreglarnos, y ciertamente son más baratos y no tenemos que discutir con nadie en la puerta para que me puedan dar acceso...ha pasado más de una vez que, por no ser muy rica no me quieren dejar pasar. Eso y...porque una vez casi exploté una caldera, pero valió la pena usar fuegos artificiales ahí jeje. (Klee: esta muchacha me llena de orgullo :v)

Una vez estaba todo listo, ambas nos encontrábamos en los vestidores, Ayaka estaba más roja que una manzana o un tomate, y parecía no querer quitarse la ropa. No creo que haya algo que prohíba que entremos con ropa a las aguas pero...no lo veo muy cómodo. (Diablos, la primera vez que entré a los baños de vapor me sentí estafado porque no se entraba con toalla JAJAJA imagínenme con 10 años todo apenado con puro señor de 60 para arriba xd)

-¿Todo bien, Ayaka?

-N-no precisamente...nunca antes me había desnudado frente a tanta gente.

-Son solo mujeres, no tiene nada de raro, ¿nunca hiciste lo mismo en los vestidores escolares?

-No...

-ª. Ok, siempre hay una primera vez. al menos yo, estoy lista.

Cerré la puerta de mi casillero, tenía una toalla cubriéndome los senos solamente, de ahí en fuera me encontraba como la Shogun me trajo al mundo. Ayaka soltó un grito silenciado, llevándose las manos a la cara, más roja todavía, además de que echaba humo por la cabeza.

-¡Yo-Yo-Yoimiya, cúbrete, por amor a la Arconte!

-¿Eh? Pero si ya me las habías visto antes...bueno, más o menos. Esas batas de seda que se usan en las aguas termales de la alta clase no me acomodan bien. Prefiero sentir la brisa en mi piel. -Dije, como si nada más me importara.

-Yo daría lo que fuera por una de esas...

-Deja de llorar, vamos a meternos a los baños de vapor, seguramente se sentirán de lo mejor. -Comencé a quitarle la ropa, ella se resistía, por lo que algunas chicas se nos quedaban viendo. -Es que es penosa. -Reí nerviosamente. -¡Ayaka, estamos quedando en ridículo, solo quítate la ropa y entremos a los baños de una vez!

-Pe-pe-pero...

Cuando finalmente la convencí, ambas respirábamos agitadamente, así que fuimos caminando por el pasillo que llevaba a los baños de vapor, de ahí que por lo mismo ella iba delante de mí, yo miré su espalda, su piel parece de porcelana, así como sus senos...por lo que dije...¿por qué no?

Me acerqué a ella por sorpresa, tomándole los senos, acariciándolos mientras los examinaba. Sin que me lo esperara, después de un grito de sorpresa de ella, de su cuerpo salió una corriente helada que me dejó congelada, así que solo la vi mientras apretaba los ojos.

-¡Yoimiya, lo siento, pero me agarraste por sorpresa! -Con mi visión fui derritiendo el hielo, por lo que no hubo mayor problema cuando recupere la movilidad. -¡Vaya susto me diste!

-Perdón, tenía curiosidad. -Reí, divertida. -Es que tu piel es tan suave, ¿qué crema te pones? ¿O qué haces para tenerla así?

-Pu-pues...creo que las aguas termales del shogunato son muy buenas. Suelo visitarles seguido.

-Si claro...el rico humillando al pobre. -Le dije mientras le jalaba una mejilla, dejando sus senos en paz.

Una vez nos encontramos en el baño de vapor, había varias chicas que, al ver a Ayaka, se sorprendieron, susurrándose entre ellas. Claro que eran elogios, es equivalente a que una celebridad visite a los mortales.

Todas la saludaron, diciéndole lo feliz que se sentían de verla, Ayaka estaba apenada, pero regresaba los gestos con cortesía. Yo simplemente sonreía mientras me relajaba un rato, de ahí que bebiera de un refresco, claro, el mismo era enfriado por Ayaka. (También me acuerdo que en los baños de vapor podías tomar cerveza jsjs. Quizá luego vaya, no sé xd)

Cuando fue suficiente y deseábamos todavía más relajación, optamos por meternos en las aguas termales finalmente, las mismas estaban humeando de lo calientes que estaban, pero como nuestros cuerpos ya tenían alta temperatura, la verdad es que no importaba mucho.

Solo que me di cuenta que, en cuanto ella entró al agua, la misma se enfrió un poco...eso es nuevo. Supongo que será por su visión, así que ambas las sacamos del agua para que no la enfriaran ni calentaran de más, pues tampoco queremos el agua como para pelar pollos.

-Ahhh, que delicia. -Suspiré, sonriendo. -Esto es vida.

-Aunque haya más personas...no dudo que se siente igual de bien, oh sí. -Suspiró Ayaka. No éramos las únicas que nos encontrábamos en la piscina, eran algunas chicas más.

***

La verdad es que el ambiente no estaba nada mal, el escuchar charlas convencionales en vez de los chismes de la alta sociedad feudal de Inazuma es más ameno, pues no son cosas tan triviales. Yoimiya hablaba sobre fuegos artificiales, algunos festivales que había hecho y un poco sobre lo que planeaba este año.

Yo me mantenía callada, casi a la expectativa, sin saber qué decir o aportar, pues al final de cuentas, no sé muy bien de qué hablar. Cuando me tocó mi turno de contar algo...oh, ahí sentí más calor del que ya tenía.

-Pu-pues...he estado perfeccionando un poco mi baile con abanico, nunca lo he presentado públicamente, pero creo, y me ha dicho mi nana que es muy lindo.

-Oh, tu hermano siempre tan protector. No quiere que tu baile cautive a los hombres si se llegara a exponer. Lo bueno que estamos entre mujeres.

-¿Eh? -Me sentí roja de las mejillas. Yoimiya se comenzó a reír.

-Vamos, Ayaka, no lo dice de que sea ahora. Aunque a buena hora me vengo enterando.

Entre las pláticas, no pude evitar comparar el tamaño de mis senos con el de las otras chicas, a quienes miraba rápidamente. Cuando vi a Yoimiya, como con ella tengo más confianza, los vi más a detalle. Esas vendas que usa hacen que no se le vean tan grandes como lo son en realidad. Vi los míos y...no es mucho, pero es un trabajo honesto.

Cuando regresé mis ojos a los senos de Yoimiya, ella me atrapó, por lo yo desvié la mirada. Ella sonrió pícaramente, jalándome de la mejilla.

Me sorprende que no me haya dicho nada al respecto. O claro, quizá ella que suele venir por aquí no se le hace del todo raro que las demás chicas comparen el tamaño de senos. De cualquier manera...ojalá no me diga nada.

Después de un rato de estar platicando y cuando sentimos que fue más que suficiente, salimos del agua para irnos a limpiar, así como a secar. Todo había estado de maravilla, sin duda alguna. Sigo prefiriendo los baños privados pero me agradó la experiencia.

Mientras nos cambiábamos, Yoimiya comenzó a reír un poco, yo la volteé a ver, estaba a mi lado.

-¿Todo bien?

-Deberías ser más discreta al momento de verle los senos a las demás chicas. -Se rió ella, pero yo me puse roja de la pena.

-Y-yo, lo siento, de verdad, no fue intensión mía.

-¿Te da curiosidad? Puedes tocarlos si quieres. -Dijo Yoimiya como si nada, dejando sus senos al descubierto, mi rubor solo fue aumentando. De ahí en fuera, el poco juicio que tenía en una situación fue...¿qué hago?

¿De verdad puedo? O sea, ¿no me dirá nada si es que lo hago? No niego que me da curiosidad...bueno, que sea rapidito, así como si ella no se diera cuenta.

Cerrando mis ojos, tomé con mis dos manos los senos de Yoimiya, quien dio un gemido de sorpresa. (Ayaka: qué curioso, yo tengo dos manos y tú dos tetas, Espaider... digo, Yoimiya :v)

Sus senos eran...suaves y blanditos, más grandes que los míos, pero...se sienten curioso, la verdad es que no están nada, nada mal. Los estuve acariciando por unos segundos, hasta que recordé qué estaba haciendo, soltándolos rápidamente.

-¡L-lo siento, me perdí en mis pensamientos!

-Ayaka...no sabía que preferías a las chicas... -Ella se puso roja de la cara, mirando a otro lado. -Las agarraste como un perro a su hueso.

-N-no me mal entiendas, por favor. Pero...te tengo hasta envidia, las tienes más grandes que yo.

-Oh, ¿has visto las de la Shogun o las de Sara? ¡Dios, Sara parece que guarda fuegos artificiales en su pecho!

-No me suelo fijar en eso... -Sudé la gota gorda.

Nos terminamos de vestir, ambas nos despedimos y yo fui lo más deprisa a la hacienda, pues en esa circunstancia lo que necesitaba era nada más y nada menos que mi camita. Así que apenas llegué, saludé a mi hermano y me fui a encerrar.

-¿No quieres cenar, Ayaka?

-¡No gracias, comí en la ciudad! -Cerré la puerta de mi cuarto, acostándome en mi cama...

Pensaba en lo que había pasado...ahora Yoimiya duda de mi sexualidad, lo que no es que me interese mucho...lo que me preocupa y no niego es que a mí me gustó, por lo que yo también dudo ahora de mi sexualidad.

Pudo ser solo un momento, pero ese momento fue algo que me dejó con ganas de más. Quizá solo tengo curiosidad, no puede ser otra cosa, de eso estoy segura, así que ni modo, debo afrontar la cosa como fue. Lo peor que podría pasar es que mi amistad con Yoimiya se viera afectada por una situación así de boba, lo que no dudo.

Aunque...ella también me tocó. Bueno, más o menos, como me sorprendió, quizá no tocó mucho. Mañana buscaré una forma de hablar con ella, quizá otro baño termal sea una buena opción, o eso pienso yo.

En fin, para el desayuno, Ayato me veía distraída, casi que como ida, por lo que me alzó una ceja.

-Ayaka...¿todo bien?

-Solo pienso en mis pendientes.

-Oh, mi hermana. Eso es tan de ti. Siempre teniendo cosas por hacer. ¿Por qué no te tomas un pequeño descanso hoy? Yo iré cuando pueda a las aguas termales, con lo que me hacen falta. No dudo que pronto mi cabello será tan blanco como el tuyo.

-Ay, qué cosas dices, hermano. -Reímos. Aunque...si él va a las aguas hoy, quizá nos vea a mí y a Yoimiya.

En estos días él estará bastante ocupado, tomé su consejo y decidí relajarme un poco, por lo que quizá buscar a Yoimiya para aclarar un poco de lo sucedido no sonaba mal. ¿Qué es lo peor que puede pasar?

Cuando la vi, jugaba con los niños, cosa que no es para nada rara en estas ocasiones, pero prefería que estuviéramos solas. Daba igual, fui y le sonreí, los demás niños se sorprendieron al verme.

-¡Woah, es una muñeca de porcelana gigante!

-No seas tan crédulo Mcfly, seguramente es una de esas robots de Snezhnaya. Dicen que parecen personas de verdad y que es difícil saber cuál es la diferencia.

-Vamos niños, ella es de verdad. Vean. -Yoimiya se me acercó y me mordió una mejilla, yo grité, haciéndome a un lado mientras me tallaba, haciéndole malos ojos. -¿Lo ven?

-¿No pudiste simplemente decir que tengo buen aliento por mi pasta de menta?

-Oye, eso le quita lo divertido.

Estuvimos entretenidas un rato con los niños, los que vaya que tienen mucha energía, pero no importaba, hoy es mi día libre y lo mejor de todo es que me distraiga un poco, y en la orilla del mar la verdad es que no suena mal.

La verdad es que no entiendo cómo es que ella puede llevarse bien con todo el mundo, ya sean menores o mayores. Eso sí...a las únicas personas que desagrada es al Shogunato debido a que siempre anda causando incendios en cualquier parte de la ciudad, así como al departamento de bomberos, claramente.

Cuando finalmente los chicos se fueron por su rumbo, Yoimiya y yo caminábamos por la orilla del mar, pisando la arena con nuestros pies descalzos.

-¿Qué asunto tiene intranquila tu mente, Yoimiya?

-¿Cómo lo sabes?

-Te notaba muy ansiosa y preocupada hace rato. ¿Qué pasa ahora con tu hermano?

-No es él...somos nosotras.

-Vaya, me agarraste por sorpresa. -Yoimiya comenzó a sonreír. -Déjame adivinar...¿quieres ir otra vez a las aguas termales que son para la prole?

-Tampoco...aunque está relacionado de verdad. Es sobre lo que pasó...

-¿Qué? ¿Qué te toqué las bu...?

-¡No lo digas en voz alta! -Me puse roja de la cara, echando humo de la cabeza. -Sí, es eso...y el hecho de que yo también hice lo mismo.

-Oh, ya veo. No me digas que te gustó. -Lo dijo como en broma, pero por mi sonrojo y mi silencio, creo que le respondí sin necesidad de hablar. -Oh...vaya, no sabía que eras de las curiosas. Bienvenida al club. -Me sonrió, estrechando mi mano. Ella sonreía alegremente mientras en mi rostro solo había incredulidad.

-¿Cómo que si también soy de las "curiosas"? ¿Y qué es ese club?

-Vamos, ¿nunca has escuchado el término? Es cuando siendo chica te atraen otras chicas por curiosidad. Es decir...te da curiosidad saber qué se siente besar a otra chica o, como te pasó a ti, tocarme las...

-No es necesario que termines la frase, ya entendí... -Eché más humo de las orejas.

-Eso mismo. Y del club...no es un club en sentido estricto, pero ahora ya sabes que eres curiosa. No tiene nada de malo...a veces pienso que las mujeres besan mejor que los hombres.

Me comencé a atragantar con mi propia saliva, ¿cómo que Yoimiya ya se ha besado antes con mujeres? Lo dice como si fuera lo más normal del mundo. Ella solo me daba pequeñas palmadas en la espalda, mirando confundida.

-¿Todo bien?

-¡No! ¡¿Cómo lo dices así sin más?!

-No has dado tu primer beso, ¿verdad?

-No... -Agaché la mirada, derrotada.

-Lo supuse. No es nada del otro mundo, es bonito y especial cuando sientes algo por la otra persona...y cuando no, es tan mundano como la tierra misma, es poco importante. Y eso del primer beso...suele ser el peor de todos, es mejor cuando ya tienes práctica. El primer beso no es el que das cuando unes labios con otra persona...es cuando lo sientes por primera vez en el corazón.

-Me estás persuadiendo para que te dé un beso, ¿no es así? -La miré feo.

-Ups, creo que me atrapaste. -Ella se golpeó la cabeza, guiñando un ojo y sacando la lengua. -Pero oye, fuera de eso, es verdad. Ahora que ya sabes que eres de sexualidad curiosa...me gustaría enseñarte un par de cosas.

-¿Ah sí? Explica esa parte, la verdad es que estoy intrigada. ¿A qué te refieres con eso?

-Bueno...puede que tu curiosidad se vaya cuando sea saciada. O, en su defecto, puedes descubrir cuáles son tus verdaderos gustos. Yo ya descubrí los míos, y eso es que a mí me gustan hombres y mujeres por igual.

-Diablos, señorita... -Sudaba varias gotas gordas.

-En fin...¿entras o no? lo que sea que decidas, estará bien. Pero la espina siempre quedará.

-Hum...odio decir que tienes razón. Está bien, pero nada de besos en los labios...y...y si hay tocamientos, ¿eso qué sería?

-Ay, no te preocupes. -Se rió. -Todo tranquilo.

Para el día siguiente, ambas fuimos a las aguas termales privadas, por lo que estaríamos a nuestras anchas y sin interrupciones. Me sentía nerviosa y acalorada...y eso que todavía no entramos al vapor, no me quiero imaginar cómo será cuando esté ahí adentro. Me dará un shock de alta temperatura.

Pasé delante de Yoimiya, quien me agarró el trasero, yo gemí bastante fuerte, sorprendida, pues no me esperaba en lo absoluto que algo así pasara. Ella se rió, tomándome de un hombro.

-Vamos, pareces gatita asustada. No muerdo.

-En realidad sí lo haces.

-Oh...bueno, tienes razón en ese aspecto. Olvida que dije eso, mejor...mejor entremos al agua. Ya sabes, ¿no te agrada la idea?

-Sí...pero estar contigo me hace sentir nerviosa.

-Lo sé de sobra. Debes relajar tu cuerpo, es algo sencillo, primeramente debes estar mentalizada de que no pasará nada que no quieras. De ahí en fuera, tú disfruta, ¿sí?

-Ya veo...está bien. Me relajo...

Al meternos en el agua, la verdad es que la sensación de calor ayudó a calmarme mucho, especialmente porque ya no sentía nervios, estaba relajada, como era de esperarse. De ahí en fuera, apenas y recordaba que me encontraba con Yoimiya, salvo cuando la volteé a ver, ella estaba completamente desnuda.

-¿Te gustan mis tatuajes? También tengo en zonas donde no se ven a simple vista. Esos son los especiales, je, je. -Sonrió.

-A veces eres muy atrevida.

-No lo soy. Tú eres muy espantada, Ayaka. Te lo digo de buena manera, no es crítica. Me parece que te has perdido mucho de la vida. -Ella se acercó a mí, poniéndose al frente. -Vamos...¿qué esperas?

-¿Es-esperar de qué?

-Tócame...

-¿N-no tienes problemas con eso?

-Para nada. -Sonrió.

-Bueno...

Y justo como me lo pidió, comencé a tocar su cuerpo, pasando mis manos por las zonas donde me daba curiosidad, como lo eran sus caderas, sus senos, incluso tocaba un poco de su trasero y su espalda. Cuando soltó un gemido, yo me asusté ya que pensé que le desagradaban mis manos.

Pronto me di cuenta que no, no era el caso. En realidad lo está disfrutando, qué perra.

-M-más...

-Yoimiya...mantén la compostura.

-Es que tus manos son tan delicadas como la seda misma...pero aquí la pregunta no es esa...¿a ti te gusta?

-Tienes un cuerpo precioso... -Seguí tocando todo lo que se me antojaba. -Y sí...me gusta mucho.

-Uh, espera a que sea mi turno de jugar a mí. -Se rió ella, ya me puse un poco seria...pues cuando sea momento de intercambiar roles, no sé qué tenga esta pirómana en mente.

Seguí hasta que mis manos se cansaron, hasta que sentía que había sido suficiente, por lo mismo es que Yoimiya no espero un segundo más y se lanzó contra mí, casi como si estuviera despellejando a un animal.

Sus manos se paseaban por mi cuerpo, lo recorrían sin si quiera quitarse de encima. Y cuando digo que era por todo mi cuerpo, no había rincón que se salvara. Lo que noté que más le gustaba eran mis senos, así como mis muslos, pero no pareció bastarle con eso.

-¿Puedo besarte el cuello? -Me preguntó, sonrojada. No le respondí porque estaba nerviosa, pero cuando sus labios apenas y rozaron mi piel, yo temblé de pies a cabeza, y no solo eso, sino que sentía que algo salía de mí, una humedad dentro de mi cuerpo que no me perdonaba.

Salimos del agua, o casi, la misma nos llegaría hasta las rodillas, ella veía mi cuerpo, mordiéndose un labio, posteriormente siguieron sus besos, sus manos apretándome, unas pequeñas mordidas que me dejaba en los hombros, al empalmarse nuestras manos ella me apretaba, como si no quisiera dejarme ir.

Fue ahí cuando caí. Cedería a lo que me dijera.

Yo no me quedé atrás, mis manos volvieron a hacer de las suyas, la piel de Yoimiya es también suave, y me gusta, así que tenemos cosas por hacer todavía, no me quiero quedar atrás. Era un juego de haber quién manoseaba más a la otra, y cuando nos vimos a los ojos...pasó lo inevitable.

Nos comenzamos a dar un beso en los labios, yo no tenía ni la más remota idea de cómo responder, y más cuando ella sacó su lengua, pues eso fue lo que hicimos. Escalamos muy rápido, hasta el punto de darnos un beso de lengua de lo más húmedo y pasional, casi hasta salvaje.

Ella fue agachando sus besos, los que recorrían todo mi cuerpo, deteniendo un segundo en el ombligo, siguiendo con mis muslos, mi piel estaba erizada, nerviosa, y me daban pequeños espasmos musculares de vez en cuando.

-Aquí voy. -Dijo a baja voz, riendo. No sé qué quiere decir con eso, pero cuando sentí que introducía su lengua en mi ναgiηα... por la Shogun, mis piernas se hicieron gelatina.

-Eres una pervertida.

-Tú también. -Se rió, lamiendo mi intimidad sin ningún problema, como si estuviera a sus anchas, lo peor es que sí que lo está. En fin, seguimos con eso, curiosamente ella me agarraba fuerte del trasero mientras su boca se encontraba en mi entrepierna, no parecía querer detenerse, y no solo era eso, sino que también subía su intensidad, de ahí que mis gemidos fueran más fuertes y me desesperara por la forma en que me tomaba.

Solamente cuando llegué a mi climax, lo que fue de unos buenos 5 minutos de besarme la υαgiηα es que llegó la hora de cambiar de posición.

Ella se colocó detrás de mí, acariciando uno de mis senos, metiendo dos de sus dedos en mi intimidad, a la vez de eso me besaba el cuello, parece que quiere volverme loca, y lo peor o lo mejor, la verdad es que no lo sé, es que lo está logrando, por la Shogun.

-¿Te gusta? -Me susurró en el oído, causando que me dieran unas pequeñas cosquillas en la nuca, espalda baja y parte del cráneo.

-¿Honestamente?

-Sí...

-Me gusta más de lo que me gustaría admitir.

Ella empapó su mano en el agua, recorriéndola así por mi abdomen, causándome un escalofrío, pues el golpe del aire tibio con el del agua caliente me sorprendió al grado de ponerme la piel de gallina.

Sus dedos se movían dentro de mí, causando un fuerte gemido que, conforme se movían, más perdía el control, por lo mismo es que el cuerpo no me respondía, y todavía no acabábamos.

Yoimiya me hizo sentarme fuera de la alberca de aguas termales, por lo mismo es que, entrelazando nuestras piernas, lo que se me hizo un poco raro, me dijo cómo tomar la siguiente posición que adoptaríamos.

Nuestras intimidades estaban uniéndose, deslizándose conforme nos movíamos, ambas gemíamos de placer, pero más yo, debido a que nunca había experimentado el placer sexual de esta manera, lo que se me hace de lo más raro.

Ella me acariciaba un seno, pero no creo que sea para complacerse ella, sino para que mi orgasmo fuera de lo mejor, y lo estaba logrando, sin duda, puesto que sentía todos mis sentidos se distorsionaban, su otra mano, particularmente las yemas de sus dedos me rozaban delicadamente uno de mis muslos, de ahí que sintiera su tacto como algo de lo más especial, pues aunado a todo lo anterior...era una experiencia indescriptible.

Sujetándome fuerte, comenzó a moverse más rápido, subiendo de tono sus gemidos, por lo mismo es que, a los pocos segundos, dio uno último, tratando de acallarlo lo más posible, claramente no tenía intenciones de que nadie más supiera que pasaba aquí.

Yo me excité muchísimo de escucharla gemir de esa manera, por lo que decidí imitarla, de ahí mismo que, a eso de los dos minutos, las dos tuviéramos un nuevo orgasmo, lo que fue suficiente para que cayéramos de regreso a sentarnos al agua, donde nos empezamos a limpiar, especialmente yo me hundí por completo, me sentía muy apenada, pues lo que acababa de pasar...Yoimiya es mi amiga, y me acaba de demostrar algo que nunca se me había pasado por la cabeza.

Hasta yo admito que...sí me gustó, y bastante que me gustó. Di una risita que no me aguanté.

-¿Qué pasa, chica?

-Fue...increíble. Digo, nunca pensé que mi cuerpo podría sentir algo así de loco. Vaya, jamás se me ocurrió que llegara a ocurrir algo así.

-Por eso debes darle rienda suelta a la curiosidad. Claro...la misma te puede lastimar o matar, por eso está el dicho. Por eso...estar acompañada no es mala idea. -Me dio un beso en la mejilla. -Y aquí estoy yo para ayudarte.

-¿Quieres traer sentimientos a esto?

-¿Eh? No, qué va. -Se rió. -Me gusta este tipo de hedonismo. Y esto apenas fue una pequeña probadita.

-Vaya...tengo mucho que aprender de ti. -Sonreí cerrando los ojos. Ambas decidimos relajarnos en las aguas termales hasta que estuviéramos satisfechas.

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Y aquí quedó :3

La verdad me gustó mucho escribir este capítulo, pues soy simp de Yoimiya y me gusta trabajar con su personalidad, Ayaka es un personaje un poco complejo de abarcar pero nada mal, todo tranquilo

Aparte, con esto se me vino a la cabeza una nueva idea que no sé cómo no se me ocurrió antes...masajes jsjsjs

Nos vemos luego, gracias por leer :3

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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