Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Una chica tan dulce como el azúcar, acto dos.

Todavía recuerdo cuando lo conocí en aquella ocasión, me sigue pareciendo el chico más guapo que haya visto en vida, y también del que me había enamorado de la forma más profunda.

De veces salíamos a los campos a buscar algunas muestras para los experimentos de alquimia, los dos nos desvelábamos una vez por semana, a pesar de las ojeras y el cansancio, se notaba que ambos éramos muy felices.

En una ocasión, y ya cuando habíamos terminado la recolección de ese día, tuvimos la buena suerte de que aún era de tarde, y faltaba un poco para que anocheciera. Con que no nos ocurra lo de la última vez...

Quedábamos cerca de la ciudad, así que no nos preocupábamos para nada, pero lo que sí es que nos quedamos a ver las estrellas y a descansar tumbados en el pasto.

-La noche está despejada, eso es lindo. Hay mucha luna, eso asusta a las luciérnagas.

-¿Cómo lo sabes? –Preguntó.

-He tenido que capturar algunas para experimentos, y la verdad es que son muy difíciles de atrapar.

-Auch... -Hubo un momento de silencio. –Sacarosa...¿puedo tomarte la mano?

-¡¿Eh?!...

-S-sí...perdón por ser tan sorpresivo, pero es que quisiera... -Aether entrelazó su mano con la mía, yo empezaba a sonrojarme un poco, pude ver por el rabillo de mi ojo que él se acercaba poco a poco.

Fue entonces que recordé el beso que nos dimos al día siguiente de aquel día tan caótico. Nunca lo había olvidado, pero no me detuve a reparar nunca cuáles eran los sentimientos de Aether hacía mí.

Nuestros hombros se tocaron pronto, yo me sobresalté al igual que él, sin embargo, poco a poco juntamos esa parte de nuestros cuerpos.

Él me volteó a ver, también estaba un poco rosado de la cara, y me di cuenta que parecía quería decirme algo, ¿pero qué era?

-Sacarosa...tengo una duda, quisiera que...

-Dime...

-¿Has tenido novio antes?

-Ay, salchichas. –Empecé a echarme aire con la mano que tenía libre, pues sentía calor. –Nu-nunca he tenido novio.

-Oh...¿t-te molestaría que yo fuera tu primer novio?

-¿Aether?... –Ambos nos sentamos en el pasto, yo de plano sentí que me sonrojé hasta los cabellos, aunque por otra parte, procese la pregunta que me había hecho. No pensé que se me fuera a declarar ahora a pesar de que el momento es mágico: la luna brilla, los grillos cantan suavemente, se puede ver el universo de manera hermosa a través de la bóveda celeste y estábamos tomados de la mano. –N-no me molestaría que lo fueras...quisiera que lo fueras.

Él sonrió de forma muy amplia, vi que sus ojos brillaron con ternura y amor, acercándose a mí para darme un abrazo que me sorprendió bastante, pero que respondí con ternura, también sonriendo, mis lentes se desacomodaron, pero no le vi importancia.

Al separarnos, él me vio con los lentes de esa manera: una patita de éstos me quedaba hasta media cabeza, lo veía borroso, tanto por la forma en que las micas de mis lentes quedaban y por las partes donde no lo podía ver.

Ambos reímos, él me los acomodó, tomándome de las mejillas mientras seguía sonriendo, yo lo hice también a la vez que mis orejas se movían por la alegría que sentía.

-Me encantan tus lentes de botella y tus orejas...eres una chica única, Sacarosa, quizá por eso me enamoré de ti.

-Aether...qué cosas dices. –Miré a otro lado, apenada, pero él me robó un beso en los labios que me sorprendió bastante.

Era un beso más cálido que el último que nos dimos, seguramente eso en señal de que ahora me ama más intensamente que aquella primera vez.

Al final era el primer día que nos conocimos, ya hemos pasado más tiempo juntos, nuestros sentimientos ya no son una mera primera impresión pasajera, ahora es algo más maduro y real.

Cuando nos separamos, nos miramos con un poco de vergüenza, pero eso lo solucionamos cerrando nuestros ojos y volviéndonos a besar, abrazados, muy juntos, tanto así que sentía el latido del corazón de Aether en mis senos, y seguramente él sentirá mi propio latido en su pecho, mis orejitas estaban exaltadas, sinónimo de felicidad y gozo.

Nos separamos otra vez, él se sonrió, llevando sus manos de mis mejillas a mis lentes, quitándomelos.

-¿Aether?

-Me he dado cuenta que con o sin lentes eres igual de bella. Aunque ya me he acostumbrado a verte con estos lentes de botella que te dan tu aire de intelectualidad.

Yo no dije nada, miré al suelo, tomándolo del cabello para deshacerle esa coleta que tiene, su cabello era bastante más largo que el mío, y se notaba sucio y descuidado. Al final tiene sentido, yo me la paso en un laboratorio y él se la pasa días enteros fuera de la ciudad, sin un lugar apropiado donde bañarse.

-T-tú podrás usar ropa rara, tener el cabello sucio, pasártela todo el día de aventuras sin descansar, aunque la verdad es que eso no me importa...me gustas tal y como eres, Aether.

-¿Mi cabello está sucio? –Se cuestionó, examinándose la coleta, él no notaba nada raro, pero éste ya se notaba bastante opaco y con pequeños restos de pasto seco.

-Sí, bastante. –Me reí, ambos nos levantamos ya que ahora sí había anochecido. –N-no quiero que malpienses de mí, pero podrías quedarte ahora en mi casa ya que somos novios.

-¡Oh, no malpensaría, lo juro! Y sí, tienes razón en eso, la verdad es que tu casa ha de ser más cómoda que las ramas de los árboles y una hamaca robada de los hilichurn con un raro olor.

-¡Bien, vayamos para allá!

Ambos caminamos de forma no muy apresurada, las luces de la ciudad llegan hasta esta parte del bosque, ya que la verdad es que no estamos para nada lejos. Yo quería tomarlo de la mano, ahora somos novios, así que me siento con el derecho de poder hacerlo, espero no estar equivocada.

Eso fue lo que hice, lo tomé tímidamente de la mano, aunque de mala manera, él se separó, yo por un segundo pensé que no quería que le sujetara la mano, aunque tras un tímido intento suyo por también hacerlo, los dos unimos nuestras palmas.

Conforme pasaron los segundos, la unimos de mejor manera, hasta que ya quedaban bien sujetas, por suerte.

Ambos nos miramos con una pequeña y tímida sonrisa, sonrojados, especialmente yo, que soy bastante introvertida. Lawrence y Swan nos miraron con sorpresa cuando pasamos por la puerta, seguramente ha de ser por el hecho de que vamos juntos de la mano y eso, en realidad, es una grande novedad.

Lo primero que hicimos al llegar a mi casa fue acomodar todo lo que teníamos, que eran algunos huesos, plantas, cristales y esporas. No es necesario mencionar que dejé todo meticulosamente acomodado en sus lugares.

Aether estaba recostado en el sillón, se notaba bastante cansado y con ganas de dormir, me parecería una grosería que estuviera yo muy cómoda y él aquí en el sofá, que si bien es cómodo, no tanto.

Por eso mismo fui a mi cuarto a tomar la colcha, yo me senté junto a Aether, tapándonos los dos, él sonrió con los ojos medio dormidos, pero eso sí, él me tomó de la cintura, juntándome a él para que los dos cayéramos al sofá, él quedó dormido en ese momento.

Solo tenía la opción de quedarme acostada en su pecho, que sentía cómodo y la verdad es que era cálido, muy a diferencia de mi almohada, que a veces siento me oprime el pecho por lo dura que es.

Me quité los lentes, dejándolos en un lugar seguro, únicamente para bostezar pesadamente, recostando mi cabeza en el pecho de mi ahora novio. Me sentía muy feliz, al principio parecía más una gatita asustada que teme caerse de un árbol, pero después me fui relajando más y más, hasta que mis ojos empezaron a pesarme.

No me di cuenta de a qué hora me dormí ni a qué hora me desperté, pero solamente lo supe cuando sentí un pequeño beso en mi cabeza, acompañado de una risa de alegría.

-Buenos días, Sacarosa.

-Bu-buenos días... -Dije, adormitada. Abrí los ojos de golpe, cayéndome del sillón tras dar un pequeño grito, Aether se levantó rápidamente, ayudando a levantarme. -¡¿Qu-qué haces aquí?! ¡¿Me-me hiciste algo raro?!

-Sacarosa, me invitaste a pasar la noche aquí. –Sonrió de forma alegre. –Y no, no sería capaz de hacerte algo raro sin que tú me lo permitas antes.

-A-ay, salchichas... -Me sonrojé bastante. –L-lo había olvidado. Perdón, no quise asustarte o acusarte falsamente, e-es solo que no estoy acostumbrada a dormir con alguien.

-No te preocupes. –Me besó en los labios, sorprendiéndome. –Ambos nos esforzaremos porque te acostumbres, ¿no?

-S-sí... -Le di otro beso con un poco de pena, pero se lo di con cariño.

-Te haré el desayuno, es lo menos que puedo hacer por ti si estaré en tu casa.

-D-de acuerdo...

El amanecer era un poco nublado, aunque entre las nubes se colaban algunos rayos de sol que le daban una vista a la ciudad muy hermosa, sin duda.

Ya empezaba a oler delicioso, la verdad es que me preguntaba qué es lo que Aether prepararía de desayunar, manteniéndome un poco escéptica de si sería algo que yo conociera.

Ya había probado algunas cosas que Aether me había preparado durante nuestra aventura en Espinadragón, y la verdad es que le había quedado delicioso eso que hizo para mí.

Cuando entré a la cocina, lo veía a él sirviendo la mesa, me sonrió ampliamente, sonrojándome ya que no hay nada más hermoso para mí que esa sonrisa suya.

-Espero no te disguste lo dulce. Hice una adaptación del pastelillo de luna.

-¿Carne dulce? –Pregunté, dudosa.

-No. –Rió. –En vez de rellenarlo con carne, preferí que tuviera un relleno de manzanas y un poco de menta, eso lo haría muy rico.

-Es un pastel de manzana en pocas palabras.

-Sí, de hecho. No es la primera vez que lo hago, así que sé que sabrá muy rico. –Al sentarme, me sirvió el plato y llenó mi vaso con leche fresca, dándome un beso en la frente, él se sirvió café, aunque se acercó de inmediato a mí, tomando el tenedor para jugar conmigo al "avioncito" a la vez que él sonreía. –Ya sabes qué decir...

-¡A-Aether, me avergüenzas! –Miré a otro lado, haciéndolo un poco para atrás al tocarlo del pecho.

-Solo una vez, ¿Sí?

-Es-está bien...te-te-tengo... ¡Ah, no puedo! –Me llevé las manos a la cara, avergonzada, me traía muchos recuerdos de Espinadragón.

-Como en los viejos tiempos. –Me dio otro beso pero ahora en la nariz, ya que no la tenía cubierta con mis manos, pero eso sí, terminé cediendo a su petición y dejé que me diera de comer.

Lo probé y la verdad es que estaba muy rico, no era muy empalagoso, tenía el relleno justo y quedaba un poco caliente todavía, lo que se agradecía ya que no me gustan mucho las cosas demasiado frías, como la gelatina.

Comentamos un poco las experiencias de ayer, el qué podríamos hacer ese día al acabar el desayuno, visitar algunos dominios no estaría mal a pesar de lo peligroso que es al haber una veintena de monstruos. (Tengo entendido que los dominios son como un "mundo subterráneo" que está debajo de Teyvat, y que ahí vivía una civilización que se fue pal' lobby hace siglos, si me equivoco, corríjanme).

Cuando terminamos, ambos recogimos nuestros platos, él lavó y secó primero los suyos, después seguí yo. Cuando estaba por acabar, sentí que Aether me tomó de la cintura, juntándose a mi cuerpo, dándome un beso en la mejilla.

-¡Oye!

-Perdón. –Se separó con un poco de pena. –Creo que estoy avanzando un poco rápido.

-¡¿U-un poco?! ¡Avanzas demasiado rápido!

-Quisiera decir que no tengo prisa, pero la verdad es que sí que la tengo.

-¿Por qué lo dices?

-No es por nada en especial. Quizá como eres mi primera novia, no me sé medir adecuadamente. Será como un experimento de alquimia: prueba y error.

-Viéndolo así...tienes algo de razón, lo adecuado sería hablarlo, sin duda.

-Principalmente.

Dejamos ese tema para después, por ahora preferimos avanzar al tema principal, que era ir a uno de los páramos que conforman los dominios subterráneos.

La verdad es que esos son lugares interesantísimos, pues hay mucha energía elemental concentrada ahí, si bien puede ser nociva, conecta directamente con las líneas ley, y su estudio es elemental para conocer cómo es que funciona el mundo.

También a Albedo le puede interesar enormemente ese tema, pero él por ahora se encuentra todavía de expedición en Espinadragón, y molestarlo no sería lo indicado.

En los dominios no había muchos monstruos, principalmente slimes, aunque Aether se preocupó principalmente cuando vio a un mago del abismo pyro que podría resultar mortal en cualquiera de los sentidos.

-Esto es algo que ya he hecho antes...anemo rompe su escudo de fuego, y ambos manejamos ese elemento, pero hay que tener mucho cuidado (no sé si es idea mía, pero anemo es relativamente funcional para quitar esos escudos, pero la verdad no lo sé).

Tuvimos bastante éxito al acabar con el escudo del mago, aunque eso sí, Aether le tuvo piedad ya que le pidió que nos entregara su tronco de líneas ley, el que es un objeto muy poco común y muy difícil de conseguir, aunque claro, él lo tenía a la mano.

Nos fuimos del dominio tras tener aquel tronco blanco con algunas líneas azules, era bastante pesado, y tiene sentido, no es madera, es un objeto mágico, y jamás había tenido uno entre mis manos, solamente lo vi una vez cuando Albedo me mostró uno parecido, y fue de rápido.

-Con esto podré hacer muchas cosas... -Me quedé pensativa una vez ya estábamos fuera del dominio...pero le robé rápidamente un beso en la mejilla a Aether, él me miró, como preguntándome a qué se debía el gesto. –Es a modo de agradecimiento por darme algo tan valioso.

-No es nada. La recompensa es de los dos ya que ambos tuvimos que ver en esto.

El dominio quedaba relativamente lejos de la ciudad, más o menos por la costa del halcón, aunque la verdad es que por ahí las vistas eran maravillosas.

Nos encontrábamos en las cercanías del lugar donde descansa el hipostasis electro, así que la vista era completamente espectacular.

Mirábamos el mar, las olas y venían y el día estaba despejado, así que el cielo se veía azul como rara vez se le veía.

Podíamos ver Celestia y la luna, algo que me dio muchísima curiosidad, ya que había escuchado leyendas de esa ciudad que flota en los aires.

Sentí que Aether entrelazaba sus dedos con los míos, sonreímos un poco apenados, mirando de nuevo enfrente, hasta acá se escuchaban las gaviotas y las olas arrullarse suavemente contra la costa.

-Sabes...los latidos de mi corazón son como las olas del mar: van y vienen. Cuando te veo, siguen siendo olas de la mar, aunque raudas y feroces por la tormenta de amor que provocas en él.

No dije nada, mi sonrojo hablo por mí, eso sí, no dije nada porque no quisiera, aquel pequeño cumplido me dejó sin palabras, a pesar de lo corto que fue. Sonreí con una alegría que no sentía desde niña, llevando mi frente a mis rodillas, aun incrédula.

-¿Po-por qué no me dijiste que eras poeta? –Fue lo único que mencioné, apretando un poco su mano para tratar de transmitirle mi amor.

-No creí tener tal dote. Lo descubrí cuando fue el festival de las linternas en Liyue, así que no he dejado de practicar desde entonces. Pensaba en ti cuando me pedían que escribiera poemas de amor.

-¿Por qué?

-Supongo que es porque...te quiero, y pensar en ti siempre me hacía revolotear el corazón, Sacarosa. Tanto amor sin darse se fuga por sí solo, el corazón no lo resiste, y escribir poemas es una forma de sacarlo.

-Awww, ¿por qué eres tan romántico? –Volví a sonreír con un sonroso en mis mejillas, abrazándolo con suavidad. Mientras él me escribe poemas para darme todo el amor que no pudo por algún tiempo, mi manera de hacer lo mismo es abrazándolo.

Regresamos a la ciudad por cuestiones de tiempo, eso sí, en el camino él fue juntando algunas flores dulces, haciendo un ramo con las mismas, usando su espada para hacer un fino hilo de madera con la que las envolvió, dándomelo.

Me recordó a mis flores dulces, pero el sentido en que me las dio es que la flor dulce tiene mucha azúcar, y el nombre científico de la azúcar es "sacarosa".

-Quizá no fuera el detalle más romántico, pero me agrada el gesto. –Sonreí, siendo sincera, ya que no es muy común que los chicos les den a sus enamoradas un ingrediente de cocina.

-Oh, yo me encargaré de hacerlo romántico, por eso no te preocupes. –Rió, un poco en tono desafiante. –Dulces son las flores dulces, pero más lo eres tú. –Canturreó, tomando mi mano para darle un beso al dorso de la misma.

-¡A-Aether! –Ante mi sonrojo, él rió, dándome un beso más en la mano, seguimos caminando.

-¿Qué te digo? El cariño que te tengo no lo puedo ocultar.

Lo bueno fue que tendría algunas flores para experimentar un poco más, o bien podría hacerme un té con las mismas, que no sonaba nada mal para acompañar un pastelillo en la tarde.

Los dos pasamos un rato en el laboratorio haciendo algunos experimentos, recordamos el momento en que nos conocimos, lo que en realidad parecía inevitable.

Lo primero que hicimos fue regar las flores dulces que tenía en macetas, lo que fue un trabajo fácil, en realidad. Él se dio cuenta que algunas eran bastante grandes, otras olían más dulce o cosas por el estilo.

Claramente fue por el hecho de que he realizado experimentos específicos en algunas, pero mi intención es que sean para facilitar la vida en la ciudad.

-Si encontrara un método para que las espigas de trigo tuvieran más granos, o los árboles dieran manzanas más grandes y en mayor cantidad, o que el vino no emborrachara, todo para mejorar la vida aquí.

-Tus intenciones son de lo más nobles, y también muy puras...como tú misma. Se dice que nuestras acciones reflejan lo que hay en nuestro corazón: si hacemos cosas buenas sin intentar recibir nada a cambio, nuestro corazón es bueno; si nos aprovechamos de los demás para beneficiarnos, engañándolos y haciéndolos sufrir, eso demuestra que no tenemos empatía y que no hay nada bueno en nuestro corazón.

-¿Cómo pasó con la aristocracia?

-Algo así...Tienes un gran corazón, por tu enorme sentido del deber y tu sinceridad en querer que todos tengan una buena vida. Un día lo lograrás, solo no te rindas nunca. –Como si fuera una forma de darme alientos, me dio un beso en la frente, lo que me sorprendió bastante, ya que no me lo esperaba en lo absoluto.

Sonreí con alegría cerrando los ojos, acariciándole la mejilla, y él me tocó la nariz con un dedo para después reírnos.

Yo hacía algunas anotaciones mientras experimentaba con algunos componentes que reuní, intentaba transmutar algunas ágatas, necesitando polvos especiales para ello. Tenía una de elemento pyro y el sentido era que se transmutara en anemo...pero hasta ahora solo me han resultado en hydro, lo que no me agrada del todo.

Aether me pasaba los ingredientes y vertía los polvos de forma cuidadosa, yo no quería perderme detalle alguno si la transmutación a otro elemento se hacía añadiendo más polvo o si el resultado sería el mismo.

Él tragaba saliva de forma pesada a la vez que sudaba un poco, y cuando hubo un pequeño alumbramiento en cuanto vertió más polvos, se asustó un poco, pensando que seguramente algo explotaría.

Suerte nuestra que no pasó algo así...lo que sí es que la ágata que transmutamos en hydro...se volvió pyro de nuevo.

-Interesante, interesante. –Mencioné, anotando todo en una libreta. –No es por la cantidad de polvos, es por el elemento de ágata que se maneja, verter más polvos solo revertirá la transmutación.

-¿Entonces nada explotará? –Preguntó Aether, detrás de un mueble.

-No lo creo...o espero que no sea así.

Aquella noche llegamos a mi casa completamente cansados, pues tras tantos experimentos, una falsa alarma de gas venenoso esparciéndose por la sede de los caballeros tras un experimento fallido, y ese paseo por la costa, se puede decir que no nos fue tan mal.

Cenamos lo que quedó del pastelillo de luna dulce que desayunamos, así que, al acabar, nos lavábamos los dientes los dos al mismo tiempo, él se lavaba la cara y el cuello, teniendo el cabello suelto. Se veía muy diferente, en realidad. (Han visto fanarts de Aether con la greña suelta? Parece mujer...)

Yo me quité la boina que suelo usar, mis orejas se movieron ante ello, aparte de que me quite los lentes para descansar un poco los ojos. Sin ellos se me notaban más las ojeras, algo de lo que Aether se percató, haciéndome un gesto de molestia.

-No me gusta que te desveles. –Dijo, serio.

-Solamente fue hace unos días.

-Hum...si te ayudo, ¿dejarás de desvelarte?

-Nada más si acabamos pronto, de lo contrario te tocará desvelarte conmigo. –Silbé como si no hubiera dicho nada.

Fui a mi cama, ya que ahora sí me sentía muy cansada y lo mejor era descansar en la misma. Vi que Aether se acostó en el sillón, acurrándose en el mismo. Alcé una ceja, extrañada.

-¿No vendrás a dormir conmigo?

-¿Eh? Pensé que...

-Hoy me siento cansada, quizá mañana. –Bostecé.

-¡¿E-espera?! ¡¿Tan pronto?!

-Sí, ya pasan de las once, es hora de dormir.

-Ah, dormir...

Lo miré extrañado, pero al verlo agitado, supe que seguramente pensó en algo pervertido, así que mis cabellos se erizaron y mis mejillas se prendieron, de ahí tomé uno de los cojines del sillón y lo empecé a golpear con el mismo.

-¡E-eres un pervertido, ni pienses que haremos cosas raras!

-¡Ok, ok, entiendo, entiendo! ¡M-mal pensé lo que querías decirme!

Al final de todo, dormimos en el mismo cuarto, pero a modo de castigó, el dormiría en la alfombra. Eso sí, tenía cobijas para que no le fuera tan incómodo, una almohada y como no hacía frío, prefirió dormirse con la ropa puesta, al final él ya estaba acostumbrado.

Yo, por alguna extraña razón, no podía dormir, me movía de un lado a otro sin poder pegar ojo, miraba al techo, tampoco podía dormir, volteaba la almohada y nada.

Miré a Aether, él estaba pero si bien dormido, se le notaba inmediatamente, tanto así que me dio un poco de envidia.

Al final, me había dicho que estábamos yendo muy rápido pero que trataría de corregirlo, y tarde que temprano haremos el amor...como siempre, algo salía mal por un descuido mío. Prefiero no pensar en los temas sexuales por un buen rato, lo que sí quería, y repitiendo lo de la vez anterior, era dormir abrazada a él.

Bajé de la cama con cuidado, haciendo el menor ruido posible, tomando mi almohada y la colcha para colocarme a un lado de Aether, sonriendo para mí misma, abrazándolo por detrás.

Sentí, sin embargo, qué él entrelazó sus dedos con los míos.

-Te amo, florecita. -Susurró, siendo lo suficientemente audible para mí.

-Y yo a ti, Aether. –Lo abracé más fuerte, pegándolo a mi cuerpo a la vez que unas pequeñas lágrimas querían salirse de mis ojos. Me sentía la chica más feliz del mundo por encontrar aquello que se dice solo encuentran las personas más afortunadas: el amor verdadero.

______________________________________

Al fin! Ya llegó el tan esperado capítulo AetherxSacarosa, gracias por su paciencia, espero haberlo hecho a su agrado y como Dios manda. La verdad es que estaba dudoso de si era bueno el capítulo, pero tras algunas releídas, la verdad es que me terminó de convencer completamente.

Para la siguiente semana, y fue algo que realmente me sorprendió (y por qué no decirlo, me dolió ya que ya tenía empezado el capítulo de Rosaría x'D), será el lemmon de Beidou ya que vi que muchos lo prefirieron o se sorprendieron a mal de que lo aplazaría. Como venía adelantando ya tiempo atrás, tengo esbozos y una idea principal bien estructurada, eso sí, a lo mejor me sale subidito de tono. El de Rosaría, que ya casi lo tengo terminado, la verdad sí está bastante hard 7w7

Nos vemos en una semana, ¿qué lemmon quieren con Lumine? Ya se vendrá la continuación del LuminexRazor, prefiero no dedicarles otro lemmon para dinamizar las situaciones entre ellos y ver si así se le da punto final a la historia, que, si ustedes quieren, a este ship se le puede sacar otro capítulo ya que no se a dado a entender que terminó.

Nos vemos el lunes, no olviden votar :D

Siempre tuyo:

-Arturo.

Esto me recuerda a un capítulo del fic ja ja :v (que por cierto, me he dado cuenta que los capítulos con Aether de protagonista son los más votados...)


¿alguien sabe por qué existe este ship? Me intriga xd

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro