Una chica tan dulce como el azúcar
Tenía que hacer algunos experimentos sobre alquimia para transformar materiales que tenía reunidos y así fortalecer mis talentos. Aunque digamos que estaba...quebrado, ¡Más que quebrado!
Apenas tenía los moras suficientes para comer ese día, y con lo que come Paimon...seguramente hasta tuviera que endeudarme. Ese era uno de mis días menos luminosos en la ciudad, aunque no había de otra.
Lo que sí es que, por lo que Amber me dijo, algunos experimentos se hacen gratis en la Sede de los caballeros, aunque existe el riesgo de que...pueda no funcionar.
Por ejemplo, con el alquimista de la ciudad cuyo nombre no recuerdo ahora cobra algunos moras, nada caro, pero ya sabemos por qué no podía.
El que sean experimentos gratuitos con estudiantes de bioalquimica es algo bueno, el riesgo vale la pena, ¿qué mejor que ir por más materiales para experimentar? Eso representaría algunos moras extras en mi bolsillo por el hecho de que podría encontrar tesoros u obtener moras de monstruos.
Como fuera, ese no era el sentido de mi explicación actual. Fui a la Sede, saludando a los soldados que se encontraban ahí y fui a hablar con Jean, quien me recibió de manera muy grata.
-Escuche que tienes problemas de financiación...te aconsejo que hagas peticiones ciudadanas, dan algunos moras que te pueden ser de utilidad.
-Por ahora no quisiera hablar de economía, me duele solo pensarlo. -Lloré.
-Por lo que relata tu carta, querías hablar con algún estudiante de bioalquimia por lo de los experimentos gratuitos. Ya has leído el riesgo, así que no te vayas a enojar con la chica que te ayude con eso...es un poco sensible.
-No lo haré. Comprenderé si algo sale mal.
Fui a la sala donde me dijo Jean que estaban los estudiantes de la academia de bioalquimia, aunque por aquellas horas solo había una chica. Me dijeron que su nombre era Sacarosa...me parece un curioso nombre, ya que es una forma de decir "azúcar" o "dulzura".
Como fuera, al abrir la puerta y ver a la chica, me di cuenta que estaba de espaldas, se notaba desesperada y movía las manos de forma apresurada tomando frascos y tubos de ensayo.
-Buenos días. -Dije.
-¡Ah! -Ups, no tenía intención de asustar a nadie. -Bu-buenos días... -Cuando pude ver el rostro de Sacarosa quedé completamente estupidizado (inserte canción "ojitos de golondrina, cachetitos de manzana, nunca dudes, nunca sufras que mi corazón te ama).
Era la chica más bella que yo hubiera visto, su cabello color verde azulado, o azul verdoso, era muy bello. Sus ojos de color ámbar me recordaban un poco a los míos, un rubor en sus mejillas se iba colorando, siendo notable a pesar de esos lentes de botella que le adornaban una buena parte de la cara. Aunque sus orejas...No entendía por qué eran así. No importaba, eso la hacía más linda y única.
No nos dijimos nada, pasaríamos unos cinco segundos muy largos en que nos quedamos mirando sin apenas pestañear, sorprendidos.
-¿Qu-qué es lo que desea usted? -Dijo, desviando la mirada al suelo y llevando sus manos a la espalda.
-Quería hacer transmutación de objetos.
-¿Se-seguro? Conocerá usted los riesgos, y la verdad es que no soy muy buena haciendo transmutaciones.
-No hay problema...por favor.
Sacarosa no me veía a los ojos mientras tomaba los objetos de mis manos, y yo no podía dejar de mirar ese hermoso y delicado rostro que me parecía tan tierno, tan dulce como el azúcar.
Su piel y carácter son como el azúcar, y sus ojos son como la miel...joder, su nombre le queda como anillo al dedo.
-Es un procedimiento sencillo, pero cuesta un poco de trabajo por ser relativamente meticuloso. -Me explicó ella mientras se preparaba. -Tierra, agua y fuego, creen para mí lo que más quiero. -Una luz comenzó a alumbrar los objetos, comenzando a juntarse. Sacarosa, que tenía sus ojos cerrados, los abrió de golpe, moviendo la nariz para estornudar...fue un estornudo de gatito.
Sin embargo, el estornudo echó a perder el experimento, hubo una pequeña explosión que llenó de humo la habitación...
-¿No escuchaste algo?
-Para nada.... -Yo y Sacarosa salíamos de la habitación tosiendo, el humo escapaba de la sala y dos guardias que estaban cerca corrieron para ayudarnos. -¡¿Qué sucedió?!
-Eché a perder otro experimento. -Dijo Sacarosa, dolida a la vez que se acomodaba los lentes, estaban casi cayéndose de su nariz. -L-lo lamento mucho...eché a perder sus componentes, lo expuse a gas peligroso. Ay, soy un fracaso.
-Los errores pasan. -Tomé de las manos a Sacarosa, sonriéndole. Ella, de tener una expresión triste, se puso rosada de la cara, lo que me fue tan tierno. Incluso creí que se me estaba subiendo el azúcar.
-Gr-gracias por hacerme sentir un poco mejor. ¿Pe-pe-pero podría usted soltar mis manos?
-¡Oh! ¡Lo siento! -Di una risa nerviosa. -Soy Aether, un gusto.
-Sacarosa...es un gusto conocerle, Aether. -Ella seguía mirando al suelo, con un rubor hermoso en sus mejillas. -Discúlpeme usted si soy muy atrevida, pero el suyo es un nombre muy lindo. Es como "Éter" una sustancia que se suele usar en la bioalquimia. -Sonrió apenas.
-No sé mucho de alquimia, aunque es una linda coincidencia. Soy aventurero, soy extranjero.
-¡¿Extranjero?! ¡¿No le molestaría decirme usted cómo es el mundo allá afuera?! ¡No! ¡Ah! ¿Qué estoy diciendo? Apenas le conozco, le arruiné sus componentes y lo puse en peligro, no es buen momento para hablar de cosas como esas.... Ay, salchichas, me siento muy avergonzada, quisiera poder compensarle de alguna forma. (lo de "salchichas" lo dice Butters de South Park, me parece algo tierno que lo diga un personaje como Sacarosa al que no me imagino diciendo groserías).
-Quizá tienes razón... -Me lleve la mano a la barbilla. -Necesitaré más componentes para transmutación. -Quedé pensativo un segundo. -Ya sé que puedes hacer para compensarme. -Sonreí.
-¿Eh? -Vi como Sacarosa se sonrojó hasta los cabellos.
Tras unos minutos, ella y yo caminábamos por el las cercanías del Viñedo de Diluc, reuniríamos algunas cosas que necesitaba. Le pedí como compensación que tuviéramos...¿una cita? No lo llamaría así por no serlo exactamente, aunque...
Ella sonreía de oreja a oreja, se notaba muy feliz, y ver esa sonrisa en Sacarosa me hace pensar que ella es mucho más bella de lo que ya la sabía.
-Me la paso en los laboratorios haciendo experimentos, la verdad le agradezco que usted me haya tenido consideración de ayudarle.
-Bueno, tú debes saber dónde hay más componentes, ¿no?
-S-sí. Vienen en los libros, no es nada difícil para un aventurero como usted. -Sonrió.
Yo regresé la sonrisa, a lo cual Sacarosa se sonrojó un poco, desviando la mirada. Es una chica muy tímida, ¡y me encanta que sea así! Me causa mucha ternura y me derrite el corazón. Me gustaría tener una cita de verdad con ella.
-Por cierto, Sacarosa.
-Dígame.
-Me gustaría que me tutearas. Nadie me llama de "usted", y preferiría que así fuera.
-Co-como pida ust...como pidas tú.
-Gracias. -Sonreí, ella se ruborizó más.
Creo que se apena al verme sonreír...¿por qué? La verdad me parece algo extraño.
Aparte del parentesco que tenemos en los ojos, ambos manejamos el elemento anemo, lo que es una linda coincidencia, siendo totalmente honesto. Fuimos juntando los componentes poco en poco hasta tenerlos todos de regreso. Nos sentamos en un árbol, estábamos cansados.
-Buena cacería, ¿no crees?
-Me gustó mucho a pesar de que no suelo ir muy seguido de aventuras. Lo mío es más el laboratorio.
-La verdad es que no me molestaría repetir la ocasión. -Dije, confiado.
-¿Eh? -Sacarosa se sonrojó arriba abajo. -¡Gr-gracias! ¡¿Po-por qué digo gracias?! ¡Ham, supongo que es porque me da gusto que no te desagrada mi compañía a pesar del error que cometí! ¡¿Por qué me respondo sola?! ¡¿Qu-qué tal si no te gusta mi compañía y...?!
-Sacarosa...tranquila. -La tomé de una mano con que se sujetaba la frente, sonriéndole. -Claro que me gusta tu compañía. No hablamos mucho, pero lo importante es que me quedé con ganas de hablar más contigo. ¿Y tú?
-Ta-también...y quisiera ir más de aventuras contigo. Fue muy agradable.
-Te esforzaste mucho. -Me acurruqué en el árbol, mirando al cielo que comenzaba a tornarse rojizo. -Descansemos cinco minutos antes de regresar.
-D-de acuerdo... -Sacarosa hizo lo mismo, escuchaba su respiración agitada, aunque se fue tranquilizando poco a poco.
No me cabe duda que dulce es la caña, pero más lo es la voz de Sacarosa, que la amargura me quita del corazón. La volteé a ver por un segundo, suspirando mi pecho ante el rostro tan hermoso que se posaba frente a mí. Cerré mis ojos y comencé a descansar como quería. Todo iba bien...a no ser.
Literalmente, en un abrir y cerrar de ojos, había obscurecido. Abrí los ojos de sorpresa, esa no me la esperaba.
-Sacarosa...Sacarosa...oye, Sacarosa. -Le moví suavemente el hombro, ella gimió un poco, abrazándose a sí misma.
-Solo un experimento más...
-Sacarosa, soy yo, Aether.
-¿Aether? -Cuando ella abrió los ojos, se puso roja de arriba abajo, sacando humo de las orejas. -¡A-Ah! ¡¿Qu-qué pasó?! ¡¿M-me hiciste algo raro mientras estaba descansando?! ¡S-s-si lo hiciste te acusaré con La Gran Maestra Intendente y-y-y ella...!
-Tranquila, no te hice nada. -Me llevé la mano a la parte trasera de la cabeza. -Nos quedamos dormidos, eso es todo.
-Ci-cierto. Estábamos tan cansados que no nos dimos cuenta qué anocheció.
-Maldición...mi experiencia me dice que no es bueno recorrer la zona de noche. Nos pudo ir peor, así que no debemos que... -Comenzó a llover en ese preciso instante. -jarnos...
-Ay, salchichas.
Fuimos corriendo a una de las montañas más altas de la zona, cubriéndonos de la lluvia al ser una lluvia que caía de lado. Ahí no nos mojábamos, pero hacía un frío endemoniado. Sacarosa se abrazaba a sí misma por la falta de calor. Yo, de mi mochila (supongamos que Aether tiene una mochila, ya que ni de chiste le cabe tanto en los bolsillos de su pantalón :v), saqué una manta, ¡pero solo era una!
<<Menos mal Paimon se quedó a jugar con Klee en la ciudad...>> -Pensé.
Al escuchar el estornudo de gatito de Sacarosa, me dieron unas ganas enormes de decir "awww" pero me contuve. Miré la manta, luego la miré a ella...la ropa se le había pegado al cuerpo, por lo que se marcaba más su figura...en especial sus senos.
-Toma. -Le dije, de inmediato, desviando la mirada para no ver su figura marcada. Ella estaba sonrojada por el frío y por la pena que le causaba la situación.
-No puedo aceptarla, es tuya. También morirás de frío.
-Sólo queda una cosa por hacer...aunque no creo que te guste mucho. -Teníamos la ropa mojada, me quité mi ropa superior, secándome el cuerpo lo más que pude, ella se puso roja como tomate, desviando la mirada. -T-te toca. -Sonreí.
-¡¿Ehhh?! ¡E-eres un poco muy atrevido! ¡¿Pedirle a una chica que no es su esposa que se desnude frente a él?! ¡Por los Siete, ¿por qué me pasan estas cosas a mí?!
-Es para no morir de frío, ¡date un poco de prisa, me estoy congelando!
-¡Pe-pero no mires! -Sacarosa se quitó las prendas de arriba, su sujetador era pequeño, lo vi por accidente. Abrí la manta, invitándola a abrazarme. -¡N-no quiero que sientas mis...!
-Puedes tapártelos con las manos, pero entra a la manta.
-¡Ay, rayos! -Ella se tapaba los senos con las manos, que cubría casi en su totalidad al no ser muy grandes. Yo pasaba mi mano izquierda por su espalda, cubriéndola con la manta el aire no arreciaba, no nos mojábamos, pero vaya que hacía frío. -¿Se-seguro que esto va a funcionar?
-La verdad es que no, pero es la única opción que nos queda.
-Ay, salchichas.
Poco a poco nos fuimos calentando, incluso sudando un poco, así que no nos podíamos quejar. Lo único, eso sí, es que desviábamos nuestras miradas al lado contrario de nuestros rostros para no vernos a los ojos. Estamos desnudos del cuerpo para arriba, y estamos teniendo bastante contacto físico, así que es normal sentir vergüenza en esta situación. Un descuido y puedo sentir, literalmente en carne propia uno de los pezones de Sacarosa.
-Es curioso, ¿no crees? Llevamos horas de conocernos y terminamos en esta situación, ¿quién lo diría? -La vi de reojo, sus lentes de botella estaban salpicados de gotas de lluvia.
-El día ha ido completamente al revés. Primero arruiné tu experimento, luego nos quedamos dormidos, empezó a llover y ahora esto...no me sorprendería que sucediera algo peor.
-Quizá haya algo que lo pueda mejorar. Dirás que soy un atrevido pero...me pareces una chica muy linda.
-¡Aether! ¡N-no me digas esas cosas ahora, l-lo-lo agradezco mucho, me halaga el que me digas que soy linda ya que es la primera vez que un chico me lo dice! ¡Siéndote honesta, también eres muy guapo y...! Ay, salchichas, ¿Por qué dije eso? -Sacarosa empezó a sacar humo de la cabeza, yo me reí.
-No te debe de dar pena. -Le di un beso en la mejilla. -Es la verdad.
-¿Ah?... ¡Kyaa!
-¡Agh! -Sacarosa invocó de manera inconsciente una explosión de viento que me sacó volando unos metros, al menos caí en tierra seca...pero la manta también lo hizo.
-¡Atrevido, osado, descarado, desvergonzado, impertinente! ¡¿Qu-qué te hace pensar que deseaba que me besaras la mejilla?!...a ciencia cierta no me molesta que lo hayas hecho, ¡pero por qué en un momento tan...!
-Sa-Sacarosa... -Señalé su pecho a la vez que me tapaba los ojos. Algo me dice que su sonrojo fue tan rojo como el amanecer.
Al poco tiempo volvimos al abrazo obligado, ya había parado de llover, aunque ella no decía nada y yo...no encontraba como decirlo. Le vi los senos a una chica que conozco de hace horas, eso no la ha de tener muy feliz. Aunque no diré que fue su culpa, la corriente de viento que invocó fue accidental.
Eran casi las doce de la noche, teníamos mucho sueño, incluso Sacarosa tenía los ojos cerrándoseles poco a poco.
-Si quieres puedes dormir en mi hombro.
-N-no...te he causado tantos proble... -Sus palabras se interrumpieron por un bostezo. -mas...déjame cuidarte mientras duermes.
-Entonces lo haré a las malas.
-¿A las malas? -Cuestionó ella, cayéndose de sueño. -De verdad no te preocupes, suelo dormir poco porque hago muchos experimentos, tú duerme.
-Shh... -Recargué su cabeza en mi hombro mientras tarareaba una canción de cuna, la única que me sabía. La recordaba de un lugar, pero no ubico exactamente de dónde.
-Eso es muy cruel, Aether...juegas sucio. -Al decir eso, ella cayó dormida.
-Shh. Descansa, Sacarosa, has tenido un día muy pesado. -Sin apenas poderlo evitar, le di un beso en la cabeza, preparándome para hacer la guardia en caso de que algo pudiera pasar.
***
A la mañana siguiente despertaba sintiendo una especial calidez en mi corazón, aunque no sabía por qué. Bostecé, recordando dónde me encontraba y con quién. Aether tenía los ojos medio abiertos, se le notaban muy cansados.
-Buenos días, Sacahermosa. -Me dijo, sonriéndome apenas para quedarse dormido de inmediato.
-¿Qué?... -Me sonrosé un poco, ¿Por qué "Sacahermosa" será por el hecho de que mi nombre y la palabra "hermosa" terminan igual. Me sentí avergonzada, levantándome de inmediato, cubriendo mis senos para ponerme mi ropa, que quedaba seca ya. Al ponérmela, fui a poner la cabeza de Aether sobre mi regazó.
Fue tan lindo...cuido de mí toda la noche para que pudiera descansar. El día de ayer fue muy duro para mí. La cita con ese chico extranjero será una cosa inolvidable por buenas y malas razones. Seguía apenada todavía por el hecho de que me haya visto los pechos...apenas pensarlo me hace sonrojar.
Cuando lo vi entrar en el laboratorio...quedé congelada al verlo, es un chico muy guapo, su personalidad es linda, y me dio un beso en la mejilla para consolarme. Puedo decir que...creo que me robó el corazón.
Nunca antes había estado enamorada, no solo por el hecho de que soy muy joven aún, sino por ser bastante tímida, ñoña y pasármela en la biblioteca o en el laboratorio. Aether me hizo pasar por una experiencia sumamente linda, algo que no podré olvidar en mucho tiempo.
Pensar en eso me hace sonreír, a pesar de lo cansado que se ve por quedarse despierto toda la noche, se ve muy atractivo. Para que tenga un mejor sueño le acarició sus cabellos, sonriendo.
-Que chico más curioso. Tan lindo, tan comprensivo, tan empático. -Ahora acaricié sus mejillas, eran suaves y tersas, hasta me daba envidia por la suave piel que tenía. Empecé a pensar en lo suaves que serían sus labios, ¡pero quité de mi mente en lo más posible esa idea! Me moriría de pena si le robo un beso, sería mi primer beso y no sé si él quiera recibirlo.
Creo que le gusto o le llamo la atención, que es mucho decir. Su forma de mirarme, el que me haya dicho tan lindo cumplido, y que me besara la mejilla. Tenía que pagarle de una forma todo lo que se ha preocupado por mí y todos los problemas que le he dado. Dejé un círculo de viento que repelerá a los monstruos que quieran acercarse, pero ahora tengo una cosa muy concreta que encontrar.
No suelo dormir en las noches por el hecho de que hago experimentos en la madrugada...incluso algunas veces amanece y no me doy cuenta. Ahora lo que sí tenía era mucho sueño por el paseo que tuve junto con Aether. Hacía tiempo que no me divertía tanto.
Estábamos cerca de Levantamiento, por lo que la idea que tenía era concreta. Algo me dice que, por manejar el elemento anemo, seguramente le gustarán mucho las margaritas voladoras. También son mis flores favoritas. (Las margaritas voladoras son materiales de ascensión de ambos...)
Tenemos muchas cosas en común, y eso me sorprende. Aunque bueno, eso es tema que prefiero no tocar. Podría darle las gracias con un beso también en la mejilla, y no suena mala idea. Puede ser con ambas, así no habría mucho problema en decidirme.
Vi las margaritas voladoras, como soy relativamente buena para la recolección de objetos de ascensión, tomé la más grande y hermosa, luciendo muy fresca, incluso me daba la sensación de que que apenas había florecido esta mañana, y con la lluvia de ayer, haría mucho sentido.
Regresé al poco tiempo, Aether seguía durmiendo como un niño, lo que me causó ternura. Sonreí levemente, avanzando para tomarlo nuevamente de la cabeza, recostandolo en mis piernas. Vi que apretó los ojos, abriendolos un poco.
-Shh. Duerme. Debes estar agotado por lo de ayer.
-¿Sacarosa?
-Sí. Adelante, duerme. -Escondí detrás de mi espalda la margarita, no quería que él la viera. -Oh me obligarás a jugar sucio.
-Creo que sabes que soy muy necio...estoy perfectamente, es hora de. -Bostezó pesadamente. -irnos...
-No, no vas a ningún lado. -Reí. Comencé a cantar la canción de cuna que él me cantó la noche anterior, acariciándole la cabeza para que durmiera, algo así como si fuera un bebe...pero uno muy grande, je.
Dejé que pasaran dos horas, o que Aether se despertara por sí solo. Pensaba en él, en las cosas de ayer, el bochorno de que me haya visto desnuda todavía sigue...aunque ya no tanto como antes.
De hecho, ya hasta me estaba quedando dormida por el rico calor que hacia en aquel día tan soleado y tan despejado por la lluvia de ayer.
Un pequeño quejido salió de los labios de Aether, acomodando su cabeza de una mejor manera en mi regazo, como si se estuviera acomodando. Lo único malo es que su cara quedaba en dirección a mi pelvis...me sonrojé un poco.
Lo que hizo que no me apenara e hiciera una corriente de viento -otra vez- fue que Aether babeaba, solté un "awww" de forma involuntaria, llevándome las manos a la boca.
-¿Hum?...
-Veo que despertaste, Aether. -Me levanté, dejando su cabeza con cuidado en el suelo...no quisiera que lo primero que viera fuera mi entrepierna, ¡No, eso no!
-Buenos días. ¿Qué hora es?
-Son casi las once del día. Espero hayas descansado.
-Supongo que... -Le mostré la margarita voladora, ofreciéndosela. Él se mostró muy sorprendido. -Sí...
-Qu-quisiera agradecerte por cuidar de mí. Llevo tres días seguidos durmiendo unas cuatro horas, y luego lo de ayer...estaba más que agotada.
-No te preocupes. -Sonrió, esa sonrisa me hace latir fuerte el corazón. -Las margaritas voladoras son mis favoritas. -Dijo, tomándola.
-Supuse que te gustarían...la verdad es que también son mis favoritas.
-Entiendo. Otra cosa que tenemos en común, ¿no te parece lindo?
-La verdad sí. -Sonreí, moviendo de forma inconsciente mis orejas.
-Ah, por cierto, Sacarosa. Quería preguntarte, ¿por qué tus orejas son así?
-¡¿Ah?! ¡E-es una pregunta un poco ruda! ¡Pe-pero entiendo tu curiosidad! ¡Es algo genético de mí familia, es extraño, lo sé! Honestamente me acompleja mucho...soy de las pocas chicas que tienen sus orejas así. En toda la la academia de bioalquimia era la única con orejas así. Y-y era triste para mí que ningún chico quisiera salir conmigo por mis...por mis orejas. -Suspiré, triste.
-Son hermosas... -Dijo Aether, acercándose para verlas más de cerca. -Son lindas, el color es muy parecido al de tu cabello, me parecen tiernas y la verdad es que parecen de gatito...diría que hasta te ves más hermosas con ellas que con orejas normales.
-Ay, salchichas... -Me sonrojé hasta los dientes, estando muy apenada y halagada por lo que Aether me había confesado. -Gr-gracias...no sé que decir, estoy sin palabras.
-No digas nada. -Me sonrió.
-Espera, tienes algo pegado en la mejilla.
-¿Hum? -Me acerqué a él para darle el beso en la mejilla que tenía pensado, y así estaba por ser...pero.
Aether se me adelantó, dándome un beso en los labios que me sorprendió muchísimo, la verdad es que ni yo misma lo vi venir, únicamente sentí una electricidad en mis labios que me recorrió todo el cuerpo, hasta que acabó en las plantas de mis pies.
Duramos así unos segundos en un beso muy delicado, un poco profundo, pero desordenado al no saber cómo besar. Era extraño...tengo curiosidad por muchas cosas, aunque nunca la sentí por saber cómo se siente besar. Por ahora puedo decir que...que me llenó de alegría y calor el alma.
Fuimos avanzando en el beso poco a poco, abrazándonos con mucha delicadeza, ya teníamos nuestros ojos cerrados, respirando por la nariz ya que queríamos que aquel momento no tuviera fin (han besado tanto que tienen que respirar por la nariz?...es raro, pero joder, esos besos son hermosos 😂😂😂).
Incluso mis lentes estaban empañados con el calor que había entre nosotros, nos juntamos poco a poco, como en el abrazo que nos tuvimos que dar ayer para no morir de frío.
Todo lo bueno acaba...y como no es raro, fue por mi culpa. Me dieron ganas de estornudar y eso pasó, estornudé como gatito...lo que me causa pena.
-Pe-perdón, lo arruiné...como siempre. -Estaba roja de la cara que sentía que sudaba.
-Espera...quédate quieta, Sacarosa. -Aether me quitó los lentes, viéndome cariñosamente tras haberlo hecho. Él se tornó borroso a mis ojos, aunque podía ver una sonrisa en su rostro. -Te ves mucho más hermosa sin lentes, Sacarosa.
-Gr-gracias otra vez...pe-pero devuélvemelos, apenas veo nada sin ellos.
-Jeje.
Bueno...muchas cosas ya me habían agradado de él, pero me acepta y le gusto tal y como soy: con miopía, orejas de gato, poca fortuna y timidez que no cualquiera soportaría.
Ahora no me queda duda que Aether me robó el corazón, y quiero pensar que yo a él.
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Decidí hacer el primer manuscrito sobre Aether y Sacarosa por el hecho de que es un ship que nadie se espera jajaja lo clásico es AetherxAmber, xLisa xPaimon...incluso he visto un AetherxVenti, pero de eso ni hablar xd
Sacarosa es un personaje que me causa mucha ternura por ser tímida y su forma de vestir, parece que tendrá protagonismo en la siguiente actualización ya que se le ve junto con Aether y los dos personajes nuevos en el trailer...me interesa mucho ver como se desenvuelven esos dos juntos (quizá y Sacarosa termine enamorándose de Aether o suceda algo como con Lisa o Ying'er (es la chica de la perfumería de Lyue).
(Nota post-actualización: parece ser que Sacarosa es más tímida de lo que pensé, y quizá sí está enamorada de Aether porque lo espía y le interesa su persona)
En fin, espero les haya gustado este ship no muy convencional, para el próximo manuscrito tengo pensada a Xiangling, habrá mucha candela 👀. Nos vemos, trataré de subir capítulo TODOS los lunes aunque de vez en cuando faltará cap.
PD: cualquier idea para capítulo es más que bienvenida, cómo lo dice la descripción de la historia. Ustedes pidan...y trataré de cumplirlo :v
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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