¿Quieres saber un secreto?
Era de mis primeros días en Natlan, genuinamente iba a aprendiendo mucho todavía de la cultura de la gente local, por lo mismo es que incluso su dialecto me parecía extraño, siendo comprensible en algunos lugares más que en otros.
Caminaba con Mualani, pues ella era mi guía por el momento, ya habíamos atravesado un buen tramo, probamos mucha comida y bebida típica, pero faltaba algo en particular.
En Natlan existe una bebida muy particular, la que se llama "pulque" parece que es una bebida que te conecta con los Dioses, lo que suena muy...raro. En fin, mucha gente la ha probado y dicen que es una delicia por su sabor dulce, aunque si se deja fermentar más tiempo puede ser un sabor fuerte, lo que a algunos también les agrada, mezclándose con otros ingredientes para que sea del paladar de cada uno.
-Uy, Tabibito. Está difícil conseguir pulque, solamente se la venden a los adultos, y yo todavía tengo 17 (ni idea de cuántos años tenga Mualani, pero parece de 16 o 17)
-Seguramente puede haber una forma de conseguirlo, ellos no saben cuántos años tengo...de hecho ni tengo idea yo mismo, pero eso es aparte.
-Solo hay una forma de conseguir una identificación falsa. Tenemos que ir a la Arena Sacrofuego, esa zona es famosa por vender muchas cosas que son clon o imitación, genuinamente pueden vender hasta títulos falsos de la academia de Sumeru.
-Wow...pues sí que es un lugar que parece interesante.
-Tengo un par de conocidos ahí, y tú serás la persona indicada, ya que la gente sabe mi edad, pero la tuya no.
-Es una idea muy buena. –Ambos sonreímos con complicidad, pues ya podíamos comprar pulque de manera legal.
El camino al mercado de la Arena Sacrofuego es un poco complejo, pero no es imposible, solo hay que saber a dónde ir y con quién...pues si llegas a dar en el camino equivocado, puedes pasarlo mal.
En realidad, había en el mercado de todo, venta de cerveza, de pulque, ropa, armas, ¡hasta había gente fumando dendro como si nada! (ojo, me estoy basando en CDMX para este mercado, quienes hayan ido al famoso mercado de Tepito, sabrán lo que es estar en una tierra de nadie).
Eso sí, había algunas partes donde el ambiente era muy alegre y festivo, pues tocaban música y se bailaba al ritmo de la misma, y lo mismo, gente bebiendo y fumando dendro, pero en un ambiente más relajado.
Por otras partes, se podía ver a lo lejos grupos de personas con cara no muy amable, tatuados por todo el cuerpo, fumando dendro y que solamente hablaban o estaban ahí, sin nada qué hacer. Se notaba asaltaban caminos, por lo que no fuimos por esas zonas.
Finalmente llegamos al lugar donde Mualani me dijo, en el que vendían tarjetas de aventurero falsas.
-¡Mualani, qué pasó carnalita, ¿qué transita por tus venas?! –Dijo la persona en un acento muy...curioso.
-Ots', no pasó Nancy, valedor. –Miré a Mualani más sorprendido que nada, pues nunca la había escuchado hablar así. –Veníamos por una acá ya sandwich.
-Oh, acá tu servilleta nunca pensó que andarías en esos bisnes, Mualani. –Ahora me vio a mí. -¿Y esta pinche güera qué?
-H-hola, soy Aether. –Sonreí, nervioso.
-Si te quieres pasar acá de cabrón con mi valedora sí te ando partiendo toda tu puta madre, wey.
-¡Sin Yolanda Maricarmen, Aether es acá la mera banda! Aparte, si alguien le raja la madre a alguien es aquí mi mero valedor, así que suaviza tu tonito, Tunas.
-Ta' bien. Igual te tengo bien vigilado, güero.
-Eh...no te preocupes, supongo. ¿Cómo te llamas?
-Me dicen el Tunas.
-Bueno...¿Y tú nombre?
-El Tunas.
-Lindo...nombre.
-A lo que venimos, ocupas una de las poderosas.
-A huevo, mi mero mole. A ver, pinche güereja, ponte acá. –El famoso Tunas me puso contra una pared blanca, tomándome una foto con un daguerrotipo. –Sale en fa. Mualani, acompáñame. Y ojo guerito, si quieres robarte mi merca, nomás te aviso que aquí en el barrio a los rateros los amarramos a un poste, los encueramos y les echamos pyro, así como cuidado onde' pones tus manitas de joto.
-Entendido. –Lo miré con una expresión de desagrado...qué rayos le pasa a la gente de por aquí.
Salí un momento de la tienda, revisé algunos puestos del mercado, todo me parecía nuevo, algunas cosas me sorprendían a mal y otras a bien, así que decidí probar y fui a un puesto de bebidas y pedí una cerveza, aunque estoy seguro que me van a rechazar.
-Quiero una cerveza bien grande y fría.
-Te ves muy morro, valedor. ¿Cuántos años tienes?
-18. –Sonreí.
-Pus' ya vas. Sale una bien muerta. –Me sirvieron la cerveza, no pensé que fuera a funcionar.
Le di un buen trago, justamente como lo hacen Venti o Kaeya en Mondstand...pero sabe demasiado amargo, así que solamente regresé el trago e hice una cara de que no me había gustado. El mesero se soltó a carcajadas.
-¡Ja! Al güerejo no le gustó la cerveza, tiene paladar de princesa maricona el valedor. –Todos en la barra se carcajearon, yo solamente miré mi vaso, serio. No sé qué es peor, que Venti y Kaeya se burlen de mí por no poder beber, ¡o que se burlen porque bebí y no me gustó!
-¡Aether! –Gritó Mualani. –Vámonos, ya tenemos lo que buscaba...¿eh? Te ves muy serio.
-No es nada.
-Tss, no chula, tu novio llegó acá bien machín pidiendo una bien grande y helada, acá medio curioso el vato y sus pedidos. (Quiere una Signora 🥵🥵🥵) Pero el chiste es que el wey casi se guacarea al darle un trago a una cerveza. –Se siguió riendo el cantinero. –Yo que tú me buscaba a otro mono menos meco.
-Dos cosas, él no es mi novio. Y segunda... ¡¿neta casi se guacarea?! –Mualani también se rió. Me sentí humillado...
Ya íbamos ahora de regreso al Pueblo de los Manantiales, ella iba sonriente, y yo cabizbajo y con aura de desánimo, algo que ella claramente notó y se le hizo de sorpresa.
-Te noto muy callado, Aether, ¿estás bien?
-¡No, claro que no estoy bien! ¡Nada de lo que ves está bien! ¡Todo mundo en ese lugar habla de una manera extraña que no entiendo, incluyéndote, me amenazaron con desnudarme y quemarme, se burlaron de mí y me dijeron afeminado porque no me gustó una cerveza que en primer lugar ni debieron venderme!
-Ay, Aether. Tranquilízate. –Rió ella. –Sé que es extraña la forma en la que hablamos, pero a veces debes adoptar el lenguaje de algunas tribus para que empaticen contigo y puedas empatizar con ella. Respecto a lo que viste en el mercado...bueno, no te diré que estoy de acuerdo, pero todo es cosa de ir a lo que vas y ya y no meterte con nadie. Y lo último, ¡es que sí fue divertido! –Se volvió a carcajear.
-Si el pulque sabe igual, no quiero nada.
-La cerveza es amarga, el pulque es dulce. Vamos, ¿no quieres conectar bien con nuestra cultura?
-Ya tuve suficientes intercambios culturales hace rato...pero si eso puede alegrarme este día de mierda, no veo por qué no.
-¡Así se habla! –Me golpeó en el hombro. -¡ya verás que eso nos pondrá de buen humor!
Y pues sí, ahora solo faltaba ver lo que habían hecho, yo tenía mi credencial de aventurero, pero en la misma no pusieron una edad, solamente mi fecha de cumpleaños. Ahora sí que funcionaría, o eso esperaba.
Era una credencial muy realista, de color azul, como si mi visión fuera hydro. Decía que había sido expedida en Fontaine, y que yo era de allá. Clase 5 estrellas, mi color de cabello, de ojos, peso, altura...solamente en la parte de "sexo" decía "No" lo que se me hizo raro. Y al ver la parte de mi nombre decía "Mc Lovin".
Cuando leí eso, miré de sorpresa a Mualani.
-¿Mc Lovin?
-¿Qué tiene?
-¿Esta pinche mamada qué? Es el nombre más estúpido que he escuchado en mis viajes, y eso es mucho decir ya que he pisado todo Teyvat exceptuando Snezhnaya. ¡El vendedor no lo va a tomar enserio!
-Vamos, claro que sí. Es un nombre muy común en Natlan, es popular. –Iba pasando una persona, yo la detuve.
-Disculpe, ¿ha oído el nombre de Mc Lovin? –La persona rió.
-¿Ese nombre tan pendejo, qué? –Se fue riendo.
-Creí que dijiste que era común.
-Ok, tal vez no es muy común. –Insistió Mualani. -¡Pero el nombre no es lo que importa, lo que importa es que la licencia se ve real, compárala con la tuya! –Hice lo pedido.
-Pues sí que se parecen, lo único raro es que en el sexo dice "No" cuando debería ir una H.
-¡Ese Tunas! ¡Seguro que lo hizo a propósito!
-Sabía que confiar mi dinero en un drogadicto de moca monta no era buena idea. –Suspiré, rendido.
-Funcionará, te lo apuesto. De todos modos, ¿qué es lo peor que puede pasar?
-No lo sé y no lo quiero averiguar...pero espero que no sea ser amarrado y quemado.
Fuimos a la tienda donde vendían el pulque, por lo mismo es que Mualani se apartó, escondiéndose mientras miraba, yo solo la miré de reojo, pues esperaba salir bien de todo eso.
Llegada bien la hora, el de la tienda me miró raro.
-¿Qué es lo que gustas?
-Dos litros de pulque, por favor.
-¿Cuántos años tienes? Te ves muy joven, Mai, necesito una identificación con foto.
-Aquí está mi credencial de aventurero. -Sonreí, entregándosela.
-Veamos...de Fontaine, interesante. En efecto, parece que tienes poder hidro, pero no veo tu visión.
-La dejé en el hotel, no quiero que haya un accidente en las aguas termales.
-Tiene sentido. Ahora...¿Qué es esto? ¿Mc Lovin? ¿Te llamas Mc Lovin?
-Eh... sí. -Dije, sin estar del todo seguro.
-¡Qué genial nombre, así se llama un primo, ese cabrón fuma dendro como si no hubiera mañana! ¡Si fumar dendro fuera un deporte, él sería medallista olímpico! ¡Hay fumadores de dendro que son chimeneas, pero mi primo el Mc Lovin se pasó de verga!
-Oh...vaya coincidencia.
-Salen dos litros del mejor pulque, ¿Prefieres dulce o fuerte?
-Hem...¿Si pido dulce te burlarás de mi hombría?
-¿Qué? ¿Qué clase de pregunta es esa? Para todo hay gustos, carnal, el pulque es para todos en sus muchas variables.
-Oh, ¡Ya nos vamos conectando!...¿Valedor?
-¡Oh, sí! ¡Ya nos vamos conectando! -Sonrió él grandemente, sirviendo el pulque en una jarra. -Servido, y esto es de la casa. -Me dio algo parecido a un cigarro. -Es dendro de Sumeru, te pegas unos viajes con esta chingadera, mi Mai, qué mejor averígualo tú mismo.
-Gracias...supongo. -Me dio el pulque y el cigarro de dendro.
Cuando me di la vuelta, sonreí a boca abierta, pues el plan de Mualani funcionó a la perfección, no sé cómo pude dudar de ella...bueno, esa estúpida credencial funcionó milagrosamente.
Al verme, chocó 5 conmigo, pues estábamos alegres.
-¡Excelente, Aether! Te dije que iba a funcionar aunque estabas de delicado. Ahora...a lo que te truje, chencha.
-Oye, ley básica antes de beber algo raro...comer.
-Hum, ciertamente. Tengo una idea.
Ahora fuimos a uno de los puestos de comida que hay en la tribu de Mualani, habiendo mucha variedad.
Desde los ricos tacos de carne asada, el pozole, habiendo de varios tipos, carne de venado marinada en lo que llaman adobo de chiles. Ceviche, chaufa, genuinamente había de dónde elegir.
-Mualani, carnalita, ¿Qué te ofrecemos?
-A mí lo de siempre, pero te tengo un invitado especial.
-Pásele güero, acá andamos con la mera banda, tenemos de pastor, de tripa, moronga, chistorra, tu jefa, me la prestas, te la paso, me la echo. -El taquero empezó a chiflar.
-Dame dos de chistorra.
-Salen dos de chistorra para el joveeeen. También tenemos esquites.
-¿Qué es eso?
-Es una copa de maíz. Pero se le conoce en esta parte como esquites. -Respondió Mualani.
-Y hay bandita acá bien torcida y placosota que les dice elote en vaso, o trolelote. Pero el que sí está bien pasado de verga es que le dicen chaska.
-Al menos yo le digo vasolote. -Interrumpió Mualani.
-Dame otro de esos.
-Sale un esquite para el joveeeen.
La comida fue muy rica, aunque lo más divertido fue escuchar hablar al taquero mientras silbaba, pues lo hacía de forma muy divertida.
Cuando pagamos la cuenta, fuimos a una parte alejada de la tribu, pero claro, en una zona segura, pues los efectos del pulque eran todavía desconocidos para nosotros.
Solo sabemos que nos conectan con los dioses, ¿Pero qué significa eso? No lo sé muy bien, y aunque Mualani es de aquí, ella tampoco lo ha probado.
-¿Listo?
-Eso creo... honestamente estoy nervioso.
-Pues...hasta el fondo. -Ella casi lo hace, pero yo me detuve porque olí el pulque y olía asqueroso, muy apestoso. -Ah, cierto. Dicen que el pulque no se debe de oler porque es el olor de la fermentación.
-Gracias por el dato... -Dije, aguantando una arcada.
-Ahora sí...aquí vamos...Aether, ¿Me das la mano?
-Pus' ya vas. -Me salió, Mualani sonrió aguantándose la risa. -Ya me contagiaron su forma de hablar. -Tomé la mano de Mualani.
Le dimos un buen trago al pulque, que aunque tenía una textura rara, su sabor era muy rico.
Dulce, un poco ácido, pero no sabía mal. Se notaba de buena calidad.
-Oye, ¡El pulque no sabe mal! -Exclamó Mualani, feliz.
-Sí, mejor que la cerveza, sí sabe. Podría tomar más.
Y pues sí, seguimos bebiendo, ya que era algo agradable, y no sentíamos nada raro, aunque eso sí, no nos soltamos de la mano.
Al terminamos la bebida, pusimos nuestros tarros al lado, ya solo quedaba ver la puesta del sol.
-Vaya día, ¿Eh?
-Muy lindo, sin duda.
-Hay que prender una fogata, antes de que oscurezca. -Al levantarme, me sentí mareado, todo me daba vueltas.
-¡Aether, ¿Estás bieeeeen?! ¡Wow, estoy mareada!
-Creo que ya hizo efecto el pulque.
Mualani estaba roja de sus mejillas, ambos caímos en el pasto, lo que sirvió para relajarnos. Estaba muy tranquilo, me sentía con ganas de reírme, pero ese mareo y una sensación de cosquilleo en la boca eran raros.
Parece ser que conectarnos con los dioses era en realidad emborracharnos. Joder, esto no pinta bien, nunca me había puesto ebrio.
-Je, je. Me siento tan bien. -Mualani arrastraba las palabras.
-Estamos borrachos, ¡El pulque es alcohol!
-Nah...no creo. -Ella se llevó un dedo a los labios. -¿Sabes qué otro nombre tiene el pulque además de bebida de los dioses?
-¿Cuál?
-La bebida de la pasión. Dicen que es un afrodisíaco...y que las parejas que lo toman juntas terminan...ya sabes. Y pues... tú eres un hombre y yo una mujer, ¿No?
-Esto me asusta... pero me gusta.
Ambos estábamos sentados uno al lado del otro, dejamos de vernos para mirar al frente, aunque era ineludible regresar nuestra mirada. Ahora que lo pienso, también tengo calor, y seguramente también las mejillas rojas, pero no sé si sea porque estoy ebrio o por otra cosa.
Cuando topé mis ojos con los de Mualani, los esquivé en un primer momento, para luego volver a juntar miradas. Sonreí, naturalmente, pues aunque el momento era un poco incómodo, ella es mi amiga y, como ya habíamos dicho antes, sin duda alguna ella me llena de energía con tan solo verla.
Fue ahí cuando ella me tomó de las mejillas, alzó su cabeza para ponerse a la par de la mía y pude ver que ella tenía los ojos cerrados, más sonrojada que de costumbre, se había amarrado a mi nuca, yo tenía mis ojos abiertos, estaba sorprendido.
Llevé con indecisión mi mano a la cintura de Mualani, la misma me temblaba, pues el atardecer nos cobijaba y pronto llegaría la noche para que fuera nuestra cómplice de lo que fuéramos a hacer, lo que podía ser cualquier cosa.
Cedí, no diré a mis bajos impulsos sino a la situación, pues tenía la cabeza bien puesta en su lugar, así que eso da lo mismo, sé lo que debo y no debo hacer, pues los dos somos...jóvenes, en realidad para hacer cualquier cosa fuera de lugar.
Ya con esas, también fui parte del beso, pasando de estar un poco alejados a más cerca, sintiendo los senos de mi amiga apretados contra mi pecho, lo que también me permitía escuchar su corazón.
La tomé de la cintura, haciendo que su cuerpo se pegara al mío, ella se rió.
-Solo hay que dejarnos llevar, ¿de acuerdo? Lo demás...que nos preocupe mañana.
Volvimos a abrazarnos, regresando a ese tímido y cálido beso, se notaba que éramos primerizos en ese aspecto, un primer beso entre dos amigos que parece van descubriendo que sienten algo más.
Fui relajando mi espalda, por lo que caímos sobre el pasto, recostándonos sobre el mismo. Ella quedó sobre mí, llevando sus manos al lado de mi cabeza, pude ver sus ojos, no había un deseo sexual en ella, notaba un aura de pureza increíble en ella, algo que la hacía ver tan bella, tan magnifica.
Sonrió, volteamos a ver al horizonte y vimos cómo se ocultaba el sol, por lo que cuando regresé la mirada a su rostro, las primeras estrellas comenzaban a aparecer en el firmamento, el cual era de un color parecido a su listón.
-¿Aether?
-¿Mualani?
-¿Quieres saber un secreto? –Asentí con la cabeza. –Acércate. Déjame susurrar a tu oído.
Justamente hice lo que ella pidió, acerqué mi oreja a los labios de Mualani, quien se sostuvo de una mano, colocando su mano alrededor mi oído, y entre una risita, dijo esas palabras que yo quería escuchar.
-Estoy enamorada de ti.
Cuando hicimos nuevamente contacto visual, ella reía tiernamente, como una niña pequeña admitiendo que ama en secreto a un famoso cantante o surfista, lo que me tocó el corazón.
Solamente sonreí de lado, sin decir nada, pues no había necesidad. Le di un beso en la frente, para luego levantarnos. Noté que se puso un poco triste, y pues sí, daba la impresión de que estaba rompiendo esa aura, y que no me había importado lo que había dicho, pues no solté palabra alguna después de eso.
Ella miró al suelo, dándome la espalda, comenzando a caminar de regreso al Pueblo de los Manantiales.
-Mualani.
-¿Sí? –No volteó, me acerqué a ella, tomándola de un hombro, ella alzó su mano, sorprendida. Y ahí hice lo que me pareció mejor.
Bajé esa mano hasta su espalda, acercándola a mí, y sujetando la mano que alzó, noté que ella tenía una lágrima bajando por su mejilla, por lo mismo es que sonreí, pues llegaba la hora de darle una respuesta a ese secreto que me había contado.
Ahora fui yo quien se acercó para darle un beso en los labios, sorprendiéndola, ya que noté un sobresalto en su cuerpo. Era curioso, estaba anocheciendo, y sin embargo sentía en mi interior el calor del sol, como si el mismo hubiera salido después de un largo invierno, algo que era mucho decir.
Era hora. Ella rompió el beso, un poco sorprendida. Seguíamos abrazados.
-¿Aether?
-Supongo que también tengo un secreto que contarte. Creo que me gustas, Mualani.
-¿Crees?
-Sí, eso cr... -Ella me interrumpió, dándome otro beso en los labios, sujetándome directamente de ambas mejillas mientras yo la abrazaba.
En un primer momento, abrí mis ojos de sorpresa, pero ese cálido sol en mi interior se apoderó nuevamente de mí, por lo que poco a poco cerré los ojos, abrazando con más fuerza a Mualani, profundizando nuestro beso en algo más bello y cercano, más íntimo.
-¿Lo sigues creyendo?
-No, ahora sí estoy seguro. –Los dos nos reímos, regresando a lo nuestro.
Y así, en la cálida noche del todavía verano, nos entregamos a un beso como no había habido uno igual, con sus torpezas, medios aciertos, pues no sabemos besar, pero al carajo, ese había sido el momento más lindo de toda mi vida, lo que es un gran decir ya que llevo vivo más de 500 largos años.
Ahora creo entender por qué el pulque es la bebida de los dioses, los mismos están en los cielos, ¿no es así? Pues vaya que me sentía en el cielo en ese pequeño momento que no creo que se pierda en la eternidad, pues mi primer beso es con Mualani, y eso solo puede durar para siempre.
A la mañana siguiente, amanecía en el sofá de mi habitación de hotel, la cabeza me dolía, y me sentía un poco raro, como si me quisiera dar fiebre.
-Así que esto es la resaca...odio el alcohol...pero amo el pulque, sabe tan bien.
Cuando miré a mi cama, vi a Mualani, poniéndome blanco como un muerto, no será que ella y yo...me acerqué un poco a la misma, y al ver a Paimon babeando acostada junto a ella, me tranquilicé.
-Fiu, menos mal. –Suspiré.
Cuando las dos se despertaron, era hora de que nos dieran su versión. Mualani se veía nerviosa, y no nos veíamos a los ojos.
-Eh, Paimon estaba dormida tranquilamente, los dos llegaron tropezándose con todo, no paraban de reír, entonces Mualani abrazó a Paimon y dijo que era su peluche. Después, los dos se durmieron, ¿qué tanto hicieron ayer? –Preguntó ella, alzándose de hombros como suele hacerlo.
-Eh...nada...nada de nada. –Atajó Mualani.
-Cómo sea, Paimon tiene hambre, ¡a desayunar!
Estábamos desayunando un pozole, lo que con el picante me venía de perlas para la resaca, pues me sentía un poco mal.
-Maldita cruda...menos mal la gastronomía de Natlan tiene muchas cosas para superar eso.
-¿Cruda?
-Ah, así le decimos a la resaca aquí en Natlan. Supongo que hay cosas que debemos hablar después, Aether.
-Sí...o eso creo.
¿Será que Mualani se quiere echar para atrás de las cosas que dijo ayer? ¿O pensará que solamente dijimos lo que dijimos por estar borrachos? Ahora entiendo por qué molestan tanto con que el alcohol es malo, ¡maldita sea!
Acabando de almorzar, ella se fue rápidamente a su trabajo, aunque sentí que me evitó a la hora de despedirnos, lo que se me hace raro, en realidad, pues ella es muy extrovertida, y más que eso, es súper alegre siempre y amable, pero ahora la noté muy esquiva...sí, seguro tiene que ver con lo de ayer.
Durante la mañana y la tarde, fui con Paimon a visitar varios lugares, compramos algunas cosas, y entre ellas fue un collar que me recordó mucho a Mualani, por lo que lo vi y no dude un segundo en comprarlo, pero ahora tendría que verla, o al menos intentarlo, pues si sigue con esa actitud, sin duda es por lo de ayer y ya no serán meras especulaciones mías.
La invitamos a comer, pero ella se negó al decir que tenía cosas por hacer, solamente me quedé con el collar en el bolsillo, sujetándolo, pues pensaba dárselo cuando dijera que sí.
No quería darle muchas vueltas a ese asunto, solamente me despejé, pues la última idea que tenía era ir a verla cuando cerrara su tienda. Le pedí a Paimon que me esperara en el hotel pues quería relajarme en las aguas termales para meditar acerca de nuestro viaje. Claro que era mentira, pues lo que quería ir con Mualani, pero a solas.
Cuando finalmente llegué a su tienda, la vi trabajando y sonriendo como de costumbre, una vez más tenía sujetado el collar en mi bolsillo, y cuando ella se percató de mi presencia, noté que se puso seria, lo que fue un mal indicativo.
-Mualani. –Sonreí.
-Oh, Aether. –Ella estaba nerviosa. –¿Se te ofrece algo? Digamos que tengo un par de cosas por hacer y...
-Puedo ayudarte, si no te molesta claro. –Dije, comprensivamente. –Quería hablar contigo de una cosa.
-Hem...¿d-de qué querías hablar? Creo que no tenemos temas pendientes.
-Preferiría que fuera en un lugar un tanto más privado. –Creo que sí quiere evitar el tema.
-Ou...de acuerdo.
Cerramos su tienda, realmente desconozco más a Mualani cuando está nerviosa que cuando habla como ñera, que vaya ya es mucho decir.
Dio la casualidad de que fuimos cerca del lugar donde estuvimos ayer, ella no hablaba, miraba al suelo y evadía mis ojos.
-Respecto a ayer...
-Ah, eso. Tuve un sueño raro, ya ves cómo es eso. El pulque que tomamos debió estar malo, soñé algo imposible.
-¿Qué fue?
-Bueno, creo que fue un sueño. Pero sí, es algo imposible.
-Yo también soñé algo. Pero fue lindo, muy hermoso.
-O-oh...me parece bien. –Se sonrojó. –Dime tú primero.
-No, creo que es mejor que tú me cuentes qué soñaste, Mualani.
Nos detuvimos, quedamos frente a frente, yo la miraba con firmeza, ella seguía evasiva.
-Pu-pues...soñé que nos dábamos un beso, fue lindo pero un poco descabellado. –Se rió. –Te decía que me gustabas.
-¿Y por qué suena imposible?
-¡Oh, no me malinterpretes! –Respondió, nerviosa. –No es que seas guapo o no me parezcas atractivo, ya sabes. Lo que me parece muy loco es que me decías que yo también te gustaba, es por eso que digo que es algo imposible. Seguramente solo soy una amiga para ti.
-Mualani...lo de ayer no fue un sueño. Fue verdad.
Ella suspiró pesadamente. –Lo sé, Aether. Sé que no fue un sueño o mi imaginación. Lo que pasa es que, no sé si fue verdad de todos modos.
-Entonces dijiste eso por decirlo.
-No, para nada. –Mualani cerró los ojos, apretando sus puños, pareció agarrar fuerza. -¡Aether, te contaré un secreto! Me gustas... ¡sí, me gustas, que se oiga bien y que se oiga lejos! Estoy enamorada de ti...pero lo que no sé es si tú lo dijiste para no hacer un ambiente incómodo, o si fue meramente por el calor de las copas, si lo que sientes no es una ilusión o si al menos sientes lo mismo que yo.
Miré al cielo, cerrando mis ojos. Maldita sea, recordé todo lo que he vivido con ella y solamente puedo decir que sí, ¡también me enamoré de Mualani! Su sonrisa, su actitud, su risa, su comportamiento infantil en momentos serios, esa forma de hacer sus ojos cada que se emociona.
¿Cómo no enamorarme de Mualani? Cuando es una chica sin comparación.
Finalmente la volví a mirar, estando con una gran timidez, sus ojos ni siquiera me volteaban a ver. Ahí fue cuando toda mi amargura desapareció, solamente pude sonreír, dando dos pasos rápidos al frente para abrazarla lo más fuete que pude sin lastimarla.
-¿Quieres saber un secreto?
-¿Aether?
-También me gustas, ¡que se oiga bien y que se oiga lejos, estoy enamorado de ti! –Me separé del abrazo, volteando a ver al Pueblo de los Manantiales. -¡Oigan todos, estoy enamorado de Mualani! –Solamente escuché que me chiflaron mentándome la madre, pero no importa. Volteé a verla, sonriéndole. –Solo me di cuenta que me gustabas, no lo sabía, pero sí, no lo dije por compromiso o por el calor de las copas.
Ella lagrimeó, sonriendo fuertemente, corriendo hacia mí para tomarme de la mano, mirando al Pueblo de los Manantiales.
-¡Que se escuche fuerte y claro: estoy enamorada de Aether! –A ella no le respondieron nada...hijos de puta. Me volteó a ver, lanzándose contra mí, derribándome mientras me daba de besos. -¡Sí, estoy enamorada de ti, Aether, estoy enamorada de ti, de ti, de ti y solo de ti!
Sonreía para mí mismo en esa situación, pues, ¿qué puedo decir? Es lo más lindo que me ha pasado en la vida, lo que es un gran decir porque tengo más de 500 años y por primera vez en todo ese tiempo puedo decir con todas las de la ley...estoy enamorado de Mualani.
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AHORA SÍ REVIVIÓ EL FIC, CABRONES!!!!!!
Ya hacía falta algo así, por un demonio. Algo romántico y lindo, del estilo que ustedes ya saben, y pues ciertamente desde el regreso no había escrito algo como en los viejos tiempos.
Tenía pensando hacer un AetherxNilou aprovechando lo del evento de Simulanka, peeeeeeero joder, es que Mualani es tremenda waifu, no porque sea voluminosa, sino por su personalidad, sin duda me enamoró en su misión de personaje (y desde la misión de arconte jsjsjs) pues ni pensaba tirar por ella y ahora ya la saqué xd
En fin, ya con esto creo que puedo decir que regresé verdaderamente, así que hay muuuucho en lo que trabajar porque hay ships pendientes xd
Nos vemos en dos semanas :D
Siempre tuyo:
-Arturo Torres.
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