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Quien se enamora pierde.

Heizou estaba en su despacho, atendiendo papeles y revisando casos, ninguno que le llamara la atención de verdad, pues no encontraba alguno que fuera interesante.

Sin embargo, solo uno de ellos le llamó la atención, pues la paga vaya que era llamativa, era de una familia acaudalada. Se trataba de una investigación sencilla, o eso parecía, pues era averiguar la identidad de una de las mikos del Santuario.

Cuando los clientes llegaron, Heizou estaba bostezando, aburrido y cansado, eran unos señores de quizá 40 o 50 años, cosa que contrastaba con la edad del muchacho.

-Muy bien, señores, ¿A qué debo su visita? -Explicó él, con desinterés.

-Creemos que nuestra hija...¿Cómo decirlo?

-Que lleva una doble vida.

-La enviamos al santuario a ser Miko, pero siempre que vamos ella no está. Sin embargo, Yae Miko dice que sí va, pero que siempre que nosotros vamos está fuera.

-Y hay una joven que se parece ella...solo que tiene una máscara, pero su estilo de cabello y altura, ojos, es ella sin duda.

-Pero no podemos confirmarlo...pertenece a la banda de ese vago...Arataki Itto.

-Canallito. Por favor, investigue cuánto sea necesario, le pagaremos lo que usted pida.

-Investigar la identidad y el paradero de una persona...si tengo problemas con Yae, les cobraré doble.

-¡Delo por hecho, pero solo queremos saber de nuestra hija!

-Haré lo que pueda.

Y así, el muchacho emprendió su búsqueda, yendo al primer lugar más claro de todos, que era el Gran Santuario Narukami, con el pretexto de ir a recibir bendiciones del Cerezo sagrado.

Las mikos estaban tranquilas como siempre, haciendo sus labores, y Yae se encontraba leyendo algunas cosas.

Se veía tranquila, pero ocupada. Él buscaba con la mirada a la muchacha del encargo, no encontrando a nadie parecida, por lo que claramente entendió que no estaba.

Eso le llamaba la atención, debía buscar a la chica ahora en la ciudad, por lo que presentó sus respetos antes de irse.

Sin embargo, fue detenido por Yae Miko.

-Shikanoi Heizou...una sorpresa tenerlo aquí. Me parece que busca a alguien.

-No es así, Gran Sacerdotisa. Simplemente quería venir a dejar una ofrenda y a saber mi suerte.

-Hum, ¿Te va mal económicamente? -La mujer lo tomó de los hombros, poniéndose detrás de él. -Aquí puedes tener un lugar, sé que eres detective, necesitaría de tu ayuda de vez en cuando...¿Qué estás investigando ahora? ¿Buscas a alguien desaparecido? ¿Información para extorsionarme?

-¿Por qué quisiera hacer eso? Yo no tengo nada que investigar contra usted. Y aunque me pagaran por ello, no lo haría. No tengo razones para eso.

-Entiendo... -Yae le soltó los hombros, dándole un beso en la mejilla. -Gracias por tu ofrenda, se te agradece.

Heizou estaba tranquilo, no se le notaba alterado. Solo sonrió de forma campechana, limpiándose la mejilla.

-No hay de qué. Cuando necesite un buen detective, Sacerdotisa Yae, aquí estoy.

-Gracias, Heizou. Lo tendré muy en cuenta. -Se rió ella. -Diviertete, Sherlock Holmes.

La mujer se retiró, el muchacho solo hizo un gesto de sospecha, terminando su ofrenda para retirarse.

Por el momento no tenía pruebas, así que debería pensar en algo más, pero con Yae entre medio, no sabía si podría sacar información.

Se dedicó a investigar un poco los horarios de Yae, así que sabía cuándo estaría cerca y cuando no, y lo mejor de todo es que no se había acercado al santuario, solamente tuvo que verla pasear a Tenshukaku, que era cuando seguramente hablaría con la Shogun.

Ya había llegado uno de los días donde ella salía del Santuario Narukami, así que al momento en qué su carruaje salió, él entró.

Y sí, Yae no estaba, todo indicaba que andaría de paseo en la ciudad de Inazuma.

Finalmente, el chico se acercó a una de las mikos.

-Hola, busco a Shinobu.

-¿Eres su amigo?

-Algo así, ¿Se encontrará?

-Sí, está en el cerezo sagrado, pero está rezando. -La Miko señaló a una Miko, y a juzgar por el cabello, pudo saber que era ella.

Él vio la foto que le entregaron sus papás, así que vio de regreso a la chica, aunque fuera solo por la espalda.

Era el mismo color de cabello, y la complexión era parecida, aunque naturalmente notaba algo raro.

-¿No puedo saludarla?

-Lo siento, los rituales son muy estrictos. Tal vez la sacerdotisa no se encuentre, pero no podemos desobedecerla...o así nos irá.

-Lo entiendo. Tenga buen día. -Heizou se dio la vuelta, volteando de vez en cuando para ver si se topaba con el rostro de la chica, pero nada.

Cuando él ya se había alejado lo suficiente, la Miko que lo rechazó se acercó a Kuki.

-Ya se fue, suma sacerdotisa Yae. -Ella se levantó, sonriendo mientras miraba hacia abajo del santuario.

-Muy listo. Investigó mis horarios para saber cuándo no iba a estorbarle. -Yae se quitó una peluca verde, mostrando sus orejas. -Pero una zorra es más lista que un ciervo. Además, tengo mis trucos. -Yae se quitó una tela que cubría sus senos, la misma los apretaba contra su cuerpo, haciendo que no fueran tan voluminosos, por lo que daba una apariencia más juvenil.

Heizou fumaba un cigarrillo, inquieto. Ya no podía afirmar si Kuki estaba presente en el Santuario Narukami, así que solo quedaba la última parte, que era investigar a la misteriosa miembro de la banda de Arataki.

Él usaba una máscara de ciervo, por lo que así se cubría su identidad, seguía a la banda de Arataki, que no era demasiado interesante en sí.

Itto flojeaba mientras los muchachos jugaban cartas, y la chica misteriosa leía un libro, apartada de los demás. Así fue que la afrontaría, buscaba quitarle la máscara a como diera lugar.

Debía de ser un ataque rápido y limpio, por lo que al salir de las sombras, de abalanzó sobre Kuki, usando su sai para propinar el golpe, pero lo que no se esperó es que ella evadiera el ataque con un kunai.

-¿Quién demonios eres tú? ¿Ahora en qué negocio turbio se metió el jefe?

-Dicen que eres fuerte. La verdadera líder de la banda de Arataki, y quería comprobar eso...¿A qué se debe la máscara?

-Para que idiotas como tú no me molesten cuando tengo tiempo libre, ¡A pelear!

Los dos se soltaron a pelear, ella usando sus kunais y él sus sai gemelos, lo que era una pelea empatada, hasta eso. Sin duda los dos eran buenos artistas marciales, sobre todo Heizou, quién tenía una forma de atacar especial al especializarse en patadas.

Notaba que cada que golpeaba a la chica misteriosa, sangraba, pero dejaba de hacerlo a los pocos segundos, cosa que él no entendía del todo.

-Usa su poder electro para curarse... demonios. -Pensó, estando ya bastante agitado.

-¿Ya te cansaste? Todavía tengo kunais para repartir. -Ella sacó 3 kunais, colocándolos entre sus dedos.

-Va-vaya que eres difícil de roer. Pero para los carroñeros como yo, ese no es problema, no importa el estado de la víctima, lo que importa es ganarle.

-Ven para acá, pequeño ciervo. Mamá está de cacería. -Ella se volvió a avalanzar sobre Heizou, dejándolo con dificultades para esquivar sus ataques, usando su poder anemo para empujarla, causando que la máscara se le cayera, por lo que le dio la espalda.

-¡Es mi oportunidad! -Pensó, él, pero la chica comenzó a correr apresuradamente, y él solamente pudo seguirla. -¡Ven para acá!

Kuki lanzaba kunais en el camino, entorpeciendo la carrera de Heizou, quién lanzó su sai a la pierna de la chica, acercando su tiro, ralentizándola.

-Ya te tengo... -Ella giró en una esquina, justamente en la de un pozo de agua, por lo que al perderla de vista, Heizou giró, topándose con que alguien le arrojó una cubeta llena de agua, recibiendo un ataque de electro, comenzando a electrocutarse, cayendo al suelo. -Eso es jugar sucio...

-Se le llama inteligencia. -La chica se fue cojeando, sin voltearlo a ver por obvias razones.

El plan B había funcionado, por lo que debía recurrir al plan C, que era espiar a la chica de una forma más planificada.

Por esa misma razón fue que usó máscara, y ya que su identidad no estaba comprometida, cuando se recuperó del shock eléctrico, fue con Itto, pues él era parte de ese plan.

-¿Eh? ¿Quieres unirte a la banda de Arataki?

-Sí, así es. Me llamó la atención, además de que tengo tiempo libre y no mucha gente con quién compartirlo.

-Muy bien. Primero tienes que pasar una prueba, amigo. Ve con la sublider, ella te dirá qué hacer. ¡Estás casi bienvenido! -Itto le dio un manotazo en la espalda a Heizou, enviándolo directamente con Kuki, quién se quedó sorprendida. -¡Ups! Lo siento, a veces no mido mi fuerza.

-No te preocupes, Jefe... -Exclamó él, ahogando su enojo.

-Vaya, finalmente alguien se une. -Era Kuki, quién le ofrecía la mano. -Supongo entonces que hay cosas por celebrar. Es muy raro que algo así pase, te lo juro.

-¿Cómo te llamas? 

-Su nombre es Ku... -Ella le tapó la boca, se notaba molesta a pesar de su máscara.

-Esa información es clasificada para nuevos miembros. –Le dio un golpe en la cabeza a Itto. –No es que sea una criminal buscada o algo así...es algo complicado de definir, ¿entiendes?

-Supongo... -Eso le llamaba la atención al muchacho, pues con ese cabello color turquesa y el hecho de que ocultaba su identidad, vaya que daba para pensar, pero el color de ojos no encajaba, pero bien podía usar lentes de contacto o algo por el estilo.

-Bien, es hora de la prueba. Muéstrame tus habilidades, no es que estos tontos sepan pelear muy bien, pero si puedo encargarme de otras cosas y no de defenderlos a toda hora, no me vendría mal. Ella sacó un kunai, ofreciéndoselo. -¿Sabes pelear con estos?

-No soy muy bueno...¿qué tal un duelo mano a mano?

-Hum, sería buena idea, pero hace poco tuve un encontronazo contra un cobrador de deudas. El jefe dice que no debe dinero, ¡pero ese tipo lo hizo personal! Le di su merecido. –Ella se notaba sonreía debajo de la máscara, Heizou trató de contener un gesto de desencanto...pues él sabía bien qué pasó.

-Te felicito... -Respondió, sin ganas. -¿Alguna otra sugerencia?

-Sí, yo creo que... -Sin decir más, Kuki le lanzó un kunai de madera, Heizou lo esquivó, sorprendido. -¡Vaya, buenos reflejos! ¿Puedes pasármelo? –Él iba a hacer lo pedido, solo que ahora Kuki le volvió a lanzar otro, y otro, sorprendiéndolo con una kusarigama al finalizar su ataque, la que él bloqueó usando su dai, el que no quería sacar para no levantar sospechas. –Eres hábil...

-Gracias, supongo...

-Con eso parece que has pasado el examen, felicidades. –Ella extendió su mano, se veía sonreía.

-Quién lo diría. –Heizou alzó las cejas, pero al momento de acerarse a Kuki, ella dobló la muñeca hacia afuera, demostrando una pistola, él sujetó su muñeca rápidamente, y al ser el arma disparada, salió un polvo negruzco, por lo que comenzaron a forcejar, buscando golpearse, pero se bloqueaban o esquivaban los ataques, llegando al extremo donde los dos terminaron prácticamente abrazados, mirándose a los ojos.

-Ahora sí, aprobado.

-¡¿Qué demonios era eso?!

-Polvo de pimienta. Si te cae en los ojos, lo pasarás mal. –Los dos rompieron el abrazo.

-¿Ahora si no trataras de acuchillarme o cegarme?

-Para nada. Sin duda estás calificado, lo hiciste sumamente bien, cualquiera de los otros 4 tontos habría caído al primer golpe.

-¿Ya puedo saber tu nombre, entonces?

-Es pronto todavía para eso. Ven, chico nuevo. Empiezas hoy como miembro activo de la banda de Arataki...que debería tener mi nombre, pero por cuestiones de seguridad, lleva el nombre de ese cabeza hueca.

Los dos finalmente se relajaron, recogieron sus cosas, y ahora tocaba la parte importante, que era justamente la de hacer algunos mandados.

Kuki sin duda alguna ponía pruebas de fuego, pues ponía a Heizou a llevar la carreta de los mandados, a buscar mejores precios, quería ver qué tanta paciencia tenía, y vaya que la tenía.

El chico se limpiaba el sudor, se le veía fastidiado. La chica iba enfrente de él, a la cual se le cayó su monedero, por lo que naturalmente se agachó para agarrarlo.

Él levantó la vista justo cuando eso pasó, por lo que vaya que abrió los ojos al ver el trasero de Kuki, la que siguió caminando como si nada. Era la primera vez que se fijaba en el cuerpo de la chica, que llevaba ropa muy reveladora, nada que ver con una miko.

Genuinamente era la primera vez que tenía un pensamiento así, por lo que trató de despejarse inmediatamente, pues ella era, quizá, la hija de sus clientes, y aunque la chica sí tenía un cuerpo muy lindo, era algo que iba contra su código como investigador.

-Heizou, no quedes atontado, hay cosas por hacer todavía.

-Ya, ya... -Siguió su camino, pero ese pequeño pensamiento no lo estaba dejando pronto.

En la noche, Kuki llegaba a su departamento, quitándose los adornos del cabello, así como los lentes de contacto de otro color, y finalmente el detalle de la máscara.

Al tumbarse en su cama pensó lo productivo que había sido el día, finalmente alguien con más de dos dedos de frente había llegado a la banda, lo que era un gran decir, y eso la tranquilizaba, pues ya no tendría que batallar tanto.

Se había dado cuenta rápidamente, con tan solo pelear contra Heizou, que él era el cobrador con el que había peleado, y el hecho de que también usaba dai, lo delataba más sencillo.

-¿Qué es lo que busca...? ¿Mis padres lo habrán contratado para que averigüe mi identidad? Seguiré su juego a ver qué saco.

Él había sido el único hombre que había podido igualarla en combate, lo que para ella ya era un gran decir, así que despertaba en su interior la emoción de que finalmente tendría un rival para pelear y con el cuál superarse a sí misma, pues lo que era la banda de Arataki...bueno, era punto y aparte.

Un buen compañero de pelea era lo ideal, quizá podría sacarle provecho de eso, y Kuki sabía que el chico le iba a seguir el juego porque a sus papás les interesaba esa información.

De cualquier forma...tenía una idea.

-Podría hacer que se enamore de mí y así él no se atreverá a contarle mi secreto a los entrometidos de mis padres. Qué lista que sos, Kuki. –Se rió ella, alegre.

Por su parte, Heizou llegaba cansado a casa, solo pensando en bañarse y dormir inmediatamente. Les cobraría el doble a sus padres si es que esa chica resultaba ser Kuki, pues vaya que resultaba un dolor de cabeza averiguar su identidad.

Justamente al acostarse, recordó lo que había visto durante las compras, el cuerpo de la chica de rostro misterioso, por lo que comenzó a tener una erección.

-¡Oh vamos, no me hagas esto, amigo! –Comenzó a dar vueltas en la cama.

Si ella no era la hija de sus clientes, ¿tenía un impedimento para salir con ella? En su punto de vista, no lo tenía.

-Podría hacer que se enamore de mí y así ella me revelará su identidad. Si es o no la hija de mis clientes, de igual manera saldré ganando. –Qué listo que sos, Heizou. –Se rió él, alegre.

Eran tan buenos estrategas...que hasta tuvieron la misma idea, lo que resultaba muy irónico, y hasta gracioso en cierto sentido.

Al día siguiente, Kuki llevaba en manos un taiyaki para Heizou, buscaría sonsacarle información, aparte de tenerle cumplidos y tratarlo bien, pues eso le gustaría seguramente.

Por su parte, Heizou llevaba en sus manos una muñeca kokeshi, las mismas representaban el amor o la amistad, él la llevaría con el pretexto del inicio de una colaboración fructífera, dejando la puerta abierta para algo más.

Ya en sus investigaciones anteriores él había usado técnicas de seducción, y claro, él era atractivo, así que podría sacarle mucho jugo a eso.

Llegada la hora de encontrarse, se vieron llegando con algo en manos, lo que los sorprendió de igual manera.

-¿Hola? –Se dijeron a la vez.

-¿Esa es una kokeshi? ¿Irás a ver a tu novia o algo así? –Preguntó Kuki de forma directa, pues no pensó en que Heizou podría tener novia, pues de ser el caso, su plan se iría al caño.

-¡Ah, no, no es eso! –Respondió él, bastante extrañado, pues la pregunta lo sacó de ritmo, especialmente porque no esperaba algo por el estilo. –La compré pensando en ti, en señal de que iniciemos una buena amistad.

-Oh...

-¿Y tú tienes dos taiyakis...? ¿Verás a tu novio o...?

-No, yo novio no tengo.

-¿Es para Itto?

-Primero muerta a darle algo a ese zoquete. Quería que compartiéramos un taiyaki...por el inicio de nuestra amistad.

Los dos se quedaron un momento en silencio, y naturalmente después de eso se sonrojaron, mirando para otro lado. Al momento de intercambiar detalles, los dos se dirigieron al río que pasaba por la ciudad, sentándose en la orilla del mismo, comiendo del taiyaki mientras miraban al horizonte.

Pensaban en algo para hacer, pues en el plan que los dos tenían, seguramente habría algo en lo que pudieran encajar, y de ahí tratarían de explotarlo lo mejor posible.

Era relativamente temprano, así que actividades había muy, pero muy de sobra, y lo primero que se les ocurrió fue ir a la casa de té, pues después del taiyaki, algo de beber no les vendría mal.

Pedirían lo mismo, que era un té helado.

-¿De qué sabor?

-Matcha. –Respondieron al unísono, mirándose con cierta sorpresa.

-No pensé que te fuera a gustar ese sabor.

-No es que sea mi favorito, es mi segundo mejor.

-¿Y el primero es...?

-...Dango -Respondieron nuevamente al unísono, por lo que tras una mirada de incredulidad, los dos sonrieron.

Heizou pensó que Kuki se quitaría la máscara para beber, pero no, usaba un popote, el que tenía usaba por debajo de la misma, pues era hasta ingenioso.

-Tenemos gustos parecidos, ¿no crees? –Preguntó él.

-Claro que sí, ni yo lo vi venir, ¿sabes? Pero eso no es lo importante, ¿algo más que quieras hacer? 

-Por qué no vamos a la zona de juegos de mesa.

La idea era buena, pues se trataba de un negocio en su mayoría de juegos de mesa, así como algunos de duelo de parejas, y el primero que pensaron fue tirar la cuerda. Heizou estaba un poco confiado, al final de cuentas era hombre, así que a la hora de iniciar la competencia, se llevó una sorpresa al perder la primera ronda contra Kuki, quien apenas había hecho esfuerzo.

-Oye, no por ser mujer soy débil, te puedo patear ese trasero cuando quiera.

Llegado el momento de ponerse serios, el muchacho jaló con fuerza, lo que hizo sonreír a Kuki debajo de su máscara, por lo que llegaba la hora de ponerse serios.

Ciertamente estaban a la par, pero Heizou recordó que la fuerza no solo provenía de sus brazos, así que puso fuerza en la cadera, jalando más fuerte, comenzando a ceder a su favor.

Y así, Kuki fue jalada por la cuerda a la vez que se escuchaba un "crack". Había sido la espalda de Heizou, pues no había calentado bien.

-¡Auch! –Gritó, causando la risa de su contraria.

-¿Todo bien?

-Sí...yo gané. –Dijo él, rojo de la cara mientras se llevaba una mano a su cadera.

-No siempre hay que ganar a cualquier precio. –Ella le dio un golpe en el hombro.

Finalmente fueron por algo más tranquilo, que era ya los juegos de mesa, que eran de estrategia, y siendo los dos brillantes en ese aspecto, vaya que era una lucha de ego más que de otra cosa.

No les fue muy bien, pues quedaron empates en ajedrez y en damas, así que para relajarse, irían por un helado...más o menos.

Kuki volvió con la idea de un batido, Heizou sí escogió un helado, por lo que comenzaron a caminar en las calles de Inazuma.

-¿Por qué la máscara? Veo que tiene más ventajas que desventajas.

-Nada de eso. Lo que pasa es que...no suelo ir por ahí comiendo cosas en la calle, o por decirlo pronto, no suelo tener citas.

-Entiendo...¿y por qué la usas?

-Es muy pronto. Debo pasar de incognito porque...bueno, ¿cómo decirlo? Es mejor mantener un perfil bajo cuando se está en la banda de Arataki. El jefe siempre sale con alguna estupidez y para evitar las vergüenzas públicas, preferí usarla.

-Suena casi creíble.

-Oye, es verdad. –El chico notó que Kuki no dejaba de mirar su helado, lo que se le hizo curioso.

-¿Quieres un poco?

-No...con el batido estoy bien. –A pesar de eso, ella siguió mirando el helado.

-Vamos, no tengas pena.

-Está bien, no soy de esas de "ay, qué asco tus babas". Lo irónico es que esas tipas se besan al primer tonto que ven. –Rió ella. –Así que presta. –Ella le arrebató el helado a Heizou, dándose la vuelta para comer un poco, colocándose la máscara nuevamente. El muchacho, ciertamente, se sintió decepcionado.

-¿De verdad? –Exclamó él, haciendo un gesto con las manos de "en serio".

-No me juzgues. Debo mantener la compostura. Por cierto, ese sabor también me gusta, vaya casualidad, te lo juro. Es por...

-Motivos de seguridad, ya lo sé. –Una idea se le atravesó por la mente al muchacho. –O no será que...¿en realidad eres fea?

-¡¿Disculpa?!

-¡O quizá tienes algo que te causa inseguridad! ¡Un grano enorme, labio leporino, una cicatriz, o mucho acné!

-¡¿Eres estúpido o qué te pasa?! ¡Vaya forma de tratar a una chica!

-Vamos, no te lo tomes a mal. Si tienes algún rasgo que te incomoda, deberías mostrarlo, no tienes nada de qué avergonzarte.

-Ahora sé por qué no tienes novia...

-Y si no eres fea, ¿por qué no tienes novio? –Sonrió él, provocando.

-¡Oh, con qué esas tenemos, perro! –Ella arrojó su bebida al suelo, poniéndose en guardia. –Quieres hacerme enojar, te patearé el culo tan fuerte que no podrás sentarte en una semana.

-Oye, no dije algo que no fuera mentira, de hecho es una pregunta va... -La chica le soltó un golpe, sacándole sangre de la nariz. –Válida...

-Todavía quedan más de donde salió ese...

-¿Te da coraje porque en realidad es verdad, chica fea? –Sonrió Heizou, limpiándose la sangre de la nariz.

-Te dejaré tan deforme que el único feo aquí serás tú.

Sin esperarse un segundo, los dos sacaron rápidamente sus mejores golpes a la vez que corrían a uno de los callejones solitarios para poder pelearse más a gusto.

Era como la pelea inicial, aunque eso sí, por cada golpe que Heizou le daba a Kuki, ella se curaba, lo que desgastaba al muchacho, pues él no tenía esa habilidad, aunque también notaba que cuando sus golpes se hacían más fuertes, ella comenzaba a golpear más lento o a tener menores reflejos.

Justamente aprovechando eso, Heizou dio una patada de media luna, derribando a Kuki, bloqueando un golpe que le iba a dar directo en el rostro.

-¡Je, ¿no dijiste que ibas a dejarme deforme?!

-Todavía no me derrotas, imbécil. –Ella usó el mecanismo de pistola para lanzarle el polvo de pimienta directamente el rostro a Heizou, quien comenzó a toser, rojo de la cara. Kuki aprovechó para darle sus mejores golpes, poniéndolo de rodillas. –Di otra vez que soy fea, maldito.

-¡Si no eres fea, ¿por qué te ocultas?!

-¡Ya te lo dije!

-A otro perro con ese hueso. –Usando el mango de su dai, Heizou golpeó la pierna de Kuki, quien de inmediato se retiró, dolida, pues estaba débil después de usar mucha de su fuerza.

-Muy bien, a sacar la artillería pesada. –Kuki desenvainó su kusarigama, girando la misma para arrojarla contra Heizou, quien la desvió con un ataque anemo, corriendo hacía Kuki para envolver su puño en una esfera de aire, apuntando directamente contra ella.

-¡No caeré en el mismo truco dos veces! –El impacto de la bola de aire fue suficiente para romper la máscara, causando que Kuki cayera para atrás.

-Ugh...malnacido... -Ella simplemente miraba al suelo, enojada.

Heizou quedó más impactado de lo que pensó, pues sí, era ella, la chica que tanto buscaba estaba frente a sus ojos...pero había algo más. 

No era exactamente igual a la que había en la foto, se notaba mayor, aparte de que el peinado y más cosas le favorecían, sin duda alguna, era justo como cuando ese pensamiento intrusivo se le pasó por la mente.

-E-eres preciosa...

-¿Uh?

-¿Qué? -Heizou lo dijo sin pensar.

-Dijiste que soy...

-Preciosa...

-Eres un maldito estúpido, ¡Tanto escándalo para esto! -Ella estaba sonrojada. -¡Te dije que no era fea, ¿Por qué tanta insistencia?! ¡No, ya sé por qué!...Te contrataron mis padres, ¿Verdad? Por eso te uniste a la banda de Arataki, nadie se une aunque aceptamos a cualquier pendejo. Tú eras el enmascarado que me persiguió hace unas noches, tú eras quien seguía a Yae Miko, ¿Qué harás ahora? ¿Le dirás a mis padres para que me hagan la vida imposible una vez más? -La chica comenzó a llorar. -Todo ese cuento de que tenemos mismos gustos y el regalo fue una fachada, incluso tus palabras lindas de ahora son tan falsas como mis aspiraciones a ser Miko. Toma tus cosas y vete de aquí de una vez.

-Yo...lo siento. Tus padres me contrataron, eso es cierto pero...ahora entiendo por qué haces lo que haces. -Él le ofreció la mano, ella la tomó, pero no dejó la oportunidad de darle otro golpe que le hizo sangrar la nariz.

-¡Detective de mierda, ese último golpe me dolió!

-¡El que me acabas de dar también me dolió! -Heizou se llevó la mano a la nariz. -Lo que quiero decir es que no te voy a delatar con ellos...ahora veo por qué quieres ser libre...ser Miko es un honor, pero qué flojera me da el solo pensar que vivirás en el Santuario Narukami casi todo el día y toda la semana...solo rezando y atendiendo a turistas que preguntan pura estupidez.

-Entiendes bien...

-¿Quieres una sugerencia? Mañana debo darles mi reporte de hallazgos, estaré en tu casa a eso de las 12, ve y diles que pasabas a saludar, claro, llévate tu ropa de miko. Eso ayudará a evitar sospechas.

-¿No sería más sospechoso?

-No, porque solo te he "visto de lejos".

-Muy bien...supongo que con eso estamos de acuerdo. –Ella se dio la vuelta, dispuesta a irse, Heizou miró al suelo, apenado.

-Oye. –Dijo. Kuki volteó a verlo. –Eso de que eras fea...era broma. En realidad sí eres bien parecida, incluso más que en la foto que me dieron tus padres.

-Gracias. Esa foto es de hace 3 años...te podrás dar cuenta que ya no me veo tan adolecente. –Sonrió ella de forma tierna, lo que sonrojó al muchacho. –Pareces un tomate. –Rió Kuki. –Creo que por el bien de ambos, no debiste romperme la máscara.

-Eh, sí lo siento...de verdad.

Ahora sí, los dos se fueron caminando en direcciones opuestas, se verían mañana para resolver el asunto que debían finiquitar.

Y sí, cuando Heizou llegó a casa de los padres de Kuki, ella ya estaba ahí, lo que sorprendió al muchacho. Vestía su ropa de miko, por alguna razón así vestida no la veía tan atractiva como ayer, supuso que era porque lo relacionaba con algo que era sagrado, como lo sería la figura de una monja en Mondtstand.

-Ah, Heizou... -Los padres de Kuki se miraron, nerviosos. –Qu-qué bueno que pasas a visitarnos, ¿ya conocías a nuestra hija? –Ella le sonrió, confiada.

-No...no la conocía, solo la había visto de lejos. ¿Pero no debería estar en el cerezo sagrado?

-Tuve unas pequeñas vacaciones y decidí visitar a mis padres, ¿eres amigo de ellos?

-Relación de trabajo, diría yo. –Heizou rió nerviosamente.

-¡Sí, vamos a hablar de negocios justo ahora, así que, querida, yo atiendo a la visita, tú quédate con Kuki! –Dijo el papá de la chica, quien se llevó tomado de un hombro a Heizou. -¿Y bien? ¿Descubriste algo?

-Sí. Puede estar tranquilo... -El muchacho miró por la ventana a Kuki, quien se veía feliz. –Su hija no tiene que ver con la banda de Arataki. La identidad de la chica misteriosa es de una extranjera que no tiene papeles, por eso oculta su rostro. Y vi a su hija hace unos días rezando en el cerezo sagrado.

-Uff, eso me quita un gran peso de encima. –El papá de Kuki le dio un sobre. –Aquí está el pago por tus servicios. No sabes lo feliz que me hace escuchar eso.

-Sí... -Heizou volvió a mirar a Kuki. –Su hija también es feliz haciendo lo que hace. Eso es más importante. –Sonrió él.

Cuando llegó el momento de despedirse, Kuki también se iría con el pretexto de visitar a unas amigas, por lo que se despidió de sus papás, saliendo de la casa con Heizou.

-¿Y qué te dijeron?

-Me pagaron más de lo que acordamos...digamos que fuiste un hueso difícil de roer.

-Le sacaste dinero a mis padres y el resultado es una mentira. Si no me fuera conveniente, les diría lo que hiciste.

-Tengo una idea...¿te invito un helado? Un helado de sabor dango, nuestro favorito. Y ahora que sí puedes comer...no tendrás que comer del mío.

-De acuerdo. Trató aceptado. –Ella lo tomó del brazo, por lo que así se fueron caminando.

-Ya me acostumbre a verte con la máscara. Te compré una para no sentirme tan mal...

-Qué lindo detalle. Ahora que lo pienso, no te había dicho que también te me haces bien parecido...ya eres miembro de la banda de Arataki, así que nos veremos seguido.

-¿No puedo renunciar? Prefiero hacer mi trabajo.

-Ups. Ya le vendiste tu alma al diablo, así que te aguantas. A propósito, Heizou...

-¿Dime? –Kuki le dio un beso en la mejilla, algo que lo hizo sonrojarse, teniendo casi el mismo color de su cabello.

-Gracias por cubrirme. Llegué a pensar que romperías tu promesa.

-Yo...me gustaría tener más citas contigo, por eso no dije nada.

-¿Consideras esto una cita? Pues sí, parece que lo es. –Rió ella. –Acepto tu propuesta...quiero tener una cita contigo.

-Bien... -Ahora él le dio un beso en la mejilla a Kuki, lo que le sacó una risa burlona.

-Hazlo bien, no es que te vaya a morder.

-Pero no me regañes... -Cuando el chico volvió a voltearla a ver para preparar el beso, ella lo agarró de la nuca, robándole uno en los labios. Como él tenía los ojos abiertos, vio como Kuki los tenía cerrados, disfrutando el momento.

El día apenas empezaba, el helado era la primera actividad del día...tenían mucho por hacer para terminar de enamorarse. Curiosamente, querían enamorar a su contrario para salirse con la suya, pero los que se terminaron enamorando fueron ellos.

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Yeah, boy. 

Un poco tarde, pero es porque andaba ocupado, jaja.

Solo me faltaba corregir la ortografía, pero aquí esta este capítulo, que la verdad me surgió una buena idea, y no la quise desaprovechar, solo espero les haya gustado, porque me costó escribirlo porque he andado atareado con el trabajo

En fin, el ship la verdad no lo he estudiado mucho, pero sé que es popular, y si puedo aportar algo a ships que no tienen mucho escrito en wattpad, la verdad me agrada, me recuerda a que fui el primer fic de genshin impact en habla hispana en wattpad, todo lo que vi antes fue en inglés y la verdad sembrar esos precedentes me gusta. 

Nos vemos en dos semanas, estoy todavía pensando en qué escribir. Tengo algunas ideas para un

YaexTabibito (lemmon)

El AetherxNilou

Y sé que tengo algunos pendientes, pero no se me han venido buenas ideas a la cabeza, por eso nos lo he hecho jsjsjs

Si tienen alguna petición, ya saben, pueden ponerla por aquí, serán escuchados...pero no sé cuánto tiempo me tome pensar en algo jaja

Siempre tuyo:

-Arturo Torres.

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