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¿Praeter amicitiam? Acto uno

(Praeter amicitiam?=Más que amigas?)

(ok, sé que dije que iba a hacer XiaoxLumine...pero lo escribí, no me gustó, se me vino el tiempo encima y para no dejarlos sin nada mejor les traje esto :v le cambié el final ya que quería darle un final triste pero sí se ve muy forzado, de todos modos, esto abre un hilo que todavía falta por continuar [a menos que sea un fracaso, de ocurrir eso lo dejaría aquí :'v])

Era un día como cualquier otro, apenas estaba llegando a este nuevo mundo, y realmente conocía muy poco.

Hacía dos semanas que la conocí, era una chica más o menos de mi altura, de larga y luminosa sonrisa, le gustaba tener lentes en su cuello para usar las alas.

De hecho, ella fue quien me enseñó a volar, de forma literal, jaja. Fue un momento, lo admitiré, un poco estresante para mí, ya que no lo lograba de ninguna forma, hasta que ella, riendo y acariciándome la cabeza, me lo dijo un poco en broma.

-Piensa en mí. No es por ser altanera, pero soy la campeona de vuelo, ya me has visto volar, así que piensa en mí y quizá lo logres. –Dijo, sin dejar de dar pequeñas risitas, yo me llevé una mano al mentón.

-Está bien, dije sin pensar.

-¿Eh? –Sin miramientos, me lancé hacía la estatua del Arconde anemo, pensando en Amber mientras volaba. -¡Oye, no hablaba enserio, Lumine! ¡Debes estar bien concentrada al volar o podrías tener un accidente!

Hice más bien caso omiso de esas palabras, pensando en la sonrisa de Amber, lo que me hizo imitar el gesto. No sé por qué, pero de solo pensar en esa hermosa sonrisa, me siento feliz, muy feliz, luego pensé en sus cabellos, en su moño que la hace parecer una coneja, en sus lindos ojos castaños...

Me sentía bien, no dejaba de pensar en ella una vez lo hice, sin saber realmente el por qué. Y cuando menos me lo esperaba, había cumplido el desafío que ella me puso.

Hice todo el recorrido en menos del tiempo que ella me había pedido, y justamente ella venía corriendo con un cronometro en la mano, su moño se movía sin cesar así como sus lentes que tenía en el cuello.

-¡Lumine, fue impresionantes, fue de los mejores records que he visto, incluso creí que batirías el mío propio! –No podía verle la cara, estaba un poco rosada de las mejillas. Había pensado en ella y eso me dio las fuerzas necesarias no solo para continuar, sino incluso para lograr superar este reto. -¿Lumine? ¿Qué tienes?

-Na-nada...solo tengo hambre. –Reí de forma nerviosa, sin verla todavía.

-Hum...tiene sentido. ¡Ya sé, vayamos a El buen cazador, seguramente la especialidad del día estará excelente!

Amber fue corriendo para tomarme de la mano, viéndome de nuevo con esa hermosa sonrisa mientras comenzaba a correr, llevándome un poco a rastras por la sorpresa inicial.

Luego, ambas fuimos a la misma velocidad, quedando a la distancia, no podía evitarlo, su sonrisa se me contagiaba de nada más verla, lo que me sorprendía de verdad.

Llegamos un poco agitadas al restaurante, pidiendo un algo de agua y comida. La especialidad del día era carne de mora, por lo que ambas pedimos una sola ración ya que era algo muy pesado para una sola persona, de ahí que decidiéramos compartir.

Nos sentamos una frente a la otra, cada una con sus cubiertos, platicábamos de cualquier tema menos los que tuvieran que ver con lo que acaba de pasar...me sigue apenando un poco eso...pero tratándose de Amber.

-Me sorprende que cuando pensaste en mí lo lograste. –Dio una pequeña risita. –Me sorprende que mi ejemplo te haya guiado. No por nada soy la campeona de vuelo, jeje. -Yo no respondí, solo bebí de mi vaso como si nada, mirando a otro lado. –Porque pensaste en mi ejemplo, ¿verdad?

Su tono de voz se notaba un poco tímido, aparte de que los poros de sus mejillas se coloreaban de un muy hermoso color rosado, que la hacía ver más hermosa de lo que ya era.

Maldición, desde que empecé a pensar en lo linda que era la sonrisa de Amber ya no puedo dejar de verla de esa forma: una chica muy linda.

-S-sí...es muy obvio que sí. Cuando vuelas pareces una gaviota en pleno vuelo: muy bella y elegante. –Procesé lo que acaba de decir, y lo peor es que lo dije con una sonrisa en mis labios. Pude ver que el sonrojo de Amber se hizo más notorio que antes.

-¡Gr-gracias, Lumine! N-no me esperaba que dijeras eso, aunque me da gusto, eso solo confirma en que he desarrollado bien mi técnica de vuelo. –Ahora su tono de voz se notaba muy nervioso y apenado, preferimos seguir comiendo sin decirnos nada.

El ambiente se había tornado un poco incómodo, aunque no quería que fuera así, y para mi suerte Paimon iba llegando, tomando asiento junto a nosotras dos, quejándose del hambre que tenía, como no era raro.

Más que platicar entre nosotras, las dos le contábamos a Paimon lo hecho esa jornada, y lo planeado que teníamos para después, que era salir de cacería para así refinar nuestras habilidades de combate.

Quedamos en que ella me enseñaría a usar el arco, esperaba que cumpliera con su palabra.

Acabando la comida, el ambiente incómodo había desaparecido entre las dos, lo que fue beneficio para mí, quizá después le aclare todo y le diga la verdad...que pensé en ella, pero en ella en sí, no en su forma de volar, y que tenía en mente más precisamente su sonrisa.

Solo espero que no me vea como un bicho raro...

Ella tenía su arco, disparándole a una manzana en pleno árbol, cortando la rama que la sujetaba, haciendo que cayera al suelo.

-Buen tiro. –Elogié.

-Gracias. –Sonrió, causando que mi corazón empezara a latir un poco rápido, incluso me llevé la mano al pecho para cerciorarme de que no era algo de mi imaginación. –Cuando te enseñe a usar el arco, así de bien lo usarás.

Yo tenía en mis manos un arco de principiante que ella me había prestado, era ligero, pequeño y con pocos detalles en comparación del suyo, que era un arco de Favonius, aunque eso era lo de menos.

Lo importante es que preparé mi tiro, ella negó con la cabeza antes que nada, colocándose detrás de mí.

-Toma el arco así, de lo contrario te lastimaras. –Sujetó mis manos, lo que de nuevo me hizo acelerar el corazón, algo que me sorprendió un poco.

Aparte de eso, sentía un poco sus senos contra mi espalda, lo que me ¿gustaba? No, no me gustaba...no puede ser eso.

-Oye, presta un poco más de atención. –Pidió, sin estar enojada, yo regresé al mundo. –Tómalo así, debes tensar la cuerda de forma correcta, y pon los pies en una posición adecuada.

Con uno de sus pies le dio un golpe al mío, haciendo que abriera más el arco de mis piernas, así que adopté una posición en donde ella parecía me tenía dominada.

Disparé en cuanto ella me lo dijo, acertando a la manzana, a ambas nos dio gusto, así que apenas nos vimos, sonreímos de forma amplia, dándonos un pequeño abrazo para celebrar la victoria del día.

-Serás una excelente maestra. –Halagué.

-Y tú una muy buena alumna.

Seguimos practicando hasta que cayó la tarde, había acercado a todos los objetivos que ella me puso, así que nos dimos por muy bien servidas, aunque eso sí, me dolían bastante los hombros.

-Si quieres puedo darte un pequeño masaje. –Dijo, emocionada, colocándose detrás de mí.

-¡N-no! ¡No es necesario, Amber, no te molestes, seguramente también estás cansada!

-Para nada. Yo nací con un arco y una flecha en las manos, así que mis músculos están acostumbrados. –Me sonrió, tomando mis hombros con cuidado no sin antes hacerme el cabello hacia adelante. –Solo relájate, Lumine. Por favor.

-Bi-bien... -Suerte que ella no me ve, pero siento bastante calor en la cara...y eso no puede significar otra cosa como no sea que estoy sonrojada.

Sería mentira si digo que no disfrutaba del masaje que Amber me daba, era bastante relajante, me estaba dando un poco de sueño, pero dormir afuera era mala idea, de ahí que luchaba contra eso.

Irónicamente, mientras más luchaba por no dormirme, más me cansaba y más me pesaban los ojos, acompañado de que Amber tarareaba una canción.

-No te duermas. –Me susurró al oído, soplándome en el mismo, lo que me causó un escalofrío y que mis sentidos se avivaran otra vez. Ella rió.

-¡Amber, no hagas eso!

-Pude taparte la nariz, pero hubiera sido muy descortés de mi parte.

-Con tocarme la mejilla o algo similar hubiera bastado. –Hice un puchero y un gesto de desaprobación.

-Perdón, perdón. Lo digo enserio. Relájate, tus hombros se están poniendo duros, Lumine.

-Ya no me duelen, ahora que lo pienso. –Confesé, sorprendida. Ambas nos levantamos, yo movía mis hombros, comprobando en que estaban como nuevos.

-Je, mis manos son mágicas, así que siempre te harán sentir bien. (Piensen en estas mismas palabras pero en otro contexto...) (:v)

-Supongo que lo menos que puedo hacer es darte las gracias, Amber.

-Despreocúpate, somos amigas, no hago esto esperando un pago o un favor a cambio. Lo hago...pues por eso, porque somos amigas, ¿no es así? –Miró al suelo, apretando su pie contra la tierra, como si apagara una coleta de cigarro.

-Claro que lo somos, Amber. –Reí, dándole un abrazo, uno muy afectivo. Volvía a cometer un acto inconsciente. Cuando quise separarme, ella me lo impidió, respondiendo al mismo, envolviéndome entre sus brazos.

-Me alegra que lo pienses así, Lumine.

Nos separamos después de eso, aunque no dejamos de estar tomadas de la mano, regresando así a la ciudad.

Paimon nos esperaba en el mercado mientras veía algunas frutas, uno de los vendedores le regaló una, un poco extrañada por su presencia ya que no sabía que era Paimon.

Ella nos vio, volando directamente hacía nosotras, abrazándonos por igual.

-Ya llegaron, a Paimon le alegra. –Sonrió.

-Bueno...creo que nos vemos hasta el día de mañana. –Comenté, casi sin saber qué decir en realidad.

-N-no es necesario. –Noté que Amber se volvía a poner nerviosa. -Se pueden quedar en mi casa, hay espacio de sobra y no me molestaría darle alojo a dos amigas que lo necesitan.

-¡Paimon acepta! ¿Qué dices tú, Lumine? –Me preguntó, aunque con la mirada de Amber, que casi me suplicaban el sí, no pude decir nada, aceptando por presión, pero de muy gustosa de cualquier manera.

Ella me tomó de la mano, yo me sorprendí aunque, después de todo, vi pasear a algunas mujeres tomadas del brazo o estando muy cerca, por lo que puede ser algo "normal" aquí.

Lo que sí me extraña es la confianza con la que ella lo hace, Amber siempre me sonríe amablemente cuando la veo, a lo que yo regreso el gesto.

Quizá Paimon pueda decirme algo al respecto más adelante, necesito todavía saber las costumbres de aquí, aunque ella también miraba con una leve suspicacia.

Al llegar a su casa, preparábamos todo para acostarnos, ni siquiera teníamos hambre del enorme cansancio que nos cargábamos encima, de ahí que fuéramos directamente a la cama.

Amber preparó una cama para Paimon, que era la misma de uno de sus Barón Bunny, de ahí que fuera del tamaño perfecto para la pequeña hada.

-¿Y dónde dormiré yo? –Respondí, con una sonrisa, quería descansar ya.

-Sí...respecto a eso. –Amber juntó sus dedos, desviando la mirada al tiempo en que se sonrojaba. –Te-tendremos que dormir juntas...

-¿Eh? –Abrí los ojos de la sorpresa, ni yo misma me lo podía creer. -¡N-no tengo problema, de verdad!...¿pe-pero será espacio suficiente para ambas?

-¿Me estás diciendo gorda? –Amber infló una mejilla, molesta.

-¡No! –Traté de discúlpame en vano, Amber desvió su mirada con indignación, chitándome cuando intenté decirle algo. Después...ella sonrió.

-Es broma, sé que no era tu intención. –Se rió, torcí los ojos, un poco enojada. Pensé que de verdad se había tomado el comentario a mal.

Le insistí en que yo podía dormir en algún sofá o incluso en un rincón con una manta, pero ella quería que forzosamente durmiera en su cama.

Tendríamos que compartirla ya que, por temas de arquería, a Amber le dan dolores en la espalda si no duerme en una cama suave, y sí, su cama era bastante suave...¿por qué tenía que pasar algo así?

Suspiré pesadamente, yendo al baño a "ponerme más cómoda".

Paimon dormía como piedra en la cama de Barón Bunny mientras Amber apagaba algunas velas, dejando dos prendidas, que eran las que quedaban en la mesa de noche de cada uno de los lados de la cama, parece que aún no quiere dormir, a pesar de que le veo los ojos increíblemente cansados, incluso con algunas ojeras.

Me da la sensación de que esa mirada atontada y medio dormida de ella es linda, como si fuera una niña pequeña, y la verdad es que me le hubiera quedando viendo como tonta de no ser por qué sonrió.

-¿Sigues pensando en que el sofá era buena idea? –Me preguntó, yo me despejé de mis pensamientos, reaccionando finalmente. No me había dado cuenta que tenía puesto un camisón de color rojo y blanco, como la ropa que suele usar.

-No...es otra cosa, pero no tiene mucho caso. –Me fui a acostar a su lado, siendo cuidadosa y no haciendo muchos movimientos, apagando la vela que estaba a mi lado, recogiéndome el cabello.

-Hoy aprendiste a volar, felicidades. –Me sonrió, acomodándose en la cama, quedando un poco cerca de mí, apenas si cabíamos en la cama, de ahí que tuviéramos ese problema.

-Fue gracias a la campeona, claro. Jamás hubiera aprendido sin ti, Amber. –Sonreí, no pude ver bien el gesto que hizo debido a que no se alumbraba su rostro, pero el mío sí.

-Je, je. Quizá, quizá, pero también tuviste voluntad...y yo también quiero tenerla.

-¿De qué hablas? –Pregunté, dudosa.

-N-no era una broma cuando te dije que pensaras en mí...de verdad quería que lo hicieras, y me alegró mucho cuando me lo confesaste. Eso sí...también quiero tener la voluntad para decirte que te ves muy linda sonrojada. –Rió, no siendo raro, mis mejillas se pusieron coloradas, no me esperaba esa respuesta de ella.

-¡¿Eh?! ¡Amber, ¿po-por qué me dices esas cosas?! –Me llevé las manos a la cara, pero ella me las destapó lentamente.

-No te cubras, quisiera verte sonrojada todavía. –Sonrió...se fue acercando, y acercando un poco más.

¡¿Me iba a dar un beso?! ¡Podía evitarlo, arrojarla de la cama usando poder anemo, taparle los labios para que no me besara, poner mi mejilla para no recibir su beso, hacer para atrás mi cabeza, podía hacer muchas cosas!...pero no quería hacerlas.

Acepté lo que estaba por pasar, así que cerré mis ojos, poniendo los labios para que Amber me besara, pero las cosas se me hacían eternas, he escuchado que cuando una da su primer beso, el mundo se paraliza, ¡pero no pensé que fuera verdad!

-¿Lumine? –Me preguntó, yo abrí uno de los ojos. -¿Por qué haces los labios de esa forma tan chistosa? –Se rió un poco...yo me volví a poner roja como tómate.

-¿Qu-qué ibas a hacer?

-Había un mosquito...lo aplasté con mi pulgar. –Sonrió y sacó la lengua mientras me enseñaba su dedo sucio, por lo que se levantó para irse a lavarlo.

Yo me tumbé en la cama, sintiendo como si me estuviera alumbrando un reflector. Pensé que mi mejor amiga me iba a besar, y lo peor es que no hice nada para evitar. Quedé como una tonta, ¡maldición!

**

Me puse de espaldas contra la puerta del baño, mi corazón me latía a mil por hora, estaba roja de la cara, incluso mucho más que Lumine.

Estuve por besarla, ¡quería besarla pero me eché para atrás! Lo del mosquito fue un pretexto barato que me funcionó solamente porque me embarré el pulgar con cera mezclada con polvo para que pareciera, incluso se me quemó un poco.

Me siento como una tonta, y lo peor es que ella se dio cuenta que la quería besar...pero espera un momento, rebobinemos un segundo.

Ella había cerrado los ojos y puesto los labios como si quisiera recibir mi beso...lo vi tan claro como el agua por la luz de la vela que alumbra su rostro, y ella no vio mi enorme sonrojo porque nada me alumbra a mí.

Eso fue suerte para mí, me lavé la cara, casi escuchando el chillido de un metal al rojo vivo que es sumergido en agua, ¡así de caliente tenía la cara, por los siete!

Suspiré un poco, retomando fuerzas, debía controlarme... ¡pero es que Lumine es tan linda, apenas me puedo creer que ella esté durmiendo conmigo!

Ella me gustó casi inmediatamente de que la conocí...ya que sí, me gustan las chicas a pesar de que soy una chica, y me gustaba Jean hasta que acepté que jamás podría tener algo con ella.

Me aprovecho de que Lumine apenas sabe cosas de Teyvat para hacer gestos que parecen normales pero que en realidad...no lo son tanto, como tomarla de la mano, darle masaje, decirle cosas bonitas, eso es raro en nuestra sociedad...y lo hago porque mi corazón me lo pide.

Si ella lo supiera, quizá no tendría la voluntad de hacerlo, pero yo quisiera tener la voluntad. Un día, un día.

Regresé a la cama, arrojándome a la misma mientras reía, notaba a Lumine un poco incomoda, supongo que es relacionado a lo que intenté. Apagué la vela, ahora sí dispuesta a dormir, aunque sería complicado ya que tenía el corazón latiéndome desesperadamente.

Quedaba frente a frente con Lumine, ambos abrimos los ojos al mismo tiempo, como para ver si alguna de las dos estaba dormida. De inmediato los volvimos a cerrar, apretándolos con fuerza.

Como si nos pudiéramos leer la mente, ambas abrimos un poco el ojo izquierdo, que era el que teníamos recostado en la almohada y, por ende, se notaría menos si lo abríamos, aunque de todos modos nos dimos cuenta.

-¿N-no puedes dormir? –Me preguntó ella.

-No...me lavé la cara y eso me quitó el sueño. –Reí, aunque era mentira, ¿pero cómo decirle a mi mejor amiga que era debido a pensar en ella y que eso me hacía latir el corazón con rapidez? Era imposible, simplemente imposible.

-Es como si te despertaras de nuevo. –Rió también ella. –Yo tenía una costumbre con mi hermano. –Lumine me tomó de la mano, apretándola suavemente. –Cuando uno de los dos no podía dormir nos tomábamos de la mano y eso nos tranquilizaba, lo hicimos desde niños.

-Está bien...suena lógico. –Sonreí, apretando también mi mano suavemente, acercándome más, aunque haciendo que nuestras cabeza chocaran de forma accidental, lo que nos dolió a ambas, quejándonos un poco para después tallarnos la cabeza, mirándonos un segundo y luego soltándonos a reír.

Por una razón, cualquiera que fuera, sentí que la mano de Lumine me tranquilizaba y me regresaba el sueño, por lo que cuando abrí uno de mis ojos, que estaba ya medio cerrándose solo, vi que ella estaba profundamente dormida, incluso roncaba un poquito, lo que me hizo sonreír.

-Buenas noches, Lumine...quisiera decirte que te qu...no, mejor dicho, que te amo. –Susurré, cerrando mis ojos definitivamente para caer dormida.

A la mañana siguiente, me desperté abriendo los ojos de forma tranquila, teniendo mi vista borrosa hasta que se me aclaró, teniendo a muy escasos centímetros la mejilla de Lumine, seguíamos tomadas de la mano y yo, de forma accidental, le estaba tocado un seno, lo que me hizo abrir los ojos de la sorpresa...

Me quedé petrificada, no sabía qué hacer, ni siquiera respiraba, me comenzaba a salir un poco de sangre de la nariz al sentir lo suave que es el seno de Lumine, aunque no es muy grande...de hecho es como de mi tamaño.

Retiré mi mano de ahí sin querer queriendo, pero tenía que hacerlo antes de ella despertara o quién sabe en qué podría desembocar eso, lo siguiente que hice fue limpiarme con mi camisón la nariz, malamente quedó un poco de sangre en la almohada.

Lumine despertó, yo me hice la dormida de nuevo, cerrando los ojos para solamente escuchar un "¿Eh?" que hizo Lumine, saltando de la cama para ponerse a gritar.

Yo caí de la misma, también gritando ya que de verdad me asustó el grito que pegó Lumine en primer lugar. Ella estaba sonrojada de la cara.

-¡Amber, te sangra la nariz! –Me señaló de inmediato.

-¡Y tú gritas como desesperada! –Volvimos a gritar, Paimon llegó volando inmediatamente.

-¡¿Qué pasa aquí?! ¡¿Quién se infiltró en la casa, sea quien sea, Paimon le dará un golpe tan fuerte que no saldrá con vida de aquí?!...¿Eh? ¿Qué tienen?

-La-larga historia... -Dijimos al tiempo.

Para el desayuno, yo me había limpiado la nariz, y evidentemente Lumine me preguntó por qué me había sangrado la misma, le tuve que inventar que quizá había sido por el calor o por algún golpe que me hubiera dado contra ella, lo que sonaba tonto, lo sé, pero no se me ocurrió otra cosa.

Ese día había algunas cosas por hacer, primero que nada, práctica de tiro, nada podría salir mal...¿verdad?

A la hora de la verdad, estábamos cercando a un grupo de Hilichurns, ambas nos encontrábamos arriba de un árbol, preparando nuestras flechas de inmediato, los enemigos venían hacía acá, pero estábamos puestas en un punto donde no se nos vería tan fácilmente.

-A las tres...tres. –Disparé mi flecha, Lumine se sorprendió, disparando la suya también.

De forma inmediata, los Hilichurns se pusieron en posición defensiva, su líder, un metachurn que sujetaba un escudo de madera, se cubrió con el mismo, aunque todavía no sabían de dónde le llegaban los disparos.

Justamente, lancé una flecha prendida en llamas contra el escudero, así que su escudo se prendió.

Lumine disparaba flechas con energía anemo en las mismas, así que nos sonreímos cuando se creó un pequeño torbellino.

Seguidamente de eso, un ballestero que no habíamos visto por estar hasta atrás, le dio en la pierna a Lumine, haciéndola caer del árbol.

Había sido nada más que un rasguñó en la pierna, pero la caída fue lo que me preocupó.

-¡Lumine! -Grité verdaderamente asustada, cubriéndome contra el tronco del árbol, lo que fue buena idea ya que casi me llegaba una flecha al talón. Disparé rápidamente, derribando al ballestero para saltar del árbol.

Lumine se arrastraba desesperadamente dolida, eso sí, yo lancé un torrente de flechas desde arriba para matar al Hiluchurn del escudo, tomando a mi compañera del hombro, ayudándola a levantarse.

-Creo que me rompí algo.

-¡No, no digas eso, Lumine! –Ahora ambas caminábamos a toda prisa, aunque tomando en cuenta que ella estaba lastimada de la pierna, teníamos poca velocidad, tratando de escapar de forma inmediata.

Uno río se interponía entre nosotras, nos miramos de forma dudosa, no sabíamos bien que hacer, pero definitivamente no sería quedarnos ahí.

Yo me lancé al agua, esperando que Lumine hiciera lo mismo, pero ella no quería.

-¡Yo te llevo hasta la otra orilla, no te preocupes, ven rápido, Lumine!

-¡D-de acuerdo! –En efecto, como ella no podía nadar muy bien por su herida, ambas pataleábamos y usábamos los brazos muy a la fuerza, llegando con un poco de suerte a la otra orilla, donde ya los Hilichurns se dieron por vencidos, dejándonos en paz a pesar de que trataron de lanzarnos algunas rocas, una de las cuales le dio en la misma pierna a Lumine.

-¡Diablos! –Gritó ella, más lastimada de lo que ya estaba.

Al habernos cansado mucho por eso, caímos de inmediato a la sobra de un árbol, Lumine se revisó la herida, la que sangraba mucho, pero era por la misma adrenalina que habíamos liberado, aparte de que un enorme moretón se le hizo en la zona donde le golpeó la roca.

Ella se limpió la herida, comenzando a dolerse de verdad, ahora la caída le afectaba mucho, ahogando sus gritos de dolor al golpear el piso y retorcerse un poco. (Eso me recuerda a un capítulo de Pasajes de la guerra revolucionaria: Cuba, donde al Che Guevara le dispararon en el pie, uno de los guerrilleros lo ayudó a retirarse mientras estaban en plena balacera, y el Che cuenta que, poco a poco, y conforme se le bajaba el efecto de la adrenalina, cada vez se le hacía más difícil caminar y le dolía más la herida xd)

-Déjame ayudarte. –De inmediato hice lo propio para tratar una herida, si bien superficial, era importante que no se infectara o podría resultar en algo mucho peor, de ahí que tuviera mucho esmero, incluso regresando al río para mojar mi listón y así limpiar la herida, aparte de lavarme las manos.

El problema ahora era el dolor, conforme notaba que Lumine sufría por el dolor de la caída, yo no soportaba las lágrimas, soltándome a llorar de la desesperación, me dolía mucho verla sufrir de esa manera.

-Todo estará bien, Lumine, lo prometo, todo estará bien. –Sentí una bofetada en mi mejilla, lo que me sorprendió mucho.

-Cál-ma-te, Amber. –Lumine tragó saliva pesadamente, dolida. –No llores, por favor, no llores. Todo estará bien, eso lo sé, pero debes tranquilizarte o será más complicado salir de este enorme problema.

-S-sí... -Me limpié las lágrimas de los ojos a la vez que me tallaba la mejilla.

-Ay, Amber, perdón. –Lumine miró preocupada, acariciándome la zona que seguramente estaría marcada con su mano. –Soy una tonta, te di demasiado fuerte, lo siento mucho. –Ella se esforzó por abrazarme, escuché que soltó un pequeño quejido de dolor, por lo que respondí de la forma más suave que pude, ese abrazo me tranquilizó mucho, me hacía falta. –Demonios...regresar a Mondstadt será muy difícil.

-Yo me hago cargo de eso...

Monté a Lumine en mi espalda, aunque estoy segura que será la peor de las ideas, que si bien soy ágil y mis piernas y brazos son fuertes, tarde que temprano llegará un punto de no retorno.

No es necesario llegar a la ciudad, con que pueda divisar a Wilhelm, que se encuentra cerca de aquí, podremos llevar a Lumine sana y salva a la ciudad, pero será un recorrido un poco largo hasta allá...

Ni modo, no había de otra.

Caminaba lento, jadeaba de forma pesada y Lumine me decía que lo mejor era que ella se quedara en un lugar seguro para que yo fuera por refuerzos, que solamente sería peso muerto.

-No te puedo dejar a tu suerte, Lumine, no podrías ni tensar una cuerda con el dolor de tu cuerpo, sería un suicidio.

-Terminarás igual de dolida que yo...Amber, por favor.

-No, Lumine. No lo haré... -Seguí avanzando, jadeando más mientras trataba de apurarme en lo más posible, pero comenzaba a cansarme, claro.

No podía ver el rostro de Lumine...pero haría algo que ella me enseñó, así fuera de forma indirecta, pero lo tenía bien en mente.

Pensé en la sonrisa de Lumine, en esas veces que la había visto sonrojada, tan linda, cuando casi le di un beso en los labios...debía sacar fuerzas de ahí, no podía dejarla no por el hecho de dejarla a su suerte...yo amaba a Lumine, y no quería dejarla así ya que mi corazón no lo soportaría ni de chiste.

Ella notó que hacía mucho esfuerzo, por lo que, de forma dolorosa para mí, la escuchaba llorar.

-Te lo ruego, solo te vas a lastimar tú también si esto sigue así, ve aparte, yo estaré bien. ¡Recuerda tu espalda, por los siete, me dijiste que era muy doloroso para ti!

-¡Era mentira! ¡Lumine, yo no tengo dolores de espalda, mentí ya que quería que pasáramos la noche juntas, por eso lo hice!

-Amber...¿pero por qué querías pasar la noche conmigo?

-Eso te lo diré después...por ahora hay cosas más importantes en qué pensar, pero tuve que mentirte para que así fuera.

-No me gustan las mentiras. -Lumine me comenzó a jalar ambas mejillas con bastante fuerza, lo que me causaba bastante dolor, pero sé que a ella le va peor que a mí. -¡Dime la razón, Amber, me mentiste, y no hay mentiras blancas, así que no se te ocurra decir algo así!

Pensaba de forma rápida si decirle la verdad o una verdad a medias, aunque responder con una pregunta, en cierta medida, me librará de esto. Sé que uno de los caballeros queda por aquí, así que debo de hacer tiempo. 

-¿Y si te dijera que...me gustan las mujeres? -Cerré los ojos con fuerza, esperando una respuesta de Lumine negativa, lo que sería sinónimo de que no tengo oportunidad con ella. Sus manos dejaron mis mejillas.

-Eh...no esperaba esto, la verdad. A-aunque da la casualidad de que... -Escuché que suspiraba, como dándose fuerza a sí misma.

A lo lejos vi al caballero que anda por estos rumbos, así que de inmediato le grité, alzando una mano para que nos viera con más facilidad. Él vino corriendo a nosotras al ver que estábamos en verdaderos aprietos.

-Te recuerdo que de verdad hay cosas más importantes de qué preocuparnos. Pe-pero sí te diré yo...te quiero. -Lo último lo susurré lo suficientemente bajo para que mi compañero no nos escuchara pero ella sí, ambas caímos al piso, agotadas, especialmente yo.

Él cargó a Lumine, lo que me dio un poco de celos, debo reconocer, aunque era lo único que podía hacer para que ella esté bien.

Lo último que pude ver es que Lumine estaba sonrosada de sus mejillas, ya no lloraba, y me miraba con cuestionamiento. 

-Cuando nos veamos habrá muchas cosas de qué hablar. -Sentí eso como una advertencia, así que mientras Lumine se iba perdiendo a mi vista pude ver que ahora su rostro era de desesperación y preocupación.

Al quedarme sola, me llevé las manos a la cara, seguramente había hecho un terrible mal en decir eso, pero ya lo dije, no hay otra cosa que pueda hacer para remediarlo.

Lo que me atormenta el corazón es pensar en qué es lo que me dirá cuando nos veamos de nuevo...

(praeter amicitiam, continuará)

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Leí en la publicación que ese fue el sueño que Rex Lapis le mandó a Ninguang, algo me dice que muchas de ustedes quisieran un sueño así 7u7 Definitivamente los husbandos de Genshin son mi modelo de hombre: me dejaré el pelo largo, me pondré mamadísimo, usaré traje y trataré de crecer al menos 5 centímetros más xd

Regresando al tema, sé que estarán preguntando cuándo llegará el AetherxAmber, y quizá sea pronto, quizá no tan pronto, por ahora quiero sacar todos los capítulos que ya tengo escritos, aparte de centrarme en el AetherxLisa que tengo medio abandonado (sí, tengo un fic AetherxLisa, así que puedes leerlo si no lo has hecho y te gusta ese ship uwu), pero cuando acabe todos los caps que tengo escritos me dedicaré a darle punto final a los actos que tengo abiertos (este mismo capítulo, el del Tartas, Razor y Amber), o que en su defecto me han pedido continuaciones (AetherxSacarosa, RazorxLumine), tanto así que por ahora no se aceptan peticiones ya que sería llenarme hasta el cuello de cosas por escribir :'v

Espero les haya gustado este capítulo yuri , el siguiente, y aunque suene raro, es un cap Zhongtao (ZhonglixHu Tao), pero tranquilos, con algunas modificaciones para que a morax no se lo lleve el FBI :v

Nos vemos entonces, compartan, no olviden votar y comenten qué les pareció uwu.

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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