No soy de aquí ni soy de allá, parte 2.
Acababa de terminar con algunos ladrones de tesoros, era un buen entrenamiento, pero necesitaba más. Por lo que parece, ahora la señorita compite conmigo para encontrar la gnosis de Morax, y realmente debo encontrarla primero, debo llevarle la ventaja.
Quiero darle una pequeña lección de vida, pero sé que la forma en que lo hice es la menos indicada que hay. Parece que me ha estado cazando, no sé si he tenido suerte de encontrarla o no, pero ya llegaría la hora.
Por ese momento me dirigía a la casa dorada, seguramente ahí estaría la gnosis, y con ello, un paso menos para que la zarina pueda cumplir su sueño. Estoy casi seguro de que no será nada fácil, algo se atravesará en mi camino, ello lo apuesto.
Entré a la misma y acabé con los guardias de forma sencilla, por lo que solamente me quedó contemplar el cuerpo de morax, ahí, sin vida. Sonreí para mí mismo, caminando para sacarle la gnosis del cuerpo.
Lo que me sorprendió, y mucho, fue que delante de mí se colocó un monolito geo, que me impidió el paso. Apenas volteé a ver, recibí una bofetada que me dejó bastante mareado, y cuando puse mis ojos frente a mí, me reencontré con Lumine.
Ella tenía los ojos llorosos, apretaba los puños y escuchaba el rechinar de sus dientes, así que simplemente me acomodé la bufanda.
-Hola...te ves igual de linda que esa noche, ¿sabías?
-¡Cállate! ¡Eres un maldito, confié en ti, pensé que me amabas, y yo creí que por fin alguien me iba a amar!...pero me equivoqué, ¡ojalá nunca te hubieras topado en mi camino!
-Lo siento, pero eso ya no se puede. ¿Quieres desquitarte? –Hice aparecer en mis puños mis dagas hydro. –La bofetada que me diste fue un regalo que te di...pero no creas que te dejaré golpearme de nuevo.
En cuanto dije eso, ambos tuvimos una pelea, la que fue más difícil de lo que pensé en un primer momento. Le decía que le había quitado su virginidad y jamás se la devolvería, que no la amaba y que había disfrutado tanto de ella...me sentía mal por decir esas palabras, no me gustaba, en realidad, pero tenía que hacerlo.
Pensé que ella caería en mis provocaciones, y cuando tuve que liberar el poder de mi engaño para contrarrestarla, me di cuenta que nada podía hacer, ya que incluso eso no funcionó, Lumine me derrotó.
Vaya que esa mujer tiene carácter...es lo que más me gusta de ella.
Yo me encontraba en el suelo, ella respiraba pesadamente, la veía cansada, con falta de aire, y aun así se dejó caer arrodillada frente a mí, solamente para golpearme en la cara, dejándome la misma inflamada, un ojo morado y la nariz sangrándome. Le detuve las manos con la poca fuerza que tenía, ella se soltó a llorar en mi pecho, yo la abracé.
-Señorita...espero te haya sido suficiente.
-¡No! ¡Jamás me será suficiente, te odio y preferiría verte muerto! ¡¿Por qué no me mataste cuando pudiste?! Hubiera sufrido menos...
-Porque no quería matarte. –Tomé sus dos manos, sonriéndole. –Lumine...me gustas. Pero sé que jamás podremos ser algo ya que estamos en bandos diferentes, y quería que aprendieras algo importante: no confíes en nadie, a pesar de que sientas algo por esa persona. Sé que fui muy radical en mis enseñanzas, pero es la única manera en que podía dejarte claro ese mensaje. Te lo diré aunque sé que no merezco nada de ti...pero perdóname.
Ante la pérdida de sangre, cansancio y paliza recibida, quedé desmayado en el suelo, sin realmente saber si saldría vivo o muerto de la casa dorada. En todo caso, Lumine ya se vengó de mí...y de qué manera.
***
Me encontraba afuera de uno de los hospitales de Liyue, caminaba afuera del mismo para comer algo. Malamente no encontré la gnosis, ¿qué habrá pasado con la misma? Seguramente alguien de las siete estrellas la tiene, aunque eso no puedo saberlo.
Miré un pequeño oso de peluche, lo que me hizo sonreír, lo tomé y me di cuenta que mis nudillos estaban completamente magullados, lo que me apenó profundamente. Nunca antes había usado mis manos para golpear, y menos golpear a alguien hasta el punto de mandarlo al hospital.
Estaba pensando seriamente en lo que Nobile me había dicho...aunque no le quería creer, si alguien te gusta no le harás daño, así no puedas estar con él. Cada que me bañaba me seguía sintiendo sucia de tan solo pensar que él había tocado y besado mi cuerpo...no dejaría que unas simples palabras cambiaran mi parecer de él.
Ya luego hablaré con Nobile, es cuestión de esperar que despierte. Parece que quedó muy lastimado por usar su engaño...me sorprende que, a pesar de haberlo usado, no me haya podido derrotar. Digo, fue complicado, también me siento cansada, adolorida, pero no quedé tan mal como él.
El doctor me hizo una seña de que pasara a su consultorio, Nobile seguía teniendo el rostro un poco morado, especialmente de las zonas donde le golpeé más fuerte.
-Ya se encuentra mejor...¿cuántos ladrones de tesoros lo golpearon? Realmente parece que fueron ocho tipos y no cinco como usted menciona, el joven está muy lastimado.
-Ehm...no recuerdo bien, al final de todo no conté cuántos derroté, estaba más centrada en que él saliera vivo. –Dije, acomplejada. Mentí diciendo que yo había salvado a Nobile de unos ladrones de tesoros que lo estaban asaltando a golpes, y que por eso quedó así.
-Hum, ya no hay respeto por la vida. Suerte que vino a tiempo.
El doctor se fue y yo me quedé observando a Nobile mientras dormía, se veía tan frágil, tan vulnerable...seguramente como él me vio cuando pasó eso. Apreté mis puños, tomando una almohada, dispuesta a ultimarlo, pero se despertó, sonriéndome.
-Parece que, a pesar de todo, sigues enojada...te entiendo.
-¡Claro que lo estoy! –Mascullé, explotando inmediatamente. -¡Te aprovechaste de mí y luego me tiraste como una basura, claro que estoy con ganas de matarte, e incluso siento que eso sería quedarme corta!
-Hay una ley en los fatui...y esa es que la muerte puede ser la forma menos cara de cobrarse.
-Que conveniente que lo digas ahora. Si quisiera, puedo matarte ahora mismo, ¡y lo haré, no creas que...!
-Señorita. –Me interrumpió. -¿Sabes por qué lo hice?
-¡Porque me viste frágil, muy confiada en ti, querías tener ventaja de mí a como diera lugar, desgraciado!
-Debes volverte fuerte, señorita...alguien puede hacerlo enserio. Sé que estás enojada y estás en todo tu derecho, pero yo quería protegerte de los hombres que pueden ser peores que yo.
Quería llorar de nuevo, pero lo impedí, le arrojé la almohada en la cara, sentándome a su lado para a los segundos volverme a parar y dar vueltas por la habitación, sentía su mirada en mí.
A pesar de todo, parecía no mentir, pero eso mismo hizo la última vez, me dijo que era una tregua, pero la rompió de inmediato, apenas desperté esa noche. El nada más acordarme de esa carta que me escribió me hace hervir la sangre.
-¡Eres un idiota! Me hiciste sufrir como no tienes idea, incluso deseé la muerte para no sentirme sucia, a la gente que se le ama no se la hace sufrir, ni siquiera en broma.
-Lo sé... -Él estiró su mano, tratando de alcanzar la mía, pero se lo impedí al quitarla de golpe. –Incluso Signora me dijo que me era un desgraciado y que le daba asco por hacer algo así...pero tenía que mantener las apariencias, ¿qué me diría la Zarina si sabe que me enamoré del peor enemigo que tiene la organización?
-Quizá te encarcelarían...o te matarían para evitar una traición.
-Seguramente solo la primera. En todo caso...si saben que te herí, que te usé y que te hice pensar que te amaba siendo algo falso, ¿levantaría sospechas?
-N-no, pero aun así.
-Lo hice porque no tenía otra opción. –Suspiró. –Te seré sincero, me he metido con muchas mujeres, pero solo tú tienes un algo que de verdad me atrae.
Seguimos hablando de ese tema, y fue que, tras pedirme perdón mientras lloraba, sentí que decía la verdad. Se veía tan patético: en una cama de hospital, golpeado de la cara, sin poder moverse, y llorando como un niño pequeño...hasta yo, que lo había odiado a muerte, me sentí mal por él.
No lo perdoné, ya que lo que hizo no tiene nombre, pero sí que dejaría de tenerle ese rencor.
Le pedí permiso al doctor para poder cuidar de él y, como estaban cortos de personal, quedó más que encantado, lo único malo es que no me pagarían...ni me faltaba dinero, qué va.
Esa sería mi compensación por casi matarlo a golpes, y era especialmente gracioso ya que le daba sus medicinas, y era como tratar con un niño.
-No aceptaré esa cosa...es amarga, y sabe a ceniza.
-La buena medicina sabe a ceniza.
-Tch, eso no tiene sentido.
-¡Eres un adulto, Nobile, tómate la medicina y calla, debes hacerlo, es para que te cures!
-Puedo curarme solo...será más tardado, sí, pero me curaré aun así.
Sin miramientos, y como todavía no tiene fuerzas, le tapé la nariz, por lo que rápidamente se empezó a quedar sin aire, y no le quedó de otra que abrir la boca para respirar por la misma, así que ahí aproveché y le di la maldita medicina.
Para que no la tuviera tanto tiempo en su lengua y, por ende, le llegara más ese sabor amargo, se la tragó de inmediato, haciendo un gesto de asco, aparte de tener una pequeña ahorcada. Me reí bastante fuerte, creo que esa era mejor venganza que darle una golpiza.
Al día siguiente, me tocó darle de comer, era sopa que realmente se veía rica, pero él apenas está que se puede mover.
-Oh, señorita...¿me dará de comer en la boquita? Jum, que romántico. –Dijo, con esa risa tan característica de él, yo hice un gesto de desagrado, para meterle la cuchara en la boca sin miramientos, su cara fue de dolor, lo que me valió una risa. -¡Ah, está muy caliente!
-Je, je. Sal con tus chistecitos y así te irá.
-Y yo que pensé que la venganza había acabado ya. –Suspiró, comiendo nuevamente de la sopa, a la que ahora sí lo soplé. –Hum, está deliciosa. Si un día hay oportunidad, ten por seguro que haré borsch, sus ingredientes son fáciles de encontrar, y apuesto que te gustará.
-Suena...curioso.
-En mi madre patria es una receta especial...para enamorados. –Volvió a reír, yo fruncí el ceño y le di nuevamente la sopa sin enfriar, por lo que se quemó la boca.
-Tarado...
Desgraciadamente para mí, muy desgraciadamente, y como pasaba mucho tiempo con Nobile, fui presenciando su recuperación, pronto se pudo sentar en la cama, mover los brazos, un poco las piernas, pero ese no era el problema, oh no, ni de lejos.
El problema era que...hubo de nuevo esa conexión curiosa entre ambos, que yo quería negar pero existía, aunque no me gustara, así era, y eso es lo que más me enoja de todo este asunto.
Esa sonrisa, la forma en que se carcajea, lo amable que puede ser a pesar de todo, y el hecho de que es bastante agradecido.
De todos modos, yo tenía una duda, y quería confirmarla antes de que él saliera del hospital y estuviera completamente recuperado.
-Oye, Nobile.
-Dime, señorita.
-¿Me amas? En tu carta...
-No. –Hubo un pequeño silencio, su respuesta me sorprendió mucho. -No hagas caso de esa carta. Dije cosas que no quería y no sentía...era parte del plan que tenía, seguramente lo primero que te dije te dio igual, debiste prestar más atención a lo demás. Te amo lo suficiente para querer formalizar lo nuestro...pero sé que no se podrá nunca. –Torció la boca a modo de una sonrisa de desamparo, incluso en sus ojos se podía ver que decía la verdad.
-Sí, no lo puedo negar, en eso tienes razón. ¿Qué le haremos?
-Se puede hacer algo. Tú y yo no podemos ser vistos públicamente ya que me fusilarían por eso, por lo que harían de verdad lo que yo solo fingí hacer.
-No confundas mis sentimientos. –Dije, enojada.
-Je. De todos modos, esa es la verdad. Y solo hay una cosa que puede cambiarla. –Yo lo miré con cuestionamiento y extrañeza.
Al salir del hospital, Paimon me esperaba, así que ella me abrazó y yo a ella, sonriéndole.
-Paimon no puede creer que hayas aceptado ser ayudante en el hospital, ¡hay asuntos más importantes por hacer!
-Bueno, el montañés que me topé se veía muy mal, y en el hospital no hay personal suficiente, debía atenderlo yo.
-Sigo preguntándome quién era ese señor y por qué rayos lo intentaron asaltar.
Apenas Paimon dijo eso, cruzándose de brazos y poniendo su carita de "yo no sé nada", Nobile Salió por la puerta del hospital, poniéndose unos guantes negros.
Lo que habíamos hecho...es que, tal cual, lo disfrazamos. Usaba un traje parecido al del señor Zhongli, solo que con colores rojos y anaranjados, llevaba puesta una barba falsa (estilo León Trotsky), y su peinado era completamente diferente ya que se lo ricé, habría que decir. Su visión y su engaño quedaban guardados en sus bolsillos.
-Soy un hombre de negocios. Esos canallas querían obligarme a firmar un cheque con grandes sumas de dinero. Como me negué, intentaron matarme. Por suerte esta bella señorita llegó para salvarme la vida. –Él me dio un beso en la mano, dejándome sonrojada.
-¡Oh, así es Lumine, ella siempre está dispuesta a ayudar a los demás! –Las pequeñas piernitas de mi amiga voladora se movieron con mucha energía. -¿Y no ha pensado en compensarnos de alguna manera por el gesto? Tal vez algo de oro, o una cabaña fuera de la ciudad Je, je.
Nobile rió muy agraciado, intentando cambiar su tono de voz.
-¡Paimon, eso no se negocia!
-¡Wah, perdón!
-No hay problema, de verdad. Claro que pensaba en compensarla, y también a ti, pequeña. Hum, serías un excelente regalo para mi hermana, ¿ella está a la venta?
-Cinco mil moras basta.
-¡Oye, Paimon no está a la venta!
Tras unas risas que nos echamos, era hora de ser "recompensada". En el papel que él interpretaba, era para compensarme que le había salvado la vida de unos ladrones de tesoros. La realidad era por el hecho de que me mintió y me hizo pasar un trago demasiado amargo, más que la medicina que le obligué a tomar.
Aun así, ya no estoy enojada con él...o no tanto, ya que me creí por esos 4 días lo que me dijo en esa carta, y de solo acordarme me pone de malas, aunque ya sé por qué lo hizo, y tiene sentido...pero dejarme otra carta donde me dijera la verdad era mejor idea que esto...
Pues sí que le funcionó la lección que trataba de darme...
Caminando por el barrio comercial, él compraba lo que me venía en gana: prototipos de arma, provisiones, materiales que me pide el herrero para mejorar mi espada, en fin, tenía todo a mi disposición, y claro, teniendo él una chequera con fondos del Banco del norte, nos podíamos dar ese lujo.
Mandó a arreglar mi espada, por insistencia de él fuimos a comprar dos perfumes con el mismo olor, dejó que yo lo eligiera. Uno es para que yo lo use de diario y el otro es para que él pueda recordarme con el olor de ese perfume donde quiera que él vaya.
Sigue siendo igual de atrevido, pero se la deje pasar, al final él lo va a pagar. Era un olor a agua de mar, pistilo flameante, rocío de lirio de cristal y dientes de león, lo que formaba una fragancia muy elegante y especial al ser una representación de los elementos básicos: agua, viento, tierra y fuego.
Ambos seguimos caminando, ya tenía el perfume puesto y, por donde me paseara, la gente me miraba con sorpresa, ya fueran hombres o mujeres, y es más que seguro que será por el olor que emana de mi piel.
Lo siguiente que hicimos fue ir a comprarme un vestido, uno de estilo de Liyue para que ambos hiciéramos juego. Nobile me ofrecía algunas opciones...estoy casi seguro que será de acuerdo a sus perversiones...
Suerte que no eran vestidos demasiados reveladores, eran realmente "lo normal" solo que enseñaba un poco más de muslo, eso debido al tipo de vestido que era, ciertamente parecido al de Ninguang o al de Beidou.
Salimos de ahí, tras escoger uno en el que tanto Nobile como Paimon estuvieron de acuerdo, yo me sentía como niña consentida, y de vez en cuando, él me tomaba de la mano, sobre todo cuando nuestra pequeña acompañante no veía.
Al final de todo, es un disfraz, nadie sabe que él es el undécimo de los Fatui, es un simple ricachón sin más.
De ahí fuimos a escuchar a los cuentacuentos, que contaban historias fúnebres de Rex Lapis. Ahora que él había muerto...todos estaban en shock por eso.
Nos encontramos al señor Zhongli, yo lo presenté con "mi nuevo amigo", conectando bastante bien...solo que parecía que Zhongli tenía una cierta desconfianza de él. Claro, si era alguien rico, claramente debía ser conocido.
-Hum...es una enorme pena, algo muy triste el hecho de que Rex Lapis haya muerto, Liyue lo extrañará mucho. –Dijo Zhongli, suspirando notoriamente triste. (:v)
-Ya se sabrá la verdad. Por ahora...sigamos escuchando.
Parecía ser que Zhongli estaba enojado, ¿pero por qué será? Daba la impresión de que no le gustaba la historia que escuchaba. Simplemente bebía de su té tranquilamente.
Acabándose la historia, Nobile me invitó a comer a mí y a Paimon al pabellón, que era de los sitios más caros para comer. Claro que mi pequeña compañera de viaje quedó más que encantada, tanto así que, de hecho, le agradó el hecho de que le dieran su propia mesa para que pudiera tener más platos en su mesa. Estaba servido "a la Fontaine" así que ella probaba de todo lo que había en la mesa.
En cuanto a Nobile y yo, lo nuestro era más bien servicio "a la Snezhnaya" ya que solo había dos platos y dos copas en la mesa, que eran los nuestros. Se pusieron en la mesa un par de velas para que el ambiente fuera más romántico, y el vino era el más caro de todos.
Él me tomó de la mano y le dio un beso a la misma, mirándome de esa manera en que solo él sabe hacerlo.
-Sé que esto no basta para compensar lo que hice...pero espero que sea algo que refresque ese sabor amargo que tuviste por tanto tiempo.
-Arreglaste mi espada que quedó hecha un fiasco después de que te di una paliza, me compraste un perfume, un vestido y me trajiste a cenar...me la estoy pasando bien, sin duda. Solo no vuelvas a mentirme, nunca más.
-Yo no digo mentiras, solo verdades a medias.
-No hay mucha diferencia. –Inflé una mejilla.
-Pero la hay.
Comimos hasta que estuvimos satisfechos, entrándole especialmente bien al vino, que sabía muy rico, solo que casi toda la cena, Nobile se las vio negras para que los bigotes no se le cayeran, ya que sería una catástrofe. Paimon quedó tan llena que incluso tenía que cargarla porque no podía volar, lo que me pareció muy gracioso.
Fuimos al apartamento donde me quedaba, estaba apartado (lo más lejos posible), del lugar donde tuve esa noche con Nobile, y dejamos a Paimon dormida, ya que ella no pudo más tras esa cena tan rica que disfrutó.
Ahora sí, Nobile y yo caminábamos por la ciudad, tomados de la mano. Era una linda noche, había muchas estrellas, y llegados al muelle, nos dimos cuenta que no había nadie, ni siquiera seguridad.
-Vaya semanita...cuatro días separados y, a pesar de todo, sentí que fue una eternidad. Estoy seguro que en la organización ya están seguros de que me mataste, no dejé rastro, y aparte no parezco yo.
-Es probable, al final dije que eras hombre muerto.
-Signora estará feliz, eso lo sé. Tch, ya quiero ver su cara cuando me vuelva a ver, je, je. La opinión que tiene de mí se ha de mantener, aunque al final de todo se sustenta en una mentira.
-En una que dijimos es mejor no contar.
-Así es...lo que sí es que... -Nobile me tomó sorpresivamente de la mejilla, dándome un beso en los labios, por lo que quedé con los ojos abiertos.
Eran tal y como los recordaba. De ser un recuerdo amargo y doloroso, ahora me traía un poco de luz, aunque proyectaba una gran sombra, eso sí. Como fuera, lo disfruté mucho, sobre todo por la calidez que me trajo el recordar que alguien me amaba...de una manera un poco extraña.
-Te amo, Lumine... -Nobile, como si fuera un cobrador, se volvió invisible, lo que yo no me esperé para nada, no tenía mi espada, así que ni idea de a dónde podía ir.
Usé mi visión elemental para intentar encontrarle la pista...pero nada, es como si no tuviera consigo su visión y su engaño.
-¡Hijo de perra...me la volviste a hacer! –Exclamé, enojada y con un nudo en la garganta. -¡A la próxima que nos veamos, ahora sí te mataré, desgraciado!
Antes de que pudiera marcharme, encontré en el suelo una carta, por lo que la recogí. Exteriormente decía "no me rompas, es un mensaje importante". Quise pasar de largo esa nota, pero la curiosidad me ganó.
Señorita:
Te recuerdo que peleamos en bandos distintos, si piensan que estoy muerto, me reemplazaran. No quiero que mi familia reciba una carta donde les avisen de mi muerte, a pesar de que sea falsa, por eso estoy contrareloj antes de que se den cuenta que estoy vivo en realidad. No dudes que te amo lo suficiente para formalizar lo nuestro, y quisiera que nos volvamos a ver...con este extraño atuendo que me diste. Es lo ideal para mantenernos al margen, fue una idea excelente la que tuviste, Lumine. Nos veremos pronto, de ello estoy seguro, así que no consideres esto un "adiós" sino un... simple y llano: "hasta que estemos juntos". Ahora te anexo una canción que he escuchado en uno de mis muchos viajes, y no hay mejor momento para dedicártela que ahora:
Mientras escribo esta carta mandándote mi amor, recuerda que yo siempre estaré enamorado de ti. Atesora estas palabras hasta que estemos juntos, guarda mi amor para siempre, PD: Te amo a ti, a ti, a ti. Volveré a casa de nuevo contigo amor, y hasta el día que lo haga amor; PD: Te amo a ti, a ti, a ti.
Firma: Tartaglia, Nobile, Ajax, o el amor de tu vida, como más gustes llamarme.
Al terminar de leer la carta, sonreí para mí misma. Al final de todo, tiene razón...pero parece que no mentía, y tampoco parece ocultar una verdad a medias, así que eso me reconforma un poco.
***
Veía a Lumine desde el techo de una casa, seguramente ella no podría verme a mí. Yo ya estaba cambiado, con mi visión y mi engaño, los cuales había dejado en un nido de pájaro volteado para que nadie los viera, así que era ganancia segura.
Un cobrador apareció a mi lado, haciendo una reverencia.
-Es un placer tenerlo de regreso, señor, ¿dónde estuvo todo este tiempo?
-En el hospital...ella pega muy duro.
-En el Banco muchos pensaron que esa mujer lo había asesinado, pensábamos emboscarla, pero no se ha presentado la oportunidad. Señor, si usted quiere...
-No. Ella los descubrirá. Solo yo me puedo hacer cargo de ella, al final de todo, buscaré otra estrategia para acabarla.
-De acuerdo, señor. Informaré de su supervivencia. –Él olfateó algo. -¿Huele a perfume de mujer?
-Fui al burdel, solo es eso. Debo lavar mi traje.
En cuanto el cobrador se fue, yo sonreí. En el dorso de mi mano tenía untado un poco del perfume que le compré a Lumine, oliéndolo mientras sonreía con melancolía.
No podremos estar juntos en un tiempo...pero ahora ella sabe la verdad, y más importante aún, ya sabemos cómo vernos en secreto. Prendí un cigarro, de esos que son mis favoritos, para irme quitando el olor a perfume y que no me llamen la atención en el Banco.
-Ella es una mala señora...eso me gusta.
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Joder, el trailer del kazuelas solo dejó ver que Beidou es una tremenda mujer, tan elegante, tan guapa, de buen cuerpo, traviesa en las palabras, ufff, la veo y me derrito, sobre todo porque Beidou bb habla con aceto español 7u7 o eso dejan a entender sus diálogos en la tetera, ya veremos si esa traducción se mantiene cuando salga en la historia, pero ese acento suyo es...etzitante ( ͡° ͜ʖ ͡°)
Comentando la wea, siento que muchos estarán insatisfechos ya que bueno...con solo recordar la primera parte...vean el lado positivo, Lumine le partió la madre tan feo a Nobile que lo mandó al hospital por una semana al dejarlo inmóvil, aparte Lumine merece ser felih, y como Nobile es el ship más famoso de ella, no podía decepcionar a los fans. Al final de todo, ya se supo que todo era una fachada y que Nobile nunca quiso lastimar a Lumine, lo hizo porque era necesario.
El siguiente capítulo es, finalmente, el KeqingxGanyu 7u7 y estoy pensando en un KaeyaxRosaria ya que, ufas, el ship me agrada, los dos personajes hacen buena pareja (por ser unos borrachos xd), así que ya veremos qué sale. Como ya estoy más tranquilo con la escuela (por ahora :c), me pondré a trabajar en los especiales de Bárbara y de Jean, ya que no le iba a dar continuación al AetherxJean, pero el evento le echó leña al fuego, y debo darle un desenlace como se merece 7u7
Nos vemos el lunes, cualquier petición, la espero con gusto para tenerla anotada.
-Siempre tuyo:
-Arturo.
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