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Los zorros del desierto.

Ehe...pues dije que este capítulo sería del canon con Zhichiong pero... xd no me salió, así que lo cambié por el canon y una eremita de dagas hydro, ¿las han visto bailar? Jesús! Mi corazón no puede con tanto xd

Ahí está la prueba, así que vamos con la historia :o

Paimon y yo caminábamos por la calle alhaja, la verdad es que había tanto por ver y comprar, claro que a cualquier lugar donde haya comida, Paimon estará feliz, aunque como no había carne o algo parecido, no estaba del todo a gusto.

Llegamos a una parte de la calle en donde vimos a una chica bailando, había una gran multitud de gente, por lo que fuimos a curiosear. Aparte, había música, por supuesto, así que el ambiente era de lo mejor.

Al terminar la danza, todos aplaudimos, dando algunas monedas mientras la mujer agradecía. No sé por qué, pero ella tenía una venda en los ojos, supongo que será porque tiene discapacidad visual.

Cuando iba a dejar algunas monedas, me di cuenta que mi monedero no estaba en mi bolsillo, lo que me alarmó un poco, busqué y busqué, pero nada. Activé mi visión elemental y vi unas pisadas, así que, así es como tendría forma alguna de detectar mi monedero, el que seguramente alguien se había robado mientras estaba distraído.

Justamente cuando vi al sujeto que tenía mi monedero, pues tenía mi rastro elemental, me escondí, quizá tiene refuerzos y si bien puedo con todos ellos, mejor estar precavido para que a Paimon no le pase nada.

Vi llegar a la bailarina y al sujeto que tocaba con el kamanche, el tipo que me había robado sacaba más carteras y sacos con mora, así que yo fruncí el ceño, sacando mi espada y preparandome para atacar.

-¡Oigan, ahí tienen algo que es mío!

-¿Y este enano?

-Deja tú al enano, esa cosa voladorqa puede venderse por mucho dinero como una mascota exotica.

-¡Oi >:v! ¡Paimon no está a la venta y tampoco es una máscota!

-¡Exacto, Paimon es mi comida de emergencia!

-¡Sí, Paimon es...! ¡Oye, Paimon no es comida de emergencia de nadie!

-Basta ya de estupideces, demosle al enano una lección. -Me di cuenta que eran eremitas cuando sacaron sus armas, y como era de esperarse, les di una buena paliza a los dos primeros, luego la chica sacó sus dagas, tratando de apuñalarme con ellas, me di cuenta que hace lo mismo que Eula, mezcla su danza con el ataque, por lo que literalmente estabamos bailando una danza de la muerte.

Bloqueé uno de sus ataques, solo que no pude hacerle mucho daño debido a que esquivó mi espada, dándome una patada para que diera un paso para atrás.

-Tch, sí eres fuerte. Da lo mismo, nos vemos luego, chico lindo. -Sacando una bomba de humo, le eremita desapareció.

-Carajo... -Fue lo primero que dije, pues ni siquiera podía seguir su rastro elemental.

Llevé a los otros dos eremitas a la comisaria, por lo que se me recompensó bien, aparte de que volví a tener mi dinero, lo que era mucha ganancia.

-¡Hum! ¡Eso les enseñará a no meterse con la cartera de Paimon!

-¿Disculpa? -Le alcé una ceja...como siempre, por más pequeña que sea ella, sus ganas de dinero son gigantescas.

Fuimos a la cafetería, que es un lugar particularmente rico para comer, en donde curiosamente una chica de cabellos rojos se nos acercó, pues creo que se dio cuenta que no somos de por aquí. Al verme, hizo un gesto de sorpresa, sus ojos eran de un azul muy hermoso.

-¿Pu-puedo sentarme?

-Claro, sin problemas.

-Je, son un dúo muy misterioso...nunca se le olvidarían a quien se los tope.

-Sí, Paimon y el viajero somos muy unidos.

-¡¿Pa-Paimon?! -De la nada la chica se puso nerviosa.

-Sí. ¿Pasa algo? ¿Paimon tiene algo en la cara? -Me volteó a ver, yo le hice un gesto negativo. La chica tosió un poco.

-N-nada, nada. Veo que no son de por aquí, ¿verdad? Me gustaría comer y beber con ustedes, no se preocupen, pagaré lo mío, pero no me gusta comer sola.

-Ah, sin problemas.

Resulta que esta chica se llama Farah Al-Assam, pero todos le dicen Farah, jeje. Conoce mucho de la ciudad, y se nota ya que sabe muy bien en dónde se consiguen los mejores productos, los de primera calidad y, claro, los barrios que es mejor evitar por ser zona de carteristas o asaltantes directamente.

Le dijimos que nada de eso nos preocupaba, pues ya habíamos detenido a dos carteristas, pero que una tercera se nos había escapado.

-Diablos, caímos en el truco más viejo del mundo. Ver algo que llame tu atención para que después te apuñalen por la espalda robándote la cartera o el monedero.

-Sí, suele pasar. -Farah se echó aire con las manos, sudando un poco. -Por eso deben estar atentos, y más si son extranjeros.

-Aunque no niego que esa chica bailaba muy bien, aparte era linda, si es que no se dedicara a robar, seguramente le iría muy bien. -Noté que Farah se sonrojó, mirando al suelo.

-Oh, que tierno eres. La halagas a pesar de que intentó robarte. ¿Y-y sí bailaba bien? Digo, seguramente ella se preocupa mucho por qué dirán de sus danzas siendo algo tan importante en la cultura de Sumeru.

Paimon y yo nos miramos, estábamos de acuerdo en que esta chica tiene algo de sospechoso, pero dejaríamos que se delatara sola si es que de verdad hay algo raro con ella.

Al menos de mi parte, le dije que la danza de esa eremita había sido buena, algunas cosas por mejorar, por ejemplo hacerla más larga, pero que no importaba mucho ya que lo que tenía era excelente y cautivador, pues llamaba mucho la atención y más con la música tan movida y alegre, pues la danza sumerana no tiene comparación en belleza y coquetería.

-Y aparte de todo me dijo que soy un chico guapo...¿pero cómo lo sabe si es que tenía una venda en los ojos?

-Con escuchar la voz y tocar algunas partes del cuerpo, particularmente la cara o el pecho, es suficiente para darse una idea de cómo es la persona. -Farah se sonrojó. -O eso he escuchado que dicen los soldados, para que estemos al pendiente.

Paimon y yo nos volvimos a mirar...sigue siendo muy sospechosa.

Cuando terminamos de comer y pedimos la cuenta, ella se revisaba los bolsillos, pareciendo que no encontraba su dinero.

-¡Diablos, no puede ser! ¡Me robaron el monedero, justamente hablando de eremitas!

-Menos mal yo pude recuperar el mío, así que pagaré por ti, ¿pero no quieres ir a avisar al Regimiento de los 30?

-No tiene caso, pudo ser cualquiera, inclusive antes de entrar al restaurante. ¿Qué le haremos? -Se lo tomó con mucha calma...eso me llama mucho la atención.

Cuando pagamos, Farah nos dio un abrazo a mí y a Paimon, agradeciéndonos por la comida. Fuimos al hotel donde nos hospedamos, pero yo seguía meditando de lo que pasó hoy, pues claramente hay muchas cosas sospechosas por hoy, y más tomando en cuenta que ella sabe muy bien los métodos eremitas.

Concordé con Paimon en que yo seguiría a esa chica, pues me da la impresión de que es la eremita que intentó robarme, así que debo detenerla en cuanto antes.

Justamente la encontré al poco rato, ella estaba mirando los puestos de comida y de frutas, así como también me di cuenta de que sus ojos se fijaban en cualquiera que tuviera joyas o relojes de bolsillo, y en cuanto alcanzó a robar uno, me di cuenta que era ella.

La comencé a seguir más de prisa, pero al pasar por un callejón, la perdí, lo que me frustró mucho. Pude haberla atrapado para regresarle su reloj a ese tipo, pero no pude.

Cuando me dispuse a seguir buscando en algún otro rincón de la ciudad, un cuchillo casi me acierta en la cara, cortándome unos mechones de cabello. Era una eremita.

-¿Creíste que no me daría cuenta de que me seguías?

-¿Farah?

-Ese nombre era falso, Aether. -Sus dagas se empezaron a poner de color azul, indicando que entraría en estado demoniaco. -Gracias por la comida y tus halagos, de verdad te lo digo... ¡pero quiero mi revancha!

Ella se me abalanzó, con lo que no contaba ella es que usé mi poder dentro para crear unas raíces que la amarraron de los pies, impidiendo que se moviera. Posteriormente, lancé ahora una pequeña nube dendro, y para potenciar la reacción, usé electro, por lo que mis ataques eran más fuertes.

-¡Tramposo! -Exclamó ella, notoriamente debilitada, aunque levantándose para dar pelea, pues comenzó a dar piruetas y patadas que trataban de darme en el rostro, de ahí que incluso usara la pared para darse impulso, notándose de verdad enojada y desesperada.

Aproveché eso para usarlo a mi favor, por lo mismo es que con cada ataque que me intentaba dar, yo usaba anemo para alejarla, tratando de llevarla al río de la ciudad, metiéndome al mismo, el agua me llegaba hasta los tobillos.

-¡Ven para acá! -Ella igual entró al río, y ahí fue cuando tuve todo a mi favor.

Con una sola descarga electro, ella cayó al suelo, en la orilla del agua, retorciéndose del dolor. La tomé de un brazo para sacarla de ahí, usando dendro para crear un laso y amarrarle las manos.

-Es hora de llevarte a la comisaría. Debes regresar ese reloj de bolsillo, y no sé cuántos más tipos trabajen contigo, "Farah". -Le quité la venda, era ella, los mismos estaban llorosos.

-¡Espera, no me lleves con el Regimiento de los 30! -Exclamó, asustada. -¿Quieres una disculpa? Lo siento, no debí hacerlo, ¿pero sabes por qué lo hago? Pues aquí en Sumeru, como en todos lados, hay pobreza, y mientras algunos ya tienen todo y lo tendrán para todas sus vidas, muchos no tenemos ni un pedazo de pan que llevarnos a la boca, que, si morimos, literalmente no nos llevaremos nada a la tumba. -Comenzó a lagrimear un poco. -¿Sabes lo que es ser buscado por hacer algo a lo que te viste orillado a hacer? En Mondstadt no es crimen robar pan...pero aquí sí.

Quizá sean solo palabras, pero no niego que lo que me dijo me tocó el corazón. Digo, me han chamaqueado como 20 veces o más en toda mi aventura, pero siempre ha sido porque he querido ayudar. No creo que Farah tenga motivos para mentir, así que mirando sus ojos suplicantes llenos de miedo, no me quedó duda de que decía la verdad.

Saqué mi espada, el rostro se le puso blanco como el papel, y su respiración se agitó.

-¡No, no me cortes la mano! ¡No volveré a robar! -Corté los hilos dendro, dejándola libre, al pasar su susto, ella comenzó a respirar más relajada, notándose de todos modos muy asustada.

-Bien lo dijo un sabio "la pobreza es la madre de todo crimen". Farah, tus manos son mucho más útiles que para solo robar. -La tomé de las mismas. -Bailas muy bien, no te mentí en el bar, lo decía en serio...puedes hacer algo más profesional, en vez de bailar en la calle por unas pocas monedas, hacerlo en el Gran Bazar, quizá te paguen mejor.

-Soy una criminal, Aether, ¿crees que tendré oportunidad? Aparte ya me han vetado de esos lugares.

-Díganos que tengo mis contactos. -Sonreí.

-Habibah.

-¿Hum?

-Mi nombre real es Habibah. (Amada en árabe)

-Habibah...es mejor que Farah.

-Pensé lo mismo. -Sonrió.

La siguiente parada era hablar con NIlou, pues habiendo varios lugares para presentar un baile en el que se pueda pagar, o recibir buenos donativos de los espectadores, caímos en cuenta que el Gran Bazar era el lugar más adecuado, de ahí que ella y Dunyanzard fueran mis conectes, y cuando les expliqué la razón, fueron más que comprensivas.

De todos modos, la misma Habibah contó un poco más acerca de sus asuntos, sonrojándose cuando dijo que en realidad ella era una ladrona de poca monta, pero que tras encontrarse conmigo, quizá ahora su suerte estaba echada.

Ciertamente ellas dos estaban de acuerdo en que era mejor que le diéramos una segunda oportunidad a que Habibah se pudra un rato en la cárcel, pues en realidad no serviría de nada ya que solo tomaría más odio o temor contra el Regimiento de los 30, la sociedad o, incluso, aprendería nuevas formas de robar.

Ganarse la vida de forma digna haciendo lo que más le gustaba, ¿a quién no le gustaría algo así? Supongo que a ella sí, pero todo es cosa de ir viendo qué sale de todo esto.

La invité a dormir a mi habitación de hotel, yo dormiría en el sofá, y Paimon al verme entrar con Habibah, se sorprendió a mal.

-¡Oy, ¿qué diablos estás haciendo?!

Después de explicarle todo lo que había pasado, las cosas quedaron más claras, de cualquier manera, ella miró con recelo a Habibah, enchinándole la mirada.

-Al viajero lo puede convencer cualquier persona, pero Paimon tiene un sexto sentido de personas de las que es mejor no confiar.

-De lo que junte mañana te compraré una buena comida.

-¡Oh, ya hablamos el mismo idioma! ¡Habibah es buena persona, se le nota en los ojos!

-Los ojos son el espejo del alma. Y los tuyos son puros como el agua del mar. -Ella se sonrojó con mi comentario.

-Gracias por el cumplido, nunca nadie me había dicho cosas de este tipo, es novedoso para mí, de verdad. Juntó sus índices, se me hizo tan linda.

Llegado el día siguiente, los dos nos despertamos prácticamente a la vez, desayunaríamos en el bar, ella fue especialmente ligera, más que nada para que no tenga problemas al bailar.

Fuimos nuevamente al Gran Bazar, y nos llevamos una gran sorpresa, ya que había una gran cantidad de personas, lo que a mí me alegró, pero noté que Habibah se puso seria, como si hubiera visto un fantasma.

NIlou nos contó que había corrido la voz, y que para muchos el hecho de que una ex eremita ahora bailara en el Gran Bazar, aquel lugar donde se solía celebrar el cumpleaños de la Gran Diosa era un paso enorme para la reconciliación de ambas etnias...lo curioso es que nada tenía que ver una cosa con la otra, aunque si eso nos ayudará económicamente...creo que lo mejor es guardar silencio.

Entre tanto, Habibah se cambió para usar sus ropas tradicionales eremitas, incluida la venda con la que se cubre los ojos, yo no quise cuestionarla, supongo que no ver a los espectadores es lo mejor para ella, de ahí que guardara silencio.

-¿Estás lista? No te pongas muy nerviosa, todo estará bien, dijimos que podrían darte algunos donativos o incluso si alguien está dispuesto, ayudarte con algún trabajo.

-Me siento un poco humillada...siento como si lo hicieran por lástima.

-Boberías. Aether es el alma más pura que haya conocido, él siempre ayuda a todos sin importar qué. Así que confía en eso, ¿de acuerdo?

-Sigh. Hecho.

La presentación se hizo, por lo que todos aplaudieron a la vez que Nilou ayudaba a Habibah a subir al escenario. La música, que era animada y del estilo que ella solía bailar, comenzó a sonar.

Vi que suspiró para tranquilizarse, posteriormente sonrió, comenzando con una danza tranquila, como parecía ser la música, posteriormente el ritmo fue subiendo de todo, así como ella misma, de ahí que su danza incluyera de igual manera su cadera, principalmente sus piernas, y los brazos que era la parte más melódica.

Se veía tan linda, incluso yo mismo estaba sorprendido de lo bien que salía, y ni hablar de los pasos que realizaba, era danza para enamorar, eso es seguro para mí. Otra cosa, es que, aunque no se podía ver bien la expresión que hacía, no se dudaba un solo segundo en que ella sonreía, y que lo disfrutaba mucho.

Cuando la danza terminó a la vez que la música se detuvo, ella alzó sus brazos, indicando el paso final. Todos aplaudieron, Habibah se quitó la venda de los ojos, buscándome con la mirada. Yo solamente le alcé el pulgar, sonriéndole, ella me regresó el gesto.

-Hum, hasta yo tengo que admitir que me dio cierta envidia verte bailar. -Mencionó Nilou al subir al escenario. -No cabe duda de que tienes un gran talento. Aunque...te propongo algo.

-¿Eh? ¿De qué se trata?

-Simple: un duelo de danza. -Rió ella.

-¿Eh? ¡¿EH?!

El público intercedió, por lo mismo es que al final Habibah aceptó el reto, de ahí que, cada una con música diferente, comenzaran el duelo de baile, que de hecho se notaba ellas lo gozaban. Nilou relucía con sus mejores pasos, el público reaccionaba ya que ambas se lanzaban miradas, hacían algún movimiento o incluso, y siendo algo que demandaba el baile, Nilou le mandó un beso a Habibah, aunque en realidad debía mandarlo al público.

Las reacciones del mismo era algo que le echaba las leña al fuego, lo que claramente era una sana competencia y se hacía solamente con el fin de entretener, una vez terminado, llegaba la hora de declarar un ganador.

Sin embargo, antes de que todos nos pusiéramos de acuerdo, varios eruditos acompañados de mercenarios llegaron al Gran Bazar causando que la gente se dispersara, y al notar que había un concurso de baile, a los mismos casi les da un infarto.

-¡¿Qué demonios está pasando aquí?! ¡¿Por qué hay un espectáculo tan vulgar como este?!

Simplemente me sorprendí de lo que dijeron, nos la estábamos pasando también antes de que ellos llegaran... (se nota que en el juego hay este dilema entre el iluminismo que pregona por el solo uso de la razón en la vida contra el romanticismo, que surge como reacción a las ideas ilustradas, que prioriza los sentimientos y la aventura...que se note que ya mero acabo la universidad >:v).

Cuando vieron a Habibah, su escandalo subió a más, pues, ¿una eremita haciendo danzas "herejes" en la ciudad de la sabiduría y la razón?

-¡A ella arréstenla, esto es una blasfemia contra nuestra Diosa Mayor, esto es inadmisible! -Para mí, esa fue la gota que colmó el vaso.

Antes de que uno de los mercenarios le tomara del brazo, yo me adelanté y lo sujeté de la muñeca, sorprendiendo al sujeto y a los eruditos.

-¿Y tú quien eres?

-Un viajero andante y su compañera de aventuras. Y creo que esta prohibición no tiene lugar aquí.

-Silencio, hereje. Ni siquiera es tu asunto, ¡así que vete!

-No. ¡Ella era una carterista, una ladrona por no tener una forma decente de vivir! ¡Y ahora que la consiguió, ¿por qué quitarle ese derecho?! ¡¿Quieren que vuelva a su vida criminal?!

-Mira chico, eso no nos interesa a nosotros, hay otras formas de ganarse la vida además de andar propagando danzas paganas.

-¿Cómo cuáles?

-No lo sé, trabajar en la academia, o aceptar encargos del gremio, ¡hay mil y un formas de vivir de forma decente!

-Tch. -Tomé de la mano a Habibah, comenzando a correr, los mercenarios nos comenzaron a perseguir, yo lo que hice fue usar dendro para crear un tapón, el que claramente podrían romper, pero eso los retrasaría lo suficiente para poder escapar.

-¡¿Aether, qué locura acabas de hacer?!

-¡Estoy salvándonos de la cárcel, así que mejor corre!

Al salir de la ciudad, ambos tuvimos la buena suerte de que nos habían perdido, pero yo solo pude patear un carcaj roto que había en el suelo, pues la situación era una porquería.

***

Notaba a Aether bastante enojado, por lo mismo es que solamente fui para abrazarlo, sorprendiéndolo un poco.

-¿Habibah?

-Gracias. Aunque no lo creas...siempre quise bailar para un público enorme, y hoy lo conseguí. Quizá los sueños no alimenten el estómago, pero sí el corazón, dándonos una razón para vivir.

-Oye...que linda frase.

-Sí...pero en realidad lo digo porque tengo hambre... -Aether rió ante mi comentario, pues no se lo terminaba de creer

Había varios animales por la zona, así que, tras una buena caza, teníamos matsutakes y carne para comer, lo que era algo para agradecerse. El atardecer estaba llegando, por lo que la puesta de sol se veía hermosa.

Ambos nos miramos, al terminar de comer fuimos a dar un paseo, él ya conoce toda la zona, yo no había pasado de la ciudad, lo que bueno, no es precisamente malo, pero tampoco muy bueno.

-Esta zona me parece casi que mágica, ¿A ti no, Aether?

-Yo ya había pasado por aquí, pero ten por seguro que mi reacción fue la misma.

Lo tomé de la mano, sonrojándome, traté de ocultar el mismo bajo mi venda de los ojos, aunque parece que no funcionó, debido a que él rió.

-Si te sientes más segura así.

-Tú conoces el camino, yo no. Por lo mismo es que es mejor que vaya contigo. De esta manera.

-No le veo problema alguno. No te lo dije en su momento debido a todo el problema que hubo en el Gran Bazar...pero me gusta mucho verte bailar. Honestamente es algo que incluso disfruto, es todo un deleite, y ¿Qué puedo decir? Bailas hermoso, me gustaría aprender a bailar para poder hacer algo mínimamente parecido. O no solo eso... también para bailar contigo.

-Aether... -Sentía mis mejillas arder, solo porque no puedo ver si rostro no supe qué expresión tenía.

Inmediatamente me quité la venda, observando que él igual estaba sonrojado, haciéndose menso en ver algo más que no fuera mi rostro, cómo queriendo evitar mi mirada.

-Qu-que bueno que te quitas esa cosa...no sé pueden apreciar tus ojos de oleaje marino.

-Gracias por el cumplido...¿así que te gusta verme bailar? Puedo hacer ese deseo realidad.

-¿Ah?

Me adelanté unos pasos, colocándome frente a él, y justamente como se puede esperar, me ruboricé un poquito, comenzando a bailar frente a él las danzas sumeranas que mejor me salen. Él quedó estupefacto, sorprendido de que le cumpliera su voluntad.

Aunque claro, y siendo algo necesario, me fui acercando poco a poco a él, usando mis piruetas de combate para darle otro toque a la danza, por lo mismo es que trataba de que la misma fuera más coqueta de lo que podría ser, aunque era un juego, pues cuando más me acercaba a Aether, me alejaba de forma repentina, dejándolo con ganas de más.

Eso solo me hacía reír, pues veo claramente su desesperación, el que quiere que me acerque a él, pero no le doy ese gusto, hasta ya me pareció suficiente.

Di una última pirueta, acercándome a él hasta el punto de que prácticamente solo unos 5 centímetros nos separaban a ambos, y de ahí...lo agarré de las mejillas y le di un beso.

No podía soportarme una sonrisa mientras lo hacía, aunque trataba de que fuera lo más relajado posible, noté que su piel se enchinó, lo que me causó mucha satisfacción. Además de eso, él me abrazó, lo que me causó bastante placer, y no solo eso, sino que, aparte, me dio un mayor impulso a besarlo.

Cuando nos separamos, nos vimos, sin romper, eso sí, el abrazo en el que estábamos inmersos, solo nos vimos a los ojos, y él seguramente se podrá ver reflejado en mis ojos de oleaje de mar.

-Wow...eso no me la esperaba.

-Soy una ladrona de corazones...pero los viejos trucos jamás se olvidan. -Le mostré su saco de mora, sorprendiéndolo, yo solo solté una risita para regresárselo. -Pero también quiero robar tus labios otra vez.

-Los mismos están expuestos a tus hurtos. -Le volví a dar un beso, ahora con los ojos cerrados, sintiendo de verdad aquello, no con pasión y de forma carnal, sino con nada más y nada menos que con amor, ese sentimiento del bueno, y que es justamente lo que andábamos buscando.

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Uyyy, pues al final no estuvo mal :v

Igual si iba a hacer un capítulo con un npc, lo haría con uno que le gusta a varios, por ejemplo con las eremitas bailadoras, y ni hablar de Zhichiong, pero ya saben que la inspiración es caprichosa y me toca conformarme con lo que me da, y en este caso fue el material para este capítulo. Aparte...¿qué tal quedaría un lemmon con ella? Eso me intriga, sin duda me da la impresión de que a varios de ustedes les provocaría algo así.

Así que vamos con la votación jsjsjs

Prefieren un capítulo romántico con Zhichiong o...

Un lemmon tranquilito con ella ;v

Los escucho uwu

Gracias por leer, ya saben, comenten y voten, su opinión es importante para mí :3

Siempre tuyo:

-Arturo Reyes.

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