La extranjera y el borracho.
90 mil vistas, loco!!! 90 mil vistas, me cago en mi puta madre! Recuerdo que, allá cuando tenía 7 mil vistas decía "chingada madre, esto solo es una perdida de tiempo, ¿por qué otros fics tienen 50 mil o 100 mil vistas y yo que hago cosas un poco más elaboradas no subo mis visitas" oh, esos días parecen tan lejanos. Parece que subo 10 mil vistas cada dos semanas, no saben lo feliz que eso me hace, me inspira a seguir trabajando y a no verlo como algo pesado o que solo lo hago por hacer, ya cuando sean 100 k vistas ufas las estufas, subiré la continuación del capítulo de Eula que es el más deseado (que yo sepa...claro), así que, hasta entonces la veremos de nuevo, jeje, boy :3
Lo único que no entiendo...¿Por qué tan pocos votos en comparación de las vistas?
Ok, antes de empezar, debo decir que hay imágenes muy bonitas del VentixLumine, les recomiendo las busquen
El día era realmente tranquilo: sol, viento, pocas cosas que hacer, de ahí que mi pequeña amiga y yo decidiéramos irnos a dar un pequeño paseo a levantaviento, para pasar a la costa del Halcón después de descansar un rato en el árbol, eso era lo más indicado para relajarnos.
Sin embargo, conforme nos fuimos acercando, nos percatamos de la presencia de cierto bardo que siempre huele a alcohol. Él parecía practicar con su lira, lo que es relativamente normal, aunque se notaba muy pensativo, llevándose un dedo a los labios, ¿estará componiendo una nueva canción?
Al darse cuenta de nuestra presencia, nos sonrió alegremente, mi pequeña amiga lo saludó con su manita y él se impulsó usando una corriente de viento para venir con nosotras.
-Vaya, qué casualidad encontrarnos. –Sonrió.
-Qué haces, bardo de pacotilla. –Preguntó Paimon.
-Escribía una nueva canción, tanto la letra como en la musicalización.
-Me gustaría saber cómo es la nueva pieza en la que trabajas.
-Oh, solo lo podrás saber cuando la tenga lista. Calculo que será...tal vez en dos días. Pensaba acabarla mañana, es solo que no tengo una idea concreta de qué hacer. –Suspiró Venti, abatido.
-No hay nada mejor que despejarse después del trabajo. Puedes dejar tus canciones para después y venir a descansar un rato con nosotras.
-Sí, Paimon tiene mucha energía todavía, y despejarse del trabajo siempre será una buena opción.
-Está bien. Realmente creo que es la mejor idea.
-Aunque no lo sé, de prueba podrías tocarme una, aunque sea algo corto.
-¿Tocarte una? ¿Estás segura? –Cuestionó él, sorprendido.
-Sin problema. –Sonreí. Inmediatamente después...Venti me tocó una nacha.
-¡Oye, no me refería a eso, tarado!
-Ehe ~
-¡¿"Ehe" 'te nandayo?! –Exclamó Paimon, enojada.
Tras ese pequeño incidente, él guardó su lira, acomodándose su boina para acostarse bajo el gran árbol como teníamos planeado, mirando el cielo y tratando de recolectar algunos frutos para comerlos como un pequeño entremés.
De eso no pasó mucho tiempo, en realidad, puesto que nos aburrimos pronto...especialmente Venti, que es medio desesperado para todo y solo piensa en divertirse y en beber.
Por esa misma razón, nos movimos al bosque para jugar a las escondidas. Si bien es algo más pensado para niños, realmente él tiene un espíritu infantil, incluso lo ha admitido sin problemas. Yo, con que Paimon pueda estar feliz, no le veo problemas.
En la primera ronda, y aunque hice un poquito de trampa, usé mi visión elemental para encontrar a Venti, que estaba detrás de unos arbustos. Él se dio cuenta y me enchinó la mirada, un poco disgustado.
Con Paimon fue un tanto más sencillo al ser dos, ella se trataba de aguantar una risa, se había ocultado en un pozo hecho por Klee para esconder sus bombitas, así que la atrapamos, sorprendiéndola.
-¡Wah, Paimon juraba que este era el mejor escondite de todos!
Como Venti fue el primero en ser atrapado, ahora a él le tocaba atraparnos. Usando su viento para elevarse, nos encontró de manera un tanto sencilla, más no rápida ya que yo usé mi cabeza y me moví cuando estaba por atraparme.
Ahora Paimon fue la primera en caer, así que le tocaba encontrarnos. En teoría la debe tener fácil ya que ella puede volar, debía suceder lo mismo con Venti.
Sin embargo, parece que no nos encontraba.
Venti y yo nos escondimos en la misma rama de árbol, viendo como mi pequeña amiga iba y venía, buscándonos de forma desesperada conforme pasaban los segundos.
-¡Oy, cuando Paimon los encuentre ya la pagarán! –Mencionó, enojada, siguiendo en su búsqueda. Venti y yo reímos a baja voz.
-Ay, que tierna es. Aunque no me parece que sea muy lista.
-Vamos, tú eres igual, pero ella da risa ya que está chiquita. –Reclamé.
-Tal vez, tal vez. Pero ni modo, es una verdad.
-Me sigo preguntando cómo es tu canción, Venti. Tienes buenas liras.
-Oh, está dedicada a la chica que me gusta, por eso es muy especial y estoy siendo más exigente conmigo mismo que de costumbre.
-Wow, no sabía que te gustaba alguien. Aunque bueno, seguramente también le podrás gustar, tienes muchas virtudes.
-Vamos, me sonrojas. –Dijo, jugando con una de sus coletas, poniéndose un poquito rosado de sus mejillas. Me pareció sumamente tierno verlo así.
-Te deseo mucha suerte. –Sonreí.
-¡Oy, ¿así que ahí estaban?! –Exclamó Paimon, enojada. -¡Hum! ¡Como se esperaba de ustedes: haciendo trampa!
-Nunca estipulamos que no se podía ocultar en los árboles. –Rió Venti.
-Sí claro, aprovéchense de Paimon. –Se quejó ella.
Seguimos jugando por un rato, más precisamente hasta la hora de la comida. Teníamos algunas provisiones y no estaba de más invitar a Venti, ya que él se encontraba notoriamente cansado por usar mucho el cerebro, lo que parece no es muy normal en él.
Comimos bastante bien, por lo que Paimon de inmediato se quedó dormidita como piedra, así que no había nada que hacer. Nos iríamos hasta que ella despertara, lo que no tengo una idea concreta de cuándo podrá pasar ya que ella suele dormir mucho y muy pesado.
Podría suceder el temblor más fuerte de la historia y ella ni en cuenta. En fin, sirve que trato de sacarle información a Venti de qué chica le gusta, algo me dice que es Rosaria, Bárbara o tal vez Mona, no sé.
Sin embargo, él desviaba el tema, no conocía esa faceta cohibida de él, pero ni modo, respeto su privacidad, así que no hay nada que pueda hacer.
Comía un racimo de uvas que tenían un sabor muy peculiar, seguramente serán uvas vineras o una subespecie de la misma, ya que no es el sabor normal que conozco.
-Hum, estas uvas saben a vino, están muy deliciosas.
-Déjame probar. –Me pidió, emocionado.
-Si quieres puedes acabarte el raci... -Sin dejarme terminar, Venti me tomó de los hombros, dándome un beso en los labios.
Quedé petrificada como si Zhongli me hubiera arrojado su meteorito, ya que no me movía, ni respiraba, o al menos pestañeaba. Pude ver que Venti cerró sus ojos, entregándose al beso con especial ahínco, lo que me asombró ya que no creí que fuera capaz de algo así.
De todos modos, y como tenía la boca abierta cuando me robó el beso, él sí que hacía que mis labios se movieran aunque no lo quisiera, y fue un beso que realmente me dejó sin palabras, a pesar de lo torpe que fue, realmente estuvo bien.
Al separarse, él se relamía con cuidado los labios, como si lo saboreara, llevándose una mano al mentón, estrechando sus ojos, parecía que pensaba algo.
-Ñeh, en realidad están muy lejos de saber a vino, tienen un rico sabor, pero nada que comparar. Je, y ni hablar del vino de diente de león. Como dije, sabe bien, aunque seguramente confundiste el sabor ya que nunca has probado el vino de verdad.
-O-ok... -Sentí que la sangre se me subió desde los pies hasta especialmente la cara. Lo curioso es que los labios de Venti me supieron a viento...
Para el día siguiente, y para desquitarme de lo ocurrido el día anterior, decidí que era buena idea comer una pequeña botana y beber una rica bebida en Cola de Gato, invitando a Venti una buena copa, ya que es algo que él ni de chiste puede negarse al ser un ebrio asqueroso.
Paimon y yo comíamos tranquilamente, al menos ella jugaba con los gatos de Margaret, riendo mientras los acariciaba. Llegó un momento donde los 4 la acorralaron, poniéndola nerviosa ya que no podía acariciarlos a todos a la vez.
-¡Wah, uno a la vez, Paimon no tiene cuatro manos!
En cuanto a Venti, él estornudaba repetidamente, bebiendo en un rincón apartado de los gatos. Fui a sentarme junto a él, su nariz se había puesto un poco roja.
-Rayos, mi adicción me hace cometer errores, y lo peor es que de todos modos lo disfruto, ¡achís!
-Qué divertido es esto, jeje. –Reí más bien para mí misma, apurando mi bebida que era la novedad para los niños...au...
-Sí, sí, da lo mismo. Al menos yo no tengo que elegir del menú de niños ¡achís! –Justamente como pensé, me salió el tiro por la culata. De cualquier manera, no niego que es divertido.
Al salir, él se limpiaba la nariz y Paimon los pelos de gato que le quedaron en todo el cuerpo, lo que la hacía ver especialmente linda. (recuerdo que una vez el gato de un tío abuelo se sentó en las piernas de mi hermana y, cuando se fue, la dejó, literalmente, llena de pelos...no sé cómo es que esa cosa no se ha quedado calva de tanto pelo que suelta)
-Fue divertido a pesar de todo. Lo bueno que Paimon es un imán de gatos, sino uno se me acercaba seguramente moriría asfixiado. –Suspiró de alivio.
-Hum, qué pena que tengas alergia a los gatitos, son tan lindos.
-Lo sé, pero de cualquier manera no puedo estar cerca de uno. También por eso no voy a Cola de Gato, apenas Diona se me acerque no la contaré...y de solo pensar que puede caerle un pelo a mi licor. –Venti hizo un gesto de desagrado. –Moriría seguramente.
-Me parece curioso, eres un arconte y tu debilidad son los gatos, nadie lo pensaría en realidad.
-Eso es la ventaja de ser impredecible. –Él me guiñó un ojo a la vez que sacaba la lengua. –Si me disculpan, debo seguir trabajando en mis liras, suerte la mía que no hay nada más vigorizante que un buen trago antes de componer, así que nos vemos luego, chicas.
-¡Nos vemos, señor gato! –Rió Paimon, Venti se fue caminando.
-Bueno, esa fue una buena venganza.
-Sin duda, ese bardo de pacotilla lo tenía merecido. De todos modos...a Paimon le parece que hasta lo disfruto.
-Pero no tanto como si fuera en la taberna de Diluc.
-Eso sí. –Nosotras dos seguimos nuestro camino.
Para el siguiente amanecer, y esperando que ya finalmente Venti tuviera lista la canción que tenía pensaba para cantar ese día en la plaza donde está su estatua, era cosa de poner atención a letra.
Si menciona algún sombrero o algo relacionado con el destino, sin duda será Mona. Tratándose de algo eclesiástico, tal vez pueda ser Rosaria o Bárbara, depende de qué más describa, lo que daría evidencias es el canto de la idol de la ciudad, o algo relacionado a una corona de espinas o curvas...voluminosas, por decir lo menos. En cualquiera de los casos, me sentía impaciente por conocer la verdad de esa pequeña situación.
Si bien Venti es alguien famoso por sus canciones, no sabía que eran de amor. Creo que incluso compuso una canción para el vino, están las hechas para la familia Lawrence, a la libertad de la ciudad o a los caballeros, que son más bien odas. En fin, una canción romántica de él me tiene intrigada. (Lumine: estoy asqueada pero intrigada)
Al tocar las primeras notas, realmente me di cuenta que esta melodía está más trabajada que las anteriores, así que mi intriga fue más al alza. Cuando Venti me vio, simplemente me guiñó un ojo con amabilidad, pero no lo hizo como solía hacerlo normalmente, parecía tener una doble intención al hacerlo, lo que me pareció extraño.
La canción sí que describía a una mujer, pero no había sombreros, no había clero, no se apareció nada de lo que yo pensé. Hubo color blanco, eso sí, y Bárbara y Rosaría usan ropas blancas, pero no son las únicas. Yo uso ropa blanca...
Después, hubo viento, un broche de flor, cabello rubio, fuerza con la espada, habilidad para enamorar sin desearlo, voluntad de acero, un sueño en el infinito.
Soy lo suficientemente inteligente para saber que esa canción estaba dedicada a mí, lo que, bueno, no me esperaba ni por equivocación. Vine creyendo que vería a Venti ser rechazado y pateado por Rosaría mientras yo y Paimon nos reíamos, pero lo que vine a ver es que ese bardo de pacotilla me daba una canción como disparo, como un libro, una palabra, una guerrilla: como da el amor.
Esa canción parecía más un discurso al amor hecho mujer, él hablaba para mí, sobre mí y en su pensar, lo que fue especialmente difícil de creer. Así que esa chica fui yo, ¿eh? No lo hubiera imaginado. Lo curioso es que le deseé suerte, y sí la tuvo, no negaré que la canción me gustó mucho, por lo linda que era.
(dio la casualidad que estaba escuchando esto mientras escribía y realmente me sonó interesante, ya que tiene lo suyo, y quedaba bien para el momento, no me la imagino exactamente igual, pero el ritmo y la idea siento que sí, no sé, ni yo mismo me entiendo xD)
Al acabar de tocar, Venti se acomodó su boina mientras escuchaba los aplausos de la gente, y como no me conocen muy bien todavía, o solo superficialmente, no se dieron cuenta de lo que yo sí (Lumine nivel 3 de Confianza en Mondstadt :v). Paimon...bueno, ni hablar, ella tampoco parece darse cuenta de nada.
Él se fue acercando tímidamente, un poco ruborizado lo que ya es muchísimo decir, eso parecería imposible realmente, pero sí, se logró.
-¿Y qué tal? ¿Tu pregunta fue respondida?
-Nunca pensé que sería así...qué puedo decirte, realmente me gustó, me pareció linda y...vaya que me di cuenta que hablas de ya sabrás quien.
-¿Eh? ¿Por qué hablan con tanto secretismo? –Preguntó Paimon, alzando sus antebrazos con un rostro notablemente fastidiado, pero sin sentir tal emoción.
-De nada, Paimon. Bueno, ¿qué tal si tenemos una cita? El clima es bueno y realmente el viento corre muy bien hoy, dan ganas de caminar o beber algo bien frío.
-Siempre y cuando no sea vino.
-Hum, ni modo. –Venti se llevó una mano a la cintura. Realmente me sorprendió que prefiriera tener una cita conmigo a su vicio...eso dice mucho.
Antes que nada, recordé que tenía un libro que regresarle a Lisa...no quiero tener que afrontar esas consecuencias así que, sin dudarlo, fui a la biblioteca y se lo regresé. Venti se entretenía buscando libros, según él para buscar inspiración en las historias que hubiera.
-Bien, un día antes de la fecha de entrega, bien hecho, cariño. –Sonrió ella de forma coqueta. –Por cierto, quería regalarte algo.
-¿Hum? ¿Algo? No hay necesidad, Lisa, de verdad.
-Vamos, es una pequeña manera de agradecerte por tu ayuda en la recolección de libros, no hay más que discutir. De cualquier manera, es algo simple, pero quizá te agrade. Yo suelo usar pintalabios con sabor a vino de diente de león.
-¿Eso existe? –Pregunté, alzando una ceja.
-Dale las gracias a Diluc. Le pidió a Albedo que hiciera algo así usando el sabor de su vino para aumentar sus ventas, y siempre y cuando Albedo pueda seguir financiando sus experimentos, para él no habrá problema.
-Tiene sentido.
-El punto, quiero darte uno. Estás en Mondstadt, cariño, prácticamente es un crimen visitar la ciudad sin beber una buena copa de vino, pero como no puedes, al menos deberías conocer el sabor del vino diente de león.
-Me agrada como suena, está bien, gracias, Lisa. –Sonreí, aceptando su regaló, ella me lo puso de forma inmediata.
-Apenas se nota, pero te hace ver muy linda, me dan ganas de comerte. –Rió ella, acariciándome la cabeza. –Suerte.
Venti, Paimon y yo nos fuimos en la que era una cita de forma abierta...o bueno, más o menos, mi pequeña amiga impedía que el ambiente se pusiera más intenso, lo que en cierta medida agradezco, ya que bueno, apenas es un primer paso.
Lo primero que hicimos fue beber algo bien frío para refrescarnos a pesar del viento que hace. Él pidió una bebida de bayas y menta mientras que yo preferí cidra de manzana, simplemente ahí lo que hicimos fue charlar sobre qué me había parecido la canción, más que nada guardando las apariencias para que cierta hada voladora no se diera cuenta de ello.
Como era de esperar, él también me lanzó indirectas diciendo en qué se había inspirado. Casi puedo decir que, de tener un chile a mi lado, el color no sería muy diferente al de mi rostro. No es raro que eso le diera risa, pero una que parecía ser de buena manera, no tanto por burlarse de mí.
-Al final de todo era para la chica que me gusta, claro que debía ser así...sigo sin estar de todo satisfecho, puedo incluso escribirle otra, ¿qué piensas?
-Seguramente también le gustará. –Apuré un poco a mi bebida, tratando de ocultar mi sonrojo.
Saliendo de ahí, más bien decidimos pausar la cita para postergarla hasta la noche, quizá eso sería más interesante y realmente no hay forma de dudarlo.
Una vez llegadas las nueve, y con Paimon finalmente dormida tras la cena, llegó la hora de la cita de verdad.
Lo que hicimos fue más simple: paseamos por la plaza tomados del brazo, él alzó una brisa y ambos abrimos nuestras alas para subirnos hasta uno de los molinos de la ciudad. La noche se veía especialmente linda, y es más que nada por el hecho de que las luces de la ciudad alumbran todo de forma hermosa, que de por sí el estilo de las casas es lindo, ¿qué se puede esperar?
Venti tomó la Cecilia de su boina, mirándola con cariño, sonriendo.
-¿Te he dicho ya que me recuerdas a las cecilias? Pequeña, de colores claros, caracterizada por ser de viento. Quizá para la próxima canción que te escriba me inspire en las mismas. –Sonrió, acomodándola de nuevo en su cabeza.
-Si no te molesta claro...solo tengo una pregunta.
-Dime, con confianza.
-¿Por qué yo? Digo, has vivido miles de años aquí, ¿por qué te enamoraste de mí habiendo tantas mujeres y todas ellas tan atractivas, incluso más que yo? (al chile sí, Eula supremacy alv xd)
-Jo, ¿así que piensas eso? Ciertamente, le he dado incluso visiones a mujeres muy lindas de este pequeño rincón del mundo. Pero no se trata de eso, piénsalo un poco, acepto que me impresionan y por ello les obsequio visiones, ¿no? Pero el que tú puedas usar poderes elementales sin tener una, eso es un quebradero de cabeza no solo para ti, sino para incluso los arcontes, como yo. Primero pensé en por qué podría ser, e inevitablemente pensaba en ti, y cuando acepté que ese asunto no tendría solución nunca, ya no lograba sacarte de mis pensamientos, así que me cuestioné de ti, pero de ti en sí, y me di cuenta que...quizá ya estaba enamorado de ti.
-O sea que te enamoraste de mí porque siempre me pensabas...suena lindo...al final es lo que toda chica quiere, que alguien siempre esté pensando en ellas y en la forma de hacerla feliz.
-Oh, captaste lo que trataba de decir. –Venti se levantó, comenzando a caminar en el borde del tejado. –Pues sí, pensaba en cómo hacerte tan feliz como tú me haces a mí, me divierto tanto a tu lado, y a pesar de que no llevamos mucho de conocernos, ya atesoro todos los momentos que hemos pasado juntos. Llegué a la conclusión de que, tal vez, solo podría lograrlo haciéndote protagonista de mis canciones, solo espero no equivocarme.
-No, Venti. Me alegra que así fuera. –Sonreí de forma comprensiva.
-Bueno, la noche se acaba y hay cosas qué hacer todavía. –Él saltó, abriendo sus alas, yo hice lo mismo, siguiéndolo a la próxima parada.
Las luces de los faros adornaban todo de muy bella manera, la caminata se hacía más hermosa todavía, e ir a cenar no sonaba para nada mal, aparte de beber una copa, y con ello me refiero a algo que no tuviera alcohol, por supuesto.
Sin embargo, por el frescor que hacía, lo mejor era algo caliente, así que muy para sorpresa de mí, Venti pidió un té junto con algo de pizza. Quizá no sea la mejor combinación, pero apenas dejamos que nuestra bebida se templara, realmente valió la pena.
Era más bien la pizza tradicional de la ciudad, aquella a la que Jean le queda exquisita fíjate, ahí él, al ver que más de uno le pedía una canción, terminó de beber y de inmediato se puso a tocar las que casi nadie se sabía: las de amor.
Cantaba mientras me sonreía y me miraba con ojos rebosantes de amor. Dicen que cuando uno está enamorado, el rostro se le ilumina, y sí, esto lo confirma muy bien. Sus ojos verdes brillaban y sus mejillas resultaban más rosadas de lo normal, lo que hacía verlo tierno.
Tras acabar, lo siguiente que hicimos fue a recolectar cecilias a la montaña porta tormentas, del que claramente se hizo un ramo, el que él me obsequió. Hay que admitir que era un buen detalle, y como Lisa me dijo una vez, el hecho de que él las haya sacado de la tierra con sus propias manos hace que sea un detalle más lindo todavía que por el simple hecho de que las compraras.
Como él y yo estamos por aquí, sin duda se pudo dar la ocasión, y siendo ya casi las doce de la noche, era mejor regresar. Ambos teníamos sueño, Venti me envolvió los hombros y parte de los brazos al quitarse su capa, lo que le ayudaba con el frío aparte de mi bufanda.
Entre tanto, me di cuenta que el olor que desprendían las cecilias era más intensó, cuando lo miré, él simplemente me guiñó el ojo.
-Bueno, el viento puede hacer muchas cosas, entre ellas alzar el olor de las rosas.
-Lo disfrutaré sin duda, hasta que duren.
Llegando a la ciudad, fuimos a mi departamento, antes que nada el me dio un beso en el dorso de la mano.
-Bueno, este día será otro que voy a atesorar sin tener una resolución de qué pasará el día de mañana.
-Hum, bardo de pacotilla. También me gustó, a pesar de que la cita no fue precisamente larga, sin duda fue linda.
-Si quieres, la próxima puede ser más larga. –Sonrió.
-Hum, y solo para que lo sepas, ya sé a qué sabe el vino de diente de león. Lisa me regaló un humectante de labios con su sabor, así que no me aplicarás la misma dos veces. –Reí de forma altanera, pero él me regresó la jugada.
Me tomó de ambas mejillas, sentí que el cabello se me erizó al recibir un beso suyo, nuevamente Venti cerró sus ojos y los míos quedaban bien abiertos, al no esperármela nuevamente.
Parece que este bardo de pacotilla siempre se saldrá con la suya. Ya lo dicen, más sabe el arconte por viejo que por arconte. (Dicen que los arcontes tienen nombres de demonio...¿y si eso no solo es para que la traducción sea adecuada sino que en verdad los arcontes, más que dioses benévolos, son demonios que tienen sojuzgados a la humanidad? Ya vemos que están dispuestos a cometer genocidio contra los herejes)
Al separarnos del beso, él sonrió con su típico "ehe", mientras que yo solo me cubrí los ojos, avergonzada.
-Bueno, sí que sabe a vino diente de león, pero con unos cuantos añadidos, ¡no hay nada como beberlo directamente! Oh, es cierto, no podré beber vino si quiero salir contigo. Hum, da igual, pasar el rato contigo es mejor que cualquier vino.
-Ve-Venti...vaya que eres un sinvergüenza.
-En realidad no lo niego.
Sin más, él se fue campante, cantando la canción que me compuso ayer, mis mejillas seguían sonrojadas, pensando en qué hacer. Esa noche, Venti estuvo en mis pensamientos hasta que quedé dormida, y realmente cuando desperté, me di cuenta...que seguía pensando en él.
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Así me quedé al ver este fanart, vaya ganas tengo de que Baal viole mis derechos humanos y de paso me viole a mí xD
Jeje, boy.
Pues bien, sigo explorando este nuevo concepto que tengo en donde uno de los personajes no está enamorado del otro o, en su defecto, ninguno está enamorado del otro pero tienen situaciones románticas. Espero Seguir desarrollando bien está idea, este ship es popular, así que a los que les guste, espero no los haya decepcionado el capítulo ^^ de hecho, si tiene mucho apoyo, puedo darle continuidad, ya que sin duda el final es muuuuuy abierto pero que deja en claro que Lumine puede enamorarse de Venti de la misma forma en que él se enamoró de ella, lo que me suena lindo, ¿a ustedes igual?
La próxima semana será lemmon kazubei, joder, desde ya les adelanto que -susurro zukuletho- ta' exquisito, fíjate. Les recuerdo que es un "What if", donde Kazuha va a la prepa, tiene 17 y Beidou es su profesora, en fin, no quiero adelantar mucho, pero sin duda es uno de los mejores drabbles que he escrito, sino es que el mejor, ya lo verán ustedes 7u7
Nos vemos entonces
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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