La astrologa en su laberinto.
(Ok, sé que dije que haría un GorouxKokomi pero cambié de opinión :v ya llevaba tiempo queriendo hacer un MonaLisa, pero siempre era de "luego lo hago" pero vi unas imagenes de ellas y dije "alv, tengo que hacerlo a la de ya :v" y henos aquí. El capítulo...no quiero hacer spoiler, pero tendrá un final al estilo de El general en su laberinto de García Márquez bb, pues en realidad aquí Mona estará encerrada en un verdadero laberinto de amor que le tiene a Lisa
_____
Terminaba mis investigaciones de ese día, solamente me estiré en mi asiento, ya deseaba descansar después de todos los escritos que llevo preparando para la gaceta de Fontaine. Dicen que esa es la ciudad del amor, y suelo ir de vez en cuando por asuntos relacionados a mi trabajo, y en realidad es muy bonita, especialmente por su torre. (¿Cuándo saquen Fontaine habrá algo parecido a la Torre Eiffel?...esa pregunta no me dejará dormir hoy)
Miré mi reloj de bolsillo, ya se me hacía tarde para mis compromisos de ese día. Como era costumbre, yo siempre llegaba tarde a todos lados, lo que a veces me molesta y a veces me da igual. Aunque puedo prever el destino, por alguna razón nunca puedo prever los contratiempos que me rodearan en el día a día.
Iría a comer con Lisa, cosa que es relativamente común entre nosotras ya que cada una desea obtener más conocimiento de sus artes mágicas, o por simple ocio, pero al menos para mí...para mí no es así.
Ese solo era un pretexto para poder compartir tiempo de mi vida junto a la mujer de la que estoy enamorada, y en realidad, ¿qué más puedo decir? Estoy enamorada de Lisa Minci, no quiero ocultarlo, pero debo hacerlo, cosa que me fastidia muchísimo, ya que tengo el deseo de gritarle a las 7 naciones lo que siento por ella.
Sin embargo...algo me lo impide, y eso me ha arrancado varias lágrimas.
La forma en la que me enamoré de ella fue realmente algo sin sentido, pues solo fui a la biblioteca a buscar algunos libros que necesitaba para mi hydromancia, ya que no podía comprarlos y lo menos que podía hacer era ir a la biblioteca de la ciudad para ver si podía hallarlos ahí.
Tenía que publicar un artículo a la de ya, pues estaba pendiente, no tardarían en publicar la gaceta y, para empeorar las cosas, la misma se dejaría de publicar por un tiempo debido a que se harán cambios de sede en Fontaine, por lo que me quedaría sin dinero, cosa que en realidad no deseaba.
Iba con prisa como siempre, incluso me había hecho agua y me deslizaba por el suelo para llegar más rápido, y antes de entrar a la biblioteca, tomé mi forma humana, entrando con prisa.
Al voltear la mirada, la vi, ella acomodaba unos libros alzándose de puntillas. Mi corazón comenzó a latir fuertemente pues era algo que no había visto en mi futuro. Solamente me quedé sin aliento apenas me miró a los ojos.
-Oh, bienvenida. -Me sonrió. -No te reconozco del todo, ¿habías venido antes? -Seguí sin responder, ella rió. -¿El gato te comió la lengua o por qué no dices nada?
Yo solo pude sonrojarme, sentí que incluso me faltaba fuerza en las piernas y estaba a nada de desplomarme. Esa fuerza se había ido a mi corazón, pero se robaba toda la de mi cuerpo.
-Y-yo...yo solo veía a buscar libros de segunda mano.
-Chica, aquí no es librería. -Volvió a reír. -Hay libros de segunda mano, sí, pero no están a la venta. De cualquier forma, ¿qué buscabas en especial?
-Cr-creo que te buscaba a ti...
-¿A mí?
-¡N-no, olvídalo! -Comencé a dar vueltas por los pasillos con tal de que no me viera a la cara, no puedo ni mantener una conversación estable de lo nerviosa que me siento. -E-eres la bibliotecaria, ¿no? ¡S-sí, por eso es que te buscaba!
Me encontraba detrás de un estante con varios libros, pero ella quitó uno, justamente donde se encontraba mi rostro, por lo que la vi nuevamente, y ahora directamente a los ojos...eran tan hermosos como ver el césped al salir el sol.
-¿Y qué deseas decirme entonces? -Me preguntó, sin pizca de seriedad, lo decía con curiosidad.
-¡A-ah, son estos libros, toma la hoja, te la presto!
-Enseguida te los traigo...¿cuál es tu nombre?
-Mona...soy Mona, ¿y tú?
-Lisa Minci.
-"Lisa"...es un nombre que no había escuchado antes. Me parece...bonito.
-Je, el tuyo también se me hace de lo más novedoso. También es bonito.
Desde ese día, ella nunca ha salido de mis pensamientos. Pienso en ella casi todo el día, el cómo estará, si se sentirá triste o feliz, y cuando duermo, siempre quiero que ella invada mis sueños, cosa que no suele pasarme muy seguido.
El sueño más reciente fue el más bello, estábamos hablando, nos recostamos en mi cama, nos tomamos de las manos, yo con especial vehemencia, para luego darnos un beso que también respondí con la fuerza de mi amor por ella.
Ojalá no solo se quede en mis sueños, sino que un día pueda hacerlo.
Regresando al presente, ya la podía ver en la lejanía, sonreí para mí misma, ya que no hay nada que me alegre más el día que verla con mis ojos, y cuando la paso mal, una sonrisa suya me endulza la tarde.
Simplemente nos saludamos, yo le di una rosa que había arrancado de un jardín, lo que a ella le sorprendió bastante, solo me miró con un poco de cuestionamiento.
-Cuando la vi lo primero que me pasó por la mente fuiste tú. -Me sinceré. -Siempre te gustaron las flores moradas, y sueles tener una en tu escritorio, le hice un pequeño encantamiento para que esté fresca para siempre.
En realidad lo que había hecho era que esa rosa nunca se marchitaría mientras yo esté enamorada de Lisa, y sé ya desde el fondo de mi corazón que eso jamás podrá terminarse, por eso mismo es que, mientras yo viva, la rosa también lo hará. No sé si incluso cuando muera podrá seguir fresca, ya que algo me dice que incluso la amaré después de que mi corazón deje de latir.
-Vaya detalle, que amable y atenta eres. -La olió. -Huele a que acaba de abrirse, es un olor tan refrescante y delicioso. Al menos así no tendré que gastarme 200 moras diarias en una rosa morada. -Rió. -No te creas, la verdad es que me parece un gesto tan hermoso, no podía ser de otra manera de mi mejor amiga.
-Sí...mejor amiga por siempre. -Sonreí para ocultar mi dolor.
Me he preguntado muchas veces si es que sospechara que estoy enamorada de ella o ni por la cabeza se le habrá pasado la idea. En fin, cuando estoy con ella no suelo preguntármelo, mejor disfruto del momento.
Mientras comíamos, tuve que aplicar la de siempre, diciendo que se me había olvidado el monedero y que para la próxima pagaría lo de ambas...llevo diciendo lo mismo desde hace dos años al menos una vez por semana, ella nunca me ha reclamado nada, por supuesto, pero me apena mucho.
Platicamos de cosas académicas y de diferentes encantamientos, pidiéndome que le pasara el hechizo para hacer inmortales las rosas, le dije que lo tenía anotado por ahí, solo que era una mentira. Ese hechizo no funcionará si ella lo usa de forma normal, cualquiera que sepa de magia se daría cuenta que es un hechizo de amor y eso me delataría para con ella.
En cierta parte, me gustaría que supiera la verdad para que sepa de la capacidad de mis sentimientos, pero me da miedo declarármele.
-Ah, quedé a reventar. -Suspiré después de comer. -Nada mejor que alimentos que le den energía y capacidad al cerebro.
-Eso para las eruditas como tú. Yo...yo solo soy la bibliotecaria.
-Lisa, eres la mujer más inteligente que conozco, además de linda. Me provocas tantos celos, a tu lado soy un bulto de tierra.
-Mona, también eres muy hermosa. Aparte, tienes buen cuerpo, me sorprende más que no tengas novio.
-Lo mismo te digo a ti... -Me miré el escote. -Si yo soy atractiva, ni hablar de ti. -Sudé una gota gorda, ella solo rió.
-No me refería a que no eres especialmente chichistosa (:v), sino porque tienes muchos atributos que te hacen linda, y no me refiero solo a lo exterior. Esta rosa me dice que tienes un gran corazón ya que sueles pensar en los demás.
-Gr-gracias. -Dije, sonrojada. -¿En-entonces te parezco que soy bonita?
-Claro que sí.
-¿Te molestaría decirlo de nuevo? -Lisa solo rió al escucharme.
Nuestra conversación era virada a ese tipo de temas, y cuando me preguntó si no había algo especial entre yo y algún chico, tuve que improvisar pero, a su vez, decirle la verdad entre líneas.
Le dije que ningún chico me gustaba y no estaba interesada en ellos, pero que cuando hubiera una persona especial, le daría todo de mí sin renegarle nada y sin pedirle algo a cambio, que la amaría todos y cada uno de los días de mi vida, siempre queriendo hacerla feliz y que nunca sufra, ya que sería amor de verdad lo que sentiría por esa persona.
Ella solo se conmovió y me deseo suerte en mi búsqueda. Si supiera que, de vernos en un espejo, esa persona especial para mí, estaría delante de nosotras, y no me referiría a mí, por supuesto.
Acabada la comida, ambas nos despedimos, yo le di un abrazo como acostumbro, disfrutando de cada pequeño roce, de poder oler su perfume y, especialmente, hacerle sentir el latido de mi corazón, que es causado por ella solamente.
Llegando a mi casa, Albedo me esperaba en la sala ya que solemos compartir conocimientos y jugar con Klee, pero ella llegaría más tarde. Apenas cerré la puerta, me recargué en la misma para comenzar a resbalarme mientras me soltaba a llorar, quedando sentada a la vez que abrazaba mis rodillas.
Albedo solo fue y me tomó de un hombro. Él sabe por qué lloro cuando lo hago, nunca hay una razón diferente.
-No tengo nada para ofrecerle, no estoy a la altura de Lisa, es un amor imposible para mí, seguro mi presencia se le hace tan x que ni sabe que estoy enamorada de ella. Si pudiera le daría joyas, banquetes, todos los libros que pueda leer, la mejor casa para vivir, todo capricho que quisiera se lo daría en un santiamén, pero no puedo ni invitarla a tomar un vaso de agua.
-Ya, Mona. Tranquilízate, el amor no se mide por lo material, aparte a Lisa esas cosas no le importan mucho.
-Da lo mismo. -Seguí llorando. -No le importan, ¿pero qué tal si no le gusto? ¿Qué tal deja de hablarme si me le declaro? Albedo, jamás podré dejar de amarla, quiero hacerla tan feliz que no llore nunca más como no sea de felicidad...pero no puedo.
-Ve su destino, eso solucionaría las cosas.
-No puedo...me aterra pensar que, sea cual sea el resultado, en mi realidad pueda ser contrario a lo que deseo. Si tan solo tuviera una oportunidad.
-Quizá sí la tienes y, por pensar que no es así, te quedarás sin nada. -Albedo me miró con cara de "tarada" pero a la vez con cierta gracia. -Deberías hacerlo, la amas desde que la conoces, y has llegado a un punto en que ni tú misma lo creíste posible.
-Tienes razón en eso...pero somos de mundos diferentes. Quisiera poder hacer algo para cambiar la realidad.
-Lo puedes hacer...ten confianza. Mona, tengo fe en que podrás enamorarla cuando vea lo que sientes, la forma en que le quieres. Tú misma me lo has dicho un montón de veces cuando te pregunto si la amas "más que a nadie jamás en este mundo" y hemos sido amigos lo suficiente para saber que esa frase no se la regarías a cualquiera.
-Y que prefiero morir en sus brazos que vivir sin ella...que si sus ojos son lo último que veo, sería equivalente a ver el Cielo incluso si me voy al Infierno.
-Dios mío, me atrevo a decir que eres más romántica que cualquier otro hombre que esté enamorada de ella, que pocos no son. Solo puedo decirte que hagas lo que mejor te parezca, pero prefiero que te declares de una maldita vez para que dejes de sufrir y, de paso, no tener que escuchar el mismo sermón siempre que vienes a tomar el té de las 5.
-Pero has de ser cabrón. -Reí, limpiándome las lágrimas. -No prometo nada...pero me falta fuerza, sin duda.
-Oh sí, esa ya me la sé "mi amor por ella es tan fuerte que incluso me arrebata las que pueda tener en el cuerpo".
-Sigo sosteniendo esas palabras de manera firme y lo haré hasta que deje de amar a Lisa, o sea, nunca será.
-Vamos a tomar el té, eso te vendrá bien.
Después de platicar con Albedo de qué haría, realmente me quedé más tranquila, él me dio los alientos necesarios para dar el gran salto adelante que necesitaba. Sé que llevo conociendo a Lisa desde hace un tiempo pero...¿y si no ha sido el suficiente? ¿Y si me falta algo? Quiero dejar de ocultar lo que siento, quiero abrazarla, besarla, hacerla la mujer más feliz de todas y amarle con la fuerza que a veces no tiene mi cuerpo y procurarla sin falta alguna.
-Le escribiré una carta para decirle lo que siento, ¡esa es la mejor de las ideas! -Sonreí.
Comencé a vaciar mis sentimientos en algunas líneas donde pretendería decirle a Lisa lo que sentía por ella, no sé qué tan bien podrá irme con esto, pero aquí le diré la verdad y solo la verdad. Mañana ella descansará de la biblioteca así que, sin pensármelo un solo segundo, fui a su casa con el pretexto de regresarle un libro que nunca leo, así suelo hacerlo.
Fui a su casa y la puerta se abrió apenas estuve frente a la misma, y de ahí que la viera acostada en el sillón con una manta a la vez que leía un libro.
-A tiempo como siempre, Mona. -Rió. -Ojalá hubiera más lectores como tú y así no tener que andarlos apresurando...o amenazando, mejor dicho.
-Te ves tan dulce y tranquila por fuera...pero eres una máquina de fuego por dentro. (Arturo: oh sí, electrocútame, mami Lisa, plis 7u7)
-De electro sería mejor decirlo. -Se levantó de su sillón, bostezando como es su costumbre, de ahí que me recibiera el libro para llevarlo entre sus manos. -¿Gustas de una taza de té? Estaba preparándolo, y que bueno que llegaste ya que tenía tanta flojera que no me hubiera parado de ahí como no fuera para abrirte.
Lisa fue y de inmediato apagó la olla, el aroma del mismo era delicioso, con notas amargas pero que, sin pensarlo, de cualquier forma hacían que la casa se llenara de un buen aroma.
-Ya que estoy aquí...no veo por qué no. -Sonreí.
Nos sentamos en la mesa y Lisa de inmediato se puso a examinar el libro, tiene la costumbre de ver a detalle hasta la más mínima cosita que pudiera tener de diferente para ver si se trató de forma adecuada.
Una hoja se cayó del libro, y de solo pensar que era la mía, toda la sangre se me bajó a los pies, revisé mis bolsillos de forma disimulada y, efectivamente, así era. (Ok...¿de dónde rayos saca Mona sus monedero si no tiene bolsillos en sus mallas? Eso no me dejará dormir hoy)
-¿Y esto qué es...? -Preguntó ella, desdoblando la carta, estaba petrificada, ni siquiera pude decirle algo por lo nerviosa que estaba. Comenzó a leerla de forma tranquila, y conforme leía, sus ojos se agrandaban, una sonrisa le apareció en la boca, se llevó una mano al corazón. -Wow, pero que lindo escrito, ¿es tuyo? Hum, ojalá yo tuviera alguien que me escribiera estas cosas. No sabía que eras romántica, Mona.
-Ta-tal vez la hice un día...era un amor imposible, una locura, y preferí ni entregarla, no recuerdo cómo llegó ahí, pero ya vez.
-Mona, Mona, Mona. -Ella negó con la cabeza. -Qué lindo que es esto, no hay amor imposible tratándose de palabras tan bellas y sinceras "Te amé desde siempre y en secreto...no hay un solo día donde no piense en ti, no hay noche donde no desee soñar contigo, en que nos tomamos de la mano...realmente me gustaría hacerte llorar de felicidad y de tanto amor que te anhelo dar...te amo aquí, allá y en todas partes, realmente me veo contigo hasta el final de mi vida". Por Barbatos, Mona. Qué lindo que es.
-¿T-te gustó?...
-Mucho, es tan linda, lástima que no la hayas entregado, creo que hubiera sido de lo más hermoso. Espero no te vayas a arrepentir de no hacerlo.
-¿Y si me hubiera arrepentido de hacerlo?
-Te daría vergüenza cada que lo recuerdes, pero tuviste el valor para confesarte, y con una carta como esta, es un arma muy potente. Bueno, se nos enfría el té, hay que beberlo ya. -Ella me regresó la carta.
Soy tan distraída que se me olvidó ponerle el destinatario, así que era imposible que Lisa supiera que era para ella, di un pesadísimo suspiro apenas me quedé sola...sonreí casi con ganas de llorar, le gustó un pequeño fragmento que leyó, pues no estaba completa, eso me dio alientos para seguir con mi odisea.
Acordamos mañana ir a beber una copa, trataría de pedirle prestado a Albedo para no quedar mal con ella...otra vez. Digo, quedar mal con mi mejor amigo no es problema, siempre y cuando no sea con la chica que me gusta.
Esa mañana iba campante, estaba más que alegre de que a Lisa le gustaran las palabras que pensaba para ella, y apenas entré en casa de Albedo, él se dio cuenta de inmediato. Klee estaría con nosotros, así que simplemente la cargué para hacerla girar alrededor mío, ella comenzó a reír con mucha alegría.
-Wha, ¿por qué Mona one-chan está tan feliz?
-Oh, me pasó algo que me hizo sonreír mucho.
-¿Cómo Klee cuando hace estallar sus tesoros?
-Hum...supongo. -Reí de manera nerviosa. Como buena niña que ella es...casi siempre, le dijimos que fuera a jugar con Diona mientras yo y Albedo platicábamos. Al quedar solos, simplemente lo abracé mientras lloraba de alegría. -Me acaba de pasar algo tan estúpido que incluso me alegra que así sea.
-Mujer, explícate. Ayer estabas llorando y ahora estás sonriendo...mientras lloras. Sigh, empiezo a creer que perdiste la cabeza y todo es culpa de Lisa.
-Así es, desde que estoy enamorada de ella, me he vuelto loca de amor. Le escribí una carta como me aconsejaste, y la dejé por accidente en un libro que iba a devolverle, no tenía nombre de a quién estaba dirigida, así que la leyó y me dijo que le parecía hermosa, eso solo me motiva a seguir, y que era una buena forma de enamorar a cualquiera.
-Hum...vaya casualidad, parece que la suerte te sonríe por una vez en tu vida. Mejor mantente alejada de Bennett si no quieres que algo salga mal. -Rió de forma irónica.
-Eso sería un poco cruel de mi parte...pero para estar segura, mejor lo hago.
Apenas terminamos de platicar, le mostré la carta, y él mismo se notó sorprendido. Siendo alguien tan lacónico y reservado con los temas del amor...vaya que incluso hasta él se conmovió.
-Sí que la amas. No puedo hacer nada más que desearte suerte, espero tengas el valor necesario no solo para confesarte sino que, en caso de que te diga que no, cosa que dudo, sigas manteniendo tu amor por ella como sueles decir.
-Prefiero la muerte en sus brazos que una vida sin ella...
-No te suicides si la cosa no sale como deseas, por favor. -Bostezó Albedo. -Suicidarse por amor se me hace tan ridículo.
-¿Nunca has estado enamorado o por qué eres tan frío en esos temas tan lindos?
-No...tal vez un día, pero por ahora me concentro en cosas más importantes para mí.
-Sigh, siempre con lo mismo. Algunas cosas nunca cambian, y no solo lo digo por mí.
Fui directamente con Lisa, no quería hacerla esperar, y por suerte Albedo me prestó dinero para no solo comprar un buen vino, sino para comer algo en caso de que se necesitara...mientras me lo cobre el día de mi paga, sería mejor para mí ya que antes de esa fecha, me sería completamente imposible.
Apenas llegué, me senté en el lugar donde nos veríamos y, para mi sorpresa, veía y veía el reloj, mas ella no llegaba, tanto así que comenzaba a preocuparme, no entendía que sucedía o por qué su retraso cuando no suele ser así, de hecho es más puntual que yo.
Sin embargo, notaba una notoria actividad de los caballeros, algo que es inusual, pero estaba más centrada en que era probable que Lisa me dejaría plantada en la que sería una cita con algunos toques románticos, de hecho la primera que tenía pensada con ella.
A las dos horas, simplemente me levanté de mi asiento, abatida, me deshice en agua y me alejé lo más posible de la ciudad, quería estar sola, alejada de todo, y cuando llegué a un punto que me pareció ideal en el bosque, simplemente me levanté para caminar un poco, comenzando a llorar para derribarme en un árbol, mirando al tronco del mismo, mi corazón no soportaba la idea de que no fui importante para ella de una manera que incluso me dejó plantada en la que pensé sería una buena cita.
-Soñé muy alto...ella no es para mí...pero yo sí quisiera ser para ella. -Seguí llorando hasta que escuché que una vara se rompió detrás de mí y, al voltear, una barra de metal casi me acierta en la cabeza.
Me recuperé de inmediato para percatarme que unos ladrones de tesoros me habían rodeado, solo eran dos así que, de un ataque cargado, los dejé en el suelo.
-¡Agh, es fuerte!
-Cederá como la otra, dicen que la bruja electro es de temer, y esta chica llorona no parece compararse con ella.
-¿Bruja electro? -Apreté mis puños. -¡¿Te refieres a Lisa Minci?!
-Sí...¿por qué te importa?
-¡Miserables! -Sentí una enorme furia al apenas saber que ellos, quizá, le habían hecho daño a mi amada, y con un furia incontrolable derribé a esos dos en un parpadeo. A uno lo tomé de la ropa y lo estampé contra el árbol donde me había derribado a llorar. -¡Dime dónde está!
-Más fuerte, mami.
-¿Qué? -Hice un gesto de asco y extrañeza.
-A-ah, nada, jeje. -Le di un golpe en el estómago. -¡Uff!
-¡Habla ya y déjate de fetichismo, enfermo!
-O-ok, solo dame una bofetada y lo haré. -Me dio tanto coraje que se la di bien, pero a él le pareció gustarle, así que le di otra para vaciar mi enojo con ese malhechor, pero no me funcionaba. -Está al norte de aquí, no te costará trabajo encontrarlos, es en la parte alta de la montaña, así que se darán cuenta si vas.
-Tch. Yo tengo mis métodos. -Le di un golpe para derribarlo, pero simplemente pareció gozarlo. -¡Eres un enfermo! (Arturo: Ahora yo :'v)
Me hice agua para ir lo más rápido posible al lugar donde a ella la tendrían capturada, o no sé ni qué le harían esos desgraciados, pero apenas tenga en mis manos al idiota que se le ocurrió hacerle daño y le romperé el cuello.
Justamente encontré la montaña, como a simple vista parecería un charco, nadie se dio cuenta cuando me movía, ya que lo hacía con suma cautela y sin que nadie se percatara de mi presencia.
Solo asomé la cabeza y me percaté que tenían a Lisa amarrada con el que parecía ser una soga cubierta de geo, de ahí que ella estuviera incapacitada para moverse. No solo se trataba de ladrones de tesoros, sino también de los Fatui.
-Los mataré... -Apreté mis dientes.
-Oiga, jefe, ¿por qué hacer esto? Digo, esa joya que lleva en su pecho parece más valiosa que nada.
-Deja tú eso...a mí no me vendría mal la carne. -Rió de forma cínica uno de ellos. -Me da curiosidad saber cómo es que se resistiría a mí.
-No, si le ponemos una mano encima, los caballeros nos perseguirán hasta el fin del mundo. Es amiga de la Maestra Intendente, así que pagarán una buena suma por su rescate y eso le vendría bien a los míos. -Dijo el que era un cobrador. -Aparte, ustedes imbéciles deben pensar más que solo en el dinero, podemos pedir lo que sea, poder, tierras, visiones, todo con tal de que la maestra no pierda una de sus más valiosas piezas.
-Para eso pudimos capturar al capitán.
-No, él es más listo. Hum...¿quién diría que ella caería en nuestra trampa a causa de un tonto libro atrasado en la entrega? Hay que movernos, si empiezan los rondines, podríamos topárnoslos.
-Sobre mi cadáver.
-¿Quién dijo eso?
Volví a mi forma humana dándole un certero puñetazo en la mandíbula a uno de los ladrones, dejándolo noqueado de una. Todos se sorprendieron, Lisa se notó asombrada pero reaccionó bien, vi que sus ojos se iluminaron, pero me dio igual el por qué razón fue, solo quería protegerla.
Lancé un hechizo que dejó a todos en una nubosidad cósmica que los levantó del suelo, con un ataque cargado los dejé ko a casi todos, menos al cobrador, que se paró con notorio enojo que incluso se le veía en la cara, solo se acomodó la máscara para dejar al descubierto su cuchilla, la cual se reflejó al amenazarme con ella.
-Sé que también eres de importancia para los caballeros, pero a ti sí te voy a matar...
-Inténtalo... -Me hice agua y así evité que su cuchilla me golpeara, fui directamente a la visión de Lisa, tomándola para lanzársela, y apenas la tomó, le lanzó un rayo al cobrador. Con un ataque de hydro, lo dejamos en el suelo sin que tuviera capacidad de moverse debido a los calambres del electrocargado. Simplemente fui caminando con él para ponerme frente a él.
-A mí me puedes hacer lo que quieras...pero ponle una mano encima a MI reina y te haré pagar incluso con la vida. -Le di una patada en el rostro.
Fui corriendo con Lisa para romper el hechizo de la soga que la amarraba, la abracé con toda mi fuerza mientras me rompía a llorar en su hombro. Ella se quitó la pañoleta de la boca.
-Gracias, Mona. Pero se supone que la que debería llorar soy yo, no tú. -Rió.
-Estaba tan preocupada, pensé que te habían hecho algo, que te habían lastimado. Prométeme que nunca más irás sola a recoger un libro, sea cual sea. Creí que no volvería a verte, y que si lo hacía ya no serías la misma de siempre, esa con la que siempre platico y salgo a comer algo, con la que me la pasó tan bien <<y de la que me enamoré>> -Lo último lo pensé.
-Pero viniste...te lo agradezco tanto, nunca lo olvidaré, Mona. -Nos separamos del abrazo, viéndonos a los ojos. Ella me limpió las lágrimas. -No pudimos beber la copa que prometimos...ya habrá otra ocasión, solo ya no llores más, todo está bien.
-Solo me importa verte sana y salva. -La abracé de nuevo, seguí llorando. -Perdóname, tengo tantas emociones por mi cabeza y mi corazón que solo puedo desahogarme de esta manera.
Llegando a la ciudad, todos se quedaron de "wtf" porque, aunque se había desplegado una importante cantidad de caballeros con tal de rescatar a Lisa ya que había llegado una carta donde se avisaba de su secuestro y se pedía una recompensa, y que llegáramos así de la nada, solo causaba más confusión.
La versión que di es que había ido al bosque a practicar mi hydromancia y los ladrones me atacaron, mencionando a Lisa, por lo que fui a ayudarla.
Ambas nos despedimos en la puerta de su casa apenas terminó todo el revuelo. Enviaron a 70 soldados a buscar en todas las cercanías, pero solo se necesitaba a una enamorada enojada para encontrarla. La abracé una vez más con toda mi fuerza, sonriendo para mí misma.
-Si tan solo no tuviera necesidad de separarme de este abrazo...
-Mona, sin duda te afectó mucho lo que me pasó, incluso más que a mí...eres tan amable y tan buena persona conmigo. -Me dio un beso en la frente. -Es muy adorable de tu parte.
No pude decir nada ya que la cara incluso me brilló de lo sonrojada que estaba, sentí que el aire me faltaba, pero me recompuse y simplemente tosí de forma disimulada.
-Gr-gracias por eso, lo hice porque, después de todo, eres mi mejor amiga, no podía dejar que te hicieran daño o no me lo perdonaría nunca en la vida. Por eso es que actué como lo hice.
-Gracias a ti...siempre lo recordaré con especial cariño. -Ella cerró la puerta de su casa, yo me senté en los escalones de la misma, suspirando pesadamente para procesar el que ella me había besado la frente y que me decía que me recordaría por siempre.
La rosa que le regale, así como se marchita cuando se deja de amar a la persona a quien se le dio, se hace más fresca y hermosa cuando más se le ama. Mañana Lisa se llevará una sorpresa muy grata al ver que esa rosa que le di estará como recién cortada del mejor huerto de la mejor cosecha del mejor año.
Me fui a dormir pensando en ella, y que pude defenderla de todo lo que pudo sucederle, justo como se lo había escrito en la carta que le hice. Me siento satisfecha ya que hice lo que pensaba, y lo volvería a hacer aunque me costara la vida.
Volví a tener el mismo sueño de la otra vez, solo que ahora, en vez de tomarnos de las manos, yo la abrazaba con fervor, supongo que eso querrá decir que la quiero cerca de mi corazón y de mí. Apenas desperté, me levanté con una sola idea: declararle mi amor a Lisa Minci, y que nada ni nadie me lo impedirían.
Tomé la carta, la terminé de escribir, puse su nombre y la postdata era simple: estoy enamorada de ti. Ahora sí, aunque la leyera por accidente, sabría que es para ella y que yo fui quien se la escribí.
Fui a beber vino justo como acordamos ayer, y ahora sí llegó puntual, lo que me tranquilizó mucho. Yo llegué cinco minutos tarde por estar haciendo los pormenores de la carta, solamente me pude disculpar con ella.
-Mona, ¿estás bien? Te noto muy nerviosa. -Me miró con preocupación.
-Cr-creo que beber un expreso doble no fue buena idea después de lo que mi corazón tuvo que soportar ayer...tal vez por eso me veo así. -Mentí, el solo pensar que le declararé mi amor me mata de nervios.
-Entonces un té para ti es mejor, beber alcohol solo podría ponerte peor. -Negó con la cabeza, ambas nos sentamos, yo incluso le recorrí el asiento para verme atenta a sus ojos. - De verdad debes enseñarme ese hechizo para mantener frescas las flores. A flora le encantaría también, la que me regalaste, la rosa morada, solo se ve más preciosa conforme pasan los días, su perfume me resultó más delicioso hoy en la mañana, parecía de ensueño, se veía como recién cosechada por la mano más delicada y profesional, así como también sus pétalos sedosos y suaves.
-Te decepcionarás enormemente pero...perdí el hechizo, lo tenía anotado en una libreta y no sé dónde quedó, quizá se la presté a Albedo.
-Hum, ni modo. Si la encuentras, no dudes en compartírmela.
-Claro, o podría incluso yo crear un hechizo. Todo porque...porque tú seas feliz.
-Que amable de tu parte. -Me sonrió.
Acabado el vino y el té, ambas partiríamos a hacer cualquier otra cosa, metí la mano en mi bolsillo para sujetar la carta, teniéndola en la mano.
Ambas caminamos un poco, ella me miró, sonriéndome, pero igual se notaba preocupada todavía. Seguro me veo mucho más nerviosa todavía.
-Mona...¿segura que estás bien? Me estás preocupando mucho.
-To-todo bien...Lisa, tengo que decirte algo muy importante.
-Oh, adelante. Te escuchó. -Sonrió.
-Eres una persona muy especial para mí...si me dieran a escoger entre verte morir o que tú me veas morir, seré egoísta y preferiría ser yo quien termine sacrificándose. Desde que te conozco te he admirado mucho, y has sido importante para mi vida en muchos aspectos que no pudiera ni nombrar. -Estuve a punto de sacar la carta que le escribí, pero la guardé de último momento en mi bolsillo. -Por favor, cuídate más. -Comencé a llorar...no tengo el valor para declararle lo que siento.
-Oh, Mona. -Me abrazó. -Ya no te martirices por eso. No volverá a pasar, y sé que si llegará a sucederme otra vez, siempre podré contar contigo, porque somos amigas, ¿cierto?
-Sí, eso es lo que seremos siempre...amigas. -La abracé a la vez que trataba de que no me viera con las lágrimas en los ojos. Dije la verdad y solo la verdad...sé que debo intentarlo para sacarme esa espina del corazón pero...me da miedo perderla. Y lo repetiré hasta el día en que se cumpla: prefiero una muerte en sus brazos que una vida sin ella...así sea solo su amiga y nada más.
Ambas nos despedimos después de ese largo abrazo, me ayudó a limpiarme las lágrimas, y después de eso fui directamente a casa de Albedo.
No es raro que, apenas entré, me derribara sobre mis rodillas para comenzar a llorar, Albedo fue corriendo y, al verme, se quedó pasmado.
-¿Qué fue lo que te dijo, Mona? -Me preguntó.
-Nada...no tuve el valor de declararme, me da miedo perderla, no quiero separarme de su lado así nunca pueda amarla como yo desearía.
-La perderás de todos modos... -Sentenció él, negando con la cabeza para darme un abrazo.
Estoy más que segura que tal vez hice lo correcto.
***
Estaba segura que Mona se me declararía en ese momento...pensé que así sería.
Sin embargo, las palabras que me dijo me tocaron el corazón, seguro solo estoy delirando ya que no puedo gustarle a alguien de mí mismo sexo...o eso no lo sabré, si tendré esa dicha o solo será algo de mi imaginación.
Mona es muy buena chica, sin duda le confiaría mi vida y todo en cuanto pudiera, no sé si me amará o solo tendrá una enorme amistad conmigo que la hace cometer locuras...justo como se cometerían por amor.
De por sí la rosa que Mona me regaló hace unos días había mejorado su aspecto de forma infinitamente bella, al día siguiente de que creí que ella se me declararía, su aspecto no hizo más que mejorar...
-Esta rosa...su proceso de marchitación es distinto, cada día que pasa se vuelve más bella y fresca...vaya que la magia es más que poderosa.
Simplemente tomé la rosa y la olí, era un olor exquisito...y sin embargo sentía que algo me faltaba...
______________________________________
Vaya, ya llevaba tiempo sin hacer un final sad y creo que este me quedo bueno :v
No sé por qué, pero siento que así quedaba bien, también era lo que planeaba desde el comienzo de este ship, espero no haberlos hecho sufrir mucho jsjsjs
La siguiente semana será el segundo acto del Zhongli y Hu Tao, que varios me habían pedido una segunda parte desde hace uuuuuuhhh pero no de me había olvidado, solo tenía otros escritos pendientes :'v
Nos vemos el lunes, ojalá les haya gustado el cap uwu
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro