Experimento alquímico en el laboratorio.
Esa noche no había mucho trabajo, y de igual manera tanto Albedo como yo trabajamos a toda prisa para sacar las investigaciones que quedaban pendientes, las que no serían muchas, pero teníamos una carrera contrarreloj, que era lo que complicaba todo.
Él hacía sus anotaciones en una libreta además de tener frente a él un pequeño equipo de alquimia, me ha dicho que una boutique médica de Liyue le encargó el que será un proyecto "importante", especialmente para la población civil.
Lo que no me ha dicho...es de qué se trata, no me parece que sea un asunto demasiado privado ya que se trata de salud pública, que es lo más importante para nosotros como alquimistas, después de todo. Aun así...me sigo preguntando qué se traerá entre manos con esa boutique.
-Si mis investigaciones no fallan...y basándome en los compuestos químicos de estos medicamentos ya existentes, mezclados con algunos cuantos, además de algunos extractos herbales y otros ingredientes para estabilizar la mezcla, aparte de la píldora en sí...
Me fui acercando poco a poco a él, estaba tan concentrado que ni siquiera se dio cuenta de ello, por lo que preferí que siguiera en lo suyo, sin molestarlo tan siquiera. No tenía una idea concreta de con qué trabaja, pero algunos eran anticoagulantes y plantas medicinales que pueden causar, irónicamente, dolores de estómago e incluso de cabeza por sus fuertes efectos en el cuerpo.
-Con esto...debería quedar, según me dijo ese curioso hombre. -Al quitar la vista de su mesa de trabajo, Albedo hizo algunos apuntes más, acariciándose el cuello para dar un pesado suspiro, solamente para asustarse al verme, cayendo de su asiento. -¡Ah!
-¡Sensei! -Grité, ayudándole a levantarse.
-Rayos, Sacarosa. No te me cruces así como así, me diste un enorme susto.
-Y-yo llevaba viendo sus procedimientos durante un rato...estabas tan concentrado que no me viste, o esa es la impresión que me da, Sensei.
-Me parece algo importante, de verdad. Sigh...se trata de una píldora anticonceptiva, si todos los procedimientos salen bien, no dudes que será un enorme avance en la medicina...y todo gracias a mí y a ese tipo serpiente. Quizá hasta me den un premio de alquimia, ¿no te parecería excelente? -Sonrió, guardando sus cosas. (numa, el Albedo es mexicano, a ver si captan el porqué)
-Claro que lo sería. Eres el más destacado de los alquimistas, y no sería raro que te premiaran por ello. De todos modos, no creo que necesites una condecoración para que sepan que eres el más talentoso de nosotros.
-Sacarosa, me sonrojas. -Mencionó, llevándose una mano detrás de la cabeza. -Sin embargo, todavía falta el paso más importante de todos para poder concluir la investigación y empezar a fabricar el nuevo medicamento...y me gustaría que tú fueras parte de eso. -Me dijo con cierta coquetería, además de que me tomó un hombro, lo que me causó un enorme sonrojo en la cara.
-M-m-me encantaría...¿debo aportar alguna base teórica o revisar la composición química en la que estará basada la píldora? -Mi pregunta solo le sacó una pequeña risa.
-No. De hecho también formaré parte de esa última fase, y es como el método científico, ya tengo la hipótesis, ¿qué sigue después de eso?
-L-la experimentación, por supuesto. ¿Pe-pero por qué usted y yo seríamos los que...? -Justamente cuando caí en cuenta de lo que Albedo trataba de decir, me puse completamente seria del rostro.
Eso no fue todo, claro, ya que me puse roja como jamás me había pasado en la vida, el solo pensar que Albedo me está proponiendo algo así hace que me falte el aire y esté a nada de desmayarme de los nervios.
La verdad es que él me gusta, eso no lo negaré, estoy enamorada de Albedo, pero todavía ni siquiera he dado un beso y él me propone ser conejilla de indias en un experimento que puede salir tanto bien...como muy mal.
-Por lo que veo ya te diste cuenta de qué me refiero...así que...¿no te animarías? Sería en nombre de la alquimia, claro.
-¡Se-Se-Se-Sensei!...Claro que no, ¿por qué me lo propone? Ha-ha-habiendo tantas chicas en la academia, ¿por qué a mí?
-Oh. Lo siento, de verdad discúlpame si te ofendí. Es solo que...cuando supe que tendría que ser parte del experimento de este modo, no creas que fue fácil para mí, ya que sería mi primera vez. Y sí preguntas por qué te elegí a ti es...porque en realidad solo pude pensar en ti, Sacarosa, quería que fuera contigo por ser la chica más dedicada a los experimentos que conozco, y no solo eso, sino también por...porque siento cosas por ti que no he sentido por alguna otra chica.
-¿Qu-qué es lo que siente por mí, Sensei? ¿D-desea tocarme, hacerme eso que hacen los adultos? ¿O qué siente por mí? -Tendría que cuestionarle muchas cosas, pues algo como esto no se toma tan fácilmente, especialmente para mí.
-Si indagas eso...solo podría responder diciéndote que no es nada de lo que has preguntado. Esto es solo un pequeño experimento que me gustaría hacer contigo, pero no afecta mis sentimientos para bien o para mal. Con esto quiero decirte que lo añoro por ti es eso a lo que se le dice... -Albedo se sonrojó. -Ya sabes...amor.
-Sen...sei...¿estás enamorado de mí?
-Sí...te lo digo sin problemas o sin rodeos ya que mis sentimientos por ti no tienen rodeos o inconvenientes. Si no puedes comprender mi sentir por ti, no negaré que me sentiré muy triste, tendría que decirle a Baizhu que necesitará buscar candidatos en Liyue.
-Albedo Sensei...y-yo también estoy enamorada de usted...
-Ah...eso explica porque mi presencia siempre te ponía nerviosa. Vaya, qué casualidades las de la vida, ¿no te parece? -Sonrió, y era de esas sonrisas que me encantan tanto de él, porque se ve muy guapo, pero sobre todo se ve como un príncipe de porcelana.
-S-siendo así... -Me quité mi gorro y mi capa. -A-a-acepto su propuesta...pero le juro que como esto sea una patraña para aprovecharse de mi cuerpo, y-y-yo... -Sin dejarme terminar, Albedo me tomó de las mejillas, dándome un beso en los labios que me terminó por sonrojar más de lo que ya estaba. Mis ojos se abrieron de golpe; los suyos, a pesar de estar cerrados, se miraban comprensivos y llenos de tranquilidad. (los que quedaron traumados por el LuminexTartaglia: va a suceder otra vez...)
-Yo jamás podría aprovecharme de mi ayudante más brillante. No solo porque es quien más me ayuda en todas mis investigaciones...sino porque estoy de verdad enamorado de ella. -Volvió a sonreír, profundizando el beso en el que estábamos inmersos.
Nos colocamos sobre el escritorio, más precisamente en el que se encontraba lleno de papeles, pero eso no importaba, no nos estorbaban para nada. Nos fuimos metiendo en un beso más vivo, aparte de que yo le acaricié la espalda al él estar sobre mí, era algo que deseaba pero no me gustaba admitir: quería sentir su piel, su cabello, que me diera besos de manera tierna en las mejillas, pero nunca me imaginé haciendo el amor con él.
-¿Qu-qué estamos haciendo, Sensei? -Le pregunté, y depende de su respuesta, decidiré si vale la pena seguir o no, si me miente o me dice la verdad.
-Si tú y yo estamos enamorados el uno del otro...entonces estamos haciendo el amor. -Fue ahí que supe que podía continuar sin problemas.
Sentía sus besos en mi cuello, los que me provocarían un gemido, pero no quería que eso sucediera...cuando descubrí que era masturbarme, me di cuenta que mis gemidos son muy...peculiares, y eso no me gusta mucho.
Sin embargo, mi pequeño secreto salió a la luz en cuanto Albedo me tomó una de mis orejas, pues las mismas son un punto muy sensible que me excita si me las tocan. Así que...se imaginarán que no pude contenerme más apenas sus dedos tibios me tocaron.
-N-nya... -Vi que Albedo se sorprendió.
-¿Sacarosa?
-Pe-perdón, Sensei...gimo como gatita. -No pasó un segundo más para sonrojarme al terminar esas palabras, pero solamente me dio un beso en los labios, mirando con comprensión.
-¿Eso te apena? No te preocupes, todos tenemos secretos, no le diré a nadie. Si hay algo que quieras decirme, seré tu confidente, te amo lo suficiente para no revelar nada de ti sin consentimiento tuyo.
-Albedo... -Esas palabras suyas me conmovieron, así que si no estaba lo suficientemente convencida, fue ahí cuando me terminé de convencer. -Si tienes alguna petición que hacerme, algo que te guste, no dudes en pedírmelo...si te gusta que gima fuerte, no me contendré, o si quieres una posición en concreto, pídemela.
-El amor no son posiciones sexuales, Sacarosa. -Me dio un beso en la frente. -Pe-pero sí te pediré que...me digas que no. Me excita hacer las cosas con un poco de rudeza, pero sé que en realidad tengo tu consentimiento. -Su rubor me sorprendió, pues jamás pensé que estaría abierto a algo así.
-Sensei...por favor, no me haga el amor... -Lo tomé del pecho, empujándolo suavemente, como si tuviera intención de quitármelo. -No quiero...no quiero...
Nuestra sonrisas eran tal cual lo que indicaba el "sí", y a pesar de que decía "no", lo amarré con mis piernas, tomándolo de la cabeza para que me besara el cuello, además de tomarle el trasero para empujar el mismo y que su llave se golpeara contra mi cerradura, y cuando nos quitáramos la ropa, las mismas se unirían para abrir la chapa del amor.
Nos fuimos quitando la ropa, y con cada prenda que retiraba, recibía los besos de Albedo en mi piel, lo que me extasiaba, y tomando en cuenta que por segundos se detenía a acariciarme las orejas mientras yo le gemía "no lo haga", nos pusimos como animales en celo. Sentía mi ropa interior húmeda, y un bulto apareció en la entrepierna de Albedo.
Sus dedos me acariciaban suavemente mi parte íntima, recibía sus besos en mi cuello y hombros, parece que la cosa apenas iba tomando forma, pero no faltaría mucho para que subiera su máximo nivel.
-¿Ti-tiene protección, Sensei?
-Sacarosa...el experimento es para probar la píldora en la que estoy trabajando, si uso condón no podremos saber el resultado. -Antes de seguir, Albedo me ofreció la píldora, la que me tomé de manera sencilla, sin necesitar agua, lo que en realidad le da un punto extra.
-¿Y si no funciona? ¿Sabe las consecuencias que tendrá?
-Para mí no hay pierde: si funciona, seguramente tendremos un premio de Alquimia. Si fallamos; solo se adelantaría mi ilusión de formar una familia contigo, ¿qué dices tú?
-De-desde la misma perspectiva...ta-tampoco me molestaría que tuviéramos un pequeño. -Al vernos a los ojos, nos sonrojamos, de ahí que prefiriéramos darnos un beso para bajar lo tímidos que nos sentíamos.
Los besos y las caricias siguieron durante un rato, en el que acaté lo que Albedo me pidió, resistiéndome cada que quería que empezáramos, yo también lo llené de besos y de caricias, pues su cuerpo está bien formado, en realidad. (¿Soy el único que al Albedo se lo imagina mamado...?)
De ahí que sentir cada músculo, algunas gotas de sudor de los nervios que teníamos, sus propias respiraciones, todo eso combinado me gustaba, y no es que fuera precisamente una perversión muy grande o demasiado degenerada, al final de todo, en este tipo de actos, el tocar la piel es algo necesario.
Finalmente fue que, tras acabar los pequeños juegos previos, él se colocó a unos centímetros de mí, quitándome lo último que quedaba de ropa interior, por eso mismo es que mi respiración subió hasta el cielo, pues los nervios me ganaban.
-Sacarosa...si te llego a lastimar, avísame, por favor. No quiero decirlo pero...aquí comienza nuestro experimento y también nuestra primera relación sexual de espero muchas más...todavía siento que quiero permanecer a tu lado un buen rato.
Su ρεηε empezó a acercarse lentamente hasta mi oquedad de mujer, cerré los ojos, llevándome una mano a los labios, pues su miembro es realmente de un buen tamaño.
-N-no lo hagas... -Dije mitad en juego mitad en broma, ya que me sentía realmente insegura, sin embargo, apenas entró, mi opinión cambió para bien.
Albedo se terminó de recostar sobre mí, apoyándose en sus rodillas, teniendo una mano detrás de mi cabeza y la otra al lado de mi oreja, la que acariciaba con sus dedos de forma tímida, de ahí que no costara ningún trabajo que pudiera entrar en mí.
Yo lo abracé a la inmediatez, gimiendo como gatita cerca de su oreja mientras él se mantenía más bien callado, pero a juzgar por sus gestos, sin duda lo disfruta, aprieta los ojos y se muerde un labio.
-Sensei...te quiero. -Lo besé en la mejilla, gimiendo después de que comenzó a moverse con más soltura, de ahí que mis dedos se apretaran contra su hombro y por debajo de su axila.
-Y yo a ti, Sacarosa. No pienses que solo haré esto y te botaré de inmediato, tampoco te mentiré si te digo que quiero más de ti, pero no están para nada relacionadas con el sexo.
-¿C-cómo qué es?
-Pasear por la plaza, comer juntos, dar una caminata en levantaviento...estar tomada de tu mano.
-A-Albedo... -Gemí, cerrando mis ojos para enredar mis piernas en sus muslos, además de bajar mis manos hasta su trasero para tocarlo y empujarlo para que se adentrara más profundo dentro de mi alma. -¿Qu-qué es esta sensación? Se siente tan bien...me gusta, ¿pero qué es?
-¿Cómo sientes?
Pasé mis manos hasta su espalda para abrazarlo lo más fuerte que podía, gimiendo a media voz a la vez que seguía completamente perdida en mis pensamientos, tenía los ojos dándome vueltas por la sensación que pasaba por mi interior en ese preciso momento.
-Es lo más cálido que he sentido en toda mi vida...brota de mi estómago, siento cosquillas en mi entrepierna, y un ardor tibio en mi corazón.
-Yo creo...que es el amor. Sí, es la sensación del amor.
-No te detengas...sé que me pediste que te negara acceder a mí intimidad, pero no puedo, esta sensación me gusta, ¿por qué la siento?
-Yo me siento igual que tú. Me parece que es porque hacemos el amor con la persona más especial que conocemos. -Siguió acariciándome las orejas al tener libre una de sus manos.
Nos comenzamos a besar con ternura y delicadeza mientras él seguía haciéndome suya, yo llevé mi derecha a su nuca, apretándola suavemente, y con la otra le apretaba la espalda, sin arañarlo.
Con mucha suavidad, Albedo empezó a besarme uno de mis pezones, si bien no estoy muy desarrollada en esa parte de mi cuerpo, no pareció importarle ya que lo hizo como si nada, todo mientras me seguía acariciando una de mis orejas y continuaba haciéndome el amor.
-M-me estás volviendo loca, Sensei...no creo soportar más.
-No es necesario. Quiero que lo disfrutes, que la sensación del amor sea lo único que conozcas siempre que tengamos momentos así. Y cuando sea tu novio...también podrás sentir el amor sin que hagamos esto.
-¿Se-sensei? -Mis ojos lagrimearon. -¿Usted quiere ser mi...?
-Así es... -Se levantó para darme un beso en los labios. -¿Puedo ser tu novio, Sacarosa?
-¡Sí! ¡Sin duda, quiero que así sea!- Sonreí mientras lo abrazaba con todas mis fuerzas y besaba sus suaves mejillas, pues me hice la mujer más feliz.
Él se acostó de lado, abrazándome para jalarme a su posición, y ahí, nuestras piernas se enroscaron y nuestros cuerpos se unieron, ambos meneábamos nuestras caderas para hacer el amor a la vez que nos besábamos como los novios que somos...nunca en mi vida pensé que él se me declararía mientras pasaba algo así, pero al final de cuentas creo que es más especial que sea así.
Como yo me encontraba unos centímetros más arriba, sus labios pasaron a mi cuello, lo que me arrancó un buen gemido de excitación, pues apretó con una de sus manos mi trasero, lo que parece ser también me gusta que me toquen ahí.
Lo único malo es que en esa posición no tardaríamos en quedarnos dormidos, razón por la cual él de nuevo se arrodilló, tomándome los muslos para jalar los mismos hacía él. Con una de mis manos me acariciaba tímidamente una de mis orejitas, mientras que la otra me tapaba los labios con el dorso de la misma, gimiendo al recibir todo de Albedo, que era realmente impresionante. No podía dejar de sentir en carne propia esa sensación del amor que tanto menciona él, y menos si era así.
Lo vi a la cara, sus gestos me fascinaban así como el ver sus cabellos moviéndose delante y atrás conforme también lo hace su cuerpo. Lo lindo de todo era que sus manos no dejaban de acariciarme, sentía su ρεηε moverse dentro de mí, ya que incluso sin mecerse, puedo sentir su movimiento y fuerza golpear mi zona principal.
-¿Qu-qué haces?
-Lo levanto. Es complicado de explicar, pero cuando estoy muy excitado, puedo mover mi ρεηε sin usar las manos, es algo voluntario, como mover un dedo.
-Síguelo haciendo, me encanta.
-Y pensar que mi tierna asistente tiene su lado pecaminoso. -Rió, besándome en la frente. -Sacarosa, me encantas tal y como eres, y quiero descubrir todo de ti.
-A-Albedo...me halagas mucho pe-pe-pero... -Me sonrojé. -Tú me haces sacar mi lado más pervertido, y no me gusta.
-No por ahora... -Me besó en los labios a modo de juego, como dándose a desear. -Pero conforme vayamos avanzando en esto, verás que sí.
Él hizo que me pusiera boca abajo, de cualquier manera me acosté de una forma en la que todavía poder verlo, y aparte tenía acceso a mis senos, los que tocó con suavidad mientras me seguía haciendo el amor con ahora más velocidad que antes.
Mi cara ardía, aparte de que mis ojos se perdían por segundos y los gemidos de ambos se escuchaban. Como mis piernas se aprietan, seguramente lo mismo sucederá con él, de ahí que empiece a degustar de igual manera la posición.
-O-oh, Sacarosa, yo también ya estoy sintiendo el amor en plenitud.
-Eso me alegra, Sensei, que estemos en sintonía en un momento como este, no lo dude. Al final de todo, somos uno ahora mismo, y eso es lo que hace que esto sea especial.
-Tienes razón...ahora no hay Sacarosa o Albedo...somos uno mismo, y eso me alegra mucho, por fin poder compartir mi amor contigo.
Ambos nos bajamos de la mesa de trabajo para quedar de pie, él siguió detrás de mí, acariciándome con cuidado la ναgiηα, por lo mismo es, que mis piernas me temblaban y apenas me podía mantener en pie, y solo era por el hecho de que Albedo me sujetaba de la cintura.
Sus besos en mis hombros y cuello se sentían muy bien a pesar de que estamos empapados de sudor y mi cabello se pega a mi espalda por eso mismo, pero él lo quita con cuidado y eso evita que haya molestias.
Colocándonos con cuidado de nuevo en la mesa, ahora sí quedé completamente boca abajo, mis pies acariciaban las piernas de Albedo a la vez que él tenía sus manos a un lado de mis codos, dando todo de sí, pues en los ruidos que hacía por el esfuerzo se notaba que así era, y es que llegaba al punto de casi salirse para reingresar hasta donde podía, lo que me enloquecía en todo el sentido de la palabra.
Conforme pasaron los segundos, escuché que sus gemidos se hacían más y más notorios, ¿le faltara mucho para terminar? Por una parte no quiero que sea así, pues este momento me parece maravilloso y mágico por muchas razones. Sin embargo, estoy cansada, con dolor en el cuerpo, especialmente en mis rodillas y seguramente él pasará por algo similar.
-Vol-voltéate, esta no es la mejor posición para que yo termine. -Me dijo, así que salió de rápido, yo me puse boca arriba, recibiéndolo nuevamente para darle un abrazo.
-Termina, recibiré todo lo que tengas para darme, y también no dudes que eres el único que lo disfrutará.
-Y-ya voy... -Apretó los ojos además de los dientes para dar un pesado suspiro, sentí perfectamente cómo es que acabó y cómo su líquido iba resbalando dentro de mí, mis ingles me temblaron, Albedo se quedó unos segundos dentro de mí, donde nos seguimos besando y abrazando con mucho amor para, segundos después, nos separamos y limpiamos el sudor, además de ponernos la ropa nuevamente -Los resultados tardarán unas semanas y veremos qué sucederá...de cualquier forma, ¿t-te gustaría pasar la noche en mi casa, Sacarosa? Quisiera dormir contigo.
-Se-Sensei... -Me lagrimearon los ojos. -Sí, sí quiero. -Sonreí.
Esa noche ambos dormimos abrazados y tomados de la mano, él me abrazaba por la espalda, realmente me sentía la chica más feliz de todo el mundo por este momento.
Reparando un poco en qué pasó...di mi primer beso, tuve mi primera vez, soy novia del chico que amo y, a su vez, formo parte de un experimento que no sabemos cómo podrá resultar.
No dudo en lo más mínimo que, cualquier resultado, será muy bueno y me gustará.
***
Pasadas unas semanas, realmente puedo decir que ahora Sacarosa y yo vivimos juntos, eso por el hecho de que a veces ella duerme en mi casa o yo en la suya, y siempre es lo mismo: dormimos abrazados, desayunamos juntos lo que tenemos a la mano, en los descansos del trabajo me sale del corazón ponerme muy meloso, pues la abrazo por la espalda, le escribo pequeñas notas románticas...en fin, muchas cosas que hacen de nuestro día menos rutinario y más hermoso.
Empezando ese día, Sacarosa iba retrasada, lo que me pareció muy extraño. Esa noche no dormimos juntos porque ella quería hacer experimentos y parece se desveló...eso me preocupa, y siempre que llega tarde, la dejó dormir en el laboratorio, poniéndole una manta sobre los hombros.
Leía el periódico ya que prefería esperarla, así me atrasara un poco, pero no importaba.
Alguien iba muy apresurado por las escaleras, seguramente será ella, así que simplemente sonreí, pues ya deseaba verla. Seguí leyendo mi periódico sin en realidad prestar atención al mismo, y a los pocos segundos, la puerta se abrió de golpe completamente.
-¡Albedo...nuestro experimento falló, la píldora no funcionó! -Me farfulló, sonrojada y notoriamente nerviosa. Yo me puse tan blanco como un papel.
-ª
Al parecer...tendremos un pequeño Albedito en 9 meses...
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Adavedga, seguro ese final no se lo esperaban JAJAJA
Digo, el 80% de los experimentos de Sacarosa fallan...y este no fue la excepción ya que, al final de todo, ella era parte del mismo, le pasó la mala suerte a Albedo, aunque no dudo que más de uno dirá "uwu" por ese hecho.
Pues bien, aquí queda uno de los capítulos más esperados (aunque no muy pedido xd), al ser uno de los ships más famosos en la comunidad con una gran fanbase (yo me incluyo, por supuesto), y aunque muchos pensarán que un lemmon de ellos es profanarlo, en realidad me esforcé porque, más que sexual, fuera tierno, como el del kazuelas y Beidou bb, pero ya me he dado cuenta que es muuuuuy difícil que pueda superar ese lemmon en cuanto a nivel de dulzor, tendría que ser otro what if o, en su defecto, superarme a mí mismo pero acá a lo cabrón, quién sabe con qué ship tendré la suficiente leña para poder lograrlo, pero ahora, en cuanto a lemmons, y a mi parecer, la joya de la corona es el kazubei.
Me desvío :v el final queda muuuuuy abierto, por lo que si les gustó o no quedaron satisfechos con el ship, puedo hacer una segunda parte, pero lo malo es que tardaría en llegar, de cualquier manera ojalá lo escrito aquí les haya sido agradable, y en realidad no creo ser el único que conciba un lemmon de ellos de esta manera, quien sabe.
Nos vemos la próxima semana, estoy pensando en un AetherxAyaya (especialmente porque se me olvidaron las peticiones que me han hecho, ehe...), pero si sugieren algo más, adelante uwu
Siempre tuyo:
-Arturo.
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