El señor de la noche, parte 2.
Ya era la noche del atraco que se supone pasaría en esa semana, me había venido bien preparado, pues el golpe maestro de los cazadores de tesoros no se podía dejar pasar. Lo bueno de ser millonario es que puedo gastar buenas cantidades de dinero sin que ello me importe mucho.
Aparte de mi gancho y del humo para despistar, mandé a traer desde Fontaine una escopeta de doble cañón y que, además de eso, está recortada, por lo que el disparo es de lo más potente y es fácil de transportar. A decir verdad, la escopeta solo puede disparar balas de salva para incapacitar, por lo que no me da miedo empuñarla de vez en cuando, solo si me encuentro en una situación difícil.
Vigilaba mi puesto, así como algunos caballeros que claramente me veían de mala manera, uno de ellos se me acercó para hacer plática.
-Y dime...¿por qué haces esto?
-¿Hacer qué?
-El traje, los artefactos...tu identidad.
-Es una razón sencilla...tú eres un caballero que actúa en una organización, tienes el respaldo de los caballeros si algo te pasa. Pero si saben quién soy yo...tengo muchos enemigos, podrían ir por la gente que es cercana a mí, quemar mi casa, destruir lo que me importa. Y soy demasiado radical para ser parte de los caballeros, ¿no te parece?
-Supongo que sí...
Y justamente iba llegando la caravana de mercancía y mora que los ladrones de tesoros iban a cambiar con los contrabandistas de la ciudad, pensé que iba a ser algo más pesado según la información que me dio Jean.
No notaba nada fuera de lo común, salvo algo nuevo que no entendía del todo. Parecía que era algo traído directamente desde Fontaine. Eran fusiles de pyro, algo que en realidad podría rebasar a los caballeros de Favonius, pues ellos usaban arcos y ballestas, un arma de fuego es mucho más peligrosa, pero esta es una transacción menor, eso lo quieren usar para incluso asaltar el banco del norte que se encuentra en la ciudad, pueden acabar con caballeros que cuiden caravanas de comerciantes...esto es grave.
-Fue un maldito dolor de cabeza robarlas de la gendarmería fantasmal, nuestro enlace casi no puede lograrlo, eso aumentara el precio.
-Da lo mismo, con 10 que tengamos aquí en la ciudad, en realidad el botín que saquemos puede ser el doble de jugoso. Echa un vistazo, debe de bastar lo que traemos.
Tras una explosión, algo que yo no tenía previsto, varios caballeros se lanzaron al ataque, lo que fue un enorme error.
-¡No, son demasiados, debieron esperar a mi señal!
Usé mi gancho para pegarme a uno de los ladrones, dándole un golpe directamente en la cara, por lo que eso bastó para derribarlo, y una vez ahí empecé a pegarme con todo el que se me pusiera en frente. Uno de los ladrones me atacó con una pistola electro, lo que me paralizó levemente, pues la misma no se basa en dañar, sino en incapacitar con la descarga eléctrica.
Fue ahí cuando saqué la escopeta, disparando a mi atacante, quien salió volando unos metros para atrás. Sí, así de poderosa es la escopeta. Tras la sorpresa inicial, los ladrones volvieron al ataque, en realidad la lucha era muy intensa, pues las lanzas y espadas chocaban entre sí, y algunos de los rifles ya estaban disparando, lo que ocasionaba que las bajas fueran más rápidas.
Usé mi gancho para quitarle el arma a uno de los ladrones, usando la culata del mismo para golpearlo hasta derribarlo. Disparé el rifle contra una rama, haciendo que la misma cayera sobre uno de los ladrones más corpulentos, y al intentar usarlo nuevamente, no disparó, su munición se acabó.
Cuando el grandote se quitó la gran rama de encima, sin duda estaba muy enojado. Le hice una seña de que viniera, por lo que comenzó nuestra pelea. Él fue corriendo contra mí, yo solamente lo esquivé como si saltara un caballete de gimnasia. Al acercarnos, los dos chocamos puños mientras nos mirábamos, de ahí solté varios ganchos al cuerpo que él me respondió con uno a la quijada.
Cuando intentó lanzarme un cross, yo aproveché y lancé un gancho de contragolpe que lo derribó para atrás, y para rematarlo lancé un golpe de gacela que le atinó justamente en su mentón, noqueándolo en el momento.
Al voltearme, un rifle me apuntaba, y pues naturalmente me disparó, caí hacía atrás, mi visión había absorbido parte del impacto, aunque sin duda dolía. Cuando me recuperé, me levanté usando la potencia del disparo absorbido para impulsarme hacia adelante y ya finalmente sacar mi mandoble, pues la cosa se estaba poniendo seria.
Usé el mismo para bloquear varios ataques de espadas y de disparos que casi me acertaban, usando toda esa energía para crear un fénix de pyro, el que invoqué para lanzarlo desde mi mandoble, acabando así con varios enemigos.
Al voltear a ver, la carreta que llevaba los demás fusiles estaba escapando a toda velocidad, de haber sabido traía mi motocicleta, con lo puta cara que me costó para no usarla.
Sin pensarlo, corrí lo más rápido que pude y usé mi gancho para clavarme en la carreta, sorprendiendo al conductor que intentó dispararme otra vez con una pistola de electro, cosa que impedí al usar yo primero mi escopeta, lo que lo tiró de la carreta.
Tomé las riendas de los caballos y redirigí la carreta a la ciudad, pues sin duda aquellos imbéciles habían arruinado todo el plan. Había 13 de los 20 rifles que tenía la carga, por lo que 7 están perdidos o en manos equivocadas, que es suficiente para cometer un atraco de buena escala.
Me sentía cansado y mareado, todo aquello sin duda me había afectado a mal. Me golpearon, patearon, electrocutaron, dispararon...no sé cómo es que tengo tanta resistencia en esto.
Cuando iba de regreso con los caballeros para tratar de salvar a algunos, me aseguré primero que no hubiera ladrones de tesoros cerca, ya toda la faena había acabado, pero lo que me sorprendía es que todos los caballeros estaban tirados en el suelo, así que tomé al capitán de los mismos, empujándolo contra un árbol.
-Mira lo que tu idiotez hizo, ¡hay 7 rifles desaparecidos, espero por tu bien que los hayas encontrado antes de haberte desmayado o tendrás serios problemas!
-N-nos atacaron después de que te fuiste.
-¿Llegaron refuerzos de los ladrones?
-No, era algo más...una silueta negra, más rápida que las sombras, pensé que eras tú, pero era imposible, ni siquiera eres tan rápido.
-Eso no me responde, maldito idiota.
-¡De-detrás de ti! -Al voltear a ver, no había nada, lo que me hizo encabronar ya que pensé que el capitán estaba tratando de distraerme para escapar. Al regresar la mirada, ahora sí encontré esa sombra que decía, la que me dio un golpe que, para mi sorpresa, sí me dolió.
-Trajiste la demás mercancía para mí...gracias, papi.
-¿Quién carajo eres tú?
-Tú eres la venganza...supongo que yo soy la codicia.
-Basta de estupideces. Este es mi caso.
-De eso no estoy tan segura. -La chica volteó a ver detrás de mí, yo lo hice por instinto, y noté que ya tenía amarrados a una buena parte de los ladrones de tesoros así como tenía asegurado dos rifles de pyro, por lo que al querer mirarla de nuevo, ya no estaba, sino que más bien se encontraba en la carreta con los rifles.
-Lindo juguete, ¿sirve para quitarme a los tontos de encima?
-¡Suelta eso! -Saqué mi escopeta, disparándole pero ella escapó, al intentar seguirla, mis pies estaban congelados...usa una visión o un engaño cryo, pero claro que solo bastó con llevar mi energía elemental a los pies para derretir ese hielo. -Sal de donde quiera que estés.
-Dalo por hecho. -Ella me atacó lanzándome varios cuchillos de cryo, los que pude bloquear con mi mandoble, ella tenía más dagas en sus dedos, lo que me resultaría un dolor de cabeza.
-¿Para qué quieres esa carga? Puedes poner en peligro muchas vidas.
-Es simple, tienen una recompensa, y pagan muy bien por cada rifle recuperado, así como por llevar ante la justicia de Fontaine a los que la robaron.
-Caza recompensas, como los odio.
-Así que puedes quedarte tranquilo, podemos hacer un trato...25/75 a mi favor, ¿te agrada la oferta?
-No estaré seguro de que esas armas regresaran a Fontaine si no lo hago yo mismo.
-Ay, que necio eres. -La mujer comenzó a lanzarme más dagas de cryo, las que bloqueaba o derretía con facilidad, salvo una de ellas que me acertó en la mejilla, cortándome un poco.
Me acercaba poco a poco a ella hasta que la tuve al alcance de mi mandoble, el que empuñé para tratar de golpearla, pero es muy hábil, no acerté un golpe, y pareció burlarse de mí al bostezar.
-Vamos, venganza. Eres un hombre fuerte y vigoroso, ¿no puedes acertarle un golpe a una chica?
-¡Guarda silencio, ladrona! -Volví a lanzar el fénix de pyro, pero mucho más pequeño que el anterior, tanta pelea y usar mi visión me está dejando agotado, así que debo vencerla rápido. Ella no consiguió esquivar del todo el ataque que le lancé, pero sí que se pudo recuperar rápido.
-Oye, tranquilo, papi. Vaya que eres agresivo, solo soy una persona haciendo sus negocios y que te ofrece una buena recompensa.
-No necesito tu sucio dinero. -Guardé mi mandoble, recargando la escopeta. -Lárgate o te irá mal...esta cosa no mata, pero no quieres recibir un disparo de ella.
-Uy, qué miedo. -Esa mujer se escabulló rápidamente por el bosque, yo disparé, destrozando árboles, pero no parecí acertarle alguno, y lo peor fue cuando, mientras recargaba, se lanzó contra mí, queriendo arrebatarme la escopeta. -Lindo cacharro, ¿dónde lo compraste? Necesito uno parecido.
-Vete al infierno, mujerzuela.
-¿Así tratas a las damas, papi? No me sorprendería que no tengas novia. -Ella usó la escopeta para golpearme en la cara, arrebatándomela para arrojarla a los arbustos, de ahí que todo se viera reducido a golpes. -No vas a golpear a una dama, ¿o sí?
-Tú no eres una dama...eres solo una ladrona y te trataré cómo tal.
-¡Ja! ¡Eso suena tan sexual! Soy una sucia ladrona que será tratada como zorra por haberse portado mal y papi me castigará.
-¡Ya guarda silencio! -Traté de acertarle algún gancho, pero su habilidad es impresionante, tanto así que esquivó uno de mis golpes, tomando mi brazo para darse impulso y subirse a mi espalda.
-Congélate. -Susurró ella. Unas raíces de rosales de cryo comenzaron a crecer, amarrándome hasta dejarme arrodillado. Estaba tan cansado que las mismas no se podían derretir ya que mi cuerpo no alcanzaba la temperatura necesaria. -Fuiste un buen rival, papi. Pero no lo suficiente para vencer a la cuervo de hielo. -Me dio un beso en la mejilla mientras reía, dándome una pequeña mordida.
-¡Vete al demonio, bruja!
-Me iré al cielo porque me pagarán muy bien por este gran botín. -Amarró la carreta de los rifles a donde tenía a los ladrones, apilados como maderos. -Me faltarán cinco rifles, espero contar con tu ayuda para encontrarlos. Ojalá que a la próxima no seas tan estúpido para negar un trato tan bueno.
-¡Regresa aquí, te daré tu merecido, desgraciada ladrona!
A los pocos minutos las raíces de cryo se deshicieron, yo me levanté con dificultad...era la primera vez que me vencían, ¡y fue una ladrona de la que no tengo ni la menor idea! Ni siquiera sé si en verdad regresará las armas y entregará a esos malditos.
Todo había sido un enorme fracaso.
Para la mañana siguiente, estaba en cama recuperándome de las varias golpizas que me dieron en la noche. Tenía un periódico en la mano y Adeline estaba a un lado mío ayudándome con lo que necesitara. Lo más visible que tenía era la cicatriz en la mejilla que me quedó por las dagas de hielo y por la mordida de esa loca.
-"Y así es como fue el fracaso operativo por parte de los caballeros de Favonius, quienes después de meses de investigación terminaron con las manos vacías ante un ataque sorpresivo de refuerzos fuertemente armados de los ladrones de tesoros, así como de una figura misteriosa, pero las versiones son contradictorias entre los miembros del pelotón que era encargado de detener esa transacción ilegal. Algunos afirman que fue el llamado justiciero mientras que otros afirman que era algo completamente diferente."
-Hijos de puta, ¡Hijos de puta! ¿Pensaron en echarme la culpa? Bastardos infelices, ¡Cuando fueron ellos los que acabaron por arruinarlo todo por una verdadera estupidez!
-Joven amo, por favor tranquilo. Lo importante es saber quién era esa mujer que dice y, sobre todo, si entregó las armas.
-No tengo ni idea de alguna de ambas...pero parece que es una cazarecompensas. Qué fastidio.
Me tomé una poción para acelerar mi curación, tenía que ir rápidamente a la ciudad para no levantar sospechas de mi participación de ayer.
Llegué en la tarde, por lo mismo es que ya no había tanto ajetreo en la ciudad.
Ciertamente los pocos caballeros que vi se notaban desanimados, pues naturalmente que eran el hazmerreír de los aventureros y de los cazarecompensas, la vergüenza que es causar que una detención planeada por meses se fuera al demonio por un error muy estúpido es algo para burlarse.
Kaeya estaba en el bar, se le notaba molesto, lo que me sorprende ya que debería de haber pasado ya el coraje inicial.
-Se te ve de buen humor. -Le dije.
-Ja, ja. Mucha risa, Jean me dio la regañada de mi vida por esa mamada que pasó. ¿Leíste el periódico? Yo era el encargado de inteligencia, todo salió bien, pero me entretuve luchando con una mujer extraña.
-¿Mujer extraña? -Eso me llamó la atención. -¿De qué hablas? Eso no sale en...
-Hay mucha, pero mucha información que no salió en el periódico. -Kaeya se acercó a mí para hablar más bajo. -El justiciero era de nuestro equipo.
-Por los arcontes. -Esa información no me sirve.
-Jean confió en él...no sé hasta qué punto pudo ser parte del problema, si nos traicionó, si él se equivocó en algo. Mis muchachos dicen todos cosas diferentes, nadie sabe qué pasó.
-Fue un desastre en pocas palabras.
-Peor que eso. -Suspiró Kaeya, abatido. -Esa extraña mujer...tiene una visión cryo y usa lanza...me amarró con una especie de rosales de cryo. No sé cómo me venció, es tan hábil como un gato...y hablando de, ¿Qué te pasó en la cara? ¿Tuviste una pelea con un felino?
-Fue mi muchacho. Estaba jugando con él y como estaba agachado...
-Suele pasar. -Kaeya volvió a beber de su tarro.
Pasados tres días, yo seguía descansando, esa noche volvería a patrullar, pero como era mi costumbre, leía el periódico.
Y ahí, como por arte de magia, salía en las noticias que finalmente habían aparecido las armas robadas de la gendarmería fantasmal, pero que seguían perdidas unas 5, lo que era de lamentarse, así como también aparecieron los ladrones.
Solo una nota aparecía entre todo ese desastre... "Denle gracias a la cuervo de hielo"...era ella.
Arrugué el periódico y lo arrojé a la basura, estaba un poco de mal humor, aunque no sé de dónde venga esa mujer, si sea de Fontaine y vino hasta acá o sea de Mondstand...solo espero no tener que lidiar con ella nuevamente.
Iba pasando cercanamente a la iglesia, Bárbara y Rosaria iban caminando, la primera parecía regañar a la segunda, supongo que es porque Rosaria iba fumando con despreocupación.
-Supongo que no podré convencerte de lo contrario. -Suspiró Bárbara.
-No es tabaco solo, es una mezcla de hiervas para calmar los nervios.
-¡Pero si apesta horrible!
-Yo seguiría los consejos de Bárbara...fumar no es sano, arruina los pulmones.
-Señor Diluc, tiempo sin verlo. ¿Qué le pasó en la cara? -Rosaria alzó la ceja.
-Jugaba con mi perro, me arañó. Creo que simplemente ya le tocaba un corte de uñas.
-Seguramente. Yo tengo un gato...es igual de molesto que esta chica, y suele arañar todo lo que ve.
-¡Hermana Rosaria, si la molesto tanto es porque siempre falta a las clases de canto y no estuvo tampoco un par de días en la iglesia!
-Ya te lo dije, niña. -Siguió fumando. -Fui a buscar fondos para el festival de la iglesia. Hay buenos patrocinadores, los niños del comedor estarán muy felices por unos meses.
-¿Fondos? De qué hablan.
-Lo sabría si hubiera aceptado la reunión con la Hermana Grace. Pero nunca respondió la carta.
-He estado ocupado últimamente. Ninguno de mis trabajadores me informó del tema.
-Eso es un mal pretexto, señor Diluc. El asunto es que el comedor comunitario de la iglesia se está quedando sin fondos, se destinan al mismo o al próximo festival de la iglesia. Ciertamente tengo contactos que me ayudaron con una módica cantidad de dinero. Fueron muy lindos al tentarse el corazón ante esos pobres niños huérfanos que no tenían para comer.
-Donaré diez millones de moras al contado. ¿Pero exactamente a dónde fue?
-A Liyue. Lugar cercano, en realidad. Y con gente de mucho dinero. Ir a Sumeru o a Fontaine me hubiera tomado más de una semana.
-Tiene sentido. No las molesto más, hermanas.
-Y nosotros a usted. Su vida se ricachón le debe consumir mucho tiempo.
-Hermana Rosaria, no sea grosera. Disculpe que ella sea tan directa, señor Diluc.
-Muy fría...de hecho.
-Lo siento, me gusta ser directa. Tenga más cuidado al jugar con su perro la próxima vez. -Dijo ella se forma un tanto sarcástica.
Eso me pareció sospechoso, pero bueno. No suelo convivir mucho con Rosaria, pero esta vez fue extraño, supongo que hay algo que oculta...igual que yo.
Sé que ella tiene una visión cryo, pero no creo que sea esa mujer...en realidad nunca he tenido la oportunidad de ver a Rosaria usar su visión, o quién sabe si la mujer misteriosa usó un engaño. Hay muchas preguntas sin respuesta.
Ya en la noche, fui directamente a la sede de los caballeros, Jean me esperaba en el techo de la misma, se le notaba preocupada.
-Pensé que no volverías a venir.
-Después de la estupidez que hicieron, no me quedaron ganas. Sus caballeros arruinaron meses de planeación, ¡¿Cómo piensa responder a eso, gran maestra intendente?!
-Sugiero que nos calmemos. -Dijo ella, severa. -Reconozco la culpabilidad de mis muchachos, pero no le tolero que me levante la voz...algunas familias están de luto, y yo también.
-Salvé a los que pude. Pero de haberme dejado la operación a mí, todo habría salido bien.
-El hubiera es un tiempo estúpido. -Me respondió. -A demás, ¿Qué hay de la mujer misteriosa? No sé nada de ella.
-Tampoco yo. Ella se robó el cargamento de armas, pero todo indica que lo regresó a Fontaine. Quedan 5 armas desaparecidas.
-Lo sé de sobra. Mis muchachos trabajarán para encontrarlas.
-Y yo también...pero si sus caballeros me llegan a estorbar...no dudaré en alzarme contra ellos.
-¿Somos aliados o enemigos, señor justicia? Eso suena a provocación.
-Maestra Jean, no soy su enemigo ni usted es mi enemiga...pero yo no la considero una aliada...trabajo solo.
-Dígame una cosa, señor justiciero...¿Qué piensa hacer si es que lo debo arrestar? Esa actitud puede causarle problemas.
-Entonces solo puedo desearle suerte, maestra Jean. Dudo que me pueda atrapar.
-Qué chico tan travieso...ahora usas perfume, supongo que para ocultar tu olor.
-Buena deducción.
-Puede irse...no lo molesto más, una disculpa nuevamente por lo que pasó hace unos días. Si hubiera estado ahí, las cosas sin duda serían diferentes hoy.
-El hubiera es un tiempo estúpido. -Jean rió ante eso.
-Bien dicho.
Me fui del techo de la sede para seguir patrullando, usando mi gancho para moverme entre los techos de las casas. La noche estaba curiosamente tranquila, algo que me llamaba la atención, en realidad.
Cuando menos me lo esperaba, vi a dos personas amarradas a un poste, por lo que fui rápidamente a investigar.
Estaban noqueados, llenos de arañazos, y lo que me llamó más la atención...sus pies estaban cubiertos de hielo.
-Oh, no. -Justamente cómo pensé, mis pies se llenaron también de hielo, y al voltear a ver, un golpe me llegó en la quijada, aunque rápidamente me recuperé.
-Hola, papi. ¿Me extrañaste? -Era la mujer misteriosa.
-Claro que sí. -Derretí el hielo de mis pies. -Lo único que he pensado en estos días ha sido en tener mi revancha. -Me puse en guardia.
-Qué lindo, solo has pensado en mí desde que nos conocimos. Vamos a bailar entonces.
Ella era muy rápida, y tomando en cuenta que los ataques que me lanzaba eran de cryo, me dejaba en una situación complicada, pues yo los derretía, claro, pero me hacía lento.
Aproveché para sacar mis cadenas y lanzar una que quedó amarrada a su muñeca.
-Eres un chico muy travieso, ¿Cómo supiste que me gustaba que me amarren?
-¿Y te gusta que te electrocuten?
-¿Qué? -Usé mi engaño para transmitir energía electro por la cadena y así darle una buena descarga, pues soltó un grito de dolor cuando hice eso. -E-eso sin duda es jugar sucio. -Ella tiró de la cadena para arrojarme hacia ella, y pues fue lo que hice, ya que quería aterrizar sobre ella.
Para mi sorpresa, levantó una pared de hielo contra la que me estampé, perdiendola de vista momentáneamente.
Me llegó por detrás, congelando mis manos y piernas, así como empezó a envolverme en sus rosales cryo.
-Quédate quieto, ¿Si? Escucha lo que debo decirte.
-¡No me interesa trabajar con una ladrona como tú!
-Ah, claro que te interesa, papi. Sé qué hay detrás de esa máscara.
-¿Segura de eso? -Me burlé, derritiendo todo lo que me apresaba, girandome para tomarla del cuello y estamparla contra el suelo. -Porque ya te tengo, maldita ladrona.
Ella tenía abiertos los ojos como platos, sin duda detrás de su antifaz se veía lo pasaba mal, ella intentaba patalear.
-Ba-basta, sueltame. No es bueno que me ahorques así.
-¿Por qué no?
-Me excita que me ahorquen...
-Enferma. -La solté para ahora sujetarla de las muñecas, encadenandola nuevamente, el suspiro que dio al agarrar aire fue muy profundo.
-Sí que sabes tratar a las damas, eh. Eso último no era mentira, si quieres podemos repetirlo con más calma en un lugar más privado.
-Cierra la boca. -Le tapé los ojos y la boca, la llevaría debajo de la taberna para interrogarla.
Una vez ahí, ella seguía encadenada, pero ahora incluso hice lo mismo con sus pies. Su tono de piel...es casi como el mío.
Al destaparle los ojos y la boca, ella hizo una expresión de sorpresa.
-Vaya...¿Vas a torturarme para sacarme información? Te aviso que me gustan los amarres, este no me molesta pero puede ser mejor, me gustan los fuetes, que me jalen del cabello, y si me vuelves a tapar la boca estaré feliz.
-Lo haré porque hablas con una facilidad que me exasperas...¿Quién eres?
-Arruinas la diversión. Esto es una cita a ciegas...o casi, papi.
-¿Casi?
-Sí... -Para mi mala sorpresa, vi como se quitaba los grilletes, y eso que se los puse con las manos en la espalda. -Mala táctica, no me registraste antes de llegar, ¿Crees que es la primera vez que me encadenan en la vida? No era broma cuando dije que ese amarre podía ser mejor. -Me mostró un clip, sonriendo.
-¡Eres una...!
-Tranquilo, venganza. Yo no vengo a pelear. ¿Recuerdas la propuesta que te hice cuando nos vimos por primera vez?
-No me interesa.
-Oye, hay cosas que no puedo hacer sola. Y hay otras cosas que no puedes hacer solo, este caso debemos trabajarlo juntos.
-Todo iba bien hasta que llegaste, y aparte de que los pendejos de los caballeros solo estorbaron.
-¿Tan bien que casi se escapan con todos los rifles? Sí, claro papi eso está de creerce.
-¿Por qué quieres hacer equipo conmigo?
-Necesito dinero...y la recompensa de esos rifles es muy buena para dejarla pasar.
-No trabajo con nadie, y menos con una ladrona cazarecompensas.
-Ni aunque sepan tu secretito.
-¿A qué te refieres con eso? -Ella sabrá algo de mi identidad...no lo sé. Quizá solo piensa chantajearme.
-Yo sé quién eres. Estamos en el sótano del beso de ángel, por eso no prendes más velas. Tú eres Diluc.
-Jum, interesante conclusión, pero te falta algo. -Maldita sea, parece que sí sabe. -Si fuera Diluc, ¿Por qué te traería al lugar donde es claro que se sabría quién soy?
-La cicatriz de tu mejilla...la que yo te hice. Él tenía la misma, papi. Pero si te digo quién soy yo... seguro me ayudarás. -La mujer se quitó el antifaz y se quitó una peluca para cubrir su cabello.
-Rosaria...
-Así es, papi. -Sonrió. -Ya no tiene caso seguir actuando. Diluc... necesito tu ayuda.
-Yo no soy...
-No te hagas del rogar...tu perro no te arañó ni te mordió, fui yo. Sospechaba de ti desde hace un tiempo, de hecho mucha gente lo hizo, pero yo los convencí de lo contrario. Si muchos saben tu identidad, ¿Qué caso tiene pedirte ayuda si yo también pondré mi cuello en peligro?
-Rosaria, ¿Por qué haces esto?
-No te he mentido... necesito dinero, y los cazarecompensas pagan bien, muy bien. Pero tenía que mantener un perfil bajo...nadie sospecharía de la tierna monja antipática que no movería un dedo por alguien en problemas. Nunca me había tocado dar un golpe dentro de Mondstand. Yo no robó, solo cobro por golpear ladrones, pero ciertamente el que hayas estado ese día fue una mala casualidad. Realmente iba a pasar por encima de quien se me pusiera enfrente.
-¿Y así quieres hacer equipo?
-No me escuchaste en su momento. -Ella chistó. -Aparte, ahora los niños del albergue tienen para comer hasta el hartazgo por un buen tiempo.
-Así que ese viaje a buscar caridad fue una fachada meramente.
-No del todo. Solo inflé los donativos recibidos. Por favor, Diluc, no puedo sola con todo, y tú tampoco...para empezar, no pudiste conmigo.
-Fue porque hiciste trampa.
Rosaria se soltó a reír, se volvió a sentar en donde inicialmente la había amarrado. Simplemente prendió un cigarro y se puso a fumar, se le notaba un tanto estresada pero confiada, lo que me sorprende. Yo me mantuve recto.
-Vaya que eres cuidadoso con el trato hacia las damas. Cuando me ahorcaste me dolió enserio.
-Bueno, no sabía que eras tú. -Atajé, ciertamente un poco nervioso. -Y respecto a todo eso que me dijiste...
-No te lo tomes muy enserio. Hacer chistes sexuales, y más cuando vienen de una mujer que juega el papel de una coqueta, distrae al enemigo, y parece que lo logré contigo. -Se rió, sacando el humo de su boca, yo simplemente me llevé una mano al tabique de la nariz. -Déjame ver tu rostro, ¿quién te enseñó a maquillar? ¿Tu mamá?
-Eso es secreto... -Me quité el antifaz, dejando bajar las gotas de sudor por mi rostro, haciendo que se corriera el maquillaje.
-Whao. Sí que das miedo, eh. Deberías probar con cubrirte el mentón y dejar tus ojos así al descubierto...darías más miedo.
-Lo tomaré en cuenta...
-Parece que ya tienes una diseñadora. -Sonrió, levantándose. -¿Qué dices? ¿Equipo?
Me llevé una mano a la boca, pensando qué debería hacer. Ciertamente ella tiene bastante razón en decir que no puedo con todo, pero los métodos que usa...eso es lo que no me convence del todo. Supongo que no está mal contar con una mano de vez en cuando.
-Con una condición.
-Habla ya papi, no tengo toda la noche.
-Mis métodos serán los importantes.
-Tus métodos son aburridos, papi...pero cuando me dejes romper las reglas de vez en cuando, no me quejaré.
-Rómpelas cuando se trate de los caballeros de Favonius o cuando sea necesario. Yo no mato.
-Dijo el hombre que carga una súper escopeta que sabrá el Arconte hasta qué punto es segura.
-La probé de muchas maneras...es más o menos segura.
-Menos mal nunca me disparaste con ella. Pero ya, dame la mano antes de que alguno de los dos se arrepienta.
-Trato...por ahora.
-Trato.
Ambos nos dimos la mano, yo estaba serio e inseguro de hasta qué punto esta relación iba a salir bien o mal, pero lo que importaba es que ya estaba hecho. Rosaria sonreía con bastante gusto, supongo que para ella esto es un acierto en toda la regla, pues mientras más recompensas complete, más dinero tendrá ella, aunque eso no me agrada del todo, pues no sé hasta qué punto es dinero sucio.
Simplemente el hecho de que ella haga justicia por dinero, pensarlo así me enferma, pero ni modo. Esto ya está hecho, así que puedo estar más relajado, y no tendré que exigirme tanto, lo que me dará más tiempo para recuperarme naturalmente de mis heridas y no depender tanto de pociones con efectos secundarios no muy deseados.
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Hola, jeje
Sé que debí publicar hace una semana pero por haber salido fueras ya no pude xd de cualquier modo, ya estoy trabajando en el siguiente capítulo que publicaré en una semana, siendo un Aether x Xilonen
Ahora quisiera preguntar, ¿Qué ship les gustaría que escribiera? Tengo algunas ideas pero no sé si sean de su agrado.
Ojalá que las peticiones vayan encaminadas a las ideas que tengo en mente, además de los otros pendientes que tengo, que es el Aether x Nilou y es que jojo!! El evento de verano dio mucha telita de dónde cortar.
Bueno, nos vemos en una semana
Siempre tuyo:
-Arturo Torres.
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