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El señor de la noche, parte 1.

Ok...sé que aquí debía haber un capítulo de Lumine pero...no sé, es algo que si no hago no me podré sacar de la cabeza, por lo que adelanto el capítulo de parejas de otros personajes que no son los viajeros. Aparte, este es un viejo conocido, un ship famoso y de los primeros que salieron, el que yo estaba reacio a hacer hasta que no salió el mame de que Diluc es Batman. Si son atentos, sabrán que amo del famoso JeanxDiluc...no sé si se dice Jeanluc , Diluan, no le daré más vueltas y empecemos de una vez. Escucharía Something in the way...pero hay un concierto de los bukis a unas cuadras de mi casa y la verdad es que, aunque no soy fan, me está gustando bastante, no escucho bien las letras, pero están bonitas, seguro saco ideas :v

Jueves 31 de octubre...las calles de la ciudad están más vacías de lo normal, seguramente es por la lluvia. Oculto en el silencio está el elemento, esperando para atacar como serpientes. Pero yo también estoy ahí, observando.

Vigilaba desde uno de los techos de las casas, no veía ninguna actividad sospechosa, eso hasta que usé mi gancho para moverme a un nuevo techo, cercano al banco de la ciudad...bingo.

Unos ladrones de tesoros sacaban varias bolsas de moras, aprovechando que, al ser feriado, no habría guardia del banco, pero sí de los caballeros, que seguramente ahora mismo están borrachos en el gremio junto con Cyrius, yo no me tomo ningún descanso.

-¿Seguros que no nos atacará ese tal Batman?

-Es un cuento para asustar a los adolescentes y así evitar que podamos reclutar nuevos miembros. ¿Un vigilante nocturno? Esa es la más grande estupidez que he escuchado. Oye, Deng, ¿ya cargaste los demás costales?...¿Deng?...Deng, ¿me escuchas?

-Tenemos problemas. -Los ladrones de tesoros sacaron sus cuchillos y ballestas. Cuando uno de los ladrones vio a su compañero noqueado, se asustó bastante. -¡Hay que irnos, ya vino!

-Ese tipo es una farsa, no existe, seguramente el idiota de Deng se tropezó y se desmayó.

-¿Seguro que no soy real? -Le pregunté, apareciendo detrás de él, claramente el ladrón se cagó encima por el susto, así que aunque fueran 7 ladrones, comencé a agarrarme a golpes con todos a la vez. Cuando me sentí superado, me dejé de juegos y saqué mi mandoble, el que no tiene filo, pues es solo para golpear, por lo mismo es que al ir cayendo uno por uno, el último que quedó, se arrinconó contra una pared.

-¡¿Qui-quién eres tú?!

-¡Soy Batman!

-¿Batman?

-Quiero decir, ¡soy el caballero obscuro, el señor de la noche...la luz al final de la obscuridad y también...! Soy la venganza.

Cuando llegaron los caballeros de Favonius los mismos me apuntaron con sus lanzas y sus espadas.

-¡Aquí te tengo, Bat-bobo! ¡La gran maestra intendente estará feliz con tu arresto!

-¿De verdad te preocupo más yo que 8 ladrones de tesoros robando el banco de la ciudad? Los caballeros no pueden ser más estúpidos. -Usé mi gancho para subirme a un techo, escapando a toda prisa de la escena.

Me dirigí al otro lado de la muralla de la ciudad, usando mi visión para abrir unas cajas falsas que son propiedad del Viñedo, y de ahí, atravesando un túnel subterráneo llegué a la taberna, o más bien a la bodega de la misma, donde me cambié, quitándome el antifaz a la vez que me despintaba el maquillaje, refrescándome la cara y usando una dosis de anemo para recuperar el aliento.

Una vez estaba todo terminado, volví a salir, dirigiéndome a la entrada principal de la ciudad, en donde me recibieron los caballeros, que amarraban a los ladrones que atrapé.

-¡Oh, señor Diluc! ¡La gran maestra intendente estará feliz con su regreso! ¿A qué se debe el honor?

-Acabo de salir del bar, hacía la contabilidad, Charles era quien atendía, así que casi nadie me vio ahí... -Volteé a ver hacía atrás. -Veo que estuvieron ocupados.

-Ese vigilante atracaba un banco con estos ladrones que son sus secuaces. Él escapó, pero no pudo llevarse ni un solo mora.

-Me pregunto quién será ese monigote...ojalá no robe mi bar.

-Antes de que eso pase lo tendremos tras las rejas, señor Diluc. No se preocupe.

-Gracias. ¡Achu! ¡Imbécil! ¡Achu! ¡Imbécil!

-¿Señor Diluc?

-Hace mucho frío esta noche.

-Eh...ok.

Regresé nuevamente a mi escondite, poniéndome todo de regreso, ahora que todos piensan que me he ido, nadie sospechará. Usé mi gancho y volví a columpiarme por los techos, buscando peligro alguno. Usaba mis binoculares, eran un modelo que yo mismo había mandado a hacer en Fontaine, basados en los lentes del teatro.

Jean salía de la sede de los caballeros, se notaba cansada, y al ver llegar a los ladrones y los caballeros, apenas y pudo ocultar su frustración. Al final de cuentas, va a tener que hacer el informe ella sola. Aunque podría darle una mano.

-¿Qué pasó ahora? ¿Alguien me puede explicar todo este desastre?

-Ma-maestra intendente, es algo que surgió en un patrullaje repentino, lo lamentamos tanto, pero necesitaremos su ayuda.

-Eso me dice poco.

-Yo puedo ayudar. -Todos voltearon a verme, estaba oculto en una sombra.

-¡Bat...! ¡Digo, caballero obscuro!

-¡Ahí está ese maldito, arréstenlo!

-¡Un momento! -Exclamó Jean. -Si tienes algo que decir, hazlo.

-Estaba siguiéndole la pista a estos malhechores. Banda criminal buscada en Liyue, escaparon a Mondstandt al saber que no serían encontrados. Se hicieron pasar por vendedores de joyas...todas eran robadas. Uno de ellos empezó a trabajar hace dos semanas en el banco de la ciudad, inventando que era un contador que había estado en Liyue, contador de las 7 estrellas, ni más ni menos. Al aprenderse los roles de seguridad...la banda decidió atracar. Pero yo ya sabía que todo estaba planeado, impedí el robo y estos monitos...

-¡¿Cómo nos llamaste?!

-Silencio, deja que termine.

-Llegaron cuando solo quedaba un ladrón, acudieron ante los gritos de ayuda que los mismos ladrones lanzaban. Pensaron echarme la culpa del robo, pero ellos son los responsables, aquí está toda la evidencia y un reporte ya hecho. -Le di los papeles a Jean.

-Gracias...haré la vista gorda de que tienes una orden de arresto, solo por esta vez y por habernos ayudado tanto.

-No hay de que, gran maestra intendente. -Hice una pequeña reverencia, sacando mi gancho.

-Oye, Batman. -La volteé a ver. -Cuídate...si alguien te arresta, seré yo. En Mondstandt nadie hace justicia por su propia mano.

-Yo no soy la justicia...soy la venganza. -Activé el gancho, por lo que me fui de la escena.

-Maldito loco...

-Al menos él puede hacer un informe.

-Pe-perdón, gran maestra intendente.

(Inserte Something in the way :v) Me monté en mi caballo, el que era negro como la noche, y comencé a cabalgar con dirección al viñedo, vigilando en todo momento que nadie me viera ni por accidente, aunque curiosamente en el camino me encontré con una banda de ladrones que robaban una granja, por lo que solo enchiné los ojos.

No tenía nada mejor que hacer en la noche, así que les puse la paliza de su vida, vendandoles los ojos a todos, amarrándolos y tocando en la puerta del granjero. Dejé una nota que decía "Un regalo del caballero obscuro. Cuide más su granja ante los ladrones".

Al llegar al viñedo, como era de esperarse, Adeline me esperaba en la entrada, yo bajé de mi caballo, dejando que ella lo llevara al establo.

-Joven amo, me alegra que esté de regreso. Temo cuando haya una noche donde ya no pueda decirle eso.

-Yo no me preocuparía. –Me quité la capa y el antifaz, me vi reflejado en uno de los vidrios de la bodega, tenía el maquillaje un poco corrido debido al sudor, aparte de que mis ojos se veían negros como la noche. –Iré al salón.

Y justamente en esa puerta donde nadie puede entrar como no seamos Adeline o yo, usé las dos llaves de seguridad, cerrando por dentro, todo estaba igual. Mis imágenes del daguerrotipo, mi traje, el gancho, todos mis instrumentos de trabajo.

Se corre el rumor de que Adeline es caníbal y aquí oculta a los invitados que asesina para después prepararlos, eso lo inventé yo. Solo ella sabe mi identidad, y en este salón, donde nadie se atreve a entrar por miedo de ella y de lo que pueda encontrar, es donde se oculta mi pequeño secreto.

Para el día siguiente desperté a eso de las 12 de la tarde, pues había dormido a las 4 de la mañana. Me bañé, almorcé y era hora de vigilar la ciudad de cerca. Fui a la ciudad en un caballo color caqui, el viejo Spirit, y así me dirigí al Beso de Ángel, llevando mis cosas en una maleta especial con candado.

Cuando llegué ya eran las cinco, por lo mismo es que no tardaría en anochecer, de ahí que pudiera hacer mis patrullajes nocturnos. Llevaba puestos lentes de sol, la luz de la tarde me molesta mucho.

Dejando eso de lado, entré y me llevé la buena sorpresa de encontrarme a Jean, quien bebía una cerveza con varios caballeros. Curiosamente no se encontraba con Lisa ahora.

-Senpai. –Me dijo, alegre. –No esperaba verlo por aquí.

-Jean, no me hables formalmente. No soy parte de los caballeros.

-Sí, lo siento. –Ella se arregló la coleta. -¿Qué haces aquí?

-Es mi negocio, es normal que yo lo atienda de vez en cuando. –Me reí un poco.

-¿Has estado comiendo bien? –Me miró de pies a cabeza mientras alzaba una ceja. –Estás muy pálido, rara vez se te ve en la ciudad, ¿has recordado últimamente a tu padre?

-No, no es eso. Simplemente me he mantenido ocupado. ¿Quieres un trago? La casa invita.

-A bote regalado no se le ven los ojos. –Sonrió, alegre.

Fui a la barra, diciéndole a Charles que se diera un descanso, vi que en los periódicos la primera plana de hoy fue que el caballero obscuro había robado un banco, los caballeros de Favonius, intrépidos como siempre, habían frustrado su robo. Rodé los ojos y suspiré pesadamente. Porquerías es lo que dan a leer hoy en día.

-¿Qué opinas de las noticias? Ese Batman es todo un caso, me ha dado varios dolores de cabeza.

-Prefiero reservarme las opiniones. ¿Qué hay de ti? ¿Qué piensas del Batman? –Le pregunté mientras le daba la espalda al preparar un coctel.

-Me da curiosidad...no sé quién es ni qué quiere...no creo que tenga malas intenciones, pero es un insulto que quiera ser superior a los caballeros de Favonius. Eso no lo puedo tolerar.

-Ya veo. ¿Entonces lo odias?

-No, solo quiero desenmascararlo para decirle que se una a los caballeros. Con su habilidad y su sentido de la justicia...sería un buen elemento, ¿será alguien rezagado? ¿O quizá un extranjero? No lo sé.

-Pienso que es alguien que le gusta hacer las cosas a su modo y no quiere seguir reglas que considera absurdas.

-Sí...suena algo que tú dirías. –Le entregué su coctel, yo me serví un poco de jugo de uva con solsettia. –Salud, Senpai. –Sonrió.

Jean y yo hablamos un rato, claro que llegada la noche, ella se retiró al igual que yo. Charles me turnó en la barra. Yo me fui a hacer "contabilidad general".

Preparé todo nuevo, saqué las cosas de mi maletero, poniéndome el traje y el maquillaje, saliendo por el puerto, usando gancho para entrar a la ciudad. Noté que Donna estaba cerrando la florería cuando un tipejo llegó con una navaja a robarle la cartera. Ella se resistió, por lo que el tipo la tomó el brazo para derribarla.

-¡Caballeros, ayuda!

-¡Solo dame el bolso y esto se acabará!

-¡Se-señor Diluc...por favor, ayúdeme!

-Ja, ese estúpido ricachón no vendrá a ayudarte. –Usando el gancho, le arrebaté el cuchillo de la mano, doblando la hoja con una sola mano.

-Tal vez él no...pero yo sí.

-Mierda...es...es el tipo búho. –Usé el gancho para atraerlo hacía mí, y usando una combinación simple de boxeo, así como varios golpes una vez lo dejé en el suelo, así hasta cansarme.

-Soy la venganza... -Volteé a ver a Donna, ella temblaba del miedo, solo le extendí mi mano, la que ella tomó para darme un abrazo.

-Gracias...dicen que eres un villano, pero yo nunca he creído en esas noticias. Les diré a todos que me salvaste.

-No es necesario. Con tener una admiradora me basta. –Tomé una lucetta para dársela. –Soy la luz en la obscuridad. –Varios caballeros llegaron, claramente se alarmaron más al verme a mí que al ladrón tumbado en el suelo. –No lo olvides. –Usando mi gancho, salí de escena, Donna sonreía alegremente, oliendo la lucetta que le di.

Al llegar a lo alto de una casa, me llevé la inesperada sorpresa de que había un letrero que decía "Caballero obscuro, lo espero en la azotea de la sede de los caballeros. Espero no tarde mucho. –Jean".

Apenas lo leí, fui lo más de prisa que pude usando el gancho y saltando de varios edificios, no sé qué se traiga Jean entre manos, pero se me hace raro que pida mi ayuda. 

Fui precavido y, desde la lejanía y con los lentes que uso, vi a Jean, estaba sola en la azotea de la sede, leía una de sus novelas románticas con luz de candiles, los guardias que suelen estar ahora no se encontraban, por lo que no sé si sea una trampa.

De cualquier manera, si es una trampa, ya diseñé 3 planes para escapar de la situación.

Al aterrizar después de usar mi gancho, me cubrí más con la capucha, así como cambiaría mi tono de voz lo más posible.

-Señor obscuro.

-Gran Maestra intendente...¿a qué debo el honor?

-Los caballeros odian decirlo, yo no, por eso mismo te lo digo...necesitamos tu ayuda, de tus técnicas.

-Trabajo solo. –Me di la vuelta, dispuesto a irme.

-Hazlo por mí. –Eso me dejó frío. –Sé que no confías en ellos, y está bien...pero confía en mí. –Le regresé la mirada, lleno de suspicacia.

-¿Por qué debo confiar en ti?

-Diluc... -Agrandé mis ojos al escuchar ese nombre. –Sí, Diluc. –Ya lo sabe...Jean ya lo sabe. ¿Fue por mis huellas? Imposible, uso guantes al manipular documentos, ¿Adeline? No creo, ella nunca me traicionaría. –Él es amigo mío, puedo sonsacarle algún dinero. Esa será tu recompensa.

Si pudiera...ahora mismo torcería los ojos.

-¿Cómo le sacarás dinero a ese tacaño?

-Es fácil. Diré que es para un asunto de la Iglesia o que mi hermana está juntando fondos para algo de canto. Trataré de que la cantidad sea generosa.

-No quiero dinero...quiero venganza. Y si vas a pedir dinero a mi nombre, debes ser más honesta, gran maestra. 

-Independientemente de eso...de verdad necesito de tu ayuda, venganza. 

-Dime qué planeas...

Casi que a regañadientes, Jean me explicó que su plan consistía en darle un golpe muy bueno a los ladrones de tesoros, por lo mismo es que querían que yo espiara de cerca, pues al no saber mi identidad real, ellos no levantarían sospechas.

Eso pondría en riesgo que me desenmascaren, pues puedo acercarme como Diluc, ¿pero qué casualidad que yo, de reputación intachable, se meta con los ladrones de tesoros? Tengo mis planes. 

Acepté bajo la condición de que los caballeros no estorbaran. Conozco a Jean lo suficiente para saber que tendrá su parte bajo control y que puede ser una gran aliada. Si Kaeya se mete...no sé cómo puede salir esta mierda.

-Le agradezco, señor venganza. -Me sonrió.

-Dígame vigilante y ya. No sé qué es peor, si Batman o venganzas. Ambas suenan a burla.

-Bien, tranquilo, vigilante. Espero respuestas en...¿una semana?

-Los tendrás en tres días. –Usé el gancho, disparándolo, dispuesto para irme. –No quiero que me estorben esos caballeros.

Al irme, volteé un poco, Jean tenía extendida su mano, lo que indicaba que quería hablar más conmigo. Me sentí un poco mal, por lo que regresé, aunque lo haría a mí manera.

Ella iba saliendo de la sede, los caballeros regresaban a sus puestos, y cuando Jean caminaba casi cerca de su casa, me fui acercando, por lo que conecté el gancho, bajando lentamente.

-Sé que estás por aquí. –Me dijo, eso me sorprendió.

-¿Cómo te diste cuenta?

-El olor del viento cambió. Hueles a sudor, sangre y tierra, así como a cierta humedad.

-Me sorprende. Por lo regular los caballeros pasan por alto muchos detalles sutiles. Igual me doy cuenta que tu habilidad no está muy refinada. –Salí de las sombras, aterrizando a unos metros de ella. –De lo contrario, ya sabrías quién soy.

-No muchos usan visión pyro y mandoble en la ciudad. Tenía un sospechoso, aunque lo descarté hace poco. Se les vio casi que al mismo tiempo, y en dos lugares cercanos. Aun así...tengo mis reservas.

-Que desconfianza, gran maestra.

-¿Quién no las tendría? Al final de cuentas, es una persona que hace de las suyas y se burla de los caballeros. Eso, como gran maestra, claro que no lo puedo consentir. De cualquier forma... -Ella se acercó a mí, tocando mi antifaz. -¿Qué ocultas detrás de la máscara? Me llama la atención, ¿y por qué hacerlo en secreto? Podrías tener prestigio, reconocimiento, quizá hasta la ayuda de los caballeros.

-No me importa ninguna de esas cosas. Y si tengo su aprobación o no, no me quita el sueño.

-Muy rudo y muy frío...más bien deberías de usar una visión de cryo, queda muy bien con tu personalidad.

-A veces lo dudo. Igual tengo un as bajo la manga, pero ese no lo puedo revelar.

-Hum...entonces nos vemos, señor obscuro. –Ella sonrió, quitando la mano de mi mejilla y de antifaz, por lo que se fue. –Y nada de andarme espiando, porque me daré cuenta.

-¿Segura de eso?

-Esta no es la primera vez que lo haces.

-Ok, estás segura de eso...

Ambos tomamos caminos separados, yo fui a mi escondite, cambiándome. Al quitarme el maquillaje y el antifaz, me percaté que estaba sonrojado. Jean piensa que la espío...y sospecha que yo, Diluc, soy Bat...digo, el caballero obscuro. Eso me hace marearme, pues si se entera...sé que ella guardaría el secreto, pero el simple hecho de que tenga esa información me pone los pelos de punta.

Necesito estar lo más alejado de problemas ahora mismo, y acercarme a ella y, en general, pasar más tiempo en la ciudad. Revisé mi cinturón, ahí tenía mi engaño, así como las baticadenas, digo, las cadenas que uso como arma. No sé qué tan buena idea sea usarlo en caso de emergencia...

En fin, para el día siguiente, que de hecho me quedé a dormir en el bar, pues aquí en el sótano, que tengo bajo llave, tenía a mi merced una cama, por lo que al despertar, me puse mi ropa normal, aparte de estar todo tranquilo. Le envié una carta a Adeline diciendo que estaba bien y todo bajo control. Mi águila se encargaría de eso.

Fui y a Charles le sorprendió el verme abriendo, le dije que había madrugado para revisar las barricas y, principalmente, pensar en nuevos ingredientes, añadiéndolos al vino directamente. Eso me tomó unas dos horas, algo creíble, de ahí me fui a almorzar, por lo que algunos de mis informantes, a los que solía usar como presta nombres, ellos se encargarían de buscar información del supuesto golpe que darían los ladrones de tesoros.

Jean me vio sentado, por lo mismo es que, sorprendiéndose, caminó para saludarme, yo hice lo mismo.

-Parece que te tomaste en serio lo que te dije ayer. Me alegra que salgas a tomar más el sol, y no solo eso...que te alimentes bien. –Comía una torre leudi.

-Tenía que atender el bar. Nada del otro mundo, Jean. Parece que has estado ocupada.

-Un poco. Ese vigilante hace de las suyas, la verdad es que tengo una relación de amor-odio por él.

-No me digas que te gusta. –Dije, de manera burlona.

-Hum, prefiero no ahondar en eso. Es un necio, aparte de que quiere hacer todo por su cuenta, me da la impresión de que me ningunea, y más a mis muchachos. De ahí en fuera, lo necesito para que haga el trabajo que los caballeros no pueden hacer porque saben sus identidades. Aunque...no es de los que negocian, ¿será que solo quiere ver arder el mundo?

-No sé de qué me hablas. Parece que te aliaste con él, así que esa pregunta tu podrás responderla.

-No puedo decirlo tal cual. No sé si sea confiable, pero yo sé que mantendré mi palabra de no arrestarlo a la primera oportunidad, seguro que puede ayudarme mucho a acabar con este dolor de cabeza.

-Puede ser. De cualquier manera, me da la impresión de que él, como Eula y yo, jamás sentirá aprecio por los caballeros. Hum...¿y si ese tal Batman es Eula con una peluca? –Jean soltó una buena risotada, sentándose a un lado de mí.

-Vamos, vamos. Eso sería más imposible de que tú te disfraces de caballero el próximo Halloween.

-Ya lo dijiste.

Ella me acompañó a almorzar, Jean bebió un poco de jugo de gancho de lobo, así como una pequeña ensalada, solo para no dejarme comiendo solo. Yo pagué por ella aunque al comienzo se negó, diciendo que nuestro encuentro había sido mera casualidad y que no debía hacerlo.

La terminé convenciendo porque, al final de cuentas, el dinero que Jean pudo consumir lo genero en...tal vez 10 minutos en la noche, así que no hay tanto problema. De cualquier manera, nos despedimos, yo continuaría con mi parte del plan.

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Holis :3

Ah, se que el capítulo se quedó en un momento de ¿dude, wtf? pero chales, si quiero publicar hoy, debía cortar. He estado ocupado en general esta semana, pues hoy domingo que escribo esto, tuve 2 reuniones virtuales, lo que me impide escribir, y esto era lo que tenía. 

Si puedo, no me comprometo a nada, espero subir la próxima parte para el viernes, no sé si esta semana me vayan a dar una putiza, pero es probable que sí :'v 

Mierda, ya en cosa de unos 9 meses saldré de la universidad!! Creo que no es raro que eso me consumirá tiempo, aparte de que ahora me dedico a vender pulque en mi tiempo libre, no sé qué tanto tiempo me ocupe, pero eso me puede retrasar los caps :'v

Quería hacer un capítulo más largo, pero las reuniones e ir a vender pues jsjs diablos, me han impedido escribir. 

Ojalá les haya gustado este capítulo sorpresa jsjsjs ya tengo uno para Lumine, puede ser un AyatoxLumine lemmon con tematica de Hallowen, Lumine se disfrazara de...bueno, no sé, ¿sugerencias? :u Denle rienda suelta a su imaginación, pues en la historia, Yae será quien le dé el disfraz :v

Nos vemos cuando se pueda :'v 

Siempre tuyo:

-Arturo.

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