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El rugido de una leona.

Caminaba por el caravasar ribat de manera feliz, pues acababa de terminar un encargo de forma exitosa. Paimon se había quedado dormida en el hotel donde nos quedabamos, pues había sido una jornada extenuante para ella...aunque no había hecho nada.

En fin, me pareció ver a una persona parecida en la zona, era Dehya, así que de inmediato la fui a saludar.

-¡Dehya! ¡Hola, ¿cómo estás?! –Lo primero que me recibió después de eso fue un golpe en el aire, uno que había hecho que viento corriera hacía mi cara, despeinándome por completo. Dehya estaba que echaba humo por las orejas, se le veía de muy, muy mal humor.

-¡No me grites, por un demonio! –Sus ojos estaban prendidos en fuego.

-Oye, tranquila... -Dije, nervioso. Recuerdo cuando la vi enojada por primera vez...sí que da miedo. -¿Qué es lo que sucede?

Suspiro pesadamente, acomodándose un mechón de cabello, le temblaba una de las manos, lo que era una mala señal.

-Un encargo salió mal, perdí bastante dinero que me tomará semanas recuperar y uno de mis hombres salió herido, ¡todo por un error muy estúpido que se pudo haber evitado! –Se llevó las manos a la frente, frustrada. –Perdón por desquitarme contigo, pero de verdad no te haces una idea de lo enojada que estoy.

-Si quieres te puedo invitar un helado...digo, para que te relajes.

-Es una invitación muy tonta, Aether...pero es noble. –Dio una risita, tratando de consolarse. –Me cago en todo, te acepto el helado...necesito distraerme.

Y dicho y hecho, fuimos a comprar el helado que le prometí, dando un pequeño paseo por Sumeru, que no estaba muy vivo en esa tarde, casi noche, pero nosotros íbamos muy en nuestro rollo.

Me siguió contando más detalles de su incidente, y vaya que sonaba que todo iba viento en popa hasta que se topó con un imprevisto. Resultó ser que era un encargo de escolta, y las mercancías que llevaba se habían quemado con el sol debido a que no se habían cubierto correctamente en plena tormenta de arena, que por la misma, uno de sus muchachos había caído en un barranco, saliendo lastimado de no mucha gravedad.

-¡De solo acordarme me encabrono! –Exclamó ella, arrojando el helado al suelo.

-¡Oye, el helado!

-Ay, lo siento... -Dijo, apenada. –Es que yo...odio decirlo, pero no domino bien mis bajos instintos...por eso soy una leona al final de cuentas.

-Vaya que sí...ten el mío.

-Vamos, Aether. Tiré el helado que me compraste, no merezco el tuyo.

-Insisto, solo quiero que te lo pases bien.

-Eres un sol. –Me sonrió, tomó mi helado y me dio un beso en la mejilla, yo me sonrojé. –Vaya, estás más rojo que mi ropa, por eso digo que eres un sol.

-No hagamos una batalla de halagos. Porque tengo mucho que decirte.

-¿Qué soy una mujer agresiva y malhumorada? Eso no tiene nada de lindo, Aether.

-Oye, no lo eres. Solo eres...imprudente.

-Eso suena peor. –Me miró con seriedad.

-Ups...perdón, creo que empeoré las cosas. –La tomé de un hombro...estaba muy tenso.

-Lo sé, Aether...tengo los nervios hechos pedazos. –Me mencionó, triste.

-Te daré un masaje, quizá eso ayude a que te sientas mejor.

-Sí, necesito un masaje. –Se rió ella, rendida. –Vamos a mi casa, sirve que te ofrezco algo frío de tomar y así no me sentiré más mal por quedarme con tu helado.

Dicho y hecho, caminamos a casa de Dehya, y con solo volver a tomar sus hombros cuando entramos a su casa, la verdad es que estaban muy tensos, lo que me sorprendía a mal. Se nota que no la está pasando muy bien, lo que me entristeció.

Su casa era en realidad bonita, así que apenas cerró su puerta, se echó sentada en uno de los sofás de la sala, soltando un largo suspiro, y pasados unos segundos, se levantó para ir a su saco de boxeo, al cual le dio un golpe tremendo, que de solo verlo me tumbó un diente.

Dejando de lado su ira y frustración, Dehya me ofreció un vaso de arak, que es un licor de la región de Sumeru, yo lo acepté pero en poca cantidad, la verdad es que no soy mucho de beber alcohol, pero ella sí se zampó media botella entera.

-¡Oye, eso es mucho! –Le dije, preocupado.

-Tonterías. Para ponerme ebria necesito dos botellas de arak. Pero eso no importa...date la vuelta.

-Ok...

Dehya cerró las cortinas, prendió unas velas y un incienso que olía bastante rico, de hecho. Volteé a ver y noté que se quitaba su ropa superior, dejando su espalda al descubierto, ella me volteó a ver, enchinándome la mirada.

-Si sigues espiando el siguiente saco de boxeo que golpearé serás tú.

-¡Lo siento! Solo quería ver qué hacías.

-Lo comprendo. Solo bromeo, jamás te tocaría un cabello, Aether. Pero eso no es lo importante ahora...

Dehya se recostó en su cama, estando boca abajo, había un poco de aceite en los cajones al lado de su cama, por lo que solamente se volteó a verme, haciéndome una seña con su dedo para que fuera hasta la cama.

-Aether...por favor, dame un masaje. Es el favor más grande que de verdad te podré hacer una vez...hoy estoy que me lleva el diablo.

-Tranquila...si puedo ayudarte en eso, lo haré, no lo dudes.

-Tan dulce como siempre, eso lo aprecio.

Me llené los dedos de aceite, empezando a masajear los hombros de Dehya, quien de inmediato suspiró de una forma que se notaba aliviada, lo que me alegró.

Su espalda es muscula, tiene algunas cicatrices y su piel, con el aceite, se ve más morena, teniendo marcas de bronceado en la espalda, las que de hecho se le ven muy sexy.

Sentí su cuerpo relajarse, lo que me pareció lindo, pues tal cuál era como un gato que pasaba de modo defensa a solamente dejarse acariciar. Fue que pensé en Dehya como una pequeña leona, la que ronronearía con un masaje en el lomo, lo que me causó ternura.

Pero sí, ella es una leona fuerte y más alta que yo...supongo que cualquiera que se atreviera a tocarle un cabello ella le rompería la mandíbula de un solo golpe...y heme aquí, le estoy dando masaje.

Genuinamente escuchar la respiración relajada de Dehya era tranquilizador, pues cerraba los ojos sin apretarlos, se notaba ya estaba muy tranquila.

De sus hombros pasé a su espalda, la que se notaba fuerte y con cierto grado de musculatura, la línea central de su espalda se veía excitante. Tengo que admitir que sí, el hecho de tener a una mujer con un cuerpo moreno tan tremendo como el de ella me prende un poco, pero es mi amiga, no podría faltarle al respeto.

Por pura curiosidad, llevé mi oreja a la espalda de Dehya, escuchaba los latidos de su corazón, y a los pocos segundos los míos se sincronizaron con los suyos, lo que me sorprendió, y me di cuenta de ello cuando llevé mi mano a mi pecho.

-¿Aether? –Me preguntó ella sin abrir los ojos.

-Shh...escucha...Dehya, levántate un poco.

Ella hizo lo que le pedí, cubriéndose los senos con su brazo, llevándose esa mano a su corazón. Yo tomé su mano libre y la llevé a mi pecho, y así fue por unos segundos.

-Laten al mismo tiempo...qué lindo.

-¿Verdad que lo es? –Sonreí, ella hizo lo propio.

-Si quieres seducirme, no te falta mucho, campeón. –Me dio un beso en la comisura de los labios, volviendo a acostarse en su cama. –Tienes suerte que estoy...en esos días donde el solo soplo de aire cálido me pone como loca.

-¿Eh?

-No te hagas el tonto...o bueno, por ahora sí, tú solo sigue con el masaje...y dependiendo de mi humor le podremos dar final feliz.

-¿Dehya? ¿Eres tú?

-Te lo dije hace un rato...soy una leona, no controlo mis bajos instintos...¿y tú serás un león o solo un gatito asustado?

Muy bien...quiere provocarme, pues que sepa que yo soy el que manda aquí. Simplemente me troné los dedos, siguiendo con mi masaje, pero bajando más, ahora a la parte delicada.

Ella de vez en cuando soltaba una pequeña sonrisita, lo que más que excitarme me enojaba, ¿qué le causa risa exactamente? Si cree que soy alguien que se irá corriendo asustado, pues está equivocada. Momento...me acaba de surgir una idea que podría ser funcional, solo sonreí para mí mismo.

Si a ella le excita hasta el mínimo soplo de aire...¿qué tal un beso?

Eso fue lo que hice, le do un beso en su cuello, a lo que ella abrió los ojos de sorpresa.

-Buen intento, pero vas a necesitar más, chico.

-Ahora sigue el masaje en el pecho y abdomen... -Sonreí.

-Ja, tramposito. Muy bien, veamos qué tienes para mí. Pero ojo...si me tocas las tetas yo te tocaré los huevos...pero no será de una manera que te guste. Esas solo son si te doy permiso.

Ella se dio la vuelta, cubriéndose los senos con su ropa, no dejando mucho al descubierto, pero eso cambiará pronto.

Di el masaje en las manos, en los brazos y varias partes más del cuerpo de Dehya, manteniéndome sereno para yo también hacerme el digno, pues quizá así podría hacerla caer a ella.

Cuando finalmente llegó la hora de ir a la zona cercana a sus senos, le di el masaje en el pecho y en los hombros, por lo que ella solamente dio un gemido y un suspiro de alivio, pues vaya se notó que le hacía falta.

Empecé a tocar su figura, sus curvas mientras daba ese masaje, ella estaba muy relajada, por lo que yo me subí a la cama, tomándola de la zona cercana a la cintura, posicionándome sobre ella.

-Jum, ¿de verdad podrás seguirme el ritmo?

-Hasta te dejaré atrás.

-Si te lo rompo...no llores. A mí me encanta ser ruda, pero qué hay de ti.

-Me dejaré llevar.

-Muy bien...

Dehya finalmente dejó al descubierto sus senos, yo me recosté sobre ella, entregándonos a un beso candente como ella, y no necesitamos calentar mucho, pues ya estábamos bien prendidos con todo lo que habíamos hecho.

Sin más, Dehya literalmente me arrancó la ropa, besándome el cuerpo mientras me lo mordía o manoseaba, lo que me encantaba a pesar de mi sorpresa.

Es una leona que quiere sexo, y supongo que ahora me usará como su juguete sexual, pero...la verdad no me voy a quejar.

Ella se quitó el short que tenía, quedando completamente desnuda, y yo hice lo mismo. Dehya se colocó sobre mí, su cuerpo, el reflejo de la luz de las velas y el olor a incienso, todo daba para una experiencia que sería de lujo.

-Prepárate muy bien, Aether. Cuando estoy en éxtasis...no vas a poder frenarme, te lo advierto.

-Venga, podré con ello. (Muerte por snu snu)

Dehya tomó mi pene para llevarlo a su cavidad vaginal, por lo que rápidamente aceleró al ritmo que quería, gimiendo deliciosamente mientras yo la veía. Cada gesto que ella hacía, de placer, de sorpresa, de lujuria era algo maravilloso.

-¡Tu pene es perfecto, no es muy grande, no me lastima, y alcanza a darme placer!

Yo la agarraba de los mismos y de la cintura, pero solamente los sujetaba, pues ella hacía el trabajo porque ella era quien se movía arriba y abajo, solo que me tomó una mano y la llevó a su senos para que yo lo manoseara, y eso fue justamente lo que hice sin detenerme.

Pareció detenerse un momento, tomó aire, pero después siguió más rápido que antes, y no solo eso, sino más profundo, especialmente por el hecho de que la cama rebotaba junto con su cuerpo, dándole impulso cada que subía y bajaba, por lo que volvieron sus gestos de placer, donde apretaba los dientes o abría sus ojos de sorpresa.

Sus senos morenos rebotaban con cada movimiento suyo, yo solamente me llevé las manos detrás de la cabeza, disfrutando lo que veía, y bueno, aunque ella es quien más se beneficia de esa posición, también salgo ganando porque se siente exquisito, aunque todavía no ha apretado su conducto vaginal, pues parece que no me quiere hacer disfrutar todavía.

-La leona quiere más. –Ella se dejó caer sobre la cama, especialmente en una esquina de la misma. –Levántate, ahora sí acomódame la matriz.

Yo la vi estando de pie, Dehya me abrió sus piernas, por lo que vi su vagina y me pareció tan linda y con su encanto particular.

Ahora yo me haría el digno, tomé mi pene y comencé a jugar con que se lo metía y con que no, ella solo gemía, pero se notó que se molestó.

-Deja de jugar, Aether. Métemelo ya, necesito que lo hagas, por favor, métemelo, por favor.

Sonreí para mí mismo, pues después de eso hice lo que me pidió, los gestos que hacía me parecían tan lindos, pues me miraba con lujuria, sonriendo, luego cerraba los ojos, y yo solo la tomé de la cadera para hacerlo con más fuerza, pero sin excederme, viendo como mi pene desliza dentro de ella cada que muevo mi cadera para atrás y para adelante, empujando su cuerpo para atrás, así como sus senos, los que rebotaban.

Cuando llevé mi dedo para acariciar su clítoris, causando que sus piernas tuvieran contracciones, y también su cintura, que estaba bastante inquieta por esa acción que hice, aunque había sido muy simple.

Moví mi pulgar en círculos, causando que Dehya se sintiera muy estimulada, y de hecho sí lo estaba, pues vaya que eso le gustaba bastante.

Sin decirme nada, solamente lo noté porque sus gemidos aumentaron, y por medio de gemir "sí" varias veces, ella acabó, soltando un gemido tal que me sorprendió.

Ese gemido sin duda era el rugido de una leona, así que no me detuve, seguí teniendo mi ritmo para que Dehya siguiera disfrutando, acabando el gemido, ella tembló por completo, suspirando pesada y velozmente, sudando por completo del cuerpo.

-Pensé que dirías que no te podía seguir el ritmo.

-Déjate de auto adularte y ven a la cama. La leona todavía quiere más.

Los dos nos acostamos de lado, yo me situé atrás, tomando una de sus piernas para alzarla y tener más campo de acción, acto seguido, y con cuidado, metí de nuevo mi pene en su vagina, moviendo mi cintura de atrás para adelante, ella giró su cuerpo, mirándome a los ojos.

Nos dimos un beso que por la pasión que teníamos se hizo un beso de lengua, pero uno jodidamente exagerado, como si fuéramos animales, ejercitábamos nuestra lengua mientras yo seguía moviendo mis caderas y ella se estimulaba los pezones.

Sin duda se ve que tiene todavía ganas de continuar, y es entendible, yo todavía no acabo, pero por los arcontes, en esta posición Dehya aprieta más su vagina, causando que yo también gima de forma suave, pero en especial ella.

Cuando rompimos el beso, yo me aferré a sus hombros, haciendo movimientos lentos pero fuertes, por lo que con cada golpe de mi entrepierna con su vagina, ella gemía pesadamente, estimulando ahora su clítoris mientras yo me centraba en lo mío, que era un esfuerzo considerable, pues estábamos bañados en sudor.

-Más, Aether, más. –Eso me ayudaba a no tirar la toalla aunque ya me estaba comenzado a cansar, aunque era lo de menos, la verdad sea dicha, pues vaya que estoy disfrutando de esto. 

Después de un rato en la misma posición, Dehya pareció cansarse de que yo llevara el ritmo, de hecho me lo dejó claro cuando me tomó de los hombros y me tiró en la cama. En sus ojos se puede ver lo gustosa y necesitada que sigue estando de sexo...pero en el que ella lleve la batuta, no yo.

-Aether... -Me tomó de la mejilla. –Perdóname si soy ruda, pero como sabrás me gusta presumir que tengo fuerza y que me encanta mandar...eso incluye lo que se hace sobre la cama.

-Mientras yo sea algo raro o me metas cosas por mi trasero, creo que no estará mal.

-Sí...respecto a eso...flojito y cooperando, ¿de acuerdo?

-¿Qué? –Mi rostro pasó a uno serio y de preocupación.

Por suerte para mí, solo fue que Dehya me amarró las manos y de la boca, ella estaba encima de mí mientras me ahorcaba suavemente con la mano que tenía libre, estando encima de mí, moviéndose a la velocidad que le gustaba, gimiendo a su antojo y forma preferida, pues sí que disfruta ser quien tenga el control.

-Aether. –Gimió. -¿Te gusta? –Yo solo asentí con la cabeza, pues no podía hablar porque me había amordazado con la ropa que sujeta sus senos, lo que podrán pensar que...claro que no me molesta. –Je, eres un niño malo, y mami te va a castigar por eso.

Ahora amarró mis manos a la cabecera de la cama, pero eso sí, me desamordazó, lo que le quitaba un poco de encanto a la situación pero no quiero ver las cosas negativas.

Sin más, ella se colocó de espaldas, tomando mi pene para llevarlo debajo de ella, moviendo su cadera, y la verdad es que en esa posición, aunque era parecida a la anterior, era más cómodo por el hecho de que nuestras partes íntimas embonan mejor, por lo que resulta en una mejor penetración y, por lo mismo, más placer.

Dehya se llevaba las manos a los glúteos, dejándome verlos mejor, pero aunque quería tocarlos, no podía por estar amarrado, y la verdad es que nada me costaría liberarme, pero no quiero romper el encanto, así que por lo mismo prefiero estar en mi sitio.

Podía ver como su curveaba su espalda, la que en realidad sí que resultaba muy linda, sobre todo por el movimiento de su cabello, el que bailaba con cada movimiento que ella hace, y más aún que eso, la forma en que apretaba sus ojos cada que comenzaba a gemir más fuerte, indicando que le gustaba esa posición, y de mí, la verdad es que me parecía increíble.

Lo que más me llama la atención es que a pesar de su esfuerzo, yo no acabo, claro que me centro en no hacerlo, pero tengo una mejor forma de acabar con esta situación.

Ahora sí que decidí romper el lazo que me impedía mover una sola de mis manos, dándole un azote bien fuerte al trasero de Dehya, quien soltó un gemidito de sorpresa, además del mismo tronar de mi mano contra su trasero.

Cuando me volteó a ver, Dehya estaba roja de la cara, además de sorprendida.

-¿Te gustó?

-Sí... nunca me habían soltado uno tan fuerte. –Incluso la piel se le hizo de gallina por la sorpresa que parece fue para ella.

Pues preparé otro azote, y al cabo de varios de ellos, Dehya estaba temblando, con la respiración agitada y entrecortada, supongo que había acabado una vez más, así que la dejaría descansar un poco...supongo que ahora me toca pasar a la ofensiva.

Aprovechando que ella se recostó boca abajo, yo la tomé de la cintura, abriendo un poco sus piernas para preparar lo que venía.

-¿Aether? ¿Qué tienes en mente?

-Nada del otro mundo, Dehya. –Sonreí para mí mismo.

Fue cuando nuevamente me introduje en ella, comenzando a moverme, pero le regresaría el favor que ella me hizo.

Tomé sus dos muñecas y apreté mi mano para que ella así no se pudiera mover, con la otra que tenía libre la azoté, pues vaya que era curioso escuchar cómo mi entrepierna se golpeaba con su trasero.

No me detenía, pues sentía que ya no me faltaba mucho, por lo mismo es que liberé sus manos, las cuáles ella uso para atraer una almohada y morderla para no gemir demasiado, yo estaba muy centrado en lo mío, y para rematar, Dehya apretó su trasero, ejerciendo más presión sobre mi miembro, lo que no me dificultaba mucho entrar y salir, pues ella está bien lubricada, más bien sentía que estaba más cerca de lograr mi objetivo.

Ella alzó un poco su cadera, causando que fuera más fácil el que me moviera, y así, en esa posición era más que perfecto, por lo que yo no dejé de moverme con locura, pues sentía que ya no faltaba mucho, y era lo que necesitaba para liberarme.

Y sí, finalmente después de un gemido que ahogue con mi mano, pues de no ser así se habría escuchado en toda la calle, salí de ella, salpicándola en su trasero y espalda, yo caí rendido, recuperando el aliento, ella me miró fijamente.

-Nunca nadie había tenido tanto problema para venirse conmigo. Te subestimé, eh. –Me dio un beso en los labios. –Aunque me dejaste toda manchada... -Se rió.

-No te quites mérito...ten por seguro que si me hubieras hecho una Snezhnaya, no habría durado ni un minuto. –Eso le sacó una buena carcajada.

-¿Y por qué no? Hubiera sido un buen final, ¿sabes?

-Supongo que podríamos dejarlo para otra ocasión... -Dije, haciéndome el loco, ella se rió un poco.

-Vuélveme a agarrar de malas...y lo pensaré.

Para el día siguiente, caminaba por el caravasar ribat, todo como siempre estaba movido y activo, sería quizá medio día, y al poco tiempo me encontré a Dehya, quien estaba sonriente y amable, genuinamente no había nada que comprar con el monstruo que me topé ayer.

-Eres un campeón, Aether. –Me dije para mí mismo.

En cuanto ella me vio, me sonrió, corriendo hacia mí para darme un abrazo, el que recibí con gusto...sobre todo porque tenía cerca sus senos de mi cara.

-¿No te parece maravillosa la vida, Aether? Todo se ve muy lindo hoy, y pensar que ayer no podía ni con mi alma...debo agradecerte por ese masaje que me diste.

-Ya ves, mis manos son mágicas.

-Y no solo tus manos. –Se rió, yo me sonrojé. -¿Vamos por un helado? Te debo uno desde ayer, yo los invito, así que no te preocupes.

-De acuerdo.

Dehya sonreía a cualquiera que se le atravesara, la verdad es que verla de tan buen humor me pone feliz a mí también, lo que no es poco decir, así que por mi parte, creo que solo me queda disfrutar.

Cuando ya teníamos el helado, caminábamos tomados del brazo mientras lo disfrutábamos, yo también me siento de excelente humor, aunque claro que a Dehya se le nota mucho más, sobre todo si lo comparamos con ayer.

Al acabarme mi helado, ella me miró con cierta sorpresa, cosa que no entendí y aparte tampoco le di mucha importancia.

-Oye, Aether...te quedó un poco de helado.

-¿Sí? –Me pasé el dorso de la mano por la boca, pero no noté nada.

-Ahí no. –Ella me tomó de una mejilla, dándome un beso en los labios, lo que fue de wow. Igual, a pesar de mi sorpresa, regresé el gesto, pero siendo mucho más medidos por estar en público. Me nacieron esas ganas de manosear su cuerpo, de dar ese beso de lengua de ayer, pero ella rompió el beso, aunque lo hizo de forma tierna, pues me sonrió y por último me dio un beso en la frente. –Creo que hoy en la noche necesitaré otro masaje, ¿qué piensas?

-Sí, estoy disponible, la verdad sea dicha.

-Excelente....tenemos un acuerdo entonces.

-Me agrada. –Solo sonreímos con complicidad, por lo que después de eso seguimos caminando, a sabiendas de que nos veremos en la noche para una inocente y sencilla... "sesión de masajes"

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Ok, sé que dije que el capítulo de hoy sería el seggs con Yae...peeeero digamos que la inspiración es caprichosa y se me ocurrió algo más con Dehya. Igual la próxima semana les traeré el capítulo que les debo, y de verdad una disculpa por no haber publicado, salí fueras por varios días y no tuve tiempo, pero bueno, ¿cómo compensación qué les gustaría ver?

Recuerdo el ship de Aether y Faruzan...un poco raro, supongo que por no haber jugado las citas, pero me vienen unas ideas, y respecto a Neuvi y Focalors...está difícil, ahí sí la verdad no tengo muchas cosas en mente. Creo que tengo otros pendientes, recuérdenme por favor, y trataré de ponerme al corriente jeje.

Pues sin más, espero les haya gustado el capítulo con la morenaza de fuego que a todos nos gusta (aunque en el juego no sirve pa' nah :c), y nos vemos en una semana, si no me sale otra cosa, aquí nos veremos

Siempre tuyo:

-Arturo Torres. 

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