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El halcón y el viento, acto dos

Repasemos lo que anteriormente me sucedió: fui a la taberna con las chicas, platicamos un poco, ellas me dijeron que Diluc, el chico que me gusta, es de una sexualidad dudosa, me puse un poco celosa, tal vez demasiado, fuimos otra vez, él estaba de buen humor, le dedicó una canción a alguien especial, me pidió que lo acompañara a la terraza, me explicó la verdad acerca de ese rumor, me enojé con él, me dijo cosas lindas, luego lo envenené con una poción de amor, él me descubrió, me sentí apenada, me besó, declaró sus sentimientos y al final nos hicimos novios.

Para buena suerte, justamente en el Festival de las flores, ambos paseábamos por el barrio comercial de la ciudad, él me había hecho otra corona de flores, nos sentamos a comer en El buen cazador, disfrutamos un poco de la música de los bardos y al final fuimos a su taberna.

A ninguno de los dos nos sorprendió encontrar a Venti tirado de borracho mientras estaba dormido, roncando a la vez que decía "si".

Llegué arrojándole un vaso de agua, él se despertó de golpe, limpiándose la cara.

-¡Despierta, ebrio asqueroso!

-¿Eh, traen más vino para mí?

-¡Oye, bardo de pacotilla, pones un muy mal ejemplo para la gente de la ciudad! –Exclamó Paimon, furiosa.

-Oigan, no es como que la gente sepa que yo soy el Arconte, así que da lo mismo.

-Luego porque te patean...

Ambas nos fuimos para dejar tranquilo al ebrio asqueroso, Diluc atendía en vez de Charles, lo que era bastante decir. Fumaba un puro y también tomaba una cerveza, notándose muy apurado para llevar bebidas.

-¿Te ayudo en algo?

-Lo agradecería mucho. Sirve lo que te vaya diciendo y yo me encargo de llevar las bebidas a su mesa.

-¡Oh, Paimon te ayudara con eso!

Yo reí a la vez que servía cerveza con cuidado, algo de vino, sidra, pensé que no sería un trabajo muy pesado...pero vaya que lo era.

No me di cuenta cuando dieron las diez de la noche siendo casi las seis, Paimon estaba agotada, sentada en una silla de la barra, sudando a mares y bebiendo jugo de gancho de lobo.

Lo que en un primer momento fueron risas y todo, entre pitos y flautas, la cosa se puso bastante difícil.

-¡Ah, Paimon está agotada! ¡Este es un trabajo muy difícil!

-Por eso se lo dejo casi siempre a Charles. –Confesó Diluc con una risita, pues él no se notaba tan cansado como nosotras a la vez que se llevaba otra charola de madera con vasos.

Prácticamente está ganando dinero, por eso no le duele, a diferencia de nosotras, que no tendremos mora alguno de este embrollo.

Eso sí, Diluc puso la mesa de la terraza, aquella donde nos hicimos novios, para que Paimon y yo comiéramos algo, que era ganancia y seguramente así repondríamos energías para no caer dormidas en lo que íbamos de regreso al viñedo, que no era un camino muy largo, pero también era para tomar en cuenta.

La vida ahí parecía detenerse, la verdad es que es un lugar muy hermoso, y sin duda alguna valía la pena. Yo tenía mi propio cuarto, así como Paimon, pero ya vivía junto con Diluc, a un cuarto de distancia, pero lo hacía.

Me ha confesado que en más de una ocasión ha imaginado que los dos dormimos juntos en su cama, abrazados, sonriendo, donde su enorme dolor se calma por momentos.

Algún día, en que nuestra relación madure más, seguramente así lo hagamos. Llevamos tres semanas siendo novios, todavía nos falta mucho por delante.

Después de la que fue más o menos una hora, donde Paimon estaba, más que sentada, acostada en su silla acariciándose el estómago, Diluc llegó con una botella de jugo de gancho de lobo, apagando un puro contra el cenicero que teníamos en la mesa.

-Ah, también es mi hora de descanso. –Bostezó, sentándose a nuestro lado para darme un beso en los labios.

-Paimon quiere ir a dormir.

-Puedo decirle a alguno de mis trabajadores que las lleven al viñedo, estaré ahí en seguramente dos horas o poco más, pueden adelantarse si quieren. –Mencionó, sacando un poco de rollo de matsutake para comenzar a comerlo con calma. Yo bostecé de forma pesada.

-Puede ser, puede ser. Nos vemos ahí, amor. –Me despedí de él besándole la frente, él me acarició la mano y me sonrió, yo tomé a Paimon en brazos y nos fuimos fuera de la taberna.

Vaya si no estábamos cansadas, pero todo sea por irnos a dormir tras ese agotador día.

Llegando al viñedo, Paimon lo primero que hizo fue irse a dormir rápidamente, casi en cuanto la dejé en la cama, ella se quedó profundamente dormida.

-Alitas calientes. –Babeó. Siempre sueña con comida o dinero, lo que no sé si sea bueno o malo.

Yo fui a mi cuarto sin dejar de bostezar varias veces seguidas, poniéndome la ropa para dormir y recostándome. El reloj marcaba que eran las doce, así que me sorprendí un poco del rato que había pasado. Tomando eso en cuenta, seguramente Diluc ya viene en camino.

Sorprendentemente para mí, y eso es algo que más bien me molestó y me llenó de impotencia es que, en cuanto toqué la cama preparándome para dormir, se me fue completamente el sueño.

Me sentía cansada mentalmente, tanto así que no podía ni pensar bien, me levanté, hice algunas flexiones, prendí una vela para leer un libro a ver si eso me dormía, pero nada. Prácticamente rodé en mi cama de un lado para otro, molesta, llevándome una almohada a la cara por no poder dormir.

La puerta de mi cuarto se abrió, Diluc estaba en el umbral de la misma, con su traje puesto, pero sin guantes, eso sí, y se sorprendió al verme.

-¿Lumine? Pensé que estabas dormida ya, pasa de la una.

-No puedo pegar ojo. –Golpeé la cama varias veces. -¡Quiero dormir, pero no puedo por alguna extraña razón, no tengo sueño!

-Hum, sé lo que sientes. –Él fue y se sentó en el borde de mi cama, besándome la cabeza. –Me pasó por varios meses, y es terrible. Aunque bueno, lo mejor es hacer cosas que te cansen.

-¿Ir a cazar magos del abismo? Ja, no tengo muchas ganas. –Noté que Diluc olía más de lo normal a alcohol, ¿de casualidad habrá tomado? No olía a tabaco, lo que no era precisamente raro, pero me sorprendía. Sentí su mano acariciar mi espalda, eso me exaltó.

-Oh, ¿Cuándo dije que combatiríamos al abismo? –Su mano fue bajando hasta llegar a mi cintura, y cuando estuvo por llegar más abajo, me volteé, mirando con cuestionamiento a Diluc.

-¿Bebiste?

-Ja, un poco. Creí que el vino no me haría mal, así que tomé una o dos copas más de la cuenta. Sé que no estoy borracho, simplemente me siento "felizón". –Rió.

-Ay, Diluc. –Me llevé las manos a la cara. –Ven, vamos a tu cuarto, no te vayas a tropezar con algo.

-Mejor durmamos aquí. –Justamente cuando me iba a levantar, él me tomó de la mano, derribándome a la cama, aunque caí en su pecho.

Sus anchas y gruesas manos me tomaron de nuevo de la cadera, aunque una sí que bajó hasta mi trasero, más precisamente mi pompi izquierda, lo que me hizo sonrojar.

Sentí contra mi vientre un bulto, abrí los ojos de la sorpresa y creo que hasta me puse un poco pálida. Lo que sentía era, ¿cómo explicarlo? Como una vara gruesa, pero todavía no hasta su punto máximo.

-Parece que viste a un muerto. –Rió, apretándome ambas mejillas, no dejando de mirar mis labios. –Eres la mujer más hermosa que haya visto.

-¿D-de verdad?

-Te lo juro por Dieguito Maradona. –Ahora él se volteó, dejándome a su merced, fue justamente como aquella vez, dónde sus dos manos estaban al lado de mi cabeza, no tenía escapatoria ya que sus piernas reposaban al lado de mi tronco superior, así que no podía escapar, a menos que usara la fuerza. -¿Puedo hacerte mía? –Comenzó a besarme el cuello, sorprendiéndome por los suaves que eran sus labios y la forma en que me besaba.

-¡Di-Diluc, apenas llevamos tres semanas de novios!

-¿Y? Siempre que haya confianza entre ambas partes, el tiempo es relativo. En la taberna he escuchado tantas historias, lo nuestro sería cosa de bobos. (Les repito, no hagan pendejadas tan pronto, porque se acaba el "amor" y pues...luego te arrepientes de lo que hiciste xd)

-No sé, debes seducirme un poco más en todo caso, y lo consideraré. –Sonreí de forma maquiavélica, ya que lo tenía totalmente a mi merced, poniendo la yema de mi dedo índice en su mentón.

-Siendo así... -Se arrodilló en la cama, quitándose su gabardina, tomando su corbata para amarrarme una muñeca a la cama.

-Atrevido. –Me reí.

-Me gusta jugar. –Lo siguiente que amarró mi otra muñeca fue una funda de las almohadas, así que ahí definitivamente quedé sin escapatoria.

La siguiente prenda que cayó en ese juego de provocación fue su camisa, dejando ver que su cuerpo era musculoso, marcado y bastante excitante, ya que, ciertamente, se veían mejor las venas de sus brazos, algunas se notaban mucho, siendo especialmente la de sus fuertes y sensuales manos, que comenzaban a tocar mi cuerpo de forma delicada, recorriéndolo lentamente.

Usó su camisa para vendarme los ojos, yo reí, pues la verdad es que tenía curiosidad de qué me haría. Traté de quitármela, pero no podía, lo mucho que hice fue aflojarla un poco.

-No, no, no. –Me besó la mejilla suavemente, sentí como es que mi vestido comenzaba a levantarse, y después unos dedos calientes tocaron mi intimidad con mucho cuidado.

Ahí mis piernas se empezaron a mover por el placer, contraje mis dedos de los pies, ya que sus caricias eran suaves, recorrían lo necesario para empezar a prenderme, mis mejillas se coloraron debido a que ya me había excitado.

Después de algunas caricias más, sentí que Diluc hizo a un lado mi ropa interior, metiendo dos de sus dedos, seguramente índice y medio dentro de mi cavidad femenina, formando un "gancho" con ellos, que de meterlos un poco más adentro, tocarían una zona, sino la más importante, una bien delicada.

Yo gemía a un volumen bajo,  la verdad, es que no me gusta gemir muy fuerte. Sin embargo, aumenté un poco mi volumen conforme los dedos iban adentrándose más y más, yo, como pude, me solté una mano para tomar la cabeza de Diluc y apretarle los cabellos rojos que tiene y me gustan tanto.

-Te soltaré la otra mano bajo una sola condición.

-Di-dime...

-Quiero ser el dominante.

-Vale. –Me destapé los ojos, viendo que Diluc ya se había desabotonado el pantalón, por lo que su репе se notaba a través de su ropa interior, me sorprendí bastante.

Me quitó la ropa entre caricias, besos con amor, algunas lamidas y pequeñas mordidas que no me esperaba en ese momento, aunque lo disfrutaba bastante.

Toqué parte de sus músculos, pero él, de forma muy egoísta, no me dejaba hacerlo, parecía como si me quisiera solamente para él. Preferí no insistir, ya que no me sentía con mucha energía para luchar contra él.

Al verme totalmente desnuda, él también se quitó la poca ropa que ya tenía, permitiéndome ver que, así como sus brazos son fuertes, también sus piernas son musculosas, marcadas, y bastante sexis.

Ni de lejos eso era lo que me llamó la atención, lo que me importó fue ver su miembro, que era grande, grueso, saltándose algunas venas del mismo y, casi como si fuera la cereza del pastel, la punta era rosadita. (me siento extraño describiendo una 🍆)

Sus manos me agarraron de los hombros, sentí algo caliente, húmedo y, ciertamente, baboso contra uno de mis senos. Naturalmente que Diluc se había puesto a lamer mis pezones, empezando a ponerlos muy duros cuando, tras esa ola de calor de su lengua, sopló como si intentara apagar una vela. Ese frío, aunado a mi propia excitación, me endureció esos pequeños puntos de mi pecho.

Comenzaba a desesperarme, pero incluso yo sabía que era necesario ese juego previo a la verdadera acción. No hay postre si uno no se come la carne y las patatas antes, por supuesto.

Ahora sus labios pasaron a los míos, nos dimos un beso con mucha candela, profundo para irse transformando en un beso al estilo de Fontaine donde nuestras lenguas se debatían en una batalla sin cesar.

(para los que sepan poco del lore del juego como yo, Fontaine es la zona de Teyvat que se basa en Francia, y toma su nombre del escritor francés Jean de La Fontaine, así que un beso al estilo francés, en Genshin, sería un beso estilo Fontaine xd)

Casi podía sentir sus papilas gustativas, lo que me sería desagradable en cualquier otro momento, pero en ese instante me era especial, al ser éste un momento también especial.

Diluc se acomodó mejor en la cama, tomando mis dos piernas, llevándose mis pies a sus hombros, poniendo debajo de mi espalda baja una pequeña almohada. Algo me dice que él ya no será virgen, lo que por una parte me rompe el corazón, pero por otra, me siento segura de entregarle mi primera vez aunque ya no sea la suya. Sea o no, es especial para él, lo siento.

Nos besábamos con ligera pasión, sobrados de amor desesperado, y cuando finalmente entró en mí, lo hizo de una manera lenta, por lo que me sobresalte al sentirlo de esa forma tan especial dentro de mí, ya que llegó hasta lo más profundo de mi ser.

Sentí en cada embestida lo que era su grosor, su largo, y fue ahí cuando él también comenzó a gemir, las sabanas que nos cubrían se empezaron a mover, resbalándose por su espalda. Yo lo tomaba de los brazos, los que se sentían muy duros al estar sosteniendo todo su peso a la vez que cada movimiento de cadera me hacía enloquecer a más no poder.

Estaba por venirme a pesar de que no llevamos ni cinco minutos de hacerlo, pero entre sus profundos movimientos lentos y excitantes, y el que mi υαgiηα es bastante estrecha, levanté no más de dos centímetros mi cadera, haciendo que, si hubiera un solo centímetro de su репе que no estuviera dentro de mí, ahora sí que lo estaba.

Jadeaba como si hubiera estado corriendo por horas, perdí la conciencia por un segundo, y el cuerpo me tembló un poquito, ya que ahí, justamente, descubrí que soy multi orgásmica, pues seguía viniéndome sin cesar, y Diluc no daba tregua, metiéndolo con un poco más de fuerza y una muy leve rapidez más.

Le enterraba suavemente las uñas en sus bíceps, él no dejaba de consentirme con besos en el cuello, haciéndome un chupetón en el mismo, a lo que no le di la importancia que, en realidad, sí que tenía, pero prefería disfrutar.

Mis orgasmos pararon y volví a retomar conciencia, él y yo moviamos nuestras caderas para juntarlas lo más posible, él llegaba, y con facilidad sin duda, a mi punto especial. 

Cuando pareció que Diluc se aburrió de esa posición, él se movió de mi lado izquierdo, recostándome de lado, tomando con una mano mi cadera y con la otra uno de mis senos. Mis piernas quedaban juntas, y esa posición que habíamos adoptado era más que nada para que los dos tuviéramos bastante más placer, especialmente él.

Ahí era más fácil movernos, pues solo era cosa de mover nuestras cinturas, él literalmente jalaba mi trasero contra su entrepierna, lo que hacía que nos juntáramos bastante, yo sentí su mejor su pene, y Diluc gemía y jadeaba bastante más y con mayor sonoridad, siento que lo disfruta mucho ya que, debido a que tengo las piernas cerradas, seguramente se lo he de apretar más.

En cuanto a mí, como el espacio dentro de mi vagina se había estrechado justamente por ese motivo, ahora nuestras intimidades se juntaron más, por lo que también sentí más placer con cada movimiento de su parte.

Yo no podía evitar llevarme la almohada a la boca, teniendo bien cerrados los ojos, la boca abierta y una necesidad de apretar algo contra mis manos.

De pronto, Diluc empezó a acelerar sus movimientos, sacándome un gemido de sorpresa que me duró algunos segundos, incluso abrí los ojos, pues cada que entraba en mí, todo mi cuerpo se movía con violencia y fuerza.

Al final de todo ese movimiento que hace en mi contra es como un péndulo, ya que me transmite toda su energía, pero yo, sin querer quedarme atrás, cada que la cadera de Diluc me tira para adelante, yo regresó con una leve fuerza hacía atrás.

Ambos soltamos una pequeña risita al vernos a los ojos, era como un curioso juego de haber quién se estampaba con más fuerza contra el otro. Yo me cansé pronto, pero él seguía y seguía, gimiendo, agachándose un poco para quitarme un poco el cabello sudado del cuello para besarme el cuello y la mejilla.

Puse mi mano sobre la que él tenía en mi cadera, y la entrelazamos, pues era la primera vez que nos uníamos así, y espero no sea la última, aunque siempre y cuando Diluc no vuelva a estar "felizón" y yo no me sienta agotada por todo lo hecho en el día.

Tenía ganas de besarlo, pero por la misma posición en la que estábamos, era una cosa imposible, de ahí que lo mejor era contenernos hasta que estuviéramos frente a frente otra vez.

Sentí que bajó su velocidad, respirando pesadamente, seguramente ya no ha de tener mucha fuerza o muchas energías para seguir con ese ritmo, y ciertamente, a pesar de que bajó la velocidad, no lo hizo en nivel de fuerza.

Era así: Diluc sacaba su pene casi hasta la punta para volver a meterlo con fuerza, y siempre que entraba de nuevo con esa fuerza, yo gemía con ternura, no muy alto, pero sí bastante excitada.

Al final de cuentas, cambiamos nuevamente de posición, él me puso boca abajo, yo me puse una almohada en el vientre, ya que eso daría una postura para que entrara más.

Sentí un beso en mi cabeza, seguido de movimientos igual de duros, por lo que abrí la boca y los ojos al sentir su pene en una posición un poco más cómoda.

Ahí él ponía mucha fuerza con su cintura, golpeándome con casi todo el peso de la misma y de sus muslos, así que ahí, aparte de que golpeaba mi punto especial, lo hacía con fuerza y con un poco de rapidez, pero no excesiva.

Sus fuertes manos me apretaban la cadera y sentía sus pulgares en mi trasero, era normal que en tan buena posición, comenzara a sentirme fuera de mí otra vez, y así fue, mis piernas me temblaban como gelatina, contraía tanto los dedos de mis pies y de mis manos, apretando fuerte las sabanas.

No gemía, pero sentía el rostro bien caliente, además de que ya el sudor me bajaba por la cabeza, el cuello y la frente, el cabello me causa mucho calor en esas zonas.

Un poco del cabello de Diluc también se posaba en mi cuerpo, cerca de uno de mis muslos, era suave, se sentía también un poco húmedo, incluso me causaba unas pequeñas cosquillas.

Llegó un momento donde de plano, quizá por el placer y la excitación, sentía todo de una manera diferente, la cama rechinaba sutilmente, la piel de la entrepierna de Diluc rosaba delicadamente mi trasero, se sentía bien, y me gustaba que así fuera.

Noté la suavidad de la cama y de las colchas en las que estaba acostada, estaban húmedas por varios motivos, pero al ser de seda, auténticamente me enchinaba la piel.

Un sentimiento de amor me desbordaba, por lo que, ni corta ni perezosa, me volteé para ver a Diluc.

-Déjame besarte. –Eso hicimos, cambiamos una vez más de posición, él entró de nuevo en mí, yo lo tomé de ambas mejillas y comencé a besarlo con la desesperación de mi amor derramándose por mi alma.

Supongo que después de lo que fue la travesura, la candela y la pasión, llegamos al terreno del amor, yo amarré mis piernas a su cadera, sin dejar de besarlo con desesperación, convirtiéndolo en un beso al estilo de Fontaine.

No me faltaba nada más por ser feliz, hacía el amor con la persona que más amaba, y Diluc tocó rápidamente ese punto especial, por lo que llevé una de mis manos a su espada, gimiendo cariñosamente en su oído, arañándole la espalda, que era justamente lo que necesitaba hacer para descargar las sensaciones que me recorrían el cuerpo, era algo que yo no controlaba, simplemente ocurría.

-Diluc, te amo como no sabes. –Dije, sin miramientos y sin pensar. Él sonrió al separarse del beso.

-Yo también, mi pequeña Lumine. Ahora que por sudar ya no me siento tan borracho, puedo decir que quisiera que este momento durara para siempre, no hay forma más grande de expresar el amor que siento por ti. –Juntó su frente con la mía. –Mi vida ha sido una larga noche llena de frío, pero tú me trajiste el amanecer y el calor del amor, no sabes lo feliz que eso me hace.

-Mañana será un amanecer muy lindo ya que vamos a amanecer juntos. –Entrelazamos nuestras manos, con las frentes todavía juntas, él aceleró sus movimientos, causando que nuestros alientos calientes fueran expulsados de nuestras bocas por medio de gemidos y suspiros acompañados de un enorme sentimiento de amor.

Volví a perderme en ese sueño de orgasmos, con los ojos cerrados, pero tenía bien grabado en la mente el rostro de Diluc, con la boca entreabierta, sus cabellos moviéndose al compás de sus movimientos y sus pequeños susurros donde me decía "te amo".

Ya no me sentía sola, sin duda, ahora estaba acompañada del que es mi novio, y nos hemos unido de forma definitiva, pero no por el hecho de hacer el amor, sino por el hecho de que hemos permitido abrir nuestros corazones tras lo que parecía ser una experiencia casual.

Los movimientos de Diluc se fueron calmando poco a poco, dejando su pene durante tres segundos para volverlo a sacar y hacer lo mismo, hasta que finalmente gimió mordiéndose el labio, apreté mis manos con fuerza, él estaba en lo más adentro de mi cuerpo, y sentí que expulsó, y como se diría de forma curiosa su "semilla".

Solté su cadera al dejar caer mis piernas en la cama, él seguía dentro, comenzó a besarme tranquilamente, sin prisa, soltando una de mis manos para tomar mi mejilla.

Nuestros cuerpos quedaban empapados de sudor, el cabello se nos humedeció como si lleváramos un rato después de ducharnos, Diluc se volteó, quedando acostado a mi lado, pero yo me recosté sobre su pecho, nos mirábamos con una pequeña mueca de alegría, acompañado de una risita.

Fue como un impulso, ya que, después de eso, nos abrazamos con mucha fuerza, me besó varias veces la frente y yo su mejilla, como queriendo compartir más de nuestro amor. Ahora sí que sonreímos grandemente, mostrando nuestros dientes y teniendo los ojos cerrados.

Cuando los abrimos, nos vimos a los ojos, juntando nuestras frentes, Diluc me tomó de una mejilla, acariciándola con una de sus mejillas.

-Eres mi Luz, Lumine.

-¿La luz del caballero de la noche? ¿No suena eso irónico?

-Sí, suena muy irónico. ¿Pero y qué? Esa es la verdad al final de todo.

-Entonces tú eres la llama que causa que esa luz sea luminosa.

-¿Una sombra da luz? También suena irónico.

-Pero es la verdad.

-Hum, no puedo negarlo. Lo que tampoco puedo negar...es que te amo, Lumine.

-Y yo te amo a ti, Batman. –Nos reímos para darnos otro abrazo, cerrando los ojos poco a poco.

En unas horas saldrá el sol, y éste será testigo de que Diluc y yo hemos madurado nuestro amor de forma rápida, pero completamente segura y sin vacilación alguna. 

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Hoy se come, familia (Ok, no :v)

Las siguientes dos semanas las chicas van a ser las consentidas (que a lo mejor ni tanto jsjs), pues el siguiente capítulo es yaoi, y si las lectoras son como mis amigas, les encantará el yaoi seguramente. Como se imaginaran cuando se trata de parejas yaoi en el genshin, será de Chongyun y Xingqiu :0 pero no siendo suficiente con eso (y aquí los muchachos también estarán consentidos jsjs), es que habrá yuri de Jean y Lisa, que, amigo mío, ya tengo los esbozos, y ese día todos vamos a comer como Dios manda. Así que se vienen cosas buenas, sin mencionar el esperado segundo acto del Aether y Sacarosa además del snu snu con Beidou (que seguramente los siguientes dos caps entre personajes random sea solo yuri :0)

Por cierto, tuve un capítulo de la crisis de los 20 mientras escribía esto, así que si notan que se cambia de tema muy de golpe, es por eso, estuve dos horas acostado en el piso replanteando toda mi vida mientras pensaba que no he hecho un pito con mi vida y que todo se me va entre sueños hasta que me puse a gritar y eso me desahogó :v

Bueno, ya les conté mucho de mi vida, pero solo les diré, si pasan por algo parecido a lo mío, no se quieran comer el mundo de golpe y mejor céntrense en cosas a corto plazo, pues el largo plazo marea y si tratan de alcanzar una estantería muy alta, terminaran sin lograrlo y ya no habrá más que tomar en las estanterías que sí pueden alcanzar, y como diría el Che Guevara: no se vive celebrando victorias, sino superando derrotas.

Siempre tuyo:

-Arturo.

Se odian a muerte e incluso casi llegaron a pelear

La gente: se aman con locura 😍😍

¿Qué rayos con este ship, se ven lindos, no lo niego, pero me desagrada la idea de que Mona esté enamorado de ese wey >:v

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