El amo de llaves.
Estaba revisando las fotografías que tenía con Thoma, y lo que más me llamaba la atención era esa en donde me ofrecía algunas margaritas voladoras. Al final de cuentas, su origen está en Mondstandt y el mío igual....al menos en este mundo.
Justamente tenía que visitar a Ayaka en su hacienda, por lo que emprendí el rumbo para allá, me pregunto si él estará en casa, aunque no lo veo del todo probable, siento más bien que estará en la casa de té Hitomore, eso se me haría más lógico.
En fin, no podía perder el tiempo pensando en esas cosas, el asunto con Ayaka es de bastante importancia, lo curioso es que, a la primera persona que encontré además de los guardias, fue justamente a Thoma, quien estaba despeinado, notoriamente con la cara sucia, además de tener su ropa de amo de llaves. Estaba terminando de arreglar el jardín, y la verdad es que se veía muy lindo la forma en que lo tenía acomodado, todo era verdaderamente estético.
Suspiró, secándose el sudor de la frente, sonriendo. Justamente me volteó a ver, abriendo los ojos de sorpresa a la vez que se sonrojaba un poco, corriendo apresuradamente dentro de la casa, lo que me dejó confundida...¿qué pasó?
La cosa se explicó un poco cuando, de hecho, Thoma salió con su ropa normal, peinado y ya con la cara más limpia a los pocos minutos, sonriendo como siempre lo hacía.
-Ah, Lumine. Un gusto verte, sin duda, y más desde la última vez que nos vimos.
-Je, supongo que sí. -Sonreí. -¿Está Ayaka? Me dijo que tenía cosas importantes que decirme.
-Sí...respecto a eso. Digamos que la señorita tuvo que salir con mi señor, parece que son asuntos burocráticos que no le gustan a nadie...pero que todos tarde que temprano deben hacer. De cualquier manera, la señorita le dejó una carta.
-Oh, a ver. -Tomé el pequeño papelito que decía, en realidad, pocas palabras pero muy concisas.
"Hola Tabibita, seguramente Thoma ya te dijo que tuve que salir con Ayato a esos trámites aburridos que incluso a misma Sara le desagradan. Perdón, pero fue algo repentino y no pude avisarte. De cualquier manera, Thoma puede invitarte a dar un paseo, no es necesario que pagues, se lo agregaré a su sueldo".
-¿Qué es lo que dice? En realidad no leí la carta pues...creo que es un poco evidente, je, je. -Thoma se llevó la mano al cabello, viéndose torpemente adorable.
-Hem, como compensación de que Ayaka me canceló de sorpresa, dice que lo mejor es que vayamos a dar un paseo. ¿Tienes alguna idea?
-Vaya que las ideas que tiene la señorita son curiosas...pero no me quejo en lo absoluto. -Sonrió. -Lo que estaba pensando para la próxima vez que diéramos un paseo, pues sí, me quedé pensando en eso, es que fuéramos a ver el teatro de Inazuma. Es muy diferente al de Mondstandt, o eso es lo que recuerdo.
-Suena interesante...¿y de ahí a dónde vamos?
-Oh, paciencia, Lumine. -Una última sonrisa salió de su rostro antes de que emprendiéramos rumbo a la ciudad.
Lo primero que hicimos fue ir al establo de la hacienda, Thoma se acercó a uno de los caballos, ayudándome a montar en él para después hacerlo él, acariciando al animal. (Ok, sé que no hay caballos en Genshin...lo que se me hace raro, pues aunque no sean un medio de transporte, ¿por qué ponerlos como simples animales? O incluso poner vaquitas pues...¿de dónde sale la leche? D: )
-Agárrate fuerte, Lumine. Podemos ir un poco rápido. ¡Vamos, Rocinante!
Cuando nos dimos el tirón al empezar a correr el caballo, entendí muy bien por qué lo decía, así que me agarré bastante fuerte al pecho de Thoma, pegando mi cabeza a su espalda. La brisa y la vista eran magnificas, nunca pensé que iría a caballo con rumbo a Inazuma, por lo mismo es que el espectáculo que eso representa me agrada mucho.
-¿Te agrada la vista?
-Sí, es muy linda.
-Me alegra. A Ayaka no le gusta montar a caballo, es un gusto que prácticamente me doy solo, pero si a ti te gusta...podríamos dar una vuelta por las montañas de vez en cuando, no estaría mal para mí.
-Tampoco para mí, Thoma. Gracias por la propuesta. -Sonreí.
Me sentía ahora como una niña que lee un cuento de princesas, y me sentía como una que cabalgaba con su quijotesco caballero andante. Me pregunto si Thoma tendrá un lado más sentimental detrás de su responsabilidad. Por ejemplo, Jean lee novelas de amor, y eso es algo que pocas personas saben...yo me enteré porque me chismeó Lisa, pero bueno, ese hecho no creo que sorprenda.
Recordé esas bonitas flores que me regaló en nuestro encuentro. Hay tanto por decir y recordar de esa situación, solo que sigo pensando si puede haber algo más que unas flores, que es algo que no desprecio en lo absoluto...pero me gustaría más.
Llegando a la ciudad, Thoma dejó el caballo en la casa de Té, ayudándome a bajar tomándome de la cintura, por lo mismo es que, cuando toqué suelo, quedamos abrazados, pues yo lo había sujetado de los hombros.
Estábamos muy cerca, nuestras narices casi se rozan, aunque solo nos interrumpió un relinchido del caballo que nos regresó a la realidad, de ahí mismo nos separamos, un poco sonrojados. Él se aclaró la garganta.
-Espero te haya gustado el paseo...Ayato me enseñó, en realidad.
-Fue lindo...¿exactamente dónde queda el teatro que dices?
-¡Oh, ya hasta lo había olvidado! -Rió, mirando su reloj de bolsillo. -¡Maldición, las funciones empiezan temprano, hay que apresurarnos! -Tomando mi mano, ahora empezamos a correr por la ciudad. Prácticamente le llevaba el ritmo, de ahí que era como si paseáramos como una pareja.
El teatro no quedaba lejos, y por suerte alcanzamos a llegar a tiempo, seguía habiendo fila para la venta de boletos, así que tuvimos mucha suerte.
-¿Qué es lo que hace especial este tipo de teatro?
-Las máscaras. Aquí se suele usar máscaras y también la forma de cantar, es un espectáculo muy lindo. Aunque bueno...igual hay que tener en cuenta que las tramas son muy de aquí, peleas por el honor, asuntos de familia que se resuelven con las espadas, no sé si haya algo parecido por Liyue.
-Hum...no, haya es más épico todo el asunto.
Cuando entramos a la función, la verdad es que había lleno total, así que tuvimos mucha suerte de haber llegado. Parece ser que la obra es una que Thoma ya conoce y ya ha visto, pero claro que no me contaría nada de la trama.
Conforme fue pasando el rato, la verdad es que yo me sorprendía por la trama, no era algo a lo que estuviera acostumbrada, y ciertamente como Thoma dijo, son temas muy comunes o que sueles escuchar con recurrencia en la Isla, aunque me pregunto si las de Sangonomiya serán diferentes...supongo que sí.
Volteé a ver a Thoma para tratar de captar su reacción...él estaba acurrucado en su lugar, dormido plácidamente, curiosamente estaba roncando muy bajo, pero no me había dado cuenta de ello por lo mismo de que estoy más pendiente de la película (lel, me pasa que la cineteca de ciudad de México, las dos veces que he ido, hay gente que se queda dormida y ronca, por suerte sus acompañantes los despiertan, la verdad me da mucha gracia :v)
Me daba ternura verlo así, pues se veía con ese aire inocente que tiene, aparte de que suele estar muy activo, lo raro en realidad para mí es verlo dormido o cansado, solo que ahora era la excepción. Sonreí de forma maquiavélica, y con mi daguerrotipo, le saqué una fotografía, la que inmediatamente me guardé no sin antes verla. Seguía viéndose tierno, e incluso hasta lindo.
-Thoma, Thoma, despierta.
-¿Ah? ¿A sus órdenes, señor, regaré el jardín apenas terminé de ordenar a los soldados en guardia?
-Thoma, te quedaste dormido. -Me reí muy en silencio al estar en el teatro.
Él se volvió a dormir, parece que de verdad está cansado, así que lo dejé tranquilo, mientras disfruté de la función...eso sí, tomándolo de un hombro mientras se lo masajeaba y le daba unas pequeñas palmadas, sonreía de alegría, pues Thoma dormido es lo más lindo del mundo.
Cuando todo terminó, Thoma justamente se fue despertando, yo lo seguía viendo, como si no hubiera pasado nada, lo más gracioso y tierno ahora no era verlo dormido, sino recién despertado, pues se notaba que estaba atontado, lo que sí no me pude resistir de reír, y como ya había acabado el teatro, no había problema.
-¿Eh? ¿Me quedé dormido?
-No, para nada. -Seguí riendo. -Solo diste un pequeño pestañazo de casi hora y media.
-Diablos...según yo solo iba a descansar un poco los ojos y...mira ahora. -Bostezó pesadamente.
-Vamos, hay que ir a comprar algo que te mantenga despierto.
Al salir del teatro, Thoma estaba un poco más despejado, de todos modos, se daba ligeras bofetadas para reavivarse, y cuando eso sucedió, se le ocurrió que la mejor manera de terminar de despertarse, era comiendo unos buenos dulces.
Fuimos al puesto cercano al castillo de la Shogun, ahí había la famosa leche de dango, esa que dango le fascina a Ei, y pues lo interesante de ahí eran los mochis de cerezo, así como el mismo dango tricolor.
-¿Has probado los dangos que hace Yoimiya? Son muy ricos, aparte de coloridos, he querido aprenderlos pero...sin duda alguna, la experta es ella.
-Vamos, tu sopa también es muy deliciosa, transmite mucha calidez, ese mismo es su nombre, ¿no es así?
-Bueno, en eso tienes razón. -Nos reímos un poco.
Terminando ese pequeño bocadillo, el plan ahora era pasear cerca de la orilla del mar, al final de cuentas quedaba cerca, y caminar sin zapatos en la arena...no lo sé, suena algo que estaría muy bien.
Hablábamos de cuál podría ser la siguiente función de teatro que pudiéramos ver, a mí me había parecido interesante...el problema era que a mi buen acompañante no fuera a dormirse otra vez. Ah, eso me hacía reír mucho, y lo mejor vino con la confesión del crimen.
-De hecho...te tomé una foto mientras dormías, ehe...
-¿Qué? ¿De verdad? -Thoma me hizo una cara de incredulidad. -A ver, déjame verla.
Le mostré la fotografía, y puedo decir que su rostro se puso un poco del color de su chaqueta, ya que se sorprendió enormemente, yo solamente sonreí, volviéndola a guardar.
-No te preocupes, no se la mostraré a nadie. -Sonreí, con confianza. -Te ves lindo, si me permites el atrevimiento. Me diste algo de ternura.
-Vamos, Lumine. Yo no doy ternura. O bueno...no lo sé, Ayaka suele decirme algo parecido de vez en cuando. Pero eso me hace sentirme como un niño.
-Je, no te sientas como un niño. Al final de cuentas, lo seas o no...a veces sueles ser tierno.
-Insisto en que no lo soy.
Nuestra charla se vio interrumpida cuando unos pescadores de avanzada edad tenían problemas al volver a encallar su barca, por lo mismo es que, cuando vieron a Thoma, es más que claro que le pidieron ayuda. Él se arremangó el pantalón, así como quitarse el chaleco y su playera, las que me terminó dando.
Vaya...él realmente está delgado pero fornido, sus músculos se le notan muy bien, así como sus abdominales, y ni decir de su fuerza. Metiéndose al agua, él tomó la barca con sus manos, empujándola hacía la arena, marcándose más sus músculos del tren superior, lo que me dejó sin palabras.
Ahora que lo pensé, tomé la playera de Thoma y la olí. Tenía un aroma rico, aparte de que bueno...claramente oía a él, por lo que me sonrojé bastante más de verlo sin camisa, aparte de tener su aroma en mi sistema central.
Apenas él terminó su trabajo, los pescadores le agradecieron, y mientras venía caminando hacia mí, él se limpiaba el sudor, así como claro, se secaba un poco los bíceps del agua que le había caído. Al estar frente a mí, me tendió la mano, yo me sonrojé ya que pensé que me ofrecía su mano para llevarme cargando el resto del camino.
-Tierra llamando a Lumine, tierra llamando a Lumine. -Se rió. -Vamos, ¿te comió la lengua el gato?
-Oh, no...lo que pasa es que yo...simplemente. -Le di sus cosas, sonrojándome.
-¿Ahora te sigo pareciendo tierno? Porque ahora la que se ve como un gatito encerrado eres tú. -Me sonrió, yo comencé a echar humo de la cabeza.
Él se vistió, yo simplemente miraba a la nada mientras recordaba lo que acababa de ver, me limpié un poco la nariz ya que comenzó a sangrarme bastante por el hecho de que bueno...vaya que fue un espectáculo excelente en todo el sentido de la palabra...
Simplemente seguimos la caminata, pero ahora con rumbo a la ciudad, pues regresaríamos por los caballos después de comer algo en la casa de té, esa era la mejor idea que teníamos, aunque claro, el paseo en el caballo era lo mejor ya que no es que tuviéramos muchas opciones, en realidad.
Aunque para mi total sorpresa, nos encontramos con un espectáculo en el centro de la ciudad, no diré que es teatro...aunque casi que lo es. No lo vimos cuando llegamos, pero sin duda hay una buena cantidad de gente, pues el show trata sobre una historia de piratas.
Había efectos de sonido logrados por el uso de varios instrumentos detrás de escena, así como algunas luces de colores gracias a antorchas y vidrios, y el uso de visiones, pues, ¿quién dijo que las visiones no pueden usarse para formar actos como estos?
Había una persona que controlaba el agua con su visión de hydro, formando así grandes olas, otro lanzaba llamaradas de pyro para dar el efecto de que un monstruo marino escupía fuego de la boca, y una chica, en realidad muy linda, estaba vestida de sirena, y un aventurero con una visión anemo hacía soplar una corriente de aire para que las velas parecieran moverse, así como de electro que hacía simulación de una tormenta eléctrica.
Debo admitir que todo está perfectamente logrado, había unos piratas mercenarios que luchaban contra soldados de Natlan, que prácticamente eran esclavos de Mondstandt antes de la revolución que acabó con la aristocracia. (Si no ubican la referencia, es cuando guerreros tlaxcaltecas se agarraron a vergazos con samuráis en Filipinas, es completamente surrealista, pero sí pasó JAJAJA)
Nos quedamos por el espectáculo, ya que la combinación de luces, hechizos elementales y de música, hacía que valiera completamente la pena, y lo mejor de todo, es que era gratis, así que...no veíamos por qué despreciarlo.
Cuando terminó todo, se hizo una capa de humo al combinarse hydro, anemo y pyro, de ahí que el efecto final fuera magistral, todos los presentes aplaudieron, y con muchísima razón, por supuesto, no todos los días se ve una cosa así de genial.
En fin, Thoma y yo hablábamos de eso mismo mientras caminábamos de regreso, nuestros elementos solo se podrían combinar con anemo, pues si yo usara electro...definitivamente alguien terminaría herido.
Sería más que nada un truco para farolear, aunque vaya que quedaría bien en fiestas o eventos en que seamos invitados. Sería la cereza del pastel.
-Esa representación me recordó cuando yo zarpaba el mar, de hecho esa tormenta eléctrica me trajo recuerdos de Vietnam...casi muero ahogado.
-Pero estás aquí para recordar esas anécdotas, y mejor aún...estás conmigo. -Le sonreí, el hizo un gesto similar, acariciándome la cabeza mientras regresábamos al caballo. Ahora lo que podríamos hacer de interés era ya no el paseo en el caballo...sino más bien en el rompeolas. Eso sí que suena bien.
Fuimos a la costa, pero a aquella que nos guaria a mar abierto, así que amarrando a los caballos en un árbol, fuimos al rompeolas, que estaba embarcado en una zona cercana a la ciudad, más precisamente en el lado oriental de la Isla.
Como él no sabía manejarlo, tuve que ser yo quien tomara la batuta del mismo, de ahí que nos dirigiera a un punto muerto, donde las olas son tan tranquilas y pacificas que es casi complicado que el rompeolas se vaya a la deriva. Salimos del mismo, sentándonos en la parte superior de nuestro barquito de vela, admirando el atardecer, aunque eso sí, vaya que comenzó a enfriar, de ahí mismo que me diera un escalofrío.
Thoma se dio cuenta de eso, por lo mismo es que se quitó su abrigo, ofreciéndomelo, aunque en un primer momento me negué.
-Yo estaré bien, Lumine. No te preocupes de eso. Puedes tomarlo con confianza.
Simplemente hice una mueca de que no me terminaba de convencer, me puse su chaleco y, efectivamente, tenía el mismo olor que recordaba de hacía tan poco. Como me di cuenta que él tembló un poco a los pocos segundos, no fui tonta y lo abracé a la inmediatez, sorprendiéndolo un poco.
-¿Compartir calor por medio de un abrazo? No veo por qué no. -Él me regresó el abrazo, todo mientras veíamos ese bello atardecer que daba paso a un ocaso de lo más hermoso, con sus colores en el cielo que incluso llegaban a los tonos morados y, aunque fuera muy difuso, un hermoso dorado.
Me llegó un pequeño estupor, pero por muy buenas razones, pues sentí que Thoma me tomaba de la mano, algo que se me hizo especialmente lindo. Yo apreté mi agarre, como dándole a entender que le daba mi visto bueno, así que nos unimos más en el abrazo.
Ya comenzaban a aparecer las primeras estrellas en el oeste de la Isla, mientras que los pocos rayos del sol estaban en el este, lo que era particularmente lindo, casi como si fuera la unión de unos pocos segundos de dos mundos que colisionan, pues pocas palabras hay para describirlo.
Ambos lo mirábamos, y podíamos ver la claridad del día extinguirse para darle paso a la noche, y no por eso en realidad era malo. Se suele decir, tratándose de malas situaciones "cuando la noche está más obscura es porque ya va a amanecer". La noche no necesariamente es algo malo, y menos en una situación como la que ahora tengo.
Y cuando no quedaba rastro de luz en el cielo, ambos nos miramos, pues sí que había luminosidad en nuestros ojos, que se alumbraban con solo vernos. De ahí, él recargo su mejilla en mi cabeza, acariciando suavemente el cabello con la mano que no me tomaba de la mano.
-¿Regresamos a la costa? -Pregunté.
-La noche es joven todavía, así que...no veo por qué no.
Ambos entramos al rompeolas, y lo siguiente en el plan, aunque quizá no sería la mejor de las ideas, era pasear en la orilla del agua. Sin embargo, conforme nos fuimos acercando, nos dimos cuenta que las olas que llegaban se prendían con una luz fluorescente, y en un punto, el rastro que dejaba el rompeolas hacía lo mismo.
Había escuchado que algunos días en algunas partes de las costas de Inazuma el oleaje se prendía en luces debido a una bacteria con bioluminiscencia, es la primera vez que me toca ver un espectáculo así de lindo, por lo mismo es que, cuando bajamos del rompeolas, lo primero que hicimos a pesar de la fresca brisa, fue quitarnos los zapatos, Thoma se remangó el pantalón y yo me alcé un poco el vestido, de ahí mismo que nos lanzáramos al agua, riendo mientras éramos parte de ese pequeño espectáculo, y más impactante fue cuando varios electroculus se acercaron a nosotros atraídos por las luces.
Nos perseguíamos mutuamente, aunque no es que tuviéramos una velocidad impresionante, debido a que el agua nos ralentizaba, y también estábamos preocupados de que nuestra ropa no se mojara. Cuando eso nos cansó, nos acercamos para tomarnos de la mano, sonriéndonos para caminar lo más hondo que pudiéramos sin que el agua terminara afectándonos.
-Mira nada más...que linda vista, y lo mejor de todo es que es solo para nosotros. -Me dijo.
-Nunca pensé ver algo así...me sorprende que así sea, y de cualquier manera, no nos lo esperábamos.
-Eso es lo mejor. No necesitas planear las cosas para que sean mágicas, ¿o sí? Por suerte...estamos aquí para disfrutarlo.
Nos miramos con una sonrisita en los labios, este momento no debía ser desaprovechado, así que regresamos a la costa, quitándole la silla a los caballos para sentarnos en los mismos estando así en la arena, observando el espectáculo luminoso, que acompañado de la luna y las estrellas...vaya que no tenía queja alguna.
-Vaya día, ¿no te parece? -Atajé para romper el silencio que había.
-Sí, aunque en realidad no ha acabado todavía...falta la mejor parte.
-¿De verdad? ¿Qué más tenías pensado hacer?
-Nada, nada. -Thoma silbó un poco. -Solo era algo como esto... -Él se me acercó de forma rápida, lo iba a voltear a ver ya que pensé que me diría algo en secreto, pero me dio un beso en los labios, así a los dos se nos abrieron los ojos por la sorpresa, tanto así que...bueno, lo que pasó después es historia.
Pensé en retirarme ya que había sido algo accidental, solo que cuando él cerró los ojos y, de igual manera, me abrazó mis ojos se abrieron más todavía...pero me dejé llevar, abrazándolo ahora yo y bueno...entregándome a ese besito que no le envidiaba nada a algún otro por el ambiente tan impresionante en el que nos encontrábamos.
Una corriente de aire nos llegó, pero como estábamos abrazados, no nos afectó ni nos hizo mella, solo nos alentó a unirnos más fuerte, yo tomando su ancha espalda con mis manos mientras una de sus manos pasaba a mi cadera y la otra se quedaba en uno de mis hombros.
Solo nos separamos porque el agua había subido tanto que nos mojó los pies, lo que no nos esperábamos. Al vernos, nos reímos como tontos, dándonos un último beso de piquito para tomar las sillas y que él las pusiera de nuevo en el lomo de los caballos.
Nos secamos los pies y las piernas, las que de hecho brillaban un poco, él se quedaría descalzo por el hecho de que así era mejor para que se le refrescaran los pies con el viaje, de ahí mismo que emprendiéramos regreso a la finca de los Kamisato, ya que parece que al final de cuentas ambos nos quedaríamos allí, en diferentes cuartos, por supuesto...o quién sabe.
Estando ahí, los guardias nos dieron el pase libre, el caballo quedó en su establo, por supuesto, y apenas Ayaka nos vio llegar, nos saludó a los dos con bastante ahínco, sonriendo.
-Vaya, vaya, se tardaron lo suyo, pensé que iban a estar fueras no más de tres horas y se tomaron su tiempo. No los regaño de ninguna forma, solo extiendo mi sorpresa.
-Bueno, Ayaka...te regreso a tu amo de llaves sano y salvo. Al final de cuentas, creo que soy buena escolta. -Ella y Thoma rieron claramente, pues aunque fue más bien una cita, y que él me haya prestado su chaqueta...eso no quita que velé siempre por su integridad.
-No te hubieras molestado tanto con él, Lumine. Qué bueno que se divirtieron, de verdad. Aunque ahora es momento de descansar, y por lo que veo es tarde, ¿quieres quedarte o tienes tu tetera?
-Hem... -En realidad sí la traía, y Paimon estaba ahí jugando con los perros y jabalíes que tengo, aunque bueno, en realidad no creo que ella note mi presencia ya que le dejé comida de sobra y hay varias cosas por hacer en ese lugar. -No, así que de verdad agradezco la invitación. -Sonreí.
-Prepararé todo...ustedes pueden seguir hablando. -Ayaka se convirtió en hielo para irse lo más deprisa que pudo, de ahí mismo que Thoma y yo nos quedáramos solos, dando una pequeña risita.
-Bueno, ¿qué le podremos hacer? -Susurró Thoma, enredando su cabello en uno de sus dedos.
-Pues...en realidad sí tengo la tetera, pero ignoremos un poco ese hecho.
-No estaría mal que un día me invites, ¿no te parece?
-Lo consideraré...pero todo tiene un precio.
-Diablos, no traje mi cartera. -Se rió, buscando en sus bolsillos.
-Para tu suerte, no ese tipo de precio. -Lo tomé de sus manos, acercándome a él para alzarme de puntillas.
-Ah, ese precio. Bien...lo podré pagar. -Él sonrió agachando su cuello para darme un beso, el que respondí con entusiasmo pero con tranquilidad, pues quedaba mucho tiempo libre antes de que llegara Ayaka.
La noche...seguramente será larga todavía. No sería la primera noche que Thoma me quita el sueño, eso es algo seguro.
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Holis, jeje...
Pues aunque no parezca, se me ha atrevesado mil veces la burra en el camino y por eso no he podido publicar, aparte de que, según yo esto iba a ser fácil...tajantemente no lo fue :'v
Ahora sí espero cumplir mi palabra y no atrasarme como de costumbre :Y
Aprovechando el evento, y ahora sí, ahora sí que tengo ideas...el siguiente lemmon será un LuminexKazuha y...quizá alguna chica más, ¿por qué? Solo miren esto:
Maldito Kazuelas!!!
Quisiera estar en su lugar!
Nos vemos en dos semanas uwu
Ojalá les haya gustado, siento que no me quedó tan bueno por la falta de inspiración :'v
Siempre tuyo:
-Arturo Reyes.
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